Capítulo 17

Están en el club de nuevo, en otro de esos eventos que a Changbin parece gustarle tanto. San ha estado sosteniendo su whisky por casi una hora, apenas bebiendo de éste.

Wooyoung y Yeosang están en otra parte, probablemente bailando. San volvió a rechazar la invitación.

“No estoy lo suficientemente ebrio.”

Esa excusa será su sentencia de muerte.

Se levanta de la baranda, mira la pista de baile y consigue el cabello rubio de Yeosang entre la gente, así que supone que están bien y sale a fumar.

El aire está frío esa noche. Nada de ese calor sofocante que lo ha torturado hasta entonces, el cielo está libre de nubes y la ciudad está silenciosa en medio de la noche, el único sonido siendo la música que proviene del club.

San recuesta su espalda en la pared, respirando profundamente. La puerta se abre y la música se escucha fuertemente, un chico y una chica corren tomados de la mano afuera, apenas notando a San. La puerta automática vuelve a cerrarse, la música amortiguada de nuevo. San enciende un cigarrillo e intenta caer en la rutina de fumar: sube tu brazo, inhala, exhala, baja tu brazo, mira la nube de humo blanco. Luce casi púrpura en la noche.

La puerta vuelve a abrirse, San no voltea a ver quien es, sólo sigue fumando.

“¿Me darías uno?”

San se voltea y mira a Changbin, observándolo con una de esas sonrisas cálidas.

“Seguro.” San le da su paquete de cigarros, Changbin toma uno y lo enciende. Changbin fuma como todos los demás suelen hacerlo: ruidoso y rápido. Cada vez que exhala hace un show, casi silbando, haciendo anillos de humo en el aire. Ya está tomando otra calada incluso aunque no haya expulsado todo el humo en sus pulmones.

“Así que…” inicia el chico. “¿Qué se traen los tres?”

“No sé de que hablas.”

“Vamos, Sannie.” Changbin frota la mejilla de San. “Eres mi hermano, puedes hablar conmigo. ¿Quién se folla a quién?”

“¿Quién dice que estamos follando?”

Changbin se ríe y San quiere golpearlo en la cara.

“Por favor. Conozco a Wooyoung, demonios, me he follado a Wooyoung. Muchas veces. Sé como luce cuando se folla a alguien. Te comienza a ver con ojos diferentes, esa perra cursi.”

San no responde.

“Así que, ¿A quién? Porque lo vi bailando con Yeosang, pero entonces en el bar te estaba mirando cómo…”

“A ambos.” San le corta.

“Espera, ¿A ambos? ¿Es en serio?”

San asiente, los ojos de Changbin se abren más.

“Esa maldita zorra suertuda.”

“Hombre…” murmura San, presionando sus labios en su cigarrillo.

“¿Entonces por qué no estás con ellos?”

San se encoge de hombros.

“Creo que sólo estaría estorbando. No me necesitan.”

Una pausa.

“¿Te dijeron eso?”

“No, no tuvieron qué. Puedo verlo.”

“Eres estúpido.”

“Hey” San se vuelve hacia el más bajo. “Una palabra más y…”

“¿Crees que Wooyoung hizo lo que sea que hizo contigo y luego sólo escogió a Yeosang sobre ti? ¿Eres estúpido?” Changbin se echa el cabello hacia atrás. “Wooyoung es la jodida persona más emocional que he conocido. Y se apega demasiado. Y cuando se folla a alguien puedes apostar que se atará y se volverá dependiente. Así es como es él. Es decir, no puedo hablar por Yeosang, pero conozco a Wooyoung. Si te folla es porque te desea, y una vez que lo hace también te necesita. Es como es él, ¿Sabes?” Changbin aprieta los labios. “Así que si para ti fue sólo una follada sin importancia entonces…”

“No lo fue.” Traga San. “No me va el sexo casual, no existe. Te follas a alguien e inmediatamente están conectados.”

Changbin asiente, toma una última calada y luego tira el cigarrillo al suelo.

“Diles entonces. Te estaban buscando hace un rato.”

San mira sus pies, asintiendo débilmente.

“Wooyoung me habló de Daegu.”

San sacude su cigarrillo.

“¿En serio?”

“Me habló de ese pedazo de mierda.” Changbin suspira. “¿Habla de él con ustedes?”

“No. No creo que quiera.”

Changbin afirma.

“Necesita hacerlo, lo jodió bastante. Cuando hablamos, la primera vez que vinieron, no indage pero mierda, con tan sólo ver sus ojos… nunca lo había visto tan asustado. También es por eso que te voy a dar una advertencia.”

San frunce el entrecejo, la voz de Changbin es repentinamente demasiado grave para una cara como la suya, demasiado seria.

“Trátalo con cuidado. Tú y Yeosang. Si no lo hacen entonces mierda, no quieren saber lo que puedo hacer.”

Changbin le sonríe, abre la puerta y desaparece en el club, dejando a San solo.

