THE RED DIAMOND - PART 2



Sentí como los golpes de ese látigo abrían la piel de mi espalda, "Odio las marcas" fue lo único que mi estúpida mente pudo formular de un momento para otro. Sentía la sangre chorreante de mi nariz y cabeza, pero por lo mojado que tenía el cuerpo, supongo que estaba bañado en mi propia sangre.

" Estoy enamorado de ti..."

La voz de Yura resonaba en mi cabeza como un eco del que no podía escapar. Cuando quería recobrar la conciencia, de nuevo un latigazo destrozaba mi espalda. Ya me había cansado de gritar de dolor, porque si hacia un sonido, recibiría otro rodillazo en el cuerpo. Como pude alce el rostro para verlo allí, sentado mientras su gente acabada conmigo, Viktor Nikiforov, mejor conocido como "La muerte Pálida" líder del Clan de la Tormenta Blanca, uno de los grupos de mafia más poderosos de Europa y Asia que últimamente se estaba extendiendo a América.

Se deleitaba con mi sufrimiento, dándome una leve sonrisa. De un momento a otro se levantó y los golpes cesaron, camino lentamente hacia mí, podía escuchar los zapatos y quería estremecerme. Se inclino a la altura de mi rostro y apunto una pistola a mi cabeza.

- Otabek Altin, ¿Sabes? debería agradecerte, metiste tras las rejas a idiotas que querían ser más que mi organización, eres un héroe para mí... - sostuvo mi barbilla, y si sintiera los labios le escupiría a la cara - ¿Eres Canadiense? ... no pareces uno. ¿De dónde eres?

- Ka... Ka...Kazajistán. - dije y sus ojos se abrieron.

- Hmm... bueno, Kazajistán no ha traído nunca nada bueno para Rusia.

¿Como llegue aquí? ...

--- Horas Antes---

- Sigan. - dijo mirándonos - Sigan follando, mi hijo ya está en éxtasis, sigue follándotelo.

Los tres, el japonés el ruso y yo nos quedamos como hielo ante tal cosa, sabíamos que no estaba jugando, sabía que era hombre muerto...

Maldición....

Yuri  miraba a Viktor quien seguía fumando un cigarrillo sin apartar la vista de nosotros. Cuando iba a subirse los boxers una risa del peliplata lo hizo estremecerse parando la acción.

- Yurio, dije... Que. Sigas. follando. - sonrió cínico ante su hijo y este temblaba apretando el sofá - Si crees que escaparte para follar con un policía haría feliz a papá, debiste pensarlo dos veces, así que Yurio, papá quiere que sigas follando. Papá quiere ver como su pequeño bebé llega al orgasmo.

- ¡BASTA VITYA! - grito Katsuki poniéndose enfrente de su esposo - por favor, basta. - se puso de rodillas frente a el - déjalo en paz yo...

- ¿Oh tu que Yuuuriii...? - sonrió - ¿Volverás a seducir y querer entregarte a Otabek? Sabes Altin, odio cuando tocan cosas que son mías, y tú te atreviste a tocar a las dos personas que más amo...

Me quede petrificado, yo y mi maldita boca, si no... ah joder eso no importa ahora, ¿Como mierda llego a mi cuarto por mi arma? ¿Como mierda aviso a los demás que tengo aquí a este sujeto? ... Yura me vio de reojo, joder, creo que no le agrada nada lo que acaba de escuchar. Mierda, mierda...

- Viktor... por favor, solo quería proteger a Yuri.

- ah... Yo puedo proteger bien a Yuri, tengo a medio mundo a mis pies y no confías en mí. Yuuuriii malo, muy malo, estabas dispuesto a abrirte de piernas no para protegerlo, sino para alejarlo de mí.

El ruso sostuvo como si de una pluma se tratara al japonés del cuello, haciendo que sus pies dejaran de tocar el suelo. Katsuki como pudo se sujetó del brazo de Viktor hasta que este lo soltó jalando sus caderas a él.

- Yo soy la mejor influencia para mi hijo, no lo olvides.

- Basta. ¿Quieres verme follar? con eso estarás feliz, vale. - Se inclino y me miro suplicando entre lágrimas.

¿Que se suponía que hiciera ahora? Ni muerto me seguiría follando al hijo del líder de la tormenta blanca, pero... el rostro de Yura, pidiéndome ayuda, a joder... joder, joder, joder. Le tome las caderas y mirando a Nikiforov, trague saliva sabiendo que esto es lo más jodidamente estúpido que he hecho y haré porque después de esto soy hombre muerto... 

Embestí a Yura hasta el fondo haciéndolo soltar un grito. Nikiforov volvió a sentarse con Yuri Katsuki entre sus brazos mirándonos. Embestía con más fuerza y Yura cada vez gemía y gritaba mas, sabia por la forma en la que me apretaba que estaba a punto de correrse.

- ¿No puedes hacerlo mas rápido Altin? - dijo y sentí que me hervía la sangre.

Cargue a Yura sentándome y abriéndole las piernas, si iba a ser hombre muerto ya, daría el mejor espectáculo de cómo me cogía a Yuri Plisetsky. En esa posición el ruso podía observar como entraba y salía de su hijo rápido y duramente. Yura se quejó al principio, pero entre gemido y grito comenzó a decir mi nombre, cosa que me excito más, joder era hombre muerto, lo sabía, pero si voy a morir quiero sentir a Yura una última vez.

