Capítulo 44 parte 2
Éste capi está dedicado a mi querida amiga Anny, que siempre me ha apoyado. Ha leído creo que casi todo lo que he escrito y nunca tendré como agradecerle su apoyo. Sé que eres una chica estupenda y con un excelente futuro, te dije una vez que me moría por leer algo tuyo y aún estoy esperando. Sé que pasarás éste día genial y yo te doy un humilde regalo, lo único que puedo darte a la distancia, espero que te guste y disculpa todo lo malo. Feliz Cumpleaños Anny. :)
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Otra nota es que dejaré el link del video de una canción que por ahí en el capi pondré en que momento le den reproducir al video para que suene acorde al escrito, aunque no está muy bien sincronizado pero creo que así se sentirán más dentro de la historia. Ahora sí a leer.
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Elisa bajaba con toda la pomposidad que aquel vestido de corset y falda ancha le daba. Se había hecho bucles que caían por su espalda, sabía que ver a Chace así era una tortura porque se burlaría a sus anchas, pero nadie más que ella estaba acostumbrada a las burlas. La expresión del rostro de Elisa cambió cuando no vio a Chace esperándola.
—¿Qué haces aquí? —ya podía imaginarse algo, así que la ira comenzaba a invadirla.
—Prima luces hermosa, de verdad no pareces tú —ella solo volteó sus ojos.
—¿Dónde está Chace?
—Bueno, verás él te alcanzará en la fiesta —Liam buscaba las palabras correctas.
—¡Maldito desgraciado! Qué no se le ocurra aparecer. De seguro se fue corriendo detrás de la zorra —Elisa presionaba sus manos, quería destrozar algo. Quería destrozarlo a él —no lo quiero ver más nunca en mi vida.
—Fue un problema mayor lo que lo retuvo —completaba Liam.
—¿Qué problema?
—Yo no sé bien, nadie me explicó, solo sé que se fue con Ian —se encogía de hombros.
—No lo quiero ver nunca más en mi vida —resignada comenzaba a quitarse los guantes.
—Pero, sí vas a ir a la fiesta Elisa —sonriendo se acercaba a ella.
—No pienso ir a ningún lado sola. Te juro que ese imbécil me las pagará. Es que lo odio.
—Pero Alex será tu acompañante.
—¡Alex! Cómo piensan que iré con Alex, se supone que voy a casarme con Chace —Elisa solo quería correr a su habitación y pensar en las formas de vengarse de Chace.
—Nadie sabrá que es él, al fin y al cabo es una mascarada ¿no? No se te ocurra dejarlo embarcado —amenazaba.
—Pero… —se imaginaba todo y las manos comenzaban a temblarle.
—Pero nada, Alex te estará esperando. No quieres ser una grosera que simplemente lo deje ahí parado solo ¿verdad?
Elisa intentó protestar un poco más, pero Liam con poca delicadeza la jaló hasta la limusina. Ella sabía que era lo correcto no dejar embarcado a Alex, aunque a ella la habían dejado vestida y alborotada, pero como fuera tenía miedo, muchas pesadillas la había atormentado “¿Y sí todas se hacen realidad el día de hoy?” tuvo que sacudir su cabeza para quitarse aquellos nefastos pensamientos.
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Liam sabía poco o nada de las razones por las cuales Chace se había perdido del mapa. Elisa tenía la forma de saber dónde estaba pero no quiso averiguarlo, quería poder sacarle el corazón y aplastarlo así como en Once Upon a Time, o darle una muerte mucho peor. Sin darse cuenta llegaron al colegio, la fiesta se llevaría a cabo en aquel enorme y elegante salón. Por orden de Liam la limusina se estacionó en un lugar cercano a la famosa fuente de los populares, la cual por la ocasión estaba llena de luces blancas y se encontraba solitaria.
