026

Narra Jungkook

Eunbi golpeó con fuerza su mejilla, los ojos de Young no tardaron en llenarse de lágrimas, nonna se apresuró en correr hasta ellas para interponerse, inútilmente ya que EunBi se veía desatada y desnivelada, tanto así, que golpeó y golpeó el pecho de Young Min con sus ojos rojizos.

-Eunbi, dejala por favor... -suplicaba nonna con su voz quebradiza intentando alejarla de la mayor.

-¿Que estás haciéndo? -sollozaba Young y rápidamente los chicos se acercaron, Tae la sostenía a ella y Jimin se acercaba a la menor- EunBi por favor... ¿has tomado alcohol? -tocó su mejilla- ¿Que te hice yo para que me trates así?

-Eres de lo peor, maldita sea... Eres una ¡Enferma! -exclamo con su garganta adolorida debido a tanto llanto e intento lanzarse sobre ella, quién pego un gritó horrorizada y fue Tae quién termino resiviendo aquel pequeño rasguño, debido a que se posicionó delante de Young.

Hoseok se acercó desde la otra punta ya que había recibido una llamada y salió por un momento para oírla con mayor claridad.

Debido al escandalo, la seguridad se acercó hasta nosotros.- ¡Chicos no podemos estar aquí! -exclamo Nam y entendimos su temor. Después de todo al ser menores de edad y trainners de una empresa.

Si esto llega a las autoridades y por ende, termina llegando a la empresa, estaríamos en problemas reales; las sirenas se hicieron oir desde afuera del antro, sin dudarlo tanto y al ver la muchedumbre decidimos huir del lugar.

Hoseok al acercarse tomó la muñeca de Hwang, alejandola de Jimin quien la sostenía, puesto que era la que más débil se encontraba, pese aquella furia que la consumaba, su rostro se veía tan pálido que daba miedo. Observé como los ojos de Young reflejaban incredulidad y enojo, después de todo, Hoseok la dejo a su suerte, quien con rabia en su mirada, debe apresurarse en correr como los demás.

Tomé la mano de EunBi y no dude en arrastrarla lejos de los demás, por más de que ella gritaba por su amiga. Sé que Hoseok hyung la cuidará y debo de cuidar de ella también.

Narra Eunbi 🎶

Abrí mis ojos con gran pesadez y dolor de cabeza, me sentía horrible, observé aquel techo de mimbre con difícultad, de hecho podía sentir el cuarto moverse constantemente. Las paredes de aquella habitación me resultaron extrañas y con dificultad me senté sobre el colchón, lleve ambas manos hacia el rostro y cabeza, frote con desesperación mí cabello.

Recordé la pelea de anoche, y aunque borroso, también recordé a ese maldito idiota.

Abracé mí cuerpo con temor e inquietud, en serio fue capaz de encerrarme en un maldito y asqueroso baño de hombres, en donde podía pasarme cualquier tipo de infortunio por imbéciles alcoholizados y bajo el efecto de drogas...

"Drogas" abrí mis ojos con temor, ella me drogo con aquel trago helado. Está loca.

Solloce abrazada a mis piernas, si Namjoon y Seokjin no hubiesen llegado a tiempo yo...

Un escalofrío rodeó mí cuerpo y las náuseas volvieron, sin poder contenerme vomité a un costado de la cama. Con debilidad y gran dolor de estómago y una fuerte migraña, me baje de la cama y decidí salir de aquella habitación.

¿Dónde diablos estoy?

Fugasmente recordé el rostro de Hoseok antes de cerrar los ojos, cayendo inconsciente.

Mis pasos se dirigieron hacia aquella escalera, mis fosas nasales olfatearon aquel aroma inconfundible. Me dirigí hasta el cuarto de dónde provenía, una pequeña cocina y le observé de espaldas.

-¿Tú lo hiciste? -pregunte apenada al observar la sopa para la resaca sobre aquella mesa familiera.

-Sientete orgullosa, eres la primera chica a la que le cocinó sopa y está en casa -sonrío divertido- Me alegra que estás despierta y bien.

-¿Yung Min? -pregunte con mí vista gacha y avergonzada.

-Ella es diferente... -dolio oirlo provenir de su boca, una cosa era que aquel lobo revestida en piel de cordero me lo restregara en el rostro; pero oirlo de sus labios, sabia tan amargo y doloroso.

-¿Lo escuchaste? -indague en un leve susurro, de hecho, podia sentir mi timbre de voz colgar de un hilo. Asintió sin decir nada más, sólo regreso a los utencillos sucios- Yo... -no quería que me viera como una mala persona, después de todo lo entendí. Ella quería hacerme perder la cordura y quedar como la inocente damnificada.

