Entre Tus Piernas •HOT• ||Kendall Schmidt||

Katelyn Tarver la gran actriz, esperaba sentada en el sofá de su casa a su actual novio, al actor Logan Henderson. Ya que pasaría por ella para ir a una cena de su primer aniversario, pero al mirar el reloj que tenía sobre su chimenea vio lo tarde que era... Las 12:45 de la mañana, otra vez había pasado, la había dejado plantada.

«¡Que más grande imbécil!» pensó ella con rabia.

Ya desde hace varios días, tenían problemas en su relación, pero esperaba poder arreglarlos esa noche pero no había ido, resignada a que no iría por ella, tomó el teléfono que colgaba en la pared de su cocina y marcó un número, hasta que al séptimo sonido contestaron.

—Pizzería Howard, ¿En qué puedo ayudarle? — contestó un hombre.

—¿Quería saber si a éstas horas llevan pizza a domicilio?

—Claro que si señorita, ¿A qué dirección y dígame cómo querrá la pizza?

—Bueno la dirección es... Will Street #234 y la quiero con doble queso, chorizo, salchichas y piña.

—Okey en un momento se la llevamos señorita y si no llega en menos de media hora... Será completamente gratis.

—Estaré esperando.

Colgó el teléfono y volvió al sofá a tumbarse mientras veía una película romántica. No sabía cuantos minutos habían pasado, sólo sabía que había pasado un buen rato, hasta que sonó el timbre, miro el reloj, sólo un minuto para la media hora.

«Suertudo» pensó a la hora que abría la puerta y sus ojos miraban a un chico rubio, ojos verdes y piel blanca. Podría jurar que era extremadamente suave, estaba exageradamente guapo, sexy, atractivo y totalmente violable.

—Aquí está su pizza... ¿Señorita...

—Oh... Tarver. Me llamo Katelyn Tarver. ¿Y tú?

—Me llamo Kendall Schmidt.

«¡Que nombre tan hermoso... Como el que lo lleva!» pensó ella.

«Pero que mujer tan más sexy» pensó él.

—¿Me podrías pasar la pizza por favor? — pidió ella.

Él notó que aún tenía la caja sobre sus manos, se sonrojó y le paso la caja.

—Aquí tiene señorita Tarver espero que la disfrute.

—¿Cuánto te debo?

—No se preocupe... Para usted será totalmente gratis, hasta pronto.

—Hasta pronto... Kendall.

Él joven se había marchado, dejando en el rostro de la chica una hermosa sonrisa, entro a su casa y dejo la caja de la pizza en el desayunador, tomó un plato y un cuchillo, cortó un pedazo a la pizza y la colocó sobre el plato y comenzó a comerla, aún pensando en aquel sexy repartidor.

#Días_Después.

Kendall estaba en su casa mirando una película pornográfica, mientras que con una mano tenía una lata de cerveza y que con la otra mano, se estaba dando un “masaje” en su miembro algo erecto, y justo en ese momento pasaron una escena erótica y justamente la chica era rubia, eso lo hizo pensar en aquella bella mujer, rubia, piel blanca, ojos color miel y con una dulce voz.

—Katelyn... ¿Será que algún día te vuelva a ver? — se preguntó mientras seguía masturbándose.

ťťťťťť

Katelyn iba directamente al departamento de Logan, quería saber de él, no se habían visto desde un día antes de su aniversario y quería saber que estaba pasando entre ambos. Pero al llegar al departamento, la puerta estaba entre abierta y eso se le hacia extraño, pero entro al lugar. No había nadie en la pequeña sala, así que decidió ir a su habitación, aunque cuando llegó, se arrepintió de haber ido, era él y su “amiga” en pleno acto, a Katelyn se le llenaron los ojos de lágrimas y tosió falsamente, llamando la atención de ambos, quienes al verla, sus ojos se abrieron de par en par.

—Katelyn cielo, no es lo que... — ella lo interrumpió.

—¡¡¡Cállate Logan!!! — gritó furiosa —, ahora entiendo por que no fuiste por mi a nuestra cena de aniversario, sabía que teníamos problemas, pero jamás me imaginé que fuese por esto.

—Katelyn amor... Sabes que yo te amo...

—Ahorrate tus explicaciones, no quiero saber nunca más de ti Logan Henderson.

