THE GAME - FINAL

  "The greatest trick the devil ever pulled was convincing the world he didn't exist."  

  The Usual Suspects  

(El mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía )


Advertencia: El siguiente capitulo cuenta con más de 45,000 palabras. Resguárdese en un lugar cómodo. Que esto es largo como la cuaresma :v

Así que has llegado a este punto...

¿Feliz? ¿Triste?

Madre mía, si has visto mi vida completamente y aún no lo entiendes. Descuida, no soy alguien que juzgue... a veces los mejores trucos pasan desapercibidos porque nunca queremos ver la verdad. Para serte sincero, la verdad es que no hay nada bueno en mi... ¿No lo crees? ... ¿Crees que soy bueno no es así? ... Ven, acércate a las manos del asesino... ¿No? ... vaya.

Estás aquí justo leyéndome, pensando ¿En dónde fue?, donde no notaste que un valiente detective acabaría siendo un asesino. Oh bueno, todo esto es un juego para mí, pero un juego honorable.

¿Lo entiendes ahora?

¿No?

Mira, imagínate un lugar blanco, un cuarto blanco. Tú estás en el centro de él, con una pistola en mano. Tú sabes que en algún momento entraré en ese cuarto, así que preparas el arma y apuntas a la puerta. Esperas sigilosamente que se abra. Haz esperado toda tu puta vida que se abra, porqué vas a capturar el momento donde mi maldito cuerpo caiga a tus pies como debió hacerlo siempre.

Pero.

Estas tan metid@ en que yo entre por esa puerta, que no notas que hay un cuchillo colgando por encima de tu cabeza en todo momento. Yo solo estoy fuera, dándote tiempo en tu propia soledad esperando ver cómo te haces loc@ por querer verme entrar. Te tiento y giro la manija, tú disparas, yo rió, rió tan fuerte que te envuelves en tus miedos. Rió tan fuerte que te encierras en tu propia locura.

¿Me captas?

Oh si, lo haces, sabes que estoy del otro lado ileso y que te has gastado la mayoría de tus balas... Y aún en tu estúpida idea de que todo tiene que ver conmigo, no notas la cuerda amarrada a la silla donde estas, aquella cuerda que funciona como peso para evitar que el cuchillo caiga en ti y te atraviese.

¿Lo vas entendiendo?

Te encierras tanto en que la respuesta está enfrente de ti que vuelvo a tentarte por diversión abriendo la puerta, disparas y me das justo en el torso. Pero yo rió y tú enfureces, enfureces tanto que te levantas envuelto en tu propia locura y ansiedad.

El cuchillo te atraviesa.

Mueres.

¿Ves lo que causa la incertidumbre? Ese... sentimiento de no saber que pasa, como se resolverá, que te detiene...

Es un juego, como aquel ratón que se encierra solo en una trampa.

Un juego.

¿No lo entiendes aun? ... descuida. Te contare la historia vale... pero primero mi querid@ compañer@, antes de que me sigas leyendo y yo siga rompiendo la cuarta pared, tengo que volver a donde me quede... Tal vez no lo entiendas, pero haremos unos saltos en el tiempo para que no te quede ninguna duda.

Después concluiré con mi actualidad, y como es que yo Otabek Altin seguí con mi vida.

Es una pena... me gustaría más hablar contigo ahora, pero entre tanta charla se van a perder cosas y eso te dejaría más confundida aún.

Así que comencemos.

Bienvenid@ detective, a mi juego de incertidumbre... a mi Entropía.

El olor a humedad inunda los pasillos goteantes de agua. Esto es diferente a como inicio, antes esto era un nido de ratas y basura si lo recuerdo. Camine sin preocupaciones por el pasillo de un largo descomunal con charcos en el suelo. No me importa ensuciar mis zapatos perfectamente limpios, tampoco que mi traje a la medida color negro se ensucie. Lo único que quiero es atravesar la puerta del final.

Miré las paredes y vi cientos de periódicos ya amarillentos y viejos estampados allí, cientos de notas, cientos de impresiones. Letra tras letra hay una clave, y la palabra clave de todo es "The Shadow" en resumen, es que cierto tipo anda matando a grandes personajes que reflejan la maldad del mundo, desde violadores, ladrones, hasta grandes líderes y asesinos. No solo los mata, sino que deja la evidencia de porque los mato.

The Shadow es un justiciero anónimo y aun no se sabe nada de él o ella. Se han extendido rumores por todo el mundo porque parece que solo ha atacado en América... hasta ahora.

Las mafias y los grupos criminales le temen, la policía le teme. La sombra está sola... oh eso parece.

Al fin, las puertas de caoba al final de ese túnel me dan la bienvenida. Olía a madera húmeda. Ese olor siempre me ha parecido familiar desde que nací, parece ser el único olor que puedo apreciar desde siempre. La madera, húmeda madera con el olor a sangre... el olor a muerte.

Beka

Abro mis ojos de golpe, de nuevo su dulce voz en mi cabeza, como golpes a lo que soy.

"Soy un asesino madre"

Te fallé, pero, aun así, no me arrepiento de nada de lo que hice, hago o haré en mi futuro. Porque cuando ellos van yo regreso. Porque alguien tenía que hacerlo. Cuando ya no hay salvación alguien tiene que ensuciarse las manos para crearse su propia justicia.

Y ellos juzgarán, juzgarán para mal, incluso aunque haya salvado personas juzgarán, pero a diferencia de los demás, yo aprendí que el infierno parece un lindo lugar en comparación a la vida de mierda que me toco.

Perdóname Aiday, no soy un príncipe, pero, te juro que aceptaré mi destino como si fuera uno. Con una sonrisa, recibiendo a la muerte como vieja amiga.

Suspire y mire hacia atrás, viendo ese pasillo húmedo lleno de periódicos, como me gustaría estar en un lugar perdido en el bosque, solo viendo la luna y las estrellas, sintiéndome más muerto que vivo, sintiéndome más pequeño que grande... Muero cada vez que asesino y vivo cada vez que camino, madre si alguna vez tienes la solución a mi problema, házmela saber antes de que mi ancla se hunda por completo en el mar de sangre que yo mismo me he envuelto.

Abrí la puerta y un par de sonrisas me recibieron.

Primero, mi amado Jean me apretó entre sus brazos dándome un beso en la mejilla. No pude evitar sonreír de verlo al fin relajado. Sus ojos azules brillaban más, su sonrisa era más blanca, todo de él estaba feliz.

- La sombra - sonrió - Acabaste con la tormenta blanca, vas a exponer la corrupción del FBI, destruiste al asesino de tu madre y rescataste a Plisetsky. - un leve golpe fue a parar a mi brazo - Solo mi hermano podría lograr algo como eso y aun así, pasar desapercibido... Me siento mal por Leo en este momento, pero no creo que esté listo para que revelemos la verdad a él.

- No creo que esté listo nunca. - conteste jalándolo y besando sus dulces labios. Amo el leve gemido que Jean suelta cuando lo besan de sorpresa, lo extrañaba carajo. - Leo no puede enterarse nunca, lo he observado todo este tiempo y si lo supiera, nos vendería tan rápido abriera su boca.

- ¿En verdad? - contesto con pocos ánimos Jean, haciendo un puchero - No me gusta ocultarle cosas a mi mejor amigo Ota.

- Lo se Jean, pero es para protegerlo igual. Mis manos y las tuyas se mancharon de sangre por años... No quiero que Leo acabe condenado como nosotros. Además, está por casarse... Creo que es mejor para nosotros, alejarlo de nuestra mierda lo más que podamos. Lo quiero demasiado como para hundirlo con nosotros a este infierno. – suspire - por cierto, nos quiere de padrinos.

- ¿Ustedes parados en una iglesia? ... saben que tienen que confesarse ¿Cierto? Yo solo quiero ver como se queman apenas pongan un pie dentro.

Una leve risa bonachona se escuchó y tanto Jean como yo sonreímos. No pude evitar alejarme de Jean e ir con aquel hombre, mi verdadero padre, aunque no de sangre como quisiera; Temir Backir. Este me acepto en sus brazos y me deje llevar por el momento, ocultándome un poco como un niño pequeño incluso cuando era más corpulento que él. Al fin había cobrado la venganza de ambos y eso nos tenía en una inmensa y absoluta paz.

- Beka, el alma de tú madre al fin descansa. Buen trabajo, estoy orgulloso... Te dije que podrías controlarlo, todo en absoluto, jamás deje de creer en eso... Mi pequeño, aún condenados a un sin fin de desgracias, siempre has querido proteger, y lo has logrado.

- Gracias - sonreí. - Incluso condenado a mi propio destino ahora sé que lo recibiré con brazos abiertos.

Los tres sonreímos un poco, disfrutando un poco de Whiskey, sentados en esa sala de cuero que se encontraba justo en el centro de esa habitación. No era un gran lugar. Había una sala en medio, una cantina en una esquina, alfombrado rojo en el suelo, un candelabro justo en medio llenando de melancolía con su luz, y una escalera al otro lado que te llevaba a un segundo piso mucho más cómodo que este. Había igual una puerta que te llevaba a un sinfín de armas, otra que te llevaba a mi laboratorio clandestino que es donde Temir pasaba la mayoría del tiempo aquí. Mi habitación por supuesto esta aquí. Y.... mi ropa ensangrentada es incinerada en una enorme chimenea igual al centro con la sala.

Entre platicas vánales y risas de ese momento, mire a las puertas escuchando pasos. Sujete mi arma y tanto Jean como Temir reaccionaron. Sonreí apuntando a la puerta y unos labios rojos me sonrieron al abrirse las puertas.

- ¿Me extrañaste Otabek?

- Isabella. 

Aventé mi arma lejos y corrí a sus brazos abrazándola, pegándola a mi cuerpo, dios su hermosa cabellera era larga, sus hermosos ojos mirándome con tanto amor como siempre, sus dulces labios besando mi mejilla. Mi Isabella, mi dulce mujer, no sabes cuánto este pobre idiota te ha extrañado.

Mi hermosa ilusionista, tenía un talento nato para ocultar cosas que le había enseñado. Mi hermosa esposa, lamento realmente tener que divorciarme de ti, eres tan perfecta. Mi Isabella... pero, es una lástima que no te amé como te amaba antes.

Ella deposito un beso en mi frente acariciando mis mejillas.

- ¿Te gusto mi actuación? - dijo sonriente.

- ¿A ti te gusto la mía?

- Me rompiste el corazón - contesto - quería abrazarte... - suspiro - pero hombre, esto se nos va de las manos. Ahora Isabella Yang está muerta, es una suerte que ya me haya creado a Isabella Thompson. La dulce y famosa pelirroja agente de eventos. Voy a dejar la peluca atrás y me teñiré, será mucho más fácil para mí.

Dijo y se quitó ese enorme abrigo negro para mostrar un vestido de infarto que nos hizo tragar seco tanto a mi como a Temir y Jean. Un enorme escote en la parte delantera y de una pierna, color rojo sangre y ni que decir de la parte completamente descubierta de la espalda, era para morirse. 

Isabella Yang era la más fina y perfecta representación de una femme fatale. Jodidamente hermosa, sexy y peligrosa. La amaba, joder y ahora esas curvas dios...

Mi hermosa Isabella es más peligrosa que Jean y Temir juntos. Llego a pensar que incluso es más peligrosa que yo, o más inteligente. Esta mujer mata sin pena ni gloria. Y solo necesita un vestido entallado para tenerte a sus pies.

Joder... tan hermosa. Debo admitir que la belleza de Isabella, o lo que me atrae de ella no es lo evidente. Sino su inteligencia, su decisión y diablos, como todo le ha salido de anillo al dedo.

Ella caminó unos pasos sentándose en las piernas de Jean, quien la recibió gustoso sonriente. Dándole un par de besos.

- ¿Cuándo comenzaremos a salir de nuevo? - dijo Jean mirándola embobado.

- Pues, tu recuperación de mi muerte será en 5 meses más, entonces por tus fans querrás hacer un regreso a los escenarios patrocinado por mi agencia. Los medios comenzarán a hablar y sacarnos fotos juntos. Seremos el chisme diario de TMZ, dos meses después, admite nuestra relación. Y podemos estar juntos... ya no soy modelo, soy una dulce agente de tus giras - sonrió dándole besos - estaremos juntos más tiempo.

- Si por favor, te quiero tanto en mis brazos a todo momento.

- Hey, ¿No te gustaba que fuera modelo?

- No es eso... claro que me gustaba, solo que, cuando caminabas por la pasarela y le provocabas erecciones a los demás, puede que quisiera levantarme y cortarles la garganta arrancándoles la tiroides y metiéndoselas por...

- Jean. - dije - perfil bajo hermano... - reí.

- Mis niños - rió Temir - Otabek... ¿Qué harás ahora? ... ¿Le dirás a Yuri de esto?

- ... ah...

Y allí estaba.

El único problema de mi juego perfecto.

Había empezado la cacería como un lobo con su manada, acabando victorioso al conseguir a su presa. Pero, de un momento a otro, me encontré con un gato que se me unió y que acabé enamorándome como un idiota de él. ¿Qué pensaría Yuri si viera esta cara? Dios... ¿Qué pensaría de mí?

No puedo cambiar lo que hice, no me arrepiento para nada, pero... me convertí en lo que Yuri trataba de escapar. En una bomba de tiempo...

Si el amor que tenemos es tan fuerte... ¿Yuri Plisetsky podría amarme aun sabiendo que soy un asesino?

Me hundí en mi asiento agitando el whiskey en mi mano mientras sentía las miradas de todos preocupados por mí. Esto era grave, era sorprendentemente grave... pero ahora que lo recuerdo siempre lo fue, siempre fue una vida llena de decisiones que acababan en mi sangre o la sangre de alguien más estampada en el suelo.

Otabek Altin era un sociópata, psicópata, no sabría cómo definirme... pero si era alguna de esas cosas, ¿Cómo dejaba a Yura meterse tanto en mi vida? ¿Esto realmente es amor? ¿Yo puedo enamorarme realmente? ... Amo a Jean y a Isabella... y amo a Plisetsky, siempre lo he dicho, pero ahora, siento que me estoy confundiendo y me fastidia...

Tal vez debería volver a mis raíces...

- Otabek... ¿Estas bien cariño? 

- Si... pero, Creo que ustedes pueden ayudarme, ¿Les gustaría escuchar una historia?

- Claro - dijo Jean feliz - ¿De que hablaras? 

- De nosotros, como es que hicimos esto y me ayudaran a entender si puedo decirle a Plisetsky lo que soy o no. 

- Comienza a cantar enamorado - dijo Isabella - somos todo oidos. 

- Bien... lo contare por actos. un total de 10 actos se desempeñaron para crear lo que soy y lo que somo ahora... Comencemos a recordar. 

Acto 1: Comienzo del quiebre. 

Suave.

Su pelaje era suave y ahora esta manchado de sangre por mi culpa, mamá me matará, juro que lo hará, tranquilo solo, tranquilo, tienes que esconder esto, lavar tus ropas, limpiar tu cuerpo y todo estará bien, eso es lo que tienes que hacer... No quería, lo lamento solo que, tu... tu mataste a ese pájaro cuando cayó del nido, ¿Porqué yo tenía que detenerme cuando tu hiciste mal? Yo...

- ¿Otabek?

- .. J-jean...

Mi cuerpo se quedó frío cuando vi a mi hermano mirándome a los ojos. Tenía a nuestro gato en manos con el cuello roto sacando sangre por la boca y yo manchado de ella. Jean estaba a punto de correr y lo sujete de su mano para que no lo hiciera cubriendo su boca, apretando fuerte mientras este se retorcía lagrimeando mirándome.

Lo solté lagrimeando.

- Jean... ayúdame. - solloce...

No entendía que pasaba conmigo, no entendía que era lo que me impulsaba, no lo entendía para nada. De un momento a otro me imagine a ese gato en la cabaña, como si él fuera el culpable de lo que paso y mi madre fuera esa cría de pájaro que se comió. No lo entendía.

- Otabek - dijo y sentí sus brazos alrededor mío - ¿Por qué mataste a bigotes?

- ... S-se comió ... se comió al... al pájaro de arriba... era un bebé ... - sollozaba escondiéndome en sus brazos.

- ... Eres como un héroe vengador - rió mirándome. - No le diré a mamá, pero deberías ... hablarlo.

No comprendía a Jean en ese entonces en lo absoluto. Pero era obvio que no lo comprendiera, era un niño de 6 años en ese entonces, fue hasta después que descubrí que Jean disfruta demasiado el sadismo y tortura, un trastorno de personalidad sádico se juntaba con un sociópata o psicópata, o sea lo que sea que fuera yo....

Mamá y papá, perdonen por nuestros pecados.

Después de que Jean me ayudara con bigotes, entramos a casa discretamente sin hacer ruido, pasando desapercibidos para mamá que hacía galletas, y papá quien miraba sus viejos vídeos de cuando patinaba en el hielo. Al llegar a nuestro cuarto, Jean me jalo al baño y comenzó a desnudarse conmigo para meternos en la bañera. Escondimos por ahora, la ropa en una bolsa negra bajo nuestra cama. Después la quemaríamos en la chimenea.

Miraba el agua, tornarse rosa con la sangre de mis manos que se deshacía. Jean sonrió.

- Eres un héroe, no te pongas así. - rió más alto salpicándome - ¿Qué le hiciste?

- Yo... yo no quiero hablar de eso.

- ¿Le rompiste el cuello? ... ¿Trono? ... así como cuando rompemos ese hueso del pavo en navidad.

Recuerdo haber asentido y a Jean sonriente lleno de dicha.

- Tranquilo Ota, tengo un plan para esto. Vi el programa de policías con mamá, así que, si mamá descubre a bigotes, solo dile a mamá que vez monstruos o cosas así, te llevara con alguien y él te curará, así que no estés triste Ota - sonrió y sonreí abrazándolo. Escondiéndome en su pecho como lo hacía con mamá, como lo hice con mi madre.

Y después de eso.

Todas las noches, pensaba en lo injusto que era el mundo.

¿Porqué yo? No entendía en absoluto como es que esos pensamientos y pesadillas rebotaban en mi cabeza sin descanso, como es que mamá no lo nota, o papá, ¿Soy tan bueno engañándolos? Tengo tanto miedo de lo que me pasa, de lo que soy, necesito ayuda... y entonces la ayuda llego.

Mamá se levantó por un vaso de agua en la noche. Vio la luz encendida en mi cuarto y vio cómo su pequeño de 6 años rajaba con un cuchillo la palma de su mano. Era un castigo que solía hacerme cada vez que mi mente ideaba cosas malas como lo que había hecho con el gato. Cada vez que necesitaba tener el control de algo, cada vez que necesitaba mostrarme dominante ante algo... Superman no necesitaba algo para sentirse superior y en control ¿Porqué yo sí? ¿Porqué necesito sentirme superior y dejar a los demás inferiores?

- ¿Otabek? ¡Otabek para! - grito quitándome el cuchillo apretando la herida - ¿¡Es por esto por lo que siempre usas los guantes!? ¡Dijiste que solo es porque no estas acostumbrado al... joder!

- Mamá... no lo entiendo. No lo entiendo.

Recuerdo haber sollozado junta a mamá ese día. Dormí en su pecho de nuevo, escondiéndome. Pero cada vez que entré mis sueños, la luz de la luna reflejaba mi rostro no pude evitar verla. En mi mente había vagos recuerdos de mi madre recargada en una de las ventanas fumando un cigarrillo. Recuerdo ver su dulce rostro con un arma en sus manos, como si custodiara mis sueños de las pesadillas. Siempre se notaba cansada, siempre me pregunte por qué.

Un día descubrí porqué a veces volvía con moretones.

Un día de Luna, la vi peleando contra una pandilla protegiendo la casa. Mamá acabo matando a los 3 hombres y acabo enterrándolos en el jardín trasero. Después de esto otro cigarrillo y se envolvía mirando la luz de la Luna.

Siempre dijo que era una mierda, y que quería que yo fuera la mejor persona. Pero como es que podría serlo, si en el momento de ver eso no grite, sino que, simplemente me pareció asombroso.

Pase a terapia con el Doctor Frederick Miller.

Asistía con el los lunes, miércoles, viernes y domingos.

Solo hablábamos, pero, desde el primer día supe que, algo andaba mal. El Dr. Miller no era un doctor normal y lo supe desde la primera vez que lo vi. 

- Puedes decirme Fred, estamos en un ambiente completamente cerrado, nada de lo que digas aquí saldrá.

- Pero las paredes escuchan. - conteste - Las paredes susurran.

- ¿Te han susurrado algo alguna vez?

- Me susurran cuando veo una persona con dos caras Dr. Miller. Me susurran tan fuerte que a veces no puedo ignorarlo. Le dije a mamá que pensaba que era mi super poder, pero mamá no está convencida.

- ¿Tú estás convencido de ello Otabek?

- Completamente.

Después de eso cada terapia se volvió un enorme juego para mí. No era porque no quisiera curarme, sino que entendí porque mi madre hizo lo que hizo y porque yo hice lo que hice. Yo solo reaccionaba a cuando veía una injusticia, así que tal vez... esa sea una salvación para mi después de todo.

Pero, al parecer el Dr. Miller no pensaba en mi como un héroe justiciero. Y fue allí el inicio del fin, porque recurrió a un sujeto inmediatamente acabando mi primera sesión con él.

Temir Backir.

Al parecer el Dr. Miller y Temir compartieron algunas clases en Rusia cuando Miller fue a darle clases a la universidad de Moscú. El Dr. Miller volvió a su país natal acabando los cursos.

La relación que tenía Miller con Temir era cercana, así que Temir le contó sobre mi madre y de mí. supongo que, cuando supo mi nombre, y vio mi físico, supo que tenía que llamarlo. 

En Moscú, Rusia...

Entre un trago de café sin un gramo de azúcar, Temir Backir se encontraba leyendo unos expedientes de una joven paciente. Su departamento lo hacía sentir vacío de sobremanera. Y es en el eco y la obscuridad donde resonaban las palabras de aquellos policías.

"Aiday Eresh fue asesinada junto a su hijo"

Sentía un enorme dolor en el pecho siempre que recordaba aquellos ojos chocolate. Dejaba recorrer lagrimas con sensaciones que el mismo no podía controlar. Estaba perdido en una depresión enorme que ni el mismo sabía que tenía.

Se miro al espejo un momento en su habitación. Sus ojeras eran evidentes pero sus ojos esmeraldas aun brillaban y tenían esa vida dentro. Era atractivo, o al menos eso le decía cada chica que quería acercarse a él, pero no es que no apreciara eso, es que ninguna chica se iguala a "su chica". Todas, por más super modelos que sean, no se comparan con la morena con boca de camionero capaz de matar a quien sea que moleste a su Beka.

Rió de solo pensarlo, y siguió sintiendo lagrimas recorrer su rostro.

Al menos no todo había sido malo, seguía siendo el mejor de la clase como le prometió a su amada, pero ahora no tenía propósito. Solo lo hacía por hacerlo. Miller le daba consultas telefónicas pero nada de lo que habían hablado hasta ahora daba resultado, oh al menos el resultado que él hubiera esperado.

Si, tiene que admitir que las pláticas con Miller ayudaron demasiado pero su corazón siempre se rompía más estando solo.

Se recostó en su cama mirando el techo, imaginándose caminar por los campos de siembra, viendo esa cabaña a lo lejos. Se imagino de repente una morena con un vestido entallado que dejaba poco a la imaginación. Jadeo abriendo los ojos golpeándose con la almohada... ¿Era un jodido adolescente o que? Estaba teniendo una fantasía cuando acababa de llorar su perdida. Si, no lo había hecho en años, pero no pensaba que fuera tan grave.

Rió en su miseria.

Y entre risa y risa desabrocho su pantalón y acaricio su bulto por encima de los boxers.

- ¿Aun así te la jalarás verdad Temir? - se preguntó a si mismo - Oh si claro que si... dios que tan deprimente puedo ser.

Y dicho y hecho, el moreno comenzó a masturbarse con la imaginación. Se imaginaba tomando a la kazaja en la mesa del comedor, sin parar, uniendo ambos jadeos el suyo y el de ella envolviéndose en uno. Con gemido tan fuerte que parecen ser solo gasolina para hacerlo más rápido.

Se imagino recorriendo sus manos por las espectaculares curvas de la morena, viendo esos ojos chocolate adornando el sonrojo de su rostro, escuchándola gemir una y otra vez su nombre y.... su celular sonó.

- ¡La puta mierda! - grito entre jadeos, estaba entrando en éxtasis y el jodido celular lo había interrumpido. Suspiro molesto y contesto poniendo el altavoz en lo que lavaba sus manos.

- Hola Temir, soy Fred, ¿Cómo has estado?

- Bien... si bien significa que me la estaba jalando pensando en ella, que no he tenido una relación en años y que solo he comido ramen instantáneo y agua... si eso es bien, entonces bien.

- ... Procura no comer tanto ramen y dejar un poco la masturbación. Que yo recuerde, eres un chico popular en la universidad. Tu piel morena y ojo esmeraldas, ese aire extranjero, derrite a tus compañeras.

- Todas son horrendas ... joder, ninguna se compara en belleza a ella, en personalidad, en todo. Ella es única.

- Y tienes que comenzar a pensar que ella está muerta Temir.

Eso hizo que los ojos del moreno se cerrarán ante el dolor que eso significaba.

- ¿Porqué llamaste Fred?

- ¿Recuerdas que me dijiste que Aiday Eresh tenía un hijo?

- Si... Otabek

Suspiro recordando a ese dulce niño corriendo de aquí para allá, con una enorme sonrisa en su rostro.

- Esta vivo Temir, incluso está viniendo a Terapia conmigo. Debo decir que es demasiado inteligente para su edad, es una maquina... aunque realmente estoy preocupado por...

- ¿Esta que...?

- Esta vivo.

El moreno se quedó estático de golpe. Sintió como se le escapaba el alma y regresaba de golpe. Otabek Altin estaba vivo, y no solo vivo, estaba en Canadá probablemente viviendo feliz.

No hizo más que lanzarse a su cama tomando el celular.

- Envíame una foto de él, hazlo... joder, Iré a Canadá, comprare mi vuelo ahora mismo.

- Tranquilízate Temir, puede que me equivoque, pero... Otabek Altin, si, según su reporte, fue adoptado por una pareja canadiense, vive muy feliz y tiene un hermano Jean al que quiere mucho. Eso me dijo.

- ¡Envíame la puta foto ya!

El moreno sintió que ese era el momento más largo de su vida, pero cuando vio la foto en su celular comentó a sollozar enormemente. Tenía que volver a marcarle a Fred, pero estaba apreciando a Otabek, sus ojos chocolate, su piel morena, ese cabello negro, en definitiva, era Otabek solo que... sus labios no estaban sonriendo. Es mirada la había visto antes, era la mirada que Aiday hacia cada vez que planeaba algo, una mirada hipnotizante.

Peligro. 

Lo único que sintió el moreno fue peligro de la foto de ese niño.

Comenzó a marcar de nuevo y al contestar se puso de acuerdo de manera inesperada con su antiguo profesor y salió a comprar un boleto. Afortunadamente estaba de vacaciones así que lo haría. Pensó en ir a Kazajistán, para visitar a su familia y la tumba de su amada, pero esto era muchísimo más importante.

En el avión se imaginaba miles de cosas, esa mirada, esa maldita mirada.

Entonces llego a Canadá y un juego de un niño comenzó a desarrollarse.

Camino por las calles hasta el hospital, nervioso pero decidido, Temir Backir entró y fue directo al área del doctor Miller. Toco la puerta tal vez 2 o 3 veces y abrió su viejo amigo quien lo saludo abrazándolo. Le permitió que pasara y entonces sus miradas se juntaron por primera vez. Chocolate y esmeralda se juntaban de nuevo.

- Otabek, él es mi amigo Temir Backir. Tal vez no lo recuerdes, pero...

- Eres el que cuidaba de mamá y de mí – Temir sintió escalofríos en la espalda, ese niño era peligroso, solo con mirarlo lo supo, pero, era su Beka, su hijo, aunque él no fuera quien lo engendro - me diste el camión de bomberos y fuiste a Moscú para estudiar medicina, te recuerdo no tienes que presentarte. - contesto el niño y Temir sintió más peligro recorriendo en su espalda. Había cosas de las que podía estar seguro ahora. La número uno era que al parecer esa jodida inteligencia de Aiday la heredo su hijo, pero este la desarrollo a un nivel superior, y dos, que era jodidamente adorable como para tener que temerle.

- Creo que tienes razón, siempre quise...

- ¿Porqué te fuiste? - interrumpió mirando con unos ojos e cachorro enormes - Pudiste haber salvado a mamá.

Y eso le dolió hasta el alma al moreno. Era verdad, podría haber salvado a Aiday, evitar que eso sucediera, pero aun así partió pensando que todo estaría bien.

- ... Quería, quería ser una mejor persona. Solo era un estudiante en esa época con dos trabajos de medio tiempo. Quería darle lo mejor a ti y a tu madre así que tenía que comenzar a ser alguien en la vida. Cuando vi la oportunidad de entrar a la universidad de Moscú, no dude y la tome. Solo era un mes más y podría llevarte a ti y a tu madre conmigo en lo que acababa de costear el departamento... Pero sucedió... y cuando regresé me di cuenta de que ese departamento se quedaría vacío para siempre.

- ... No éramos ni somos nada de ti, deja de pensar como si nos debieras algo... porque, estoy seguro... de que tú no eres mi padre.

- ... No lo soy. - contesto el moreno inclinándose enfrente del pequeño niño con una mirada dura que era adornada con un par de lagrimas alrededor. - Pero siempre te querré como si lo fueras.

- Tengo... tengo miedo. - dijo el niño mirándole - Temir... a veces... solo quiero, solo...

- ¿Qué pasa Beka? - dijo el kazajo poniendo sus manos en los hombros del niño que se lanzó a abrazarle.

- Creo que soy un monstruo - susurro escondiéndose en el pecho del mayor - voy a lastimar a alguien... no quiero. Haz que pare... que pare.

- ¿Qué pare? ... ¿Qué quieres que pare?

- Mi cabeza... está llena de cosas que ni yo mismo comprendo.

El niño alzo sus pequeñas manos donde unos guantes de cuero negro se mostraban. Por un momento Temir no entendía nada, hasta que decidió retirarlos y vio un sin fin de rajadas en la palma de la mano del niño, algunas ya con costras y líneas de cicatrices y otras más recientes. Trago saliva al ver el rostro de Miller que asentía.

- Te ayudare a controlarlo. - dijo y el rostro de Miller fue negativo... completamente y absolutamente negativo.

Cuando acabo la sesión y fueron a recoger a Beka, Temir se despidió de este diciéndole que no lo dejaría, que estaría aquí para él. Se despidieron y Otabek se fue dormido en los brazos de la señora Leroy. Era una dulce mujer y una dulce familia, así que entendió que Otabek estaba bien con ellos.

- ¿Controlarlo? ... ¿Me estas jodiendo Temir? - dijo Miller cruzado de brazos. - Esto no es un caso de que moje la cama por pesadillas, ese niño es un psicópata en potencia y lo sabes.

- Puede controlarlo, sé que puede.

- No siente remordimiento al matar. Lo único que siente es una falsa culpa que el mismo se crea para aparentar ser más normal, se está engañando el solo. Él tiene que entrar ya bajo medicamentos y apoyo psiquiátrico... Si esto sigue así tendremos que ingresarlo a un centro de...

- Basta... ¿Qué pasa si puedo moldearlo? Si comprobamos una teoría, es un niño, puedo condicionarlo a que, de alguna forma el impulso asesino que tiene lo releje de otra forma, y así evitar que mate.

- Tarde o temprano lo hará, basta...

- Tengo una idea, solo déjame... desarrollarla.

- Ni pensarlo.

- Déjame desarrollarla o le digo a tu esposa que te acuestas con tu vecina cada viernes por la noche.

El rostro de Miller palideció mientras el de Temir sonrió. En situaciones difíciles hay que usar los golpes bajos, pensó Backir sin apartar la mirada de Fred.

- Maldito hijo de puta... - suspiro Miller viendo a aquel adulto joven, suspiro - vale.

- Que falta de profesionalismo - rió Temir, pero aceptó el reto.

Temir Backir no paro en ningún momento durante esas semanas leyendo un sin fin de libros sobre psicología, psiquiatría, sobre la mente y sus funciones, a la par de que el lazo entre Otabek y él iba creciendo como una bella flor en primavera.

Eran totalmente como padre e hijo, buscando una manera de ayudarse entre ellos, ayudarse a superar lo que ambos tenían enterrado en el alma, y que de alguna forma pensaban que haciéndolo juntos podrían sacar algo de provecho.

Temir ya no necesitaba visitar a Otabek con Miller, la familia Leroy le abrió las puertas cuando Temir se presentó y dijo quién era. Además, Temir como el señor Leroy se llevaron de maravilla al instante, Jean por su parte, lo veía como el genial tío que jugaba con ellos y les daba dulces a escondidas. Otabek no podía estar más feliz, y al ver como su pequeño se veía más normal, la señora Leroy acepto como a un hijo a Temir.

- ¿Alguna vez te contaron la vez que la Luna se enamoró de un hombre y gracias a ello todo se destruyó? - dijo el moreno acariciando el cabello del pequeño que estaba recostado sobre su pecho.

- Si... es mi historia favorita.

- Que curioso, también es la mía.

- Temir... – dijo el niño viéndolo sentándose a un lado – Ahora que me has contado todo, y ... que sé que ese señor es mi padre, he tenido últimamente sueños que no quisiera tener.

