Capítulo 31

Les toma una hora de conducir el conseguir una farmacia. Otra media hora para conseguir un auto-servicio y saben que si no le llevan comida a Wooyoung ese chico les cortará el pene mientras duermen.
Conducen hacia el motel con el auto oliendo a hamburguesas, papas y nuggets. Yeosang
está resistiendo no poner una mano en las bolsas y meter lo que sea que encuentre en su boca.

“Yeosang.”

“¿Sí?”

San suspira pesadamente. “Creo que tenemos que hablar. Los tres.”

“En serio te gusta hablar.” Dice Yeosang, ignorando la incómoda sensación que se abre paso en su pecho.

“Bueno, necesitamos hacerlo.” San se muerde el labio inferior en preocupación, bajando la velocidad cuando se aproximan a una luz roja. “Apenas puedo ver a Wooyoung a los ojos, así que lo necesitamos.”

“Bien, hablemos entonces.”

“Ni siquiera puedo verte a los ojos.” Yeosang asiente.

“Sí, pude notarlo.”

No quería que sonara tan amargo, pero la verdad es que así se siente. Está molesto,
nervioso y tiene miedo.

“En serio lo…”

“Lo juro por Dios, dices que lo sientes una vez más y sacaré tu culo de este auto en
movimiento.”

San rueda los ojos. “Tú y Wooyoung seguro fueron a la misma escuela, ambos son idiotas dramáticos.”

“Bésame el culo.”

“¡Hey!”

“Bésame. El. Culo.”

San niega con la cabeza, pero Yeosang puede ver que intenta ocultar una sonrisa.

Cuando vuelven a la habitación, encuentran a Wooyoung sentándose con las piernas
cruzadas en la cama, almohadas puestas en su espalda, con el gato roncando con suavidad
acurrucado en los muslos del chico.

“Así que.” Wooyoung sonríe inocentemente. “Ya veo porqué no debí haberle puesto
nombre.”

San suelta un quejido.

“Por favor, dime que no…”

“Su nombre es Chayanne y lo amo.”

“Le puso nombre. No puedo creerlo.” Suspira San, derrotado.

Yeosang frunce en ceño.

“¿Lo bañaste?”

“Lo amo, Yeosang.” Wooyoung le sonríe al gato, ahora limpio y más esponjoso que antes.

“Tan tierno… Oh” Wooyoung los mira. “Huelo hamburguesas.”

San le tira una de las bolsas y se sube a la cama.

“Te trajimos antibióticos y ungüentos. Deberían ayudar a que sanes, así que come
primero.”

Yeosang se sienta en el sofá, cruzando sus piernas y finalmente poniendo sus manos en
la comida. Se mete un puñado de papas a la boca y finalmente siente que algo de tensión
baja de sus hombros.
Comen en silencio, demasiado ocupados en disfrutar sus compras como para decir algo.
Chayanne se despierta y maúlla hasta que Wooyoung le da una papa, el gatito comiendo de esta felizmente.

Luego de que Wooyoung se toma los antibióticos, San aclara su voz.

“Tenemos que hablar.”

Wooyoung suelta un quejido.

“¿Puedes esperar a que al menos las pastillas hagan efecto?”

San rueda los ojos.

“No. No puedo.”

“Bien.” Wooyoung cruza sus brazos. “Hablemos.”

“Lo que pasó ayer…” San mira sus manos. “Tal vez no fue mi culpa, pero no habría
pasado si no me hubiesen conocido. Sigo pensando eso."

Yeosang gruñe.

“Si no te hubiese conocido ya me habría suicidado, pero seguro.” Apunta a Wooyoung. “Y ¿Él? Demonios, ni siquiera quiero saber qué le habría pasado.”

“Tiene razón.” Wooyoung acaricia la cabeza de Chayanne. “Lo que dices no tiene sentido.
Muchas cosas podrían haber pasado si no te hubiésemos conocido. Ahora bien, lo que pasó ayer ya pasó y no podemos hacer nada. Salimos con vida gracias a Yeosang, deberíamos olvidarlo.”

San mira a Wooyoung.

“Casi mueres.”

“Tú también.” Responde Wooyoung. “No sucedió.”

Yeosang suspira y se sienta en la mesa con las piernas cruzadas.

“San, no quiero hablar de ayer, quiero saber por qué y cómo te metiste en ese cartel,
porque es obvio que no querías.”

San se relame los labios.

“Es complicado.”

“Tenemos todo el día.” Dice Wooyoung.
San no parece feliz con eso del todo. Pero Yeosang también sabe que no importa si
quiere hablar de eso o no, necesita hacerlo. Si sigue guardándose las cosas pensando que
está obligado a cuidarlos va a romperse, justo como la noche anterior.

“Tenía diecisiete.” Dice San finalmente. “Cuando Imoogi Pa no era tan grande como
ahora. Era una pequeña pandilla de idiotas, normalmente sólo traficaban en Daegu y más de la mitad de los miembros eran parte de la familia del líder. La razón por la cuál entré fue porque necesitaba dinero. No para mí.”

San aprieta los labios. “Para mi hermano.”

Wooyoung frunce el ceño.

“¿Tienes un hermano?”

