Fashion Death

"La entropía puede ser considerada como una medida de la incertidumbre y de la información necesarias para, en cualquier proceso. Poder acotar, reducir o eliminar la incertidumbre. Resulta que el concepto de información y el de entropía están básicamente relacionados entre sí...  Otabek nunca olvides eso..."

El sonido de las manecillas en esa habitación, como el ambiente  lleno de soberbia y ego hacia que se me crispara la piel. Parecía que el sujeto delante mio estaba lo suficientemente cómodo. Fotos, joyería, cosas que valdrían más que mi casa están reposando sin hacer nada en algún estante. ¿Esta es la vida de los ricos? 

Se regodean entre cosas impagables para hacerse sentir más... o en su caso, seguirse reafirmando que son mas que nadie por el miedo de que si alguien muy observador los ve... sabría lo pobre que son sus mentes. 

Pude notar la gota de sudor caer por su frente, trataba de ocultarla. ¡Oh! Ya veo, me tienes miedo a cierto punto porque mis ojos ven mas allá que ver solo a un super modelo. Te conozco Viktor Nikiforov, no puedes hacer o decir nada que me haga cambiar de opinión de ti. Así que necesitarás una distracción para relajarte. Estoy seguro que esa puerta blanca a mi derecha se abrirá para mostrar algo en donde ocultarte, en donde sentirte a mi nivel, vamos, hazlo.. ábrete. 

Como si estuviera siguiendo mis ordenes la puerta se abrió mostrando a una belleza que no me importaría que se sentara en mis piernas. Yuuri Katsuki, supermodelo e imagen de Gucci actualmente. Katsuki poso su bella mirada sobre mi y una media sonrisa apareció en el mientras se sentaba en las piernas de Nikiforov. El ruso paso una mano, nada sutil, por las piernas del joven hasta llegar a sus caderas. 

- Michele Crispino - dijo al fin el ruso - El es parte de mi firma y desapareció hace 3 días, saliendo de una sesión de fotos. Su amante no sabe nada de ello y por lo que me ha comentado la policía, el no tiene nada que ver en esto... Te conozco Otabek, el primer agente en recibir los honores  del FBI tras capturar a el asesino en serie mas famoso en América, a la edad de 24 años. 

- En realidad tenia 23 años pero los periódicos siempre se equivocan - conteste sin parar de mirarlo - ¿Quieres que busque a Crispino? 

- No solo eso, quiero que atrapes al sujeto que esta haciendo esto. Veras, no solo es Michele, curiosamente después del Fashion Week, 4 de mis modelos hombres y dos de mis modelos mujeres se les entrego una rosa blanca de un fanático, como es de costumbre, les fue llegado dicho regalo a sus manos. 

- ¿Rosa Blanca?

- Una plástica pero con hermosos detalles. No era mucho pero la belleza de ello era lo suficiente. 

El ruso le dio un par de palmaditas al japonés en las piernas y este se levanto para caminar a un buró. No sin antes inclinarse provocativamente, dejando que su pantalón delineara perfectamente su trasero. Nikiforov no aparto su mirada de mi, al igual que yo no lo hice de el, pero ambos sabemos que el ojo humano tiene mas campo de visión que solo lo que esta enfrente. 

- Estas son las imágenes de las rosas, como vera, mi esposo tiene razón, son simples rosas plásticas, pero una de esas rosas fue entregada a Michele y fue el primero en desaparecer. Tememos de que las demás rosas sean como un símbolo de que son los siguientes. 

- En efecto - contesté mirando al Japonés que me sonrió - Su esposo es muy intuitivo Nikiforov...

- Mi Yuuri tiene mas cerebro de lo que se imagina Altin - contesto orgulloso 

Mire las fotografías las rosas eran todas iguales, la misma cantidad de pétalos, el mismo color, obviamente sostenidas por diferentes personas pero al fin y al cabo no parecían mas que ser un puñado de rosas plásticas sacadas de fabrica. 

- ¿Todas fueron entregadas el mismo día? - pregunte sin apartar mi mirada de las fotos. 

- Así es - contesto el japonés sentándose en el escritorio que se encontraba delante de su esposo - El mismo día a la misma hora. 

- ¿Han dicho esto a la policía? 

- No. 

- ¿Por qué? - mire al japonés y este me miro acomodando sus lentes, cruzando sus preciosas piernas, ah una belleza, con razón Viktor esta a sus pies... 

