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Desde ese día has permanecido en la cama, no te mueves para casi nada, no comes aunque sientas como alguien dentro de ti te reclama, porque sí, al fin aceptaste que estás compartiendo un cuerpo con una persona que pronto va a nacer y repetir tu mismo destino.

Aunque todos intentan animarte con pláticas o caricias, tu lengua no suelta más que escuetos "Sí" o "No", es como si de repente te hubieran encerrado dentro de una burbuja que te impide interactuar con lo que te rodea.

Ni siquiera notaste el momento en que Jin empezó a tener fuertes dolores que lo hacían retorcerse en su cama hasta que una de las enfermeras entró al cuarto para llevárselo porque dijo que al fin su enfermedad iba a desaparecer; tampoco te diste cuenta del momento en que Taehyung fue intoxicado con una de las comidas hasta el punto en que los vómitos lo llevaron a terminar con un suero dentro de sus venas aunque todos supieran sobre la ansiedad que le provocan las agujas; no notaste como Namjoon empezó a contarte sobre lo incómodo que se sentía de no poder entrar en la pijama que los obligaban a usar desde el primer día y como las enfermeras ignoraban sus peticiones por una más grande, por supuesto, fue imposible que te enteraras que contrajo hipotermia y murió por las complicaciones que tuvo su cuerpo para sanarlo y hacer que el pequeño humano terminara de crecer, tal vez sólo escuchaste el cuchicheo de las enfermeras sobre que habían logrado a la niña que guardaba en sus entrañas.

Poco a poco estás quedándote solo, pero tu mente y corazón te obligan a fingir que no te duele para que nadie sepa en qué punto puedes quebrarte.

A veces Yoonji te reclama por no haber terminado su retrato, incluso trata de obligarte a hacerlo con tal de que vuelvas a ser el de antes, en el fondo sabe que tu silencio suplica por que se vaya.

Has olvidado lo que eres y lo que fuiste, todo es culpa de las mentiras que te atan sin piedad a un cuerpo adolorido que no tiene condición alguna para escapar. Miras el agua para recordar los momentos en que tú y Jimin eran tan soñadores e inocentes como para darse cuenta de la crueldad con que les mentían en la cara, de repente sientes un poco de envidia porque él al fin ha logrado escapar de esta prisión. Incluso llegas a pensar que Jin y Namjoon de verdad pudieron regresar a sus hogares pese a todo el dolor e impotencia, aunque es obvio que eso jamás sucedió.

Algo en ti se congela para alterar tu percepción sobre lo que sucede en realidad, puede ser que ya has perdido tu verdadera esencia.

Piensas en cómo sería el mundo si existiera la piedad, centenares de ideas no existirían y tal vez tu corazón no dolería como en este momento. Quieres mentirte con que estás bien, pero tu sonrisa es incapaz de mantenerse firme ante la lluvia de emociones que cae hasta empaparte en frustración.

Sientes un golpeteo en tu vientre, eres incapaz de odiar a un ser tan inocente como tú, desearías haberlo salvado, pero ni siquiera pudiste prevenirte a ti mismo —No sé si alguna vez notarás la triste linea que te obligarán a seguir como lo hicieron conmigo, me gustaría mucho que escucharas mis palabras antes de que te envuelvan en esta red sin escape.—Detestas tanto sentirte asfixiado por esa sensación de vivir en un mundo borroso, abrazas lo poco que puedes de tus piernas mientras la puerta del baño te oculta de cualquiera de las mujeres de afuera— Quisiera poder salvarte...

Tres golpes irrumpen tus pensamientos en voz alta, un impulso hace que te levantes de un salto en cuanto escuchas como Yoonji pide que abras, no entiendes porqué quieres obedecerla, pero sólo lo haces, te rindes ante ese fantasma que te ha perseguido para despertarte de la ilusión en que siempre creíste.— Hoba, soy yo...

La puerta se abre lo suficiente como para que ambos entren en el cubículo, ella te ha envuelto entre sus brazos para dejar que aspires el aroma de su cuello, es una sensación extraña que te reconforta— Ayúdame a escapar, no importa como sea,si quieres sólo quédate al bebé y déjame ir. Tú serás madre y yo seré libre. — La desesperación sale de tus poros, pero el confort de la chica te vuelve tan loco como para dejar que tus pensamientos más reales asomen frente a la fachada del chico perfecto que siempre trataste de ser, puede que tus súplicas cambien algo en su interior.

Ella siente lo mismo, tocaste la fibra insufrible para esa estrella así que todo ya está hecho, escaparás dentro de un par de noches, justo después de que nazca el bebé.

Puede que te llamen egoísta por no pensar en tus compañeros del alma, pero a final de cuentas ya no tiene caso tratar de intentar salvarlos, al fin caíste en cuenta que varios ya están muertos y que el más joven ni siquiera se ha despertado de la intoxicación.

