Tarde, tarde, tarde.

Sana se quita el delantal y lo cuelga para seguidamente correr al baño y limpiarse el rostro que había sido salpicado de harina con una toalla.

Se mira al espejo y se asegura que esta decente para seguidamente volver a correr hasta la entrada de su apartamento, allí se pone sus zapatos y toma las llaves de su coche.

Llega tarde.

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El sol de la tarde alumbraba el campo de fútbol el cual está siendo vaciado de niños que felizmente parlotean y saltan alegres por su primer entrenamiento de la temporada. Los padres los toman de la mano mientras se retiran del club y Jihyo sonríe mientras guarda su botella de agua en su mochila alargada y azul.

Había extrañado eso.

Había sido un buen entrenamiento, al menos para ser el primer día y Jihyo lo había disfrutado mucho así que se encuentra satisfecha. Ahora que los entrenamientos han vuelto a comenzar y vuelve a hacer lo que más le gusta, Jihyo está deseando llegar a casa y tener una agradable noche para sí misma.

Pero es justo entonces, cuando estaba dispuesta a guardar el material que había sido usado durante el entrenamiento, algo le detiene.

ㅡ¡Entrenadora, Park!ㅡLa voz dulce y aguda exclama, haciendo que Jihyo se dé la vuelta.

Allí, en mitad del campo de fútbol vacío, una niña de cabello rizado y castaño sonríe mientras sus manitas sujetan las correas de su mochila amarilla y corre hasta ella.

Minatozaki Sullyoon. Fácil de saber debido a que es la única niña en el equipo de fútbol infantil.

ㅡHey pequeña, ¿Que haces aquí?ㅡLe dedica una sonrisa sincera. Y tal vez es debido a que la niña es adorable, o simplemente es el amor incondicional que Jihyo siente por los niños.

Cuando la vio llegar hace dos horas atrás, Jihyo se había sentido muy emocionada de tener a una pequeña en su equipo, así que nadie podía culparla si sentía debilidad por la niña de ojos chocolates y rizos castaños.

Al fin y al cabo, había crecido rodeado de niñas.

ㅡEntrenadora Park, creo que mi mami se ha olvidado de mi.ㅡLo dice encogiéndose de hombros como si aquello fuera de lo más normal, haciendo que Jihyo levantara una ceja.

ㅡEso es imposible, las mamás no se olvidan de sus bebés.ㅡDice con una sonrisa divertida mientras se agacha para quedar a su altura y mirar a aquellos ojos verdes que brillaban con emoción.

ㅡMamá es especialㅡLa niña anunciaㅡ. Mina dice que mamá es un desastre, pero yo creo que es divertida.

ㅡYa veo.ㅡAsiente mientras aprieta sus labiosㅡ¿Quieres ayudarme a guardar el material en el almacén mientras esperamos a que llegue tu mamá?

ㅡ¡Sí!

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ㅡ¡Me gusta este!ㅡSullyoon anuncia señalando el tatuaje del pájaro en el brazo de Jihyo.

Ambas se encuentran sentadas en el cálido césped minutos después de haber recogido todo lo utilizado en el entrenamiento. El sol dorado de la tarde los ilumina con gracia mientras con una sonrisa Jihyo le enseña sus tatuajes.

ㅡ¿Este? Es una buena opciónㅡSullyoon asiente y levanta la cabeza para mirarla.

ㅡMi mamá tiene tatuajes también.

ㅡ¿Si? ¿Y cual de los suyos es tu favorito?

ㅡEl de la mariposaㅡdice con entusiasmoㅡ. Tiene una mariposa gigante en la barriga.

ㅡWow, si es tu favorito seguro que es genialㅡSullyoon asiente con emoción, haciendo que sus rizos se muevan de arriba a abajo.

ㅡLo es, y...

ㅡ¡Sullyoon!ㅡLa voz viene de una joven rizada de ojos verdes, quien se encuentra cerca de donde ellas se encontraban sentadas.

ㅡ¡Mami!

Jihyo se pone de pie en el momento en el que la pequeña se levanta y corre hasta su madre, quien la toma en brazos y la aprieta contra su pecho de forma aliviada.

ㅡTe he echado de menos, siento llegar tarde.

ㅡNo pasa nada, la entrenadora Park me estaba enseñado sus tatuajes en el brazo ¡Tiene muchos como tú!

Sana entonces hace contacto visual con la mujer que viste un pantalón gris deportivo y una camiseta blanca ceñida a su pecho. Y al verla, sus mejillas se convierten en tonos diferentes de carmesí.

ㅡLo siento, es mi primera vez dejando a Sullyoon en una actividad extraescolar y no estoy acostumbrad a la rutina, no volverá a suceder.

A Jihyo se le escapa una pequeña sonrisa por la clara preocupación en la mujer más alta, es un tanto gracioso y ahora empieza entender lo que Sullyoon mencionaba al principio.

ㅡTranquila, no hay problema. Sullyoon es un encanto.ㅡJihyo dice de forma amable, con su sonrisa dibujada en su rostro.

Sana asiente y dirige su mirada a su hija entre sus brazos, enseguida apareciendo una sonrisa y dejando así a la vista dos pequeños hoyuelos.

ㅡ¿Has sido buena, bebé?ㅡLe pregunta, dejan un beso en su frente.

ㅡ¡Siempre lo soy!ㅡSana sonríe dejando a la vista una sonrisa cuadrada que hacen que Jihyo se muerda el labio.

ㅡDejémoslo en casi siempre.

ㅡSiempre, mami.

Sana niega divertida ante el puchero que se ha formado en los finos labios de su pequeña. Entonces, vuelve a mirar a Jihyo sintiendo como enseguida sus mejillas se tornaban rojizas.

ㅡDe nuevo, gracias por estar con ella mientras no estaba.

ㅡPor supuesto, es un placer conocerlo señora Minatozaki.

ㅡNo me llames señora, soy joven todavíaㅡDice con una pequeña sonrisa mientras mira al suelo, segundos después vuelve a levantar la miradaㅡ. Soy Sana.

Jihyo asiente y sonríe.

ㅡJihyo. Encantada de conocerte, Sana.