Yura se corrió después de unas tres embestidas más, echando la cabeza para atrás en el orgasmo sacando un enorme grito. No pude evitar correrme dentro después de que se estrechara, era imposible que no lo hiciera... Ambos jadeantes nos quedamos sin movernos hasta que Katsuki con el saco de Viktor cubrió a Yura levantándolo alejándolo de mí.

- Yuuuuriii... ¿Que haces?

- No toques a Yurio - dijo abrazándose de él.

- Pero Yuuuriii estoy muy enojado con Yurio.

El japonés temblaba abrazando y cubriendo a su hijo, las manos de Nikiforov ya se notaban como marcas en su cuello, me miro de reojo escondiendo a Yura en su pecho.

- Él se follo a tu hijo, el culpable es él... - dijo apartando su rostro.

- Como quieras amor.

Sentí un enorme golpe de pronto en el hígado, justo como Yuri lo había hecho anteriormente, pero este realmente tenía fuerza, me hizo escupir sangre. Recuerdo haber escuchado el grito de Yura y recuerdo ver borroso a Viktor quien me jalaba del cabello sacándome de allí.

--- Actualidad--- 

¡BASTA! - Grito el rubio entrando por la puerta de repente, tenía un golpe en el rostro que lo estaba haciendo sangrar de la barbilla, pero fue innegable que la mirada de su padre no lo intimidaría ahora. - ¡Si lo tocas Viktor te mato!

- Yuri - dijo bajando el arma - No planeo matarlo, está demasiado involucrado con nosotros, si desaparece tendría a la policía aquí, solo lo asustaba. - contesto girando los ojos - No soy idiota Yuri, solo me gusta molestar al tipo que se atrevió a tocarte.

- ¡Suéltalo ya! - grito el rubio apuntándole un arma a Viktor, y en vez de que este se sintiera nervioso, el ruso parecía disfrutarlo de sobremanera. Golpeo el torso del moreno nuevamente y Yuri apretó el gatillo, pero sin siquiera sacar una bala - ¡¿Que diablos?!

- Si atendieras a tus clases sabrías como quitarle el seguro a la pistola - se levantó y en un simple movimiento el rubio ya estaba en el suelo - Yuri, dejare libre a tu policía, pero, a cambio de algo...

El kazajo estaba ya demasiado pálido, antes de poder seguir escuchando cayo en un desmayo. lo último que escucho fue el grito de Yuri decir su nombre. ¿En que se había metido? porque siempre acababa envuelto en problemas con personas peligrosas, porque se enamoró de alguien con quien no debería estar, porque su vida no puede ser tranquila aunque sea un poco, porque tiene que volver a esa cabaña, a ese lugar en donde todo siempre esta manchado de sangre...Porque tenia que recordar cosas en los peores momentos y embriagarse de ellas cuando menos quiere...

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"La noche siempre trae lo peor o mejor de las personas, siempre depende de que tan reluciente es la Luna en ese momento."

Ambos esperábamos allí, en esa habitación, a la llegada de aquel chico que nos tenía atados con cadenas invisibles al cuello. Por una parte, al menos, Isabella tenía un anillo visible que lo ataba a él, yo... yo realmente podría irme si quisiera, pero no dejaría que, Isabella... yo no puedo dejarla. Mi celular vibro y rápidamente vi el mensaje que había allí, era simple y al punto de lo que quería.

Jean: Envíame fotos o un vídeo de ustedes desnudos. Hazlo rápido, tengo que volver al escenario en 5, los amo.

Suspire, ¿Que punto hay de admirar nuestros cuerpos en el preciso instante donde estas demostrando una faceta tuya? Jean era extraño, le gustaba tenernos entre sus brazos, le gustaba poder presumirlos, éramos como el mayor tesoro del Rey. ¿Me gustaba eso? Se que lo quiero, eso es innegable, entonces, ¿Debería hacer eso? ... supongo que si.

- Quítate la ropa Isa, quiere que le enviemos fotos - dije quitándome la playera.

- ¿De nuevo? - contesto mirándome - Otabek... solo espera un momento. Las estrellas están brillantes hoy más ¿No crees?

No entendía porque Isabella estaba más distraída de lo normal, ¿Eran las copas que habíamos tomado? ¿Era porque realmente nada bueno ocurre después de la una de la mañana? ... no entendía.

- ¿Que pasa Isa?

- Siento que debes huir de esto - me miro acariciando mi rostro - Otabek, siento que tú no estás viendo lo que realmente está pasando y temo que las acciones de Jean no te dejen ver lo que realmente es esto... - suspiro acariciando mis mejillas y cerré los ojos sintiendo esa calidez - ¿Quien se casó con Jean?

- Tu lo hiciste.

- ¿Y tú que eres?

- Soy su hermano adoptivo - conteste mirándola - ¿A que vas con todo eso?

- A que pareces el único que no se da cuenta y no quiero que sufras por culpa de los caprichos de Jean, escapa Otabek, escapa de esto... Jean, no te ama de la manera que tú crees que lo hace.

