Capitulo 29 parte 2
— No podrás hacerme nada, al menos no viva – con una buena patada en su entrepierna logró quitarse de encima a un James que se había dispuesto a rasgar su ropa.
Toda aquella somnolencia de pronto se había esfumado, quizás era su cuerpo actuando frente al peligro. Poniéndose de pie le dio otra patada, esta vez en la cara y corrió hacia Alex. Nerviosa y pendiente de lo que James hacía intentaba deshacerlo, pero estaba atado con cadenas y candados. James un poco recuperado corrió hacia ella, por lo que Elisa tan solo pudo quitarle la mordaza a Alex, algo que él agradeció porque ya se estaba ahogando con aquel pedazo de tela que estaba dentro de su boca.
— ¡Elisa Corre! – alcanzó a gritar Alex.
Elisa con James lanzándosele encima tuvo chance de correr hacia la laguna frente a ella y sumergirse en aquellas azules aguas. Tan solo tenía que llegar al otro lado de la laguna, tomar el camino que los otros hombres tomaron e irse de ahí, concentrada se dirigía hacia allá, aunque de nuevo las fuerzas se le estaban acabando “pero ¿y Alex?” le dijo una vocecita en su cabeza ¿podría dejar a Alex con aquel maniático solo para salvar su pellejo? Terminó de salir aunque aún no sabía que iba a hacer.
— Ni creas que escaparás – de inmediato dos balas se dirigieron a la pierna izquierda de Elisa.
— ¡No! – gritó Alex cuando vio como Elisa caía al suelo. En ella todo era un torbellino, no entendía bien que había pasado, solo que un ardor en su pierna cada vez se hacía más fuerte “te olvidaste de la pistola tonta” le decía una voz en su cabeza “claro el idiota me disparó”.
— No te irás perra – sujetándola fuertemente de sus cabellos comenzó a arrastrarla.
— Ya mátame de una vez – gritaba intentando no quejarse del dolor, pero su pierna sangraba hasta más no poder y el dolor era casi insoportable.
— Suéltala cobarde – gritaba Alex- porque no me sueltas a ver si eres tan hombre como dices.
— Alex con las descargas que llevas continuas sentado solo porque estas atado, sino estarías desparramado como jalea – le dio un último jalón a Elisa apoyándola en una gran piedra – amor ahora si no te escaparás – de un solo movimiento de sus manos rasgó la camisa de Elisa, dejándola solo con aquel sostén deportivo y comenzó a pasar sus manos por su cuerpo, besando su cuello. Elisa como pudo mordió el hombro de James hasta casi arrancarle el pedazo, él de un buen golpe la dejó casi noqueada – no aprendes Elisa, no quería tratarte así, pero luchas y luchas.
Alex desesperado intentaba deshacerse, pero lo único que lograba era hacer tambalear la silla de un lado a otro, hasta que cayó de forma garrafal a un lado. El estruendo desconcentró a James, quien ya en su éxtasis bajaba sus pantalones. Elisa lloraba, se odiaba por llorar como una tonta, pero estaba ahí casi inconsciente con aquel idiota profanando su cuerpo “estas pérdida Elisa Lubensky”. Aun así intentó arrastrarse durante aquel segundo que James se incorporó para ver que provocó aquel estruendo. Pero tan solo logró llegar a la laguna.
— ¿Eres amante del agua Elisa? – tomándola fuertemente de los cabellos le gritaba.
— Eres un imbécil desgraciado – gritaba – no terminarás bien.
— Pero tú tampoco – comenzó a hundir la cara de Elisa en el agua, hasta casi ahogarla, hundía y sacaba su cabeza de forma continua. Elisa sentía que no podía respirar, pataleaba con sus piernas y manos, pero no había nada que pudiera hacer - ¿ya vas a morirte? Creí que eras más fuerte. Mira Alex ¿acaso no es linda? – abrazándola e impidiendo que moviera sus manos la arrastró hasta quedar frente a Alex. Elisa creía que era como una hoja de papel, muy frágil e inestable, su cabeza iba de un lado a otro como si su cuello no tuviera ninguna función, su pierna no podía moverse y por donde iba un gran rastro de sangre la precedía – si es muy linda. Ahora ve como la disfruto – con una de sus manos comenzó a tocar los pequeños senos de Elisa.
— Aléjate de ella – gritaba una cuarta voz en la cueva. Elisa de inmediato reconoció aquella voz y tuvo fuerzas para levantar su cabeza y verlo.
— ¿Estás vivo? – exhalaba James furioso.
— ¿Viniste Solo? ¿Cómo se te ocurre? – decía Elisa molesta.
— No estoy solo, es un cuento largo – hablaba Chace apuntando a James – estas perdido James suéltala ya.
— No, aquí nadie vivirá – en menos de lo que dura un parpadeo hundió la pistola en el estómago de Elisa.
— ¡No! No lo hagas – gritaron Chace y Alex al unísono.
— Si no es mía no será de nadie.
Elisa en su angustia no lo pensó dos veces para forcejear aquella arma con James. De su lucha varios tiros salieron perdiéndose en la inmensidad de la cueva, aunque uno entró irremediablemente en el abdomen de Chace que cerca intentaba dispararle a James. Elisa no se dio cuenta de aquello, de pronto James caía al lado de ella posiblemente muerto, no sabía dónde habían entrado las balas, solo sabía que Chace había acertado. Todo había ocurrido en tan solo unos segundos que para ella fueron eternos. Ella vencida se lanzó al suelo cuando Chace llegó al lado de ella a abrazarla.
— ¿Estarás bien? – le decía al oído. Ya se escuchaban como otras personas se acercaban, seguramente gateaban rápidamente por aquellos incomodos túneles.
