Capítulo 39
Chace estaba ahí quejándose y ella sabía que no podría demorarse más en entrar al comedor, era mejor entrar por su cuenta a que la fueran a buscar, así que jalando la mano de Chace y haciéndole señas de que se callara, lo arrastró hasta llegar a la puerta. Mientras se acercaba una imagen vino a su mente “¡Eso es!” pensó divertida.
A tan solo centímetros de la entrada Elisa sutilmente con su pie y un poco de fuerza despegaba los pies de Chace del suelo, así como si usara una técnica de Karate, lo que provocó la inevitable y aparatosa caída de Chace. En el proceso su cara pegó de frente con aquel marco de madera. En eso Elisa también lo había ayudado, y es que al ver que iba a caer al vacío y no contra la pared, jaló sus cabellos re direccionando su cara, por suerte nadie notó eso.
― ¡Holy Crap! ―gritó Chace tomándose la nariz del dolor ― ¡Eli…
― ¡Oh por Dios Chace! ―se adelantaba en callarle la boca ― ¿Qué te pasó? ―ella fingiendo estar más asustada que todos lo ayudaba a levantarse, aunque le era casi imposible no reír.
― ¡Chace! ¡Hijo que desastre! ¡Mírate! ― Victoria igual que el resto se ponía de pie. Fue Ian quien ayudó a Chace a sentarse en una de las sillas del comedor ― Rápido que alguien lo cure.
Chace sangraba por la nariz, del dolor le costaba incluso abrir bien los ojos. Pronto aquello se le pondría morado, por ahora solo estaba todo rojo alrededor de su nariz. Fue la mamá de Elisa la que curó un poco su golpeada nariz.
―Pero… ¿Qué pasó? ― Victoria de no muy buen humor interrogaba a Elisa.
―Ni idea. Veníamos caminando y de pronto se cayó ¿Te resbalaste con algo? ―inocente le preguntaba a Chace quien estaba a su lado con servilletas en sus fosas nasales. Él de verdad reprimió sus ganas de asesinarla.
―No ―respondió algo molesto, para como quien piensa en algo mejor cambiar su expresión ―. Fue como un mareo, todo se puso oscuro y ya solo supe que la cara me dolía. Te dije Elisa que me sentía mal y no te importó ¿Qué clase de esposa vas a ser?
― ¡¿Qué?! ―Elisa no salía de su asombro.
―De la clase que se besa con tus mejores amigos ―refunfuñó la madre de Alex en aquel tono alto para que todos escucharan.
― ¡Mamá! ―Alex la reprendía intentando que se callara.
― ¿Qué fue lo que dijiste de mi hija? ―demasiado tarde, ya la mamá de Elisa a la defensiva preguntaba, incluso se levantaba de su asiento para ver mejor a la mamá de Alex.
―No dije nada que no sea cierto.
―Creo que ya quedó claro que lo de Elisa con Alex fue simplemente un juego, una apuesta tonta que hicieron ―contestaba la mamá de Elisa.
―Ni las tontas niñas de 16 años se lo creyeron, pero resulta que la muy inteligente Sofía McGraweth de Lubensky sí se creyó ese tonto cuento ―el padre de Alex intentaba callar a su esposa, Alex estaba rojo de la vergüenza, pero nadie podría callarla ―creo que estamos en confianza ¿por qué no hablar claro?
―Es claro que aquel cuento es demasiado fantasioso, pero ¿qué insinúas? ¿Dices que Elisa está enamorada de Alex y no de Chace? ―decía Victoria. Elisa estaba totalmente avergonzada, estaban hablando de lo que sentía como si ella no se encontrara ahí, su vida estaba siendo la comidilla de esa cena.
―¿El cuento es demasiado fantasioso? ―la mamá de Elisa estaba al borde de lo que podía soportar. Era poco el tiempo que interactuaba con seres humanos y aquella cena le estaba demostrando el por qué ― ¿tú también lo dudas? La verdad es que no entiendo Victoria, ¿por qué casar a tu hijo con una perra mocosa que ama a otro?
―No lo tomes así ― Victoria con su autoritaria voz siempre lograba callar a todos, pero ésta vez ninguna de las madres quería dar su brazo a torcer. Eran los padres de Liam e Ian los que se sentían completamente desubicados ―Yo vi cuando aquel beso sucedió y no voy a mentir, fue sumamente sospechoso.
La mamá de Elisa sonreía irónica, la de Alex continuaba protestando y Victoria se defendía. Todo se había vuelto un gallinero del cual el resto solo eran espectadores. Elisa estaba horrorizada viendo y escuchando aquello. De pronto un mensaje llegaba a su celular.
“Debiste disfrutar de golpear a Chace ¿Qué hizo ésta vez?”
Elisa sonriendo levantaba la mirada para verlo ahí al otro extremo de la mesa. Le daba risa que en toda aquella discusión ella y él estaban quedando como los amantes más despreciables del mundo, y ahí estaban ellos enviándose mensajes como solo dos amigos.