- Isabella...

- ¿Tu sabes lo que ocurre verdad? - dijo y una lagrima corrió su mejilla mientras seguía acariciándome - Si te daña no podre perdonárselo. Por eso mismo, quiero protegerte de la falta de tacto de Jean, el no es malo, solo que no se da cuenta de muchas cosas tonto. - dijo y pellizco mi mejilla jalándola, era un gesto que Isabella siempre nos hacia cuando nos regañaba. 

- Lo sé... Isabella sé que... sé que él no se da cuenta de cómo han cambiado las cosas entre nosotros... Ya no somos esos chicos de universidad.

- ¿Que asco de personas somos no es así? - dijo recargando su frente en mi pecho - ¿Porque hacemos esto? ¿Son solo nuestros cuerpos? ¿Es el sentimiento a estar solos? ¿Que es? ... Te trato de proteger de Jean, pero solo al saber esto y seguir con toda esta relación solo revela que puede que yo sea peor que él. Él no se da cuenta... yo si, y aun así dejo que todo esto surja como si de agua se tratara.

- Isabella...

- Te amo demasiado como para verte sufrir por nuestra culpa, te amo infinitamente como para ver un rasgo de tristeza en tu rostro - apretó sus puños y sentí mi corazón romperse - ... Te amo Otabek, te amo tanto como amo a Jean... perdóname por todo.

- No hay nada que perdonar, Isabella - le levanté la barbilla y vi ese rostro de ángel hecho un desastre, dios pensé que moriría por el simple hecho de tenerla así y no haber podido hacer absolutamente nada al respecto. - Se todo lo que está pasando... Me enrede en Jean desde hace tiempo y él no se ha dado cuenta que la persona que ama con todo su corazón es la persona que yo tengo frente a mis ojos. El me ama de otra forma, lo sé, joder lo sé... Pero no pienso alejarme de ustedes, no me importa si duele, no pienso alejarme de lo único que me hace feliz.

- Otabek...

- Isa...por favor entiende que esto es mi decisión y no tienes que sentirte mal por todo lo que está ocurriendo.

- Otabek no puedo... no puedo dejar que te sigas envolviendo en este mundo... tú te mereces ... ¡Te mereces algo mejor idiota! - me empujo - ¡Joder Otabek, deja de siempre buscar un lugar donde sufrir, tienes que salir de esa maldita cabaña, de ese maldito baño de sangre, de todo! ¡Deja de esconderte y supéralo! ...

- Isabella...

- Ah joder perdón... - se cruzó de brazos - ¿Estoy perdiendo la cabeza o que diablos me pasa? - rió suavemente agachando la cabeza - yo realmente soy una maldita hija de...

- Te amo.

El rostro de Isabella se quedó estático al igual que su cuerpo, sus ojos estaban demasiado abiertos y sentía que en cualquier momento iba a caer al piso así que me acerque poco a poco a ella, no quería espantarla o algo por el estilo.

- Te amo, no solo estoy por Jean, Isabella, estoy porque te amo a ti, era imposible que no me enamorara de ti cuando eres la única persona que me pone los pies en la tierra. Diablos no me importa que no quieras escucharlo, joder Isabella Yang, te amo, te amo demasiado...¿Cuándo lo vas a creer?

No hice más que jalar sus caderas hacia mí y fundirme con ella en un beso, que comenzó lento y subió la intensidad a ser uno pasional cuando sus brazos se enredaron alrededor de mi cuello. Ambos jadeantes nos recostamos en la alfombra mientras seguí con los besos, pasando a recorrer su cuello y pecho. Isabella era tan perfecta, era la única que me podía cuidar sin esperar nada a cambio.

- Otabek... Jean, soy... soy su esposa.

- Y también la mía... ¿O lo olvidaste? - conteste sacándome la cadena al cuello donde están mis placas militares para que viera un anillo de matrimonio colgado con ellas - Quiero a mi esposa solo para mi hoy, no por nada me case y disfrute nuestra noche de bodas contigo – seguí besándole el cuello más, mordiéndole el lóbulo de la oreja, haciéndola soltar un jadeo.

- Otabek... Jean está por llegar.

- No le molestara... - dije besándola de nuevo - Isabella Yang de Leroy y Altin, me gusta cómo suena.

- Otabek...

- Eres mía igual, no lo olvides... cumpliré todos mis votos contigo.

- Ota...

No lo resistía más, tome su blusa rompiéndola al igual que su falda, un gemido de los labios de Isabella por la sorpresa y excitación se hicieron escuchar. Volví a besarla delicadamente deslizando mis labios por su cuello y pecho, atrapando sus senos, despojándola del brasier para apretarlos y chupar los pezones como si de un bebé se tratara. Entre sus jadeos y gemidos, me deslice hasta sus piernas rompiendo las bragas y comenzar a lamer los labios, lenta y tortuosamente, sin descanso, tengo que decir que escuchar gemir a Isabella diciendo mi nombre era uno de los grandes privilegios que solo su esposo podría llegar a disfrutar. Que suerte que lo soy...

"Ella estará esperando Otabek, pero tú nunca regresaras..."

- Otabek... hng... ¡ah! te esperare en el fin del mundo si eso deseas, te amo, te amo...