—Allá está tu príncipe. Sal, sal —Liam le abría la puerta desde adentro mientras señalaba a aquel chico recostado en la fuente. Elisa lo observó y aunque no podía verlo bien su corazón comenzó a latir efusivamente de los nervios, se sentía como enferma “tranquila, tranquila, esto no es nada” —pórtate bien prima.
Las manos le temblaban y tuvo que respirar hondo antes de enfrentarse a su frondoso vestido para salir por aquella puerta “Oh por Dios es Alex tu amigo de toda la vida, el príncipe azul ¿por qué estás nerviosa? Parece que fueras al matadero”. Con elocuencia fue acercándose a la fuente, sonreía traviesa, como señalando que parecía un pastel. Podía ver el traje que ella misma había mandado a hacer, estaba él con su máscara ya puesta y algo no cuadraba para nada.
—¡Chace! —decía confusa, se acercaba más y aquel no era Alex —idiota que fue todo ese show de que no vendrías —ahora corría un poco para verlo mejor.
—Él no vino —se detuvo al instante, claro que podía reconocer esa voz.
—¡Alex! ¿Qué le pasó a tu cabello? —con atención lo inspeccionaba. Él solo sonrío.
—Se supone que debo hacerme pasar por Chace hasta que él vuelva, por eso la peluca ¿Cómo se me ve el look de tu prometido?
—Es mejor tu look de siempre —reía ya perdiendo un poco los nervios —pero tus ojos y voz son inconfundibles. Aun con el antifaz si llegas a abrir la boca todos descubrirán la verdad.
—Por eso hoy seré el hombre más callado del mundo.
—¿Cómo es eso de que Chace vendrá? En un principio ¿A dónde fue?
—Chace recibió una foto del anillo que perdiste, supuestamente saben dónde lo tienen.
—¡El anillo! Entonces debo ir a buscarlo, hay que encontrar quien…
—Chace mandó a su equipo a investigar eso, pero se fue con Ian a arreglar un asunto importante de su juicio, mañana es el día y el abogado tenía que arreglar un asunto de importancia con ellos dos, así podrán salir de ese rollo mañana mismo. Pero juró que vendría en cuanto pudiera. Me llamó a mí para que me hiciera pasar por él, debido a que somos del mismo tamaño. Ahora ¿me dejas que sea tu acompañante hasta que llegue tu verdadero acompañante? —con caballerosidad le extendía la mano.
—Claro que sí, es un honor —bromeando hacía una reverencia.
Pensó que los nervios ya habían pasado hasta que se encontró en la entrada de aquel salón. Se detuvo justo antes de bajar las escaleras.
—¿Qué pasa? —Alex le susurraba al oído.
—Es solo que no sé por qué hago esto. No tengo amigos con los cuales celebrar, ni siquiera se bailar.
—¿No sabes bailar e insististe en venir a un baile?
—No me juzgues, creí que sería interesante ser normal, pero me equivoqué. Estoy desubicada éste lugar no es para mí —estaba decidida a darse media vuelta e irse.
—Ya vinimos ahora entraremos. No estás tan linda para que nadie te vea. De cuando acá Elisa Lubensky es cobarde.
—Nunca, no lo soy. Al diablo entremos y que hablen mal de nosotros.
No supo dónde sacó el valor para tomar la mano de Alex y entrar para bajar las escaleras principales. Veía a Alex a su lado tan tranquilo, podía tener esa peluca falsa y ese antifaz que cubría la mitad de su cara, pero aquellos ojos siempre lo delatarían, ella los conocía muy bien.
En efecto las habladurías detrás de ella no se hicieron esperar, unos incluso les tomaron fotos y ante la presencia del falso Chace todos les abrían camino.
—Creo que tengo un Deja Vu, pareciera que ya he vivido un momento así —decía en voz baja.
—Tal vez solo es un recuerdo de tu fiesta de graduación —la música estaba alta y le costaba hacerse entender. Agarraba a Alex del brazo y no sabía que más hacer, incluso tuvo miedo, era raro ver a tantos jóvenes juntos enmascarados, un psicópata podía haberse colado entre ellos.
