—Sólo pensé que necesitaría ayuda —contestó él

—D.O agradezco eso pero — empezó a decir ella cuando le interrumpió

— Traigo mi mascara, no te preocupes, no me descubrirán—alzó un cubre bocas color negro

— ¿Qué es eso? —preguntó ella viendo la prenda con curiosidad

— ¿No sabes qué es? — preguntó de vuelta y ella frunció el ceño

—No me respondas con otra pregunta si sabes que no lo sé— le reprendió

— Uh perdón, están de moda aquí en corea — explicó él algo intimidado por Gina

— Entonces, sólo es por moda— le pareció algo tonto aquello

— Así es, pero nos resulta útil cuando queremos salir—sonrió él

— Ya veo, espera, no me cambies de tema, ¿realmente estará bien que te salgas sin decirles nada a los demás? — realmente parecía preocupada por él

— No te preocupes, no tengo que darle explicaciones a los demás—contestó para tranquilizarla

Observó a D.O y sus miradas se encontraron, aquél rostro le cautivaba y había algo en él que le ponía más nerviosa que los demás chicos, quizá esa mirada inocente, su piel... no, era esa sonrisa cálida, suave, que hacía sentirle fuera de órbita. Sin poderle sostener por más tiempo la mirada volteó a ver hacía la ventana del coche, habían entrado a la ciudad, se maravilló observando todo lo que podía con sus ojos, era tanto que ver que no sabía en donde fijar la mirada.

Él no quitaba sus ojos de ella, desde que la vio captó su atención, no era la clase de belleza que estaba acostumbrado a ver pero para D.O era hermosa, sus ojos occidentales, ese precioso cabello largo que caía en su espalda, toda ella le gustaba cada vez más. D.O no era la clase de chico que se acercaba a hablarle a un chica rápidamente, era tímido pero no podía alejarse de ella, quería saber más, no, todo sobre ella; observó como ella miraba la ciudad, una sonrisa creció en su rostro al verla tan inocente viendo cada parte de la ciudad con emoción, no era tan intimidante como hacía creer.