Y sin decir nada se fue a su casa, y llegando a ella, se tumbó a su cama y lloró hasta quedarse completamente seca. Varios días pasaron y ella no había salido de su casa, solamente para ir a hacer la compra, Logan no había parado de llamarla, pero ella no habría querido contestar ninguna de sus llamadas.

Era una noche lluviosa y Katelyn seguía en cama llorando, tanto sus hermanos como sus padres estaban preocupados, no sabían como ayudarla. Encendió el televisor y notó que había una película pornográfica y justamente estaba en una escena erótica. Vio a los protagonistas y noto que el chico era rubio y recordó al sexy repartidor de hace semanas.

Mientras seguía la escena, ella se había quitado absolutamente toda la ropa, únicamente quedándose en ropa interior. En la escena vio como el chico le estaba haciendo un oral profundo y como consecuencia bajo su mano y comenzó a tocarse por encima de las bragas, notó que ya estaba muy mojada entonces para darse más placer decidió tocarse totalmente, metiendo su mano y comenzó a tocarse el clítoris suavemente, pero al oír los gemidos de la actriz comenzó a tocarse más bruscamente, pensando en aquel repartidor.

—Oh Kendall, ojala estuvieras aquí — y entonces se dejó de tocar y se le ocurrió una idea súper loca. Tomó el teléfono y marcó el número y esta vez contestaron al tercer tono.

—Pizzería Howard, ¿Cuál es su orden?

—Quiero una pizza Hawaiana.

—Con gusto, ¿A que dirección?

—A la Will Street #234.

—En un momento se la llevan señorita.

—¿Oíga podría hacerme un favor más?

—Claro que si, dígame.

—¿Podría enviarme a su repartidor Kendall Schmidt?

—¿A Kendall?

—Exacto y le pediría que por favor no lo llame, solamente por esta noche.

—Como usted diga señorita.

Colgó el teléfono y miro su reloj de muñeca, tenía tiempo para darse un buen baño, antes de que Kendall llegará, quería pasar esta noche con él y vaya que pasarían una excelente noche.

Mientras tanto Kendall estaba limpiando las mesas de la pizzería, cuando el gerente se le acercó.

—Hay una orden.

Kendall miró el reloj que colgaba en la pared, eran las 10:25 de la noche.

—¿Quién pidió?

—La señorita Tarver.

A Kendall se le abrieron los ojos como platos y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

—Y me pidió que fueras tú el quien le llevará la orden.

Eso hizo que su sonrisa creciera un poco más.

—La pizza ya esta lista pero... Recuerda nuestra regla... Si llega en después de media hora, no se le cobrará al cliente y te...

—Lo descontaré de tu paga — término Kendall por él —. Ya sé Kenneth, no tienes por que recordármelo.

—Pues me alegra saber que ya no tengo que hacerlo... Así que apurate.

Kendall estaba por ir por la motocicleta pero la voz de su hermano mayor lo detuvo.

—Otra cosa más Kendall.

—¿Qué cosa?

—La señorita me dijo que te quedarás con ella... ¿Para que crees qué te quiera a ti con urgencia?

—No lo sé — camino rápido antes de que Kenneth lo interrogará.

Tomó la caja de la pizza y la amarró a la motocicleta, se subió en esta y partió a casa de Katelyn, ansioso por verla. Cuando llegó a la residencia de la actriz, bajó con una mega sonrisa y aunque estuviera lloviendo a mares, para él, era una gran noche.

Camino hasta la entrada de la casa y toco la puerta, sólo diez segundos después la puerta se abrió permitiéndole ver a una Katelyn arreglada muy, muy, pero muy sexy.

—Buenas noches, señorita Tarver.

—Buenas noches, pero dime Katelyn, cariño.

—Okey Katelyn.

—¿Quieres pasar? No creó que sea buena idea que conduzcas una motocicleta bajo la lluvia.

Él de inmediato captó la indirecta y sonrió, se acercó y entro a la enorme casa.

—Ponte cómodo, traeré platos y dos vasos.

—¿Platos y vasos? — preguntó él.

—Ambos comeremos la pizza, no sé si te guste la hawaiana, sólo la pedí para tener un pretexto para verte.

—¿Querías verme? — preguntó emocionado.

—Claro que sí, ¿A caso tú no?