- Te amo... 

El ruso estaba nervioso, el medico estaba acabando de cerrar con puntos las heridas de la espalda, hace unos minutos estaba completamente empapada en sangre así que fue difícil limpiarla, lo único buena era que el moreno se había desmayado todo este tiempo. Lograr quitarle su nuevo juguete a Viktor fue difícil, tuvo que aceptar lo que ya sabía, pero eso no importaba ahora, importaba ver a Otabek bien, y con vida. Su corazón se aceleraba cada vez más y las piernas no dejaban de temblarle.

Cuando el doctor se levantó, reviso el suero y vio al rubio.

- Sus heridas son la mayoría superficiales, las cicatrices de la espalda le puedo asegurar que serán de por vida, nunca vi una piel más abierta que esa. De allí en fuera, sorprendentemente no sufrió daños en los huesos, aunque me preocupan los golpes a el área del hígado, es por eso que realizare los estudios. No debe tardar en despertar. Le inyecte un poco de morfina para que pudiera con el dolor, es un policía duro de matar. - Contesto y se retiró sin nada más.

- Beka... - Yuri Plisetsky estaba destruido, por su culpa, por no esperar, Otabek estaba en cama desmayado y con enormes golpes y puntadas en el cuerpo. "¡Debiste decirle idiota!" "¡Debiste decirle quien eran tus padres!, con quien estabas involucrado, debiste... ¡ah jodido idiota!" el ruso se gritaba a si mismo, en una tortura mental mientras sollozaba tomando la mano del moreno.

Al poco rato los ojos chocolate se abrieron un poco, el ojo izquierdo de este estaba hinchado y con vendas por la ceja que le envolvían parte de la cabeza. Realmente Viktor se había encargado de darle una paliza, pero sin matarlo ni causarle realmente fuertes heridas. Lo llamaban el "toca y corre" una serie de golpes que dejan a la persona rogando por su vida, pero que al siguiente día podría ponerse de pie, era una advertencia solamente, pero fue brutal, todo lo que hacía Viktor era brutal.

- ¡Beka! - grito y el kazajo hizo un gesto de fastidio, estaba mareado y el dolor de cabeza y cuerpo era insoportable - ¿Cómo estás? ¿Puedes moverte? ¿Beka?

- Me acaban de patear el culo y preguntas si puedo moverme... ¿Yura, tu cerebro funciona no?

- Idiota, trato de ser amable contigo y...

- Gracias - dijo dando una leve sonrisa - por salvarme.

- Beka...

El rubio se acostó a un lado del moreno y como siempre se dedicaron a mirarse. Al moreno le fascinaba como podía ver reflejado en el brillo de los ojos del rubio diamantes preciosos. Y al rubio le encantaba perderse en la profundidad de los ojos chocolate y ser consumido por ellos.

Yuri se pegó un poquito más, sin querer molestar tanto al kazajo que estaba boca abajo viéndolo. Quería sentir su aroma y por esto, por más estúpido que parezca, lo hacía sentir de maravillas.

- Yura... yo tenía...

- ¿Qué pasa Beka?

- Es que tengo que decirte...algo - solté un suspiro - es importante y...

Antes de que el kazajo pudiera continuar, Nikiforov y Katsuki entraron a la habitación. Era obvio que Plisetsky se pondría a la defensiva pero Viktor saco un pañuelo de su saco agitándolo con esa enorme sonrisa de corazón.

- Vengo en son de paz. - dijo sonriente - Yuuri me ha explicado muchas cosas así que no estoy molesto ahora, entiendo que has entrado a la pubertad y tu deseo por una polla aumento - dijo dándole unas leves palmaditas al rubio, quien estaba fúrico por esto.

- Déjate de estupideces Viktor, ni siquiera estoy en la pubertad, ya soy un jodido adulto maldición.

- Yuuurriiii ... nuestro pequeño Yurio sigue con su mal humor. Creo que quiere que le quite a su juguete mas tiempo. - Dijo Viktor sentándose en la cama, y me quería mover, pero diablos la espalda dolía. - ¿Quieres que vuelva a encerrar a tu policía abajo?

- tsk... - Yuri bajo la mirada - Lo lamento padre.

- Así está mejor... ahora, vamos a aclarar algunas cosas ya que estas despierto ¿Vale? Bien. En primer lugar, sobre el asesinato, en donde mi esposo incluso cree que fui yo, les diré que no fui yo. - sonrió - y esto solo lo diré una vez así que no sean tan idiotas para olvidarlo, ¿Vale? - sonrió de nuevo.

- ¿De que... hablas... tu eres el único que... podría hacer que Nekola ...

- Error pequeño kazajo, la cosa es que quiero que pienses realmente lo que estás diciendo. Porque diablos yo pondría a la policía a husmear mi casa, a mi gente, mis negocios etc. con el riesgo de que descubran toda mi verdadera compañía si yo fuera el asesino. Otra cosa, gran parte de mi fortuna se basa en el mundo de la farándula, así que, ¿Por que diablos yo mataría a una fuente de ingresos y haría que se retrasaran los eventos y modelaje, que son otra fuente de ingresos? y la última, si soy un jefe de la mafia, ¿Porque recurrir a la policía si yo podía mantener todo esto oculto? Bueno pues, no pensaba decirlo hasta que llegaste tu a Italia.

