27: Un plan entre amigos

Asthur

Me paro en el balcón, que está sobre la sala principal del supuesto nuevo clan Trido, y observo de manera atenta a los invitados. No hay señal de Maguer todavía. Giro mi vista en el pasillo en el que estoy, entonces visualizo a Alice. Enarco una ceja, por su vestido rojo y ajustado. Mi mano en el barandal se presiona con fuerza, tanto que la madera se resquebraja. No sé si es porque pierdo el control ante su presencia o porque este plan me preocupa en desmedida. Quizás ambas.

Camina hasta mí con esos tacos altos, mientras sus cabellos bailan con esos bucles que se arregló para la ocasión. Revolotea sus largas pestañas y me sonríe. Quisiera irme a un lugar apartado con ella, si es posible romperle ese vestido y tal vez así olvidarme de todo esto. Aunque esas son solo mis fantasías.

Me muerdo el labio inferior.

―No debí haberte escuchado, estás de infarto ―comento sobre su plan y su atuendo.

Se observa el vestido un momento, después mueve un mechón cuando vuelve a observarme.

―Si logro distraerte así, te aseguro que con Maguer ocurrirá lo mismo ―dice tan tranquila.

―Eso es lo que me molesta. ―Bufo.

Levanta el celular que le conseguí para esta misión.

―¿Llamo ahora? ―consulta.

―Aún no, prefiero cerciorarme de que Maguer está aquí. ―Aprieto el intercomunicador en mi oído―. Zijo, ¿ya revisaste lo que falta?

―Te avisaré en cuanto tenga algo. ―Termina la conversación.

Alice enarca una ceja, luego comenta:

―¿Confías en él?

―Confío en que le doy miedo ―digo, serio.

―Hasta parece que son amigos.

―No tengo amigos. ―Avanzo―. Sígueme.

Ella va detrás de mí.

―Repasemos: lo llevaremos a un lugar aislado, entonces lo asesinas y cuando recupere el aliento, lo matas de nuevo ―declara, fríamente.

Me detengo mientras se me forma una sonrisa, estando molesto.

―Lo voy a disfrutar.

Recordar que la mordió y además de que por eso él puede volver a la vida, me enerva tanto, pues fue al único que no pude asesinar cuando destruí el clan original.

Alice corre para ponerse delante de mí.

―Tienes que cerciorarte de que murió la primera vez ―dice, severa.

―No te preocupes, Princesa, soy un profesional.

―No conocemos su plan.

―Pero él tampoco sabe que vinimos.

―Algo debe sospechar ―expresa con preocupación.

Levanto la mano, entonces la poso en su mejilla.

―Todo estará bien, confía en mí.

―Lo hago. ―Apoya su mano sobre la mía que está en su cara.

―Te besaría ahora, pero estoy trabajando.

Se ríe.

―Buena jugada.

―Sabes que esos labios siempre me tientan y no me puedo contener.

―Y tú sabes que luego no pasa nada. ―Se gira para caminar, entonces la sigo detrás.

Mantengo la sonrisa.

―Somos bien aburridos.

Sigue avanzando y se gira un poco para mirarme.

―Quizás algún día pueda cambiar.

Gruño extasiado.

―Lo espero con ansias.

~~~

Alice

Un tono, dos tonos, luego se escucha el sonido de la contestación. Maguer me aclara que me está viendo, entonces avanzo hacia la trampa para él. Hay que asegurarnos de que nosotros tenemos el control de esta situación. Por otro lado, para venir a esta reunión, Maguer dio a entender que sabía sobre el plan de Asthur, el cual trataba de hacerlo creer que Troyen Reginam sabe de mi existencia, así que para nuestro encuentro ofreció una tregua y darme información sobre cómo se enteró del secreto de mi carne. Seguramente, todo lo que dice es mentira, aunque tampoco me importa obtener algo de él, pero finjo interés para que esto termine de una vez.

Llego al cuarto pequeño en donde mi cómplice me está esperando, escondido en su posición, detrás de un mueble. Visualizo al castaño entrar detrás de mí, entonces me giro a observar a mi enemigo, el cual sonríe con tranquilidad.

―Curiosa vestimenta ―acota Maguer.

―Para distraerte.

―No te veía de ese tipo de mujer.

―Bueno, no nos conocemos tan bien. ―Pongo un mechón de mis cabellos detrás de mi oreja―. Ni un café me invitaste antes de morderme.

Se ríe por lo bajo.

―Estás más atrevida.

―Te preguntaré algo, ¿de verdad vas a decirme cómo te enteraste del secreto de mi carne? Porque no te creo.

―Entonces, ¿por qué viniste? ―Ladea la cabeza.

―Tú no eres el único que tiene una trampa.

Asthur sale de su escondite y lo atraviesa con su garra. Puede verse en el gesto de Maguer el dolor que siente al abrir bien los ojos y su boca. Luego cae al suelo, entonces miro a mi cómplice.

―Recuerda que hay que matarlo dos veces ―aclaro de manera fría―. ¿Cuál es su habilidad?

―Elegimos este pequeño cuarto por culpa de esta ―aclara Asthur―. Puede hacer una ilusión de él mismo.

Recupera el aliento, entonces nos distraemos un poco, pero Asthur lo asesina de nuevo o a su espejismo, pues Maguer aparece detrás de mí, luego me agarra, cambiando de forma. Me saca del cuarto, aunque la siguiente muerte está preparada. Es confuso, sin embargo, espero que esta sea la última. Vemos a Zijo salir de una puerta con una ballesta que tiene cargada una daga antidemonios, entonces la dispara y le da en el tórax. Hay que asegurarse de matarlo, así que Asthur le estruja el corazón otra vez. Insisto, ojalá que sea su final, ya que no quiero saber más nada de este ser del infierno. Se acabó.

―Ya va siendo hora de que se busquen otro líder ―acota Asthur, mirando a los presentes en la reunión―. Si es que queda algún seguidor de él.

Zijo se ríe y acota:

―Nadie se mete con Asthur Wedengraf.

Sonrío, mirando al rubio.

―Así parece ―le respondo.

―¿Nos vamos? ―se queja el mencionado―. Estar en sociedad me repele.

―¡¿Por qué?! ―se queja el rubio―. ¡¡Nos encontramos en una fiesta!! Además, tengo que celebrar que ya no me debo esconder de nadie.

―Pero acaba de morir alguien ―digo por lo bajo.

―Son demonios, a ninguno le molesta tener un cadáver en el piso.

―Suena curioso, está bien. ―Le doy la razón.

―¡¡Alice!! ―se queja Asthur.

―Es una fiesta, ¿no?

―No me gustan las fiestas. ―Refunfuña.

Me río y le ofrezco mi mano.

―Vamos, será divertido.

Observa mis dedos de refilón, se tarda un poco y luego acepta mi gesto. Mientras, Zijo mueve sus puños en un gesto de victoria. Parece que, si no nos quedábamos, él tampoco lo hacía. A mí nadie me lo va a negar, para mí ya son amigos. Algo extraños, pero amigos al fin de cuentas.

Me pregunto, ¿cuál será el próximo reto que me deparará el destino? Me siento con la confianza para enfrentar lo que sea. Supongo que de eso se trata tener pequeños triunfos, incluso aunque haya sangre de por medio en el camino.

Veo una sombra pasar por una ventana, pero no me asusta, me centro en que a lo lejos visualizo una cabaña que me parece familiar, no obstante, tampoco me preocupa en este momento, solo quiero disfrutar de la fiesta.

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