—Claro que sí... Pero no pensé que tú quisieras verme a mi.

—Pues créelo cariño.

Katelyn tomó dos vasos y dos platos y fue hacia el comedor, partió la pizza y puso un pedazo en cada plato y en los vasos llenó de agua de manzana.

—¡Esta listo! — gritó desde la cocina.

Kendall llegó al comedor donde no había nada de luz, únicamente por las velas rojas olor canela encendidas.

—¿Y esto que es? — preguntó confundido.

—Así yo ceno. Además creó que la lluvia hizo que se fuera la luz.

—De acuerdo.

Ambos se sentaron y comenzaron a cenar la pizza, riéndose de cosas graciosas, pasando un buen rato entre ambos.

—Y dime Kendall... ¿Dónde vives?

—Pues vivo en la calle Sundeth Lights #1937. En un pequeño departamento junto con mi hermano Kenneth, él es el dueño de la pizzería.

—¿Pero la pizzería se llama Howard?

—Lo que pasa es que la pizzería la abrió su ex esposa.

—¿Y qué pasó? ¿Se pelearon tu hermano y su esposa o qué?

—No... Lo que pasa es que la esposa de mi hermano murió debido a una anemia que le dio hace poco y ella era la dueña de esa pizzería.

—¿Cómo se llamaba?

—Gretel Howard.

—Oh... Pues lo lamento, por tu hermano.

—Gracias.

Terminaron la pizza y ambos se fueron a ver una película, pero para la suerte de ambos, aún seguía la película porno y sin chistar, ambos se sentaron para terminar de verla, sin ninguna clase de pudor.

Entonces volvieron a pasar una escena erótica, donde hacían toda clase de cosas, ambos comenzaron a ponerse calientes, Kendall miro a Katelyn como esta cerraba sus ojos, eso lo excitó aún más y sin pensarlo, colocó una mano sobre el muslo de ella. Katelyn se estremeció al sentir la mano de él en su muslo derecho, entonces ella colocó su mano encima de la de él, eso puso a Kendall más nervioso.

—Katelyn... Perdón yo no... Quise hacer eso yo.

Ella lo calla poniéndole un dedo en los labios.

—Tranquilo, no me pasa nada con que quieras acostarte conmigo.

—¿Cómo sabes que quiero acostarme contigo?

—Lo veo en tus ojos, ¿Y sabes qué? — Kendall negó —, yo también quiero acostarme contigo.

Kendall abrió los ojos como platos y volteó a verla, esta asintió a su pregunta invisible... “¿Quieres qué te haga el amor?” y sin más preámbulos, la beso desesperadamente, ella se sentó a horcajadas de él, mientras seguía besándolo. Kendall metió las manos bajo el pijama de Katelyn, acariciándole la espalda muy seductoramente, también pidió permiso para meter su lengua en la boca de ella y así sucedió, le dejó entrar con un fácil acceso y entre el beso, él logró decir un... “me vuelves loco” a lo que ella pudo responder “tú igual me vuelves loca” entonces ella desesperadamente comenzó a quitarle la chaqueta color gris, dejándola en el suelo.

—¿Realmente quieres esto hermosa? — preguntó él.

Ella sólo pudo decir “Sí” con un movimiento de cabeza, con un rápido movimiento, él estaba caminando hacia el piso de arriba con ella abrazada a sus caderas, besándole el cuello mientras él intentaba llegar bien a su habitación. Cuando llegaron Kendall acostó a Katelyn en su cama y la miro como un león hambriento vería a su presa. Ella lo miraba inocentemente, aunque sus intenciones no fuesen inocentes.

—Eres tan hermosa Katelyn, no sé que hiciste para hacer que no deje de pensar en ti.

—Yo tampoco puedo dejar de pensar en ti Kendall.

—Por una vez más te pregunto... ¿Segura de querer hacer esto?

—Totalmente, ahora ven y hazme totalmente tuya.

—De acuerdo, esta noche serás totalmente mía.

Kendall se acostó encima de Katelyn, pero sin poner todo su peso sobre ella o la lastimaría. Continuaron su gran sesión de besos y caricias, él bajó sus labios por su mandíbula, dejando un rastro de besos húmedos hasta llegar a su cuello, donde comenzó a dejar marcas con sus dientes. Eso hacia que Katelyn soltará uno que otro gemido y comenzará a querer quitarle la playera roja con el logotipo de la pizzería, Kendall le ayudó a hacerlo levantando sus brazos. Ella con la luz de la luna pudo observar bien su pecho, era musculoso y estaba en buena forma.

