Capítulo 42 parte 1

Algo rozaba su piel erizándola a su paso, ella luchando contra su sueño se retorcía y quejaba levemente. Mientras aquello continuaba su camino desde su pierna subiendo a su cintura y continuaba. Ya el estremecimiento le hacía abrir los ojos, se sentía extraña, no estaba molesta, era una especie de extraña ansia. Quería saber el rostro de aquel que causaba tanta tribulación con solo pasar las puntas de sus dedos sobre su piel, se reviró de inmediato y lo buscaba con la mirada

—¡Elisa! —Chace la zarandeaba despertándola de aquel sueño. Ella totalmente fuera de sí se levantaba precipitadamente —¿Qué soñabas? —preguntaba divertido observándola ahí toda atolondrada de pie con su cabello hecho un desastre y las cobijas en el suelo.

—¿Qué? ¿Cómo? —aún no asimilaba lo del sueño y ahora estar ahí y de pronto el dolor de las heridas en su cuerpo se hizo sentir.

—Estabas como que moviéndote de una forma extraña. Podría pensar que hasta placentera. ¿Tenías un sueño erótico? —aquella sonrisa burlona no se borraba de su rostro.

—¡Oh imbécil! —Molesta le lanzaba una almohada —no soñaba contigo si eso querías saber.

—¿Con quien entonces?

—Con… Maikel Loubstwell —Chace hacía un bufido como que ya se lo imaginaba —ayer él fue el héroe que me salvó del perro de Satanás y además me dio un muy buen concejo.

—¿Mejor que el de Vanessa? Según dijo Ian, Vanessa te recomendó que no perdieras a Alex o te arrepentirías toda tu vida ¿Por qué será que todas quieren a Alex pero simplemente ninguna es capaz de quedarse con él?

—Porque las mujeres son tontas con letra capital. Siempre escogen lo doloroso, creyendo que la felicidad no está hecha para ellas —hablaba de forma sabia ya recogiendo las cobijas y peinándose un poco el cabello.

—¿Te incluyes en ese paquete?

—No. Yo no soy mujer, soy un espécimen raro. Parezco mujer y no en todos los aspectos, pero no lo soy. Ahora el concejo de mi gran querido amigo Maikel fue “cuida a quien le das tu fortuna”

—En pocas palabras te dijo no le des tu fortuna al idiota de Chace Van der Price que no sabrá qué hacer con ella. Honestamente toda esa fortuna tuya solo es un castigo para el que se case contigo —ya acercándose a ella, la tomaba por la cintura para decirle al oído —por suerte no seré yo.

—Tú más que nadie te mereces un castigo así —molesta intentaba alejarlo, pero él divertido la seguía sosteniendo —pero, yo sí no me merezco el castigo de casarme con un idiota semejante. Yo soy buena con todos mis amigos, me preocupo por todos pero en cambio solo obtengo cosas malas. Mira, intenté ayudar a Ian y él solo me arrojó a un perro rabioso. Una vez cuando era pequeña intenté ayudar a Alex y él solo me gritó e incluso me empujó. E querido ayudarte a ti y tú solo te irás dentro de unas dos semanas máximas, y por ti cuantas porquerías no he pasado. Lo cierto es que yo hago cosas por los demás y nadie las hace por mí. Y no es mi sueño ser una mujer común que cree el matrimonio y un amor verdadero es la clave de la felicidad. Ahora suéltame a menos que quieras ver mi cabeza hundir tu nariz de nuevo, mira que te quiero lindo como muñequito de torta para mi fiesta de graduación —como una ama tratara a su esclavo le daba palmaditas en las mejillas a Chace —tienes que ser un niño lindo hasta el fin de semana que viene, no se te olvide mi muñequito de cera.

—Ese día estaré tan hermoso —fingía voz afeminada —que te enamoraras de mí. Llorando me pedirás que me quede contigo, pero recuerda que este muñeco pertenece a otra juguetería.

—Ja, Ja, Ja. Créeme cuando te digo que no pelearé por ti nunca. En ésta vida no es sensato pelear por basura.  Ahora espera a que me dé un baño para que me lleves a presentar mi examen, que todas las bobas esas vean como mi querido prometido me apoya y me ama. Prepara tu mejor cara de enamorado, tal vez deba teñirme el cabello para que se te haga más fácil fingir que soy Amy.