- ¿De que hablas? - dije alzando una ceja.

- Otabek Altin, gran joven detective que muestra sus cualidades, en cualquier caso. No soy el único grupo de mafia tonto, si, soy el más grande, pero hay muchas personas que me quieren meter un dedo en el culo si con eso caigo. Se metieron con mis modelos así que pensé que el gran detective canadiense diagonal kazajo, seria quien lo atraparía y con eso atraparía a mi competencia.

Se levanto y jalo las caderas del japonés, haciendo una pose dramática con su esposo.

- Ah, me tarde en hacer que mis negocios lucieran extremadamente normal y mover dinero de aquí para allá, y aun así no lograste seguir con la investigación. Fue decepcionante... Ahora, entiendo que no solo es Crispino al que asesinaron, sino que también hablas de la hermosa Aiday Ercesh. ¿No es así?

- ¿La conociste? - dije abriendo mis ojos tratando de moverme.

- Oh claro... era inteligente, rápida y hermosa, el paquete completo. - sonrió - era demasiado bondadosa también... estaba dispuesta a todo – bajo la mirada para luego mirarme - La conocí días después de que la obligaran a casarse. Su esposo era un idiota, pero ella era muy lista. Así que le ofrecí trabajar para mí, le hacíamos creer a todos que era una "prostituta" que se encaraba de hacerme favores a mí y a los chicos, pero realmente la estaba infiltrando en un grupo. Había una trata de blancas e infantil cerca de mis territorios y quería que eso se terminara ya. Aiday se arriesgó durante esa misión consiguiendo los nombres y las locaciones, pero, con todo bien viene un mal. Alguien la delato. Supe que esperaba un hijo así que trate de decirle que le quería dar una mejor vida, pero huyo completamente, no sé de quién se escondía... Tal vez de tu padre.

- Tsk...

- Bueno, viaje a Kazajistán sin suerte de encontrarla, y pase así unos meses. El recuerdo de Aiday se borraba, pero lo que había hecho por mi no. Pasaron un par de años y tuve que viajar a Japón por una emergencia con un lote de droga que se quedó en el mar. Allí conocí un pescador quien me invito una deliciosa cena, este pescador tenía un hijo llamado Yuuri Katsuki. - el ruso volteo y sonrió a su esposo. - hermosos ojos chocolate, cabellera negra, rasgos asiáticos, una combinación que amaba...

- ¿Y?

- Allá voy muchacho, diablos uno quiere ponerse romántico y lo interrumpen. Como sea, le hable a Yuuri de quien era y a donde me dirigía, no le importo casarse con un líder de la mafia. Pero antes de todo esto, tenía que cumplir con la promesa que le hice a Aiday. Acabaría con ese infierno que niños y mujeres vivían. Me infiltre en una fiesta al fin y delate a todos. Pero en esa fiesta estaba un joven rubio que me maravillo completamente... y como dirían, el resto es historia.

- Mi madre... trataba de rescatar... personas. -Sonreí levemente, lo sabía, sabía que ella era pura siempre.

- Supongo que, no quería que nadie sufriera lo que ella sufrió. - contesto - trate de buscarte, un tiempo, pero nunca di contigo, de saber que te había puesto "Altin" hubiera sido más fácil...Realmente eres apuesto, te pareces mucho a ella... excepto en algunas facciones, son más masculinas, para nada kazajas... y esos ojos, no son tan asiáticos como los de ella, son más, occidentales.

- Mi madre decía que mi padre era de América. - conteste.

- Oh tal vez sea por eso... pero regresemos a lo importante, Otabek, captura al asesino.

- ¿Que?

- Esto no es un pedido, es una amenaza, capturarlo o le meto una bala entre ceja y ceja a Yurio.

- ¡VIKTOR! - grito Katsuki, pero su esposo hizo caso omiso.

- Idiota - apreté mis puños viéndolo, esa mirada azul solo reflejaba muerte, no tenía idea si creerle o no.

- Eres libre de hablar completamente con mi gente y buscar en mis archivos, pero sin compartir la información o acabo matando a mi hijo. Que realmente no me tiene tan contento así que no me importaría.

- ¡Idiota! - grito Plisetsky, pero recibió un fuerte golpe al estomago del parte del peliplata dejándolo en el suelo.

- Lo haré... no toques a Yura.

- Eso quería escuchar... - sonrió con esa estúpida sonrisa de corazón - vamos Yuuuriiii, ¡quiero que hagas katsudon para mí! - concluyo el ruso saliendo con su esposo. 

Ambos, Yuri y yo estábamos agotados, no simplemente en lo que se había convertido mi vida, sino en la que se había convertido la de el por igual. ¿Todo esto por qué? joder... quiero ir a casa a dormir.

- Beka... Te llevare a casa en la mañana.

- Gracias

- Al menos no te corto el pito, sino realmente hubiera sido una verdadera perdida.

- Cierra la puta boca

Ambos comenzamos a reír, yo con dolor y Yura igual por el golpe, pero realmente sus comentarios espontáneos en los momentos menos indicados es lo que me hacen quererlo a mi lado. Podría estar viviendo una mierda y el aun así estaría allí para hacerme soltar una que otra carcajada. 