—¿Haces ejercicio? — preguntó ella.

—Voy al gimnasio después del trabajo — dijo aún besando su cuello.

—¿Cada cuánto trabajas?

—En esta semana estoy en el turno de la noche, como hay personas que a veces pide pizza a media noche — dijo burlón.

Katelyn no evitó notar la indirecta que iba dirigida hacia ella y eso provocó que se sonrojará, Kendall volteó a verla y sintió ternura al verla toda roja como un jitomate.

—Lo siento — dijo avergonzada —, es sólo que la primera vez estaba enojada con mi novio por que no vino y...

—Alto ahí... — la interrumpió —. ¿Tienes novio?

—Tenía terminamos hace cuatro días.

—¿Qué pasó?

—Algo que no quisiera recordar, pronto te diré, por ahora continúa haciendo lo que hacías.

Kendall no puso objeción hacia su petición y continuó besando el cuello de la chica, mientras ella tenía sus manos en el cabello del chico. Él tomó el borde de la camisa que ella usaba como pijama y lentamente fue quitándosela, pero abrió sus ojos de par en par al observar lo que veía, no tenía el sujetador, podía ver sus grandes pechos y hasta podía jurar que eran suaves.

—Tocalo — le pidió ella —, sé que te mueres por hacerlo.

Él no lo dudo en ningún momento al pedido de ella y con una mano tocó el pecho derecho y su piel era como se la imaginaba... Suave. Con la otra mano tocó el otro pecho, dándole el mayor placer que se pudiese tener. Tomaba sus pechos como si fuera masa y los estaba amasando a su gusto, se agachó para poder cumplir una de sus fantasías... Probarla. Así que sin vergüenza alguna tomó un pecho de la chica con la boca y comenzó a chupar como si su vida dependiera de aquello, Katelyn lo único que podía hacer era gemir y arquearse para así poder darle el acceso total a todo su pecho. Y mientras se divertía con uno, al otro le estaba dando el mejor masaje del mundo.

—Oh Dios... — gimió ella desesperada —. Si por favor... Más.

Él sonrió con satisfacción, le gustaba cuando las mujeres le pedían más y más. Así que para complacer a la señorita siguió haciéndolo y bueno también para satisfacerse el mismo. Ya hacía un buen tiempo que no tenía un buen polvo y esta chica se lo ponía demasiado duro. Katelyn sintió el miembro duro del chico y no pudo evitar soltar un pequeño gemido.

—Por favor — suplicó —, entra ya.

Kendall se sorprendió al oír los pedidos de la joven, tan desesperada estaba por que la penetrará, por que la hiciera suya, por que la domará, por que le hiciera el amor. Así que no se hizo del rogar y comenzó a quitarse la ropa y a ella también, cuando ambos quedaron completamente desnudos, fue ahí cuando empezó la verdadera diversión.

—Kendall por favor — volvió a suplicar ella.

—¿Que es lo qué quieres?

—Sabes que es lo que quiero.

—Sí lo sé, sólo quiero que seas tú misma quien me lo diga.

—Follame, jodeme, hazme gemir, hazme gritar tu nombre hasta que me duela la garganta, entra en mi tan fuerte como puedas hasta que me duela todo.

—Eso haré no te preocupes... Pero primero quiero observar bien detalladamente tu escultural cuerpo y explorarlo.

—Como tú digas, pero date prisa.

—Todo a su tiempo nena.

Ella sólo asintió y dejo que él disfrutará de su cuerpo, pero también estaba ansiosa por sentirlo dentro suyo, quería sentir ese pedazo de carne entre sus partes, quería apretar su miembro con su pequeño y delicado coño, quería que eyaculará dentro suyo y así sentir que tan caliente estaba. ¿Pero cuánto tiempo más debía esperar? Tal vez no debería desesperarse, total, se nota que él está igual que ella, ansioso por estar dentro de ella, por estar entre sus piernas.

—Vamos nena no pienses tanto y disfruta.

—Sólo hazme lo que tenías planeado hacerme y no me hagas esperar más.