—Bruja ya solo vete a bañar. Por cierto, tapa esas cosas —señalaba las mordidas —dan asco.

            Elisa puso los ojos en blanco antes de dejarlo y darse un merecido y relajante baño. En efecto aquellas mordidas eran asquerosas y no podía taparlas o nunca se curarían. Pero decidió usar un suéter pegado al cuerpo, unos jeans y unas botas peludas que se había comprado en Caiman. Se vio al espejo y se veía un tanto elegante, no como un garabato. “No estás cambiando solo madurando” se repitió antes de salir ante Chace. No le dio mucha importancia a que la viera, salió como si nada y comenzó a buscar su bolso, celular y otras cosas.

—Creo que estuviste pensando unos 15 minutos si aquellas botas no eran en exceso ridículas —señaló saliendo del cuarto.

—Qué comes que adivinas —sonreía —son ridículas, pero allá estará Maguie y su clan quien sabe con qué ropas, diciendo miren a la mugrosa Elisa Lubensky.

—¿Te importa lo que digan por…?

—No me importa, pero ganarles una que otra vez es lindo. Ahora andando.

            En efecto toda la escuela estaba afuera de aquel increíble y gran edificio donde se realizarían las pruebas finales. Los amigos nerd de Elisa todavía estaban con sus calculadoras sacando alguna cuenta.

—Se supone que son los genios del colegio ¿Por qué estudiar hasta el último minuto? ¿No es tonto? —hablaba bajo con Chace ya afuera del auto.

—Son nerds claro que son tontos —Elisa lo miró con reprobación, pero él no se disculpó —ya deja de mirarme así te quedarás arrugada. Sabes lo que tienes que hacer, ésta prueba es pan comido —haciendo como si le acariciara la mejilla introducía algo en la oreja de Elisa.

—¡¿Qué?! —confundida iba a tocarse la oreja, pero él cariñoso le tomaba la mano.

—Disimula tonta —susurraba sin dejar de sonreír —hice todo para que pases la prueba, luego no digas que no te he ayudado. Podrás escuchar todas las respuestas correctas. Solo falla en algunas porque todos saben que no eres para nada inteligente.

—Pero… ¿Cómo?

—En éste mundo el dinero compra todo, mucho más un examen.

—Hola Chace —Maguie contenta se acercaba junto a sus amigas, y sin pedir permiso comenzaba a tocar el brazo de él —últimamente no te vemos en los clubs o las fiestas ¿Te tienen preso?

—No —sonreía amable y Elisa tan solo quería golpearlo —tengo cosas mejores que hacer con mi prometida, cosas para las cuales no necesitamos personas alrededor —Elisa ahora lo observaba contenta y de forma sutil alejó la mano de Maguie del brazo de Chace —por cierto estoy tratando de recordar pero no logro ubicarte ¿Te conozco?

—Por qué habrías de conocerla, solo es la nula de la secundaria. Con su hablar raro, sus zapatos caros y viviendo en una burbuja en donde ella es el último condón de la farmacia —Elisa hablaba con su rudeza característica mientras Maguie indignada respiraba fuerte —y… ¿Por qué sigues aquí? Andando niñita —tronaba sus dedos a lo que Maguie sin aguantar más se fue pataleando —Oh no sabes lo feliz que me siento —Elisa sonreía y su mirada tremenda alumbraba.

—Me alegra haberte ayudado, aunque “¿último condón de la farmacia?” —Elisa tenía sus peculiares frases, pero aquella no se la había escuchado.

—Ni modo que iba a decir “la última pepsicola del desierto. Tú sabes lo que es ser el último condón de la farmacia ¿No te acuerdas?

—Ya olvidemos ese tema —detestaba cuando Elisa le sacaba ese evento vergonzoso a relucir —ahora ya me voy suerte con tu examen querida futura esposa.

