La operación “Novios Invisibles” comenzó y todos colaboraron al máximo, fue como si nada en el mundo fuera más importante que el amor de Chace y Amy. Elisa no demoró en fastidiarse de ser la mensajera entre los dos, de estar organizando sus encuentros amorosos y de pronto todo se le hizo nauseabundo. Daba gracias de que la relación de odio entre ella y Chace continuaba igual y su desprecio por Amy crecía con cada día, continuaba pensando que era demasiado arriesgar a su familia por el amor que le profesaba a Chace, pero ni modo había prometido ayudarlos y ahora debía cumplir con su palabra. Ian, Liam y Alex no estaban menos aburridos con la situación. Aunque en uno de ellos su admiración o preferencia por Amy iba creciendo.

Chace ya no aguantaba tener que ver a Amy en pocas ocasiones, en un tiempo limitado y más escondido que un terroristas, su odio por su madre nunca había sido más intenso. Quería gritarle que amaba a Amy y que lucharía por ella, pero no podía hacerlo. La amargura lo estaba consumiendo y no sabía cuánto tiempo más podría aguantar.  Y así pasaron dos meses.

—¿Cómo pueden ser tan idiotas? — gritaba Elisa.

—No fue culpa de nosotros —respondía Ian.

—La chismosa de Ava ya estará diciéndole a todo el mundo que Chace tiene novia — continuaba Elisa.

—Con negarlo tiene — decía Alex con fastidio —. Además Ava sabe que Chace tiene novia más no sabe quién es.

—Por otro lado nosotros siempre bromeamos, nada pudo haber sido en serio y Ava es tan chismosa que nadie cree sus cosas — Liam había sido el causante de que se supiera del noviazgo de Chace, mencionó que Chace se había tomado en serio eso de la fidelidad a su pareja, Ava lo escuchó y era cuestión de segundos que todos lo supieran.

—Bueno… —Elisa suspiraba — ya verá Piolín como hace para salir de esto, ahora me voy tengo cosas que hacer — tomó su celular y se dispuso a salir.

—¿Qué tantas cosas tienes que hacer? — preguntó Liam.

—Cosas, a ustedes que les importa.

—¿Sigues de amiga de los nerds? O ¿vas a otro juego de básquet con James? — Ian se interponía entre la puerta y ella.

—¡Por Dios! ¿Ahora no puedo tener más amigos que ustedes? creí que ese era tema viejo, la verdad me aburrí de que mi vida girara en dos seres que a decir verdad no tolero. Ustedes tienen sus noviecitas, sus amigotes de la universidad, no me culpen por tener unos amigos en la escuela, en realidad simplemente son conocidos y no son nerds. En cuanto a James, él siempre ha sido nuestro amigo esa vez me retó a que nunca podría ganarle y bueno le gané — decía triunfante.

—Y luego te lo has conseguido mucho — agregó Alex, había algo que no le agradaba.

—James no es el problema, incluso su grupo y el nuestro deberían juntarse de nuevo para recordar viejos tiempos — Liam recordaba que en las vacaciones ambos grupos sabían divertirse bien, playa, licor y mujeres vino a su mente —, pero no pases tanto tiempo con los baby nerds, la reputación Elisa.

—Aghh vayan a cuidar a otra, me gusta hacer experimentos en el laboratorio con ellos, la otra vez hicimos una bomba y…

—Sí, sí Elisa, ya vete — interrumpía Ian hablando con fastidio.

—¡Púdranse!

Fue lo último que dijo Elisa antes de salir de ahí. No se arrepentía de tener nuevos amigos, claro no eran geniales como Liam, Ian y Alex, pero podía entretenerse. Los tres no eran nerds en absoluto, eran ricos y hasta populares, inferiores a los cuatro, pero aun así tenían algo de caché.  Con Elisa aprendieron a divertirse de forma extravagante, definitivamente Elisa tenía el don de hacer cosas divertidas, rogaba que ese don nunca se agotara o sino la soledad la embargaría.

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—¡Aghh! esa mugre Elisa que no aparece — decía Chace furioso, sabía que de un momento a otro su madre llegaría a interrogarlo, aun no sabía cuándo.

—Ya vimos en el orfanato y no está, fuimos a la escuela y no está en el fulano súper increíble laboratorio de química — exclamaba Ian pensando — ¿A dónde van a divertirse los nerds?

—Yo que sé — respondió Alex de mal humor, mientras recostaba su cabeza en el asiento del carro tratando de buscar comodidad para dormir. Era normal que Alex tuviera sueño, pero no era anormal su forma de contestar, así que el resto se le quedo observando con extrañeza.