Él rió. Se notaba que estaba desesperada por que la follara tan duramente. Mientras besaba cada milímetro de su pequeña boca, con una mano apretaba un pecho y pellizcaba el pezón rosado y erecto. Y con la otra mano tocaba su vientre de una manera que ella no pudiera aguantar, poco a poco fue bajando su mano, dirigiéndose al sexo de Katelyn. Al llegar a su destino tocó con el dedo índice y el dedo medio, los labios vaginales de la chica.

—Ah... — gimió Katelyn en la boca de él. La estaba torturando y eso que era con un simple dedo, ¿Qué pasaría si metiera su miembro? Enloquecería de placer.

Los besos fueron bajando por su mandíbula para llegar a su cuello, siguió bajando por sus pechos llegando hasta su vientre, dejando un rastro de besos húmedos por donde iba pasando. Cuando llegó a un muslo beso muy sensualmente, pero levanto su mirada para ver el rostro de ella. Tenía sus ojos cerrados y su boca en una perfecta ‘O’ pero vio que abrió los ojos y ambos pares de ojos se conectaron, él le sonrió y ella copió su gesto.

Mientras ellos se miraban, Kendall le abrió las piernas totalmente, volteó hacia abajo y su respiración comenzó a acelerarse un poco más rápido.

Tenía una hermosa vista del sexo de Katelyn, rosado, depilado, y sus labios vaginales eran pequeños pero se veían sabrosos, alzó la mirada y sus ojos verdes se conectaron con los ojos verdes de ella.

—¿Puedo...?

—Hazlo, no te detengas.

La sonrisa de Kendall no cabía en su rostro, así que sin decir nada más, inclinó su cabeza sólo un poco y empezó a olerla, olía demasiado bien, pero lo que realmente quería era probarla, así que se acercó más a ella y rozó su sexo con la punta de su nariz, eso le sacó un gemido a Katelyn.

—Vamos Kendall hazlo, no te detengas por nada en el mundo.

—Prometo que lo disfrutarás.

Y sin dejar que dijera otra cosa más, atacó la entrada de ella con su boca, provocándole uno que otro gemido y suspiro a Katelyn. Pero lo único que hacía era darle pequeños besos ahí abajo. Pero entonces ella soltó un grito junto con un gemido demasiado alto al sentir los dientes de él mordiéndole en su parte íntima, mientras que con las manos le masajeaba los pechos.

—Oh... Kendall — volvió a gemir ella —. No te detengas... Eres grandioso.

Él no pudo hablar ya que seguía con su trabajo, dándole el mayor placer a ella. La penetró con la lengua acariciando cada rincón de su sexo, alcanzándole el clítoris con los dientes.

«Sabe tan bien cono huele» pensó Kendall mientras seguía haciendo lo suyo.

—Sea lo que sea que estés haciendo... Continúa haciéndolo... Eres grandioso en esto... ¡¡OH MI DIOS DEL SEXO!!

Y logró hacer que se corriera en su boca, eso provocó que se sonrojará de vergüenza.

—Siento haber hecho aquello.

—No hay problema, sabes tan bien preciosa.

—Gracias Kendall.

—Dime algo... ¿Sí eres una actriz por qué jamás te había visto?

—Por que soy una actriz de películas porno.

Al oír aquello Kendall abrió su boca tanto como su quijada le permitía, jamás se lo imaginó, aunque era de esperarse... Era una mujer muy hermosa, con un cuerpo de diosa, el cual fuera envidiado por muchas mujeres y fuera deseado por muchos hombres. Definitivamente Katelyn Tarver era la mujer más excitante que había conocido en su vida. Había conocido muchas mujeres hermosas, pero ninguna fue tan hermosa como la mujer que tenía ahora mismo debajo de él.

«¡Vaya suerte qué tienes Schmidt!» pensó para sí mismo mientras seguía probando a aquella bella mujer.

Pero ya había terminado y alzó la mirada encontrándose con la suya, ella le sonrió mostrando todos sus perfectos y blancos dientes.

—Ahora me toca darte placer a ti hermoso.

