Capítulo 18

Wooyoung abre sus ojos lentamente y voltea su cabeza. Cuando lo mira, Wooyoung gime sonoramente, con la voz rota, y luego extiende una mano en su dirección.

“Por favor…” Susurra. “Por favor, San hyung.”

San ni siquiera registra el momento en el que camina hacia ellos, pero antes de saberlo Wooyoung toma su mano y lo acerca hasta que sus labios chocan.

San siente la mano de Yeosang acariciando su cabello mientras Wooyoung lame su boca hambriento, sus manos insistentes en su camiseta.

“Mierda, espera” San se separa del beso y Wooyoung protesta. “Tenemos que hablar por un momento.”

“A la mierda hablar.” Espeta Wooyoung, desabrochando la camisa de San. “Podemos hablar luego.”

“Lo he estado provocando y manteniéndolo a raya.” Dice Yeosang, sus dedos abriéndose en tijeras dentro de la entrada de Wooyoung hasta que las manos del chico comienzan a temblar. “Al parecer se desespera rápidamente.”

“Yo…” San respira profundamente. “Tenemos que asegurarnos de que en serio quieren hacer esto.”

“Creí que eso estaba claro.” Yeosang ríe.

“No, tengo que asegurarme de que en serio me necesitan.”

Wooyoung deja de intentar desabotonar su camisa y lo mira con el ceño fruncido.

“¿Qué?”

“Siento que… no sé, después de la otra vez no hablamos pero ustedes parecían más apegados, así que pensé que…”

“¿Qué nos íbamos a deshacer de ti?” Pregunta Yeosang, con confusión. “¿Qué demonios?… No, en serio te deseamos.”

San trata de encontrar un rastro de mentira en los ojos de Yeosang pero no consigue nada. Absolutamente nada.

“Hyung” las manos de Wooyoung toman su cara. “Te queremos demasiado. Te necesitamos. No sólo por sexo, en general.”

San deja que las palabras retumben en su cabeza, tal vez se enamora del sonido.

“Me desean.”

“Por supuesto que sí.” Dice Yeosang. “Pero, ¿Es lo mismo para ti?”

“Pensé que era jodidamente obvio.”

“Bien, ya hablamos.” Wooyoung jala de su camisa. “Ahora fóllenme.”

San no puede evitar reír un poco con eso, pero corresponde el beso que Wooyoung le da mientras le despoja de su camisa, siente la mano de Yeosang bajo esta, sus dedos acariciando la piel y reprime un escalofrío.

“Oh, San, tu espalda.” Susurra Yeosang mientras desliza su camisa, San hace una mueca.

“Mierda, no lo miren, lo odio.”

Yeosang lo ignora y toca el tatuaje del dragón azul con sus dedos, líneas de tinta esparciéndose sobre la piel pálida de su espalda.

“Mierda, es hermoso.”

“No, no lo es.”

“Es el tatuaje de Imoogi Pa, ¿Cierto?” Pregunta Wooyoung, sin aliento. “Es precioso.”

“¿Podemos dejar de hablar de eso?” San no necesita pensar en ese tatuaje. No quiere pensar en él nunca más.

“Bien.” Asiente Wooyoung. “Si, está bien.”

“Ven, bebé.” Yeosang saca sus dedos de Wooyoung y el chico se queja de la pérdida. “Ponte en la cama.”

Wooyoung se baja de las piernas de Yeosang y se arrastra hacia la cama, acostado sobre su estómago, su entrepierna restregándose casi inconscientemente contra el edredón.

Las manos de Yeosang están en San de inmediato, finalmente quitándole la camisa y bajando con sus dedos el cierre de sus pantalones, San jala del borde de la camisa negra de Yeosang hasta que el mayor levanta sus brazos y deja que se la quite, tirándola en el piso.

“Yo lo hago, tú ve con él antes de que empiece a quejarse.” Dice Yeosang, poniéndose a un lado para que San se posicione en la cama.

“¿En dónde compraste el lubricante?” Pregunta San, tomando la botella que se encuentra en el colchón mientras se arrodilla junto a Wooyoung.

“Lo conseguí en un cajón.” Responde Yeosang mientras se quita los pantalones. “Sabor durazno.”

“Por supuesto.” San da un golpecito en la pierna de Wooyoung. “Sube tus caderas, amor.”