—¿Qué pasó Alex tienes la regla? —Preguntó Liam, a lo que todos comenzaron a reír.

—Que risa me da — dijo con ironía — tengo sueño y estamos dando vueltas por ahí buscando a Elisa — el tono despectivo en el que lo dijo dejó a todos con la boca abierta.

—Creí que de todos el que más la soportaba eras tú —Chace le daba un leve golpe en la cabeza —, pero ya veo que eres de mi bando, vengan esos cinco. Yo también la aborrezco, pero me es útil en estos momentos, cuando todo acabe amigo créeme que no la buscaremos.

—Bájale a tu velocidad Chace, porque Elisa es mi prima y nada malo nos ha hecho — Liam estaba molesto, era normal que Chace hablara mal de Elisa, pero no le gustaba que la estuviera usando —, bien que está ayudándote y…

—Yo no he dicho que aborrezca a Elisa — dijo Alex en un tono más alto —, es solo que estoy de mal humor hoy creo. Y Liam sabes que Chace siempre dice tonterías, nunca le has hecho caso no se lo hagas ahora, además Elisa disfruta de su desprecio. Contestando la pregunta inicial de Ian — restregó un poco sus ojos y es que el dolor de cabeza lo estaba matando — todos los bobos del colegio viven el centro comercial del este. El BigCenter quizás esté allá, y cuando la encontremos me va a oír por no contestar el maldito teléfono. Otra opción sería llamar a James quizás y estén juntos.

—¿Por qué estarían juntos? —preguntaba Chace sorprendido.

—Ahora son muy amiguitos —respondió Ian —. La verdad solo la hemos cachado una vez con su grupo, pero la Elisa está resultando ser una traicionera.

—Entonces se pasó al grupo de James. Me daría igual si no fuera porque ahora mismo la necesito — Chace miró como Liam lo miraba con rabia, entonces cambió —. Liam tu sabes que solo bromeo.

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—¡La mato! — Liam ya cansado zarandeaba su celular.

—Creo que sería bueno seguir el consejo de Alex y llamar a James, quizás y si sepa algo — Ian tomaba su celular para marcar el número.

—James está allá — señaló Chace al piso superior, entraba con su grupo de secuaces a ese local de juegos, todos reviraron a ver y de pronto el grito de una chica al lado de ellos los asusto.

—¡No lo puedo creer! — Gritaba la pequeña rubia de anteojos — James, Jude, Alberth y Colin llegaron hace un rato, y ahora Ian, Liam, Alex y Chace están aquí —. Continuaba gritando — esto debe ser un sueño.

Los cuatro se miraron con extrañeza, esa chica de verdad estaba loca. Inmediatamente se apresuraron a seguir a James ya sabían que no estaba con Elisa pero nada les costaba preguntarle. En cuanto entraron a aquel lugar oscuro lleno de juegos extraños y luces de colores por doquier no pasaron desapercibidos, aunque una gran multitud estaba interesada en otra cosa, se acercaron para ver que era aquello que observaban y los entretenía tanto, ninguno estaba preparado para lo que vio.

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Diez minutos antes

—¿Esto los divierte? — decía despectivamente.

—Sí, es divertido — Morgan la empujaba un poco para que caminara.

—¡Ven Elisa! desarruga esa cara, te reto — Paul la llamaba a esa gran máquina en donde había que seguir los pasos.

—Yo no sé bailar — dijo con algo de miedo.

—Inténtalo —  insistió Paul —, será esa cosa nueva del día.

—No, ese juego es absurdo y tonto.

—Elisa es una miedosa — comenzó a burlarse Morgan —, creía todo de ti menos que eras una cobarde.

—Yo no…

—Elisa Lubensky bailando, eso quiero verlo — señaló Maggi, era la chica a la que Elisa había dejado en su lugar hace unas semanas, siempre tan refinada, tan bien vestida, tan plástica.

Elisa pensó que no necesitaba demostrarle nada a nadie, pero tampoco quería quedar como una cobarde, así que se montó en aquella máquina e incluso retó a Maggi, la susodicha no demoró en aceptar se quitó sus tacones y todas las personas se comenzaron a aglomerar a su alrededor. Por primera vez en su vida Elisa sintió nervios, las manos le sudaban y sentía que las piernas comenzarían a temblarles, nunca le había importado lo que pensaran de ella, pero de pronto no quería ser la burla de todos esos idiotas. Antes de que empezaran James y su combo llegó.