- ¿Qué sueños Beka?

- En todos mis sueños, veo a ese modelo... y... - el niño se encogió de hombros de golpe abrazando sus piernas – y... solo quiero...quiero matar a Viktor Nikiforov.

El moreno trago saliva mientras acariciaba el cabello del niño. Después de contarle quien era su padre y de contar las razones por las que su madre pudo haber muerto. Otabek no dejaba pasar ese nombre, "Viktor Nikiforov" y si Temir Backir fuera una persona ejemplar seria en este momento donde diría algo para alejar a Otabek de esos pensamientos.

Es una lástima que el fuera una buena persona, pero, con el mismo deseo.

- Lo harás, pero todo a su tiempo...

- ¿Qué?

- Matarás a ese hombre, pero, todo a su momento. Por ahora, vez este oso – dijo mostrándole un oso de felpa - Cada vez que sientas algo, un impulso, quiero que se lo hagas a este oso. Clávale cuchillos, golpéalo hasta sacarle el relleno, hazle lo que quieras, pero, solo con este oso. ¿Entendiste?

- Pero es un oso...

- ¿y?

- Me gustan los osos. – contesto viéndolo.

- Es por eso por lo que quiero que sea con él. Porqué es la única forma que veas que es malo esto, que veas que asesinar te asesina a ti. ¿Entiendes?

- Entiendo... ¿Me estas condicionando?

- No Beka, ya te condicioné, tu solo apenas te estas enterando de que estas condicionado.

- ¿Eso es un reto? – el niño sonrió ladeando la cabeza y allí estaba, esa maldita mirada. Era como ver a Aiday de nuevo.

- No, es una orden.

- Bien – se volvió a encoger de hombros.

Temir al fin respiro relajado. Era peligroso, pero tenía que enseñarle a Beka el bien y el mal, que sintiera algo al matar, que no fuera solo sangre fría.

- Temir... creo que soy raro.

- ¿Por qué Beka?

- En la escuela, harán un baile y tengo que invitar a alguien. Pero... quiero invitar a Jean.

- Invítalo, no hay de nada malo en ello.

- Pero, tendría que invitar a una niña.

- Si, pero nosotros somos cool rompe reglas, lleva a Jean. – sonrió viéndolo - ¿Entendiste? Puedes llevarlo.

- ¿No soy raro?

- No, eres genial... nunca lo olvides.

- No lo haré.

El pequeño se lanzó a las manos del moreno abrazándolo y haciéndose pequeño. Temir se relajó y no paso ni un minuto para que la puerta se abriera y entrara un pequeño Jean con una capa para acurrucarse igual. Temir acaricio el cabello de ambos mientras se quedaban dormidos y después paso a su celular para no molestar a los niños.

Era criar cuervos que sacaban ojos, pero se estaba asegurando que estuvieran entrenados.

Acto 2: Condicionamiento de un asesino.

Otabek Altin a la edad de dieciséis años era un estudiante sobresaliente, le adelantaron al último año de preparatoria y aun así era el mejor de lo mejor. El decidió tomarse ese tiempo libre antes de entrar a la universidad porque quería entrar junto a su hermano y eterno crush de vida, Jean Jacques Leroy. Ya no se lastimaba a si mismo, sino que, ahora tenía un método para descargarse desde que era pequeño. Era experto en destrozar felpa y ocultarlo de sus padres, menos de Temir y Jean.

Pero ahora se enfrentaba con un problema más grande a esa edad; Las hormonas de la adolescencia. No solo eran los cambios de voz o de humor, eso no era lo que realmente le molestaba, sino que, el deseo por sexo iba en aumento.

Lo malo de no poder controlar su cuerpo y cambios es que también su lado asesino iba en aumento y no parecía parar. De destruir 1 muñeco de felpa a la semana, ahora era uno diario. Las pesadillas volvían a surgir y eso lo tenía con los nervios de punta. Cuando asistía a clases pre universidad para que no perdiera el ritmo, Otabek solo aprendía todo de golpe y se dedicaba a pensar como mataría de un simple movimiento a todos en la sala. Se dedicaba a investigarlos, viendo así quien vive y quien muere.

Quería a alguien vivo en lugar que un simple muñeco.

Los medicamentos que tomaba tampoco ayudaban mucho, y eso lo estaba frustrando. Ya no sabía hasta que punto podría controlarlo.

- Otabek - dijo Temir entrando a su habitación - ¿Qué tienes?

- Estoy estresado – contesto mirándole y levantándose rascando su nuca - Muy estresado hasta tal punto que comienzo a odiar a cada persona que respira junto a mí, quiero que desaparezcan, quiero romperles el cuello cuando reparan cerca de mí. Quiero sentirlo, quiero sentir la sangre recorriendo mis manos, quiero ver el ultimo respiro que dan. Quiero hacerlos para por lo que han hecho.

- Okey eso me ha dado escalofríos, siéntate.

- Pero...

- Que. Te. Sientes. Otabek. Altin.

El muchacho miro al moreno y lanzo una leve sonrisa para sentarse. Por su parte, Temir sabía que significaba eso. El lado incontrolable de Otabek estaba saliendo y si no pensaba algo rápido, tendría un asesinato en masa muy pronto en los periódicos. Aun se seguía preguntando, si realmente lo estaba condicionando o solo era un juego de Otabek, quien solo quería probarlo.

A este punto, pensaba más que era la segunda que la primera.

- Veo que las hormonas de adolescencia y tu instinto están volviéndote loco. Simplemente los cambios en la adolescencia son para volverse loco, pero... tú tienes algo más que solo hormonas. ¿Cuál es el verdadero problema de tu estrés?

- No tengo el control de ellas y eso me está frustrando Temir... – dijo frustrado cruzándose de brazos – es estúpido lo que me pasa, es mi cuerpo y no puedo controlarlo como antes. Simplemente hablando de todas las mañanas.

- ¿Las mañanas? – ladeo la cabeza el mayor sin entender

- Tengo erecciones cada vez que despierto, acabo masturbándome para después volverlas a tener cuando veo un par de curvas pronunciadas en una chica. O peor, cuando veo a Jean... ¡Soy mitad gay!

- Creo que eres bisexual Otabek, pero eso siempre lo he sabido.

- Perfecto, ahora soy de esos locos. ¿Tengo que ir a sus estúpidas marchas? ¿Tengo que ahora solo ver porno gay?

- En si hay una sección bisexual en las páginas porno, creo que lo disfrutarías.

- ¡La puta mierda! – frustrado golpeo la pared – maldición.

- ¿Qué te molesta? ¿Te molesta que te guste Jean?

- No, me molesta que tu sepas más cosas de mi. – Dijo el joven volteándolo a ver con una mirada fría que hizo que el mayor se estremeciera – Yo siempre tengo que ser el tipo más inteligente en la habitación o me vuelvo loco.

Allí estaba, la obsesión de Otabek era tener el control en cada cosa presente frente de él. Siempre es un juego, como un juego de ajedrez, donde tiene que tener sus manos en el tablero controlando su alrededor. Si una pieza logra saber más que él, su instinto sale y lo elimina. Así de simple... así de peligroso.

- Eres aún más inteligente que yo. – contesto el mayor – siempre has sido mucho más inteligente idiota.

- Pero no lo controlo... y, además, yo... con Jean... am...

- Solo dile que quieres tener más sexo, seguro entenderá.

- Ese es el problema, yo nunca he... bueno, yo – el kazajo de asesino serial paso a adolescente virgen sonrojado – yo... am...

- Pensé que ya lo habías hecho con Jean.

- No lo he hecho, soy un jodido virgen... que no se atreve a dar ese paso. N-no es que nunca hubiera tenido la oportunidad, sino que... me asusta mucho... es que, la verdad, no creo que sea, ósea... soy... ammm... - Temir quería reír en ese momento, un jodido Otabek de dieciséis años completamente sonrojado por ser virgen era adorable - ¿C-cómo lo hacen los hombres?

- Tienes internet, googlealo. - rió - pero tengo entendido que la metes por el ano y se siente jodidamente bien porque golpea la próstata.

- ¿L-le gustará a Jean entonces?

- Supongo, en teoría si. - dijo recargándose en la pared - así que tú quieres ser el activo en la relación.

- No es eso, no me importa las posiciones, es solo que... bueno... - el chico se puso aún más rojo nervioso apartando la mirada.

- ¿Qué? ¿Quieres que le hable a tu mamá y se lo digas? - sonrió sacudiéndole el cabello – Puedo traer a Nathalie para que te de la charla. Pero creo que el más indicado para eso es Alain... espera aquí le hablare.

- ¡No! – dijo el kazajo sujetando su mano - no dios no ... es que... la razón por la que yo quiero metérsela es porque quiero ver sus expresiones cuando gima. – lleno de sonrojo el kazajo se hizo pequeño.

- Otabek pervertido... – soltó una carcajada.

- ¡Basta! ...Joder por eso nunca quiero decirte nada, ¡No seas un dolor de culo maldición! – Temir abrió los ojos de golpe viéndolo. Esa expresión, era la primera vez que el chico la usaba. Sintió su corazón cálido de solo haber escuchado ese insulto. Puede que tengas mucho de Nikiforov, pero Aiday está dentro de ti... pensó el mayor.

- Perdona.

- Disculpa aceptada – dijo el chico sentándose – Temir, este... ya no creo que funcione el peluche, ya no creo que sea suficiente, yo... realmente tengo miedo de lo que pueda hacer.

- hmm... – el mayor se sentó a un lado el menor. – déjame pensarlo.

Ahora necesitaba un estímulo que pudiera contrarrestar los deseos de Otabek. Pero tenía que ser algo que le causara placer y pudiera liberar su estrés y... Abrió los ojos de golpe viéndolo y el menor ladeo la cabeza.

- Tengo una idea, vendré por ti en la noche, toma un baño y vístete bien. Saldremos.

- ¿A dónde?...

- A condicionarte para que tu adolescente puerto no salga a matar. - suspiro - es enserio, arréglate. y ... hmm... - se acercó al moreno sacudiendo su cabello - Deberías cortar tu cabello ya... obviamente puede que no hoy, pero, córtalo lo antes posible.

El adolescente lo vio con una mueca, no quería cortarse para nada su cabello, había cuidado perfectamente la melena que tenía y no quería ver unas tijeras cerca de su cabeza.

Pero, para Temir era algo peligroso. Aunque Otabek irradiara masculinidad por cualquier lado, no podía evitar recordar a su madre cada vez que ve esos ojos acompañados con esa melena negra que el chiquillo quería usar por "moda" ahora. Era peligroso tanto para el como para Otabek.

-Pero me gusta largo...

- No después de hoy - le guiño el ojo y el chiquillo se sonrojo – Después de hoy solo desearás que tu pareja sea el de melena larga. Ya sabrás porque, vamos arréglate.

- Ok.

Y efectivamente, con permiso de sus padres, Otabek acompaño a Temir en la noche, porque les dijo que se quedaría con Temir hoy para que le diera clases ahora de introducción a la medicina. Cosa que no era mentira dado que Otabek se la pasaba leyendo libros todo el tiempo de ello, más de química y bioquímica. Mas de virus y venenos. El chiquillo nunca dijo porque, pero le interesaban al parecer.

A las 9 de la noche para ser exactos a una enorme casa, parecía una mansión, super cuidada. Por un momento Otabek no entendía que pasaba, pero Temir lo guió con el hasta la puerta en donde toco dos veces y una hermosa mujer de edad madura les abrió. Otabek no pudo evitarse sentir incomodo, pero Temir sonrió y le dijo algo a la mujer, al parecer dejaron que entrara con Otabek.

- Bien, ve este álbum. Esto me costará un ojo de la cara, pero elige la que más te guste.

- Uh...

- Elige vamos.

- Bueno.

Y al abrir sus mejillas no pudieron sonrojarse aún más y por impulso cerro de golpe el álbum. Temir rió viéndolo y eso le golpeo el orgullo así que volvió a abrirlo. El álbum tenía fotos eróticas de diferentes mujeres con lencería, y descripciones de ellas. Trago saliva concentrándose en no tener una erección allí mismo mientras veía las fotos.

Tenía que admitir que cada una de esas mujeres irradiaba sensualidad, pero solo una le atrajo de golpe.

Rubia, ojos verde claros, pegando a azules, labios rosados y un conjunto tierno de ligeros blancos le hizo acelerar el pulso demasiado.

Con aun más sonrojo del que acostumbraba, Otabek le enseño a Temir lo que quería y este sonrió asintiendo. Volvió a levantarse con el álbum en mano y hablando con la señora quien recibió el fajo de billetes y los guió a ambos a una habitación que tenía el nombre de aquella chica, al menos el nombre artístico "Fairy Paradise"

El chiquillo trago saliva cuando la hermosa rubia abrió la puerta mirándolo con una sonrisa.

- Wow... eres muy atractivo, muy muy atractivo... y tuviste el suficiente dinero para pagarme. Me divertiré contigo tanto quieras... y... ¿Temir?

- Hola Fairy, te traje a mi hijo Otabek, le encantaste...

- ¿Tu hijo? – dijo la chica arqueando una ceja.

- No de sangre, pero si de cariño... - sonrió el moreno - quiero el mejor servicio por eso pague por él. - sonrió - enséñale todo a este virgen que no tiene idea de que hacer con una erección.

- ¡Temir idiota! - grito aún más sonrojado.

- Enséñale todo lo que necesita saber... oh y también todo lo que necesita saber sobre complacer a un hombre, el chiquillo es bisexual así que lo quiero preparado para los dos sexos. Tu sabes, desde orales hasta llevar a un hermoso orgasmo.

- ¡Joder Temir! - el joven kazajo quería morirse y ser enterrado ya, allí y ahora.

- Ven conmigo dulzura - dijo la hermosa rubia tomando la mano de Otabek - te enseñare todo lo que necesitas saber.

- Hey virgen, usa esto - dijo Temir aventándole una tira de condones - diviértete.

- Ah...

El joven kazajo no podía estar más sonrojado de lo que estaba. Sabía que era lo que iba a pasar, pero no entendía para nada a Temir ahora, y pensándolo bien ni siquiera estaba pensándolo porque solo estaba viendo las dulces curvas de la chica rubia frente a él. La rubia volteo dándole una tierna sonrisa en lo que el kazajo se encogió de hombros y aparto la mirada. Estaba jodidamente nervioso sobre esto.

- ¿Cuál es tu nombre guapo?

- O-Otabek, Otabek Altin. – respondió el chiquillo jugando con sus dedos.

- Eres muy atractivo, muy muy atractivo - sonrió la chica rubia sentándose en sus piernas y el kazajo casi se desmaya por eso. La rubia era más hermosa de cerca y olía jodidamente bien. - ¿Cómo es posible que seas virgen?

- Solo tengo... dieciséis años.

- En esta sociedad de ahora, no hacerlo a los dieciséis es como quedarse virgen a los 30 - soltó una leve risa que al moreno le pareció encantadora – bien, entonces comencemos. Te enseñare como hacerle un oral a un hombre primero.

- O-Ok. – el moreno comenzó a sentirse cada vez más nervioso. Mas aun cuando la rubia bajo de sus piernas y desabrocho su pantalón bajando el cierre con la boca. El chiquillo ya estaba duro y eso hizo sonreír a la rubia quien saco el miembro del moreno de sus boxers y lo miro impresionada.

- ¿Enserio tienes dieciséis? - dijo la rubia masajeando un poco el falo del chico quien jadeo apretando las cobijas de la cama – Esto es enorme para tu edad.

- P-perdón.

- No te disculpes, esto será más divertido de lo que creía... estas bien dotado, creo que ahora mismo iré a comprar un boleto a Kazajistán.

- ¿Eh?

- Temir es enorme igual - rió - me pregunto si tu cuerpo se desarrollara más con el tiempo.

- S-supongo - dijo el chiquillo sin entender mucho mirando como masajeaban su miembro – hngg ah ...

- Bien, pon atención porque tienes que aprenderte todo... te mostrare como complacer a un hombre primero, en donde y que áreas tocar. Después pasaremos con las mujeres. ¿ok?

- o-ok.

- Tranquilo guapo, cuando aprendas todo serás un dios en el sexo.

- E-espero... 

Habían pasado ya horas y horas, y la cajetilla de cigarrillos se había acabado entre Lilia, la dueña de la mansión y Temir, quien no podía creer la resistencia del chiquillo. Estaban en las afueras de la mansión disfrutando la noche y el hermoso jardín con té.

Suspiro mirando a Lilia quien tomaba de su taza.

- Ellos siguen en lo suyo. Deja que tu hijo lo disfrute.

- Se está tardando, no pensé que duraría más de una hora.

- Puede que sea talentoso para el sexo, algunas personas tienen la estamina muy alta y acaban dejado agotadas a mis chicas.

- Supongo... ¿Dónde está el baño aquí?

- Entrando a la derecha.

- Con tu permiso Lilia.

- Adelante.

Temir no iba al baño, quería saber si Otabek seguía con vida así que subió a la habitación. Fue una enorme sorpresa cuando vio que tenían al chiquillo amarrado en la cabecera. Mientras la hermosa de Fairy estaba sentada encima de su rostro gimiendo y tenía a Monique, montando al chiquillo sin piedad. Eso era brutal para un virgen pero realmente es sorprendente.

Pensó en impedir eso, pero no veía una queja del pequeño kazajo.

- ¡Hnggah! Otabek! Ahora hngg... con tu lengua muévela más rápido cerca y acaricia los labios con ¡AH! ¡SI, SI ALLÍ MUY BIEN! – dijo Fairy con un rostro de éxtasis enorme.

- ¡AH! ¡AH! ¡AH DIOS ERES ENORME! ¡Dijiste que era virgen! – le reclamó Monique a Fairy mientras aguantaba las embestidas del kazajo.

- ¡AH! ¡TIENE TALENTO!

Temir rió un poco mientras se iba de allí y veía a las demás chicas espiando con los chicos igual a servicio viendo.

- ¡Luke trae tu trasero aquí ahora! – grito Fairy mientras veía al chico pelirrojo.

- ¿Y-yo?

- Necesita experiencia con hombres joder...

- C-con gusto.

Temir estaba pensando que tal vez su idea de condicionar a Otabek con sexo no era buena forma. Pero ahora era muy tarde. Aunque viendo lo bueno en esto, Otabek quedaría seco y cansado así que al menos no asesinaría a nadie por ahora.

Paso otro par de horas y decidió que era suficiente. Subió de nuevo y allí estaba su "hijo" embistiendo con todo a ese chico pelirrojo que mordía la almohada hasta despedazarla. Mientras había un par de chicas jadeantes en la cama recuperando el aliento. Suspiro.

- Otabek...

- ¡Hngg ah vete! - el moreno no apartaba sus manos de la cadera del pelirrojo mientras disfrutaba como loco la pronta llegada del éxtasis.

- Otabek, ¿Sientes impulsos?

- Solo siento... el impulso de correrme, joder Temir... largo. - El joven no paraba las embestidas, estaba empeñado en ello para hacer gemir más al chico - ¡Ah! ¡Tan estrecho!

- Cada vez que sientas ese impulso del que ambos sabemos quiero que tengas sexo. Siempre resuélvelo con sexo, te traje para que aprendieras hacerlo así que escucha.

El moreno apretó la mandíbula del chico viéndolo, haciendo que le pusiera atención y por un momento el moreno paro de embestir

- El sexo relaja la mente y libera diferentes endorfinas que te mantienen sereno, así que hazlo. Se cuidados y responsable con él, solo es cuando ya no puedas más, ¿Entendido?

- Entendido.

Y así fue como el mayor salió de la habitación. Tuvo que esperar un rato mínimo y un feliz chiquillo con bastante energía salió brincando de felicidad bajando las escaleras. Temir rio y le sacudió el cabello llevándoselo.

Fairy fue su primer maestra en el sexo y le enseño de relaciones de hombres y mujeres. Temir estaba feliz de que el chico se viera interesado, pero, esperaba que no se convirtiera en un problema tiempo después.

Que equivocado estaba.

Se volvió un problema. 

Por supuesto que después de este nuevo método de condicionamiento, Otabek aún tenía que ir a terapia con el Dr. Miller. El kazajo odiaba esas terapias, más por lo que pasaba allí, pero esta vez no pudo evitar ignorar lo que sintió. El Dr. Miller se despidió de su hija abriendo la puerta de su consultorio y la niña corrió a los brazos de su madre quien esperaba fuera. Otabek la miro y después postro su mirada en Miller quien le indico que entrara. Era el único paciente y todo estaba vacío, pensó entrando.

Al entrar Otabek se sentó en el sofá y miro a Miller quien lo veía extrañado.

- ¿Qué pasa Otabek?

- ... Dr. Miller... - dijo el kazajo frunciendo el ceño - ¿Desde hace cuánto tiempo viola a su hija?

- ... ¿eh?

- Maldito pedófilo de mierda. Lo supe desde el primer día que lo vi - dijo el moreno levantándose - pero descuide, ahora soy más fuerte que usted. - Acto seguido antes de que Miller pudiera gritar. Otabek lo noqueo.

Tal vez Temir lo condiciono a no asesinar a nadie, pero ahora había un propósito para hacerlo, "uno menos un niño más feliz" pensó jalando a Miller y tirándolo por la ventana cayendo en la parte trasera de la camioneta de su padre, a la cual le había puesto un colchón para amortiguar la caída. Otabek salió de allí y pregunto por el Dr. Miller en recepción. Las chicas miraron el vídeo, pero este ya había sido manipulado, no encontraron evidencia ni de Miller saliendo de su consultorio.

Una enfermera se acercó y vio que efectivamente el kazajo tenía razón. Así que la enfermera se preocupó y mando a Otabek a casa.

Otabek miro su celular activando diferentes cosas. Oh esta vez se iba a divertir en grande. Ya no tenía un peluche a quien torturar, ahora al fin tenía una persona de carne y hueso con quien jugar. 

Acto 3: Formemos a la sombra

Debo decir ampliamente que divertirme con Miller en ese lugar que había modificado para ser mi centro de diversión era hermoso. Las cañerías, las enormes cañerías de Canadá son perfectas, hay algunas habitaciones debajo, en donde guardan diferentes materiales de aseo. Esta vez yo la usaría para divertirme con Miller.

Aunque la verdad me estaba quedando sin imaginación y ya estaban buscándolo por cielo mar y tierra su familia. Solo estaba esperando el momento preciso para acabar con todo esto, pero, me estaba desesperando.

Suspire frustrado rajando la carne del sujeto, viéndolo sangrar, dibujaba a veces cosas en su piel, pero últimamente no me sentía creativo. Entonces mire mi reflejo en un pedazo de vidrio roto en esa pequeña habitación y me pregunte en que diablos me estaba convirtiendo.

- ¿Sabes porque te hago esto? ... es porque violaste a tu hija de 6 años. Si yo no la vengo nadie lo hará. Y sé que te preguntarás en tu cabeza hueca llena de teorías y teorías mentales sobre mí. ¿Cómo un desquiciado puede juzgar a otro? Y realmente concuerdo con la respuesta que estás pensando en este preciso momento. "No puede juzgar" ... Pero, nunca nadie bueno ha hecho algo por el mundo, algo que realmente lo cambie. Siempre son las personas locas quienes deciden dar un paso más, ya sea por luchar contra una injusticia, inventar algo fuera de este mundo o por tener el valor de decir algo que todos callamos.

El hombre se quedó mirándome y eso me desesperaba aún más. Le quite la mordaza y grito, así que le atine un golpe rompiéndole la nariz. Sacudiendo mis guantes de su sangre mirándole.

- Para sustentar mi teoría. Decidí que, puedo proclamar diferentes objetivos en ella. Así que declaro que hay dos tipos de locuras que se usan deliberadamente en el mundo actual. Una, es la locura como tal, su definición. "Trastorno o perturbación patológicas de las facultades mentales." Es el que tú tratas, es el que tu analizas cada vez que estabas sentado frente mío. Y tanto tú como yo nos dimos cuenta de que mi trastorno, perturbación etc. Era algo que no podías tratar, ni controlar. Así que decidiste jugar conmigo como yo decidí jugar contigo, manteniendo un silencio como caballeros que somos... hasta que un día lo hiciste tan evidente que no pude resistirme a torturarte.

- Estas enfermo Otabek, sea lo que sea que hagas... con lo que yo hice... nunca cambia para nada lo que ya está hecho. ¿Justicia?... solo te estas convirtiendo en lo que juras destruir...

- Y ahora, el otro concepto de locura "Acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria." – suspire – Me gusta ese concepto porque habla de la locura de una manera no asociada con un trastorno, sino, por un impulso que una persona adquiere después de ver o sentir la necesidad de realizar una dicha acción correspondiente a su contexto... Creo que, yo puedo ser una mezcla de las dos. Tengo un trastorno, pero, lo uso de una manera imprudente, insensata y poco razonable para sacar un fin único del que nunca se sabe, pero, era necesario que se aplicara.

- ¿Venganza?

- Yo lo llamo castigo. Así que vamos a proceder ¿vale? Ves esto. Es un tubo de acero usado en construcciones con los bordes limados para que sean suaves...

- ¿Vas a golpearme con ello?

- No, voy a metértelo por el culo hasta que te corras como la puta que eres – sonreí – voy a hacerlo hasta que sientas placer por sentir un tubo destruyéndote las entrañas. Quiero verte gritar y sangrar, quiero verte sufrir un poco. Porque mientras haga eso, me voy a sentir temerario y voy a querer marcar tu piel cual vaca en ganado. Así que comencemos.

- ¡Esto no cambia nada Otabek! ¡Nada de lo que paso!

- ¡Lo sé! Pero joder, esto es por Isabella y por tu hija, espero que Claire pueda algún día ver adelante y vivir una vida sin monstruos como nosotros.

Entre los gritos de Miller ahogados y el llanto del tipo, Me sentí realmente en lo que se puede llamar infierno, pero no como un alma en pena, sino como aquel que da el castigo.

Un día, ya sea próximo o lejano, yo iba a estar en una silla siendo torturado por alguien para que pagara mis propios pecados... así que con esto me hacia una idea de lo que me esperaba, y juraba con la poca ética y moral que tengo que, yo no rogaría por piedad no importa cuál sea la tortura.

Porque tal vez Miller tenía razón, esto no ayuda nada y nada cambia lo que está hecho. Pero alguien tiene que hacerlo... y supongo que yo lo haré. No tengo salvación, lo sé, pero nada de lo que he hecho y haré, cambiaran la forma en la que monto mi juego y decido crear una única obra en cada paso que doy.

Así que siéntense y vean como desarrollo mi jugada y disfruten aquellos dichosos hombres y mujeres libres de pecado desde el cómodo asiento que el bien les da. Y juzguen lo que tengan que juzgar, y odien lo que tengan que odiar, porque ninguna palabra que digan será más fuerte que las que yo me digo frente al espejo.

Cuando termine de divertirme camine a casa para encontrarme con Jean. Creo completamente que yo no merezco a Jean en mi vida, pero, por alguna razón, el sigue estando conmigo. Me acerque a él sentándome a un lado en la sala mientras este comía de una bolsa de frituras viendo una película.

- ¿Lo has matado ya? – pregunto mirándome de reojo mientras devoraba más papas. - ¿Tomaste vídeo? Puedes decirme, papá y mamá salieron.

- No lo he matado, solo juego con él. – suspire mirando a Jean robándole unas cuantas papas. – No se Jean, ya no sé si es correcto, Temir me matara... Bueno, estoy seguro que no lo hará cuando le cuente la mierda que hacía Miller.

- Si Temir te delata yo mismo lo mato, descuida – contesto Jean sin dejar de mirarme – Y ahora hablando de Miller, tú me cuentas todo siempre pero ahora quiero vivirlo, como decirlo con las palabras correctas... hmm... quiero torturarlo igual, tengo curiosidad. ¿Me llevarías?

- No. – dije fulminante y una cara de cachorro se formó en el rostro de Jean.

- Por favor... quiero ver su sufrimiento – sonrió abrazándome, ah, no me puedo resistir a sus dulces abrazos. Me encantan de sobremanera.

- ¿No tienes una cita con Isabella? – dije tratando de desviar el tema.

- L-la... tiene...

Ambos miramos de golpe hacia atrás mientras Isabella nos miraba impresionada dando pasos para atrás. Nos había escuchado, nos había jodidamente escuchado. Nos miró a ambos con miedo, pero yo solo sonreí y Jean se puso pálido.
Salió corriendo mientras tecleaba en su teléfono, pero fue tacleada por Jean quien cubrió su boca mientras la metía dentro.

Ahora teníamos a Isabella amarrada en una silla mientras esta lagrimeaba... ah mi bella actriz...

- No te dejaré tocarla Otabek, ella no dirá nada – dijo Jean mientras se ponía enfrente de Isabella – No te dejaré.

- Jean...

- Te mataré si la tocas maldito, no te le acerques.

- Jean...

- Juro que lo haré.

- Isabella dile que tú ya sabes de esto y solo querías ver a Jean protegerte.

- ¿Eh? – dijo Jean confundido mirando a la chica.

Isabella intentaba reír, pero la mordaza no se lo permitía. Jean obviamente se llenó de sonrojo inflando los cachetes desatándola en lo que Isabella soltaba una carcajada y Jean se cruzaba de brazos molesto.

- Amor, yo sabía de todo el plan de Otabek desde que me lo dijo... creo que lo supe mucho antes que tú. – suspiro abrazándome y yo sonreír, era imposible no querer molestar a Jean - También era paciente del jodido de Miller, ese maldito idiota me violo durante una sesión y quiero vengarme... - acomodo su cabello y Jean le acaricio la mejilla. Ellos, aun no pasaban al punto del sexo por una razón, y esta era... Isabella no se sentía lista de que alguien la tocara aún.

- Isa... – dijo Jean acariciándole suavemente su mejilla y esta le beso la palma de la mano - ¿Porqué no me lo dijiste?

- Te habrías descontrolado y te hubieran descubierto. Solo... solo quise manejarlo por mi cuenta, pero, un día conocí a Otabek y el me mostró apoyo y comprensión, me contó de todo y yo quería resolverlo a mi manera, por lo cual decidí ayudarlo. Quiero a Miller sin piel siendo comido por ratas para toda su vida, joder el tipo me arruino mi vida, pero nada se compara con lo que sufre esa niña... Yo puedo manejarlo pero, ¿Cómo una niña de 6 años puede? ... eso me llena de coraje.

- Exacto. – dije dándole un beso a Isa en la frente – así que ambos ideamos una idea y la estamos ejecutando a la perfección por ahora.

- Momento..., ¿Se conocían antes?

- Si... amor no fue coincidencia que chocaras conmigo en el parque a esa hora después de que Otabek te mandara a comprar panecillos. Te vi un día que acompañaste a Otabek y... eras tan guapo y gentil que le dije a Otabek si me podía presentar contigo y el acepto. Así que, decidimos dejar esto en secreto para ti, pero cuando me dijeron que estás loco igual, con ese trastorno de personalidad sádica que ocultas, supe que había hecho una genial elección. – sonrió dándole un beso al canadiense. 

- Wow... - sonrió Jean besándola de nuevo – me saque la lotería.

- Lo hiciste – conteste sonriendo.

- Bien ahora, este es el plan. – Dijo Isabella sacando un cuaderno mirando los puntos escritos. - Gracias a los datos que tú y Otabek recolectaron pude dar con Matilda Yell, es una ex víctima de las violaciones de Miller. La elegí a ella como nuestro centinela y asesina porque esta vieja está loca de remate. Si todo sigue en las horas y los momentos acordados, ella será la única asesina de Miller, ya sembré evidencia en la casa de la mujer la he sembrado desde tiempo antes de que Otabek capturará a Miller.

- Isa... – dijo Jean sorprendido.

- Soy muy buena en los detalles, las mujeres lo son, es por eso por lo que Otabek me encargo el trabajo.

- Exacto. – respondí dichoso.

- Bueno, volviendo al caso, lo que nos falta es poner el cuerpo en posición. Para esto, Miller tiene que ser asesinado exactamente a las 9:45 de la noche de mañana, para que cuando el forense encuentre el cuerpo, coincida con los tiempos de Matilda y coincida con la evidencia puesta. Me la pase escribiendo un diario de venganza copiando a la perfección la letra de Matilda por 6 meses, así que más los dibujos exactos que Otabek le ha hecho en la piel a Miller. No hay más que pensar. Matilda Yell es la asesina... así que, a trabajar.

- Isabella... - dijo Jean viéndola embobado – te amo.

- Y yo a ti mi amor – dijo lanzándose a los brazos del canadiense. – lamento no decirte, no quería involucrarte en mi venganza, pero... cuando Ota dijo que tú también lo sabias, sabias todo, solo quería jugarte una broma. – respondió dándole besos en la mejilla.

- Te adoro, vamos a hacer esto.

- Esperen... aún hay algo que tenemos que hacer. – dije interrumpiendo los mimos que se daban – No quiero que se quede aquí esto. Miren lo he pensado y creo que haríamos un bien si usamos nuestra inteligencia, como héroes anónimos... como decirlo, hacemos un bien a la sociedad eliminando malditos enfermos, así que, si esto ayuda a controlar mi lado asesino, ayuda a que las personas puedan caminar sin miedo en las calles y ayuda a que sea un mundo mejor... me encantaría proponerles de sobremanera que me ayudaran a continuar esto. Yo tengo que continuarlo porqué no puedo controlar mis impulsos de matar. A diferencia de ustedes, mi trastorno es más grave, pero con su ayuda estoy seguro de poder controlarlo a un punto en donde... ustedes guíen mis asesinatos solo a personas que lo merecen... ¿Qué dicen?