“No hizo nada más que ser él mismo. Pero ¿verdad que me quedó lindo partirle la nariz? P.D: Tu madre me odia”
Victoria notó aquellas miradas y sonrisas confidenciales y algo dentro de ella comenzó a hervir.
―Yo solo digo que el único perjudicado en todo esto es Alex ―proseguía su mamá, quien no atendía los jalones que le daba su esposo, ni los ruegos de Alex para que se fueran de ahí.
― ¡Ya mamá! ―Alex le gritaba, pero ella no se inmutó.
― Deja que hable o explotaré. Mi Alex tendrá que vivir para toda su vida con su problema del corazón por culpa de tu hija ―le gritaba a la mamá de Elisa.
― ¿Acaso Elisa le puso una pistola a Alex para que entrara a la dichosa cueva con ella? ―refutaba la mamá de Elisa.
―No, nada más y nada menos lo ató a una silla eléctrica.
De inmediato aquella sonrisa que Elisa tenía se desvaneció. Miraba el celular y los mensajes en él, alzaba la vista para ver como Alex intentaba callar a su madre, lo veía como siempre con sus rizos dorados y su impactantes ojos azules, parecía el de siempre, pero su mamá tenía razón, por siempre viviría con un corazón delicado y la pregunta que siempre atormentaba a Elisa era ¿Cuánto es siempre para un corazón atrofiado? No solo le había quitado el hacer deportes tal vez, o el vivir cosas extremas, sino que le había acortado la vida. Esos días había intentado no pensar en eso, pero era la cruda realidad, todos tenían razón “era su culpa” ella no podía saber que James haría todo eso, pero igual si Alex nunca la hubiera conocido seguiría siendo el mismo joven de siempre, no habría tenido que cargar con el peso de no poder enamorarse por estar comprometido, en fin su vida habría sido mejor sin ella.
La pelea continuaba y los sentimientos de Elisa simplemente luchaban por salir. Todo era sobre Alex, Chace o ella, pero cuando la mamá de Alex llorando decía que no sabía cuánto tiempo su hijo viviría, toda fortaleza en ella se desvaneció.
― ¡Ya basta! ―gritó tan alto y desenfrenado que todos callaron ― es mi vida la que están deshuesando, hablan como si todos me conocieran y la verdad es que nadie sabe lo mal que me siento por lo que le hice a Alex, no hay noche que no quiera cambiar las cosas, quisiera haber entrado sola, o que James hubiera logrado su cometido y me hubiera matado, si pudiera cambiaría mi corazón con el suyo sin pensarlo, porque yo merezco estar enferma no él y lo sé ― No quería llorar, no enfrente de todos ellos, pero sus ojos mostraban como sus lágrimas luchaban por salir ―lamento que Chace esté acusado de asesinato, que Ian haya matado a su hermano, que Vanessa esté en silla de ruedas y que Liam… bueno Liam… ― nada se le ocurría, la verdad era que Liam no había sufrido nada ― y que él haya tenido que cuidarnos a todos. En fin fue ese demente el que nos hizo todo esto, ustedes hablan como si todo fuera un cuento, una transacción mercantil más. Pero lo cierto es que ese imbécil cambió nuestras vidas, todas las noches tengo pesadillas con él y por siempre llevaré esa marca conmigo. Usted dice que ―le hablaba a la mamá de Alex ―Alex fue el único afectado y sé que la vida fue injusta, pero la culpa que siento mantiene mi corazón en la penuria y solo sé que no soy tan fuerte como para soportar toda ésta porquería. Yo nunca habría querido hacerte esto te lo juro ―miraba a Alex y de pronto las lágrimas ya no aguantarían más dentro de sus ojos, así que como loca salió corriendo de ahí.
― ¡Elisa! ―Alex levantándose iba detrás de ella, pero su madre lo detenía.
―Alex no vayas ―le ordenaba.
― Solo déjame madre ― con firmeza quitaba aquella mano que tomaba su brazo para continuar su camino.
Chace por estar sentado al lado de Elisa salió incluso antes que Alex detrás de ella. Liam e Ian también dejaron la mesa, ver a Elisa a punto de quebrarse era algo poco o nunca visto, tal vez podría llorar en frente de ellos, aunque en realidad no lo había hecho hasta ahora, solo aquella vez por Chace, pero que estuviera a punto de llorar en frente de Victoria y sus padres era algo único.
—¡Elisa! —decía Chace detrás de ella.
—Déjame. Me voy a ir de ésta porquería de casa —afuera en las escaleras de esa majestuosa entrada esperaba su limusina —¡Mira todo lo que lograste! —decía furiosa.
—¡¿Yo logré?! Alex puede tener un corazón delicado, pero ¡Mira mi nariz! Necesitaré cirugía —bromeaba y aunque Elisa no estaba de humor, sonrío porque de verdad Chace se veía muy mal. Riendo volteo su mirada y ahí llegaba Alex.
