Capítulo 15
Al momento salir de la ducha me sequé el cuerpo con parsimonia, intentando parecer calmada y brindándoles más tiempo a los hermanos Wang, para luego vestirme con las prendas que me había dejado Demetria. Todas ellas de tonos pasteles y sumamente suaves, aún más que las mías. Desenredé mi cabello y finalmente salí de la habitación con el pelo chorreando un poco, no aguantando ni un segundo más la duda.
Bajé las escales hasta el living donde Dem y Perseo me esperaban con rostros serios, en completo silencio y con mi microordenador conectado a lo que parecía una computadora de la vieja era.
—¿Todo en orden? –no pude evitar preocuparme, sus rostros ya no tenían la mirada alarmada que llevaban minutos atrás por mi causa sino ahora llevaban en sus rostros un gesto de verdadera intranquilidad provocando que la luz de alarma se encienda en el interior de mi cabeza.
—Deberías tomar asiento.
Las palabras de Perseo me golpearon como bolas de septum y dolieron incluso más. Sin embargo, obedecí su consejo y tomé asiento frente a ellos sin poder sobrellevar un minuto más de tanto misterio. Me estaba matando.
—Es peor de lo que creíamos –era el turno de hablar de Demetria quien al igual que yo se encontraba vestida finalmente.
—¿A qué se refieren?
Perseo rascó su frente y luego posó sus ojos en mí, dispuesto a soltarme aquello que tanto los preocupaba. Dispuesto a compartir su carga conmigo.
Estaba preparada. Se trataba de mi familia y no había nada en el universo más importante para mí que ellos.
—Pudimos averiguar el día en que tu padre envió el mensaje y también pude hacer un acercamiento –su voz era baja pero de todas maneras podía oírlo perfectamente, deduje entonces que quizás las habitaciones tenían cámaras lo cual resultaba totalmente retorcido de mil maneras distintas-. Él lucía realmente mal y eso fue hace tres días, lo más probable es que hoy mismo esté aún peor. Tenía cortes en su rostro y estaba sucio, realmente sucio.
—Es un comportamiento ciertamente extraño y no pudimos evitar indagar el por qué.
Dirigí mi mirada a la princesa y luego a Perseo, buscando una explicación coherente. Se habían limitado a expresar cosas que ya sabía o que podía intuir. Necesitaba la verdad. Sabía que mi padre estaba mal, era capaz de deducirlo por mí misma pero quería saber la razón y más aún, encontrar al culpable. Iba a hacerlo pagar por lo que le había hecho y no dudaría un segundo en enviarlo al espacio mismo para que se arrepintiera de sus actos.
—¿Saben entonces por qué se encuentra así?
Ambos asintieron a la par y fue Perseo quien tomó una vez más la palabra, convirtiéndose en el dador de malas noticias.
—Pangea se ha descontrolado –comenzó, con el tono de su voz cada vez más bajo-, grupos en todas las ciudades han salido a pedir por sus derechos y a reclamar por el abandono que han sufrido, tu padre incluido. Se han auto convocado en los Centros de Gobierno de cada ciudad e inclusive han provocado pánico en los restantes habitantes, y como consecuencia por sus actos han castigado a toda la población. Desde niños hasta adultos, sin dejar a nadie a fuera.
«La primera medida fue aumentar las jornadas laborales, como tu padre dijo, o bien las jornadas de estudio. Han reducido también las porciones de alimento y las raciones de agua. Para los ancianos, los han obligado a desplazarse hacia centros donde deberán trabajar y vivir en conjunto, alrededor de mil ancianos convivirán en cada centro y todos ellos perderán sus hogares, sin salario alguno. Esta fue la última medida, aún no es llevada a cabo pero estará vigente en unos días y no hay nada que pueda evitarlo.
Fruncí el ceño en ese momento. Era de las personas que pensaban que siempre había una solución para todo, sólo había que saber encontrarla. Buscaría, de alguna manera, la solución a todo lo que estaban comentándome con tristeza.
—Tu padre afirmó que tus abuelos se mudarán pero que desconoce a donde. Es posible que él lo sepa pero no haya sido seguro comentarlo, su estado es cada vez peor y lo será más si no controla su comportamiento o no se comporta como los miembros de la seguridad de Pangea esperan de los habitantes. Tus abuelos serán trasladados al centro del estado de Aneu donde probablemente sean sometidos a trabajos de la industria textil y se volverá cada vez peor.