- No confió en la policía, porque esas rosas fueron entregadas por agentes policíacos. 

Me sorprendí arqueando una ceja, pero después comencé a analizar la situación, era obvio que desconfiaría si pensaba que este simple regalo se unía a la desapariciones de sus compañeros. Lo mire de nuevo y parecía que leyó mi mente porque me siguió explicando el porque. 

- Durante el Fashion Week miles de seguidores tanto de la moda, el arte y fans vienen a vernos. Es obvio que se encargan de traernos regalos y sorpresas, casa una de las sorpresas pasan por seguridad, los policías retiran las cosas grotescas u ofensas y nos dejan los regalos puros por así decirlo. Esas rosas pasaron como si nada, puede que sea una estupidez señor Altin, pero no me fío por ningún segundo de nadie si los modelos están en peligro. 

- Como una buena madre cuidando a sus crías - conteste y eso lo hizo soltar una pequeña risa 

- Yuuri cuida a nuestra familia de cerca, es muy apeado a los modelos - dijo el ruso, orgulloso de su esposo. 

- Que suerte - conteste mirando las fotografías - El siguiente en ser atacado sera Seung Gil Lee. 

Ambos me miraron con impacto en la mirada y yo solo me dedique a sacar de mi bolsillo un paquete de cigarros, afloje mi corbata y deje que ese par tratara de saber que pasaba, pero al mirarlos supe que no tenían ni la mas mínima idea. 

- Fuego...? - pregunte y acto seguido el japonés se acerco a mi encendiendo mi cigarrillo - Las rosas, todas son iguales, todas tienen el mismo color y el mismo largo, pero, no tienen la misma cantidad de, como decirlo, medidas en cada detalle. Vera, con rosas artificiales, puedes agregar los detalles que quieras. En su caso, es un patrón desapercibido. La rosa que sostiene Michele tiene 2 espinas separadas por un dedo de aproximación. La de Seung tiene 2 espinas separadas por dos dedos, esto quiere decir que el numero de dedos que quepan durante la separación de cada espina es el orden en el que el o la persona que este haciendo esto atacara. Después le toca a Sala Crispino, hermana de la victima, continuamos con Christophe Giacometti, después pasamos a Isabella Yang  y acabamos con esta belleza - dije mostrandoles la foto - Yuri Plisetsky. - termine soplando el humo de mi cigarrillo.  

Amos me miraban con una expresión de dolor y preocupación. Lo único que podía pensar, es que le tendría que decir a Jean que no se alejara en ningún momento de Isabella, su gira "The King" tendría que hacer una pausa. 

- ¿Como lo supo? - dijo Viktor mirándome 

- Gracias a las fotos que me dio su esposo, todos los modelos sostienen la flor, en el agarre mas cómodo meten los dedos en cada espacio que hay, es lo único diferente con esas rosas así que intuyo que es por eso el orden. - Tome otra bocanada de mi cigarrillo y deje las fotos de lado - Los detalles son lo mas importante... 

- ¡Atrape al tipo que esta haciendo esto! - grito el japonés preocupado - ¡No deje que los toque! 

- Sabe, tengo mas trabajo, no puedo dejar las cosas para seguir particularmente el caso de un super modelo desaparecido. No, al menos que por una cantidad de dinero superior a la de mi caso actual... vivo de esto señor Katsuki, aunque quisiera ayudar, también tengo que comer y pagar deudas. 

- Triplicaremos la cantidad que recibe - contesto el ruso mirándome - Pagare puntualmente y en caso de viajes para que le siga el rastro pagare todo lo que necesite para llegar a el, pero, solo si toda si vida ahora se dedica a este caso a que este resuelto. No quiero que este sea su caso numero uno, sino que quiero que sea el único y su razón de levantarse por las mañanas. 

- ¿Sabe de cuanto dinero estamos hablando? - dije mirándolo, retándole. 

- ¿Y usted sabe cuanto gano solo por sonreír ante una cámara? El dinero no es problema, así que es su decisión señor Altin, ¿Lo toma o lo deja? 

- Lo tomo. - conteste - Pero como siempre he dicho en cada uno de mis casos, no puedo asegurar que lo haré en el tiempo que me pide. No siempre gano señor Nikiforov. 

- Lo tengo en cuenta - contesto el ruso levantándose - solo ponga manos a la obra. 