—No, mi fiesta no fue tan escalofriante.
—Entonces concuerdas conmigo, todo esto es tenebroso. Como la película del fantasma de la ópera, te digo que suena la musiquita y me orino —Alex comenzó a carcajearse.
—No grites o todos escucharan lo que me dices —le dijo otra vez con su boca rozando su oído, lo que Elisa sintió fue tan raro, igual a lo que había sentido en alguno de esos tantos sueños.
Algunos chicos se acercaban y decían un “Ey Chace” a lo lejos. Alex solo les hacía alguna seña de saludo con el rostro o con las manos. Unas cuantas chicas empujaron de forma “accidental” a Elisa y ella no demoró en encontrar una mesa solitaria y dirigirse a ella.
—Aquí estaremos a salvo —se sentaba aunque al hacerlo solo lograba que aquel corset se hundiera más en sus costillas —el que inventó esto quería hacerle un daño muy grande a las mujeres. Es una porquería, siento que me exprimen como a una crema de dientes. Y los alambres del armador se me encajan en las piernas, pero a ti no te importa lo incomoda que este —recobraba su compostura —¿Qué hacen las personas en estas fiestas?
—Beben, conversan, bailan, coquetean, se besan, se emborrachan lo suficiente para luego irse al hotel, juzgan los vestuarios de los otros, buscan chicas más lindas para llevarse a la cama. Eso es todo. ¿Qué harás tú en ésta fiesta?
—Tomaré, comeré, hablaré contigo y juntos nos divertiremos.
En efecto dejaron su escondida mesa para acercarse al bar y tomar todo coctel que se les ocurriera.
—Tienes que decirme como está origami, lo extraño, de verdad lo extraño —terminaba de tomarse aquel trago de margarita.
—Está bien, tiene una foto tuya en su cama, también te extraña.
—Es horrible que tu mamá me odie.
—Todo el mundo te odia Elisa, la verdad, todos aquí no hacen más que mirarte raro. Creo que están pendientes de cada cosa que hacemos ¿cómo puede vivir así?
—Algún día te daré unas clases privadas. Por ahora solo ignóralos, son tan poca cosa —gritaba para que la escucharan —unos parásitos inservibles sin vida propia, unas lombrices de tierra que no hacen más que estar locas por ti, pero él es mío —gritaba aún más duro.
—Tal vez deberías dejar de tomar —tomaba su mano disimulando el espectáculo.
—No estoy borracha —y en efecto no lo estaba —pero ya me tienen harta… Creo… —volvía a sentarse —que no estamos siendo muy novios que se diga. Chace y yo no estamos de manitos sudadas, o en intercambio constante de bacterias salivales, pero igual ¿no crees que estamos más separados de lo normal?
—Bailemos —escuchaba aquella canción que estaba a punto de empezar —Te enseñaré a bailar —se ponía de pie tomándola de la mano.
—No, eso no es buena idea.
—Ven, es una canción suave, ya verás que será fácil. Solo inténtalo.
Elisa no pudo negarse más, caminó siendo dirigida por Alex hasta la pista. Veía a todas esas parejas abrazándose y ella sentía que flotaba. La melancólica canción rebotaba en su cabeza “¿Cómo se baila esto?”.
(momento ideal para reproducir el video)
—No pienses, solo escucha la letra. Ésta canción te la dedico pequeño demonio de ojos azules —sin más, tomó la mano izquierda de Elisa y la puso alrededor de su cuello, tomó su mano derecha y pasando su mano alrededor de la cintura de Elisa la pegó a su cuerpo —no tienes que hacer nada solo moverte un poco.
