Epílogo - Alice Fragmentada

Alice

Tiempo atrás.

El pitido de una máquina suena y escucho el sonido de alguien masticando, entonces abro los ojos. Veo que se cierra una puerta, se han retirado. Me inclino en la camilla, giro mis pies descalzos para bajar y veo como el suelo se distorsiona. Estoy algo sedada y aturdida, pero mi piel nota el piso frío cuando desciendo. Camino tambaleando, luego tomo mi documento de una mesita, lo guardo en un bolsillo de mi bata.

Noto que mi ojo titila, me muestra una dirección, hay un azulejo roto. Aproximo mi mano, entonces quito la parte afilada y fina de un caño que sobresale en mal estado, así que lo logro quitar y me acerco a la cerradura. Empujo la puerta que rechina un poco, entonces logro salir.

Observo a la ventana de la institución, por lo tanto, noto que llueve mucho. Una cara se dibuja entre las gotas que caen en el vidrio. Debe ser un efecto secundario de la droga. Avanzo buscando una salida. Una puerta se abre de la nada, entonces sigo ese camino. Puede que no me parezca extraño seguir los instintos que provoca mi ojo, pero nunca había oído a alguien susurrando en mi oído. Muevo mi boca para repetirlo.

—Asthur Wedengraf.

Miro para todos lados. Hay sonidos como de aleteos de bichos en el techo, no es solo la lluvia. Avanzo a paso lento. Aparte de los ruidos extraños, el lugar está bastante silencioso, no veo ni un alma. Creo que será la escapada más fácil que he hecho en toda mi vida. Aunque algunas solo puedo recordarlas en mis sueños.

Mi mente fragmentada es más molesta que de costumbre. Los sonidos se entremezclan. Cada parte de mi cabeza tiene un significado confuso, poco concreto o perdido, pero ese nombre me persigue desde que desperté. Mi boca se mueve temblando.

—Tengo que buscar a Asthur Wedengraf.

¿Quién es? ¿Qué necesito de él? ¿De qué me sirve?

Mi cabeza estalla de dolor, pero no consigo recordar a nadie con ese nombre, así que decido seguir a mi instinto y solo aceptar.

Sigo tambaleante mientras avanzo. Fuerzo otra cerradura y llego a un jardín. Mis pies descalzos se pinchan con algunas piedritas, pero yo continúo. No son nada a diferencia del poco infundado tratamiento que me practican.

Llego a una reja, me titila el ojo, así que sé que no puedo ir por ahí. Necesito que la droga disminuya, porque me siento muy mareada. Creo que en cualquier momento voy a vomitar. Un bicho zumba en mi oído, entonces me golpeo en la cara, aunque parece que es una ilusión. Al menos noto lo mojada que estoy. Sigue lloviendo torrencial. Me percato de la pared rota, la cual sin la distracción del falso insecto no la hubiera visto. Me arrastro por esta y al fin soy libre del psiquiátrico.

Marcho sin rumbo por la carretera hasta que un vehículo toca bocina, pues estoy en su camino. Me detengo y cuando me giro a mirarla, la mujer que conduce hace cara de miedo. Parece que vio un fantasma. Abre la puerta de su coche, entonces corre. Oye de algo. Me doy la vuelta, sintiendo una presencia oscura detrás. La forma de un hombre se desvanece.

—Asthur Wedengraf —repite mi mente fragmentada en alto.

¿Otra ilusión? ¿Por qué la mujer la vio? Quizás está loca igual que yo. Ese nombre me está persiguiendo demasiado.

Voy hasta el coche, busco en su maletero, hay ropa. La tomo, entonces me adentro en el vehículo y me cambio la bata de hospital ahí mismo. El GPS se activa solo, entonces en la pantalla leo "Norville". Inclino la cabeza con una mirada perdida, pero sé que ese es el destino. Sigo obedeciendo a los extraños sucesos, lo hago hasta natural.

Me pongo el cinturón de seguridad y comienzo a conducir. Ya ni recuerdo la última vez que lo hice, pero me siento una experta como si practicara todos los días. El auto avanza mientras mi mente sigue repitiendo ese nombre.

—Asthur Wedengraf.

Tengo que buscarlo, tengo que encontrarlo, es... es mío.

El ruido se quita, el sedado desaparece. Cierro y abro los ojos, sintiendo una ráfaga de viento. No percibo nada, ni recuerdo lo que estaba pensando. La normalidad llega a mí cuando algunos fragmentos de mi mente se acomodan. Veo el cartel avisando que estoy en Norville. Creo que me equivoqué, no conozco este sitio, encima la pantalla del GPS hace estallidos de luces, parece fallar.

Fragmento, fragmento, fragmento...

Viajo un buen rato, casi piso a alguien, me detengo y cuando vuelvo a arrancar, acabo chocando con un árbol.

Fragmento, fragmento, fragmento...

¡¡Agua fría!! Termino en una jaula y me cruzo con un hombre.

—Alice Holbrook —lee el documento que me ha robado.

En el fondo de mi mente, el cual no escucho, vuelvo a percibir ese nombre, pero no le hago caso.

¿Quién es Asthur Wedengraf?

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