38: Primera pelea real
Alice
Siento que me estoy moviendo, oigo las pisadas en el pasto, estoy bastante cómoda, y cuando abro los ojos, me encuentro con Asthur, sosteniéndome entre sus brazos. Me abrazo a él, sintiéndome protegida, así que cierro los ojos. Luego parpadeo varias veces antes de volverlos a abrir por completo, ya que me percato a la dirección por la que vamos.
—¿A dónde me llevas? —cuestiono—. La casa no es por ahí.
—Al coche.
—¿Por qué? —Quedo confundida.
—Volveremos a mi cabaña en el bosque.
—¿Qué?
—Lo que oíste. —Abre la puerta de su auto y me pone en el asiento del copiloto.
Una vez que rodea el vehículo para sentarse a manejar, estoy lista para quejarme y detenerlo.
—No nos vamos a ir, estamos aquí para investigar —le reprocho.
—Ya lo sé todo, así que lo mejor es largarse.
—No. —Apoyo la mano sobre la suya cuando pretende poner el cambio en el coche—. Quiero que me expliques. ¿Cómo que lo sabes? ¿No me vas a contar? ¿Qué es esto? Ni siquiera me he cambiado. —Observo que ando envuelta con una manta.
Bufa.
—No sé si...
—¡Habla! —exijo.
—Me visitó tu amiguita en mi sueño, supongo que, porque estamos cerca de su ritual, por culpa de la ceremonia o porque estamos conectados, el punto es que hay que largarse, ya que no es seguro para ti.
—¿Qué amiguita? ¿De qué estás hablando? ¡Asthur! —insisto, pues no me responde—. ¡¡Exijo que lo aclares!!
Vuelve a bufar, estresado.
—La amante de tu ex es una bruja, ella hizo el conjuro desde el infierno, por eso vimos la habitación oculta con todos esos artilugios.
—¿Andrea? —Quedo en shock.
—Sí. Sé está vengando de ti por asesinarla, por eso te convirtió en condenada. Luego Norville la castigó, ya que al parecer un condenado no puede salir al mundo de los vivos.
—¿Cómo que la castigó? ¿Qué le hizo?
Al fin se digna a mirarme.
—Ella afirma que lo que sentimos fue creado por Norville, es falso.
Río sin humor.
—¿Es chiste?
—Es lo que dijo ella, pero no me afecta, lo que siento por ti no interesa de dónde haya venido. Alice, yo te amo sin importar qué, eres mi propósito para toda la eternidad, eres lo que quiero.
Mis mejillas arden.
—Asthur...
—¿Entiendes por qué necesitamos irnos?
Bajo la vista.
—Pero Andrea...
—Quiso hacerme dudar, pero no lo logró, le salió todo al revés. Nos iremos, entonces ya no lidiaremos con esa loca. Me encargaré de ella, lo prometo.
—Pero tiene derecho a vengarse, la asesiné. —Mis ojos se humedecen.
—Alice...
Abro la puerta y salgo del coche. Él se apresura a salir también, camina y me detiene. Pone la mano en la ventanilla, impidiendo que avance.
—Déjame pasar. —Frunzo el ceño.
—Intento protegerte.
—Dijiste que estarías para mí, acompáñame en esta decisión.
—No aquí, ya no, se acabó —dice, firme.
—Entonces vete tú solo a tu cabaña.
—Alice...
—No me voy a ir. —Lo empujo y avanzo, pero me detiene, agarrándome del brazo—. ¡¡Suéltame, Asthur!!
—Escúchame, puedo protegerte de lo que sea, pero no de tus emociones. Esto no te hace bien, entiéndelo. ¿No crees que ya fue suficiente castigo? Vámonos.
—¿O qué? —Mis ojos pican tanto—. ¿Me vas a obligar ahora que tienes mi alma?
—Yo no dije eso.
—Pero seguro, muy en el fondo, lo pensaste —expreso con angustia.
—No quería tu alma para controlarte, solo era un anhelo sentimental, lo juro.
—No lo negaste. —Mis labios tiritan.