En efecto no era difícil, ni tampoco se sintió tan incómoda. “Cuando obtienes lo que quieres, pero no lo que necesitas” decía la canción, estaba prestándole atención a la letra, podía sentirla y sin darse cuenta posó su cara en el pecho de Alex, ahí escuchaba su corazón latiendo y podía oler aquel perfume que siempre le había encantado. Todo en conjunto era la mezcla perfecta para sentirse en paz. “Cuando amas a alguien pero es un desperdicio”.
—Las luces te guiarán a tu casa —cantaba bajo —y se encenderán tus huesos, y yo trataré de repararte.
En ese mismo instante todo temor se fue del corazón de Elisa, no había idiotas ex compañeros de clase al lado de ella. Nadie la empujaba de forma disimulada, era ella y su príncipe, eran y ellos y aquella canción. “Cuando estás muy enamorado para dejarlo ir” proseguía la canción y cada letra y estrofa entraba a lo profundo de Elisa. Cada sonido penetraba por su piel y se transformaba en fuego y aire dentro de ella. No se dio cuenta pero incluso era ella la que abrazaba con fuerza a Alex, sentía que volaba y solamente no quería volver a tocar el suelo.
Llegó la parte movida y Alex jugueteando un poco comenzó a hacerla girar, ella sonreía y se dejaba llevar, aquella canción le encantaba, por fin entendía lo que era dejarse llevar por el ritmo, sentía la batería y la guitarra, agitó sus cabellos y sonriendo volvía a poner su mano detrás de su cuello. Alex la miró por un instante para con una sonrisa bajar la mirada, pero Elisa no podía dejar de verlo, todos esos sueños volvieron a su mente “pero éste día no acabará como ninguno de ellos” no quiso pensar o cuestionarse un segundo más, como movida por alguna ley de atracción con su mano levantó la quijada de Alex, él la observó extrañado y ella sin dar paso a un rechazo con fuerza buscó sus labios.
Alex al instante se tensó, aún la batería y la guitarra de aquella canción sonaban con toda su potencia, pero nada hacía más tribulación dentro de él que aquel beso. Elisa deseaba que la canción no acabara y que el aire dentro de ella se quedara lo suficiente para no alejarse de él. Podía sentir fuego y hielo mezclarse en una fusión explosiva que invadía todo su ser. Alex no resistiéndose la acercó mucho más a él hasta un punto que el cuerpo de Elisa casi se perdía y no queriendo dejar nada dentro de él la besó como en tantos sueños lo había hecho, alejó los cabellos de Elisa de su cara acariciando el rostro de ella en el proceso, se alejó un momento para mirarla pidiendo alguna explicación.
—No digas nada, solo no digas nada —susurró ella a centímetros de su boca. La canción ya terminaba y ella solo volvió a besarlo “¿Qué harás cuando esto acabe? Mejor no pienses, no ahora”. Aquellos suaves labios la llamaban, con Chace todo siempre había sido divertido y rudo, pero ahora se sentía diferente, sin duda alguna había sido mejor que en sus sueños.
Si antes Elisa era el centro de atención ahora era peor. Las fans de Chace la miraban horrorizadas y envidiosas, tomaban fotos del momento. Maguie no podía estar más furiosa, odiaba a Elisa y verla tan contenta con el chico del que todas estaban enamoradas era como un insulto para ella.
Liam se había colado en la fiesta y ver aquello lo había dejado boquiabierto, aunque por dentro se felicitaba “yo tenía razón”. Scarlett desde su solitario asiento también logró ver un poco como Elisa y Chace se besaban “wau buena actuación la de estos dos” los mensajes a su blog no dejaban de llegar y ya que estaba ahí de estorbo aprovecharlo para actualizar su blog desde su cell no era mala idea. Iba a concentrarse en eso pero aquel grupo que disfrutaba burlarse de ella se acercaba.
—Angry Bird nunca pensé que te atreverías a venir a la fiesta —reía una de las rubias.
—Por qué no, es mi graduación también —respondía sin darle importancia.