Al fin, al fin había comprendido mi propósito y estaba gustoso de hacerlo. Pero necesitaba ayuda para no salirme de él, y solo confiaría eso a Isabella y a Jean.

Matilda Yell no era una víctima, e Miller tal vez, pero ella tenía demasiada cola que pisar. Era una maldita drogadicta que golpea a sus hijos dejándolos en el hospital y traumándolos por vida, mientras que Miller es un violador y pedófilo. Son dos pájaros de un tiro, y no quiero parar allí, quiero que esto se haga más grande, quiero un lugar seguro donde la única amenaza que haya solo seamos nosotros tres... como una sombra, absorbiendo todo y ocultando su verdadero ser.

- Justicia por tu propia mano. Es peligroso sabes, esto podría ser como caminar en un hilo. – dijo Isabella mirándome, analizando mis palabras. Está claro que ella es jodidamente inteligente y no se fía de cualquier cosa.

- Lo sé, es por ello que se los pido a ustedes.

- Por mi parte es un si Ota,  solo que quiero poder torturar al siguiente hijo de puta – dijo Jean sonriente.

- ¿Isabella? – me acerque a ella sosteniendo sus manos – No puedo hacerlo sin un equipo... No puedo hacerlo sin un segundo al mando con habilidades de análisis y de improvisación como las tuyas, por favor, te lo pido.

- Si llega el momento en el que todo se nos venga abajo, yo misma testifico en tu contra... tengo la suficiente evidencia como para hundirte desde ahora Otabek Altin, ¿Entiendes que te venderé tan rápido algo salga mal?

- Lo entiendo perfectamente porque yo haré lo mismo...

- Jugando mi propia jugada, vaya... Kazajistán tiene un par de bolas muy grandes para querer meterse conmigo.

- Llámalo corazonada, pero estoy seguro de que nunca nos pasará nada cariño... y si nos pasara, estoy seguro de que ambos pondríamos al mundo en caos como nuestras mentes antes de que nos capturaran.

- Que sexy señor Altin... - sonrió - Creo que tenemos un trato.

- Entonces... ¿Estamos juntos? – pregunto Jean emocionado.

- Completamente – conteste y los brazos de Jean nos rodearon a ambos

- ¡Joder si! – sonrió dándonos besos en la frente tanto a Isabella como a mí - ¡Tenemos que tener un nombre!

- Am... - Isabella no estaba muy convencida de eso.

- Tiene razón, nos tienen que conocer por algo y no puede ser como un grupo de personas, pongámoslo simple. Seremos como algo que siempre está presente... The Shadow.

- ¿La sombra? – dijo Jean – Me encanta.

- Pues ya tenemos un nombre – sonrió Isabella – Somos la sombra...

Entonces comenzamos algo que sería una maldición para los tres, pero como condenados a la muerte, lo aceptamos con los brazos abiertos.

Tal vez éramos unos chiquillos que no entendían nada en ese momento para cualquier ojo que nos mirara, pero, había algo de diferente en nuestro actuar. No era algo por impulsos, era algo estrictamente calculado... Lo que pasa conmigo, a diferencia de los demás asesinos es que al momento que alguien o algo está frente mío. Todo se vuelve parte de lo que planeo, se vuelve un peón en mi juego de ajedrez.

Así de simple.

Entonces como todo esto era un juego de niños. Nos dimos cuenta de que nada malo podría pasar si jugábamos bien. La evidencia en la casa de Matilda Yell ya estaba siendo plantada durante meses. Al igual que la evidencia de las violaciones de Miller estaban completamente listas para salir a la luz.

Sólo quedaba el toque final, el toque donde el rey se regodea en su victoria. Ese hermoso momento le toca a la mente detrás de todo, en este caso, a mí.

Y llegó el bendito día.

Salimos los tres en la noche. Yo enfrente midiendo terreno, Isa cubriendo los costados mientras Jean borraba las huellas. Al llegar con Miller lo primero que hizo Isabella fue clavarle el tacón de su zapato en un ojo mientras lo escuchaba gritar. La reprendí en ese momento, joder no lo toques con algo que te pertenece maldita sea, quería golpearla, pero ella me miro sacando el taco de la cara de Miller.

- Es el tacón de Matilda Yell, además use esto. -dijo mostrándome su pie completamente envuelto en plástico - no soy estúpida Otabek.

- Solo no lo hagas por matar.

- Mira quien habla... ¿No te mordiste la lengua?

-Isabella... – apreté mis puños, pero ella apretó los suyos, joder esto iba a ser como hablarle a la pared - Maldita sea.

- ¿Que?... Te faltan bolas Altin, si quieres ganarle a una mujer una discusión, asegúrate ser el más inteligente de la habitación.

Y eso me hizo hervir la sangre, a maldita sea esta maldita mujer. Lo que más me molestaba era mi estúpido sonrojo y esa chispa de excitación que Isabella Yang me causaba... ah joder... ¡La puta mierda!

- Eres... - apreté mis puños con sonrojo mirándola – Eres... jodidamente bella... y excitante que me haces perder la cordura. -conteste notando su enorme sonrojo - Nunca en mi vida me sentí con la necesidad de decirle a una mujer eso. Pero ahora viéndote, creo que eres la perfección de belleza tanto físico como mental que cualquier mujer quisiera tener... Estoy a tus pies... -dije dando una muy leve reverencia besando su mano por debajo del guante que usaba, por supuesto que Jean gruño molesto. - sigamos chicos.

-S-sigamos -dijo Isabella aún roja siendo abrazada por Jean.

Tenía que ser inteligente. Cuando me puse delante de Miller, sabía que los golpes tienen que corresponder a la fuerza de Matilda. Ok ... Suave un poco suave, el movimiento de la muñeca con el cuchillo tiene que corresponder al trastorno que le implantamos al igual que no tienen que ser perfectos. Tienen que ser sucios y desesperados, como una mujer vengándose de su violador.

Aquí vamos.

Hice el corte desde el cuello deslizándome al pecho. En lo que se retorcía el cuerpo, según el patrón que Matilda Heller seguía según su mano, por el tamaño y fuerza. Después de esto, tenía que apuñalar 3 veces a un lado en una profundidad Intermedia en un ángulo algo caído. Después dibujaría con la punta del cuchillo en su frente rasgando la carne poniendo la palabra "rapist" y por último... Saque unas tijeras de jardín cortando el pene del hombre dejando que se desangrara en el plástico que habíamos puesto y así transportaríamos el cuerpo, con todo y la sangre por unos 10 metros, en un sendero cerca de Matilda hasta el punto de evidencia.

Creo que soy bueno en esto, tal vez si fuera policía podría resolver más casos en poco tiempo.

Hmm... Puede ser.

Después de matarlo, Jean se aseguró de ayudarme a sacar el cuerpo. No tenemos mucho tiempo así que era moverse rápido. De aquí en adelante solo éramos Jean y yo porque Isabella borraría todos los rastros de sangre.

Sentía mi pulso llenarse de adrenalina. Entonces entendí que haría lo que fuera por sentir ese impulso bendito, solo porque amo la adrenalina corriendo por mis venas y el éxtasis que te da poder matar a alguien.

Dejamos el cuerpo en posición. Y Jean termino los últimos detalles en las heridas, simplemente para después mirarme y salir de allí. Nos encontramos en el segundo punto de reunión con Isabella quién nos desnudó en aquella cabaña y nos arrojó juntos a la ducha.

Oh dios. . . Eso era mala idea.

- Ota hoy... Isabella... Ella no sabe que... - suspiro lavando su cabello – Me molesto lo que le dijiste... Ota ella es mi vida y... La verdad estoy enamorado, así que tu coqueteando con ella me molesto de sobremanera.

- Lo sé... -nunca pensé sentir tanto dolor en ese momento. – Perdona, creo que no quería aceptar que estas enamorado de alguien más.

¿Porque la amas a ella? ... Eso quería decir, entiendo que Isabella es perfecta pero aun así duele que lo digas tan seco. Yo he estado toda mi vida contigo, yo... Joder ahora solo me toca fingir que todo está bien ¿cierto? ... Eres cruel Jean.

- Otabek... ¿Qué tienes?

- Eres cruel... -dije bajando mi mirada dejando que el agua golpeara mi cabeza - tú sabes que estoy enamorado de ti... Y, no me quejo, puedes hacer lo que quieras con tu vida, pero, al menos ten un poco de más tacto si entiendes mis sentimientos.

- ¡Yo también estoy enamorado de ti Ota! ... Pero... Creo que amo a Isabella... Perdona si no estoy siendo sensible con esto, solo que, cuando se trata de amor, lo mejor es ser directo y decir las cosas como son antes de lastimar más... Perdóname.

- Solo para, ya no digas nada, deja que lo asimile, no me pongas un rostro de arrepentimiento cuando es claro que no te arrepientes de tus decisiones.

- Perdóname Ota lo lamento mucho... - dijo besando mi frente y sentí que me quebraba cual cristal cayendo de una mesa.

- No quiero dejarte... - susurre abrazándolo – No me hagas... no... o sea yo...

- No tienes que hacerlo Otabek.

Isa estaba abriendo la cortina de la ducha mirándonos. Nos quedamos estáticos tratando de cubrirnos en un reflejo de vergüenza, pero ella sonrió. Desabrochó la bata de baño que tenía puesta y entro a la ducha con nosotros.

Jean trago seco llenándose de sonrojo sin poder apartar la mirada del perfecto cuerpo de Isabella, en cambio yo, aparte la mirada de golpe mientras sentía mis mejillas arder en vergüenza, seguramente completamente rojas. Mis ojos querían mirar, lo sabía, Isabella me atrae, no se necesita ser un genio para darse cuenta que tengo tensión sexual y emocional con ella...

Isabella beso a Jean y este correspondió de golpe acariciándole la cintura, incluso desnudos, Jean aún tenía vergüenza de tocar de más.

- Los d-dejo solos. -dije, pero una mano me detuvo.

-Dije que estaba bien. No quiero separarlos, no quiero separarnos. Si los tres estamos enfermos en algo en común, porque molestarnos en querer ser normales ahora... Si caemos los tres en este juego, es imposible que nos dejemos solos... Otabek, tú y Jean son la única familia que he conocido... no quiero que me apartes de eso, y no quiero que te sientas apartado de eso... no quiero pasar esta noche pensando en que estas herido, por favor. -dijo bajando la mirada - Otabek tú sabes que la razón por la que iba a terapia. Fue porque mis familiares murieron y quede completamente sola con una familia de apoyo a la que le importe un bledo. Me olvidaron dejándome en la nada... pero cuando creía todo perdido, te conocí y conocí a Jean, y me mostraron que incluso a los juguetes rotos se les puede querer. – sollozo y baje la mirada sintiéndome terrible, diablos me dolía saber que estaba así - Ahora... sin ti nunca pude haber conocido a Jean. No quiero quitarte lo más importante para ti. Así que... No importa... Solo quédate.

- Si me quedo... Es imposible evitar que sentimientos surjan ente nosotros... ¿Aceptarías eso? Soy un asesino Isabella, deberías... no deberías tratar de pensar en mi como una persona con sentimientos. No tienes porque... soy...

- Eres Otabek Altin, quien solo ha manchado sus manos para ayudar a los demás. Porque sabe lo que es sufrir lo peor, y aun así, sigues siendo amable con todos, cuidándolos, porque no quieres que nadie sufra lo que tu sufriste... Yo creo que eres una persona fantástica.

- No lo soy...

- Lo eres, pero a veces cuando algo se rompe no puedes repararlo. Así que tienes fallas, Pero ¿Quién no las tiene? ... solo déjame amarte.

- Isabella... -la mire y sus dulces manos rozaron mi rostro mientras depositaba un tierno besos en mis labios. Sentí mi cuerpo temblar y Jean me jalo besándome igual...

- No te alejes de nosotros Ota, estamos para amarte. – dijo Jean mirándome – Y nunca vuelvas a pensar que Otabek Altin solo es un asesino sin escrúpulos...

No me di cuenta en qué punto salimos de la ducha y ya estábamos en la cama. Me temblaban las manos, era demasiado bueno para ser real... Había dos personas dispuestas a amarme sin importar mis facetas, sin importar las manchas de sangre que nunca se borraran de mi cuerpo. Entonces me sentía querido como nunca me había sentido... ¿Ellos pueden amar a un asesino? ... Al parecer si, porque ellos nunca me vieron como tal.

Isabella chupaba a lo largo del miembro de Jean mientras esté gemía recargado en la cabecera de la cama. Los gemidos de Jean eran inquietos y un poco desesperados. Era la primera vez que Isabella lo tocaba y ella se dejaba tocar por él.

Por mi parte, yo tenía el trasero de Isabella a mi alcance y podía ver cómo se mojaba poco a poco. El cuerpo de una mujer e tan delicado y sincero que me podría embriagar solo con la vista. Me excite tanto de tan solo ver esos dulces labios lubricados que me incline lamiendo y acariciando con la delicadeza que se merece. Haciendo círculos con mis dedos sobre el clítoris mientras movía mi lengua metiéndola un poco entre sus labios, chupando y tocando puntos sensibles.

No quería que fuera super apresurado, o fuera sexo por tener sexo, Isabella era especial, solo quería hacerla sentir bien. Media la fuera en mis dedos y los gemidos que lañaba, quería que disfrutara la llegada de un orgasmo, no solo el orgasmo de golpe.

Ella jadeo comenzando a gemir en lo que Jean hacia que siguiera la mamada y yo me encargaría del oral. De un momento a otro la lujuria no tuvo alto y ya me encontraba masturbándome con las sensaciones, escuchando los dulces gemidos de ambos mientras aumentaba un poco la velocidad de los movimientos con Isabella. Ella solo se dedicó a gemir y se corrió sufriendo un leve calambre en la pierna disfrutando el orgasmo.

- ¿Amor estás bien? -dijo Jean llenándola de besos acariciándole los pechos en lo que ella jadeaba pegada a él.

- ¡Ah! ... Fue... hngg... indescriptible.

- Se nota... -dije tragando seco, perdiendo mi mirada entre las piernas de Isabella mientras veía como se mojaba aún más y su interior se contraía de placer... Joder, el cuerpo de las mujeres es tan delicado y sincero que lo adoro.

- Me toca a mi bebé... -le susurro Jean recostándola suavemente en la cama abriéndole las piernas entre dulces besos y caricias. Isabella tenía las manos temblorosas, pero aun así las pudo poner alrededor de Jean, y una suave risa escapo de ambos, nerviosos, tratando de calmar al otro.

Jean la beso, haciendo el beso más profundo e íntimo, envolviéndola en sus brazos, acariciando su cuerpo mientras ambos gemían muy bajo, apenas audible. Las palabras de amor no dejaban de sonar entre ellos, y cuando las piernas de Isabella atraparon la cintura de Jean, este tuvo luz verde para penetrarla suave y con la mayor delicadeza posible. Se ayudo con una mano para entrar, y tomar el condón para que no resbalara, aunque era muy improbable eso.

- Hngg ah joder...estrecho. – suspiro Jean cerrando los ojos mientras Isabella clavaba sus uñas en su espalda, sufriendo dolor y placer combinados - ¿Are you ok, honey? ¿ Am I being to rough?

- No, don't worry, Im perfect – gimio suaemente besándole - ... just be gentle... - Isabella me miro sonriéndome – Both be gentle.

- Of course my dear lady. – conteste sonriente.

Jean logro meterlo completo comenzando a moverse suavemente, con delicadeza, dándole tiempo a Isabella para que se adaptara a el tamaño y la presencia de Jean en su interior. Cuando lo hizo, Jean pudo moverse un poco más fácil, besándola suavemente y moviéndose al ritmo de Isabella, susurrándole cuanto la amaba, cual enamorado lo tenía.

- Be Gentle Ota -dijo Jean pasándome un condón.

Me puse detrás de Jean acariciando su espalda a lo largo, viendo ese tatuaje al final de su espalda baja. Joder, me prendía tanto que me incline a lamer el tatuaje haciendo que Jean se estremeciera.

En lo que él embestida haciéndole dulcemente el amor a Isabella. Yo tenía que ir preparando a Jean un poco. Chupé un par de dedos y comencé a acariciar su entrada en círculos haciéndolo gemir un poco más. Primero entró un dedo, después otro que toco la próstata haciéndolo soltar un gemido más escandaloso. Cosa que hizo reír a Isabella, quien miro con ternura a Jean y como este se sonrojaba más, tratando de no perder el ritmo que había conseguido. Me dio ternura a mi como él se esforzaba por complacernos a ambos, así que decidí meter otro dedo para hacerlo sentir bien y no causarle ningún dolor. Entre sus gemidos y los de Isabella, me di cuenta de que él ya estaba listo para mí.

Entre lentamente en el mientras ambos gemían y comencé a embestir suavemente.

- So fucking tight baby...- gemí recargando mi frente en la espalda de Jean, mientras este se acostumbraba poco a poco a embestir y dejar ser penetrado en lo que lo hace.

Pero Jean no sería Jean si no hace comentarios inapropiados en el acto.

- Hngg baby... You love my tight ass, don't you?

Tanto Isabella como yo soltamos una risa mientras Jean sonreía acariciándome un poco la mejilla. Allí estaba el Jean de siempre.

- I love everything of you, you two are my first love...

- Dont you ever leave us Ota, we need you. – dijo Isabella y sonreí apartando un poco a Jean y besando sus dulces labios rojos de rápido para volver a mi posición.

Y así lo hice y así lo prometí, a nunca dejarlos porque yo los necesitaba tanto como ellos me necesitaban a mí.

No pare hasta que Jean rogaba por correrse. Los gemidos de los tres iban de golpe en golpe. Jean se corrió primero e Isabella y yo como segundo. Por un momento nos quedamos recostados los tres, con Isabella en medio viendo el techo.

Sabíamos que había pasado, sabíamos que queríamos más y sabíamos que estaba mal. Pero, ya estábamos lo suficientemente mal, así que un poco más no afectaría en nada.

Isabella me besó jalándome para posicionarme  sobre ella, respondí a cada uno de sus besos, posicionándome entre sus piernas, acariciando sus pechos, lamiendo y chupando su cuerpo. Está mujer me iba a matar antes con solo seducirme, es peligrosa lo sabía, pero joder adoro la adrenalina al tocar algo peligroso.

Y así pasamos toda la noche.

Al siguiente día Temir llegó directamente con nosotros. Y nosotros tres, como era planeado, ya estábamos en casa disfrutando de un vídeo juego en el cuarto de Jean. Todo salio a la perfección, ni nuestros padres ni nadie sabía que había ocurrido con nosotros. Teníamos perfectas cuartadas para cada uno, así que podíamos regodearnos de nuestra victoria... pero, aun tenía que enfrentarme a Temir Backir.

El entro y me miro directamente a mí. Diablos.

- Chicos quiero hablar con Otabek, ¿Podrían darnos unos minutos?

- Sí claro -dijo Isa levantándose con Jean.

Cuando cerraron la puerta Temir me miraba como si estuviera cogiéndome a su hija o hijo, carajo no he hecho nada malo. No quiero sermones ahora.

- ¿Qué carajos hiciste Otabek?

- Nada... Solo he estado con Jean e Isabella.

- Solo te lo preguntaré una vez. Solo una... ¿Tú mataste a Miller?

Me levanté viéndolo y lo puse contra la pared. Joder odio que me regañen, lo odio, más cuando deberías felicitarme...

- Mate a esa mierda porque lo merecía. - dije sin apartar mi mirada - se cogía a su hija y violó a Isabella y a incontables personas más. Sus víctimas no hablaban así que tuve que hacer justicia por mi mano. Ahora tenemos una mierda menos... en lugar de ponerte altanero conmigo, porque diablos no estas felicitándome. Hice lo que dijiste, no mate a una persona, mate a un hijo de puta, es diferente.

Temir abrió sus ojos de golpe mirándome. No lo creía, o no sé que parte es la que no creía, pero estaba demasiado afectado. Me siguió mirando sorprendido, entre dolor y miedo bajo la mirada.

- ... El... Violaba... A ... ¿Enserio?

Entonces lo comprendí. Temir no tenía idea de la vida obscura de Miller. Y en ese momento me sentí mal por él, porque lo consideraba de su familia y era un maldito... Pero entonces, recordé que yo soy peor quizás... Y me dolía que solo en la vida de Temir haya desgracias.

- Si... Tengo toda la evidencia si quieres verlo...lamento que tu amigo hiciera tantas cosas desagradables.

- Maldición. -dijo Temir apartándome de un golpe, lo sabía estaba molesto y herido. Pero no quería verlo así.

- Temir...

- Solo, déjame solo... Ah joder... Como no lo note, pude haber ayudado a su hija – golpeo la pared de pronto dañándose los nudillos - maldición.

- Temir...

- Déjame solo Otabek...

- Temir - me acerqué a él tomando su rostro en mis manos y comencé a besar sus labios pegándolo a la pared.

Temir lucho para zafarse, pero tengo más fuerza ahora y tengo más control que él. Le seguí besando un tiempo hasta que el correspondió aferrándose a mi cabello, deslizando sus manos por mi espalda. Apasione el beso pegándolo más a mí, jalando sus caderas para sentir su cuerpo más cercano con el mío. Quería sentir más a Temir y hacerlo caer más en más caricias y besos, hacer que se aferre a mi llegando a un punto donde se quede en un trance, y pueda proceder con ello.

- Aiday... Tu...

Bingo.

- No soy mi madre, solo me parezco a ella. -dije mirándolo volviendo a besarle, sin dejarle oportunidad de tomar aire - Tengo sus ojos, pero no el brillo.

- Eres hermoso Otabek, te pareces tanto... eres... como ella y yo...

- No me parezco. Solo tengo similitudes. -dije acariciándole las mejillas besándolo una última vez, dejándolo sin poder dar un suspiro - solo recuerda que soy su hijo y que nunca debes pasar esa línea. Cortaré mi cabello, me veré más como un hombre, seré más fuerte e inteligente, seré un hombre ejemplar, me crearé esa vida por mi madre. Pero tú y yo sabemos que solo es un reflejo de lo que ella quería y de lo que yo deseo. No puedo controlar mi deseo de destruir... Como la Luna...

- Beka aún puedo...

- Ya no hay marcha atrás después de matar a ese hijo de puta. -dije besándole la frente - solo mírame lograr una vida perfecta... Prometo que la Luna no se enamorara, y así proteger que nada de lo que he creado se destruya. Moriré siendo un hombre ejemplar para la sociedad y siendo una sombra para los asesinos.

- ¿Sombra?

- Jean, Isabella y yo fuimos quienes asesinamos a Miller como una sombra.

- Otabek...- bajo la mirada sin solar mis hombros - Cómo pudiste hundirlos contigo...

- Necesitaba ayuda. Además, ellos necesitan explotar su lado sádico. Isabella es una asesina nata y Jean un sádico de primera. Yo no los volví así, ya estaban así.

- No comiences, tu eres el que controla el tablero siempre, los impulsaste a su límite para que ellos creyeran que son así cuando no lo son. Los moldeaste a tu antojo por tu estúpido juego... Y ahora ellos creen que tienen el mismo control que tú tienes cuando en realidad son solo piezas de tu tablero... Otabek maldición... para ya.

Sonreí.

Porqué jodidamente tenía razón. Puede que si haya llevado a ambos al borde de su locura y yo haya dado el empujón. Pero de allí en fuera fue cosa de ellos. Claro que yo doy instrucciones, pero ellos la desempeñan según su carácter. El jugador no es nada sin sus piezas... como yo no soy nada sin ellos... Los amo y los protegeré con mi vida.

- Solo confía en mí... Y en cuanto a ti... Temir, escucha bien – dije dándole un beso rápido, aumentando su sonrojo - únete a mí.

- ¿Qué?

- Te daré a Nikiforov en plato de oro, te lo daré para que lo hagas sufrir, para que nos diga la verdad de mi madre. Lo pondré en tus manos para que acabes con el... Y al fin puedas dejar ir tu pasado. Para que puedas ser libre de esa cadena que solo te ahoga más en la depresión... Sígueme y te daré todo lo que deseas a cambio de lealtad. Solo necesito tu apoyo... Temir, ¿Qué dices?

- ¿Nikiforov?

- ¿Es lo que realmente quieres, no es así? ... Quieres ver sufrir a Nikiforov como él te hizo sufrí a ti. Te daré eso y más... Únete a la sombra y así ... -dije abrazándolo por detrás dándole un tierno beso en el cuello como mi madre solía hacer con él. El jadeó con una mirada perdida enfrente y los puños apretados. Sonreí. - te daré a Nikiforov ... Pero todo a su tiempo.

- ¿A su tiempo?

- Exacto... Tengo que hacerlo sufrir poco a poco y tú te darás el festín de su miseria. -dije abrazándolo por el pecho repartiendo una serie de tres besos como mi madre solía hacerlo con él. Uno en el cuello uno en la mejilla y, para terminar - ¿Que dices?

- Okey Aiday...

- Perfecto Temir -sonreí besándole suavemente en los labios como mi madre y después di una palmada enfrente de él qué lo saco de sus pensamientos. - Bienvenido a la sombra.

- eh... Si... sí claro.

- Chicos ya pueden entrar.

- Al fin todos juntos - dijo Jean entrando de golpe abrazando a Temir.

- ¿Vamos a hacerlos pagar por todo, verdad Ota? - sonrió Isabella 

En ese momento todos pusieron sus ojos sobre mí y yo sonreí mirándolos. Asentí levemente sonriente.

- Pagarán hasta la más mínima cosa. Ya verán.

Lo había logrado.

Mi pensamiento de niño de tener un grupo de super héroes ya había sido cumplido.

Y ahora, a los 24 años, caminaba dichoso por las calles de nueva York, ya habían Sido otros 30 asesinatos más de nuestra parte y yo ya me encontraba estudiando feliz un último curso, creciendo más y más.

Estaba en el apogeo de mis capacidades.

Y lo disfrutaba tanto como un niño disfruta de una dulce paleta.

Seguía caminando por esas frías calles de Nueva York, recibiendo la mirada de hombres y mujeres por la belleza exótica que mi madre me heredo y que, aunque no lo quiera aceptar, mi padre había contribuido con ello.

Debo decir que no me molestaba la atención, en realidad la disfrutaba más que nada, pero ahora mi vista solo estaba en un señor de edad avanzada que repartía periódicos. Tomé uno y me encantó el titular.

"Los criminales tienen miedo de la sombra"

Según la noticia, muchos tipos tras las rejas han estado pidiendo más seguridad porque hay un tipo fuera que mata sin pena ni gloria a aquel que cometa algo mal.

Oh tranquilos... no tienen que temer por ahora.

Digamos que la sombra está yendo por un pez más gordo. Y este pez no tiene idea de lo que le espera.

Alcé mi mirada y sonreí al ver un espectacular de Nikiforov anunciando Hugo Boss.

Hola, padre... No tienes idea de que tengo planeado para ti. 

Acto 4: Inicio del Juego.

Mi nombre es Otabek Altin y soy un detective famoso. He atrapado a un par de asesinos seriales que atemorizaban en América, y los atrape porque son demasiado idiotas. Extraño sinceramente estar en el SWAT y disparar, sentir como mato a alguien por el bien y que nadie me diga asesino por ello.

Pero últimamente algo me ha estado molestando.

Mis impulsos se han vuelto más molestos aun y he comenzado a fumar, no me quejo, es grandioso, pero tengo esa espina en el cuello picándome cada día diciéndome solo una cosa.

"Mata a Nikiforov"

Escuchaba eso diario en su mente, ¿Lo quería muerto? Si, ¿Lo quería ver sufrir? Si, ¿Como lo harás? ... eso aun no lo sabía completamente así que, para distraerme, me divertía un poco jugando en el laboratorio improvisado que había creado.

Me gustaba jugar con la bioquímica, la física, con todo el cuerpo humano, me gustaba saber que reacción tenía el cuerpo y porqué, como es que un virus llega sin ser detectado... en realidad era un hobby fascinante. Me encantaba desde que era niño, y ahora a esta edad, se ha vuelto mejor que jugar videojuegos.

Hola Shadow.

Dije a un frasco con un líquido azul dentro... Ah, algún día ese pequeño liquido levantará una alerta mundial. Pero basta de juegos, pensemos lo importante.

Encendí mi computadora de golpe y vi el desfile en el momento que Yuuri Katsuki, actual pareja de mi padre desfilaba con una vestimenta moderna, dejando una playera con transparencias que hacía desear su delicada piel. Sus rasgos asiáticos eran perfectos y tenía un genial trasero.

Me preguntaba cómo se vería ese rostro dulce gimiendo sin parar, seguro es un buen espectáculo y seguro es por ello por lo que mi padre lo tiene a su lado... No sé mucho de Katsuki, pero por ahora no es lo que me interesa.

Y como si fuera por arte de magia. Viktor Nikiforov apareció con un traje gris, lo vi caminar, confiado y egocéntrico, pero era una completa belleza que no podía ignorar por nada del mundo... ah padre, desfila tus ultimas pasarelas.

Apago el televisor, no quería ver más el desfile, ni más bellezas caminar, solo quería pensar en un plan perfecto... así que me quede mirando al techo.

Desde que comencé a asesinar personas mi odio hacia Nikiforov bajo pero ahora parece que regreso recargado. Solo quiero matarlo y torturarlo. Hacerlo sufrir hasta que ruegue por su muerte.

Pero tengo que planearlo, tengo que hacerlo pasar por cosas que lo destruyan poco a poco y cuando piense que tiene el control.

Bam

Muerto.

- Viktor Nikiforov ... - suspiro y de un momento a otro sus ojos se abrieron de golpe - Creo que ya es como jugar contigo... amante de la belleza.

Dia y noche te he investigado hasta el cansancio, super modelo que se convirtió en un gran hombre de negocios, casado con Yuuri Katsuki y tiene un hijo... bueno... no estoy seguro ahora.

Revisaba las notas que Jean me dio que Isabella consiguió después de meterla de infiltrada como modelo hace 2 años atrás... pero Jean es malo para tomar notas... bueno no importa si este Yulia Perestki ... ¿Yulia? Pensé que era un hombre, joder Jean tiene que mejorar su escritura tanto en papel como en la computadora al momento de teclear... bueno Yulia solo es una niña mimada que no tiene idea de nada al parecer según Isabella... pero nunca me he fiado de niñas mimadas que creen que lo saben todo... así que después te investigo bien Yulia.

Aunque podría ir ahora mismo con mi jefe y decir que Viktor Nikiforov es el líder de la Tormenta Blanca... No puedo hacerlo sin que suene sospechoso que lo sepa de golpe, así que tengo que buscar la forma de que tú me lo digas en vivo y en directo. Ahora, también tenía que buscar algo perfecto que te alerte y a alguien que se lo merezca... veamos.

Bingo.

Michele Crispino.

Según estos informes de Temir, al momento de ingresar a la base de datos desde Moscú, descubrió que Michele Crispino es un amante de lo prohibido.

Cuando vino a Nueva York se le vio presentándose dentro de las reuniones de tratas de personas, acabo por comprar a dos chicos de 17 y 16 años. Hermosos y atractivos que el junto a su pareja, Emil Nekola, tienen escondidos en una mansión apartada y los usan como juguetes sexuales.

Michele Crispino debe morir por ello... una persona no es tu juguete sexual... al menos claro que él quiera serlo, pero estos chicos no tienen opción, es hacerlo o morir.

Ahora pasemos a Emil Nekola.

Gran empresario y que gran parte de su fortuna esta en diferentes acciones de negocios de la tormenta blanca.

Emil Nekola debe morir, pero Michele Crispino es el más adecuado a morir por ahora. Es un modelo de Nikiforov y si ataco a alguien tan protegido por Nekola, entonces eso pondrá de nervios a Nikiforov y al saber que estoy en Italia recurrirá a mi ayuda para cerrar el caso.

Suspire.

Ahora estaba el Fashion Week. He estado trabajando con Leo últimamente, así que solo necesito darle el empujón que necesita para irnos a Italia.

Hmmm... Mire mis diarios y vi que Jean tiene gira en Europa ahora mismo, así que ya es tiempo, según lo acordado, que me presente en Italia. Tengo a mi Jean cerca y a mi Isabella ya infiltrada.

Ah esto será pan comido, me romperé unos huesos, pero valdrá cada maldito segundo ver a Viktor gritando por ayuda cayendo en su estúpida ansiedad perdiéndolo todo y ver como desea nunca en su vida haber conocido a mi amada madre.

Mataste al Altin equivocado padre, mi madre tenía buen corazón... yo no.

Suspiré recostándome en mi sillón reclinable... cerré los ojos y allí estaban ellos, ojos azules intensos, cabello negro, piel tersa y perfecta, ambos con sonrisas de encanto, cuerpos deseables... Tan perfectos...
Nada me ha excitado tanto como ellos. Y aunque no puedo tenerlos todo el tiempo, me he buscado algo más para descargarme.

Mi nueva asistente Mila, es una pelirroja hermosa, me he acostado con ella un par de veces y aunque no es el mejor polvo, es lo suficiente para mantenerme sereno.

Bien, si quiero sexo con esos hermosos canadienses, tengo que convencer a Leo así que a trabajar.

Me cité con Leo en una cafetería al igual que con Yakov quien bebía sin parar de su café. Parece que no le gustan las miradas sobre el pero no quería tener que explicarle que la mayoría de las miradas estaban en la mesa porque Leo y yo estábamos sentados.

Ambos somos exóticos a la vista norteamericana supongo. Leo tiene la belleza latina perfecta y yo... bueno no sé cómo podría llamarlo, tengo una mezcla entre asiática y europea... supongo que eso llama la atención.