- Es un trato entonces - estire mi mano para estrecharla y este la tomo. 

Viktor Nikiforov era una persona interesante, había tanto que decían sus expresiones, tantos secretos detrás, tanta mierda detrás que mi yo interno quería hacerle confesar cada una de las cosas, pero en este caso, dejaría en paz al viejo solo porque me dio algo realmente interesante. Y no solo eso, Isabella esta en peligro, no puedo dejar que  este en un riesgo inminente. 

Cuando salí de la habitación, y caminaba por los pasillos para la salida, una mano me intercepto sujetándose de mi brazo. Yuuri Katsuki me miraba con preocupación. 

- ¿Que sucede señor Katsuki?

- Yuri, Yuri Plisetsky, prométame que lo protegerá como un guardaespaldas.... por favor. 

- ¿Porque tan especifico señor Katsuki? pensé que todos los modelos eran importantes para la firma. 

- ¡Lo son! - Grito casi queriendo abofetearme - pero Yuri es mi hijo. Por favor, no se despegue de el, quédese siempre cerca de el, se lo suplico. 

- Yuri Plisetsky es el ultimo de la lista del asesino, no creo que... 

- ¡¿Que pasa si se equivoca?! con toda la incertidumbre del caso, no puede estar seguro.

Suspire, lo que mas odio es tener que lidiar con dramas y ahora tenia el clásico drama maternal enfrente mio. 

- Señor Katsuki, tiene que relajarse. 

- ¿Que quiere a cambio para mantener a Yuri a salvo? 

- Nada señor Katsuki, solo mi paga... esta haciendo mas difícil mi trabajo. 

Gire los ojos tratando de controlar mi paciencia, era cierto, no tenia mucha pero me esforzaba de sobremanera siempre para mantener la calma. 

- Vi como me miraba. - dijo y llamo mi atención - vi como me miraba en la oficina de mi esposo, - dijo y paso sus manos suavemente desde mi abdomen hasta mi pecho,enredando sus manos en mi cuello - Proteja a Yuri y seré suyo si usted desea. 

- Vaya... - mordí mi labio y jale sus caderas a mi, acariciando el trasero mientras me fundía en un beso robado y apasionado con el japonés. Joder, su trasero era firme y suave, con razón trae a Nikiforov loco, su aroma era delicadamente dulce y sus labios parecían hechos de algodón, una completa belleza. - Lo pensare Señor Katsuki - dije soltándolo y apartándolo de mi -Si acepto, ¿Como se lo haré saber? 

El japonés jadeaba con un sonrojo en las mejillas pero con una mirada de determinación. ¿Este tipo va enserio? Diablos... me siento un poco mal por el ruso. 

- Venga aquí y lo llevare con Yuri, le explicare que tiene que ser protegido. 

- mhmm.... protegeré a su bella hada rusa - dije mirándolo - Y descuide, no tiene que entregarme su cuerpo, pero, si le agrega un cero mas a mis cheques seria  una maravillosa cortesía. 

- Téngalo asegurado, muchas gracias. 

Un cigarrillo y ver como las cenizas caían y volaban con el aire mi hicieron despertar un deseo de solo recostarme en mi cama. Cuando llegue e iba en el elevador me sonreí a mi mismo, ese japonés realmente es hermoso, me hubiera gustado llevarlo a mi cama, pero, su esposo es quien firma mis cheques así que sera terreno peligroso, ya que... 

Al llegar pude notar un dulce perfume junto al de una colonia, parece que tengo la hermosa visita de un par que se encargara de mi esta noche...

Desperté solo para encontrarme en la cama con Jean e Isabella, debo decir que ambos son realmente hermosos a la luz del día, sus cuerpos desnudos como si nos encontráramos dentro de una hermosa pintura, esa belleza que ambos comparten, ojos azules, cabello negro y piel blanca. De solo recordarlos gemir como lo hicieron anoche me emociona. Trate de separar mi brazo para levantarme pero solo logre despertar a Jean. Este solo me miro adormilado, comenzando a darme besos en el pecho. Mordí mi labio ante esas suaves caricias y deje que continuara. 

Subió los besos a mi cuello, succionando, dejándome marcas. Odiaba las marcas pero tenia demasiada flojera como para impedírselo. Jean era un niño mimado, si le  decía que parara, me haría un puchero que realmente no quiero ni siquiera pensarlo. 