—Pero ¿no te da pena? Digo llevas toda la noche ahí sentada sola, nadie quiere hablar contigo. Hoy todos tendremos acción en el hotel y tú creo que si te llegas a caer de borracha solo amanecerás con más ropa.
—Pues bien por mí, primero porque tengo frío y agradecería abrigo, y segundo porque nadie meterá sus hediondos fluidos en mí. Disfruta de eso Rebecca.
—Oh zanahoria eres tan patética. Como te tengo lástima, como somos buenas no quieres venir con nosotros.
—Y fui corriendo a unirme a ustedes. No soy tonta Paty —remedaba su pequeña voz.
—Deberías irte porque das tristeza ¿Cuánto más puedes aguantar estando solo comiendo en ésta mesa que nadie quiere tocar? Por eso es que estás así Angry Bird —la chica la miraba con asco.
—¡Hola! —se acercaba Liam. Scarlett no podía creer verlo ahí —disculpa que haya llegado tarde, mi padre no quería dejarme salir de la oficina. Estás realmente hermosa —aquel grupo de descerebradas no podían creer lo que escuchaban. La misma Scarlett por un momento no entendió nada y le costó reaccionar —¿disculpas mi demora?
—Claro que no, un grupo de buitres vino a atacarme y todo —recuperaba su yo habitual —eres un desgraciado pie grande, pero ni modo eso me tocó vivir. Vámonos de aquí —se levantaba y se abría paso entra sus abusones particulares —adiós hurracas.
Nunca pensó que podría tener una salida tan triunfal antes de graduarse. Ahora estaba tan contenta caminando con la frente en alto.
—Espero que con eso haya pagado mi insulto del martes —susurraba.
—Te dije que no me importó, pero gracias. Por fin serviste para algo —divertida le daba un leve golpe en el hombro —mi mamá me obligó a venir acá o no tendré mi deseado viaje a Kenia.
—¿Sigues pensando seguir los pasos de Maikel Loubstwell?
—Claro que sí.
—No sé qué le ven a ese tipo —exhalaba fastidiado.
—Él es perfecto, pero bueno que pena que me veas con éste vestido, es tan horrible vestirse así. Parezco zorra de película de piratas.
—¡¿Cómo?!
—Sí. Nunca has visto Piratas del Caribe, en la primera parte hay unas zorras de las islas tortuga, unas son lindas, pero hay varias que son gordas, con sus senos explotados, así me parezco, solo que no tengo un borrachito que me defienda —como siempre se reía a sus anchas burlándose de ella misma.
—Esa manía de burlarte de ti. Para mí todas esas que te fastidiaban solo estaban envidiosas de tus atributos —la miraba de reojo.
—¿Mis atributos? —No sabía a qué se refería, hasta que bajó la mirada —Ah te refieres a mis senos —volvía a reír aún más divertida —algo bueno me tenía que dar diosito y tú con tus dos metros de altura tienes un buen panorama allá.
—Eres realmente pequeña, pero sabes que no me provocas.
—Yo lo sé, yo lo sé. No te me pongas bravo, todo es en broma nada en serio.
—¿Quieres bailar? Si es que sabes bailar —una música movida sonaba.
—Claro que sé bailar, lo hago sola en mi cuarto pero se me mover.
Justo se dirigía a la pista cuando un alboroto que involucraba a Elisa y Alex desvió la atención de ambos.
—¿Qué pasa allá? —preguntó pero Liam solo se apresuró a acercarse más.
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Así acabá ésta segunda parte. Se viene una tercera en la que ya Chace llega por fin a la fiesta. Espero y mucho que les haya gustado. La canción es una de mis favoritas, la amo y creo que es Alex a la perfección.
Como lo dije éste capi está dedicado para Anny deseenle un feliz cumpleaños, y también para todas las del team Alisa. Team Chace no me maten aún jaja.
Besos a todas :) prometo no demorarme con el siguiente capítulo.
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