“No de sangre. Su nombre es Jongho, lo conozco desde que tenía cuatro. Habíamos sido vecinos desde que era un mocoso, ambos crecimos sin dinero, sus padres eran buenas
personas, también me cuidaban porque mi familia no… ¿Cómo decirlo? Ellos nunca estaban. Entonces Jongho cumplió trece y sus padres murieron en un terrible accidente. Después de eso quedamos solos, pero no podíamos arriesgar a ser tomados por los servicios sociales porque son una mierda, así que me lo llevé y escapamos. Apenas tenía dinero para pagar un motel de mierda, mucho menos comida, entonces comencé a trabajar medio tiempo pero no era suficiente. Así que me uní a Imoogi Pa. En ese momento no era mala idea porque era un pequeño grupo, pero aún así tenía dinero para cuidar a Jongho, lo cual hizo que nos fuéramos a otro condominio. Sin embargo, cuando cumplí veinte Imoogi Pa comenzó a expandirse." San busca cigarrillos en sus bolsillos y enciende uno. “Era una locura, lo rápido que creció. Muchas personas entraban, otras personas eran enviadas desde otras ciudades para hacerse cargo de los negocios, haciéndolo cada vez más grande. Allí es cuando el viejo Dragón decidió hacerlo oficial, legítimo, éramos una asociación. Y allí es cuando me hicieron el tatuaje.” San hace un mohín. “Nunca olvidaré ese día. Mientras el hombre me tatuaba sólo podía pensar que jamás saldría. Y mierda, las cosas que he hecho en ese lugar…”

Yeosang espera a que San comience a hablar de nuevo, el silencio ensordecedor
inundando la habitación.

“No podía seguir, era horrible estar allí. Vi tantas cosas crudas y asquerosas en esos años e hice lo mismo e incluso más. No podía. Aguanté, esperé una oportunidad para salir de alguna forma u otra, encontré a otros miembros que necesitaban salir también y
descubrimos un pago gigante de opios. Uno de ellos se estaba haciendo cargo de los
negocios, así que iba a manejar el monto. Dividimos el dinero en partes iguales y el
esquema se trataba de salir inmediatamente, pero descubrieron a uno de ellos y el pedazo
de mierda nos delató. Así que por eso me buscaban. Le dejé a Jongho la mayor parte del dinero y me fui tan rápido como pude.” San los mira. “Luego los conocí.”

Wooyoung es el primero en hablar.
“¿Robaste el dinero para el chico?”

“Quería que fuera a la universidad, es inteligente.” Responde San. “Es un buen chico, sólo quería ayudarlo.”

Por supuesto que eso es lo que quería.
Porque así es San, siempre dispuesto a ayudar a las personas que necesitan salir de algo,
pero nunca a sí mismo.

“Así que… sí.” San se aclara la garganta. “Lo siento.”

“¿Por qué?” Pregunta Yeosang. “En serio deja…”

“Sólo quería que fueran felices.” San traga con fuerza y baja la mirada. “Estaban perdidos
cuando los conocí y quería que se sintieran mejor. Quería ayudarlos a estar un poco más
felices, y pensé que estaba haciéndolo, pero en vez de eso yo…”

“Lo hiciste.” Wooyoung lo interrumpe. “Nos ayudaste.”

“Sólo los metí en mi mierda. Eso es lo que hice. Yo tengo que decirles que…”

“¡No!” Wooyoung grita, San se paraliza por completo. “¡No digas eso!”

Yeosang frunce el ceño, observando la ira nublando las suaves facciones de Wooyoung,
sus ojos cortantes como hojillas.

“No entiendo qué…”

“¡No digas que vas a dejarnos!”

San no responde, pero mira a Wooyoung cómo si estuviera loco.

“¡Lo juro por Dios, si nos dejas nunca voy a perdonarte!” Continúa Wooyoung, acercando al gato a su pecho. “¡Voy a cazarte, no merecemos que nos dejes sólo porque piensas que es lo correcto! ¡No es tu…”

“¡No me voy a ir!” Dice San, sus ojos pasando por los de Wooyoung y Yeosang. “¡No lo
haré! ¡Eso no es lo que iba a decir!”

“¿Entonces qué?” Pregunta Yeosang. Si tuviese que ser honesto, tenía miedo de que San
dijera que los iba a dejar también. Incluso si esa mañana le prometió que no iba a
desaparecer, ese miedo sigue allí, en la parte trasera de su cabeza, sin interés alguno en
irse.

San respira profundamente.

“Quería decir… joder, por qué es tan com… los amo.” San asiente para sí mismo. “Los
amo a ambos, así que discúlpenme. Eso es lo que quería decir.”

Yeosang espera que las palabras hagan eco en su cabeza, que resuenen en sus oídos y se
repitan hasta que pueda entenderlas. Nada de eso sucede, pero mientras observa a San, que aún ni siquiera puede mirarlo a los ojos, esas palabras consiguen implantarse en su pecho
hasta que puede sentir su peso.

San cierra los ojos y, por un momento, algo cercano a un fuerte dolor aparece en su cara.

“Los amo demasiado.”

Wooyoung pone el gato en la cama y se arrastra hacia San, poniendo sus manos con
suavidad en su cuello, su cara escondida en la expansión del hombro de San. San no se
mueve por un par de segundos hasta comenzar a acariciar la espalda de Wooyoung, relajando sus facciones con el pasar de los segundos.

San mira a Yeosang y le extiende una mano.

“Estamos teniendo un lindo momento, ¿Qué haces allá?”

Yeosang ríe y se mueve hacia San, sosteniéndolo también, una de sus manos pasando por el cabello de Wooyoung. San posa su mentón en el hombro de Yeosang y éste puede sentir como sonríe un poco.

“Los amo demasiado” dice Wooyoung. “Idiotas.”

San se ríe, el sonido vibrando en el pecho de Yeosang y se encuentra riendo también.

“También los amo, pero creo que no es necesario decirlo.”

“¿Por qué estamos tan jodidos?” Pregunta San. “Tuvimos que estar en una experiencia
cercana a la muerte para dejar que saliera todo.”

“No me sorprende, ambos son un desastre.” Suspira Wooyoung. “Los tres, somos un
maldito desastre.”

“Lo somos.” Sonríe Yeosang. “Los tres.”

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top