Wooyoung lo hace, subiendo sus caderas y arqueando su espalda de una forma que luce como un pescado, San deja que sus manos viajen hasta la curva del trasero de Wooyoung.

“Adoro tus piernas.” Dice, sus manos yendo a la parte interna de los muslos de Wooyoung. “Y adoro tu trasero también.”

Wooyoung murmura algo en la almohada, San abre las piernas de Wooyoung con su rodilla y ve su entrada apretándose alrededor de la nada.

“Quisiera besarla.”

“Joder, hazlo.” Wooyoung vuelve su cabeza hacia él, con ojos suplicantes.

San abre sus piernas aún más y luego se inclina, lamiendo una gran expansión desde su escroto hasta su entrada, moviendo su lengua en el borde y deleitándose con el sonido que hace Wooyoung, sus caderas temblorosas. San desliza su lengua contra la cavidad y la besa repetidas veces, atrapando el lubricante que sale de esta, luego desliza su lengua dentro y Wooyoung gime tan fuerte y dulcemente que San necesita tocar su miembro a través de la ropa interior.

“Hyung…” Dice Wooyoung, empujando su trasero y San toma sus caderas, mete un dedo mientras lo folla con la lengua y éste agarra las sábanas con fuerza. “No, no, para, mierda, detente.”

San inmediatamente se aleja.

“¿Qué pasa?”

“Nada, sólo que…” Wooyoung traga. “Me voy a venir si sigues haciendo eso y no quiero hacerlo sin que me folles.”

“Es bastante mandón, ¿No es así?” Dice San, mirando a Yeosang, el cual está arrodillado detrás de él, llenando su erección de lubricante.

“No tienes ni la menor idea.”

“Cállense y fóllenme, ¿Acaso tengo que suplicar?”

San lo mira.

“Tal vez.”

Los ojos de Wooyoung se cierran por un momento, su piel ruborizada.

“Hyung, por favor fóllame, por favor.”

“Mierda.” Susurra San, acariciando la espalda de Wooyoung. “Por favor dime que tenemos condones.”

Yeosang le sonríe.

“Por favor dinos que estás limpio.”

“¿Hablas en serio?”

“Ya hablamos de eso.” Yeosang besa su hombro. “Si te parece bien, claro…”

“Joder, bien. Sí, bien.”

Escucha a Yeosang moverse por unos segundos e inhala sorprendido cuando siente la mano del mayor masajeando su miembro, esparciendo lubricante por toda la longitud, sus labios rozando su nuca. Hay algo en la forma en la que Yeosang lo toca que hace que se sienta seguro. Hace que se sienta como si pudiera confiar en Yeosang en mucho más que esto, muchísimo más. Lo ama secretamente por aquello.

“Hyung…”

Con el quejido de Wooyoung, San aprieta su cadera confortantemente.

“Tienes que ser paciente.”

“¡He sido paciente!” Dice Wooyoung, desesperación en su voz. “Por favor, San hyung…”

“Bien, te tengo.” San se inclina hacia abajo, presionando sus labios en los hombros de Wooyoung, alineándose en su entrada y abriendo su trasero antes de meterse lentamente.

“Mierda.” San cierra sus ojos, la estrecha cavidad casi haciendo que pierda la cabeza. “Mierda, amor, estás tan apretado.”

Debajo de él, Wooyoung gime y se remueve, su cara en la almohada y sus extremidades temblorosas.

“¿Estás bien?” Pregunta Yeosang detrás de ambos, una mano acariciando la espalda de Wooyoung.

“Si.” Traga Wooyoung. “Muévete por favor.”

San sale lentamente, Wooyoung apretándose más en él, toma la cintura del chico y vuelve a meterlo en una rápida estocada, empalando al menor. Wooyoung lloriquea, su voz alta y quebrándose al final, y pronto se encuentra embistiéndose contra él.

“Bien…” gime Wooyoung, volteando su cabeza para intentar ver a San. “Se siente tan bien, hyung.”

San intenta responder pero sus palabras mueren en su boca cuando siente que el dedo lubricado de Yeosang se abre paso en él con lentitud.

“Oh, joder.” San colapsa en la espalda de Wooyoung, metiéndose incluso más profundamente, Wooyoung chilla y San deja de moverse, aún dentro de él.