—No lo iba a hacer, te lo dije una vez, jamás te obligaría a perder tu libre albedrío, solo estoy pidiéndote que regreses al auto.
—Pero lo pensaste —insisto.
Su mandíbula se tensa.
—Sí, ¿y qué? Es un pensamiento, no lo hice. —Cierra los ojos con fuerza—. Vuelve al auto, por favor.
Mis lágrimas caen, mojando mi rostro. Me suelto de manera brusca, paso por su lado, abro la puerta y me siento, limpio mi cara con fuerza, pasando mis manos. Asthur abre los párpados, se gira, entonces rodea el auto para sentarse a mi lado. Busca en la guantera, así que saca un pañuelo de allí, me lo entrega, así que lo acepto.
—Gracias —digo, bajito.
Sostiene un silencio, pensativo, luego suspira y arranca el vehículo. El resto del viaje se mantiene sin ninguna conversación. Una vez que estaciona, bajo rápido, corro, y me encierro en el baño a llorar. Quizás suene a berrinche, no sé, pero estoy frustrada. No puedo controlar mis emociones.
~~~
Es la mañana siguiente, busco ropa en el armario y me pongo lo primero que encuentro. Miro de refilón que Asthur termina de cambiarse, manteniéndose sentado en la cama, abotonando lo último que le queda a su chaqueta.
—Iremos a la biblioteca —me comenta.
No le respondo.
—¿Cuál es el apellido de Andrea? —insiste.
—Estás intentando arreglar algo que no vale la pena. —Cierro la puerta del armario y mantengo mi vista en esta—. ¿Por qué no te dedicas a tus armas? Hace mucho que no te veo investigando tu mayor hobby.
—Es trabajo.
—Y te gusta —afirmo.
—Me dedico siempre a mi trabajo, soy autodidacta y multifacético.
Me estremezco cuando lo siento detrás. No lo vi venir. Sus manos recorren mis brazos, entonces de repente me abraza. Su boca se apoya en mi cuello. Actúa muy suave y con delicadeza. Hago un gimoteo.
—Asthur...
—No nos peleemos.
—Eso es trampa. —Mis mejillas están que explotan, por no nombrar otras partes—. No seas así.
—Así me pones todos los días.
—Asthur, en serio.
—Seria es la tensión que hay entre nosotros. —Siento su lengua en mi cuello—. Hay que romperla, ni un abracito me diste anoche.
—Te lo merecías por admitir eso —me quejo.
—Tú me provocaste, y los pensamientos no se controlan, solo las acciones, y yo en ningún momento te obligué a venir hasta aquí, eso me alegra.
—Eres un manipulador.
—Quizás, pero te encanta.
—Puede ser. —Miro hacia un costado.
—Te empotraría contra este armario, pero seamos sinceros, hay que averiguar sobre Andrea, sino te vas a volver a enojar.
—Ahora no estoy tan segura. —Mis piernas se flexionan.
Me gira y hago un jadeo. Me empuja, chocando mi espalda con el armario. Veo su hermosa sonrisa, así que yo hago lo mismo. Se aproxima a mi boca, siento su respiración, entonces se detiene.
—Vamos. —Se aleja.
—Odio que juegues así. —Refunfuño.
—Mientes, te encanta que te deje con el termo caliente.
—¡¡Ese eres tú!! —reprocho y se carcajea—. ¡¡No te rías!!
Me calmo cuando agarra mi mano, entonces me sonrojo y lo sigo más despacio. Avanzo entrelazando nuestros dedos, entonces sonrío como boba. Al menos no tardó tanto el enojo, era frustrante.
Podríamos denominarla nuestra primera pelea real. Las demás nunca han sido en serio. Como sea, hay que investigar sobre Andrea Salazar.
Toca averiguar si puedo hacer que descanse en paz. Seguro Asthur piensa en destruirla, pero mis planes son otros. Espero que eso no sea un problema para nuestra relación.
Bueno, pero no vuelvan a pelear así que sino lloro 😭💔
Saludos, Vivi.
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