- ¿Estás seguro de tu pista Otabek?

- Más seguro que nada. El último sujeto que atrapamos dijo que la tormenta blanca había cambiado de operaciones a Italia, si obtenemos el permiso de su grupo antimafia podremos infiltrarnos y sacar al líder. Eso se lo garantizo.

- Estás pidiendo una investigación internacional y no sé si el gobierno italiano quiera.

- Ya lo arreglé, conseguí el permiso hace 3 días -dijo Leo mostrando los papeles firmados y sellados por el gobierno italiano, sonreí, Leo sabía lo que hacía cuando convencía a las personas... mi belleza latina lo hizo bien. - solo nos dejarán entrar a nuestro departamento, pero podremos investigar a fondo. Solo necesitamos que firmes Yakov.

Yakov suspiro cansado y nos miró a ambos. "Solo di que sí maldita mierda" pensaba mientras sacaba un cigarrillo. El sexo me ayudaba a controlar mis ganas de asesinar y los cigarrillos a controlar mi ira. Esto era una adicción que con ayuda de Temir me había creado, pero estaba funcionando demasiado bien así que decidí seguir con ella.

- Bien -dijo firmando los papeles - quiero informes de todo.

- Por supuesto -dije soltando el humo - te veremos pronto Yakov no nos extrañes.

- Solo piérdanse de mi vista ya. – suspiro cansado – ambos son el cáncer de mi cáncer.

- También te amamos -dije levantándome con Leo saliendo con él entre risas y emoción.

Leo y yo somos buenos amigos. Si, aunque no lo crean realmente lo aprecio. Es de esas personas que me podrían hacer enojar y no les haría nada. Lo mismo ocurre con Mila. Los aprecio porque no les importa mis males o adicciones, siempre ven lo mejor de mí. Y es así como... Me siento querido.

Aunque últimamente eso no ha sido suficiente.

Sin Jean, Temir o Isabella... Me siento solo. Muy solo.

Me sigo preguntando si realmente soy un psicópata o sociópata o cualquier "...opata"... A lo mejor solo soy un tipo con un trauma y ya.

Después de que convencimos a Yakov y de dar el anuncio con nuestro departamento. Me dirigí a mi casa para empacar ciertas cosas. Ropa, computadora, etc...

Tomé en mi mano un frasco con un gel que contenía una pequeña cápsula azul en medio. La mire y sentí como si estuviera apreciando a un hijo. Mi hermoso shadow, fruto de mi creación. Combinaciones y fallas día tras noche hasta que al fin pude llegar sin dañar nada, al punto de dolor en el cerebro.

Oh sombra no sabes que tanto bien harás. Te cuidaré con mi vida. Le dije a mamá que esas clases de medicina y química, bioquímica y diferentes especialidades no serían un desperdicio, aunque al final escogiera psicología como carrera.

Guardé a mi dulce sombra y me la llevé lejos. A otro continente en donde Jean fue a recibirnos a Leo y a mí.

- Hermanos -dijo abrazándonos - no tienen idea de cómo los extrañe, dios no hemos estado así de juntos desde la última reunión.

- No llores Jean -dijo Leo entre risas abrazándolo – eres una niña llorona.

- Me pongo sensible cuando es algo importante. – sonrió Jean sin dejar de apretarnos. No pude evitar manosearlo un poco para que soltara el agarre y me mirara mordiéndose el labio.

Oh bebé, yo igual te extrañe, no tienes porque darme esa mirada...

Pero pensando en lo que dijo Jean, era verdad, Jean en el sexo es sensible... Y gime como perra en celo. No espera... ¿De que estábamos hablando?.. Me desvié un poco. 

-Bueno vamos, les mostraré Italia. -dijo feliz lanzando nos una sonrisa que me tenía sinceramente embobado.

-Lo lamento chicos, pero tengo que ir primero a registrarme al hotel, de allí tengo que ir directo a la junta con los italianos, además de que prometí a Guang hacer videollamada cuando llegara -suspira- nos vemos después ¿Sí?

- ¿Te la jalaras enfrente de tu computadora con él? – preguntamos al unísono Jean y yo viéndolo, y Leo solo se sonrojo.

- No soy como ustedes carajo, no lo haré.

- Lo harás, no tienes porque avergonzarte, si tuviera a alguien tan hermoso como Guang yo tampoco podría guardar mi pene en mis pantalones – dije.

- Además de que su voz es tan adorable, me pregunto si gemirá igual, tienes suerte Leo – añadió Jean y ambos recibimos un golpe.

- Ah... a veces no se ni porque somos amigos, malditos sátiros de mierda. – dijo tomando su mochila – pero no molesten por Skype.

- Admite que te la jalaras en la webcam.

Leo se puso enormemente rojo y Jean y yo solo sonreímos mirándolo. Suspiro y nos miró con los brazos cruzados.

- Si, me la jalare frente a la webcam, ¿Felices?

- Extasiados en felicidad – dijimos de nuevo coordinados Jean y yo.

-Pero hablando enserio, Leo tenemos que salir juntos...

- Lo sé Jean, pero ahora no puedo... -dijo el latino dándole un golpe en el hombro leve - pero podemos salir mañana.

-Por supuesto - contestó el canadiense.

Antes de que Jean me llevará a pasear por Italia. Primero me llevo a mi departamento, todo estaba igual que la última vez, pero tenía que checar si todas mis cámaras y sistemas estuvieran activadas. Una vez que lo estuvieran me senté en el sofá y Jean se acercó a mí poniéndose enfrente.

- Te ves estresado...

- Lo estoy un poco. Los extrañaba a ti y a Isabella... Ni que decir de Temir.

- Ya estamos de nuevo juntos Ota - dijo Jean sonriéndome y dios es tan hermosa su sonrisa.

-Lo estamos - dije acariciándole las caderas... - podemos...

- No, tengo una presentación mañana y no quiero que me duela horriblemente el culo y las caderas por esto. – dijo sentándose en mis piernas, ah joder, tentarme y solo calentarme no es justo.

- Jean... Solo un poco - dije acariciándole ese trasero trabajado.

- No Ota.

- Aburrido...

- ¿Un blowjob te sirve?

- Me encantaría si es con tus dulces labios... así que tienes suerte, me conformo con ello.

Y así pase mi bienvenida a Italia. Disfrutando una mamada de parte de Jean mientras veía ese lindo sonrojo que ilumina más sus ojos. Joder Jean Jacques Leroy, estás demasiado bueno.

Lo tome de su cabello con fuerza impulsándolo mientras escuchaba los dulces sonidos que Jean hacía con su boca cuando trataba de meterse mi pene a lo más profundo. Fue una bendición verlo intentarlo, aunque, me gustaría que pudiera meterlo por completo en su dulce y húmeda boca.

Cuando acabó la felación decidí que me encantaría ver a Jean lleno de semen y así lo hice. Me descargue en su rostro ante la queja de este. No pude evitar tomar una dulce foto como recuerdo y Jean no pudo evitar sonreír me mientras lamía un poco de semen que quedaba cerca de su boca para después limpiar su rostro.

Suspiré ayudándolo a limpiarse . Jean después de esto saco una caja sonriente mostrándome que dentro había exactamente 6 cajas de caoba obscura talladas a manos con espectaculares detalles y dentro había rosas blancas.

- ¿Hermosas?

- Bellísimas, estos acabados son rotundamente estupendos... a los modelos y a Nikiforov le encantarán.

- Que bueno que te gustan Ota.

- Dile a Isabella que las entregué. Y esperemos a que todo comience a cocinarse. Aunque estoy seguro de que será después de la muerte de Crispino cuando Nikiforov acceda a preguntar por mí.

- Exacto, solo hay que esperar así que tengo un lugar que te encantará. Solo sígueme.

- Te sigo.

El sonrió y yo sonreí enamorado siguiéndole tomando mi chaqueta y una cajetilla de cigarrillos.

Tengo que admitirlo, amo pasar mis días junto a Jean.

Jean decidió que quería mostrarme el estupendo café que se toma en Italia así que salimos juntos a una cafetería cercana según dijo Jean, exclusiva para artistas.

Al llegar a esa lujosa cafetería Jean y yo ordenamos un par de cafés y unos panecillos. En lo que Jean iba al baño yo me quedé en la mesa esperando la orden. El lugar realmente era genial. Súper limpio y perfectamente moderno... Sonreí, me agradaba ese toque. No es que sea un fanático de moda, pero definitivamente era alguien con buen gusto.

Me acerque a la barra de nuevo para ordenar algo más dulce dado que Jean lo adora y le encantará. Entonces vio algo de lo que no pude apartar mi mirada.

Una cabellera rubia, una piel pálida y labios rosados. Llevaba un abrigo con un muy discreto animal print por la parte del cuello en el abrigo y pantalones negros ajustados... Sentí que mi ritmo cardiaco aumentaba cuando su mirada se cruzó con la mía un segundo y note los ojos más hermosos que he visto en mi vida.

Unos ojos esmeraldas grandes y brillantes con un toque audaz y salvaje. Unos que podría patearte el trasero o llevarme al cielo si quisiera. Unos ojos de soldado combinados con los de un ángel... y olvide como respirar.

Su mirada se clavó en mí y mi cuerpo estaba inmóvil, inhale para poner a mis pulmones de nuevo a trabajar, pero solo capte ese dulce aroma ue su piel desplegaba, dulces esencias naturales y sentí mis piernas temblar. Era un ángel un jodido ángel joder. Me quede completamente embobado y sentía que habían pasado horas mirándole, pero solo eran segundos.

Entonces su mirada se alejó de mí y fue a parar a un tipo alto y rubio. Maduro, pero muy atractivo... Vamos Otabek di algo, vamos...

- ¿Nos vamos Yuri? -dijo el hombre ayudándole con un café.

- Si vámonos Chris. Ya compré las galletas para papá -contesto el rubio caminando con él.

Mi mirada lo siguió y note ese perfecto cuerpo. Era... Indescriptible. Me estaba haciendo jadear internamente tanto que quería morir... Vamos tengo que reaccionar, vamos Otabek solo reacciona, ese tipo tiene todo lo que te gusta, solo amos di una maldita palabra.

Y una última mirada cayó en mí.

- Tienes muchos admiradores Yuri. -dijo el hombre y sentí mis mejillas arder. Mi boca no se movía joder... ¡Vamos Altin habla! dile cómo se llama, invítale algo joder, ¡mueve la maldita boca!

- Es lindo. - dijo dándome una sonrisa.

Mi corazón se detuvo por eso, nunca había visto una sonrisa más perfecta y encantadora que esa. Sus dulces labios rosados adornando una sonrisa de ángel, sus bellos ojos esmeralda, grandes y únicos... su cabellera rubia... todo de él.

Y antes de que pudiera decir algo, él salió por la puerta.

Solo podía escuchar los latidos de mi corazón sin parar. Recordaba el aroma, recordaba la bella figura, recordaba ese rostro de ángel... Nunca en mi vida había visto tal perfección.

Mis pies se movieron a la puerta y desesperado mire a todos lados, pero lo vi entrar en un lujoso coche y marcharse.

Y de golpe me sentí solo y desolado. Humillado en mi propia cobardía... Nunca, en los años que llevo viviendo había alguien que me quitara el aliento con solo ponerse frente mío. Porque todo lo consideraba un juego, y eso era, un juego. Pero cuando alguien no se presenta como una ficha a mover, sino, que llega destruyendo el tablero para imponer su presencia... solo lora quitarme el aliento.

¿Qué diablos tiene ese tipo?

- ¿Estás bien Otabek, que pasó?

- Yuri... -susurre embobado mirando a la nada.

- ¿Qué?

- Yuri ... Tú... tu Jean -dije sujetándolo- vienes aquí mucho tiempo. Tú... Tú ... ¿Has visto a un rubio espectacular entrar aquí?

- ... Hmmm... He visto a muchos.

- Rubio, ojos esmeralda, cuerpo de infarto, piel de seda, perfecto joder como un ángel.

- Oh... Si, es Yuri Plisetsky. Es un supermodelo me sorprende que sea la primera vez que lo veas... más cuando te hemos entregado reportes de él. Nunca mandamos fotos, pero se supone que tu investigas eso aparte.

- ¿Este tipo es la Yulia que tanto mencionas?

- ¿Yulia? ... yo recuerdo haber escrito Yuri.

- ¡Joder Jean repara tu dislexia! – suspire frustrado – así que Yuri Plisetsky... es un ángel.

- ... Y es el hijo de Nikiforov a quien prometiste asesinar. – dijo Jean mirándome arqueando una ceja – Tu sabes, si quieres destruir a Viktor, matas todo lo que él quiera... ese chiquillo es el hijo de Nikiforov y es una completa y absoluta diva. Que su cara de ángel no te engañe.

- ...

Me quede en blanco queriendo golpear mi destino. ¿Ese hermoso ángel es su hijo?... ¿Entonces es mi medio hermano? ... Ah maldita sea mi estúpida vida ¡joder!

Yo... solo quiero verlo de nuevo.

Quiero al menos escuchar de sus dulces labios mi nombre y creo que me sentiré en paz con ello. Yuri Plisetsky, eres tan hermoso... si ya estoy en una relación polígama, no creo que el incesto sea algo que me detenga ahora. Si tengo suerte, tal vez el semen donante sea de Katsuki y no de Nikiforov, y así no ser hermanos.

Oh por favor se hijo de Katsuki o se alguien adoptado...

- ¿Qué pasa Ota?

- Nada... Solo que es muy atractivo. -suspire - ¿Es hijo de Nikiforov... O de Katsuki?

- De ambos, como decirlo, escuche que lo adoptaron cuando era un niño.

- Perfecto, Jean me has hecho mi día solo con decir eso. -sonreí relajándome, aunque aún si fuéramos hermanos seguiría igual de atraído por él. - vamos por ese café. En dos días es el post party del Fashion Week y nosotros tenemos cosas que hacer.

- Te sigo -dijo Jean entrando de nuevo a la cafetería.

Tome mi asiento siguiendo una plática con Jean, relajándonos y contándonos las cosas que hemos hecho, pero yo sabía muy en el fondo, que mi mente solo estaba pensando en una cosa.

Yuri Plisetsky... Ah dios, que tienes que me hace querer saber de ti tan desesperadamente.

Después de terminar el café, Jean recibió una llamada de su agente y tuvo que irse. Incluso pasaron a recogerlo. Me despedí de él y caminé de regreso a mi departamento. Al entrar sentía que estaba demasiado vacío, tal vez necesite una mascota.

Pero lo olvide de inmediato cuando tomé mi computadora y busque su nombre.

Yuri Plisetsky.

Ante mi aparecieron miles de fotos y videos. Me sentía en el paraíso solo viendo las imágenes de Plisetsky, algunas inocentes, otras subida de tono, joder es tan hermoso que no puedo resistir a quedarme embobado viéndolo.

Comencé a ver cada vídeo, a verlo desfilar por la pasarela. A grabarme cada parte de él en mi memoria. Era hermoso... Completa y absolutamente hermoso.

Pero en una entrevista no oficial. Noté como era realmente... ah asi que si eres una diva.

Altanero, ególatra, grosero, narcisista. Y una diva, una total y completa diva. Entonces reír fumándome un cigarrillo viéndolo... Podrá ser un cara de ángel y todo, pero, no necesitamos personas así en esta sociedad. Suspire decepcionado, pensé que encontraría algo lo suficientemente bueno en el que me haría desistir de atravesarle una bala entre ceja y ceja, pero creo que solo tenemos a un niño mimado.

La sociedad está mejor sin esa clase de personas... veamos Plisetsky, ¿Qué hare contigo? ... podría solo matarlo y ya, pero eso sería muy simple para mi gusto... no, tengo que hacerlo sufrir para que Nikiforov sufra... hmmm...

Ya sabía que hacer.

Me iba a divertir destruyéndote poco a poco Yuri Plisetsky. Te haré caer a mis pies y cuando disfrutes mi compañía mientras duermes, romperé tu dulce cuello. Necesito enamorarte, lenta y suavemente, después de golpe, hacerte amar mis defectos, hacerte amar la tortura que es enamorarse de mi... Y cuando ya tengas ese grillete al cuello imposible de quitar.

Yo me encargare de sacarte de tu miseria.

Claro, después de cogerte un par de veces, sería un desperdicio si no lo hiciera.

Seguí escuchando esa entrevista, tenía que aprenderme cosas de él, pero realmente odio a las divas así que esto es lo más difícil de escuchar.

- "Tienes a alguien especial Yuri? "

- " No, es difícil comprenderme. Pero... Me gustan los retos, tal vez si encuentro una persona así... Me gustaría divertirme, jugando a enamorarme y al final romperle el corazón."

El miro a la cámara dando una leve sonrisa, pero esa mirada yo solo la pude interpretar con una palabra.

Peligro.

Esa mirada esmeralda en la cámara no reflejaba lo mismo que hace rato.

Peligro.

Esa mirada la había visto muchas veces. Esa mirada la había visto en mi mismo cuando estoy destrozando algo, oh estoy planeando como matar algo...

Y eso mismo me hizo excitarme de sobremanera.

Jade un poco poniendo pausa a la entrevista cubriendo mis ojos con la palma de mi mano. Fue una mirada de segundos, pero fue tan real y peligrosa que me excite tanto de golpe...

Cerré la computadora y mire mi bulto exigiendo salir de mis pantalones, ese tipo tenía algo especial, algo que nunca en mi vida había visto en otra persona. Esa mirada... Tan única.
Me ponía tanto que tuve que alejarme de su imagen, caminar a mi cuarto y comenzar a masturbarme en el baño ferozmente gimiendo su nombre.

"Yuri"

Estaba en éxtasis solo de recordar sus esmeraldas. Esos finos labios, tan perfectos para imaginármelos rodear mi polla con ellos. Trague seco mientras aumentaba la velocidad de mi mano entre jadeo y jadeo.

"Yuri, Yuri..."

Logré correrme de golpe. Sintiéndome satisfecho y demasiado humillado. Tenía la mano llena de semen, porque me había masturbado con la imagen del tipo que, según yo, enamoraría y según yo, lo haría caer a mis pies... Sinceramente creo que es el caso contrario.

Ah... Plisetsky definitivamente era de otro mundo y lo quería ya conmigo cumpliendo mis fantasías con él antes de mi muerte o su muerte, ha este punto ya ni se quien matara a quien.

Pero ahora pensándolo más, si él tiene esa mirada como la mía puede que... él pueda comprenderme si los dos resultamos ser iguales.

Y después de masturbarme y seguir deseando a Plisetsky por cada día que pasaba... Llegó el día del post party.

Post Party del Fashion Week.

Suspiré mientras me cambiaba. Pantalones negros, camiseta gris sin mangas. Sudadera con una muy amplia capucha. Un frasco de mis experimentos químicos al igual que unas cuantas dosis inyectables de más. Un par de armas... Si creo que está todo.

Me quedé mirando la pantalla de mi computadora para que Isabella me diera la señal de que desactivarla la seguridad exactamente 30 segundos para que pudiera entrar.

Necesitaba un cigarrillo en ese momento, pero decidí no hacerlo. Solo quería hacer esto rápido e irme. Y otra razón por la que quiero entrar es porque sé que Nikiforov está allí... No sé si podré controlarme frente a él... espero tener la suficiente fuerza de voluntad para no caer en querer matarlo allí mismo.

Cuando me dio la señal salí de mi vehículo y caminé unos pasos para encontrarme con una puerta de emergencia del edificio por donde entrar. Al momento de hacerlo camine por un pasillo obscuro hasta encontrar una puerta que me ceo con una luz de neón en la cara. Cerré mis ojos y entré para darme cuenta de que lo que creía, no era nada parecido a lo que era.

Uno siempre piensa que las fiestas de moda son elegantes y sofisticadas. Pero en el momento que entre exactamente en el área dónde se desarrollaba. Me distraje viendo un par de piernas deslizándose por tubos... Había muchos bailarines y bailarinas de pole dance... Joder mi tipo de fiesta.

Todo estaba obscuro solo alumbrado con Neón. La habitación donde nos encontrábamos era enorme, había artistas haciendo diferentes acrobacias, una fiesta en piscina de un lado y juro que es la única fiesta a la que he entrado donde, cualquier lugar a donde mires solo vez personas hermosas.

Me sentí intimidado, no creo que sea hermoso como ellos así que debo mantener un perfil bajo antes de que descubran que soy común.

Camine un poco entre las personas y de pronto... Una cabellera rubia con unas orejas de gato que brillaban paso a un lado mío. Volteé rápido y vi solo por reflejo de las luces... Yuri Plisetsky caminando con un tipo para bailar en la pista.

Sentí como mi corazón se quería salir de mi pecho así que tomé un largo suspiro, tratando de ignorarlo pero era imposible...

Decidí recargarme en una pared y me dediqué a verlo. El baile era libre y sin hacerle mucho caso al ritmo, solo se estaba divirtiendo un poco tomando de su copa, bromeando con ese tipo.

El tipo era atractivo, alto, con piel blanca y cabello marrón. Su cuerpo era trabajado... Me encogí de hombros de pronto. ¿Qué pasa Otabek? Me pregunté a mi mismo viendo como Yuri bailaba... Comparándome con ese tipo, supongo que es obvio lo que Plisetsky elegiría...

Mi tono de piel no es como la seda, como el de ese tipo. Es morena, y mis ojos son obscuros. y mi cabello es negro y... bueno no creo que podría... ¡No, a la verga! Claro que podría ganarle a ese sujeto. Solo que no está en mis planes competir con un modelo... vamos Otabek, concéntrate, tu viniste por otro fin aquí.

Mordí mi labio viéndole más, sus caderas fugaces, su piel con leves gotas de sudor recorriendo su pecho por la camiseta abierta que tenía. Esos ojos esmeraldas que brillaban cada vez que la luz pasaba por ellos.

Hermoso, rotundamente hermoso.

Suspiré y seguí caminando, no tenía tiempo de esto. Si seguía distrayéndome en las caderas de Plisetsky solo acabaría echándolo a perder todo. Seguí mi camino, pero sentí una mano sujetándome y me pare de golpe.

- Cerca de la piscina, está solo, Nekola fue por bebidas... – dijo Isabella en un susurro.

-Bolsillo izquierdo, viértelo en el agua. Y haz que lo tomen, 5 minutos, Jean y tú solo tomen un trago minúsculo. Estarán drogados pero conscientes y recordarán lo suficiente. Si sientes que les afecta de sobremanera. Tengo cápsulas verdes en el bolsillo. Tomen una y se les pasará el efecto de golpe.

- ¿algún efecto secundario?

- Tal vez taquicardia, pero es muy raro que se presente.

- Iniciando operación Crispino.

Ambos seguimos caminando y llegue a una esquina en las sombras para reposar allí en lo que Isabella hacia su parte. Miraba esas luces que se movían, esos cuerpos bailando, esas platicas de ego sin parar. Seguro, el mundo de la moda es fabuloso, pero siempre esconde lo peor detrás de rostros bonitos.

Cerré los ojos y de pronto estaba en Kazajistán. Después de que me llevaron al orfanato. La primera noche me arrojaron con los demás... Trate de hablar con los demás, no me gustaba verlos tan asustados. Recuerdo que les contaba las historias que mi madre me contaba, de superhéroes y dragones, de hadas y hechiceros. Les dije que un día llegaría uno de ellos y nos sacaría de allí.

Pero solo era un niño, que confiaba que había alguien por rescatarlo, porque uno siempre confía en sus esperanzas. Pero mis esperanzas me escupieron a la cara cuando un tipo me llevo con él.

Me saco del cuarto y me jalo sin darme permiso de opinar. Aun recuerdo su estúpida o, aún lo recuerdo y me da nauseas. Recuerdo intentar dialogar con el... "Señor ¿A dónde vamos?" quería ser educado como mamá me mostro, respetar a mis mayores, pero... supongo que, debí comprender más rápido lo que pasaba, mi memoria era perfecta,

Hipertimesia... un tipo de memoria superior que te hace recordar hasta el más mínimo detalle de un evento ocurrido que viviste. Si, era muy inteligente, pero no era fuerte, era débil, y era muy inocente en mi mundo de fantasía... que no comprendía muchas cosas... Porque pensaba rotundamente que alguien me rescataría de un mal si confiaba en ello. Que las hadas llegarían si creía en ellas, que tendría escudos que me protegerían si solo pensaba que podía tenerlos...

Recuerdo verlo desnudarse frente a mí y yo no comprendía en absoluto lo que pasaba, solo recuerdo que tenía miedo y quería que me madre estuviera.

El tipo me arrojo en la cama y grite de miedo, pero me sometió.

Me enfade cuando acarició mi cuerpo quitándome mis ropas sometiéndose. Entonces lo comprendí, y mi inocencia se esfumo de golpe.

Recordé a mi madre... La noche que murió un ruido me despertó. La mesa estaba haciendo ruido así que caminé y vi a mi madre sujetada de igual forma por un tipo de cabellera platinada.

Tenía miedo y corrí a mi habitación entre los gritos de mi madre, entre el frío, entre la luna brillante de esa noche para esconderme en los maderos apretando mis manos contra mis orejas y los ojos a más no poder.

Los superhéroes existen.

Me dije a mi mismo, dije que salvarían a mamá. Que solo necesitaba creer en ellos como tienes que creer en las hadas para que puedan vivir.

Creía en las hadas, creía en los superhéroes, creía en todo lo bueno, en grandes dragones, en lobos amigos, en elfos y criaturas fantásticas...

Pero todo era una puta mentira.

Mamá fue violada, como yo lo fui igual. Eso era lo que paso, y eso nadie ni nada podría cambiarlo. No importa cuánto grite, no importa cuando rogué por piedad, no importa cuanto llore, simplemente sucedió y no puedo borrar nada de eso de mi mente por más que quiera.

Y nunca un superhéroe apareció. Ni un hada llegó, ni magia me hizo sentir a salvó.

Esa noche jure que, nunca creería en una mierda tan estúpida de nuevo. Y que ahora yo controlaría todo lo que estuviera en frente mío como un juego. Porque un juego siempre determina un control mediante reglas, algo que puedo determinar y lo siento real... algo que tú sabes que pasara, como pasara y asegurarte que nadie se acerque demás a ti, porque tu controlas el juego, no él te controla a ti.

Entonces el Beka, que mi madre creía que iba a ser se esfumo como polvo en el viento. Porque mi madre nunca me preparo para los horrores del mundo real y no pude hacer nada porque era pequeño, y no entendía cuando algo andaba mal... porque siempre creí que todos tenían algo bueno dentro de ellos.

Entonces deje de ser su Beka, para ser Otabek Altin y jurar que nunca crearía nada tan estúpido como que el mundo es bueno, las personas son buenas, y que el amor arregla todo.

No importa los golpes o violaciones en el orfanato. Escape de allí y me encontré con el jugador uno. Jean Jacques Leroy. Quien se volvió mi fiel escudero y amor real. Después me encontró mi torre, Temir Backir, mi sabiduría y mi leve sentido de la ética y moral... Dándome las herramientas necesarias para vivir... Y al final encontré a mi alfil.

Isabella Yang, amor verdadero igual, quien es mi balance entre el bien y el mal.

Y este era un juego para pagar lo que me hicieron a mi madre y a mi... y si podía rescatar a gente en el camino, lo haría. 

Y juro que lo disfrutaré hasta el último grito y la última gota de sangre derramada de ellos.

Abrí los ojos de golpe y miré cómo se tambaleaban y se perdían muchas personas. Había algunos eufóricos, otros cogiendo deliberadamente, otros llorando, otros haciendo cualquier otra estupidez. Al parecer Isabella hizo un estupendo trabajo. Suspire, era momento de mi parte...

Y allí estaba, sentado entre lágrimas Michele Crispino.

Me acerque a paso firme empujándolo fuera de su asiento y este reaccionó parándose. Las alucinaciones que tenía me hicieron ver como un monstruo y salió corriendo lejos.

Vi que Nekola estaba perfecto. El hombre no tomo nada. Así que tenía que ser rápido y aprovechar las sombras de aquí.

- No corras Mickey... Recuerda que a los lobos eso les fascina más. -dije molestando, porque no iba a perder la oportunidad de hacerle sentir miedo mientras lo seguía. - Mickey, ¿Te has confesado últimamente?

El italiano seguía huyendo encerrándose en una de las tantas habitaciones del segundo piso. Entre obviamente después de él porque es demasiado estúpido como para no cerrar con seguro... estaba actuando como esas personas que mueren primero en una película de terror.

- Eres... ah... falso... -dijo sosteniendo su cabeza. Encendí la luz y vi esas pupilas tan dilatadas, como el sudor frio de su frente... su mirada solo era el reflejo de alguien ultra drogado.

- No Mickey, soy real. -dije acercándome - y vengo por ti.

- No... yo... ah...

- ¿Sabes quién soy cierto? Por eso huiste.

- La sombra... Emil... él te...

- Él no hará nada... Dime Mickey, ¿Te gusta tanto follar que tienes que comprar personas para hacerlo? Sabes, a mí me encanta, pero no por eso tengo personas con grilletes amarradas al sótano de mi casa... confianza Mickey y prometo ser piadoso contigo.

El italiano miraba perdido en mi dirección y se puso de rodillas. Pensé que rogaría y esperaba eso, pero no esperaba lo demás.

- Padre nostro, che sei nei cieli... sia santificato il tuo nome... - comenzó a sollozar y me llene de rabia, esto es lo que odio más de estos tipos. No uses una creencia a tu favor, nada cambia lo que sucederá - venga il tuo regno, sia fatta la tua volont, come in cielo così in terra...

- Dime Michele – dije sacando un cuchillo y el italiano clavo su mirada en mi - ¿Dónde está tu dios ahora? ¿Está aquí? ¿Está viéndonos? ...

El italiano dejo salir un sollozo aferrándose a la cadena de su cuello con una cruz de oro. Oh que ironía...

- Si... Si lo está, y está asustado. - dije sacando un cuchillo rajándole levemente profundo a lo largo del abdomen. Rápidamente soltó un leve quejido apoyando su mano en el estómago. Se levantó y hecho a correr sosteniéndose el abdomen.

- Oh Michele, acepta tu muerte como buen católico hermano – dije riendo y siguiéndolo – no importa a donde vayas, dios no mete manos en el infierno.

Lo patee haciéndolo caer por las escaleras y aun así se levantó, las drogas que uso son demasiado buenas, al comenzar a cojear rápido choco con Jean que solo se embarró de su sangre como planeamos. Tiempo y hora siguen al margen así que le di una señal a Isabella y esta se fue con Jean a su siguiente posición. Presione un botón de mi celular y era tiempo de llegar a Crispino al punto B. Isabella se encargaría de Nekola así que no tenía que preocuparme.

Michele salió por las puertas de emergencia asustado sosteniéndose el estómago y yo Conte hasta 10 como planeamos para que Temir pausara las cámaras de seguridad de calles y siguiera mi curso.

Y así sucedió, seguí mi curso, atrapé a Crispino en un callejón y me divertí golpeándolo y viéndolo sangrar. Oh joder esto era mejor que la droga. Este hijo de puta sangrando era lo mejor.

Un coche de freno de golpe en la salida del callejón. Salió Temir llevándose a Crispino en la cajuela. Asentí y dije que lo llevarán al punto base. Temir asintió y dos sujetos más salieron del coche, con trajes de plástico discretos puestos, limpiando toda la evidencia del callejón.

Tome mi celular y lo deje timbrar una vez.

- Primera fase lista, Crispino fue sacado con éxito, ¿Qué hay de Nekola?

- Está jugando al gato y al ratón, solo que su ratón está más muerto que vivo ahora. No sabe nada y todos están demasiado drogados como para recordar lo que paso. Tal vez calculo que, tendrán vagos recuerdos, pero eso es todo.

- Voy para allá.

Regrese a la fiesta para asegurarme de limpiar todo lo que no fuera parte del plan. Acabé completamente y vi como unos tipos llevaban a una chica morena con ojos lilas con ellos.

Sala Crispino.

Ella es inocente, la he investigado y todo de ella es inocente a comparación de su hermano. Solo es una chica hermosa que comenzó a trabajar de moreno, y si, ha tenido altibajos como las demás personas, pero, nada fuera del otro mundo que necesite castigarse.

Estaba muy drogada para ser consciente de lo que quieren esos sujetos, oh no, aunque prácticamente ella se deje hacer las cosas ahora, no está perfectamente consciente de sus decisiones así que camine hacia allá, pero algo golpeó conmigo... No algo, alguien.

Yuri Plisetsky.

(Cuando los diálogos se encuentren así, quiere decir que llegan a interrumpir en el momento de la historia a Otabek ) 

- No no no, momento Ota, ¿Conociste a Plisetsky antes? ¿Porqué diablos no nos lo dijiste? - se quejo Jean mirándome. 

- No había razón para hacerlo, no pensé que fuera importante.

- Nos contamos todo Ota - contesto Isabella - duele.

- Lo se querida, pero déjame continuar mi historia y así entenderán porque omití contárselos. En realidad, fue porque era un momento muy íntimo que compartimos el gatito y yo... pero bien, como decía... 

Tenía las pupilas completamente dilatadas. Su caminar era torpe y acababa de salir de una habitación donde un tipo también había salido con los pantalones apenas subidos... apreté mis puños, pero solo fue un reflejo de lo que sabía acababa de pasar.

Suspiré frustrado apartándolo, pero este volvió a caer en mí.

- ¿Eres la muerte? - dijo mirándome - no tienes rostro y estás de negro... ¿Es mi tiempo?