“¿Esto está bien?” Pregunta Yeosang, moviendo su dedo dentro de San.

“Sí.” San se relame los labios. “Está muy bien. Añade otro.”

Siente que Yeosang se tensa detrás de él.

“Espera, ¿Tan rápido? ¿Estás seguro d…”

“Añade otro, Sanggie.”

Después de una pausa, Yeosang obedece y apenas San siente el segundo dedo sus ojos se cierran con fuerza.

“Joder, sí, justo así.”

Los dedos arden y se siente bien, tan bien que San comienza a ver puntos blancos bajo sus párpados.

“¿Te gusta que duela?” La pregunta Yeosang, con los dedos moviéndose en su cavidad rápidamente. San siente un escalofrío cuando rozan su próstata y asiente débilmente.

“¿En serio?” Yeosang tiene probablemente esa sonrisa de autosuficiencia que aparece en su cara cuando algo va a su manera.

“M-me gustan muchas cosas.” Las uñas de San se entierran en la piel de las caderas de Wooyoung lo suficientemente fuerte como para dejar marcas. “Me gustan ustedes dos. Me gustan tus dedos. Adoro el dinero.”

Yeosang ríe, añade un tercer dedo y San sisea entre dientes.

“Sé que lo haces. La próxima vez te voy a azotar con una paca de billetes, y ta… Wooyoung, ¿Qué sucede?”

Los ojos de San se abren cuando oye la preocupación en la voz de Yeosang y mira al chico. Wooyoung está temblando, todo su cuerpo se sacude lleno de sudor, su pecho sube y baja frenéticamente y San puede ver lágrimas en sus mejillas.

“¿Amor? Wooyoung, ¿Qué pasa?”

Wooyoung gimotea débilmente, San pasa su mano por el cabello mojado y lo aparta de su frente.

“Háblanos, ¿Qué pasó?”

“Yo…” Wooyoung solloza. “De verdad quiero correrme, p-pero dejaron de moverse y…”

“Shhh… está bien.”

“Estoy bien, sólo que…” Wooyoung empuja su trasero hacia el pene de San, haciendo que éste se atragante. “Necesito venirme, hyung.”

San se inclina hacia abajo, dejando besos en su cuello y mandíbula.

“Danos un segundo, ¿Sí?” Susurra. “Eres tan bueno, amor.”

“Mmmh” Wooyoung parece relajarse un poco. “¿Lo soy?”

“Jodidamente bueno.” San vuelve a presionarse sobre los dedos de Yeosang y éste comienza a moverlos de nuevo, Wooyoung tiembla con las lentas embestidas. “Tan bueno y hermoso, eres hermoso por todas partes.”

Wooyoung se contrae aún más en él y los dedos de Yeosang comienzan a moverse aún más rápidamente, San muerde la parte inferior de su mejilla.

“Eres maravilloso, amor, tú…Oh, mierda.” La pelvis de San da una sacudida cuando Yeosang comienza a masajear su próstata, Wooyoung se arquea debajo de él. “Mierda, sólo fóllame, Sanggie.”

Yeosang saca sus dedos lentamente, toma sus caderas y mete su miembro con cuidado. San entra en un trance cuando siente la erección de Yeosang estirando sus paredes lentamente, jadeando contra su cuello.

“Mierda, estás tan estrecho.” Yeosang lo besa detrás de la oreja. “¿Estás bien, cariño?”

“Duele demasiado.” Susurra San. “Sácala. Quiero intentar algo.”

Yeosang saca su hombría hasta que sólo permanece la punta y San sisea por un momento, su pene espasmeando dentro de Wooyoung. San traga y mueve sus caderas hacia atrás en el miembro de Yeosang, saliendo de Wooyoung, quien se queja en protesta. Entonces San entra en Wooyoung de nuevo, fuertemente, la mano de Yeosang aferrándose en sus caderas y Wooyoung lloriquea de placer.

“Joder sí, sí, ahí está.” Sisea San, sonriendo, y comienza a moverse entre ellos, el pequeño dolor que le da Yeosang proporcional al placer que le da la cavidad de Wooyoung, sintiéndose tan bien que podría ahogarse en la sensación.

“Mierda.” Gime Yeosang detrás de él, dejando que San se folle con su pene.