“Ese niño da miedo.” Murmura para sí mismo.

Pero Changbin tiene razón. Necesitan hablar. Y sabe que el mayor dice la verdad con respecto a Wooyoung, sabe que no juega con sentimientos. Lo sabe. Pero, ¿Y Yeosang? Tal vez Yeosang no necesite sentimientos, tal vez nunca los quiso, o tal vez sólo quiera a Wooyoung, ¿Entonces qué se supone que haga? Porque tal vez no lo necesiten, pero San está seguro de que los necesita a ambos. Tienen que hablar pero está aterrorizado.

“¿En qué demonios me metí?” San tira el cigarrillo en el suelo y lo pisa antes de volver al club, la música lo suficientemente alta como para retumbar en sus oídos. Decide buscarlos, decirles que tienen que ir a casa, intentar hablar. No puede seguir así, y está seguro de que ninguno puede. Necesitan aclarar las cosas y, si en serio no lo necesitan, entonces San se irá. Si en serio es “el otro”, entonces no hay espacio para él con ellos.

Los busca en el piso de arriba, escaneando la multitud, pero no parece conseguir los cabellos rubios. Vuelve al bar, el bartender haciendo esa cosa cliché de limpiar un vaso impecable con un pedazo de tela.

“Hey, ¿Has visto a los otros que estaban conmigo? Uno tiene el cabello rubio, y uno como de mi estatura.” Se apunta a sí mismo.

“Sí, seguro.” Le dice el hombre y asiente hacia la entrada principal. “Te estaban buscando, les dije que te vi yéndote así que pensaron que te fuiste a casa.”

“Oh, gracias.”

San se va del club rápidamente. Así que pensaron que se fue a casa cuando no pudieron encontrarlo. El hecho de que le buscaban inunda su pecho con una sensación cálida. Camina rápidamente, maldiciéndose por haber decidido no tomar el auto consigo esa noche. Aunque el apartamento no queda lejos, sólo unos quince minutos caminando lentamente. En vez de eso, camina rápidamente, sólo deseando volver a casa y hablar, decirles lo que necesitan los tres para entender qué mierda pasa.

Una vez llega al departamento ve que las luces de la sala están encendidas. Abre la puerta con la copia de sus llaves y entra, esperando verlos en el sofá. En vez de eso encuentra silencio, y la sala de estar vacía. Cierra la puerta suavemente, asegurándose de no hacer ningún sonido. Tal vez es tarde después de todo, son las tres de la mañana. Apaga las luces y se quita los zapatos, yendo hacia su habitación. Camina hacia el pasillo y ve la puerta ligeramente abierta, una línea de luz proyectándose en el piso. Entonces lo oye. Su corazón late fuertemente al oír a Wooyoung gimiendo, dejando que suaves quejidos escapen de su boca.

Antes de poder detenerse, camina hacia la habitación y abre la puerta un poco más. Yeosang está sentado en el borde la cama, Wooyoung sentado en su regazo, desnudo, sus muslos temblando cada vez que los dedos de Yeosang embisten su cavidad, con lubricante saliendo de esta.

No es celos lo que siente. Es distinto. Es necesidad. Deseo. Los desea. Pero están bien sin él. Tenía razón, habían estado follando. Por supuesto que lo estaban.

“Sanggie…”

“Shhh, te tengo.” Yeosang lame sus clavículas y los ojos de Wooyoung se cierran.

Entonces Yeosang aparta la mirada de Wooyoung y sus ojos notan los de San, que sigue observándolos, inmóvil. Yeosang sonríe, curva sus dedos y Wooyoung gime fuertemente.

“Dime por qué no quieres que te folle aún.” Dice Yeosang.

“Y-ya te dije.”

“Dime de nuevo.”

Wooyoung empuja su trasero contra los dedos de Yeosang, mordiéndose los labios.

“San.”

San contiene la respiración.

Yeosang hace un sonido, aún sosteniendo la mirada de San y metiendo sus dedos en Wooyoung.

“¿Qué pasa con él?”

“Quiero… Mierda… Lo quiero a él también.” Wooyoung jadea. “Lo deseo a él también.”

Yeosang asiente.

“Hemos estado esperando a San, ¿Verdad? Has estado esperando aunque de verdad quieres correrte, ¿Cierto?”

“Si.” Wooyoung arquea su espalda, su boca abriéndose cuando Yeosang añade otro dedo, San los mira. “Quiero a San también. Los deseo a los dos, por favor.”

Yeosang traga con fuerza, sus ojos aún posados en los de San.

“Mierda, yo también. También lo deseo.” Se vuelve hacia Wooyoung, besando su mentón. “¿El bebito quiere que ambos nos lo follemos?”

San siente que su boca se seca cuando Wooyoung parece entusiasmarse y observa como su pene comienza a derramar líquido preseminal.

“Por favor, los quiero a ambos demasiado.” Yeosang sonríe contra su cuello.

“Mira la puerta, bebé.”

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