- Soy... Soy algo muy lejos de ello. Ve abajo y siéntate en una silla. El efecto no tardará... Tengo que...

- Quiero tu beso divino -dijo y me sentía rotundamente incómodo, vamos Plisetsky, si voy a humillarte, pero no ahora... - un beso de la muerte y así decirle adiós a mi sufrimiento.

- ¿Sufrimiento? – lo mire confundido, aunque bueno, él no podía ver mis expresiones.

- Me acaba de coger un tipo no sé porqué. . . No uso un condón... tengo miedo...

- Ah... -gire los ojos - solo ve al médico mañana. Y límpiate bien cuando tomes una ducha llegando a casa... tienes que sacar todo ¿entiendes? – tome su rostro – No dejes nada dentro.

- ... Solo quiero que deje de doler todo.

"Me duele"

Y allí estaba yo, recordando de golpe ese momento. Cuando ese tipo se fue y yo me aferre a una almohada escondiéndome entre miedo y dolor. Notaba la sangre salir de mi interior y ardía como demonio. "Me duele" ...

Abrí los ojos suspirando.

- ... Ven aquí.

Cargue a Plisetsky como una princesa entrando en un baño cerrando tras de mí. Miré mi reloj y aún quedaba tiempo, así que le bajé los pantalones y boxers, sin mirar nada y lo senté en la orilla del lavabo. Pude sentir un poco de viscosidad al momento de tocar su trasero y abrir la llave del agua... Suspiré comenzando a limpiarlo.

- Perdona por mi atrevimiento de ahora, pero tienes que sacarlo. Y como no creo que seas capa en estos momentos lo haré yo, no hace nada más así que no... - sentí como se aferró a mi sollozando y suspiré un poco dándole un beso en la mejilla – tranquilo, todo estará bien... será rápido lo prometo.

Cuando el agua al fin salió tibia, mojé un par de dedos en ella y metí mis dedos en la entrada de Plisetsky haciendo lo posible para sacar todo. El agua era de mucha ayuda y aunque Yuri no disfrutaba la sensación, al menos sabía que no estaba tocando de más.

Mire un poco el agua que se iba por el lavabo y vi un hilo de sangre rosa, apreté mi puño libre, maldito idiota... voy a encontrarlo y le matare.

- Hng...

- Perdona ya casi acabo...

- ¿Porqué lo haces? ...

- Porque me hubiera gustado que alguien me ayudara cuando me paso a mi... - dije tomando un poco de papel secándolo.

- ¿Te violaron?

Di un largo suspiro secando a Plisetsky suavemente con el papel.

- Aja... - apreté mi puño – tenía 4 años, un tipo que cuidaba el orfanato de noche me vio, y solo lo hizo, lo hizo tal vez... tres o cuatro veces, antes de que lograra escapar de allí... Cuando, me encontraron y una familia llena de ángeles pudo adoptarme, al revisarme le dijeron a mi madre lo afectada que estaba esa zona de mi cuerpo. Solo tenía una infección menor al parecer, pero tuve que estar en medicamentos y tratamientos para eliminar... eso. – tensé la mandíbula - Mi madre adoptiva lloro sin parar abrazándome cuando supo todo... así que, si recibí ayuda, pero fue mucho después. Si alguien me hubiera ayudado desde el primero momento en el que paso, tal vez mi historia sería diferente y yo sería diferente.

- Lo lamento... - susurro.

- No lo hagas, lamentarse por algo en el pasado no vale la pena... así que no te castigues por lo que paso hoy.

- Soy una puta...

- No lo eres.

- lo soy... me... - dijo encogiéndose en mi pecho mientras tuve que cargarlo para subirle los pantalones de nuevo.

- Eres hermoso... Eres lo más hermoso que he visto en mi vida... Lo que pasó aquí no define nada de lo que eres, solo define lo que ese tipo era. -suspire - Yuri... No dejes que nadie te toque.

- Sabes... mi nombre.

- Es difícil no saberlo, eres la cara de muchas cosas. - dije apenas viendo su rostro. Mi capucha ocultaba todo de mí, pero me hacía difícil verle. - no recordarás nada... No todo, así que déjalo ir... Traeré justicia para ti.

- ¿Qué eres? ...

- Una sombra nada más...

- Eres... Ese tipo... Del que todos tienen miedo... Mi padre... te tiene miedo...

- Debería...

- Yo no...

- ¿Porqué no?

- No lo sé... Eres... Amable.

Se quedó perdido en sus pensamientos y yo lo baje del lavabo para dejarlo en el suelo y así cerraría la puerta con seguro y cuando él estuviera lúcido de nuevo, abriría sin problemas. Pero no contaba que tomaría mi capucha y la quitaría para verme.

Entonces nuestras miradas se juntaron de nuevo y me sentía tan expuesto que me aparte de él alejándome un poco. Pero sus esmeraldas no se alejaron de mí, siguieron buscando con insistencia mis ojos. Hasta que cedí mirándole igual... Mi corazón latía enormemente solo con eso.

- ¿Te... Conozco?

- No... No creo que lo hagas.

- Me pareces... familiar...

- No. No lo soy.

- Eres hermoso...

Se abalanzo sobre mi besando mis labios torpe y desesperadamente. Mi sonrojo se hizo pleno de golpe, y me quedé en shock por un momento hasta que sentí la dulzura de sus labios y correspondí pegándolo a mí. Sus labios eran justamente como los imagine, suaves y dulces, y su aroma, su aroma era el mejor... su piel es tan suave. Era un maldito ángel.

- No me recordarás en la mañana. - dije despegándolo jadeante – No hagas eso... entiende que olvidaras todo, olvidaras lo que paso hoy, olvidaras a ese tipo y me olvidaras a mi... Y lo peor de esto es que yo no podré olvidar el instante de gloria que tus dulces labios me han dado... y es injusto.

- No me hagas olvidar... Sombra, muerte, quien seas... No me hagas olvidar... solo déjame guardar este momento para mí, solo uno donde encontré a una dulce persona y me miro como un humano y no un objetivo de vitrina.

- Tienes que, aún no se supone que nos conozcamos Yuri. - sonreí - pero lo haremos.

- ¿Me matarás sombra?

- Si... - suspire acariciando su mejilla - te prometo, que te mataré dulcemente y suave. Lo haré a través de amor y caricias, te mataré como un ángel lo merece. Te haré mío, ganándome tu amor, hasta que ese día llegué y rompa tu cuello mientras duermes, y prometo que no sufrías o sentirás nada, solo pasara.

- tengo...

Salí de la fiesta sin dejar evidencia y volví a mi departamento. Me quité la sudadera, la playera, lave más de tres veces mis manos y me serví un trago de whiskey acompañado de un cigarrillo. Mi corazón seguía como loco solo recordando el roce de esos labios, el dulce sabor de su boca... y la bendita agonía a la que me había sometido después de probar un poco de Plisetsky.

Jean, Isabella, Temir, Leo, Mila, alguien... necesito ayuda con esto. Mi corazón grita algo que no puedo entender ahora.

Me bebí de golpe el whiskey y fume el cigarrillo una vez para apagarlo y aventarme a mi cama. Me quede dormido en la dulce agonía de lo que era bueno o era malo, de lo que era y hacia donde me dirigía, y deje que me embriagara en la dulce tortura que esto representaba.

Porque lo sabía, algo con Plisetsky hizo que mi interior se removiera, y eso era riesgoso, como la luna se arriesgó a enamorarse.

No, esto no pasará, lo controlaré.

Y dormí en negación por el resto de la noche.

A la mañana siguiente mientras preparaba mi desayuno mi celular sonó de improviso para solo escuchar una voz que llevo cazando desde que jure una venganza.

- Señor Altin, mi nombre es Viktor Nikiforov, necesito su ayuda con un caso...

Oh bendita la vida que te pone a mis pies Viktor, ahora es tiempo e olvidar las cosas que me encadenaban y acabar con esto de una maldita vez. 

Acto 5: Enamoramiento de sangre

Se dice que cuando estas hundido en una idea, es muy difícil hacerte ver si algo es bueno o es malo. Porque la mente controla más tus sensaciones y deseo de triunfo que tu sentido común. Eso era lo que yo sentía en ese momento, un conjunto de sensaciones que solo tenían un fin de muerte, pero que últimamente se han revuelto, creando caos y caos en mi cabeza para decirme algo que nunca había pensado.

¿Amas lo que eres?

Ciertamente a este punto de mi vida si respondiera con un si sería la más vil y pura mentira que hubiera dicho en toda mi vida.

Abrí los ojos para encontrarme en una habitación blanca donde la puerta se abrió y vi a mi madre mirándome. Bajo la mirada como si le repugnara verme o temiera en mirarme... cuando un par de lágrimas recorrieron sus mejillas me alarme.

- Beka... ¿Qué has hecho?

- ... he hecho mal... Porque... porque creo que es lo correcto.

- Tu sabes que no tienes derecho a decir que es lo correcto cuando lo "correcto" para ti es manchar el mundo de sangre. Matar por matar es lo que haces Beka... ¿Qué paso contigo?

- ¿Conmigo? ... ¿Qué paso contigo? Joder madre, eras inteligente, tú sabias que Nikiforov no era una buena persona y aun así decidiste ir con él.

- Beka... - me interrumpió y de pronto ya la tenía a un lado - es porque me enamore... el amor te ciega a tal punto que no puedes ver ni tus propios pensamientos. Pero, me enamore de Temir igual y cuando pensaba que al fin mi terrible pasado había quedado atrás y solo me dedicaría a hacerte feliz a ti y a Temir... todo se acabó para mí. No pensé que mi ida se acabaría a los 19 años, no pensé que, que me ocurriría todo esto porque siempre tenía un plan tras un plan tras un plan y todo se amoldaba a mi gusto... Porque no quería ser como esas chiquillas que al primer golpe a su persona se vuelen reinas del drama y se dejan caer como víctimas. No... yo quería demostrarles que incluso cuando me quitaron todo, aun no podían quitarme mi esencia. Nunca me quitarían lo que soy ... Aiday Altin.

- Nunca te lo quitaron.

- Lo sé, pero no me dejaron disfrutarlo... disfrutar reírme de ellos. – rió recargándose en mi hombro y quería abrazarla, quería esconderme en su pecho y decirle tantas cosas. Pero cuando mi mano se acercó a su mejilla esta la atravesó. – Oh mi amor, sabes que no puedes tocarme.

- Solo quería sentirte.

- Estoy siempre conteo mi vida... solo tienes que mirar más de cerca, como lo miras ahora. He visto cada una de tus acciones y debo decir que no me tienes nada feliz. Pero... cada quien toma el dolor de su vida y lo expresa en diferente forma.

- ... ¿Soy débil?

- No, eres fuerte, pero aún no ves la gravedad de tus acciones. Otabek estas metiéndote con personas peligrosas, estas escupiéndoles en la cara y riendo pisando sus manos... ¿Crees enserio que siempre va a ser así? ¿Qué tú ganaras en cada jugada? ... No Beka. A un jugador siempre le llega un rival, y usualmente es un rival que lo derriba y lo destruye... aléjate de esto ahora que puedes amor.

- No hasta que lo mate – conteste – merece morir, merece para por cada cosa que nos hizo.

- Creo ahora, que merecía eso Beka. Tu solo viste las buenas cosas que hice, nunca viste lo demás... no era una buena persona, era una persona que hizo cosas porque tenía que hacerlas y ahora se arrepiente de muchas cosas.

- Y es por eso que tiene que morir, es injusto que incluso cuando sé que eres un producto de mi subconsciente y probablemente siga dormido ahora, te imagine o te recuerde lamentándote.

- ¿Injusto? ¿En realidad lo es?... basándonos en tu lógica de justicia, yo merecía morir. Cometí muchos crímenes junto a Viktor y asesiné a esos hombres. No era más o menos mierda que cada persona a la que has matado.

- No eres mierda madre, tú no merecías.

- ¿Y ellos lo merecen?

Entonces detrás de mi madre estaban las personas que había asesinado hasta el día de hoy empapadas de sangre como las deje.

Me desperté de golpe jadeante ya en mi habitación de Italia. Tal ve estos sueños con mi madre solo sean producto de mi subconsciente queriendo traerme una razón para parar todo esto porque en el fondo yo quiero detenerme. Pero ya es muy tarde para solo decir... oh cambie de opinión.

Ahora solo tengo que seguir con lo que he planeado hasta ahora y cuidar a Plisetsky... no perdón, matar a Plisetsky con Nikiforov y Katsuki. Suspire enredado en mis pensamientos caminando a la ducha desnudándome en el camino. Puede que... todo lo que me pasa ahora con Plisetsky tenga algún punto de solución.

Suspire de nuevo.

Me vestí común, unos pantalones de mezclilla, unas botas, una playera blanca con un blazer marrón acompañado de unos lentes tipo aviador saliendo. Tenía una cita con un italiano ahora. Ya me había presentado con Nikiforov y Katsuki... Katsuki... ese tipo oculta algo.

Cuando al fin llegue al punto base, Temir me miro sentado en el sofá mientras entraba.

- Te ves guapo hoy, ¿Qué pasa?

- Nada en específico, supongo que solo me veo bien hoy. – conteste comenzando a desnudarme quedándome en boxers para ponerme un traje de plástico viendo los cuchillos - ¿Dónde están mis canadienses?

- En una cita, son muy lindos juntos... por cierto Isabella me comento que ya tiene el mechón de pelo de Katsuki. Que solo le dejes instrucciones.

- Lo son – conteste sonriente pensando en esos dos – bueno, cuando acabe con el quiero que lo recojas, mételo en una maleta con los materiales que te dije. Y dile a Isabella que le meta el mechón en algún lugar de su cuerpo. El mechón que este cuidado, bolsa de plástico número 2 del almacén y con un suave listón blanco...

- Bien, Otabek...

- ¿Sí?

- ¿Qué tienes? – sonrió dándome una mirada de burla – Estas distraído.

- No lo estoy.

- Oh vamos no puedes engañar a este viejo. Estas distraído por algo... ¿Pasó algo importante?

- ... Creo que me siento atraído a Yuri Plisetsky... así en exceso, no sé si es porque me lo imagino amarrado a mi cama o simplemente me gusta que tengamos cosas en común.

- ¿Plisetsky? ... - se quedó pensando – creo que yo conocía a alguien con ese apellido, pero no lo recuerdo.

- Recuérdalo, tal vez así me podrías ayudar a investigarlo. – bueno con tu permiso.

Cuando entre vi a Crispino atado a una tubería por el pie. Estaba limpio y sorprendentemente cuidado. Supongo que debió ser Isabella, su instinto maternal con las victimas realmente me fastidia.

Cuando Michele me noto rápido se arrastró hasta un rincón en posición fetal mirándome comenzando a temblar. Oh vaya eso es una bienvenida adorable.

- Oh vamos, el corte que te hice ni siquiera era profundo, tómalo como marca de guerra. – suspire sentándome en una silla frente a el – Pero ahora necesito que escuches.

- ¿Qué es lo que quieres? ¿Es dinero? Te lo daré, te daré todo.

- No, en realidad lo que quiero es tu cuerpo, pero eso lo obtendré.

- Te refieres ah... ok puedo hacerlo, pero por favor, déjame ir después de eso, prometo no decirle a nadie, lo juro...

- Oh no, no tienes tanta suerte guapo – reí viendo sus expresiones – te necesito en pedazos para que quedes perfecto dentro de una maleta.

- Que...

- Lo que escuchaste, te necesito en esa maleta, tu maleta. Pero no vas a caber al menos que sea en pedazos... mira te doy una oportunidad, confiésate ante tu dios que seguro no está aquí porque sinceramente no creo que a un dios le importe mierdas como tú, pero no quiero volver esta platica en una lucha de creencias así que, amos, hazlo.

- No... no frente a ti... eres como...

- ¿Cómo quién? ¿Lucifer? Oh si, el tipo que no se adecuó al molde de tu dios y fue expulsado del paraíso. Es una lástima, él hubiera hecho muchas cosas. ¿Sabes que es lo más interesante de esa historia?

- N-No...

- Que todos lo ponen con cuernos y horrible... cuando era un ángel, el más hermoso de todos y favorito de dios. A mi parecer deberían dibujarlo hermoso, con una capacidad de habla perfecta, una mente extraordinaria y siendo un maldito hijo de puta que te hace caer en tus pecados más viles... seductor, prepotente y jodidamente astuto, así yo lo imagino... ¿Mejor no? ... esa visión de él se me hace más lógica.

- Estás demente...

- No Crispino, yo estoy loco, tú estás demente al creerte buena persona obrando el mal, así que, como Lucifer tampoco existe, creo que te tienes que conformar con este hijo de puta.

- Espe...

Supongo que realmente estaba distraído.

Cuando me di cuenta ya había golpeado su cabeza con todas mis fuerzas con un tubo que tenía a la mano y ahora su cuerpo se estaba convulsionando enfrente mío. Cuando dejo de hacerlo comenzó a sangrar de la boca.

Muerto.

Suspire y tome el cuerpo jalándolo y desnudándolo en medio para ver como haría los cortes. Cuando lo calcule bien con mis recuerdos, tenía que hacerlos igual a los que le hicieron a mi madre. Tomé el hacha y fui cortando el cuerpo en pedazos mientras la sangre rebotaba de un lado para otro. Debo admitir que era mucha sangre ya, pero no iba a parar por ver un par de intestinos volar cerca de mi cara.

Cuando culmine, me quite el traje, me di una rápida ducha y volví a vestirme.

- Cuando llegué Isabella dile que le metan el mechón en la boca, creo que es el área más factible. Que Jean la ayude a transportarlo y dile a Jean que use la luz ultravioleta para que no dejen rastros de ellos al limpiar. Que depositen el cuerpo donde dije en el tiempo y hora estipulados. Tengo que ir con Nikiforov.

- ¿Algo más majestad?

- Si, enséñame a controlar mis sentimientos.

- Oh perdona Beka, pero eso es imposible de hacerlo. No hay alguien que controle lo suficientemente sus emociones. Tal vez los monjes del Tíbet.

- Carajo, no tengo tiempo para eso.

- Otabek... recuerda que los sentimientos nos hacen humanos, nos diferencian de algo robótico. Tal vez sea bueno que tus sentimientos comiencen a aflorar en todo esto. Como una luz en tu alma maldita y obscura.

- Deja las metáforas para otra ocasión, sinceramente no me importa para nada ahora.

Y pensaba en mi mente cansada que todo acabaría allí. Pero realmente solo estaba empezando...

"Otabek"

Abrí los ojos para encontrarme de nuevo en la sala junto a Isabela, Jean y Temir.

- ¿Porqué no simplemente admites que estabas enamorado de Plisetsky desde ese momento cariño? - dijo Isabella trayéndome de regreso, sacándome de la historia de nuevo. 

- Porque realmente no lo estaba, como decirlo, después de que Katsuki me pidiera cuidar de él, yo simplemente me limite a obedecer porque si, me sentía atraído por el pero aún no estaba seguro de que lo que sentía era amor...lo iba conociendo poco a poco y la verdad debo decir que tenía esa chispa única que hacia mi cuerpo temblar.

- ¿Cómo fuegos artificiales? – Dijo Jean besándole dulcemente el cuello a Isabella.

- Exacto Jean, no sabría describirlo. Me estaba enamorando más, su manera de ser que su cuerpo. Ese chiquillo se aferró a mí con garras y dientes.

- Bueno eso fue notorio durante el desfile de la colección Madness. Lo supe desde el momento en cómo lo viste mientras caminabas.

Oh si... Madness...

Después de que me obligaron a vestirme con esos pantalones apretados, esa chaqueta de cuero... que pensándolo bien no estaba mal, se parece a una que yo tengo. Pero aun así no tenía ni la más mínima idea de cómo desfilar enfrente de la multitud. Me sentía nervioso, porque supongo que no es solo caminar, tiene que haber una técnica o algo...

Bueno a la verga, lo iba a hacer como quisiera, esto era como una lección para los que me obligaron a hacer eso, en especial para Isabella porque estoy seguro de que se está muriendo ahora mismo de risa por esto.

Entonces paso, entre en esa pasarela, camine como me viniera en gana, imaginándome que solo caminaba bajo la lluvia en una tarde. Pero al llegar casi al final vi una cabellera rubia sin igual... Tragué seco y me reuní con esa persona en la punta.

- Mátame detective... - susurró y mi corazón comenzó a latir con locura.

- Te matare delicadamente...

Sentí tanta excitación por el de golpe de nuevo. Él era peligroso, la persona más peligrosa que había conocido. Pero no porque usara armas, o porque se la pasara matando día y noche a las demás personas. Sino porque Yuri Plisetsky te hacia caer en su juego a un punto en donde... simplemente no podías controlarlo.

Y había caído, había caído completamente.

Cuando nos besábamos con desesperación después de bajar de la pasarela. Vi pasar discretamente a Isabella que dejo una caja a lado de los regalos de Yuri Plisetsky. Y después fue a buscarnos para la despedida en la pasarela interrumpiendo el beso.

Oh Yuri Plisetsky, estas dominando a un asesino y ni siquiera lo sabes.

Entonces era el momento del gran toque. Mientras Yuri hablaba de cosas como sentimientos y demás mierda de amor, yo, algo fastidiado lo fui guiando levemente a los regalos que le habían dado para que les pusiera atención. Ahora me tocaba actuar mi pare.

Al abrirlo allí estaba, mi camión de bomberos con un mechón de Plisetsky en él y con marcas de sangre. Me dejé caer en mis recuerdos y actué a la perfección un estado de trauma.

"Mr. Murderer" decía la nota.

Pero realmente Mr. Murderer era yo y realmente toda esta situación me parecía jodidamente cómica a tal punto que quería reírme por las caras que pusieron Yuri y Leo, pero bueno, así comenzamos a envolver a la gente en algo.

Aquí está el secreto.

Cuando le cuentas una historia a alguien, tienes que tener en claro que contar y que decir. Siempre alejas los puntos importantes que delatan el final de la historia para que puedas llevar a alguien al clímax. A nadie le gusta una historia que deduces desde el primer capítulo, así que tienes que alejarlas un poco del punto principal.

Emociones, sensaciones, suspenso, todas son armas para armar una perfecta historia y tener en el filo del asiento a tu espectador. Cuando logras esto tienes a tu audiencia preguntándose solo una cosa ¿Qué pasara? En lugar d hacerse la verdadera pregunta. ¿Por qué paso? Y ¿Qué es lo que no vi?

Los distraes con el Momentum de la acción en vez de que busquen porque se inició aquella acción.

Como cuando un mago te dice, mira aquí que la magia es en la carta, realmente quiere decir, "la magia ocurre en otro lado"

Así es como envuelves la mente de una persona.

Acto 6: Amor y traición.

Bueno después de todo lo ocurrido con Madness y con Mr. Murderer, todo se volvió completamente más complejo. Por supuesto la cosa no era solo mantener a Nikiforov convencido de cada cosa que decía, si no, también tener a Leo y a toda la organización siguiendo mis instrucciones. Así que cree la teoría de dos asesinos. Porque así mantendría ocupadas sus mentes de que había un asesino aquí y otro acá

Además que el propósito principal era comenzarle a darle pistas a Nikiforov que todo se relacionaba con el asesinato de mi madre.

La verdad, debo decir que todo estaba yendo de maravilla a este punto, había contado una falsa historia de mi madre, poniéndola como prostituta, pero era necesario, necesitaba el factor de lastima en ese momento, además de que atraje más la atención de Plisetsky.

Plisetsky era otro punto, ahora vivir juntos se sentía completamente como si estuviera a punto de activar una bomba. Era peligroso porque a partir de ahora, si quería reunirme con los demás chicos tendría que hacerlo mientras ese gato duerme.

Aunque hablando sinceramente de las cosas que tenía en la cabeza... yo la verdad lo quiero tener cerca en todo momento porque el simple hecho que respire cerca de mí me provoca tranquilidad. Lo sé, estaba comenzando a tener sentimientos por el...

Pero no podía demostrarlos aun, porque aún no estaba seguro del resultado del siguiente paso.

Fuimos a esa fiesta y quería que Plisetsky se quedara a un lado mío donde hacia esos "interrogatorios" con los modelos. Pero este estúpido gato decidió rechazarme. ¿Rechazarme? Después de que quieres que este contigo, oh maldito hijo de puta, ¿Qué diablos estas jugando?

Fue lo que pensé, pero la verdad había una palabra que describía todo lo que estaba pasando, pero, me negaba con todo mi ser a pronunciarla.

En cambio, me dedique a entrevistar a los demás y fue cuando hable con Christopher Giacometti.

El maldito tenía un aire de falsa amabilidad y la verdad lo único que quería era golpearle la cara, pero me tenía que mantener como "El detective Otabek Altin" en lugar de como soy realmente... bueno si soy un detective, pero la verdad no soy tan amable...

Si, se lo que piensan, eso era lo más amable que puedo ser, lo lamento.

Aun así, lo que me sorprendió fue lo último que dijo.

- ... Su cara me parece familiar detective.

"Oh tal vez sea porque me parezco a Aiday Eresh maldito chupa verg..." no tranquilízate Otabek, no hay necesidad de matarlo ahora, solo queremos matar primero a Viktor y es lo único que queremos hacer.

- Tal vez me haya visto en los periódicos, muchas gracias por su tiempo e información.

Suspire.

Se que yo quería armar todo este teatro para hacer a Viktor caer lentamente en la incertidumbre, pero hombre, realmente me estoy cansando a este punto. Aunque deje de lado mis quejas porque me encontré a Isabella y pronuncio unas palabras que no planeaba para nada y que no me las esperaba.

Y que me cayeron como un balde de agua fría.

- Perdón por tardar, pero, Plisetsky no dejaba de besarse con ese tipo enfrente de las bebidas. Se fueron a una habitación y ya pude hacerlo.

Pero que... ¡ебля идиот! ¡That fucking bitch! ¡ chienne! ¡сука!

Ese tipo... ese tipo que decía tener sentimientos por mi ahora está abriéndose de piernas con alguien más. Sentía fuego en la sangre y me aleje de Jean e Isabella, ignorándolos por primera vez solo porque tenía ganas de ¡agh!

No tengo ni la más mínima idea de que tenía ganas en ese momento, lo único que sé es que quería que Plisetsky sufriera lo más que pudiera hacerlo sufrir, y lo haría, y lo enamoraría y después me reiría en su cara mientras lo mato... ah maldito hijo de puta.

Y efectivamente, fui a ese cuarto y allí estaba, gimiendo con las piernas abiertas sentado en una mesa mientras un tipo embestía dentro de él.

¡Ah maldito hijo de puta! Eres realmente un dolor en el culo joder preferiría tener las peores hemorroides que tener sentimientos por una puta barata como esa. Y que lo diga yo ya es demasiado.

Le quité al tipo de encima llevándomelo y entre mi enojo y desesperación le ofrecí coger, porque si eso es lo que quería, me importaba muy poco lo que los demás pensaran, si me lo cogía lo cogería y ya, no importaba nada más.

Pero cuando acepto y pensé que había ganado recibí un enorme golpe. Que, hablando de edades, me hirió más en el orgullo que nada. Ah yo sabía que este tipo era peligroso, pero aun así voy allí, siguiéndolo, como perro perdido buscando dueño.

Una explosión de risas de mis tres "amigos" comenzó mientras Temir escupía el whiskey e Isabella comenzaba a llorar de risa.

- Ha Ha muy gracioso... oh si, Otabek se merecía eso. – dije con sarcasmo.

- Es que lo gracioso es que no veas que lo merecías – dijo Jean sin poder contener su risa - ¡Necesitabas golpes a tu orgullo hermano! Te la pasas siendo un Fuckboy todo el tiempo, tenía alguien que ponerte en el piso.

- Además, que verte enojado realmente es adorable... creo que amo a Plisetsky – dijo Temir.

- Ha Ha ... que bueno que lo amas Temir, y ahora me siento muy feliz de como seguiré contando la historia porque noticia de última hora. Yuri Plisetsky es tu hijo.

Hubo un silencio de golpe y Temir perdió su color poniéndose pálido. Yo sonreí. Oh enserio estaba disfrutando esa expresión.

- Aquí está tu prueba de paternidad – dije arrojándole unos papeles de estudios – Por cierto, tu hijo tiene un trasero que me encanta coger todas las noches... ¿Tengo tu bendición verdad, Daddy?

- ... imposible.

- Es posible cuando eras un adolescente buscando sexo, jodidamente ebrio y tenías a una rubia espectacular en celo. Y bam, 9 meses después llego tu hijo.

- Eh...

- Ahora continuo mi historia, muchas gracias...

Como pasaba el tiempo, después de salir de esa fiesta, y después de que Yura descubriera que soy un sátiro, comenzó a pasar uno de los momentos importantes en mi vida. De regreso Yuri puso la radio y se puso a escuchar las canciones mientras manejaba al departamento.

Era creo el momento más pacífico que hemos tenido entre nosotros. Y con esas luces que solo Milán tiene y acompañados de la música de FUN interpretando We Are Young, supongo que puedo decir que era una noche melancólica, pero con un sabor dulce.

- But between the drinks and subtle things,  And the holes in my apologies, You know I'm trying hard to take it back...

Yura canto dejando salir una dulce voz, que si, no era la mejor que había escuchado, pero si una que disfrutaría cada mañana al despertar, me cautivo. Y nuestras miradas se encontraron por unos segundos.

- So if by the time the bar closes,  And you feel like falling down,  I'll carry you home...

Cante y Yuri me miro impresionado. Ambos nos miramos y abrimos las ventanas para sacar una mano y comenzar a cantar como locos desquiciados el siguiente verso...

Tonight, 
We are young 
So let's set the world on fire 
We can burn brighter 
Than the sun

No me había sentido tan feliz haciendo estupideces desde hace mucho y eso se sentía como tenía que ser, como vida, una vida loca y estúpida que estábamos compartiendo por primera vez. Porque incluso un asesino se merece un momento de humanidad, y este era mi momento... Viviría y viviría como la persona que soy.

Cuando llegamos tome su mano y comenzamos a besarnos y juro que por ese momento me sentía como lo que quería sentir cuando era niño. Alguien feliz, sin preocuparse de nada, alguien que creía en cosas fantásticas, que creía que la música te mueve, que deseaba poder disfrutar diferentes partes y sentirse dichoso solo por mirar las estrellas. Yuri me provocaba esa paz y ha este punto no podía negarlo.

Que melancólico poema es que, el asesino estaba siendo asesinado con emociones.

Incluso después de que Jean e Isabella nos atraparan, aun así, comenzamos a conocernos más. Y Yura, por el apodo que le había dado, comenzó a hablarme de su pasado y fue entonces cuando fui armando las piezas de un rompecabezas. La trata infantil de la tormenta blanca, de allí viene Yuri, todo lo que le paso, todo fue culpa de Nikiforov.

La trata era un negocio de la tormenta blanca que mi madre pensaba que se debía a otros grupos de mafia, donde el padre de Viktor comenzaba a involucrarse, pero la verdad es que siempre desde el inicio estuvo involucrado.

Recuerdo que me dolió en el alma saber lo que había pasado con Yura.

También recuerdo que lo cargue y lo lleve a la bañera, y entre risas y comentarios nos metimos ambos. Mis manos estaban temblorosas cuando toque suavemente su piel y este se estremeció. Deslice poco a poco mis manos comenzando a llenarlo de jabón, tocándolo lo más dulce y delicadamente posible que podía. Era un ángel, era mi ángel y quería tratarlo como tal.

Y el jabón se hizo de más cuando sentí sus dulces labios besando delicadamente mi hombro y yo hice lo mismo, sintiéndonos conectados, sintiéndonos uno. Nuestras mejillas rozaron y yo jale su cintura, subiéndolo encima de mis piernas en la ducha.

Sus hermosos ojos esmeraldas me tenían hipnotizado y sin decir nada nos decíamos todo, sin tocarnos nos teníamos envueltos y sin besarnos nos teníamos llegando a un éxtasis que no conocía.

Deslizo sus manos delicadamente por mi rostro besando mi frente y sentía unas inmensas ganas de llorar porque fue como si me tocara el alma de golpe, me sentía frágil y desprotegido, quería tomar el control así que lo hice deslizando mis manos por su cintura y pecho, rozando levemente sus pezones, provocándole un leve gemido que me encanto el alma, hasta llegar a sus mejillas las cuales ya tenían un bello color rojizo.

Mi corazón estaba como loco y él lo sintió cuando puso la palma de su mano en mi pecho. Me dedico una bella sonrisa y me lance a sus labios, tan tiernos y jóvenes que sentía por primera vez decepción. Si esto era el cielo, ahora si me arrepentía de mi destino en el infierno.

Nuestros suaves roces, dulces besos, nos envolvían en un vaivén de emociones. Las erecciones surgieron, pero realmente no creo que fueran por lujuria sino por tocar nuestros cuerpos de tal forma que surgió como una reacción natural. Seguí besándolo, tierna, dulce y suavemente mientras me encargaba de abrazarlo, pegándolo a mí, no quería soltarlo, porque soltarlo implicaba que tendría que dejar esta hermosa sensación que siento, esta paz, y soltarlo significaría que tengo que volver a mi obscuridad.

No quiero volver allí, no ahora, no cuando me están mostrando nuevas cosas que yo no comprendí y ahora empiezo a comprender.

Que maldita es la vida y que maldito es el pasado que me envuelve en cadenas para quedarme amaestrado como un asesino con correa, un asesino que no quiero que vea nunca, porque en el momento en el que lo veas solo saldrás corriendo y... mis manos solo son como objetos cortantes que, al tocarte, por querer detenerte, solo te encontrare sin vida en mis manos.