- Buenos días - dijo besándome  - Otabek estuviste fantástico como siempre... 

- Buenos días, y gracias - dije besandole la frente abrazándolo. Jean movió un poco a Isabella haciendo que se separara de mi, este chico... es su esposa, pero en cuanto se refiere a que les ponga atención, ambos se matarían para que los atendiera primero.  - Tengo cosas que hacer...

- No, no te vayas - dijo Jean sentándose en mis caderas, moviendo su trasero haciéndome gruñir - Deja disfrutar de nuevo esta polla antes de que me dejes solo. 

- Hn.. Eres un niño malcriado - dije mirándole - tengo trabajo Jean. 

- Si, tu trabajo es follarme y hacerme tu perra ahora - dijo comenzando a frotar suavemente mi miembro, que la verdad ya se encontraba algo duro. 

- ¿Ustedes no pueden saciarse de sexo?  - dije y el solo sonrió frotando mas 

- Somos adictos a Otabek Altin, es imposible detenerse. 

Este par, Jean seguía frotándose y no podía evitar jadear, mi miembro estaba en una peligrosa danza entre las nalgas de Jean que cada vez se rozaban mas. "Agh, maldición" dije y acto seguido baje mis boxers y una sonrisa del canadiense se dibujó en su cara. Lo que me encantaba de Jean era que era demasiado sensual, tenia un bello cuerpo y rostro, me gustaba que podíamos complacernos mutuamente, a veces uno arriba a veces uno abajo. Definitivamente amaba mas cuando lo tenia gimiendo en mis piernas. 

Jean tomo mi miembro guiándolo a su entrada. Su cara me mostraba algo de nerviosismo pero aún así, como es común del rey, se dejo llevar mas por sus deseos. Podía sentir abrirme paso por la pequeña cavidad de Jean mientras sentía unos arañazos en el pecho. Ah joder, odio las marcas. Jean me mostró una sonrisa picara deslizándose cada vez mas para abajo, me aferre a sus caderas, sintiendo esa piel y esos músculos, si que estas bueno Jean Leroy. 

Cuando sentí su trasero ya en mis piernas y podía extasiarme con sus paredes apretándome solté un gruñido inclinando mi cabeza hacia atrás. El canadiense comenzó a mover su cadera en círculos gimiendo bajo tratando de controlar su voz y movimientos para que su amada esposa no despertara. Le sonreí cínico y este me vio con mirada de piedad, pero aun así, di una enorme embestida haciéndolo gemir alto, no pasaron ni 6 segundos cuando sentí una delicada mano acariciar mi mandíbula haciendo que girara mi rostro para apreciar a una diosa desnuda sonriéndome. 

Ah, Isabella Yang, famosa supermodelo, eres uno de los ángeles de Victoria y mío. 

Comencé a embestir a un ritmo moderado a Jean apretándole las caderas mientras metía mi lengua en la boca de su amada esposa, el sabor a cereza de Isabella me intoxicaba dulcemente, su suave piel, sus acentuadas curvas, todo de ella me hacían perder la cabeza durante el sexo. 

Tenia a mi amigo de la infancia montándome mientras me besaba con su esposa, amaba esta clase de relación que teníamos. Después de que Jean se caso con Isabella, pensé que nunca volvería a tocar a mi amigo, pero grata fue mi sorpresa cuando me llevaron a su noche de bodas y me trataron como su juguete de sexo personal. No me quejo, fueron un lindo par de semanas en Hawái que me hicieron relajarme de sobremanera. 

Isabella me sonrió como una niña a punto de cometer una travesura y se levanto un poco, callando los gemidos de su esposo con besos, mientras se subía arriba de mi rostro, y dejaba que mi lengua hiciera su trabajo entre sus labios mas ocultos. Dulce y delicada, hacerle un oral a una supermodelo era una fantasía de cualquier hombre, pero para mi era mas que el pan de cada día. 

No me resistía al fino sonido de gemidos en conjunto de ambos. Solté las caderas de Jean y lleve mis dedos al cuerpo de Isabella para que mi lengua recibiera algo de ayuda. Si mi lengua se concentraba en el clítoris, tenia que darle en un punto mas para hacerla gemir como Jean lo esta haciendo. Acariciar y frotar cada parte de sus labios penetrando dulce y a la vez fuerte hacían que Isabella agudizara mas la voz y gimiera mas fuerte, me encantaba, conocía a la perfección sus cuerpos, me gustaba el poder que tenia sobre ellos. 