            Elisa pensaba despedirse normal, un adiós lejano bastaba, pero vio una cara conocida muy cerca de ahí, por la expresión de ella era obvio que no pensaba encontrarse con Chace y ella por ahí, pero aun así estaba ahí observándolos. Tuvo el impulso de despedirse más de prisa de Chace, sin embargo, Amy se acercó mucho más y sin dejar de mirarla modulo con su boca la palabra “aléjate”. Elisa no era experta leyendo los labios, pero claro que había entendido eso, la sangre hirvió dentro de ella “Mira como me alejo imbécil” dijo dentro de ella para tomar a Chace por la chaqueta y pegarlo contra el carro.

—¿Qué haces? —decía desconcertado con el rostro de Elisa a centímetros de él.

—Solo me despido amor mío —sin más junto sus labios con los de él y comenzó a besarlo con desenfreno, tal y cual como una vez Chace la hubiera besado, abrió sus ojos un poco para ver como Amy con la boca abierta la observaba, continuo en su tarea explorando la boca de Chace, cuando sintió como él pasó sus manos alrededor de su cintura y con fuerza junto su cuerpo más al de ella “no esperaba ésta respuesta” pensó y entonces supo que era hora de acabar con aquello. Ambos estaban agitados y buscaban aire. Elisa era la más avergonzada, pero bien que sabía disimularlo, peinó sus cabellos y carraspeo —bueno llevábamos tiempo sin una muestra de exhibicionismo. Adiós querido Piolín.

—Suerte araña —susurró y continuó observándola hasta que se perdió dentro de aquel edificio “Esto no está nada bien”.

            Por la cabeza de Elisa pasaban mil cosas menos las respuestas a aquellas ciento de preguntas que componían el examen. Casi brincó de su asiento cuando una extraña voz le dijo en su oído “Pregunta 1, respuesta A”. Miró a todos lados como esperando haber sido la única en escuchar aquello, todos estaban concentrados en sus propios exámenes, respiró aliviada, hasta que uno de los profesores vigilantes le indicó que por favor mirara su prueba o tendría que irse. Todos se rieron y ella solo hundió su vista en aquellas hojas, no sin dejar de pensar en la forma de des cobrarse con aquel viejo amargado. De los nervios rellenó la casilla B de la pregunta 1 “Oh que tonta Elisa era la A. Bueno qué más da, Chace dijo que te equivocaras en algunas”.

            Aquella voz continuó diciéndole las respuestas y ella se divertía llenando círculos, unos buenos y otros malos. En química decidió acertar todos, que creyeran era tan inteligente como sus padres. Tenían varias hojas para hacer cálculos, así que garabateaba una que otra cosa para que creyeran que estaba pensando.     

Mismo día tempranas horas de la mañana

Liam había tenido una noche inusual, se había ido a tomar con Ian y de pronto recordaba una voz obstinante, un viaje en auto, un departamento, un beso “¡Un beso!”. Restregándose los ojos se levantaba de aquella cama o colchón en el suelo. No tenía camisa y tampoco la divisaba cerca, unos grandes ventanales dejaban pasar los fuertes rayos del sol “¿Dónde demonios estoy?”.

—Por fin despertaste Pie Grande —la piel de Liam se erizó cuando escuchó aquella voz y tuvo mucho miedo de revirar a verla “No pudiste caer en peor lugar”.

—¿Dónde estoy? ¿Qué me hiciste? Déjame ir —gritaba y de un salto se ponía en pie para darse cuenta que sus pantalones también faltaban.

—Ni que te tuviera amarrado Jirafa Bebé. ¿No te acuerdas de nada? —despreocupada se sentaba en una silla de madera tomando un poco de jugo de naranja.

—¿Qué pasó? ¿Dónde está mi ropa? —comenzaba a inspeccionarse y unos extraños shorts cubrían su zona intima — ¿y mi bóxer? —espantado se observaba, levantaba la vista para mirarla y ella solo estaba mordiéndose los labios para no comenzar a carcajearse.

—Bueno, bueno no hagas tanto drama. Ayer te encontré chapoteando en el lago de los patos de la plaza Rich, era madrugada y estabas solo ahí tirado como un vagabundo, entonces quise llevarte a tu casa pero decías que tu papá te mataría, en mi casa mi mamá comenzaría a planear nuestra boda, así que mejor me vine al departamento de mi prima, ella no está. Apestabas full pie grande, te metí a la regadera y créeme que soy fuerte para poder cargar con semejante monstruo, pero el calentador no servía y bueno el frío no te hizo muy bien. No podía dejarte dormir con la ropa mojada así que te la quité y eso fue todo.