— Gracias por venir – sin más se abrazó a su cuello a llorar, pero al mirar un poco abajo divisó la gran mancha de sangre que se propagaba por la camisa de Chace - ¿estas herido? – decía asustada.
— Estaré bien – ya aquella anestesia natural del cuerpo se estaba yendo, por lo que el dolor le impedía hablar bien.
— Perdóname, perdóname, perdóname – decía llorando.
— Creo que estas en esto por mi culpa ¿no es así? Yo ni siquiera te agrado – sonreía.
Elisa pensó decir algo, pero unos hombres uniformados los separaron, comenzaron a atender a Chace, Elisa y Alex. Una vez que desataron a Alex, Elisa tambaleándose comenzó a abrazarlo.
— Perdóname príncipe – le dijo al oído.
— Estoy bien, estaremos bien, ya no hay nada que temer – aunque en realidad Alex no se encontraba para nada bien.
Con lágrimas en los ojos Elisa volvió a su camilla en donde cargándola la sacarían de aquella maldita cueva.
— Hey Brother ya despertaste – Liam veía a Ian acostado en aquella camilla.
— ¿Que… Y Vanessa? – de inmediato se sentó, buscando con su mirada por todos lados, pero se encontraba en una solitaria habitación.
— Tranquilo, tranquilo – le tocaba el hombro para que volviera a acostarse.
— ¿Dónde está Vanessa? – intentó gritar pero el dolor hizo que se retorciera y volviera a acostarse.
— Se la llevaron a Houston
— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Está mal verdad? – sin poder evitarlo unas lágrimas se escaparon de sus ojos.
— Tienen que hacerle unas cirugías que aquí por la falta de tecnología no eran posibles, así que se la llevaron rápidamente. Pero estará bien, tiene los mejores doctores a su disposición y un avión mejor que cualquier clínica que conozcamos – intentaba darle ánimos.
— ¿Y si no soporta el viaje? – estaba agitado.
— ¿Crees que se la habrían llevado si estuviera tan mal como para no resistir el viaje? – aunque en verdad los doctores habían tomado el riesgo. Ya estaba al borde de la muerte, quedándose en las islas Caimán sin remedio moriría, así que tenían que arriesgarse a que soportara el viaje, sino de todas formas su futuro estaba más marcado por la muerte que por la vida, Liam sabía todo aquello, había escuchado la discusión, pero claro que no se la diría a su amigo, más ahora que lo veía tan afligido.
— Tengo que ir con ella – rápidamente se puso de pie y de un jalón sacó aquellas vías que irrumpían sus brazos. Aunque el dolor de sus costillas lo hizo arrodillarse al lado de su cama.
— Ian tranquilízate – Liam con fuerza lo sujetaba – tuviste una hemorragia interna, te quebraron las costillas, al parecer uno de tus ojos está dañado, no puedes irte así no más – hasta ese momento Ian no había notado que efectivamente no miraba por uno de sus ojos.
— Pero se va a morir por mi culpa, la mujer que amo se va a morir por mi culpa ¿no entiendes? – gritó, lo que dejó a Liam más que confundido.
— ¿La mujer que amas? – preguntó. Aunque un grupo de enfermeras debido al escándalo no demoraron en llegar y con la ayuda de Liam lograron inyectar un sedante en el brazo de Ian.
Liam estaba más que en shock con la confesión de Ian, nunca habría adivinado que después de todo Ian amaba a Vanessa. Pero estaba más que ocupado como para pensar en eso, sus padres y los de los demás no dejaban de llamarlo. Los padres de Elisa ya se habían montado en un avión para ir a ver a su hija, aunque aún no había aparecido. Liam intentaba darle explicaciones a todos, mantenerlos informados, pero el mismo ya se estaba desesperando. Cuando Chace, Elisa y Alex llegaron a la clínica sintió que por fin podía respirar, aunque ninguno de los tres estaba bien.
Elisa parecía ser la más sana de los tres, le sacarían las balas de su pierna y ya, pero de forma inesperada comenzó a complicarse, los órganos de su cuerpo comenzaron a fallar de forma gradual, solo hasta ahí se dieron cuenta que una gran dosis de un veneno extraño había sido introducido en el cuerpo de Elisa. Alex debido a las descargas tenía grandes problemas con su corazón, tanto él como Elisa debían ser llevados a otra clínica o no se salvarían. De todo esto los doctores hablaban con Liam después de todo él era algo así como el único familiar presente.
— Oye loquita – con lágrimas en los ojos Liam acariciaba el cabello de Elisa – estarás muy bien – observaba a su prima con aquel tubo que salía de su boca, y es que lo primero que había comenzado a fallar fueron sus pulmones – eres Elisa, y hierva mala nunca muere ¿No? – intentaba sonreír aunque era imposible que parara de llorar – debes ponerte bien, solo no mueras, eso es fácil prima, solo no mueras – le dio un beso en la frente. Elisa estaba un poco consciente y lo observó tan solo un segundo antes de perderse en un profundo y tormentoso sueño.
Liam se debatía entre irse con Elisa y Alex, acompañarlos en el avión, o quedarse con Chace quien aún no salía de la operación y Ian que al despertar se escaparía para ir detrás de Vanessa. Por suerte los padres de Alex se encontraban en Jamaica muy cerca de las Islas Caimán por lo que llegaron justo antes de que el avión saliera, ellos se harían cargo de Elisa y Alex por lo que Liam pudo quedarse un poco tranquilo. La madre de Alex no hacía más que llorar y abrazar a un Alex que mantenían en coma inducido, ya que cualquier susto podría de una vez paralizar su corazón.
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Esta un poco corto, pero es que por aca todo esta de locos y yo no he parado de hacer cosas. Pero el capi 30 ya esta casi listo y si es mucho mas largo, espero que les guste el capi de hoy. :)
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