—¡Elisa tu puedes! — Gritó el grandulón.

—Oh, esto no puede ser — dijo como rogando —. Más les vale que se vayan idiotas, esto es algo privado.

—No, nada que ver, esto tenemos que verlo — Jude aquel chico de ojos verdes y cabello castaño oscuro la miraba divertido, Elisa debía admitir que alguna vez cuando estaba muy pequeña pensó que Jude era lindo, pero eso fue hace mucho tiempo atrás.

—5,4 — la máquina comenzó a contar y es que Maggi no quería esperar a que Elisa estuviera lista.

—¡No, aun no! — gritó Elisa, pero el reloj ya marcaba 1.

Morgan, Peter y Paul le gritaban a Elisa indicándole cuando debía bajar las manos, cuando debía dar vueltas completas, y por suerte Elisa sabía recibir instrucciones, además que era rápida siguiendo las lucecitas “Pie derecho al frente, ahora atrás, cuerpo completo abajo” iba diciéndose todo rápidamente en su cabeza y hasta ahora no se había equivocado. Todo era un enredo, todo el mundo le gritaba, le decían cosas, le ordenaban cosas y ella tenía que escucharlos, ver la maquinita, escuchar la maquinita, seguir las lucecitas, creía que se estaba volviendo loca, no tenía tiempo para ver que hacía Maggi, pero Maggi era una experta, así que iban a la par. De pronto la maquina dejó de dar instrucciones.

—Pasos libres Elisa, ¡baila! — gritaba Morgan.

—¿Cómo? — Elisa se sentía perdida, Maggi se había apresurado a hacer un buen número de pasos  y ella no tenía idea.

—Con la mano derecha toca el botón de atrás, bajando tu cuerpo — gritaba James —. Estira la pierna izquierda — Elisa obedecía — brinca por encima de la baranda, brinca — gritaba.

De pronto James le iba indicando todo rápidamente y Elisa lo hacía, ella era atlética así que cuando le dijo que diera una voltereta completa atrás sin usar las manos lo hizo, y con eso se ganó unos buenos puntos, de nuevo la máquina comenzó a dar instrucciones, el primer paso era bajarse de espaldas y tocar con una de sus manos el piso, ya había hecho eso un montón de veces en ese rato.

—¿Qué haces? —aquella voz le heló el corazón, en lo que bajaba perdió el equilibrio y cayó, su cabeza rebotó en el suelo, todos los presentes hicieron el popular “uyyy” otros decían “sóbate” ahí en el suelo Elisa pudo ver a Chace, Liam, Ian y Alex viéndola en primera plana “porque me pasan estas cosas a mí”. Se apresuró a pararse e inmediatamente en la pantalla salió un Winner para Maggi y un Looser enorme para Elisa. Elisa miró su resultado y a los cuatro con más odio del que siempre les profesaba.

—¡Qué demonios hacen aquí! — Decía brava — Me hicieron perder.

—¿Qué haces tú aquí?  Esa es la pregunta — Chace le habla cerca y la tomó bruscamente del brazo.

—Elisa no te estaba yendo tan mal — dijo James acercándose —, puedes volver a intentarlo.

—Jamás — dijo sonriendo, no quería tampoco que vieran su frustración.

—Andando — Chace comenzó a jalarla del brazo entre la multitud. James intentó acercarse, pero Chace casi lo empujó.

—Ya suéltame, puedo caminar — gritaba Elisa, pero Chace no le hacía caso, en lo que salieron de aquel lugar se la llevó a rastras a un pasillo de esos en donde solo hay teléfonos para llamar y la pegó duro contra la pared.

—¿Qué te pasa? —protestó, sobándose la cabeza.

—¿Por qué no contestas el celular? — gritó.

—Ni siquiera sé dónde lo dejé.

—Que linda eres —dijo sarcásticamente —. Andando araña vamos a tu casa — le dio un leve manotazo en la cabeza que despeluco sus cabellos y tomándola del brazo nuevamente la comenzó a jalar por los pasillos de aquel centro comercial.

—¡Ah! No, ¡suéltame! — Gritaba — Díganle que me suelte.

—Ya Elisa ¡camina! — gritaban los demás, dándole leves empujones también.

—Me las van a pagar — trataba de zafarse pero era imposible.

—Quieta animal, camina — decía Chace divertido.