“Hyung.” Jadea Wooyoung, ahogándose, con su cara en la almohada. San acaricia su espalda.

“Tienes que respirar, amor.”

Wooyoung no le responde pero San siente como se contrae un poco. Allí es cuando entiende.

“¿Amor? ¿Quieres respirar o…” pregunta, embistiendo con suavidad. Wooyoung aún no responde.

“¿Bebé?” Intenta Yeosang. “Tú…mierda, cariño… ¿Quieres que te ahorquemos?”

“Por favor.” Wooyoung se sostiene con sus codos. “Sí, por favor.”

“Mierda.” San cierra sus ojos, con la boca reseca.

“No tienes qué si… Si te incomoda o…”

“Claro que no.” San sigue moviendo sus caderas, mientras envuelve sus dedos en la tráquea de Wooyoung y presiona.

Wooyoung se contrae en él muy fuerte, ahogándose en un gemido. San puede sentir como la adrenalina llena sus venas.

Yeosang repentinamente toma el control y comienza a embestir, empujándolo profundamente dentro de Wooyoung. San gime tan fuerte que casi siente vergüenza.

“Joder, bebé, tan sólo mírate.” Gruñe Yeosang, San siente un escalofrío. “Tomando todo lo que te doy, eres jodidamente perfecto.”

Wooyoung suelta un gemido roto, su piel ruborizada en un suave carmesí, líquido preseminal manchando el edredón, San relaja su agarre en el cuello del chico y Wooyoung inhala fuertemente.

“Me vengo.” Gime. “Voy a correrme.”

“¿Te vas a correr sólo con el pene de tu hyung?” Los dedos de Yeosang tocan el pezón de San y éste tira su cabeza hacia atrás, apenas registrando el movimiento a causa del placer.

“¡S-Si!” Inhala Wooyoung. “Sí, Sanggie.”

“Vamos, cariño.” San presiona sus dedos en la garganta de Wooyoung y el chico se sacude debajo de él, moviéndose en la erección de San. “Vamos, precioso, tus hyungs quieren ver cómo te corres.” Wooyoung gime sin aliento y se viene, sus caderas temblando y acabando con su orgasmo hasta que San suelta su cuello. Wooyoung respira y gime por última vez, colapsando en la cama. San sigue embistiéndolo hasta que el chico gimotea.

“Es demasiado.” Wooyoung consigue decir y Yeosang deja de moverse, tomando a San hacia atrás hasta que sale de Wooyoung. El chico se hace bolita en la cama, su respiración entrecortada y su cuerpo tieso.

“¿Estás bien?” Le pregunta Yeosang a San.

“Sólo bastante sensible pero sí.”

“Bien.” Yeosang también se limpia. “¿Quién quiere estar en el medio?”

“Yo.” Responde San. “Se los suplico.”

Así que Yeosang se recuesta a su lado, suspirando pesadamente, una de sus manos sobre el estómago de San, la parte de atrás acariciando con suavidad la cadera de Wooyoung.

Después de minutos de silencio, Wooyoung ríe sin aliento.

“¿Qué es tan gracioso?” Pregunta San.

“Sólo… Creo que estoy muerto.”

Yeosang ríe.

“Estás jodidamente asqueroso, esa es la razón por la que te sientes así.”

Wooyoung hace un sonido.

“Te encanta. A ambos en realidad.”

“Claro que sí.” San respira profundamente. “Aún tenemos que hablar.”

“Lo haremos.” Wooyoung besa su hombro. “Sólo que no ahora. Mañana.”

“Bien.”

Silencio de nuevo y San se siente divagando, cálido y seguro entre los dos chicos, hasta que Wooyoung decide hablar de nuevo.

“Quiero helado.”

“Te voy a patear el culo.” Sisea San.

“Me da hambre luego de una buena follada.”

Yeosang suspira.

“¿Quieres, San?”

“¿Vas a buscarlo tú?”

“Sí.”

“Entonces sí.”

“Que falso.” Yeosang se levanta y va a la cocina, volviendo con helado y tres cucharas.

Gastan el resto de sus horas degustando el delicioso helado hasta que Wooyoung se duerme sobre él y Yeosang aparta el recipiente, sosteniéndolo cerca y respirando contra su cuello.

San cree que así es como debería sentirse la vida

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