Al fin pude llegar a mi casa, podía caminar, pero me jodía el dolor de espalda. Yura fue de mucha ayuda porque gracias a él no tenía que estirarme o hacer movimientos innecesarios para nada, él me estaba cuidando y la verdad estaba disfrutándolo al máximo.

Cuando entramos sentí que habían sido mil años desde la última vez que había estado allí. Supongo que estar a un paso de la muerte me da la perspectiva de mi vida, de lo que hago y hacia donde voy, pero realmente quisiera ahora abandonar todo este camino para solo regresar a casa y recostarme en el techo un rato, disfrutando el frío y un cielo estrellado.

- Beka tienes muchos mensajes en la contestadora - Dijo Yura sentándose.

- Si son de Mila ignóralos, no querrás escuchar lo que dicen. - reí sentándome lentamente sin recargarme. - auch...

- Veamos...

"OTABEK! DONDE DIABLOS ESTAS METIDO, TRAE EL CULO PARA..."

- Si, tenías razón - rió quitándolo - bueno, al menos sabemos que realmente se preocupa por ti.

- Lo sé, es por eso que le estoy enviando un mensaje ahora - conteste escribiendo en mi celular

- Tienes uno más Beka, Es de Isabella.

- Ponlo.

- Bien.

"Ota, oye me estoy asustando, tu siempre respondes mis mensajes a tiempo. ¿Estás bien? Por favor llámame cuando recibas este mensaje, te extraño"

- Eso fue... lindo creo. - me miro y sabia que iba a preguntar así que decidí adelantarme a mi gato antes de que se empezara a hacer teorías locas.

- Tengo que hablarte de mí relación con ellos. - suspire, eso iba a ser duro - Como sabes, conozco a Jean desde la infancia, pero cuando Isabella se unió a nosotros, de pronto todo cambio. Desde la forma en la que mostrábamos afecto, hasta la forma de hablar, de expresarnos.

- ¿Por qué?

- Jean esta enamorado de ella - suspire - Digamos que Jean estaba conociendo lo que realmente significaba estar enamorado, y aunque eso no era bueno para mí, aun así, me sentía bien con el amor que me daba. Llego a un punto su enamoramiento que Jean decidió decirle a Isabella de nuestra relación, ella la acepto por completo - reí - Lo primero que pensé cuando dijo que estaba completamente de acuerdo con esto fue "¡Esta chica está loca!"

- ¿No le importaba compartir a Jean?

- Creo que lo amaba demasiado como para quitarle a alguien tan importante. - conteste - y, además, nuestra relación se volvió exageradamente cercana, llegamos al punto que si no estábamos los tres no era divertido, desde el sexo, hasta las salidas etc.

- Wow... - Yura me miraba realmente interesado y no pude evitar tener un suave sonrojo -

- Bueno, después de esto, llego la boda, me llevaron a la luna de miel con ellos así que ya te imaginaras. La cosa era que nuestra relación se estaba volviendo enfermiza. Jean no desistía en tenernos juntos, le aterraba perdernos. Así que nos llevaba a sus giras siempre, íbamos sin reclamar, pero, estaba interfiriendo tanto en mi trabajo como en el de Isabella. - rasqué mi nuca y sentí una costra de sangre - uh... bueno la cosa es que Isabella y yo nos hacíamos más cercanos hasta tal punto donde...

- Oh no... - se cruzó de brazos - oh joder no...

- Lo lamento...

- ¡Tsk! ¡No puedo competir contra un par de tetas Otabek!

- Pero no estas compitiendo... ¿Me dejas acabar dolor de culo? - reí tomando un cigarrillo de la mesa, encendiéndolo, ah joder extrañaba el sabor.

- Continua niñero. - dijo sonriente.

- Un día a Jean se le metió la idea de que iba a morir, y dijo que no nos quería dejar solos, menos a Isabella, así que en una noche de locuras hizo que me casara con ella.

- ¡¿Qué?!

- Me case con Isabella en secreto, después de allí fue algo incomodo, era difícil nuestra relación. Y así seguimos hasta... bueno hasta ahora.

- Dame un momento... necesito pensar lo que acabas de decir... ósea, créeme lo comprendo, comprendo toda su mierda, pero necesito un momento.

- Ok Yura lo comprendo.

Yura recargo su cabeza en el sofá, pensando viendo el techo. Decidí darle el tiempo que necesitaba supongo, no todos los días la persona que te gusta te dice que está casado en una relación polígama. Decidí que lo mejor en este punto era devolverle la llamada a Isabella, tome el teléfono y lo puse en alta voz.

- ¿Otabek?

- Hola Isa, perdona por no contestar, pero hubieron ciertas dificultades y ... bueno les contare después.

- Descuida lo entiendo, solo que me tenías muy preocupada, ¿Dónde estás?

- En mi casa, ¿Y tú?

- En el hotel donde se queda Jean...Mila ya no puede cuidarme Ota.

- Lo se cariño, pero tranquila buscare una forma de mantenerte a salvo. Solo prométeme que no le responderás a nadie que no sea Jean o a mi.