Soy una completa idiota...

-Come, no importa -volteo para tomar un repasador y cecar sus manos para verme con una leve sonrisa aún en sus labios.- Eres demasiado mala con la bebida, no deberias tomar hasta cumplir la mayoria de edad. -reprendio con severidad y me apene; no por lo que dijo, se que no fue el caso, pero ella me engatuso tan bien. Lo que en verdad me apenó fue darme cuenta, que despues de todo, yo me encontraba en su casa, en su cama y llevaba su camiseta puesta, por favor, ¡desperté en su colchón! realmente soy patética.- Deja de acusarte y solo come, anda. -rió levemente para acercarse y desparramar mi cabello con su cálida sonrisa, para pasar de mi.

-¿A-a dónde vas? -pregunte avergonzada tocando mi cabello desprolijo.

-Ire a darme una ducha, ¿por qué? -volteo a verme- ¿quieres venir tambien? -abri mis ojos para fruncir el ceño y oir su risa- Sólo toma tu sopa, apestas a alchol y de seguro tu cabeza y estómago también lo saben. -se perdio entre las escaleras.

Su casa era tan acogedora, sonreí con dolor, me dolía y realmente me hacía sentir pequeña está estúpida situación. ¿Me sentí feliz por ser yo quién está aquí? Ella conoce está casa mejor de lo que Hoseok debe hacerlo, ella es su novia y yo... Sólo soy una maldita "niña".

Con el nudo en mí garganta y las lágrimas cayendo, tomé la cuchara para dar la primera cucharada a la sopa que preparó para mí, su inútil mascota.

Limpie mis lágrimas y sin dudarlo, limpié mí plato, sólo para volver a su habitación y limpiar aquel desorden que deje.

-¡Eunbi! -suspiró al ingresar a su habitación y encontrarme mientras termine de cambiar sus sabanas- Aquí estás... -suspiró para adentrarse y admirar el orden- no debiste...

-Gracias... -susurre para acomodar su almohada- Por todo... -sentí sus brazos rodearme y aquel gesto no solo me hizo sentir cálida y protegida, nuevamente me recordó a Young Min, su novia trastornada.

-Lamento lo que pasó anoche -abrí mis ojos, Él, ¿Lo sabe?- Nam me contó que te encontró en una situación... -se detuvo y sentí sus manos aferrarse a mí cintura con fuerza y presión- Lamento no haber estado ahí para ti... -su timbre de voz se oía quebradizo, apenado y culpable. Él era sincero.

-No importa... -me duele tanto- estoy bien... -claro que no estoy bien.

-Sabes que cuentas conmigo. -aseguro para esconder su rostro sobre mí hombro izquierdo.

Habla, dile...

Negué cabizbaja, mordiendo mis labios con unas inmensas ganas de llorar.

No pedir ayuda no te hace valiente, no seas idiota EunBi...

-Dime una cosa, -asintio aún aferrado a mi- ¿A ti... te gusta Young Min? -dudo unos momentos en reponder.

-Solo es mi amiga. -mentiras, mentiras que duelen.

-¡Oppa! -oimos el gritó de una chica que se adentro a la habitación- Ah... lo-lo siento... -voltee a verla y frunci levemente mí ceño, haciendo memoria.

La chica que preparó los disfraces de la fiesta de la era Joseon.- ¿Jiwoo? -pregunte dudosa, ella sonrió al recordarme.

-Eunbi, ¿verdad? -Hoseok soltó mí cintura y con ello, el abrazó por la espalda, el frío recorrió mí cuerpo al sentirlo lejos de mi- Algo me decía que nos volveríamos a ver. Vamos a bajo, omma y appa estarán feliz de que traigas a una amiga a casa.

Con pena y vergüenza bajamos, conocí a su familia, realmente eran cálidos, tanto como él.

Aquello dolía aún más.

Él me acompaño hasta casa por incistencia de su madre y hermana, su padre me pidió que vuelva alguna vez de visita, que las puertas estarían abriertas.

-Adiós pequeña -acaricio mí cabello con dulzura y con aquella bella sonrisa en sus labios.

Dilo, merece saber, mereces desahogarte. No pedir ayuda no te hace valiente.

-Adiós, -se alejó con pesar de mí portico- oppa... -solloce dejando fluir aquellas lágrimas e ingresando a mí casa.

¿Para qué? Nada cambiará, ella llegó primero.

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