Asthur

Entro a la comisaría, molesto. No puedo creer que se me haya escapado. ¿Cómo lo hizo? Definitivamente, no es humana. Si todos la quieren, menos todavía. ¿Es probable que tenga una pieza invaluable en mis manos y ni siquiera me percatara de ello? Su sangre no es normal.

Busco al comisario, Likos, mientras me atienden ineptos.

―He dicho que ha desaparecido una mujer ―aclaro.

―Y yo he dicho que debe esperar cuarenta y ocho horas o darme más información. ―La humana de cabello castaño se ve imperturbable ante mi presencia. Se mantiene sentada como si estuviera hablando con cualquiera―. ¿Escuchó?

Golpeo la mesa y clavo mis garras en la tabla.

―Tienes cuarenta y ocho segundos para que no te arranque la cabeza ―advierto.

Mira mis zarpas, pero, aunque percibo el miedo, no se mueve de su asiento. Se nota que es bastante valiente. Por suerte para ella llega su jefe. Corre despavorido.

―¡¡Adara!! ―la reprende el comisario―. ¡¡No puedes hablarle así a Asthur Wedengraf!! ―Me sonríe, nervioso―. Mil disculpas, mi señor.

―No puedes bajar la cabeza, cada vez que venga un demonio ―se queja la castaña y me observa, desafiante―. Quizás le hizo algo ―refiriéndose a Alice.

―Pido disculpas otra vez, es que es la protegida de Cainán Done, y no sabe lo que dice.

¿Un demonio descarriado? Qué absurdo cuidar de una humana.

―Ah, el patético Cainán Done ―declaro, aburrido, luego la miro a ella―. Comida podrida, qué asco. ―La agarro con fuerza del brazo―. Déjame hacerle un favor.

―¡¡Perdónela, no sabe lo que dice!! ―interfiere su jefe.

―¿Vas a hacerle caso al demonio que tienes en frente o al patético de la mansión aburrida? ―Ya que Cainán vive en una casona lujosa en la colina.

―A usted, por supuesto, pero piénselo, no tenemos mucho personal, la necesitamos para buscar a la chica.

―¡Bien! ―La suelto―. Pero quiero discreción, ningún otro demonio debe saber que la estoy buscando.

Alice

He vuelto al bosque, guiada por aquellas venas que solo yo puedo ver. El camino termina, llegando a un altar. Una especie de piedra llena de flores y cuernos, rodeada de columnas. Tiene un grabado que dice Norville.

¿Por qué llegué hasta aquí? ¿A dónde debería ir? ¿Este es el final del camino? Ojalá recordara por qué esta era la dirección en el mapa. Quizás no haya razón, es solo que no sé qué hacer ahora. Creí que el destino era otro, pero nada más obtuve un rincón sin salida. Es probable que sí esté loca y todo esto fue una alucinación mía.

Caigo de rodillas y me refriego los ojos cuando las lágrimas no paran de caer. Duele, duele mucho, sentirse perdida. Por todos los cielos, necesito ayuda. De quién sea este altar, no me deje sola, por favor.

―Te lo suplico, te lo ruego, dime a dónde pertenezco.

Una luz roja se expande desde el monolito, entonces me sobresalto. Visualizo que varios pentagramas se dibujan alrededor del monumento y yo los reconozco, sé de qué son esos dibujos.

―¿Condenados? ―cuestiono, confundida.

Recuerdo mi canción, así que cierro los ojos y me pongo a recitarla. Presiono fuerte mis manos en mi pecho y pongo mi cabeza hacia arriba, entonces me dejo llevar por la sensación.

"Un condenado estaba sufriendo, él siempre lo hace, está allí padeciendo, es ahí cuando nace. El condenado se llevó su alma, así que estaba reviviendo, le llegó la calma, terminó su sufrimiento".

¿Quiere decir que estoy muerta? ¿Soy un condenado?

Jamás he visto uno fuera de esos pentagramas, esa debe ser la razón para que quieran atraparme, aunque no entiendo el motivo. ¿De qué les sirvo? ¿Tengo otra funcionalidad? No comprendo.

Fallecí en el río, aun así, no entiendo por qué mi familia no se enteró. Espera, recuerdo la razón. Siempre he balbuceado sobre los condenados y nadie me creía. Esa fue la primera vez que terminé en el psiquiátrico. Las personas normales pensaban que decía incongruencias, pero son reales.

Vuelvo a llorar y me abrazo a mí misma.

―No estoy loca.

Asthur

Voy a masacrar a Adara Kyleth, pieza por pieza, pero para su buena suerte, un oficial llega, para contar que ha visto a Alice.

―Iré contigo ―aclara la detective.

Echo una mirada asesina, más un gruñido, pero la chica insiste, no se acobarda ni un poco, no obstante, el comisario interfiere para que no le arranque la cabeza.

―Por favor, no quiero tener problemas con Cainán Done.

Patético, los humanos son tan molestos.

―Bien. ―Ruedo los ojos.

No necesito estar peleando con otro demonio por simples caprichos mortales. Además, me agarran de buen humor, ya encontraron a Alice.

¿Qué es esta emoción que crece en mí? Mi corazón se agita con alegría y se siente tan estúpido. Mierda, se me está contagiando lo patético.

Vamos en búsqueda de la chica que se me escapó, sin aclarárselo a la detective, entonces terminamos en el lugar del avistamiento. Lo curioso es que por aquí está el altar de Norville. Ser supremo que habita en todo lo que caminamos y respiramos en el pueblo. Si quieres irte de la zona, primero debes pedírselo a él. Aunque no creo que Alice sea consciente de esa información.

Avanzamos con Adara a través del bosque y antes de llegar al monolito, nos detenemos detrás de unos arbustos. Primero yo al verla, luego mi acompañante. Quedo encandilado por la imagen que tengo ante mis ojos.

¿Está rezando?

Se encuentra arrodillada frente al altar, y la expresión que tiene es de paz. A pesar de que su rostro está empapado en lágrimas, percibo en sus emociones un gran alivio. Es como si, en este mismo instante, tuviera una conexión con Norville. Además, oigo su bella voz, recitando su canción.

Alice es preciosa. 

Este capítulo es auspiciado por la participación especial de Adara de Tú y yo paranormal 💖

Y cómo me encanta Asthur enamorado y sintiéndose patético JAJAJA

Obviamente, sabíamos lo qué era Alice, se da a entender desde el primer capítulo, pero ahora lo sabe ella, y también me rompe el corazón lo mucho que sufre, mi nena está muy rota 💔

Saludos, Vivi.