- Lo prometo... hablando de Jean, quiere que cenemos juntos, me envió un mensaje hace rato diciendo que va a salir antes del estudio, así que, ¿Vienes?

- Por supuesto, ¿Dónde te veo?

- Aquí en el hotel, si llegas antes ven a la habitación, queremos cenar aquí, los tres juntos...

- ... ¿Pueden ser cuatro?

- Oh por dios... oh dios, oh dios... no no no... dios Ota, ¿Es Plisetsky cierto?

- Creo que si...- reí - solo dime si, si o no.

- Por supuesto... Ota, estoy muy feliz por ti.

- ¿Por qué?

- Porque te dije que te merecías algo mucho mejor... me alegra que lo encontraras, estoy demasiado feliz, dime cuando te firmo el divorcio y lo tienes.

No pude evitar soltar una enorme carcajada después de eso, era la primera vez que escuchaba que un divorcio realmente era una muy buena noticia para una pareja. Isabella realmente eres la mejor.

- Oye no estoy seguro de todo esto... no aún.

- Oh vamos Ota, arriésgalo todo... sabes que, no quiero escucharlo más, tráelo aquí. Te ayudare con Jean.

- Vale, te veo en un rato.

- ¡Vale, bye bye!

Colgué el teléfono expulsando humo del cigarrillo después de una buena bocanada, pero me di cuenta de una mirada intensa en mí, no solo eso, una mirada esmeralda intensa. Tenía a un Yuri Plisetsky completamente sonrojado mirándome como si le acabaran de decir que los tigres son jodidamente geniales.

Después de procesarlo por un momento, me di cuenta de que había dejado el altavoz. Hubo un rotundo silencio hasta que me puse rojo como un tomate soltando un grito y aventándole una almohada, ¿Que carajo? Dios acababa de comportarme como niño de 4 años que acaba de ser besado, ah diablos, no se controlar mis emociones, no sé cómo expresarlas, no en algo que sea para sobrevivir, demonios, demonios.

- Creo que deberías regresar a tu casa, hasta luego. - dije levantándome con dolor caminando a mi cuarto, si estaba actuando infantil, pero lo único que quería hacer era esconderme y no salir. 

- ¡Beka para el culo! - grito - ¿Te... te gusto?

- N-no...

- Joder Otabek te voy a patear el culo enserio... dije, ¿Te gusto?

- No, no me gustas aghh.. – en la frustración, me di un golpe en la cabeza con mi palma y realmente dolió - ah joder... yo... diablos... la cosa es Yuri que, no me gustas lo que siento por ti va, maldita sea... como... diablos se... no espera... es... ah joder... ¡Maldito dolor de culo que eres! no tendría que estar pasando por esto...ah dios... creo que estoy enamorado de ti... ¿Feliz idiota? Ahora vete.

- Otabek, yo también lo estoy de ti... no tiene porque darte miedo.

- No me da miedo es... - Lo mire cubriendo mi rostro, dios esto es realmente vergonzoso - Es que... es nuevo... todo esto es nuevo y no esta Jean o Isabella en él y no ... yo...

- Otabek... sé de todos tus problemas y estoy seguro de que podremos resolverlo...

- Yuri es que... creo que realmente lo estoy sintiendo yo... 

- Cállate, solo cállate por ahora. 

Se lanzo a mis labios con cuidado, tomando mi rostro con delicadeza, evitando que sintiera algún dolor por los golpes que me habían propinado. Los labios de Yura, sus perfectos labios que encajan perfectamente con los míos me llevan a una locura infinita y llena de posibilidades pasionales que no puedo detenerme, quiero hacer cada una de las cosas que imagino con el, quiero llevarlo al éxtasis y no bajarlo de allí, quiero que todo lo nuestro sea pasional, y brillante, intenso como diamantes rojos en el cielo... 

Nuestros besos duraron mucho tiempo, no dejamos llevar por la pasión de momento, aunque fue menos salvaje, fue mas sentimental. Nos tocábamos con cuidado, suavemente sin dañar al otro, rozando lentamente los puntos sensibles del contrario para hacer las sensaciones mas intensas. 

Antes de que pudiera seguir embriagándome con Yura, mi celular comenzó a timbrar, era tan molesto que jure que si era Leo le iba a patear el culo. Diablos estaba en un momento de máxima importancia, al fin estaba admitiendo algo de sentimientos. Me sorprendí cuando era un número que no conocía, pero aun así contesté de todas formas.

- ¿Hola?

- Otabek, hola soy yo Jean, perdona por no hablar antes pero un idiota robo mi celular cuando entre a la cabina. ¿Podrías decirle a Isabella que llegare tarde hoy, que no me espere y vaya a dormir?

- Si claro... ¿Que hay de la cena?

- ... ¿La que?

- La cena Jean, querías cenar con nosotros en el hotel.

- Hermano, yo nunca dije nada como eso... ¿De que diablos me hablas?

Solté el teléfono dejándolo rebotar en el suelo. La imagen de Nekola moviendo los labios antes de que se lo llevaran fue clara en ese momento, entendí lo que dijo, Maldita sea sabía lo que había dicho.