Sientes como los días de repente se han vuelto más soportables, tu alegría sana a los enfermos y anima a los introvertidos a interactuar. Al fin Taehyung reacciona de su largo sueño, aquello te reconforta aún más, tu joven amigo ahora sabe que dejaste el trance que te sometía al llanto. Desayunaste con euforia, incluso pediste una ración más, acudiste a tu última consulta para que la doctora dijera en qué día terminaría tu enfermedad, al fin te sientes tan sobrio que ya no quieres actuar como alguien más, esa esperanza te hace sentir muy bien. Al fin decidiste terminar tu obra de arte, el retrato de Yoonji es tan hermoso que ella ha quedado cautivada con tu talento.— Serás un gran artista allá afuera, tus habilidades son impresionantes.

—Te lo agradezco, pero yo sólo pinto lo que veo en la realidad, mi obra es hermosa porque tú eres hermosa.

El sonrojo de ella explota, tu corazón late al ver esa reacción, parte de ti va a extrañar verla —A veces pienso que esta epidemia no fue tan mala, sin ella jamás habría conocido a un rayo de luz como tú. —No, definitivamente no quieres dejarla ir tan fácil.

—Yoon, ven conmigo, vayamos a conocer lo que nos contaron en los cuentos.

—Hobi...— Su sonrisa se borra, el semblante tan dulce se ha ido, tal vez fue mucha esperanza para un solo momento—Lo siento mucho...— Lo sabes, sólo que te niegas a escuchar, estás sólo en esto y no hay nada más que puedas hacer.

Taehyung sólo te observa desde la lejana ventana, no puede escucharte, pero una ligera sospecha delata parte de tus intenciones. Aunque lo ignoras, él te admira en silencio, no quiere intervenir a menos que tú quieras contarlo.

Algo en tu conciencia grita por qué le cuentes lo que harás, es la única oportunidad que tienes para no terminar como un egoísta, tu corazón lo sabe bien.

Entonces decides hacerlo, el joven muchacho te mira fijamente mientras que tratas de buscar las palabras adecuadas que lo ayuden a entender sin riesgo a ser descubiertos por alguien ajeno. —¿Qué quería contarme, hyung?— El honorífico te lleva a sentir más culpa, ¿qué harás si algo le pasa por tu ineficiencia?, rascas tu nuca para intentar tranquilizarte y encontrar una mejor solución.

—Tae, prométeme que vas a creer en mí sin importar lo que pase. — Él asiente con cariño, sus ojos de niño revelan cuánta confianza siente por ti, una vez que le cuentes, él deberá elegir lo que quiere hacer y ya no habrá marcha atrás.

Tu voz se corta en cuanto le narras toda la historia que Yoonji te contó, el momento en que cada pedazo de tu mente se fragmentó y no pudiste sentirte peor que un pez encerrado dentro de una minúscula pecera.

Pequeñas lágrimas caen entre sus tupidas pestañas, su frustración es evidente. No es fácil sobrellevar esa sensación de verte utilizado por alguien en quién confías. Se te contagia el pesar, pero debes ser fuerte para asumir el mando en cualquier momento.

—Hyung, si es verdad eso de que tenemos un bebé dentro, entonces quiero quedarme a intentar cuidarlo por mi mismo. Yoonji también es mujer como mi madre y como todas las que aquí nos cuidan, si de verdad quisieran hacernos daño nos habrían matado desde la primera oportunidad...lo lamento, pero creo que se está volviendo loco.

—Comprendo...— Sabías que era imposible, era muy probable que eso sucediera, ahora es momento de mantenerte firme aunque todo tu buen corazón sepa que vas a dejar morir a un alma inocente, debes entender que nada de eso fue tu culpa porque no eres nadie para decidir por la vida de los demás, aún si quisieras poder salvarles la vida.

Ambos van a la cama con una sensación de desconfianza como la de hace algunos meses, ya sabes que no debería importarte tanto porque no fue tu culpa, pero aún con ello ese ciclo se repite.

Una vez más no puedes dormir, quieres creer que es por angustia, pero esta ocasión es diferente pues la causa principal se trata de un piquetito que da cerca de tu columna mientras que tu vientre se tensa por algunos minutos de forma cíclica, así que intentas dar vueltas para calmar la incomodidad hasta que no puedes más. Es muy probable que tú mayor miedo esté por volverse realidad

Tus pies tocan el piso helado del pasillo que lleva al baño, de repente es más complicado intentar caminar, pero aún así llegas hasta la puerta.

Algo en tu parte baja se ha roto, lo sabes porque hay un líquido que baja de entre tus piernas, aferras tus manos a los costados de tu abdomen por reflejo, tus instintos te obligan a gritar por ayuda y no te detienes hasta que observas a Yoonji entrar con una camilla metálica y varias de sus compañeras.

Su asistencia es rápida y eficiente, dejaste de sentir dolor en cuanto ellas llegaron a socorrerte con una inyección directamente en la espalda que ha adormecido casi todas las partes de tu cuerpo.

De nuevo te encuentras en el consultorio del primer día, con la misma luz pegando contra tu cara y la misma mantilla cubriendo parte de tu torso. —Contaré hasta diez para dormirte, cuando despiertes ya nada te va a doler, ¿bien?

Una vez más sucede, el conteo termina y la promesa se cumple. 

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