Pasamos a la cama y lo abrace para dormir después de risas que tuvimos. Cuando sentí su respiración baja, saque de un cajón oculto, una jeringa y la inyecte en Plisetsky para que se quedara dormido hasta mañana.

Lo tenía allí, todo mío, solo para mí, sin nada más... Me subí encima de él y puse mis manos alrededor de su cuello... pero no podía apretarlo así que solté un gruñido de frustración vistiéndome y saliendo lo más rápido del departamento.

¿Me amarás cuando sepas todo?

¿Me amarás enserio?

¿Esto es amor?, dime si es amor porque no recuerdo como se sentía, no lo recuerdo, solo alguien dígame que está sucediendo con todo esto en mi pecho que no comprendo, que no debería estar allí, que diablos es este sentimiento.

Cuando llegue con los demás, me quede sentado en el sofá e Isabella y Jean me miran confundidos.

- Bésame Jean. – dije y este se quedó confundido si debería hacerlo o no – Por favor bésame, por favor...

Y lo hizo, se acercó a mi besándome dulcemente y le correspondí abrazándolo. Pero, aunque sentí mi corazón palpitar, nada se comparada al palpitar que mi corazón sufrió cuando mi mirada se encontró con la de Plisetsky.

- Isabella, ahora tu bésame, por favor.

- Otabek...

- Por favor...

Y así lo hizo igual, besándome dulcemente mientras me abraza por el cuello sentándose en mis piernas. Y si, de nuevo era dulce y lo disfrutaba, pero nada se acercaba en lo más mínimo a lo que sentí con Plisetsky.

- Maldición – dije rompiendo el beso con Isabella – Maldición...

- ¿Qué pasa Ota?

- ... Estoy enamorado... estoy rotunda y completamente enamorado de Yuri Plisetsky, estoy... maldición, estoy a sus pies para que el haga lo que quiera conmigo ahora.

Todos se quedaron en silencio. Incluso Temir que iba entrando a la sala confundido guardo silencio. Isa se aparo de mí y tome mi cabeza resignado de lo que había ocurrido. Nadie hizo un ruido, ni siquiera con su respiración hasta que escuche como alguien aventaba algo contra la pared y se rompía.

Jean.

- Enamorado... - dijo molesto – Oh, perfecto, te enamoraste de Plisetsky... si, genial. ¿Sabes lo que implica eso?

- Jean lo lamen...

- ¡Estamos arruinados por tu maldita culpa! Plisetsky es hijo de Nikiforov, lo arruinaras sino te concentras, pero ya dejaste que te pusiera una correa... ¡El tipo es una puta Otabek! Joder, la sombra no tiene que enamorarse, juraste no hacerlo nunca más... ah joder, esto arruinara todo. Nos descubrirán, no poder seguir como cantante ni Isabella como modelo, y ni se diga de Temir. Oh la Luna se enamoró cierto, cuando prometió no hacerlo... oh grandioso Otabek, bravo, un asesino en serie enamorado, ¿Eso existe?

- ...

- Ota en esos momentos estaba molesto, asustado y me dolía que dijeras que estabas enamorado de otra persona que no fuera yo. La verdad no se lidiar mucho con mis sentimientos tampoco.

- Lo se Jean, no te culpo, pero en esos momentos dolió.

- Perdón Ota... solo tenía celos y miedo.

- Lo se bebé, por eso te quiero... tranquilo, no te culpo de nada... bueno donde me quede...

Después de las palabras de Jean, supe que todo se estaba yendo al carajo por mi estúpida decisión. Porque al parecer soy humano y puedo enamorarme de esa forma, joder, lo sabía, estaba arruinando todo.

- Lo reparare, lo prometo, lo juro, por favor créanme.

- Confió en ti Ota – dijo Isabella acariciando mi mejilla – solo... dinos que hacer.

- Antes de que digas algo – dijo Temir mirándome – mira lo que conseguí.

- ¿Qué?

Temir camino hacia mi poniendo su celular en la mesa del centro y poniendo Play. Me quede helado a lo que escuche. Era Katsuki amenazando completamente a Nekola obligándolo a que decir y declararse culpable de la muerte de Crispino. Entonces sentí un vacío en el estómago y cubrí mi rostro.

La historia, la verdadera historia de lo que paso, todo se estaba presentando ante mí y eso me tenía débil, porque era lo que yo quería saber desde hace mucho, pero no de esta forma, y no de la persona que yo creía.

Entonces me llene de rabia. Una enorme rabieta... voy a matarte y hacerte sufrir lo mismo que mi madre maldito Katsuki de mierda. Y de la mano va Nikiforov, solo porque quiero y porque los dos roban el oxígeno de las personas.

Personas así deben morir.

- Sabes Temir creo que me has puesto todo en bandeja de oro, no más bien de diamante. – suspiré dejando salir una sonrisa – Matar a dos pájaros de un tiro, los haré sufrir y tu mi amigo – dije levantándome y viendo a Temir – lo harás sufrir por lo que le hizo a mi madre... por lo que le hicieron. Ellos merecen la muerte y nosotros los haremos suplicar por su muerte...

Me incline y susurre, apenas audible la palabra, "Shadow"

Temir me miro y asintió dándome una sonrisa.

- Isabella, hermosa y divina Isabella – dije tomándola de las caderas – amor, creo que el plan B del que te hable se tiene que ir iniciando ya. Necesito a mi bella actriz haciendo el papel más dramático de su ahora corta vida.

- Con gusto sexy... y descuida, ya he trabajado en mi otra vida así que esto queda perfecto.

- Bien, entonces, Red Diamond está en proceso de ejecutarse.... Todos ya saben que hacer... y en cuanto a Plisetsky... solo dejen que yo lo resuelva.

Y eso fue todo lo que dije, porque realmente creo que no necesitaba decir ya nada más. Ahora todo me estaba sonriendo porque ya tenía evidencia de quien era mi madre y ahora podría desquitarme con todas mis ganas como quisiera. Y era feliz, era feliz por ello.

Regrese a mi departamento y abrace a Yuri como lo hice antes de drogarlo, y me quede dormido completamente y absolutamente feliz de que Red Diamond, estaba por ejecutarse.

Bueno si no puedo tener el amor de Plisetsky, al menos me divertiría destruyendo todo a mi alrededor. 

Acto 7: Mi diamante rojo.

- ¿Qué paso por tu mente después de manosear a mi hijo? – exclamo Temir, obviamente molesto...y que este molesto me da ganas de molestarlo eternamente con ello.

- Pues... me imaginaba recorriendo su piel, lenta y suavemente mientras escuchaba sus gemidos gritar mi nombre... y también me excitaba al pensar que sus dulces labios dirían algo como "Yes Daddy" tan fuerte que me provocaba nalguearlo. Tiene un buen culo Temir, hiciste a un ángel.

- Hijo de ... tu santa madre. – apretó los puños y reí sirviéndome otro trago de Whiskey. –

- Oh vamos, Yura no podía conseguirse alguien mejor. – conteste tomando de mi trago –

Y todos de golpe tomaron de su trago mirando a otro lado.

- Si claro Ota – dijo Isabella sonriente.

- Aja... bueno, pero el problema no era ese. En ese entonces... bueno...

Lo que había planeado hasta el día de ahora era seguir mi perfecto caso como detective ejemplar. Pero, tenía que presionar más a Katsuki, que sintiera que poco a poco iba perdiendo todo. Así que tenía que devolverle a Plisetsky. Pero no contaba con que Yuri hablaría de la noche que tuvimos y que me enamoro de él... eso realmente fue un golpe bajo.

Por alguna razón me golpeo y yo lo golpee, desde ese momento supe que no podría manejarlo sin alterarme o perder el foco de lo que hacía.

Mientras trataba de reanimarlo, acabándolo de vestir... no pude evitar confesarme.

- No puedo estar junto a ti porque mataré a tus padres, y me odiarás y odiaras más el hecho de que soy la sombra y mi único trabajo es matarlos e irme... claro que me importo la noche anterior, fue la mejor puta noche de mi vida... pero si quiero salvarte de mí, de lo que soy... tengo que alejarte. ¿Quién amaría a un asesino sin escrúpulos? Heh... ni siquiera mi madre lo haría.

Después fui por alcohol para reanimarlo y despertó, hable con el como siempre, tuve que mentirle, tuve que decirle eso que le dije, "Estoy enamorado de alguien más" porque así tenía que ser, al menos esperaba que con eso se diera media vuelta y comenzara a alejarse de mi pero la verdad ocurrió completamente lo contrario.

Solo se acercó más a mí.

En el auto de nuevo estaba la radio, pero parecía estar sintonizada con mi estado de ánimo. Ya no era feliz como anoche, sino era simplemente una canción que puede pasar de triste a feliz dependiendo el modo en la que la escuches.

Lo único que quería hacer era estirar mi mano lo suficiente para acariciar la mano de Yura, y que de alguna forma comprendiera todo lo que pasa. Porque en este momento muchas personas pensarían que es simple, solo tomarlo y ya, pero la verdad de las cosas es que no lo es, no es simplemente decirle que siento lo mismo, sino, que no simplemente es ver por mí, es también ver por él y ver el daño que eso implicaría.

De saber a que personas daño y de arruinar su vida solo porque decidí tener sentimientos por él.

No es simple, es complicado, los sentimientos siempre lo son.

Cuando llegue a la comisaria solo hable con Nekola, y este me confirmo algo tan de repente y potente, que me daban ganas de reírme en la cara de Katsuki, ¿Enserio estas tan desesperado para hacer a Nekola hablar? Pensaba, mientras veía a Nekola y le subrayaba la falla al decirme todo.

- Hey... di Isabella... - dije sonriente mirándolo antes de salir.

- ¿Qué?

- Cuando estés fuera di Isabella, alguien te escuchara... y necesito que digas ese nombre...

- ¿Por qué?

- Porque, es un juego y me encantan los elogios - conteste – Isabella es la palabra clave y tienes que decirla si quieres mi ayuda en la cárcel.

- ¿Enserio?

- Si enserio, estoy seguro de que tu no lo hiciste y estoy seguro de que te están amenazando ahora. Así que solo dilo, como un susurro cuando te lleven y sabré que estamos al tanto de lo siguiente.

- ... ok.

- Vale. – conteste saliendo y reuniéndome con los demás.

Supongo que en el fondo si estoy envuelto en un egocentrismo, porque cuando salió y Nekola me miro pronunciando ese nombre me sentí tan victorioso que solo quería tomar un buen trago y fumar un delicioso cigarrillo. Pero no era exactamente el momento para hacerlo.

Obviamente tenía que decirle a Leo que siguiera con las investigaciones y verme tan aferrado en ese punto que Plisetsky le comentaría a sus padres lo que ocurría y con ello comenzar a enjaular a Katsuki en una esquina sin donde correr. En ese momento tenía que dar una palabra clave.

Mafia.

Simplemente con esa palabra Katsuki se pondría más al filo de su propia muerte y de su propia sepultura, así que me asegure que ese mensaje fuera transmitido por Plisetsky.

Fue enorme mi sorpresa cuando Yura dijo que su familia quería visitarme y ...

- Ugh, menos de 20 palabras quieres... esta historia ya me la sé, fuiste y te cogiste a Plisetsky para después ir a la casa Nikiforov, e instalar el sistema de cámaras discretamente con los BBo que inventaste pegándolos al techo cuando fuiste al baño. Después de esto caíste en una pequeña depresión porque querías decirle a Yuri todo, pero no pudiste por lo que implicaba, aun así, el jodido gato fue a buscarte y volviste a tener sexo con él para que al final entre las cobijas te hicieras una pregunta, ¿Puedo enserio enamorarme de él?

- Tú quieres contar la historia Jean, eres libre de hacerlo – dije frunciendo el ceño.

- Solo odio cuando alargan las historias. Mira pasemos a lo importante de Red Diamond.

- Ugh está bien... solo quería hacer la historia más llegadora.

- Somos asesinos y sádicos sentados a tu lado, realmente el amor de ositos cariñositos no nos va, así que resume lo importante.

- Bien... bueno...

Recordemos lo que había dicho hace un rato.

Tienes que ser la persona más inteligente de la habitación. Con esto no me refiero a que simplemente sepas más, sino que deduzcas más rápido y sepas como sobrevivir después de los efectos que una acción provoca. Yo tengo un sistema de seguridad que me avisa de algo por un color de un muñeco que tengo en una vitrina de un mueble cercano a la puerta. Cuando se pone verde significa que alguien está demasiado cerca de mi apartamento así que aproveché eso y puse a Yuri en el sofá mientras seguía cogiéndomelo.

Mas porque sabía quién estaba del otro lado de la puerta y quería hacerlo enfadar... realmente enfadar.

Entonces Viktor entro con Katsuki y embestí a Yura fuerte para hacerlo gemir más alto con su llegada. Y en cuanto vi la mirada de Nikiforov y dejo ver su tatuaje... solo quería reír porque había caído tan fácil que quería grabarlo.

- Maldición.

Fue lo que dije cuando en realidad quería reír completamente.

Ahora después de esto tienen que recordar que un plan no se lleva con una siempre acción, uno tiene que arriesgar su integridad para poder hacer que el oro jugador se sienta confiado durante el juego. Como en el póker, a veces dejas que te ganen un movimiento porque necesitas que tu jugador se llene de confianza y así evitar que preste atención a los detalles.

Así que, por una jugada engañosa, me deje destrozar la espalda con el castigo de Viktor. Me concentraba en los golpes para evitar que dolieran tanto y mantenía mi mente serena en lo que llegada mi as bajo la manga.

En un juego, el jugador tiene una estrategia planteada que mejora a lo largo de cada movimiento en el tablero.

Punto de distracción.

Recordemos eso, El punto de distracción sirve para muchas cosas, para hacer una jugada mejor, para recobrarte de tu anterior jugada o para comenzar a realizar la verdadera jugada que se planeó desde hace tiempo. En damas chinas la jugada se centra en que tan buen estratega eres para colocar tus fichas de tal forma que tu competidor este ganado. Pero haya dejando el espacio suficiente para que de un movimiento acabes con todas sus fichas.

Eso era lo que estaba por suceder... primero mi As bajo la manga. Y fue cuando entro Plisetsky a salvarme.

Ahora a este punto Nikiforov sabe que no puede matarme con la presencia de Plisetsky y que yo soy peligroso, un pequeño punto peligroso en su talero así que elegirá una estrategia.

Amigable.

Nikiforov se fue por lo amígale porque ya había perdido muchas fichas y necesitaba ganar el terreno que había perdido. Así que decidió contarme algo que yo esperaba que pusiera en el tablero. Mi madre. Es obvio que me llene de furia cuando no dijo exactamente lo que paso y cambio la historia, pero había conseguido que hablara de mi madre y eso ya era algo.

Entonces se presentó otro patrón de Viktor. Donde ambos estamos sentados con un tablero de ajedrez en aquella habitación blanca y ambos con un cuchillo sobre nuestras cabezas. Nikiforov estaba mostrando solo indicios de ansiedad golpeando su pie contra el suelo.

Dejando la metáfora a un lado, Nikiforov se arriesgó a amenazarme con Plisetsky. Y la verdad yo solo quería sonreír, porque entre más ansiedad entre a su cuerpo, menos razonamiento queda dentro de él. Pero, Nikiforov no es estúpido, él sabe de quién soy, tal vez no en todos los términos, pero si sabe que soy peligroso y de lo que soy capaz porque entre asesinos leemos miradas.

Así que, para no ponerme en riesgo, tuve que golpear mi propio juego. Eliminando a mi alfil del tablero, pero no de la mesa.

Ah este punto el jugador tiene que tener una estrategia limpia y ágil. Primero tenemos que crear una historia para que golpee en los sentimientos. Buscar crear la mejor acción para que el Momentum sea espectacular.

Aquí es donde tienes que aprender demasiado en cómo manejar la mente de las personas a un punto donde no razonen y lo único que hagan sea sentir.

Con mis piezas sincronizadas solo esperando una señal, envolví a Plisetsky en mi relato de la relación que tengo con Jean e Isabella. Obviamente alterando algunos datos. Y después, soltar la bomba que lo hará solo sentir en lugar de razonar.

- ¿Pueden ser cuatro?

Y así se suelta una bomba emocional. Otabek Altin al fin estaba a punto de admitir sus sentimientos a Yuri Plisetsky. Yura se dejó envolver tanto que acabamos besándonos y a punto de ir a la cama, cosa que hubiéramos hecho si no hubiera mandado la señal por mi celular.

Y aquí es una coordinación de tiempos y lugares.

En donde se tiene que tener a un equipo perfectamente entrenado para lograrlo.

Apenas lance la señal Jean se comunicó conmigo e Isabella y Temir se encargaron de recrear la escena de las cámaras dejando los puntos clave que Leo encontraría después. Subieron al techo, Isabella se quitó ese abrigo que tenía mostrando el maquillaje de líneas como si fueran cortadas y Temir la baño de sangre.

Si recuerdan en como la encontré, dije que Isabella estaba tirada en el suelo con su cuerpo cortado, pero habían acomodado los pedazos en una posición como si solo estuviera dormida con alas de sangre. Un ángel...

Acabada la llamada de Jean, este lanzo su celular a las cañerías y tomo su auto para ir al punto B.

En este lapso, Yura y yo manejamos hasta el hotel donde me tocaba mi parte y mi actuación de lo que ocurría. Encontramos la nota y subimos corriendo al techo para encontrarme con el cuerpo "sin vida" de Isabella. Tuve que soltar un enorme grito para que Plisetsky tuviera miedo y no se acercara.

¿Recuerdan lo que dije de la magia?

Si, cuando el mago dice, la magia es aquí, realmente la magia ocurre en otro lado.

Jean Jacques Leroy se estaciono en un callejón y camino a una parte trasera del edificio debajo de las escaleras de emergencia. Cuando yo entre mi locura y perdición me acerqué con Yura y Salí de allí con él. Isabella se levantó para que Temir dejara el cuerpo descuartizado de una mujer y ambos bajaran por una cuerda apoyándose de las escaperas de incendio. Jean abajo tomo una gabardina cubriendo a Isabella y en ese mismo momento salieron de allí.

Ahora, tienes que tener peones en un juego. Los primeros que llegaron fue mi equipo, asentí cuando pasaron a un lado mío y seguí fingiendo demencia en lo que recogían el cuerpo.

- Es Isabella Yang. – fue lo que se dijo y así se la llevaron.

Por obvias razones tuve que quitar a cualquiera que no fuera de mi equipo en esos momentos. Tomaron fotos falsas y todo fue creíble ante la policía de Italia.

En lo que yo disfrutaba de mi magnífica actuación, había un par de canadienses con un kazajo riendo yendo al aeropuerto.

- Isabella Yang está muerta... ¿Me extrañaras amor? – dijo Isabella comenzando a quitarse el maquillaje mostrando su espectacular cuerpo, usando maquillaje para cambiar la forma de su rostro.

- Mas que nada mi vida, pero es por una buena causa, te amo. – contesto Jean sonriente – Joder amor este trabajo... pero te extrañare mi dulce modelo.

- Actúa lo mejor que puedas Jean, que sientan el dolor... Dile a "mis padres" que siempre los quise, aunque sea una jodida mentira ¿ok?

- Ok.

- Y lamento por hacerle esto a tus padres, los adoro... pero lo hacemos por Otabek ¿Ok? No olvides eso amor.

- No lo haré mi amor...

Y así fue como Red Diamond se llevó acabo.

Recuerden que crear una buena historia para una espectacular jugada necesita mucho cerebro, mucho presupuesto, y una mente atenta a cada detalle.

Acto 8: Tus secretos y los míos.

- Fue una de las más hermosas jugadas que hemos hecho. Dejamos a muchas personas en lágrimas. dijo Isabella tomando un poco de Whiskey.

- No es esa cosa la que importaba ahora – con esto Temir – yo sabía que Red Diamond iba a ser perfecto porque Otabek había trabajado desde el principio para aclarar la importancia que tú y Jean significan para él. El problema a como lo veo radicaba en que Plisetsky era una pieza neutra en un juego de piezas blancas y negras... ¿Qué pensaste con ello? Porque no me digas que realmente enamorarte de Plisetsky era todo tu plan.

- Tienes razón, no era parte del plan. Que Plisetsky fuera de ayuda para llevar a cabo el plan, no lo hace parte... pues... lo que paso fue lo siguiente.

Llegue a un punto de mi jugada donde todo estaba saliendo perfecto, pero primero tenía que aliviar el peso de tener a Plisetsky conmigo. Así que decidí arriesgarlo todo, siendo un completo egoísta. Porque eso era, era egoísta por quererlo atado a mí y siempre a mi lado. Así que después de un momento dramático con el choque de mi auto, me declare completamente ante Plisetsky.

Y creo que después de eso por fin mi corazón se sintió realizado.

Para esto había un viejo kazajo mirando las cámaras viendo el momento exacto donde Katsuki me quería lejos. El kazajo sonrió y enfoco sus esmeraldas en Katsuki. Hay algo que tienen que entender, yo soy malo porque digamos que me moldeé así. Pero... una persona buena que quiere cometer una maldad es mil veces peor...

Ya entenderán por qué.

Pero, volviendo al asunto, no podía dejar de lado lo que había conseguido por Plisetsky. Además, no puedo decir que odio cuando está siguiéndome a donde vaya. Así que le dije que tenía que apoyar a Jean y volver a América. Yuri comprendió esto y un beso fue lo que me hizo querer reconsiderar mi ida desde el inicio.

Los dulces besos de Plisetsky son agua bendita para mí, me curan de cualquier pecado mortal.

Cuando llegué a Canadá... me sentí fatal al haberle hecho daño a mis padres de esa forma. En parte mi tristeza no era actuación, era real, pero no por la muerte de Isabella, sino por haber hecho llorar a mis padres de esa forma. Supongo que con Jean fue lo mismo, su actuación fue mejor... pero al final él es un artista, lo hace siempre mucho mejor.

Después de esto al fin estábamos solos en el tercer piso, donde se encontraba la habitación de Jean.

- ¿Qué pasa con Plisetsky?

- Bueno... hay una fiesta que se realizará en Nueva York llamada Torbet. Para esto dejare que Katsuki tome su oportunidad y me tome. No creo que corra riesgo de muerte, si lo corro prometo yo matarlo allí y acabar con esto, pero si no lo corro, seguiremos el plan estipulado.

- ¿Has hablado con Leo?

- Maldición no, hablare pronto con el pero no sé si sea factible, se supone que estoy afectado.

- Bueno inténtalo un poco y a ver que consigues.

- Lo haré Jean... y ahora dime, ¿Porque usas esa sexy bata?

- ¿Es sexy? – dijo Jean confundido viendo su bata con bordados de "JJ" en todos lados.

- I can rule the world JJ just follow me, I will break the wall now look at me ... - cante y Jean se sonrojo de sobremanera.

- Basta, no es la mejor canción que he escrito pero la cadena quería algo super comercial para anunciar la gira.

Me le quedé mirando y solo sonreí.

- Fools or even wise aren't the enemies, This is who I am just remember me – seguía cantando mientras huía de los almohadazos de Jean. - I'm the king JJ no one defeats me
This who I am, baby, just follow me

- Que pares, o mamá te escuchará.

- Oh JJ dame un autógrafo, ¿Quieres acostarte conmigo? Lo que sea por el rey... - dije imitando a la clásica fanática de Jean – Soy toda tuya JJ.

- Basta, Otabek estas siendo inmaduro, además, amo a mis fans.

- Si me amas cógeme JJ, te necesito.... – reí y sentí un almohadazo en el rostro. – Tienes que admitir que es algo gracioso cuando chiquillas de 16 o 17 años te dicen eso... Primero acaben la escuela antes de pensar acostarse con un tipo de 26 que es un jodido loco.

- ¿No te gustan las fangirls?

- Claro que me gustan, las que son interesantes. ¿Recuerdas a la chica que hablo realmente de tu música? Fue asombroso, te valora demasiado como artista y no como una cara bonita. Adoro a ese tipo de fans, ven el talento en lugar de lo demás... esa chica era magnifica.

- Te gustan que tengan cerebro...

- Si, una persona sin cerebro y solo un empaque lindo se me hace un cero a la izquierda.

- ¿Por eso amas acostarte conmigo e Isabella?

- Si. – sonreí – Y por eso me gustaría acostarme con Leo si se diera la oportunidad.

- Sabia que te encantaba Leo – rio Jean recargándose en mi pecho - ¿Qué te gusta de él?

- Que es muy hijo de puta como yo dispuesto a muchas cosas... además amo ese acento que tiene, y el español siempre me ha parecido sexy... ah mi dulce latina...

- Basta, me pondré celoso.

- Deberías estar celoso, solo quiero el culo de Plisetsky ahora.

- ¿Ya no me deseas?

- Lo hago, pero... es raro.

- Déjame hacerte cambiar de parecer...

Y así me demostró que tan bien el King JJ mueve las caderas, pero dejando eso de lado, cuando acabamos, ya en la noche. Y después de leer el hermoso mensaje de Yuri. Me dedique a revisar mis cámaras captando el momento exacto donde Viktor está en su oficina declarando que "también es mi hijo"

Oh la verdad lo estaba disfrutando en grande...

- Soy mucho mejor que tu maldito idiota... si fuera por mí me sacaría toda la sangre remplazándola por la de alguien más y no tener lo maldito de Nikiforov en mis venas. 

Acto 9: Inicio de la trampa.

- Bueno lo que ocurrió después lo sé, te viste con Yuri cuando te alcanzo en Canadá, al fin Jean te dejo libre y...

- Me acosté con ambos. En si, ambos nos cogimos a Yuri... ¿Qué no te lo dijo Jean?

- ...

- Oh boy – dijo Temir levantándose llevándose la botella de Whiskey.

Yo solo pude ver la enorme patada que golpeo el rostro de Jean dejándolo en el suelo. Joder realmente amo a esta mujer, pero no la ame demasiado cuando una patada fue a caer a mi rostro igual y nos apretaba a ambos el cuello cuando estábamos en el suelo, poniendo todo su peso en nosotros.

- Agh..a..a...amo...amor.. – dijo Jean sangrando de la nariz.

- Is..Isss...Isab.. – me queje escupiendo sangre.

- Malditos idiotas, ambos dijeron que solo tuvieron sexo, nunca explicaron que Plisetsky estaba de por medio. – Se quitó de encima y ambos tosimos – Y además Jean, nunca dijiste que tocaste a Plisetsky. Lo entiendo de ese idiota – dijo frunciendo el ceño señalándome – no puede mantener su polla en sus pantalones, además de que esta besando el suelo por dónde camina Yuri... ¿Pero tú?

- Amor era un plan que surgió para hacer sentir mal a Otabek y que este...

Yo que Jean no hubiera hablado porque solo vi como ese zapato con un tacón de 15 cm le golpeo de lleno en el estómago. Dejándolo en el suelo.

- ¡Otabek!

- S-si mi bella dama – dije limpiando mi boca.

- ¿Qué paso? Quiero que me cuentes completamente lo que paso... en 20 palabras o menos... ¡ya!

- Ahhh..ah bueno... amm...

- Mis zapatos van a ir a parar a tus bolas y aplastarlas si no hablas.

- Oh dios...

Juro por mi vida que nunca había temido tanto por mi vida como en ese momento. Isabella enojada me daba miedo y sabía que mis testículos y pene era lo que corría más peligro.

- Bueno los encontré cogiéndose y sabía que era una lección para mí, pero yo también quería darles una lección así que me los cogí a ambos. Primero me los cogí mientras Jean le daba a Yura, y después en lo que yo embestía a Yura le daba un beso negro a Jean y después cuando logre darle el orgasmo a Yura me pase a darle el orgasmo a Jean y después otra vez hasta que se quedaron sin energías...

- Tus bolas sobrevivirán un día más Altin.

- Si señora.

- ¡Jean!

- Si amor – dijo sosteniendo su estómago mientras sangraba de la nariz.

- Tu solo puedes meter tu polla en algo o en alguien si yo lo autorizo, ¿Esta claro?

- Si amor...

- Si vuelves a hacer esto juro que te amarro en el laboratorio y te castro ¿Entendiste? Soy tu esposa idiota.

- Lo se amor... perdón.

Limpie la sangre de mi boca levantándome y Temir solo nos veía con una enorme sonrisa. Ayudé a Jean a sentarse y me senté. Pero después fui corrido de mi asiento por Isabella así que me senté en la alfombra mientras Temir reía.

- Ah la juventud – dijo Temir acariciando el cabello de Isa sentándose. – continua la historia, vamos a lo que paso en el Torbet.

- Bien... - dije escupiendo más sangre, me había acierto la mejilla por dentro – como les decía... ahí, no espera, me arde demasiado... Temir... podrías.

- Con gusto...

Mientras Otabek Altin cantaba se desarrollaba algo mejor. Nosotros tres, Jean, Isabella y yo estábamos en nuestro punto base, pero escuchamos ruido y vimos como unos hombres estaban protegiendo un coche. Me di cuenta de que había algo dentro por la manera que lo vigilaban tan cautelosamente. Le dije a Jean que viniera conmigo y después de encargarnos con esos guardias y ver que estaba el pequeño Guang dentro, lo sacamos, pero Isabella activo el incendio así que teníamos que ser jodidamente rápidos.

Metimos a Guang al enorme refrigerador regulando la temperatura como nos había dicho Otabek. Y nos escondimos en una parte libres de humo y del fuego después de bloquear las salidas para los demás modelos. No eran modelos al azar, eran modelos en específico que decidimos matar por sus uniones y conexiones con la mafia. Los demás los dejamos salir.

Una vez que Katsuki capturo a Otabek como este planeo que lo haría y lo llevara a ese almacén. Almacén que antes habíamos descubierto que Katsuki lo usaba para descargar su ira... ese jodido almacén estaba lleno de cuerpos...

Seguimos con nuestro propósito. Otabek se desempeñaba dentro del almacén mientras nosotros matábamos rápido y en silencio a los demás fuera. El fuego se hizo más grande así que dejamos la vía de salida de Katsuki abierta. Y cuando el por fin salió, creamos una vía de huida a Otabek.

Por otra parte, dentro del almacén, Otabek se percató de la presencia de Guang, así que no podíamos ingresar a ayudarlo, por lo que decidió dislocar su brazo y salir con Guang.

Así se llevó a cabo el plan.

- Y ahora... - dije al fin sintiendo mi mejilla algo hinchada – el punto clave para acabar con Katsuki y tener una buena excusa era lo que me dijo Yura en el avión antes de llegar al Torbet. Cuando Yura iba creciendo, su belleza era innegable, así que eso le atrajo a Viktor. Y Yura al saber que es su salvador, no hizo nada más que seguirle el juego. Yura acabo perdidamente enamorado de su "padre" Viktor y una noche Viktor entro en la habitación de su pequeño para descargar su frustración por una pelea con Katsuki.
Después de perder la virginidad con él a la edad de 15 años, Yuri se enamoró completamente hasta que Viktor lo dejo de lado rompiéndole el corazón.
Aquí es lo que llamamos, un contexto para armar una historia. Ya teníamos una causa y un efecto y podíamos culparlo todo a los celos enfermizos de Yuri.
Mando a Yura al hospital por culpa de esos celos enfermizos, entonces el punto de quiebre de Katsuki es perder a Viktor, y eso era lo que teníamos que provocarle, cosa que funciono de sobremanera.

- ¿Qué hay de Nikiforov?

- Bueno, él tenía otro tipo de problema, ansiedad, así que, al atrapar a su Yuuri, y al matar a su gente, matar a sus modelos y estar en riesgo de que todos supieran que es el líder de la tormenta blanca acabo en su mayor enfermedad; Ansiedad.
Era obvio que se llevaría a Yura como amenaza si no le entregaba a Guang, porque Guang podría testificar y todo lo de él se iría a la mierda más rápido de lo que canta un gallo, así que, entre su ansiedad, hizo las cosas estúpidamente, como en un juego donde dejas a tu rey solo frente a una torre.
Fue entonces cuando lo capturé a él y a Katsuki, fui con Leo con sus hombres, nos dijeron la dirección, después con Nikiforov y bam, tras las rejas...

- Te sorprendió realmente Plisetsky ¿No? ...

- No en realidad, Yura había dejado en claro que amaba a sus padres y haría lo que fuera por ellos, así que verlo hacer eso no fue una gran sorpresa... aunque hay algo...

- ¿Qué?

- Yura tenía en sus ojos ese fuego que yo tengo cuando mato a alguien... no sé si lo vi como un espejo porque Yura es un reflejo de mí, o el naturalmente tiene esa mirada. Pero dejando eso de lado, después fue el interrogatorio. Y Después... pues... fue la hora de Shadow. 

Acto 10: Shadow

Ahora, si ahora, pongan mucha atención de cómo se realizó Shadow. Lo primero que tienen que saber es que Jean Leroy no estaba en Alaska, solo hacíamos creer que estaba en Alaska. Isabella Yang seguía en Nueva York y Temir al fin se había integrado a la vida de Otabek Altin.

En la fría cárcel cuando Viktor Nikiforov pensó que su equipo llegaría, en realidad fue un par de kazajos y canadienses, los que estudiaron a detalle la plataforma y consiguieron acceso desactivando la celda de este para que al momento que la cruzaran, Isabella Yang los sometiera y tanto un kazajo joven como un canadiense se los llevaran por su salida B.

Así fue como se logró sacar tanto a Yuuri Katsuki como a Viktor Nikiforov. Quienes fueron traídos por este cuarteto a la base.