—¿Me quitaste la ropa? ¿Toda mi ropa? ¿Qué te pasa? —volvía a gritar. Tomó las sabanas y comenzó a cubrirse.

—¡Ja! Y qué te voy a ver los senos —Scarlett nunca se había divertido tanto.

—Tengo unos shorts en vez de mi bóxer —recalcaba amargado.

—Todo esto es porque vi tus cositas —Liam de verdad estaba a punto de ir a matarla —pero tengo un certificado como enfermera, puedo hacer esas cosas, además trabajando de detective con mi tío he aprendido a hacer mil cosas con los ojos cerrados y créeme que sacar unos boxers es una tarea de niños ¿Para qué iba a abrir los ojos? Aunque… eso no quiere decir que los haya mantenido cerrados todo el tiempo.

—¡Se acabó! Quiero mi ropa y a ti no quiero volver a verte más nunca en mi vida.

—Y así me agradeces haberte salvado de una pulmonía. Bien. Lárgate de aquí ¡Vete! —Gritaba también y abría la puerta del apartamento —vamos pues no tengo todo el día.

—Mi ropa.

—No lo sé. Vete, lárgate porque la verdad he pasado muchas molestias por tu culpa para que me pagues así. Ándale salte ahora mismo, o comienzo a gritar que me quieres violar.

—¿Quién querría violarte? —escupía con desprecio.

—¡Lárgate! —Gritaba con todas sus fuerzas —y… dame acá —de un solo tirón le quitaba la sabana justo cuando Liam ya atravesaba la puerta —Ah por cierto dame el short porque es del novio de mi prima —la cara de Liam era un completo chiste —no me mires así. Dame el short que es del novio de mi prima ¡Muévete!

            Liam no esperó más para echar a correr por el pasillo. No podía esperar un ascensor así que comenzó a correr escaleras abajo. Scarlett se le pegó atrás, a la vez que  gritaba “Ladrón devuélveme mi short”. Ya justo cuando vislumbró la salida Scarlett se lanzó sobre él, se resbaló y solo alcanzó a jalar el holgado short mientras caía. Liam ya se preparaba para sentir la brisa en sus desnudas nalgas, pero no sintió nada. Bajó la mirada y aquel bóxer negro se encontraba ahí.  

—Nunca te los quite idiota, solo te puse un short encima para que no mojaras la cama.

—¡Ah! —Exclamó —ahora dame mi ropa.

—Púdrete, vete desnudito. Con tal estás bien fuertecito, cuidado y algún chico se enamora de ti, mira que aquí se encuentra la comunidad gay más grande de Chicago. Y ¡oh por cierto! Hoy van a manifestar en las calles. Suerte jirafa.     

            Dicho eso corrió a aquel ascensor que se abría, Liam estuvo a punto de jalarle los cabellos pero por suerte las puertas se cerraron. “¿Qué hice yo para merecer esto?” furioso protestaba en su mente. No podía estar ahí desnudo más tiempo, pero no tenía idea de cómo llegar a su casa, no tenía dinero, ni celular “Esto es una pesadilla”.

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            Elisa salió de su examen contenta. Tal vez recibiría la puntuación perfecta “Tendrás un A+, o un  100. La verdad no sé ni cómo se evalúen estás cosas”. Sus amigos nerds también salían regocijándose de sus logros, iba a acercarse a ellos pero alguien abría una puerta y jalándola de los cabellos la metía al interior.

—¿Crees que puedes besar a mi novio cuantas veces quieras? —le gritaba al oído, mientras sus cabellos parecía que serían arrancados en conjunto.

—¡Maldita zorra! —exclamó al reconocerla. De inmediato encajó el tacón de su bota en el pie de Amy haciéndola gritar —¿Estás loca? —se alejaba ahora que tenía en poder su cabello.

—Ya me tienes harta Elisa. Te estás pasando de la raya y no creas que lo voy a permitir.