—Yo siendo tu no me reiría tanto — Chace supo a qué se refería pero no le hizo caso, sabía que en lo que se refería a ellos Elisa no era vengativa — ¡Auxilio! — comenzó a gritar, sin embargo Chace tapó su boca con sus manos y continuaron hasta subir al ascensor que los llevaría al estacionamiento. Una vez dentro la soltó.  

—Son unos animales ¿Qué les hice?

—Yo dormía placenteramente y tuve que estar por ahí recorriendo todo chicago para buscarte a ti — recalcó Alex.

—Elisa no querrás bailar para nosotros — dijo Ian, a lo que todos comenzaron a Reírse.

—Ja, ja, ja  creo que me voy a orinar de la risa — Elisa hablaba entre dientes —. Ya casi le iba a ganar a la Maggi esa y llegaron ustedes a destrozar todo.

—Nunca ibas a ganarle, ella es linda — Liam comía una chuchería.

—Lo que me faltaba. Les digo, acuéstense con quien se les dé la gana, pero no con Maggi, la odio, es mi enemiga, así que ella es un hombre para ustedes. Entendieron.

—Si me da la gana de lanzármela, lo haré — continuo Liam.

—Que buen primo tengo.

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Las discusiones de todo tipo continuaron hasta la casa de Elisa, una vez dentro de su habitación el tema cambio. Elisa no tenía ganas de pensar en Chace y Amy, ya el rumor de que él tenía novia había recorrido todo el planeta, la única solución era desmentirlo, él debía mantenerse a raya de Amy, estar tranquilo, salir más seguido con sus amigos, lucir natural. A Elisa como siempre se le dio la comisión de contarle todo a Amy, decirle como estaban las cosas, las medidas que iban a tomar por los momentos, como Elisa se lo imaginaba en su cabeza “mira tonta debes alejarte de Chace, pásate tu calentura con agua bien fría, él no puede verte o su vida y la de tu familia está arruinada, hazle un favor a la humanidad y consíguete otro novio ¿no entiendes que él y tú no tienen que estar juntos? Además es un idiota” Claro está Elisa no podría decírselo así, ya se imaginaba diciéndole todo de forma que la boba lo entendiera, luego escuchando sus llantos, lo injusta que era la vida, lo mucho que amaba a Chace, que ya no soportaba estar tanto tiempo sin verlo y bla, bla, bla.

—Si hablare con Amy, se lo diré, pero no en este mismo instante, me acordé que es el cumpleaños de Liz.

—¿Quién es Liz? —preguntaba Chace tocándose la cabeza, como señal de que le dolía.

—Liz es la menor del orfanato, hoy es su cumpleaños y no puedo creer que lo haya olvidado, así que primero iré allá, compraré una torta, muchos regalos y luego ya en la noche le diré todo a Amy.

—Claro que no, iras a decirle todo a Amy ahora mismo, ¡acaso no entiendes lo grave que es esto! — Chace le gritaba a la cara.

—¡Es grave para ti! — gritaba Elisa también —. Lo importante para mí es darle un poco de alegría a esa niña cuyos padres abandonaron

—Tú prometiste que me ayudarías.

—Sí Elisa, lo hiciste — intervino Ian — ¿no recuerdas? Estabas llorando y todo — Comenzó a reír, siendo secundado por Liam y Alex.

—Tal vez Chace deberías volver a llorar, ya sabes que Elisa se derrite con eso — continuo Liam.

—¿Saben qué? — Decía Elisa furiosa — No diré nada porque ustedes no lo valen. Sí, prometí ayudarte — miraba a Chace —, y lo haré, pero luego que atienda a mis niños, entendiste, tu querida Amy sabrá todo, pero…

— Amy

—Ahgg Chace si, Amy, ya le diré las cosas a Amy —gritó —. Quítate del camino, antes de que se haga más tarde.

Elisa no perdió tiempo, compró la torta, con la ayuda de su chofer compró muchos regalos y cosas para hacer una fiesta, el dinero todo lo puede, así que no le fue difícil que una agencia de festejos en cuestión de segundos le tuviera preparado todo y convirtieran el orfanato en un lugar agradable. Sin embargo, Elisa perdió la noción del tiempo, amaba jugar con aquellos niños, amaba estar ahí compartiendo con ellos, viendo como sus caras se iluminaban con cada regalo, como comían tan placenteramente, así que cuando se dio cuenta ya era muy tarde, los niños ya debían bañarse y dormir, y ella debía ir a hablar con Amy, muchas llamadas perdidas de Chace estaban en su celular. Solo le envió un mensaje “ya hablé con ella, mañana te cuento todo en tu casa”