Escuché cada una de sus palabras con cuidado no pudiendo crear lo que estaba diciéndome. Cada oración era peor que la anterior y no entraba en mi mente que algo así estuviese sucediendo siendo que pocos días atrás todo estaba dentro de los parámetros de la normalidad. En menos de dos semanas todo el orden se había ido por las alcantarillas dejando en su lugar una Pangea dividida y destrozada, a punto de la ruptura total.
—¿Tus padres lo han permitido?
Demetria me observó horrorizada y negó con su cabeza, sintiéndose insultada por mi pregunta.
—El encargado de la seguridad de Pangea es Francisco, él es quién ha autorizado las medidas y probablemente quien las ha ideado.
—¿Nuestro entrenador?
Ambos asintieron con la cabeza y no pude contener las ansias de llevar a Francisco a la tumba. Si antes no me agrada, en ese mismo momento había pasado a aborrecerlo con cada célula de mi ser.
—¿No se supone que los reyes son quienes deben autorizar las medidas?
—Hay división de poderes –las palabras de Dem me tomaron por sorpresa y la observé, fascinada por la nueva información a pesar de lo indignada que me sentía-. La realidad no es como cuentan en las noticias, Aanisa. Mis padres toman decisiones, sí, pero no todas. Hay Ministros y ellos se encargan de la parte dura y luego remiten toda la información a los reyes.
—¿No hay nada que podamos hacer, entonces?
Perseo se aclaró la garganta y me miró fijamente, sin siquiera parpadear, logrando que mi piel se encrespara a más no poder.
—Enviarás otro mensaje a tu padre, le pedirás que intente calmar a los marcados.
—¿Marcados?
Me sentía sumamente desconcertada y Perseo no estaba ayudando a aclarar las cosas pese a sus buenas intenciones. No podía comprender como enviaría otro mensaje siendo que había utilizado el único al que tenía derecho y en caso de poder hacerlo la seguridad de Pangea lo encontraría, escucharía e irían por mí y por mi familia.
No podía permitir eso.
—Es como se hacen llamar los rebeldes, en honor a Elián Bishop.
—¿Y qué tiene que ver mi padre con todo esto?
—Se sospecha que es uno de los pilares de los marcados –Demetria me explicó con cuidado como si tuviera temor a que enloqueciera con sus palabras y no estaba muy errada. Mi padre no podría ser el pilar de un grupo de rebeldes, no concordaba con su personalidad ni mucho menos conocía a la gente adecuada para serlo-. Francisco y su grupo están detrás de él, debemos intentar apaciguar las aguas hasta que descubramos una manera real para ayudarlos.
—¿Cómo conseguiremos algo así? –no pude evitar soltar una pequeña risa, cada una de sus ideas resultaba más hilarante que la anterior-. Quiero ayudar con cada célula de mi ser incluso si encontráramos la manera adecuada de hacerlo pero la realidad es que dudo que tengamos oportunidad solos.
—Sam es el jefe del sistema de comunicaciones de Pangea, puede controlar cualquier microordenador y meterse en cualquier sistema sin ser detectado –comentó Demetria observando a su hermano con sus grandes y profundos ojos violetas donde resaltaba el orgullo que sentía de ser su hermana. Se notaba en sus ojos que estaba a punto de explicarme un plan que había armado en segundos-. Tú eres la hija del marcado más conocido y yo soy un pilar bastante conocido en las relaciones del Gobierno.
¿Sam? Pese a las muchas preocupaciones que cargaba encima tuve la necesidad de detenerme en ese simple detalle.
—Juntos podemos lograr sacar a Pangea de este lío –terminó Perseo por ella, derramando seguridad e interrumpiendo mis pensamientos.
Los observé por unos segundos sopesando sus palabras. Si todo lo que estaban diciendo era verdad, lo cual suponía que era cierto, éramos en definición imparables. Ambos habían demostrado ser de confianza y no tenía razones para dudar de ellos. Me habían ayudado no solo en los entrenamientos sino con mi padre e inclusive desde el momento en que llegué.
Demetria había sido mi amiga de manera incondicional y Perseo haría hasta lo impensado con tal de apoyar a su única hermana.
Si no podía confiar en ellos, no podía confiar en nadie.
—Espero que tengan un buen plan.
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Hello!! ¿Qué tal empezaron la semana? Yo con el pie izquierdo, tenía un turno médico y fui el día que no correspondía (siempre triunfando). Espero que tengan una linda semana y que les haya gustado el capítulo.
Pregunta de la semana:
¿Cuál creen que sea el plan?
¡Nos leemos! Gracias por leer y votar =)
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