—Eres incapaz de preguntar por tu familia, pero resulta que amas tanto a Chace. Lo amas a él o a su dinero, porque si es así recuerda que se va a quedar sin nada para irse contigo.

—Exacto se irá conmigo Elisa, conmigo. Tú no eres nada en su vida, solo tendrás besos falsos, besos dados pensando en mí. Déjanos en paz y por tu bien olvídate de Chace. Intenta enamorarte de tu impedido del corazón.

—¿Qué dijiste? —aquello había sido la gota que derramó el vaso.

—Lo que escuchaste —decía segura.

—Alex es tan sagrado que no merece si quiera estar en tu pervertida y sucia mente, mucho menos hables de él. Eres tan poca cosa, eres como el pus y alguien tan bajo y poca cosa como tú no tiene derecho a hablar de él. Retráctate.

—No lo haré.

—Hazlo.

—¡No!  Aléjate de Chace y quédate con el que ya malograste.

—Sabes algo no me alejaré de Chace, verás como él y yo somos tan felices con toda nuestra fortuna, mientras tu solo te mueres de la envidia en algún cuartucho. Pero antes de que eso pase —sin que Amy lo previera Elisa le propinaba un buen golpe ahí en el medio de su nariz —no se te ocurra volver a hablar de Alex —le dijo al oído. Amy permanecía con la cabeza gacha limpiando la sangre que salía de su nariz y tratando de recobrar el equilibrio.

            Elisa daba por terminado todo aquello y aunque solo quería matarla, salió de aquel salón y se dirigió a la salida, comenzó a bajar las escaleras, hasta que terminó de bajarlas rodando. Amy le había metido el pie y ahora estaba ahí en medio de la calle sobre ella, lanzándole golpes y arañazos. Elisa se defendía y también le jalaba los cabellos, le daba patadas, la mordía, y así comenzaron a rodar causando un gran alboroto. Casi todos los alumnos estaban aún dentro del edificio pero ante los gritos e insultos comenzaban a asomarse, otros a salir.

            Scarlett había llegado justo a tiempo a su examen final, en la mañana había perdido tiempo con Liam y ahora Elisa y Amy pasaron al lado de ella rodando y peleándose como dos perras en celo. Observó como todo el mundo comenzaba a acercarse y aquellas dos se peleaban a sus pies. “¿Por qué siempre tienes que ser tan buena?”

            Respiró y jaló a Amy, le dio una leve patada a Elisa de que se pusiera de pie.

—¿Qué te ocurre? Suéltame —gritaba Amy sin quitarle la mirada a Elisa —este no es tu problema.

—Vienes me dices gorda fea y crees que no es mi problema —Scarlett comenzaba a gritar —pues hasta aquí llegaste rubia artificial.

            Scarlett tenía mucha más madera para pelear que nadie, además de un potente grito y una mirada desquiciada. La misma Amy sintió miedo y comenzó a correr por su vida, pero Scarlett no la dejó ir tan rápido, le gritaba que era una tonta rubia, que así iba a aprender a no meterse más con las gorditas y le arrancó un buen tajo de cabello, le propinó unos buenos golpes y finalmente la dejó ir. Amy ante la gran multitud que los veía decidió correr tapándose la cara, aunque no se quedaría así.

            Todo el mundo estaba confundido, al principio creían que era Elisa la que rodaba peleándose. Pero ahora solo veían a la loca pelirroja destilando ira como de costumbre, por el estado de Elisa era obvio que había peleado, pero tampoco nadie pudo distinguir bien a la rubia. Claro está Elisa no daría ninguna explicación y Scarlett mucho menos. Los guardaespaldas de Elisa llegaban tarde como siempre. Ella solo miró a Scarlett a lo lejos como diciéndole gracias, ya luego hablarían desde su computadora.   

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Bueno aquí les dejo la primera parte de éste capi, espero mañana poder subir la continuación para el Viernes subir el capi 43 o sino iría todo en el mismo capi. Bueno ya veré como me las arreglo :)

Espero que les haya gustado y una pregunta ¿Quien creen que era el chico del sueño?

BESOS Y ABRAZOS A TODAS MIL GRACIAS POR SUS LINDAS PALABRAS.

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