10
—Entonces — dijo el monegasco, rompiendo el silencio que había invadido su oficina desde hacía unos minutos — me gustaría saber de qué se trata su visita. La curiosidad me consume, y tengo la impresión de que hay algo importante que desean decirme.
Se acomodó en su silla, observando atentamente a sus visitantes, mientras un leve destello de interés iluminaba su mirada.
—Bueno, hemos venido a que nos hagas un pequeño favor — dijo el alfa rubio, con una sonrisa que trataba de disimular la tensión en el aire — o mejor dicho, que me hagas a mí el favor. Lando no tiene nada que ver en esto.
—¡Oye! — exclamó el omega menor, visiblemente enojado — es algo importante, Char.
—¿Qué sucede, chicos? — preguntó Charles, con una ceja levantada y una sonrisa traviesa — ¿Sus padres se enteraron de que Max se andaba ligando a un hombre casado? — bromeó, tratando de aliviar la tensión en el ambiente.
Charles notó que, en lugar de risas, había un silencio incómodo. Era evidente que la situación era más grave de lo que había imaginado, y su broma no había tenido el efecto deseado.
—¿Tiene que ver con la noticia que hubo hace unos días, verdad? — preguntó Charles, observando el asentimiento de Max con preocupación. Al ver que su amigo confirmaba, suspiró y se pasó una mano por el cabello — yo te lo dije, no te metas con hombres casados.
—Lo sé, pero por eso necesito tu ayuda —dijo Max, con un tono serio que contrastaba con su habitual despreocupación — necesito que me hagas un gran favor.
Sus ojos reflejaban la urgencia de la situación, y Charles pudo ver que no era un simple capricho. La preocupación se instaló en su pecho al darse cuenta de que su amigo estaba en problemas reales. Se recargó en la silla, preparado para escuchar lo que Max tenía que decir, sabiendo que lo que viniera a continuación sería crucial.
—Tenemos un plan — intervino el menor de los tres, su voz firme pero con un hilo de nerviosismo— pero no será posible sin tu ayuda.
Sus ojos brillaban con determinación, y aunque la situación era tensa, había un aire de camaradería entre ellos. Charles se sintió intrigado por la propuesta, preguntándose qué tipo de plan podrían haber ideado. La idea de involucrarse en algo tan serio lo llenaba de curiosidad y preocupación a la vez.
—¿De qué se trata? — preguntó, inclinándose ligeramente hacia adelante, listo para escuchar todos los detalles.
—Al ver que Checo no ha tenido contacto conmigo — comenzó Max, con un tono que denotaba dolor— hemos ideado un plan para que lo pueda volver a ver, aunque sea por unos simples minutos. Necesito escuchar de su propia boca que me aleje de él.
Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de una mezcla de desesperación y anhelo. Charles sintió un nudo en el estómago al imaginar la angustia de su amigo. Sabía que lo que Max estaba pidiendo era complicado y arriesgado, pero la necesidad de cerrar ese capítulo parecía consumirlo.
—¿Estás seguro de que quieres hacer esto? — preguntó Charles, preocupado por las posibles repercusiones.
—Lo estoy, Charles. Necesito escucharlo; si él me lo pide, me voy del país — respondió Max, con una determinación que contrastaba con la tristeza en su mirada.
Su voz era firme, pero la vulnerabilidad tras sus palabras era evidente. Charles sintió una mezcla de admiración y preocupación por el sacrificio que estaba dispuesto a hacer. Sabía que Max había estado lidiando con emociones intensas, y esa decisión era un reflejo de lo mucho que le estaba afectando la situación.
—Está bien, cuéntame cómo piensas hacerlo — dijo Charles, sintiéndose obligado a ayudar a su amigo en ese momento tan crítico.
—¡Un baile! — exclamó Lando, su rostro iluminado por la emoción— pero no un simple baile, ¡uno de máscaras! Como en las películas.
—¿Enserio? — preguntó Charles, mirando incrédulo a ambos hermanos— nadie irá con máscaras, ¡ni que estuviéramos en el siglo XV!
Su tono era una mezcla de sarcasmo y preocupación. La idea de un baile de máscaras parecía sacada de otra época, y no podía evitar cuestionar la viabilidad del plan. Sin embargo, al ver la determinación en los rostros de Max y Lando, se dio cuenta de que estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario.