- Tienes que esperar la señal Temir, cuando den la alerta de que escaparon... ¿Puedes esperar por ello?

- No lo sé...

- Solo... trata ¿Ok? – dijo el kazajo joven al hombre – ya los tenemos, solo espera unas horas más... Tengo que irme, pero... trata de controlarlo.

Cuando el kazajo menor se retiró, el mayor quedo envuelto en un sinfín de pensamientos. ¿Qué era lo que iba a hacer? Tenía a las dos personas que le arruinaron su vida dentro de ese lugar, y la verdad quería destruirlos, más cuando gracias a ellos su hijo termino de esa manera. Se golpeo tranquilizándose encerrándose en su cuarto.

Hasta que al fin dio la señal Otabek y Temir Backir camino hasta ese lugar para ver a Nikiforov y Katsuki amarrados a un tubo de cañería.

- Viktor Nikiforov y Yuuri Katsuki – dijo y llamo la atención de ambos – ustedes... creo que no me conocen además que solo fotografías. Soy Temir Backir. Era amigo de Aiday Eresh, yo la conocía como Aiday Altin. Nos conocimos desde niños... - suspiro sentándose en una silla frente a ellos – La amaba desesperadamente, con cada pare de mi ser. No sé si ustedes lo han sentido, pero cuando amas a alguien así, hasta la locura, es difícil explicarlo con palabras.

- ¿Qué carajo estas diciendo? – dijo el ruso mirándolo – Aiday es una puta que se acostaba conmigo, dios, cómo pudiste estar enamorado de una mujer así, ¿Cómo yo pude enamorarme de esa mujer? Ni siquiera era tan hermosa, era común.

- Si lo sé, común como tu Katsuki... solo míralo, es un japonés más. Lo único que lo hace especial es porque tú lo ve especial.

- No compares a mi Yuuri con tu puta ¿Entendiste?

Temir Backir estaba sorprendentemente calmado, como si de pronto todo ese deseo de asesinato se hubiera alejado y ahora solo fuera el hablándole a un paciente.

- ¿Tu Yuuri es especial?

- Es único.

- Si, Aiday lo era para mí... - dijo desatando a Katsuki de la cadena que lo unía a la tubería, pero sin desatar sus manos o piernas.

- ¡VIKTOR!

- ¡SUÉLTALO! ¡NO LO TOQUES MALDITA MIERDA!

- Oh, no pienso tocarlo, no pienso golpearlo... solo voy a hacerle lo que tú le hiciste a Aiday antes de matarla.

- ¿Qué?

Temir Backir saco un arma apuntándole a Viktor Nikiforov y sonrió muy suavemente, apenas visible.

- Vas a cooperar mientras follamos Katsuki, oh acabo matando a Viktor frente a tus ojos.

- ... Q-que... - Katsuki antes de que protestara fue puesto de rodillas en el suelo mientras le quitan ese traje de carcelero, dejándolo completamente expuesto con unos boxers, que fueron bajados hasta sus muslos. - ¡VIKTOR! ¡VIKTOR AYÚDAME!

- ¡TE JURO QUE TE MATARE SINO LO SUELTAS! ¡SUÉLTALO MALDITA MIERDA!

- Decide Katsuki, cooperas con esto o acabo matando a Nikiforov.

Y entonces Nikiforov y Katsuki entendieron una lección cuando una bala fue a parar al hombro de Nikiforov, entrando y atravesando, un balazo limpio.

Entendieron el concepto de caer en las manos de una persona buena.

Si un hombre te tiene enteramente a su disposición, entonces tienes que rogar por todo lo sagrado a que ese hombre sea un hombre malo, porque al mal le gusta el poder, el poder sobre la gente y este mal quiere verte muerto de miedo. Quiere que sepas que vas a morir,

Entonces esta persona hablará, se regodeará en tu sufrimiento, se enamorarán al verte retorcerte en tu propia miseria. Ellos retrasaran el momento de tu asesinato, como un hombre retrasa encender un cigarrillo.

Así que espera siempre que tu captor sea un hombre malvado, porque un buen hombre te matara apenas digas una palabra.

- ¡VIKTOR!

- ¿Qué será Katsuki?

- Tsk...

El japonés tembló, por primera vez en su vida de verdadero miedo y solo se dedicó a alzar las caderas. El corazón de Nikiforov se rompió en el instante que su esposo tenía que seguir el juego. Ambos se retorcían en dolor, en gritos de ayuda y lamentos desesperados.

Entonces la tortura de Nikiforov acabo cuando su esposo quedo en lágrimas mientras estaba en el suelo aun con las caderas levantadas. El kazajo les puso enfrente a ambos un vaso de agua y dijo que bebieran desatando las manos de ambos.

Entre el miedo, lágrimas y boca seca que ambos tenían, bebieron.

Temir Backir desato a ambos y se retiró de la habitación para observar detrás de una ventana como comenzaron esas dos personas a retorcerse en dolor y gritos, arrancándose cabello, golpeándose a si mismos hasta que ambos se encontraron y una mordida fuerte a cada uno, arrancándose parte del cuello los hizo caer y desangrar.

Era un triste poema que el mayor quería ver. Quería verlos matarse, porque dolería más, que la persona que amas fuera asesinada por ti, que verla asesinada por alguien más.

Y así fue el fin de Viktor Nikiforov y de Yuuri Katsuki.

Temir Backir le dio la señal a los canadienses de que se los llevaran y él se metió a darse una ducha. Sabía que nunca alcanzaría el paraíso bendito con su amada, pero nada de lo que acababa de hacer lo hacía arrepentirse.

Isabella y Jean siguieron las indicaciones de Otabek y dejaron los cuerpos. Cuerpos que primeramente fueron encontrados por Christophe Giacometti. Quien al mirarlos bajo la mirada y tecleo cosas en su celular para darse vuelta con un solo mensaje en sus labios.

"El líder ha caído"

Por su parte, Otabek Altin encontró los cuerpos en posición donde había pedido. Y esto porque el mismo altero los datos que Yuri Plisetsky le daba, y creo dos versiones de camino. Todo salía perfecto y el joven kazajo al fin respiraba tranquilo.

Al fin había acabado este enorme plan y lo único que quería era regresar a dormir.

Cosa que no pudo hacer porque no contó con un experto en la muerte descubriría a su pequeño Shadow. Si levantaba la alerta mundial de un día para otro, no tendría tiempo de limpiar su nombre. Así que Otabek Altin tuvo que tomar una decisión de golpe.

Se dejo llevar por sus instintos y acabo con la primera persona inocente que no merecía el toque de la sombra. Se sintió bien cuando corto el cuello, pero su moral cayó al suelo cuando se dio cuenta que sangre inocente había sido derramada.

Regreso a casa, como en un valle de muerte, caminando, escuchando una canción porque era lo único que mantenía serena a su lado asesino. Y se acostó en su cama, esperando que volviera el Otabek Altin que conocía, no este hombre que solo refleja asesinato.

Otabek Altin regreso a ser el mismo entrando las 5 de la madrugada.

Y despertó... para encontrarse con un golpe a sus acciones. Era completamente un asesino sin escrúpulos ya. Y eso lo mataba, lo mataba completamente...  

Actualidad

Recuerdo la humedad, recuerdo los pasos que di para salir de allí, no logre que me dijeran algo concreto sobre si decirle o no a Yura lo que era. Al final no hay una respuesta a eso, solo hay respuestas que pueden desatar un sinfín de males... mi grupo de sombras no pudo ayudarme.

 Recuerdo cuando regrese a casa a los brazos de Yura y unos dulces besos me despertaron. También recuerdo como esos dulces besos dejaban marcas en mi pecho y me sentía extasiado.

Sus esmeraldas, su cabellera larga, su perfecto rostro adornado con unos labios muy tenuemente rosados. Una piel de la porcelana más fina. Yuri Plisetsky era una obra de arte. Me envolvía en sus besos y caricias como si mi vida fuera a terminar después de ello, su aroma siempre magnifico de diferentes esencias, su dulce toque a mis mejillas.

Yuri es lo mejor de mi vida.

Pero como verdugos, alguien toco a la puerta y al abrirla vi a Mila y a Leo con un par de esposas. Arqueé una ceja y no comprendía que pasaba, las voces de mi cabeza comenzaron a reír como dulces espectadores mientras las palabras de ambos me hicieron sentir un poco atrapado.

- Mataron a Celestino – dijo Mila con los ojos rojos – Lo mataron en la noche.

- Tú fuiste el último en irte, al igual que fuiste con el ultimo que hablo Celestino – dijo Leo sacando las esposas – es protocolo Otabek, ven con nosotros por las buenas o tendremos que hacerlo por las malas.

- ...

Suspire cubriendo mi rostro, con un gesto de molestia dejando derramar un par de lágrimas, oh cierto, me deje llevar por ese lado de mi... Bueno, la sangre susurra, así que, si mi lado asesino me metió en esto, también me sacará.

- Se que... no es la mejor forma de decirte lo que paso – dijo Mila dándome una leve caricia en el brazo – lo lamento Otabek, sé que eran unidos.

- No solo eso, vienen a mi casa me dicen que está muerto y que yo soy el principal sospechoso. Al menos escucharon lo que hablamos.

- Si, pero aun así necesitamos tu declaración – dijo Leo – así que no lo hagas más difícil.

- Maldita sea... - suspire - ¿Puedo ponerme, aunque sea pantalones?

- Si...

- ¿Beka? ¿Qué pasa amor? – dijo Yura con solo mi camisa puesta, era un jodido ángel. - ¿Todo bien?

- Yura, tengo que ir a la oficina para tratar unos asuntos que te contare regresando, ¿Ok?

- Ok... ¿Todo bien?

- Si, solo déjame lidiar con esto. – sonreí acariciando su cabellera y besando su frente para pasar al cuarto y tomar unos pantalones.

Suspiro poniéndome los pantalones. Ah... De nuevo ese cuarto blanco con las piezas de ajedrez puestas. Mis hermosas y piezas negras y relucientes. Pero ahora no era Nikiforov el del otro lado, era Leo, con Mila, con todo el departamento.

Destense mi cuello poniéndome mi chaqueta de cuero y una playera blanca común para meterme un cigarrillo en la boca. No era día de servicio así que no me iba a poner un traje. Salí de la habitación para ver a Yura sonreír con Leo y Mila, al parecer decían algo gracioso.

- Estoy listo – dije y Leo se levantó dándome una invitación. - ¿Qué es esto?

- Mi boda idiota, es tu invitación así que no pierdas los boletos – dijo sonriente – será en México, en Cancún más específico. La familia de mi madre son demasiadas personas como para hacerlos venir a Nueva York. Y la familia de Guang siempre quiso conocer la belleza de la Rivera Maya. Así que será allí.

- Wow – sonreí – Nunca he estado allí, ni siquiera de SpringBreak. Me encantará.

- Además, - sonrió dándome una caja pequeña con detalles en la madera – eres mi padrino, tienes que estar allí.

Al abrirla me encontré con un par de mancuernillas, sonreí abrazándome de Leo y este me abrazo de vuelta.

- Le dije a Jean... hablé con él hace poco. Dice que no quiere viajar, pero me desea la mejor boda de todas – suspiro algo desanimado – al menos lo hice hablar.

- Creo que, para Jean, que toquen el tema de una boda y... con lo que está viviendo, no me sorprende – dije dándole unas palmaditas a Leo – perdió a su esposa, creo que necesita mucho más tiempo para sentirse mejor.

- Lo sé, solo que lo extrañare. Siempre somos los tres sin importar que, y ahora... me siento impotente con todo lo que sucedió.

- No eres el único – conteste – pero descuida, estoy seguro de que está muy feliz de que des este paso. Y estoy seguro de que por dentro debe de estar brincando de felicidad por ello, y te desea lo mejor.

- Heh, bueno, le traeré algo de recuerdo. – suspiro – Vámonos.

- Amor – dije acercándome a Yuri quien sonrió, ah su belleza me hace temblar – Volveré pronto, si te da hambre no dudes en ordenar algo – dije besándole la frente – te amo.

- Te amo Beka. – sonrió abrazando a Potya – regresa pronto.

- Lo haré...

Suspire saliendo de mi Penthouse, bien quiere jugar, juguemos...

Y ahora me encuentro aquí en una sala de interrogatorios donde Leo hace preguntas y yo respondo. Creo que alguien debería de decirme que soy perfecto para responder preguntas. Todas las dudas de la mayoría fueron resueltas. Los videos de las calles nunca me muestran. Mi portero dice que llegue a tales horas así que, no tienen nada contra mí. Solo ser el último que hablo con Celestino.

Cuando salí del interrogatorio todos pasamos a una junta para hablar de lo que había mencionado Celestino, de aquella sustancia que ataca así el cuerpo humano. Por desgracia, los cuerpos ya habían sido incinerados y el único que tenía muestras era Celestino, pero desaparecieron. Yo abogue que el responsable debió sentirse expuesto y es por eso por lo que lo mato (Lo que realmente es verdad) Entonces abogue porque se levantara alerta mundial.

Y no lo conseguí, cosa que me hizo sonreír, porque eso solo dejaría a la vista la incompetencia del FBI para cuidar sus instalaciones y todo lo que paso con Nikiforov y Katsuki quedaría como humillación a la organización.

Entonces en lugar de hacer la alerta mundial, lo dejaron en sus manos iniciando una investigación privada.

Estaba extasiado internamiento, era mover mis piezas de aquí para allá sin descaño. Y de uno en uno iban cayendo, era algo realmente hermoso.

Saliendo de la junta Mila caminó conmigo a la oficina de Leo, dado que con la evidencia que presentamos, Yakov había sido destituido para dejar a Leo como el nuevo jefe. Ahora Yakov se encontraba en la cárcel, pero eso no era la principal preocupación. Mi principal preocupación fue cuando al abrir la puerta vi a Leo hablando con un sujeto.

Allí me di cuenta de que alguien más había entrado a la habitación blanca y había quitado a Leo de su lugar para sentarse. Y recordé las palabras de mi madre.

"A cada jugador le llega un rival... y la mayoría de veces el jugador es derrotado"

Me acerque cuando Leo me dijo que entrara con una sonrisa y entonces lo vi. Un chiquillo de 24 años, con mirada marrón clara y con cabello castaño claro  y un mechón rojizo que parecía desvanecerse. 

Ah tu serás un dolor en el culo.

- Otabek, te presento a Minami Kenjirou, será tu nuevo aprendiz y compañero ya que Mila estará trabajando conmigo. Es el mejor de su clase y atrapo a un asesino serial a la edad de 22 en Japón, y ahora por algunos contactos al fin lo tenemos trabajando con nosotros. Creo que se llevaran de maravilla.

- Es un placer conocer al gran detective Altin sin verlo como portada de una revista. – dijo con una media sonrisa estirando su mano – será un honor trabajar con usted.

- ... un honor – dije estrechando su mano y por un momento sentí como el tablero de mi juego temblaba ante ese apretón. - ¿Me conoces?

- ¿Bromea? Usted fue mi inspiración para unirme a esto. Quise llegar más rápido con usted y aprender, pero necesitaba muchos logros para al fin llegar aquí.

- Ya veo, pues bienvenido. – dije dándole una media sonrisa.

Creo que es la primera vez que le quiero sacar los ojos a Leo, quitarme a Mila y ponerme a este tipo como compañero. Al menos me lo hubiera consultado antes.

- Bueno, Otabek es el encargado ahora del caso de Celestino. Así que porque no le hablas de eso a Minami. – dijo y me sonrió.

- Okey, ven conmigo – dije saliendo de la oficina de Leo con ese chico.

Oh madre, esto se va a poner feo... 

Un ruso acababa de hacerse el desayuno y ahora solo usaba un abrigo peludo color negro y unos pantalones a la cadera entallados. Su cabello estaba recogido dejando caer unos leves mechones de un lado de su mejilla. Usaba un choker color negro y se había robado una cajetilla de cigarrillos de su novio para fumar a un lado de la ventana, relajándose un poco.

Después de esto se inclinó a servirle a su gata comida y se sentó pacíficamente con el cenicero a un lado para comer. La presencia del kazajo le hacía falta, pero aun así disfruto del silencio de la casa y como su gata se frotaba en sus piernas en búsqueda de algo más que comida para gatos.

El rubio accedió dándole un poco de su comida y la gata ronroneo feliz. Era una completa mañana pacífica. Se toco cerca de cuello para sentir donde los labios de kazajo habían estado en la mañana y sonrió... Miro su celular y se encontró mil y un ofertas de trabajo, de entrevistas, de protagónicos para una película.

Al parecer la muerte de Nikiforov y Katsuki hacia que la prensa quisiera tenerlo. Sonrió feliz y escucho la puerta.

- Beka – salto de su asiento y abrió la puerta – Si olvidas tus llaves y no estoy será un problema amor...

El rubio se quedó de golpe en blanco frunciendo el ceño cuando delante de él estaba un rubio más alto con unas gafas y sonriente.

- Luces bien Yurio.

- Chris... - suspiro - ¿Qué carajo haces aquí?

- Tú me llamaste...

- Oh... - sonrió el rubio joven – pasa.

- ¿Dónde está tu policía?

- En su trabajo, fue llamado de emergencia por la muerte de uno de los suyos... ¿Tienes algo que ver con eso?

- No, además solo soy alguien que trabaja para ti... Wild Tiger – Sonrió haciendo al rubio reír – La organización espera respuestas de ti. Tus padres están exitosamente muertos. Ahora como líder de la Tormenta Blanca tienes que entender que tienes responsabilidades.

- No me digas que hacer – contesto el rubio. – Yo fui quien trajo a Beka con mis padres, fui yo quien hizo que mis padres sintieran la presión de Beka y le quite los medicamentos a mi padre para dejarlo apoderarse de su estúpida ansiedad, que mi madre confesara y que todo le saliera como anillo al dedo a Beka... es un buen detective y es mi pareja, necesitaba ayudarlo.

- Oh si, lo ayudaste tanto que no evitaste que mataran a Isabella.

- Eso no lo esperaba, pensé que todo era parte de mi propio juego, pero realmente lamento que Isabella haya muerto. – suspiro - ¿Tienes algo de información sobre eso? ¿Sabemos quién fue?

- Aún nada... - suspiro – Dejaste que murieran tus padres por un capricho.

- No un capricho – dijo el rubio frunciendo el ceño – Que mi padre me usara como su muñeca sexual por estar molesto con mi madre me dolió, realmente estaba enamorado... así que supe que lo tenía que hacer sufrir. Cuando supe de la muerte de Michele y que ... - sonrió – Otabek Altin, ese jodidamente sexy detective estaba aquí. Me propuse dos cosas, acabar con mis padres y hacer a Otabek Altin mío... y tengo los dos. Tal vez mi padre era la muerte pálida. Pero yo si soy una tormenta blanca.

- ¿Desde cuándo estas detrás de la polla de Altin?

- Desde mi primer viaje a Nueva York, tenía el corazón roto así que, recuerdo que Isabella me invito un café, pero no quería ir. Ella salió con su esposo Jean Leroy... y... en lo que mis padres discutían de cosas de negocios con demás gente, yo salí, y a lo lejos vi a Isabella con su esposo, cuando iba a saludar lo vi. Un chico de 20 años jodidamente apuesto que sonreía saludando a ambos. Y se metió en la cafetería con ellos. Fumaba un cigarrillo y tenía esa cara de chico malo. Pero su sonrisa era completa y absolutamente encantadora... me enamore a primera vista de él. Después lo fui conociendo como el gran detective Altin, y ese día, en aquella cafetería en Italia, cuando nuestras miradas se cruzaron y el me miro de esa forma... Sabía que tenía que hacerlo mío ya.

- Lo que quieres, lo obtienes Yurio, eso siempre ha sido así.

- Exacto... lamento que Otabek sufriera todo esto, pero al fin ha acabado y ya puedo tener a Otabek solo para mí.

- ¿Qué pasa si Otabek se enamora con el tiempo de alguien más? ¿Alguien más maduro?

- ... Entonces tendrá que morir. – sonrió el joven ruso acariciando a su gata – Otabek nunca me dejaría. Lo protegeré hasta el final para que solo sea mío y de nadie más...

- Eres ... lo que llaman los japoneses como "Yandere" – suspiro – Me siento mal por Altin. El pobre no sabe de quien se ha enamorado.

- Y tiene que seguir así. Por lo que le respecta a Otabek, tu eres el nuevo líder de la tormenta Blanca. Así que ahora vete... y espera mis ordenes Chris.

- Como ordenes tigre... una cosa más Yurio... tal vez seas inteligente, pero, Otabek Altin es peligroso, tiene una mente estratega enorme, una capacidad de deducción infinita y es un completo hijo de puta. Ser tan brillante... lo llevara a la ruina algún día.

- Por eso estaré yo para protegerlo. – dijo Yuri – No dejare que toquen a mi Beka.

- No me refería a Otabek... sino que, él es brillante Yurio, no tardará en descubrirte. Ten cuidado... con permiso.

Yuri Plisetsky se quedó quito en su asiento acariciando suavemente a su gato.

- Felicidades, y un mechón recogido detrás de la oreja – dijo el rubio y una sonrisa en el suizo se formó asintiendo.

Plisetsky suspiro tomando el computador de Otabek borrando todo rastro de la presencia de Christophe de las cintas de seguridad al igual que borrando rastro de que habían sido alteradas.

- Todos queremos gobernar el mundo Beka... es el deseo culposo de todos... - suspiro el rubio dejando la computadora y tomando otro cigarrillo – Bienvenido a tu mundo, ya no hay vuelta atrás desde ahora Beka, solo quedan rastros de lo que fuimos... como un simple susurro al aire. Al final, nada dura para siempre... 

Pueden decir que estaba un poco harto de tener que revisar de nuevo los expedientes cuando me sé de memoria todo lo que hay. Tengo una memoria jodidamente perfecta, no pueden hacerme esto. Pero el maldito de Kenjirou quería hacerlo así que no puedo quejarme.

- No le parece curioso Mr. Altin – dijo viéndome – Celestino muere después del descubrimiento y la única persona que sabe dónde se encontraba es usted – sonríe – es muy curioso.

- No lo creo, era tarde, cualquiera puede deducir que estaba en su casa.

- Eso lo sé, pero, es curioso que aun así usted quisiera reafirmar que estaba en su casa – suspiro – aun así... puede que le hayan tendido una trampa detective, pero, es muy curioso todo esto.

- ¿Crees que yo mataría a mi mejor investigador en muerte?

- No Mr. Altin, yo creo que, hipotéticamente, lo mataría si Celestino tuviera la información necesaria para llegar a usted como su asesino. Y... como el creador de esa arma que todos tienen miedo... claro, hablando hipotéticamente...

Y allí estaba, ese tipo moviendo su primera pieza del tablero, poniendo en riesgo a mis peones. Oh madre me advertiste de esto y yo no escuche. Y no pienso escuchar ahora, porque esto se puso emocionante.

- Si te basas en curiosidad en lugar que, en hechos, no me sorprende que te costara medio año atrapar a ese sujeto.

- ¡¿Huh?! Era difícil...

- No lo era, sabía que había sido él desde que leí el expediente.

- ¿Qué? Solo lo dices porque ya estaba resuelto el caso cuand...

- El asesino era hermano del esposo de la víctima, según los reportes se conocieron cuando eran jóvenes. El asesino como tal, dejaba a sus víctimas con rajadas en los muslos tres pulgadas debajo del final de las nalgas. Su última víctima, la que tu investigaste fue calcinada. Pero fuiste idiota al no revisar los huesos y ver las rasgaduras que podrían pasar como una simple lesión de cuando era joven, pero que si las veías con detenimiento eran marcas de un gancho utilizado en las carnicerías para colgar carne. Carnicería que tenía nuestro asesino.

- ...

- Tal vez atrapaste a un asesino serial, pero tardaste mucho en hacerlo. Aun eres un chiquillo y es por eso por lo que Leo te puso a mi cargo para que te entrenara o te enseñara cosas. Aunque, trabajar conmigo no era lo que querías de mi... ¿Qué te trajo a mí?

- Eh...

- Dime la verdad, ¿Qué te trajo tan desesperadamente a mí?

- ... Usted trabajo en el caso de los modelos. – dijo sonrojándose – Usted conoce a Yuri Plisetsky... yo... yo quiero hablar con Yuri Plisetsky así que vi una oportunidad de acercarme a usted porque sé que lo conoce y así poder hablar con Yuri.

- ¿Yuri?

Me quede en blanco. ¿Yuri? ¿Viniste desde Japón hasta acá juntando todos esos logros solo por Yuri? ...

- Es que, usted... no lo entiende. Yuri y yo nos conocemos desde hace mucho. El negocio de la trata infantil. Yuri... y yo fuimos compañeros en las celdas que nos ponían. Siempre estuve protegiéndolo como podía y ahora, quiero verlo. – sonrió y eso solo me lleno de ira – Cuando lo vi por primera vez como modelo supe que era Yuri, nadie puede igualar una belleza así. Yuri es hermoso por donde se mire... Vine hasta acá, aparte de aprender con usted... vine para conquistar a yu...

- ¡Beka!

Grito Yura mirándome desde el otro lado de la puerta, pero su expresión cambio cuando sus ojos se encontraron con Kenjirou. ¿Qué diablos haces en las oficinas Yuri? Eso fue lo que me preguntaba, pero mis puños se cerraron cuando la mirada embobada de Kenjirou se postro en Yuri y este entro mirándolo. Los ojos de Yuri brillaron y se cubrió la boca para lagrimear un poco.

- ¿Kenji?

- Yuri... si, soy yo, al fin...

Los brazos de Yura se lanzaron a él abrazándolo, incluso cuando Yuri era más alto que Kenjirou, aun podía sentir como el más dominante de ese abrazo era ese jodido nugget. Yura le beso la mejilla y joder, quería morirme de celos en ese preciso instante. Pero tenía que calmarme.

- Kenji, gracias a dios estas bien. Cuando Viktor me salvo no supe que paso con los demás. 

- Nos llevaron a orfanatos y una familia me adoptó. Siempre espere volver a verte y ahora... estas tan hermoso.

- Gracias – Yura volvió a abrazarlo – por protegerme siempre, gracias, sin ti no sé cómo hubiera pasado por eso.

- No tienes que agradecer, al fin estamos juntos de nuevo, eso es lo que importa. Y bueno, estoy trabajando con Otabek ahora, así que podremos vernos.

- Oh si claro – sonrió Yura – puedes visi...

- Yura, ¿Qué haces aquí? – dije arqueando una ceja.

Yura me miro y sonrió gustoso caminando hacia mi mostrándome una placa. ¿Placa? ¿Cómo jodidamente tiene una placa oficial?

- Leo me llamo hace poco y me dijo que viniera, cuando lo hice me dijo que soy tan bueno con los códigos que me quiere tener cerca de él como su apoyo. Así que soy modelo y trajo de medio tiempo con ustedes. Estaremos más juntos Beka.

- ... Leo tiene que decirme todas las decisiones que toma – sonreí – es bueno tenerte cerca Yura.

- ¿Así que te veré prácticamente todos los días Yuri? - Dijo Kenjirou con brillo en los ojos.

- Si, creo que si, excepto los días que modele o cosas así.

- ¡Fantástico! Yura quería invi... tarte...

Levante el mentón de Yuri uniendo mis labios con los de él en un tierno y pacifico beso, pegándolo suavemente a mi cuando acerque sus caderas- Sintiendo los dulces y perfectos labios de Yura. Me despegue y note el sonrojo en el rostro de Yuri. No pude evitar besarlo de nuevo.

- ... ¿Son pareja?

- Oh si, comenzamos a salir cuando se desarrollaba el caso de Nikiforov – dije mirándolo – Yura es mi vida ahora.

- B-beka... - el hermoso sonrojo de Yura era bendito, más aun cuando sabia que un corazón se estaba destrozando a unos metros, ah joder, si pudiera le sacaría una foto para burlarme después pero me conformare con mi memoria.

- Oh ya veo... - contestó Kenjirou apartando la mirada.

- Amor, estoy acabándole de explicar algo a Kenjirou, ¿Puedes ir con Mila? En un momento estoy contigo... Quiero una cita así que salgamos a pasear, solo tú y yo.

- ¿Enserio Beka? – sus ojos brillaron y sonreí.

- Por supuesto, quiero disfrutar a mi novio. – dije besando su mano – ahora te veo.

Yura se despidió de Kenjirou y yo me quede en la habitación con él. Sus ojos se clavaron en mí y no pude evitar sonreír. Este tipo no solo quería descubrirme, sino que, quería llevarse a mi Yura. Bueno, ahora si esto se volvió personal. Va a tener que pasar sobre mi cadáver si quiere tener a Yura de su lado.

- Te regodeaste cuando besaste a Yuri, ¿No es así? – dijo y puse un cigarrillo en mi boca encendiéndolo.

- ¿Quién no lo haría? Cuando un hombre ve interés de otro hombre en su pareja, obviamente va a querer marcar su territorio.

- Con todo respeto señor Altin usted no es el indicado para Yuri.

- Creo que lo que pienses tú y lo que piense yo no importa Minami. Al final yo podría ser una bolsa de mierda, pero si Yuri me ama, no hay nada en el mundo que cambie su opinión.

- Tsk...

- Solo concentrémonos en el caso de Crispino. La boda de Leo es pronto así que no podre estar contigo, pero este es mi número – dije escribiéndolo en una hoja de papel – si necesitas las claves para acceder a los códigos solo dime, Y trabajaré conmigo en lo que asisto a la boda, así que no temas en enviarme mensajes o llamarme.

- ... Se que usted no es quien dice ser... lo siento en las venas. Le quitaré a Yura y voy a desenmascarar lo que realmente es Altin.

Me quede sorprendió ante esa declaración y nuestras miradas se juntaron. Bien, tenemos el mismo terreno, ambos hemos sufrido una misma vida de mierda total. Y ambos fuimos adoptados, soy unos dos años más grande que él, pero aun así quieres pelear conmigo.

Vale... acepto el reto.

- Sigues con eso – dije rascándome la nuca – bueno, suerte en descubrir mi vida. Y en cuanto a Yura... ten en cuenta que a Yuri le gustan los hombres – sonreí – no los intentos de eso... con permiso, tengo una cita.

Kenjirou me miro como si quisiera matarme allí mismo mientras salía. Bien, quieres jugar con la sombra, vale, lo acepto. Veremos que tal juegas tus piezas chiquillo. Que comience el juego.

Cuando llegue con Yura lo abrace besándolo y salimos de allí. Le di unos cuantos besos hasta que Yura me frenó arqueando una ceja.

- ¿De dónde sacaste esta hermosura?

- Siempre fue mía... ¿Quieres probarla?

- Me encantaría.

Ambos subimos a la motocicleta y por supuesto que puse a Yura delante de mi dejándolo que se emocionara por manejar una motocicleta. Incluso le conseguí un casco con animal print. Lo deje manejarla por largas carreteras hasta que pasaron horas y horas así, saliendo de las carreteras transitadas y llegando a las casi desérticas, donde tuvimos que parar en una gasolinera y emprender el viaje de regreso.

- Perdona Beka me emocione conduciéndola. – sonrió y solo pude besarlo

- Descuida, esto... era realmente lo que quería. Sigamos nuestro camino... ¿Vale?

- ¿Qué planeas?

- Nada en especial – sonreí.

Y así fue, ahora yo conduje hasta un mirador con la vista más espectacular que Nueva York pueda dar. Solos nosotros dos, realmente me sentía en paz.

- Wow... ¿Así que no planeabas nada?

- Nada en especial dije – sonreí dándole un beso en la mejilla -nadie pasa por aquí y siempre se me hizo bonita vista. Quería mostrártela.

- ¿Desde cuando eres romántico? ... ¿Qué tienes?

Y allí estaba, mi Yura como siempre descifrando las cosas que no digo.

- Bueno puede ser que sintiera un poco de celos cuando abrazaste a Kenjirou.

- Hm... - sonrió pegando de golpe su trasero a mis caderas – Creo que dejé claro a quien escogí para darle mi trasero. así que no tengas celos, nunca te dejaría a ti Beka.

- ¿Enserio?

- Enserio...

- Ah... bueno vamos a comprobar eso...

- ¿Qué?... oh no, no, no, estamos en público, Otabek si... hn...

El moreno podría ser catalogado en este momento como un maldito enfermo que no entiende de razones. Era sádico, era dominante y egoísta, era un jodido asesino que apenas podía distinguir entre el bien y el mal. Y el mismo no se justificaba, el asumía la culpa de todos los males que había hecho y estaba por hacer.

Pero Plisetsky, ese espectacular ruso lo traía besando el suelo. Podía dejar de lado su lado asesino solo para concentrarse en la belleza de ese espectacular rubio.

Deslizo sus manos por todo el torso del rubio, entre los besos que repartía en su cuello haciendo al rubio jadear y sostenerse del manubrio de la motocicleta, hasta llegar a sus pantalones que comenzó a desabrochar y a bajar con un poco de desesperación. Cual animal en celo, necesitaba ya el contacto con su pareja, y lo buscaría a cualquier costo.

Una vista espectacular de la ciudad, pero nada como la vista espectacular de las caderas y el trasero a medio salir de los pantalones del ruso. Nalgueo un poco las bien esponjadas nalgas del ruso apretándolas y frotándose un poco para que Plisetsky pudiera sentir lo bien empalmado que estaba su compañero.

- Hn... Beka, you fucking pervert.

- And you love it baby, so don't call me pervert when you enjoy it.

El kazajo al fin libero la presión de sus pantalones rebotando su miembro en el trasero del rubio. Comenzó a frotarse un poco en lo que humedecía un par de dedos con su boca y los llevaba a la entrada del ruso comenzando a abrirse paso para prepararlo.