Kendall tardó en comprender las palabras de ella y cuando ya lo había hecho ella estaba arriba suyo chupándole el abdomen mientras que con las manos le desabrochaba los pantalones, de una manera que le resultaba a Kendall como si fuese una tortura, cuando le zafó el botón y bajó la cremallera, lentamente fue bajando los pantalones por las piernas del joven. Dejándolos caer al suelo con toda su ropa, cuando volvió a verlo, una sonrisa se formó en su rostro, tenía unos bóxers de un personaje de un cómic, del “Spiderman” para ser más precisos.

—Spiderman, ¿En serio?

—Me gusta él.

—A mi me gustas tú Kendall.

Dijo gateando hasta sobré él, llegar a su boca, lo besó de manera que sintiera toda la sangre acomularsele ahí abajo, quedándole pequeño el bóxer. Pero al separarse de sus labios, sus besos fueron bajando por su cuello, llegando a su pecho, besando cada parte de su musculoso abdomen. Sonreía para sí misma al oír como el rubio gemía debajo de ella, se sentía poderosa y sexy, más de lo que ya era. Cuando término de desnudarlo completamente noto su gran erección, era grande y se veía, duro muy duro, moría de ganas por saltarle encima suyo y penetrarse ella misma, pero debía darle la atención que él le había dado a ella.

Así que bajó hasta a su miembro erecto y lo tomó con ambas manos y comenzó a masturbarlo lentamente.

—Oh Dios mío... — gimió él roncamente —. Sigue, no te detengas.

Ella siguió dándole placer a él, y cuando él sentía el orgasmo salir, ella dejó de hacer lo que hacía, haciendo que Kendall gruñera, ella rió ante su protesta.

—Cálmate amor, verás que te daré algo mejor que un masaje.

Y sin decirle nada más metió el miembro del joven a su boca, chupándole cada centímetro de ese pedazo de carne, él joven sólo podía gemir y maldecir en un susurro que tal vez ni él mismo se entendía.

Kendall sentía que estaba en el jodido infierno y que tenía a una bella diablita estaba haciéndolo sentir especial, con su mano tomó el cabello de la chica para que esta pudiera tomar todo su miembro sin que nada le estorbase, y con ese acto, termino corriéndose en la boca de ella.

—Sabes bien cariño.

—Espero te guste mi sabor.

—Me encantó.

—Pues ahora ven.

El con todas sus fuerzas la tomó de los brazos y la subió hasta quedar sus ojos al mismo nivel, él besó cortamente sus labios y sonrió.

—Eres tan hermosa Katelyn. Y eres tan buena en la cama.

Eso hizo que ella se sonrojará y sonrió.

—Gracias Kendall.

—¿Puedo hacerte una pregunta? Además de esta — dijo riendo.

—Dime.

—¿Por qué terminaron tu novio y tú? — la sonrisa que tenía se borró completamente, Kendall lo notó y se sintió mal por ello —. ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?

—No. Pero... La que terminó fui yo.

—¿Por qué terminaste con él?

—Lo... — batallaba para hablar —, lo encontré con mi mejor “amiga” en su cama — dijo haciendo comillas.

—Dios, no sabes cuanto lo siento.

—No Kendall, tú no tienes la culpa de nada, creo que era bueno que hayamos terminado... De todas formas nuestra relación estaba colgando de un hilo.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos.

—Oye, él no merece tus lágrimas, eres totalmente hermosa y puedes encontrar a alguien mejor.

—¿Cómo a quién?

—Como a... Mí.

Y volvió a besarla, desesperadamente, devorando cada rincón de sus labios. En un movimiento rápido logró que ella quedará abajo de él.

—Ahora sí... ¿Estas lista?

—Más que lista... Estoy ansiosa por tenerte dentro de mí.

—Entonces preparate.

Y sin dejar que dijera algo, la embistió de una sola entrada, ella sólo atinó a gritar con un gemido, mientras era llenada por su acompañante. Cuando había tomado el miembro del joven en sus manos, lo sintió demasiado duro, pero esto era demasiado duro, más de lo que pudiera imaginarse.

—Más... — gimió ella.

—Claro que sí hermosa.

Continúo dándole lo más duro que podía darle, quería que se corrieran juntos, ya se habían corrido, pero ambos querían hacerlo juntos. Kendall seguía entrando en ella de manera salvaje, lo único que lo motivaba a seguir eran los gritos y gemidos de Katelyn.

—Oh... Dios mío — gimió ella casi inaudible.

—No te calles hermosa, tú gime todo lo que desees. Grita mi nombre si quieres.