Embestí en la próstata de Jean haciéndolo casi caerse, el canadiense seguramente tenia una expresión de gozo que me encantaría tener en mi celular y verle cuando sea necesario, pero deje que Isabella disfrutara de ese rostro. Ellos se besaban y manoseaban lentamente, disfrutándose entre ellos mientras yo seguía encargándome de hacerlos llegar al éxtasis. 

Pero, como era costumbre en este trabajo, mi celular comenzó a sonar. 

Ambos canadienses se frustraron pero no me dejaron levantarme, querían que siguiera, pero, si no contesto me darán una tremenda charla de que es importante hacerlo por tal o cual cosa que no pretendía soportar. 

Baje a Isabella de mi y después a Jean, ambos gimieron pero se quedaron besándose entre ellos en la cama. Gire mis ojos limpiando mi boca y manos, subiendo mis boxers para tomar un pañuelo y sostener mi celular contra mi rostro. No pienso agarrar mi celular cuando se donde han estado mis dedos. 

- ¿Si? - dije molesto, sosteniendo mi celular entre hombro y oreja mientras me lavaba completamente las manos - 

- Hey Daddybek, soy yo, tu compañera que siempre dejas olvidada, estoy en la estación y una belleza no deja de llamar la atención. Dijo que su nombre es Yuuri Katsuki y que te esta buscando, no piensa irse hasta que vengas, ¿Que le digo?

Joder, dije que cuidaría a su hijo, solo han pasado horas desde que lo vi, iba a ir para su casa, ah como odio a las madres histéricas. Aunque... tal vez las odio porque nunca tuve una madre que se preocupara así por mi. 

- Dile que voy en camino. - conteste - solo entretenlo, tengo que ducharme aún. 

- Oh, no me digas, tenias a un par de canadienses follándote hace unos momentos - dijo y reí. Esa chica si que sabia hacerme sacar risas de vez en cuando. 

- No puedo decirles que no a mis amigos Mila. - conteste - solo cúbreme. 

- Okey, pero te he dicho que les pones mucha atención a ese par, yo también necesito mi dosis de ti Otabek, joder ven a mi apartamento en la noche, ¿Ya no me deseas? 

- No es eso Mila, como lo he dicho, mi medico me ha recomendado en bajar mis salidas. 

- ¡Abuuuurrriiidoooo! - grito y solo me dispuse a reír 

- Voy para allá, prometo que si haces un buen trabajo te visitaré, llevare incluso vino. 

- Trato, pero apresúrate, no garantizo que no lo violen con la mirada, la verdad es una hermosura, me encanta, tiene una piel mil veces mas hermosa que la mía, eso me baja el autoestima Daddy. 

- Deja de verlo tanto y ya, llego en un rato. 

Soy un adicto al sexo, eso es en resumen lo que dijo el doctor cuando me trato durante las terapias, simplemente no puedo negarme completamente, acabo haciéndolo una y otra vez. "Unido" el dijo, estoy unido a Isabella y a Jean de una manera sorprendente, y es que era obvio, a Jean lo conozco desde que teníamos 4 años, siempre estuvo para mi, el se aseguraba de que comiera 3 veces al día, que tuviera un lugar para dormir y que no me faltara absolutamente nada. Siempre cuido de mi cuando nadie mas lo hizo. 

Y después estaba Isabella, la conocí cuando Jean y yo teníamos 20, tan dulce y perfecta, fue a los primeros conciertos de la banda de Jean por casualidad, ambos se enamoraron perdidamente y cuando pensé que tal vez este seria el fin de Jean y yo, ella me acogió en su pecho, aferrándose a mi. "Tu vienes en el paquete de salir con Jean ¿cierto?" ... era un ángel que no me soltaría nunca, tan perfecta y amorosa, era como estar casados con ellos.

"No quiero dejarlos, los necesito"  recuerdo haberle dicho al medico pero tanto como el y yo sabíamos que ha este punto, esto se había vuelto algo tan malo y adictivo que necesitaba ayuda para que yo encontrara la verdadera razón por la que no podía alejarme. 

