Loki termina de usar la secadora y de arreglarse el pelo. No deja de escrutarse frente al espejo, asegurándose de verse apetecible y lindo para Peter. Claro que no iba a desaprovechar la oportunidad que el viaje escolar les brindaba: una habitación de hotel, una cama matrimonial y ganas de que por fin suceda eso entre los dos.

Pensó en hacer su entrada en ropa interior, pero no quería hacer el trabajo de Peter, por eso optó por colocarse la playera que su novio había usado ese día.

Antes de abandonar su santuario, aseguró su trasero se siguiera viendo voluptuoso. Entonces, salió del baño.

Peter estaba en la cama, justo donde lo quería, distraído con su celular. Ya que ni su presencia capturó la atención que esperaba, Loki recurrió a echarse boca abajo a su lado, dando un melodioso suspiro y dejando a la vista el atributo que aguardaba por el castaño.

Creía había sido lo suficientemente obvio, lo suficiente para que Peter le arrancara la ropa y lo hiciera suyo esa noche, sin embargo, se sorprendió al ser cubierto por una manta. Peter lo cubrió de pies a cuello y clausuró el acto con un beso en su cabeza.

- Buenas noches, Loki.

La lujuria cedió a la conmoción. Loki no sabía que había hecho para merecer a alguien tan puro y lindo como Peter.

Durmió feliz, más feliz de lo que hubiera dormido si el chico le hubiera dado duro toda la noche. Ya mañana sería otro día... otro día para intentar corromper al virginal Parker.