26: Elegir un plan

Asthur

El recuerdo de mis labios sobre los de Alice sigue latente. Tan suaves y delicados. Solo me dan ganas de besarla otra vez, pero ya es momento de trabajar.

Finjo beber en la barra de un bar, entonces escucho la campanita de entrada, así que sé que es Zijo. Se aproxima, sentándose a mi lado. El rubio, que se hace el glamuroso, tiene puesta una gorra, por lo tanto, me causa gracia, ya que no le queda con su perfil de charlatán. Me guardo las risas para después, es hora de centrarse en lo importante.

Hallar a Maguer.

―Necesito encontrar su paradero ―murmuro.

―No es tan fácil ―responde, sabiendo de quién hablo―. Aunque supieras dónde está escondiéndose o el lugar en el que decidió formar el nuevo clan, no llegarías hasta él, terminarías muerto.

Me río.

―Lo hice una vez, puedo hacerlo de nuevo.

―Te ciegas por una humana, te estás arruinando la vida por enamorarte de ella ―aclara, algo asustado, ya que recuerda que le expresé explícitamente, que jamás mencionara el tema del enamoramiento―. Sé que me pediste que fingiera sobre tus sentimientos, pero...

―No ―lo interrumpo―. Ya no, ya no lo niego más, estoy enamorado y, en realidad, estás en una equivocación. Alice me iluminó la vida, le dio un sentido, un propósito.

―Terrible, estás peor de lo que creí. ―Se ríe, pero en cuanto le tiro una mirada asesina se calma―. Por suerte, yo no tengo esos problemas, yo sé que la comida es para comer y nada más, nunca me pasará eso. ―Como lo sigo observando de mala manera cambia de tema―. Bueno, ¿y qué tienes en mente sobre Maguer? Por algo me llamaste, ¿no?

―Vamos a hacerlo creer que Troyen Reginam sabe de la existencia de Alice.

Es arriesgado, pero no puedo seguir con la incertidumbre de no saber en dónde se encuentra uno de mis mayores enemigos.

Alice

Me despido de las chicas del taller, entonces camino por la vereda, directo hacia la casa de Asthur. No son muchas cuadras hacia el bosque, no obstante, un auto se frena delante de mí, así que pierdo el camino. Mi ojo titila, por lo tanto, sé que es peligroso. El vidrio polarizado se baja despacio en automático, en consecuencia, visualizo a un hombre desconocido para mí. Me entrega una tarjeta, luego cierra la ventanilla, el vehículo arranca y lo veo retirarse.

Tiene un número y la invitación a alguna reunión, pero lo que más me confunde es lo que hay escrito detrás.

"Para Asthur: Ya se filtró tu plan, retráctate".

Regreso a la casa, así que lo espero, sentada en el sillón. El demonio entra, tranquilo, pero alza una ceja cuando levanto la mano con la tarjeta, sin ningún gesto en mi cara. Lo sé, soy bien extraña.

―¿Qué es esto? ―cuestiona al tomar el papel.

―¿Qué plan? ―pregunto.

Lee la nota, entonces se percata.

―Los hombres de Maguer han estado escuchándome en el bar ―afirma y se ríe, se ve algo enojado―. Maldición, tuve a uno en frente de mí y no lo reconocí.

―¿El barman? ―sugiero con mi ojo titilando.

―Puede ser. ―Me observa fijo―. ¿Te duele?

―Estoy bien.

―¿De dónde sacaste esto? ―Mira otra vez la tarjeta.

―Un auto se frenó delante de mí.

Gruñe.

―Ya saben dónde encontrarte, se han estado burlando de mí todo este tiempo. ―Alza la vista para observarme de nuevo―. No puedes salir más de esta casa, lo siento.

―De acuerdo ―digo, seria.

―¿No vas a poner objeción?

―¿Por qué lo haría? ―Enarco una ceja―. Estar aquí es lo más seguro, ¿no?

―Sí, pero... ―Suspira, luego traga saliva―. No quiero mantenerte encerrada, es como si volviéramos a empezar.

Sonrío.

―No lo estoy, lo hago por propia voluntad.

―Puede ser, aunque... ―Camina y se sienta a mi lado en el sillón―. ¿Estás segura? Es tu decisión.

―Es mi decisión ―repito.

―Esto es como el sexo, por eso me preocupo. ―Se ríe sin humor.

―No voy a irme con cualquiera si eso es lo que te inquieta.

―Me parece buena idea para practicar tus opciones, así que te lo preguntaré. ―Alza la tarjeta―. ¿Quieres ir?

―Eso es una trampa.

―Sí, pero tengo otro plan. ―Hace una pausa―. Preferiría que no participaras, no obstante, es tu elección.

―¿Cuál es el plan?

Saca su celular y me lo entrega.

―Llama, por algo dejaron un número.

―¿Eso es todo? ―Enarco una ceja―. Yo quiero participar en serio.

―¿Y qué sugieres, Princesa?

―Apuesto a que tengo un mejor plan que el cazador ―refiriéndome a él.

Asthur se ríe con ánimos.

―Ya quiero escucharlo. 

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