Abrí los ojos para encontrarme ya bajo la ducha, deje que me golpearan las gotas en el rostro, quedándome allí, parado, disfrutando el agua recorrer por mi cuerpo. Suspire y salí a vestirme, de nuevo el raje negro, camiseta blanca y corbata roja. Mire de reojo a mi "matrimonio" y note a ese par ya teniendo sexo sin parar en mi rostro, malditos ninfómanos. 

- Hey, tengo que ir a trabajar, recojan el cuarto cuando se vayan. - dije poniéndome unos lentes obscuros, dejando un cigarrillo entre mis labios y encendiéndolo - No quiero manchas de semen cuando regrese así que cambien las cobijas y dejen las sucias en el cesto. 

- HNGGGG - Jean me miro sin dejar de embestir a su esposa - ¿Cuando regresas? ¿Te esperamos? 

- Nada de eso, me están pagando para estar de niñera de un chico y no quiero que se asuste al verlos ambos aquí. Jean, lo que dije ayer es enserio, cuida a Isabella.  

- ¡AH! ¡DADDY NO TE VAYAS! - gimió fuerte Isabella mirándome. 

- Hermosa, nos veremos mas ahora que eres parte de este caso, no salgas sola - dije soltando el humo del cigarro - no te veré mucho pero me asegurare de mantenerte a salvo. Nada de quejas, hasta luego. 

Deje a ese par en la cama y me subí al elevador. Como siempre, pague la multa de no fumar en el lobby de los departamentos, siempre lo olvido y siempre termino pagando. Debería ya solo darles una mensualidad o algo. Mi coche ya se encontraba esperándome fuera del edificio mientras el de valet parking salia y me entregaba las llaves, oh si, mi hermoso Chevrolet Impala 1967 color negro estaba esperando a que lo montara. Me recordaba a mis motocicletas ese hermoso color, adoraba este coche como a nadie en el mundo. 

Al entrar trate de relajarme, sabia que me esperaría Katsuki y que no dejaría de hablar hasta que sujetara a su hijo y lo cuidara cual niño de 5 años a todo lugar, pero la verdad, si puedo besarle y manosearlo de nuevo estaría bien, no todo el tiempo tienes a un supermodelo japonés de ese calibre, es jodidamente hermoso. 

Cuando llegue la mirada de Mila me hizo girar los ojos, estaba irritada y eso solo significara que la pagaría caro, sonreí fingidamente apagando mi celular en un cenicero publico de la oficina y camine con ellos. Katsuki al mírame se le encendieron los ojos levantándose. 

- ¿Ya ira conmigo? - dijo y grite internamente, odio realmente el drama maternal. 

- Si señor Katsuki. Son las 9 de la mañana, pensaba ir directamente a su casa pero ahora que ha venido por mi supongo que nos podemos ir juntos. - conteste dándole una leve sonrisa. 

Mila se distrajo con la tele de la oficina, dejándome solo para lidiar con el tipo, pero mientras el japonés comenzaba a decir que su "inocente, tierno, virginal" hijo era lo mas preciado para el,  yo me enfoque en el televisor cuando un comercial de Paco Rabanne apareció, anunciaba su perfume 1 million, y entonces lo vi, un rubio espectacular con cabello salvaje danzando en ese hermoso comercial artístico. ¿Inocente, tierno y virginal? ¡HA! Si el era eso yo era el papa. 

Ese chico derramaba Sex Appeal y quería ahogarme en él al solo verle. Ahora el trabajo de niñero no parecía tan malo... 

- Mi hijo esta en casa señor Altin,vamos y podrá conocerlo. Aunque debo advertirle que no esta muy feliz de que lo este cuidando. 

- Descuide señor Katsuki, tengo experiencia con niños mimados - dije soltando una pequeña risa haciendo que Mila lo hiciera. Para nada al modelo le gusto que dijera eso, pero era verdad, lidio con una estrella de rock y una supermodelo, se mas o menos a que clase de ego me enfrento. 

En el camino Katsuki se enamoro de mi auto, y yo me crecí de solo oírlo, por supuesto, mi bebé era magnifico. Pasamos por las calles concurridas de Milan y vi un enorme espectacular del rubio. Anunciaba Rolex, su nuevo modelo, Cacizen, donde estaba el rubio con un traje azul marino, soltando humo de cigarro por su boca, con el cabello peinado hacia atrás, dejando ver ese perfecto rostro. Sonreí, eres un estuche de monerías verdad, Yuri Plisetsky.