- Hn beka...

Siguió moviendo los dedos suave y lentamente, a veces entraba de golpe y tocaba la próstata solo para ver al ruso gemir mientras seguía el movimiento sin parar. Al poco rato pudo anexar otro y los saco de golpe para poder colocarse un condón y colocarle uno al rubio.

- Si manchas mi motocicleta realmente me enojaré – dijo besándole la mejilla – ups.. creo que es algo grande para ti.

- ¡Cállate jodido idiota! Podría hacerte gemir como perra con ese tamaño.

- ¿Estás haciéndome una propuesta Yura? ¿Quieres penetrarme a mí?

- Podría hacerlo, y te haría gemir hasta que me escuchen en Japón.

- Oh bebé, me gustaría ver eso, pero creo que te queda mejor que tú gimas y te escuchen hasta Japón.

El kazajo se introdujo en el rubio de golpe, haciéndolo gritar mientras poco a poco iba llegando más al fondo. Su motocicleta por un momento perdió el equilibro, pero las piernas del kazajo tuvieron que soportar el peso para no caer. Su rubio estaba comenzando a mover las caderas con insistencia y el kazajo comenzaba a jalarlo para poder embestir más cómodo.

Siguió el vaivén de sus caderas mientras se escuchaba el ruido de la fricción que hacia sus pantalones con el asiento de cuero. Que pronto fue sobrepasado por los gemidos del rubio quien se aferraba al tanque de gasolina moviendo sus caderas más rápido, frotándose contra la motocicleta un poco.

El moreno empujo al rubio más abajo, sometiéndolo mientras este apenas pudo tomar posición cómoda para resistir las fuertes embestidas que comenzaron a llegar y que se escuchaban como golpes certeros a sus muslos.

Ese era el hombre que quería, pensó el rubio entre gemidos y gritos, un hombre inteligente, adinerado, bueno y un jodido semental en la cama. Sabía que nada le faltaría con un tipo así, nunca sufriría lo que sufren muchas mujeres al no estar satisfechas con su pareja.

Tenía un perfecto ejemplar de hombre a su disposición ahora embistiéndole con su enorme pene haciéndolo llegar al cielo.

- Hngg Beka... ¡AH!

- Yura.. hng I.. I... Fuck...

El rubio pudo alcanzar el ritmo del moreno mientras la moto se movía sin control. El moreno concentraba su fuerza en sostenerla y embestir en lo que el rubio movía las caderas como si de su vida se tratara.

Los jadeos, los gritos, la manera en que sus cuerpos parecían hechos el uno para el otro los envolvió hasta llevarlos al orgasmo brutal, que acabo en un gemido de ambos.

El kazajo se mordió el labio inferior echando la cabeza hacia atrás mientras el rubio hizo lo mismo jadeante. Era una bella escena del atardecer, con dos personas en el orgasmo, y el ocaso a lo lejos con una maravillosa ciudad que parecía no dormir.

Recuperados del orgasmo en plena calle. El kazajo se deslizo suavemente fuera del rubio viendo como su carga había quedado atrapada en el condón. Suspiro recargando su frente en la espalda de Plisetsky repartiendo dulces besos que le sacaron suaves gemidos al rubio, disfrutando la sensación.

Ambos se quitaron los condones y los pusieron en una bolsa para tirarlos en el primer basurero que vieran. No pensaba solo botarlos por allí. Rieron cuando ya habían subido sus prendas y se abrazaron besándose disfrutando la vista de la ciudad de noche.

- Te amo Beka.

- Te amo Yura... ¿Listo para Cancún?

- Muy listo.

Ambos regresaron entre risas y abrazos a su casa, para comenzar a empacar sus cosas. No sin antes que Yura exigiera a Otabek llevar a Potya con Kenjirou, porque sería la única persona en el que confiaría a su dulce hija.

Y así partieron ambos a la boda...

Entre notas y apenas durmiendo estaba Kenjirou Minami. Después de alimentar a la gata de Yuri, se la paso en su computadora. Había tal vez leído de la vida de Otabek Altin más de 3 veces y todo parecía normal. Un hombre ejemplar, por completo. Golpeo su escritorio haciendo despertar a la gata.

Rápido el japonés la calmó y volvió a su escritorio, no había comido bien ni había dormido todo por su extraña obsesión impulsada por la envidia y celos.

Él lo sentía en las venas, sabía que Otabek Altin no era la persona que era, conocía jodidamente bien a los tipos doble cara y este tipo lo era. Eso se repetía sin parar caminando como león enjaulado por su habitación.

De nuevo regreso a su computadora leyendo, investigando cada nombre. Hasta que un nombre surgió de una nota vieja e incompleta.

Frederick Miller.

Entonces se puso a investigar del sujeto, un reconocido psiquiatra que había ayudado a muchos pacientes... era una jodida biografía enorme así que en su aburrimiento paso y paso las páginas que hablaban del sujeto hasta encontrar una noticia vieja.

"Asesinato de Frederick Miller"

Se detuvo en seco a leer las causas y como fue asesinado por uno de sus pacientes. Miro las fotografías, miro cada cosa y se encontró con una. Donde en una foto del funeral, había un tipo, un joven... Igual a Otabek Altin.

- Sus registros no dicen nada de que tenía un paciente llamado Otabek Altin...Los archivos de Altin no revelan que fue a terapia...

Entonces se embargó en esa duda. Estuvo tentado en hablar con Leo de la Iglesia, pero desistió mirando las noticias, indagando más. Entonces desde el caso de Miller, 3 meses después comenzó a surgir el caso de "La sombra"

Kenjirou Minami se estremeció.

Sentía que había algo muy grande que nadie estaba viendo. Si lo que presentía era verdad, entonces tenían a un asesino serial poderoso, inteligente y con la capacidad de matar a quien se le ponga enfrente trabajando con ellos.

- ¿Quién diablos eres Altin?

Y así se dejó envolver en sus pensamientos, en recolectar información. Al menos ya sabía que caso él iba a seguir. Porque mientras sus superiores estaban en México, él tal vez haría un viaje a Canadá para hablar con ciertas personas...

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o- 

Un rubio se bañaba en dulces esencias en su mansión. No le molestaba estar bajo las órdenes de un chiquillo, incluso, lo consideraba algo cómico para él. La cosa es que Christophe Giacometti siempre le pareció divertida su vida, lo hacía por mera diversión viendo como los demás se destruían y el solo observaba las desgracias que pasaban.

Aunque debe admitir que le dolió perder a Viktor, aun así, veía algo de él en Yuri y eso le reparaba el corazón. Además, su amante, Masumi Mitsurou, un genial fotógrafo premiado lo mantenía suficientemente amado como para preocuparse o estar deprimido.

- ¿Aún hay espacio? – dijo Masumi entrando al baño, llevaba solo una toalla en las caderas, cosa que hacia que él suizo deseara una ventisca para tirarla.

- Siempre hay espacio para ti – contesto coqueto dándole una sonrisa – solo ven.

Y así lo hizo, su amante se metió junto a él y una sesión de besos y caricias empezó, sesión que se vio interrumpida por una llamada telefónica. El suizo gruño molesto tomando su celular mientras su novio besaba su pecho y tomaba aire para hundirse en el agua y comenzar un oral.

- Hn... ¿Sí?

- Soy yo Chris, Yuri, escucha que esto será rápido. Estoy en Cancún Y Kenjirou no vino, así que quiero que cuides de él. He estado revisando lo que me enviaste de ese tipo o tipa, "La sombra", Chris, quiero muerto a ese tipo, sin importar que, lo quiero muerto ya. Si el/ella descubre que soy el líder de la tormenta vendrá por mí, oh peor, dejará la evidencia para Beka y ... no quiero ni pensarlo. Así que encárgate de él... ya sabes que hacer aparte del trabajo especial que te di.

- Okey, tranquilo, todo el trabajito ya está listo... hn... Solo, déjame hacer mi parte y tú has la tuya.

- Bien, así lo haré, hasta luego.

Suspiró colando para después sacar a su amante del agua y aventar el celular. Esa noche quería recibir una buena follada y mimos, y ningún gato ruso se lo iba a impedir. Él era un hombre de palabra y el trabajo que se le encargo ya lo tenía listo. 

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o- 

Otabek estaba en la ducha, dejando que el agua corriera por su cuerpo. Aun recordaba esa discusión que tuvo con su equipo antes de partir a Cancún y eso lo estaba carcomiendo.

- Otabek no se trata si es bueno o malo, se trata de los riesgos que estamos a punto de tener. ¿¡Que no lo entiendes!? ¡Somos una mafia!, maldita sea Otabek, somos una, y ahora tenemos a la tormenta blanca queriendo nuestro trasero, y no es la única, tenemos a grandes grupos delictivos queriendo nuestra cabeza incluso cuando no saben quiénes somos. Y aun así, lo único que te importa es mantener a Yuri a salvo... ¡Eres igual a Viktor! – grito la canadiense molesta y frustrada.

Un silencio gobernó en la sala y antes de que el kazajo pudiera hacer un movimiento sobre la canadiense, Jean se interpuso. Ambos se miraron y el kazajo suspiro.

- La sombra siempre ha sido un grupo de mafia, lo sé, somos de esos grupos que se dedican a matar, pero la diferencia es que nosotros no obtenemos dinero a cambio... no solo es Yuri, son todos.

- ¿Cómo vas a protegernos entonces? ... - resopló Jean - ¿Sabes lo que captaron los detectores? Ese sujeto, Minami Kenjirou, está realizando búsquedas de Frederick...

- ¿Qué?

- Oh lo sabe, sabe que hay algo mal en los archivos y si es igual de obstinado que tú, no parara hasta encontrar los reales. Eso pone en peligro a la sombra porque no solo fue tu nombre, es el de Isabella también.

- Y, por si fuera poco – dijo Temir mirándole – La tormenta blanca a declarado un estado de homenaje. ¿Sabes cómo se realizan los homenajes?

- No... - contesto el kazajo.

- Van a matar a los culpables, somos los responsables de la muerte de Nikiforov y Katsuki, la tormenta blanca está buscando desesperadamente a la sombra. Quiero que razones esto Otabek, razónalo. La sombra tiene empatía, carisma, ese carisma que inspira a otros. Muchas personas comenzarán a ser justicieras por su propia cuenta, ya empezaron y la tormenta acabara uno por uno con personas inocentes.

- Pero...

- ¡Escupiste a la cara de todos! ¡Reíste sin parar y los eliminaste con singular gracia a uno por uno! ¿Creíste enserio que siempre ibas a ganar? ... Tienes a un detective tras de ti, tienes al hijo de la tormenta blanca como pareja y has puesto en riesgo a todos. ¡Esto no es por Yuri! Esto es por lo que hemos provocado... ¡Te convertiste en lo que prometiste nunca dejarte caer! ... Somos una mafia, "La sombra americana" así nos dicen, así en cada parte del mundo nos conocen... se suponía que esto iba a ser... diferente, que después de esto podríamos tener vidas normales. Pero no, mataste a Isabella, mentiste a tus padres, Jean no puede hacer nada porque se supone que está en un papel de depresión. Entonces nuestros fondos van a caer porque los únicos en servicio somos tu y yo. ¿Cómo planeas mantener todo esto?

- ... tengo... tengo un plan.

- No Otabek, no lo tienes. Hijo escucha... dinos, que va a pasar. Piénsalo...

- Dame un momento, solo esperen un momento.

El kazajo camino al almacén donde este se encontraba limpio. La gran habitación blanca era ese almacén. Se sentó en una silla en medio y miro como el blanco se hacía más potente. Lo tenían acorralado, Kenjirou lo tenía acorralado, la tormenta blanca lo tenía acorralado, y Leo estaba listo con las esposas detrás de ellos mientras que sentía como Yuri cruzaba las puertas dejándolo atrás.

Entonces exploto aventando la silla contra la pared rompiéndola, llenándose de ira y frustración golpeando las paredes hasta que sus nudillos comenzaron a llenarse de chorros de sangre.

Amos canadienses se abrazaron, les dolía ver al kazajo así porque sabían que estaba llegando a un límite. El mayor de todos ellos suspiro y esperaron para verlo salir. Cuando salió, hecho un desastre con sus ropas y lleno de sangre en cada mano, paso con cuidado sus dedos por su cabello llenándolo y manchando su rostro con su palma ensangrentada.

Entonces allí estaba, esa mirada de loco, esa marca, ese porte. Era la primera vez que ellos veían a ese Otabek. El Otabek que su maldita vida formó, la verdadera sombra. Estaban enfrente del asesino, no de la persona. Y tragaron, tragaron seco de solo verlo.

- Esto solo lo diré una vez. – dijo haciendo que los demás captaran su atención – Si me hacen repetirlo, voy a enfadarme de sobremanera. – dejo salir esa sonrisa que solo causaba escalofríos. Una sonrisa que solo les mostraba a sus víctimas – Kenjirou, quiero que dejes los archivos verdaderos a su vista. Deja que corra con Leo, que se frustre, es como hacer que caiga en sus propias palabras. La tormenta blanca busca venganza como tributo a su líder, así que no importa lo que haga, la tendrá. Solo esperare por ella y me activare como una bomba cuando suceda. Las personas que quieren seguir con la sombra, que lo hagan, yo no puedo tomar las decisiones por cada persona. Temir, encárgate de los archivos. Jean encárgate de las cámaras e Isabella... mi dulce y tierna Isabella, averigua quien está detrás de Christophe Giacometti.

- ¿Qué?

- Se que él no es el líder, es muy simple. Cuando tengas al líder solo dilo. Y yo mismo lo destrozo con mis manos.

- Ota...

- ¿Alguna pregunta?

Y la habitación se llenó de frío aire mientras sus miradas apenas podían aguantar a esa mirada de fuego en el kazajo. Nadie dijo nada bajando las cabezas.

- Bien – sonrió el kazajo tomando su abrigo saliendo de allí. Y justo en la puerta se detuvo para voltear y mirar a su equipo – Welcome to my death parade.

El kazajo abrió los ojos ya en la ducha saliendo de sus recuerdos. Vio sus manos algo hinchadas y curadas por Yura. "Un accidente de la moto" fue lo que dijo. Pero se preguntaba como es posible que Yuri creyera eso. Suponía que el amor realmente te ciega.

Aunque él lo sabía, sabía que su instinto asesino estaba tomando el control de todo y no sabía hasta que punto se podría mantener sereno. Era una bomba de tiempo que solo quería jugar un juego, y estaba a punto de explotar. Cada día se sentía menos humano por lo mismo...

Si he de morir, por favor convierte mis restos en guerreros, porque mi alma lo pide y mis lagrimas lo imploran. Si he de morir, prométeme que en los suaves pétalos llevados por una ventisca me encontraré, incluso cuando mi ancla está en el infierno y yo aspiro al cielo. Si he de morir, recuérdame como el hombre que deseaba ser, no como el que fui...

Un poema que había escuchado en su natal Kazajistán, un poema, solo eso era lo que había susurrado, como último discurso antes de su muerte. Porque necesitaba aun ser él mientras lo dijera...

Oh la sombra jugaría con fuego arriesgándolo todo, y eso es justo lo que iba a suceder.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o- 

"Tal vez a este gato le gustaría tener un lobo como mascota"

Fue lo que pensó el ruso recostado en la cama esperando a su amante con un botiquín para vendar sus heridas. Estaban en un paraíso, y aun así se sentía intranquilo porque en sus venas corría peligro y su alma gritaba por sangre.

Era el líder de una mafia sin igual, y la había manejado a su antojo, era el líder, si, el único, y aun así tenía el deseo de dejarlo todo atrás por aquel loco que le había robado el corazón completamente. Era un amor que no debería de existir, pero aun así existió.

"Convierte mi dolor en una tormenta y que esta destruya todo a su paso, solo deja que el poco amor que existió vivía y que disfrute de su calidez cuando el frío azote y me deje marchito"

El ruso lo sabía, enfrentarse a la sombra iba a ser de vida o muerte. Pero tenía que quedarse unido a Beka. Entre ambos podrían solucionar el triste destino que le espera al ruso. Si bien, el provoco las muertes de sus padres, aunque fuera solo por poco, aun así, tenía el remordimiento porque los amaba. El homenaje ya había empezado y era su deber dar el tributo.

Mata a la sombra y deja que la tormenta destruya todo a su paso.

Y lo haría, después de matar a la sombra dejaría todo en manos de Chris y solo dedicaría su vida al amor que siente por Otabek Altin. Una vez libre al fin seria Yuri Plisetsky... y podría entregarse a su amado completamente.

Escucho cuando la puerta del baño se abrió y recibió a su amante con una sonrisa acercándose a él y rodeando su cuerpo con sus manos. El kazajo hizo lo mismo juntando ambas frentes y uniendo sus suspiros en uno profundo.

Que triste era, ver amantes destinados a matarse para recobrar su alma. Un triste poema se estaba ejecutando y ambos estaban siendo víctimas de sus propios sentimientos...

El lugar era un paraíso perdido en este mundo. Leo de la Iglesia había conseguido el mejor Hotel en Cozumel, donde se realizaría la boda. Había varios preparativos haciéndose en ese momento en el salón de eventos y un par de novios nerviosos corrían de un lado para otro siendo ayudados por sus familiares.

Pero un par de amantes no podían soltarse, un orgasmo los llevo a parar a las sabanas jadeantes viéndose el uno con el otro. No podían hablar, estaban envueltos en las sensaciones que habían experimentado y los estragos del orgasmo apenas estaban saliendo de sus cuerpos.

- Yura... - jadeo el kazajo – te amo...

- Te amo... - contesto el ruso acariciando su mejilla.

Sus esmeraldas no se separaron de la mirada chocolate. Una mirada tan pura que quería enmarcarla y llevársela a casa donde pudiera verla siempre que lo necesitara. Era un paraíso estar aquí, donde la gente es cálida y el calor latino pega como el viento. No fue fácil adaptarse, estaba acostumbrado al frio, a la lluvia y a lo nublado. Ahora ver agua azul cristalina, ver el sol reclamando tostar su piel, y ver un sinfín de sonrisas que solo te saludan como si su vida fuera jodidamente perfecta le asustaba un poco.

¿Porqué sonríen tanto? Se preguntaba el ruso cuando salió por primera vez con su pareja a recorrer un poco alrededor. Realmente la calidez que tiene toda Latinoamérica es inigualable. Le dieron ganas de recorrer y saber más de ella, pero lamentablemente él no era un turista común. Era una mierda, y no quería manchar a un país cálido con su presencia.

El kazajo se acercó más pegando su frente con la de él, aun con jadeos acariciándole la mejilla... y de nuevo las miradas se cruzaron. Ellos no sabían, pero ambos en ese momento se estaban declarando un contrato de amor enfermizo dentro de sus cabezas, como un monólogo interno que nunca podrían decir en voz alta.

O: Nacidos en dolor y sufrimiento, tu nunca tienes que ver el gran secreto que oculto, porque si lo ves, solo veras lo malo de ello y nunca lo bueno. Así que empezare el juego una y otra vez para que tú nunca descubras que es el peón quien tiene la corona del rey.

Y: Es el peón quien tiene las manos manchadas y no el líder...

O: Comenzaremos un juego de sangre, comenzare hasta que no tenga nada, porque tú solo tienes que ver lo que esperas de mí, no lo real.

Y: Te envolveré en mi propia entropía de personalidad para que no puedas escapar y dejarme.

Ambos: Porque lo que no debe ser escuchado será dicho, y yo protegeré cada parte, para que tú no sepas lo que ocurrirá. Me llevare el secreto a la tumba para solo tener un día más contigo entre mis brazos...

- Te amo – dijeron ambos al unísono sonriéndose.

Se envolvieron de nuevo en besos y el ruso unió sus manos con su pareja, tomando un poco el dominio montándose encima. El kazajo sonrió complacido dejando que su pareja continuara, pero al escuchar un "click" abrió los ojos de golpe. Sus manos estaban amarradas con esposas reales a la cabecera mientras el ruso lo veía con una expresión traviesa.

- Uh... Yura, ¿Qué es esto?

- Pues... - dijo poniéndose un dedo en los labios viéndose adorable – quería jugar contigo. 

- ¿A que te refieres?

- Bueno... primero, quiero llenarte de besos – dijo sacando un labial rojo aplicándoselo en los labios y el kazajo sonrió. No sabía cómo explicarlo, pero aun con labial Yuri se veía jodidamente sexy y masculino. - ¿Puedo?

- Por supuesto, márcame.

El ruso comenzó a pasar sus labios primero por la mejilla del kazajo para después besar tiernamente su cuello, dejando impresos esas marcas de labios rojizos. Le encantaba ver el contraste que tenía con la piel de moreno.

Así que siguió con sus exquisitos brazos que lo hacían temblar al sentir los músculos tensarse. Paso por su escultural pecho dejando una serie de besos y se deleitó con el abdomen marcado y perfecto de su hombre.

Beso el pubis tentando al moreno a seguir y cuando este lo veía con deseo, subió a besarle de nuevo los labios con desesperación, embarrándolo completamente del labial. El kazajo disfrutaba en sobremanera de esto, esos mimos del rubio eran geniales y lo hacían sentir querido.

Pero se arrepintió de golpe en haberse dejado esposar dado que el rubio le abrió las piernas mordiéndose el labio... Oh si, parece que el rubio no solo quiere darle mimos.

- Yura... ¿Qué haces amor?

- Te vez tan lindo Beka... y... estas tan indefenso – dijo el rubio con una cara de ángel, pero ya con una erección besándole las piernas al kazajo. - ¿Puedo?

- ¿P-p-puedes que? – esto realmente no se lo esperaba.

- Bueno, te dije que te podía hacer gemir hasta que se escuchara en Japón... Quiero follarte.

- Ah...

El kazajo trago grueso viendo la erección del rubio. Bueno, nunca se imaginó que el ruso algún día querría ser el que lo hiciera y la verdad estaba debatiéndose contra el mismo si permitirlo o no. Pero cuando su mirada fue a parar a los esmeraldas que lo veían con ilusión su corazón se rompió.

¿Enserio se iba a poner de macho con su pareja? No, por supuesto que no. Si su pareja quería intentar tomarlo, él lo dejaría. Lo ama demasiado como para negarle algo tan estúpido. Si Yuri Plisetsky se deja tomar, él se dejaría tomar, así de simple, era una relación de dos, y se amaban demasiado como para no obedecer esa regla.

- Hazlo, quiero ver que tienes Plisetsky – dijo el kazajo como reto dándole una sonrisa y al rubio se le ilumino la mirada.

- Solo espera y veras...

El rubio saco una caja de condones de su maleta rápido. Usaría los del kazajo, pero tenía que admitir que no alcanzaba a llenarlos y tener un condón flojo que pueda quedar dentro de su pareja, y hacer pasar a su pareja por esa humillación, ni pensarlo. Así que compro unos para él. Estaba por abrirlo cuando el kazajo lo miro.

- Hey Pornstar, tienes que prepararme primero, ¿Lo ibas a meter así porque si? Auch... tengo que ser padrino mañana, necesito poder moverme. – dijo el kazajo riendo y el ruso le aventó una almohada.

- C-claro que iba a prepararte – contesto fingiendo sentirse ofendido – solo... am...

- Yuri... ¿Lo has hecho antes verdad?

- ... no. – contestó encogiéndose de hombros.

El kazajo se llenó de ternura viéndolo y suspiro sonriéndole. Le acariciaría las mejillas llenándolo de besos si pudiera en ese mismo instante.

- Me alegra ser el primero entonces – sonrió – solo yo puedo sentir a Yuri Plisetsky.

- Beka... - el ruso sonrió – te trataré bien lo prometo.

- Lo sé, confió en ti.

Y el corazón del ruso parecía querer salir de su pecho. Tomo el lubricante y comenzó a masajear el miembro del kazajo para relajarlo y hacerlo disfrutar mientras comenzaba a acariciar suavemente la entrada del moreno. Otabek lo estaba disfrutando. La suavidad de las manos de Yuri tocándolo siempre era lo mejor.

El rubio metió el primer dedo y pudo sentir la calidez del kazajo, pero también vio una leve cicatriz en esa área. Se preguntó porque Otabek tenía una cicatriz allí.

- ¿Beka...?

Antes de que pudiera formular una pregunta, el kazajo la respondió como si le hubiera leído la mente.

- Me violaron, cuando era niño. Se desgarro... - contesto el kazajo – pero no importa, estoy bien ahora así que no le tomes importancia Yura, te quiero sentir a ti.

- Beka... - el corazón del rubio se rompió solo con escuchar eso. Quería lanzarse y llenarlo de besos y mimos, pero su pareja no iba a permitir eso - ¿Seguro?

- Te estoy diciendo que me violaron y odio que alguien me toque allí, pero si eres tú puedes hacerme lo que quieras. Así que no pares amor, te amo. – dijo el kazajo dándole una sonrisa con un sonrojo adornándola.

El rubio sonrió siguiendo el masaje sacándole uno que otro gemido al kazajo. Las expresiones de Otabek eran difícil de leer así que no sabía si lo estaba haciendo bien, solo imitaba los movimientos que Otabek hacía con él. Por su parte el kazajo no estaba disfrutándolo. Los dedos de Yuri eran torpes y cortos, pero, sentía calidez que lo estuviera haciendo.

- Amor, te ayudaré – dijo el kazajo mirándolo – mueve tus dedos un poco a la izquierda y haz presión en la parte superior, no tengas miedo de meterlos un poco más al fondo... estas dilatando bien así que solo hazlo Yuri.

- O-okey...

El rubio obedeció siguiendo los consejos de su novio hasta que un gemido escandaloso al fin surgió del moreno. El rubio se llenó de sonrojo al ver tal expresión.

- Hnn... Yura...

- Beka, eres adorable...

El ruso dejo las dudas atrás y el miedo para soltarse más en el cuerpo de su novio. Metía mas los dedos y cuando pudo meter tres, coloco su condón y se llenó de lubricante el miembro acomodándose entre las piernas del kazajo. Este le sonrió suavemente y el ruso le beso. Se separo un momento de los deliciosos labios de su pareja y poco a poco comenzó a entrar dentro de él.

El kazajo soltó un suave quejido entre jadeos hasta que el rubio ingreso por completo. Ambos suspiraron y el moreno lo envolvió con sus piernas por la cintura.

- Dámelo todo – dijo riendo, mas como reto a su pareja.

Quedaba claro algo, incluso siendo el de abajo, Otabek Altin nunca dejaría de ser el dominante macho alfa que es.

Exigía al rubio de aquí para allá, le mostraba como hacerlo y gemía incluso como un hombre, con una voz gruesa y a veces rasposa. Eso le ponía al ruso de sobremanera, le ponía bastante. Otabek no se convertía en sumiso, sino que seguía igual de dominante...

Este hijo de puta le encantaba.

Seguía moviéndose dentro de él, sacándole gemidos y gruñidos al kazajo, esto tenía al ruso en su límite. Se maldecía internamente por no poder durar más, pero ver al kazajo gemir su nombre y verlo disfrutarlo, lo estaba matando. Se dio un facepalm interno al no poner una cámara y grabarlo, esto era definitivamente material para masturbarse después y lo había pasado por alto.

Encogió los dedos de sus pies tratando de ocultar su cara de orgasmo para el moreno, pero fue imposible. Soltó un sonoro gemido corriéndose de golpe dentro del kazajo quien gimió suavemente jadeante.

El ruso salió de él algo avergonzado por no durar más de 10 minutos, viendo como su carga quedo atrapada en el condón. Miro al kazajo y este le sonrió suspirando.

- Eres bueno Plisetsky, me hiciste gemir realmente. – dijo molestándolo, pero nada de lo que dijo era mentira. Si lo había disfrutado y si lo había hecho gemir de placer. Puede que incluso cuando Yuri quiera tomarlo de nuevo, lo haga llegar al orgasmo o a correrse.

- Termine muy rápido... - dijo con sonrojo encogiéndose de hombros.

- Tal vez esa sea mi culpa, ¿Te apreté demasiado? – rio el kazajo – oye, mi primera vez ... am... supongo que me corrí rápido. – dijo riendo recordando esa mansión.

- ¿Enserio?

- Si... estaba pensando Yura, ahora literalmente te volviste un dolor de culo.

- ¡Estúpido! – rio el ruso abrazándose del moreno.

El kazajo continuo la risa y suspiro jalando sus manos rompiendo las esposas tumbando a Plisetsky quien lo vio sorprendido. Sonrió y sus miradas se unieron como una de nuevo. Se repartieron tiernos besos y caricias. Dejándose envolver entre las sabanas. El rubio anuncio quererlo dentro por la manera en que lo envolvió con sus piernas y el kazajo comprendió el mensaje.

Esta vez al fin fue diferente, ambos estaban vulnerables y siendo ellos, y entre cada embestida no podían evitar besarse o mirarse, disfrutar como las expresiones de uno encendían al otro, parecían un par de vírgenes haciéndolo por primera vez, lento, a veces rápido, a veces desesperado y a veces con cautela.

Las manos del kazajo estaban a cada lado del rostro del rubio uniéndose y entrelazando los dedos mientras su pareja se retorcía en placer. Siguieron los besos, las caricias, sin parar en decirse cuanto se aman, cuanto quieren estar juntos para toda la vida.

Y así siguieron sin importar las horas de la noche.

Y sin importar que cierta pelirroja quería ir a matarlos. El tener la habitación a lado del par de conejos que no se dejan de follar era lo peor...

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o- 

Hermosos adornos color blanco que se mezclaban con lo tropical del lugar. Un hermoso día y caluroso mientras un par de novios se veían al espejo esperando lo mejor. El latino portaba un traje negro con una corbata blanca. Mientras el chino tenía un traje blanco con una corbata negra. No se habían puesto de acuerdo, pero ellos mismos eligieron los trajes que usarían, porque sin importar que, solo querían ver a su pareja ya.

Vestidos entallados y sonrisas iban desfilando por los pasillos del edificio para llegar a la ceremonia. Un par de canadienses observaba por cámaras expectantes a la pareja. Odiaban en su alma no asistir, pero sabía porque lo hacían. Con todo su corazón deseaban felicidad a la nueva pareja.

Entonces, una pareja única salió de su habitación. Con trajes que solo ellos podrían usar quedándoles bien. El moreno con un saco verde obscuro y el rubio con un saco blanco rayado con negro. Era una pareja hermosa que robaba las miradas, pero nada robo más el aliento. Que el momento donde se escuchó la marcha nupcial y un pequeño chino apareció caminando de la mano de su madre al altar.

Otabek Altin le dio una palmadita al hombro del latino para que este despertara de su ensueño. El chino lo mando a otra dimensión con esa singular belleza.

Entonces la ceremonia comenzó, fue algo difícil por la mezcla de culturas e idiomas, pero todos entendieron la última parte. "Puede besar al novio" ...

Y un beso los unió entre aplausos y gritos de felicidad.

Las felicitaciones no tardaron en llegar mientras la gente se juntaba, y fue entonces donde un rubio camino a la pareja acompañado de un kazajo. 

"Felicidades" dijo recogiéndose un mechón de su cabello. Y un sonido de arma cargada se escuchó.

El moreno volteo y sus ojos reflejaron horror al ver una serie de hombres armados y trajeados.

Otabek Altin aprendió una lección ese día.

"La sombra" por las cámaras, horrorizados, aprendieron una lección ese día igual.

La mafia no es algo con quien meterse. Porque ellos buscaran hasta el final. No había rastro de la sombra, eso Otabek Altin lo dejo claro, pero, nunca en su mente de jugador pensó que, si no está el rey mayor, irían por el segundo al mando.

Así que empezarían con el causante que desembocó todo el caso contra Viktor Nikiforov.

El jefe del departamento.

Leo de la Iglesia.

Y es así como entre gritos y disparos, en un paraíso sin igual, la belleza de un amor se manchó de sangre derramada... y la sombra, la sombra por primera vez había sido levantado de su asiento en el cuarto blanco y un cuchillo había caído en su cabeza...

Pero... no sin pelear...

Porque eso detonó la bomba que el mismo se había implantado en su cabeza.

-o-o-o-o- ENTROPY  -o-o-o-o-

**********

*********

********

*******

******

*****

****

***

**

*

Sinopsis; 

Segunda parte de Entropy

Otabek Altin se encuentra en medio de un sinfín de problemas donde solo parece haber sangre derramándose cada vez que se encuentra más cerca de saber la verdad. Tras un trágico acontecimiento, el líder de "La Sombra" creara un sinfín de caos para solo sacar la verdad detrás de la mafia y los hechos ilícitos que han ocurrido.

"Un sinfín de obscuridad se avecina para mi vida, pero, yo siempre sonrió para recibir a la muerte como vieja amiga..."

Hola detectives 7u7

Llegamos al final de Entropy.

La siguiente parte ya la anuncié porque si solo hacia extras jamás se iba a entender muchas cosas.

Espero lo hayan disfrutado en esta biblia de ultimo capitulo que me escribí, pero era para que vieran como Otabek llegó a ser lo que es y cómo es su manera de pensar.

Perdonen la ortografía, pero mis ojos se cansaban y como que ya veían todo bien :v y pues así lo deje. TnT Espero al menos sea entendible.

Me quede sin separadores por el límite de imágenes :'v pero espero que no haya sido problema.

¡Las amo y gracias por su apoyo tanto en Facebook como aquí! Sus comentarios y estrellitas me alegran mi vida ;-;!!!

¡Nos vemos pronto! y si tienen alguna duda déjenla aquí, espero responder todas

LENZZ FUERA :3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top