—Lo siento, lo siento —sin pensarlo se lanzó sobre él abrazándolo —sabes que lo siento. Yo nunca habría querido hacerle daño a mi príncipe —era inevitable, en el momento en que posó su cabeza en su hombro comenzó a llorar como niña pequeña —lo sabes ¿verdad?
—Mi mamá exagera todo Elisa, estoy bien y nada es tu culpa. No llores por esa bobería —había pasado sus manos alrededor del cuerpo de Elisa y la presionaba ahí contra su cuerpo.
—Verdad Elisa de todas formas ¿qué diferencia hay? Alex siempre ha sido un delicadito —bromeaba Ian detrás de ella.
—Sí. Su corazón siempre ha sido tan limpio y puro que da asco —proseguía Liam.
—¡Oh Púdranse! —Decía Elisa ya alejándose de Alex y limpiando con fuerza sus lágrimas —Que yo sepa hoy Ian dejó ver su lado sensible a todo el mundo, cuando llorando gritaba por Vanessa.
—No estaba llorando —repuso.
—Pero te viste lindo cuando te lanzaron de aquel lugar —Elisa recordaba y no podía evitar reír a carcajadas.
—Eres una maldita rata —le gritaba Ian aparentando estar molesto —vuelve a llorar Elisa, vuelve a pedirle perdón a Alex.
—¡Qué día el de hoy! —exclamó Chace ya quitando las servilletas llenas de sangre de su nariz.
—Bueno todo lo que comienza en gozo debe terminar en dolor —Elisa resentida miraba a Chace. Él irónico sonreía mirando al cielo.
—La verdad hoy debes estar en tus días Elisa. No entiendo qué te hice —Elisa iba a saltar a decirle todo, pero Ian intervenía.
—Como sea éste día yo confesé mi amor por Vanessa a todo el mundo, y les digo que ese Maikel Loubstwell no me va a ganar.
—¡Eso! —celebraba Elisa —yo sabía que no eres tan gallina como Liam.
—Y Elisa terminó el día como si se muriera de amor por Alex —ante eso el corazón de Elisa se detuvo —cuando en realidad está más que enamorada de Chace —ahí volvió a latir aunque aceleradamente.
—¡¿Qué?! —gritó. Ian moviendo su boca decía la palabra “espías”. Claro estaban ahí hablando tan campantes a las afueras del reino de la bruja Victoria “últimamente estás más que tonta Elisa” —yo no estoy enamorada de nadie y mucho menos de ese idiota a tu lado.
—¿Entonces por qué vas a casarte? —preguntaba Liam.
—Porque…. Porque estoy lujuriosa —todos explotaron a reír —quiero un monigote que me satisfaga sexualmente, con el que pueda adoptar niños y ya.
—Aunque sea es bueno saber que te satisfago sexualmente cariño —sonreía Chace.
—¿Por qué no Alex? No le creas pero detrás de esa cara de niño angelical hay un semental, yo que lo sé —Liam hablaba afeminado y mordía su labio mientras miraba a Alex.
—Es que la fidelidad no entra en mi vocabulario, a Chace lo engañaré miles de veces, lo quiero más para poder adoptar a mis niños y bueno uno que otro encuentro. No podría hacerle eso a Alex. Yo soy una rata inmunda y peluda y no me merezco alguien como él.
—¿Por qué te casaras con ella? —Ian le preguntaba a Chace.
—Simple, por el dinero. Ya cuando estemos casados usaré tapones en los oídos para no escucharla y con suerte no tendremos porque vivir en el mismo país o continente.
—Como te quiero amor mío —decía Elisa —. Ahora sí hablando en serio ¿qué pasará con el juicio? Porque el pobre abogado se quedó allá adentro con toda esa discusión.
—No sé. Lo único cierto es que estas vetada de la casa de Alex, Elisa —Liam reía —y cuidado si no estás vetada de ésta casa también.
No pudo hablar más cuando la mamá de Elisa junto con su padre salía furiosa.
—Aquí estás —sus ojos estaban que botaban fuego, nunca Elisa había visto a su madre así —vámonos de aquí y devuélvele el anillo a Chace porque no hay boda.
—¡¿Cómo que no hay boda?! —Elisa miraba a Chace y él a ella ¿qué estaba pasando?
—Ya lo oíste estás muy joven como para casarte y mucho menos si tienes que calarte a una suegra así —Victoria también salía, miraba indignada a Sofía —dale el anillo —volvía a insistir.
—No lo traje hoy —lograba responder Elisa.
—Entonces mañana recibirás tu esplendoroso anillo Victoria. Vámonos de aquí —“entregar el anillo mañana” pensaba asustada, el maldito anillo no aparecía y no había un solo rastro que seguir.
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Bueno por fin les subo capi nuevo. Mañana subiré la continuación y espero poder subir capis seguidos el Sábado y el Domingo también, las dejé mucho tiempo sin capis, así que pienso compensarlo. Más porque me di cuenta que aún falta algo para que Envenenado de Ti acabe, así que mejor me apuro. Muchas gracias por leer. y ¿ahora qué pasará? ¿se cancelará la boda? Qué piensan ustedes.
Besotes lindas :)
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