Al llegar a la mansión de nuevo, baje primero para abrirle la puerta a Katsuki, este me agradeció y entre detrás de el, para deleitarme con ese mismo anuncio en uno de los pasillos. Podía ver mas los detalles del rostro del rubio, esas grandes esmeraldas que tienen como ojos, esa piel pálida y de porcelana, labios tan jodidamente sensuales y  cabellera rubia natural de oro. Era hermoso, muy hermoso. 

- ¡Yurio! - grito Katsuki guiándome a una sala, donde se encontraba su esposo sentado frotándose las cienes mientras el rubio despampanante de los afiches había desaparecido misteriosamente y solo había dejado a un tipo en sudadera y jeans aventando platos contra una pared.

- ¡NO ME JODAS VIKTOR! ¡NO VOY A TENER A UNA MALDITA NIÑERA! ¡DEJEN DE JODER Y MÉTANSE SUS PREOCUPACIONES POR EL CULO! - gritaba molesto el chico y yo quería salir de allí. Joder, era insoportable y malcriado. 

- Yurio, es.. es porque todo lo que esta pasando, te quieren... no soportaría - dijo el japonés comenzando a romperse su voz, gire los ojos. 

- ¡Hey! - dije alto haciendo que el ruso como el japones se sorprendieran - Por mi esta bien, si no quieres que te cuiden el culo por mi no hay problema, aún así me pagaran buena plata por investigar el caso, si mueres o no, no es algo que me importe realmente. Tus padres me están pagando una gran cantidad, pero nada de ello dice que voy a soportar a un bueno para nada que no aprecia ni la mas mínima consideración por su persona... porque no mejor sales y sonríes mientras alguien te lleva y te folla en un callejón acabando con tu vida, por mi esta bien, uno menos que cuidar... 

El rubio clavo esas esmeraldas en mi y sonreí gustoso, oh esto sera divertido, mas cuando sus pies comenzaron a moverse en mi dirección y un puño se comenzó a formar,  cuando lanzo el golpe lo intercepte sometiéndolo debajo mio, mirando como se retorcía cual gusano en tierra, oh claro que amaba esto, me encanta bajarle los humos a personas tan creídas y mimadas, oh dios esto es tan placentero como el sexo. 

- ¡Quítate de encima maldito idiota! - grito y accedí empujándolo contra la pared - 

- Mira idiota, nos estaremos viendo hasta que esto acabe y podemos hacerlo por las buenas o por las malas. ¿Te comportaras o no? 

- ¡Tsk! - gruño y aparto la mirada, sonreí a tan adorable reacción de esta gata iracunda.

- Otabek Altin, tu niñero - dije soltándolo - un placer...

- Yuri Plisetsky,  tu próximo dolor de culo - contesto mirándome enfurecido.

Días grandes y hermosos iban a suceder, pero no me esperaba la noticia que llegaría a mi celular de golpe. Cuando conteste escuche a Mila suspirando. 

- Daddybek, encontraron a Crispino, dentro de una maleta en un basurero. 

- ¿Maleta? ... como pudo... 

- Esta descuartizado, ven pronto, te envió la locación. 

Colgó y sentí un vuelco en el estomago, personas descuartizadas solo me recordaban a una simple imagen. Mi madre en el piso de la sala, con las tripas de fuera, hecha pedazos... 





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¡Hola chicas!

Este es mi primero AU original de estos hermosos personajes, me encantan este tipo de historias y se me ocurrió la idea viendo la imagen que tiene de portada. 

La personalidad de Otabek la quise manejar diferente, dado que en Welcome to the madness se ve mas salvaje y directo, y no siento que sea un completo santo como todas (incluyéndome uvu) creemos que es. 

Lo siento por matar a nuestro querido italiano :'v 

Espero les guste la historia tanto como a mi <3 

Oh el vídeo que vio Otabek y de donde me imagine a Yuri  ya se los puse, siento que el modelo le da el aire de Yuri, sobretodo en el cabello 7u7. Y el león que sale, es un toque que dije ¡YURIOOOO MI GATA! :'v, si me emocione la vdd, ya los veo hasta en la sopa. 

Si se preguntan quien es el modelo, su nombre es Jordan Barrett 

Nos leemos pronto hermosas, en la próxima actualización. 

¡Muchas gracias por sus comentarios y estrellas, las adoro :'v!! 



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