Capítulo 4

Mentalidad positiva.

Vaya mierda.

San mantiene sus manos en el volante, con los ojos adheridos al camino y determinación de no golpear nada más con su auto, al menos por esa noche. Sentado a su lado, Wooyoung sólo mira por la ventana, su expresión es neutral y sus ojos están desenfocados. San aún no tiene idea de por qué decidió tomar al niño y llevarlo consigo pero lo hecho hecho está. En ese momento, cuando vio lo dañado que estaba Wooyoung, sintió que era lo correcto. No se arrepiente.

Aún.

Yeosang, por otro lado…

Está en los asientos traseros y no parece estar cansado. Se mantiene moviéndose en el pequeño espacio, bajando las ventanas, sacando la cabeza casi como un perro. Entonces luego hace lo mismo del otro lado, quejándose en agonía con cada movimiento pero aún determinado en no quedarse quieto.

San suspira.

Esto fue una mala idea.

“¡Oh!” Exclama Yeosang repentinamente, Wooyoung se estremece sorprendido. “¡Amo esta canción! Súbele el volumen.”

“No.” Responde San.

“¿Por qué no?”

“Odio esta canción.”

“No puedes odiar Up & Down.”

“Sí, si puedo.”

“Es un himno.”

“Dios mío. Te sacaré de este vehículo en movimiento.”

“Si lo haces, asegúrate de ir a toda velocidad. No quiero perder otra oportunidad.” Dice Yeosang con una gran sonrisa.

Está loco.

Probablemente es un psicópata.

Esto fue una mala idea.

No, no. Mentalidad positiva.

Wooyoung silenciosamente toma tres cigarrillos y le da uno a San, encendiéndoselo. Wooyoung tiene manos pequeñas, usa anillos de plata y sus uñas son un poco más largas que las suyas.

El pelinegro entonces también se voltea para darle uno a Yeosang.

“Gracias.”

El chico fuerza una pequeña sonrisa y se sienta, encendiendo el suyo.

Fuman en silencio por un rato, Up & Down apenas sonando de fondo.

“Así que…” Dice Yeosang repentinamente, exhalando una nube de humo. “¿A dónde van?”

“No lo sabemos” dice Wooyoung.

“¿Están en una relación?”

“Lo conocí hace dos horas.” Responde San.

“Bien, estoy confundido.”

San hace una mueca.

“Estamos escapando.”

Yeosang asiente.

“¿De qué?”

“Wooyoung mató a un pedazo de mierda.”

“Sí.” Suspira.

“Yo estoy escapando de uno de los cárteles de droga más grande de Daegu.”

Silencio sigue y San siente las miradas de Yeosang y de Wooyoung en él.

“¿Qué dijiste?” Pregunta Wooyoung.

“Me oíste.”

Silencio de nuevo.

“Esperen, esperen, déjenme ver si entendí.” Yeosang apunta hacia Wooyoung. “Tú mataste a alguien y tú…” mueve su mano hacía San. “Tú básicamente eres parte de una pandilla.”

Wooyoung frunce el ceño.

“Bueno, si lo miras así…”

“Joder.” Yeosang se cruza de brazos. “Me siento bastante fuera de lugar.”

“¿Ese es tu problema con todo esto?” San pregunta desconfiado.

“Bueno, si. Siento que soy el perdedor del grupo con amigos demasiado geniales. Como si, ustedes fueran los chicos que fuman y beben y yo fuera el chico con lentes, un corte raro y asma.”

Wooyoung ríe y San le da una rápida mirada.

“Esa es una analogía extraña.”

Yeosang hace un sonido y luego se inclina hacia adelante, moviendo su cabeza para ver bien a Wooyoung.

“Bueno, joder, eres muy guapo.”

“Oh” el pelinegro sonríe y baja la mirada. “Gracias.”

San arquea una ceja.

Esto fue un error. Siente que una migraña se aproxima. Yeosang vuelve a su asiento, tomando otra calada.

“Así que, ¿No sabemos exactamente a dónde vamos?”

“No tenemos idea.” Responde San. “Lo cual se está convirtiendo en un problema.”

“No pensemos en eso por ahora.” Dice Wooyoung levantando sus piernas, sus pies en el borde del asiento y sus brazos cruzados sobre sus rodillas. “Sólo conduzcamos, siempre y cuando nos alejemos de Daegu.”

San no podría estar más de acuerdo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top