—¡Oh por Dios Kendall! — gimió al mismo tiempo que grito. Un relámpago acompañó su grito, haciendo un sonido ruidoso y espeluznante.

Él seguía embistiéndola, hasta que entro totalmente en ella. Ambos se miraron y se sonrieron el uno al otro.

—¿Te puedo preguntar algo? — le dijo él.

—Dime.

—¿Te estás acostando conmigo para olvidar a tu ex–novio?

—No claro que no, yo jamás me atrevería a usar a una persona.

—¿Entonces?

—Yo ya te tenía ganas antes de terminar con mí novio.

—¿En serio? — preguntó con una sonrisa.

—Totalmente cariño, así que ahora mismo sigues con lo que hacías y ya no más preguntas.

Ambos continuaron haciendo lo que hacían, mientras que él seguía adentro de ella, la besaba de una manera apasional, un beso lleno de deseo, lujuria y amor.

—Gracias por darme el mayor placer de la tierra — dijo ella besándolo con más amor que pasión.

#Al_Día_Siguiente

Katelyn despertó debido a los cantos de los pájaros que picoteaban la ventana, levanto la cabeza con la esperanza de que nada de lo que ocurrió hubiera sido un sueño, que todo hubiera sido real, pero al ver el otro lado de la cama vacío pensó que nada fue real. Con gran decepción se levantó de la cama y rápidamente tomo un baño que le le despejara sus emociones, al terminar noto sobre el lavabo una nota, la tomo entre sus dedos y rápidamente abrió la pequeña hoja y comenzó a leer.

“Buenos días hermosa...

Lamento no haber despertado contigo a tu lado, pero debía hacer algo importante, prometo que pronto volveremos a vernos, me encantó la noche anterior, espero que pronto podamos repetirla, hasta pronto.

Atte: K. S.”

En la cara de Katelyn no cabía la gran sonrisa que había aparecido en ella, así que nada había sido un sueño después de todo.

Estaba más que feliz, era la primera vez que se sentía tan bien después de terminar de haber hecho el amor, ni siquiera con Logan se sentía tan bien y eso que no estaba nada mal, tenía un gran cuerpo, unos fuertes brazos, un torso muy musculoso y para rematar era condenadamente atractivo, pero era un desgraciado infiel, pero gracias a aquella infidelidad se atrevió a hacer algo que ni estando ebria lo haría. Los días iban pasando de apoco y no tenía noticias de Kendall, pero si de Logan, quería que hablaran y se citaron en el Starbucks que había cerca de su casa.

—Bien, ya estoy aquí... ¿Qué quieres? — dijo fría.

—Vengo a disculparme contigo por lo de la otra vez.

—Mira Logan, no tienes nada del por que disculparte como yo no tengo nada del por que perdonarte, ¿Entiendes?

—Pero yo...

—¡Basta Logan! No tengo que perdonar nada... Tú no hiciste nada malo, la relación entre nosotros no tiene arreglo, ya estaba muerta, era obvio que algo así iba a pasar, pero jamás que pasaría tan pronto.

—Al menos déjame arreglar esto, antes de que me vaya.

—¿A dónde te vas?

—Debo de ir a Alemania a filmar una película y quiero estar bien contigo antes de irme.

Ella suspiró, debía hacerlo para poder estar bien con ella misma y no vivir con más preocupaciones. Sonrió y asintió.

—De acuerdo, estás perdonado.

—Gracias Katelyn, en verdad gracias.

—De nada y cuídate.

Y antes de irse se dieron un abrazo de despedida. Ella bajo de su camioneta y caminó hasta la entrada de su casa donde encontró una carta, la tomó y comenzó a leerla.

“Espero que me hayas extrañado, por que yo a ti sí y bastante... No sabes cuanto extrañe tu hermoso cuerpo... Cuanto deseo tenerte nuevamente entre mis brazos. Prometo que volveremos a vernos próximamente. Te amo Katelyn.

Atte: K. S.”

Y entonces volvió a sonreír.

—Yo también te amo.

Ya quería encontrarse con él nuevamente y estar entre sus brazos y que él se encuentre nuevamente... Entre Sus Piernas.

Fin ♥

ťťťťťť

Espero les haya gustado, en serio...

Voten ⭐
Comenten 📝

Las ama... Fanny, bye 😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top