"Isabella"

Corrí tomando las llaves de mi auto, mientras Plisetsky me seguía de cerca, nunca en mi vida había sufrido lo que estoy sintiendo, no esté frío, no esté entumecimiento, olvide el dolor que tenía, lo olvidé todo, lo que sentía, lo que era, lo que fuera a ser, solo quería rápido ir a la habitación de Jean.

Subí a mi auto y Yuri subió detrás de mi sin parar de gritarme, preguntando que había pasado, pero lo ignoré, no tenía tiempo para él, tenía que llegar lo más pronto posible a ese hotel. Acelere al fondo, estoy seguro de que se dañó completamente la defensa del coche, pero no importaba, nada en lo absoluto importaba.

"Sabes Ota, aun así, con todo lo que ha pasado, realmente espero que llegues a enamorarte, a enojarte por sentir algo, a confundirte y a sufrir por eso, porque lo mereces, mereces algo así, apasionado y loco, como diamantes rojos en el cielo..."

No Isabella, no, no ahora, no recuerdos ahora. Acelere al fondo pasándome tal vez tres señales hasta llegar al hotel. Donde baje desesperado, ignorando que estaba sangrando de la espalda por moverme, una de las puntadas se había abierto, pero no importaba, joder, cuarto 34 A.

"¿Porque diamantes rojos? .... Es porque los adoras Otabek, todo lo que adoras son diamantes rojos en el cielo para ti, tu madre, tus padres adoptivos, Jean..."

Cuando llegué a la habitación vi una rosa blanca recargada al pie del cuarto. Con una nota en ella.

"Like diamonds in the sky...An angel returns to her home"

Trague saliva y las lágrimas ya estaban brotando de mis ojos, "El techo" dije rápido y subí los pisos corriendo, quien sabe de donde saque las energías. Yura me seguía de cerca, pero me gritaba que le dijera que pasaba, que ocurría... Joder Isabella, vamos, amor, vamos ....

"Tu eres mi diamante rojo también, eres a quien adoro, eres la base de todo. Siempre poniendo mis pies en la tierra..."

- ¡Isabella!

Notaba las hojas secas flotar con el viento, como si de un bello susurro se tratara. Escuche el grito de Yuri cayendo de sentón cubriendo su boca, impulsándose para atrás aterrorizado.

Allí estaba, mi bella Isabella, en el suelo, su cuerpo había sido cortado en pedazos y acomodado como si de un ángel caído se tratara. Las manchas de sangre formaban como la especie de grandes alas, sus ojos azules sin brillo, su palidez contrastado con ese rojo que solo la sangre tiene...

Me acerque incrédulo, de pensar que es una pesadilla, de ver a mi madre en ella, de perderlo todo. Todo está mal en mi Isabella, que he hecho, que diablos, dios Isabella no.... me rindo.

El kazajo de pronto cayo de rodillas ante el cuerpo inerte de la chica, entre jadeos y lágrimas el moreno comenzó a reír de manera desquiciada para después comenzar a gritar fuerte y atemorizarte, el ruso hecho par atrás una vez mas, mirando como el kazajo se  manchaba de la sangre de aquella chica.

Plisetsky estaba en shock, su cuerpo temblaba completamente, cada parte de él estaba a punto de flaquear y los gritos del kazajo estaban destruyendo su cordura. Noto a su lado derecho algo que brillaba y miro un celular. Presiono el botón para desbloquearlo y lo único que había era un mensaje.

Jean:

"Amor ve al techo, te tengo una sorpresa, Otabek traerá el champagne, te amo"

El ruso soltó lágrimas y las personas comenzaron a llegar... ¿En que se había convertido esto? ¿En que se habían convertido sus vidas?

En muerte... solo muerte y nada más... los días ya estaban predilectos, solo funerales era lo que parecía haber en el futuro... 

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¡Waaah!

Y se acabo la temporada... haha bueno no, pero si fuera una serie acabaría la primer temporada aquí. 

Y pues... que les digo chicas, los diamantes rojos significan lo que Otabek mas ama. Y le quitaron al mas importante, porque como dijo, Isabella es la base de todo, dado que es la única a la que Otabek escuchaba y es la única que lo comprendía rápido. ¿Porque rojo? Porque a Otabek se le hace pasional e intenso, como sus sentimientos, por eso. 

He estado pensando hacer un mini especial, donde los personajes puedan responder las preguntas que les tengan.... así hasta el final, o antes, no se para relajar los humos xdxdxd 

La verdad su muerte me dolió mucho :'v ... adiós a mi otabella. 

La canción que les puse queda muy bien, así que les recomiendo que la escuchen y chequeen la letra. 

When Otabek al fin demuestra sus sentimientos y lo hacen caer de nuevo... shit happens... 

¡Muchas gracias por su apoyo, aquí y en facebook chicas, son las mejores, leo sus comentarios, sean buenos o malos y la verdad escribir historias siempre ha sido un hobby. Al ver que les gusta y le entienden a mis historias me alegra. Aunque me falle de todo al escribir se les agradece su apoyo. 

¡Nos vemos en la próxima actualización! 

Van tres muertos (Michele, Aiday, Isabella) ... los amenazados que quedan son (Seung, Chris, Sala, Yuri y se agrega Otabek ) 

¿Quien mas seguiría? ¿Que pasara?  Que sera, sera... 

:3 Lenzz fuera :3 













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