—Mira, entiendo que quieras verlo, pero tal vez deberíamos pensar en algo más moderno — sugirió Charles.
—Un baile enmascarado sería estupendo —intervino Lando, decidido a mantener su idea a flote — así Max puede hablar con Sergio sin que la gente sepa quién es. Todos deberán llegar con máscaras y no podrán decir quiénes son.
La emoción de Lando era contagiosa, y aunque Charles seguía escéptico, no podía evitar sentirse intrigado por la propuesta. La idea de un evento donde la identidad de cada uno estuviera oculta ofrecía un aire de misterio que podría hacer que todo fuera más emocionante.
—Eso podría funcionar — dijo Max, sintiendo que su corazón latía más rápido ante la posibilidad — si nadie sabe quién soy, podré acercarme a Checo sin que se sienta presionado.
Charles se cruzó de brazos, aún pensativo. — Pero, ¿y si las cosas se complican? No quiero que termines en una situación incómoda.
Lando sonrió, confiado. — Vamos, Charles. Un poco de riesgo nunca ha hecho daño a nadie. Además, ¡podemos hacer que sea una noche inolvidable!
Max asintió, sintiendo que el plan comenzaba a tomar forma.
—¿Y cómo harás que Lewis se separe de Sergio? Es obvio que estará junto a él toda la fiesta — preguntó Charles, frunciendo el ceño ante la dificultad del plan.
Max se quedó en silencio por un momento, contemplando la situación. Sabía que no sería fácil.
— Tal vez podríamos crear una distracción — sugirió Lando, emocionado por la posibilidad— algo que llame la atención de Lewis y lo aleje de Sergio por un rato.
— ¿Como qué? — preguntó Charles, aún escéptico pero empezando a considerar las opciones.
— Podríamos organizar un concurso o algún tipo de juego en el baile — propuso Lando — algo divertido que haga que todos se involucren y, con suerte, haga que Lewis se aleje lo suficiente para que Max pueda hablar con Checo.
Max asintió, sintiendo que tal vez esa podría ser la clave. — Sí, eso podría funcionar. Mientras todos estén ocupados divirtiéndose, yo tendré mi oportunidad.
—Son tontos si creen que Hamilton dejará a Sergio solo — rió Charles, sacudiendo la cabeza con incredulidad — solo habrá una razón por la que dejaría a Checo solo.
Los otros lo miraron, intrigados. El tono de Charles sugería que tenía algo en mente.
—¿Y cuál sería esa razón? — preguntó Max.
—Bueno — dijo Charles, mirando a Lando y luego volviendo su atención a Max — si hay algo que le guste más que el dinero...
—No — dijo Max, con seriedad en su voz — sé a qué te refieres, Leclerc, y no pasará.
—Está bien, si tienes una propuesta mejor, soy todo oídos —dijo, dejando escapar una risa sarcástica—.
—Leclerc — advirtió el mayor, con una mirada seria— no puedo permitir que mi hermano se quede con ese tipo. No confío en él y no quiero que Lando termine en problemas.
—¿Acaso tiene una mejor idea? — preguntó, con un tono desafiante — no hay nada que le guste más a Lewis que un omega joven. Y ni me mires así, porque yo ya estoy en una relación y no pienso involucrarme en esto.
—Lo haré, pero solo si tú le cuentas a nuestros papás que estoy saliendo con alguien — dijo, sorprendiendo a los mayores con su audacia —.
—¿Qué? — preguntó el único alfa, con una expresión de sorpresa en su rostro— ¿Con quién estás saliendo? No puedo creer que me digas esto de repente.
—¿Recuerdas al alfa portugués? —preguntó, haciendo ojos de cachorro para parecer más inocente — se llama João Félix.
(...)
—Señor Hamilton, tengo una invitación para usted — anunció con una sonrisa, mientras sostenía el sobre con cuidado — estoy segura de que le interesará.
—¿Invitación de qué? — preguntó con desdén, como si no le importara en absoluto— no creo que haya algo que me interese en este momento.
—Una invitación a un baile, señor — sonrió la beta, con un brillo de emoción en sus ojos— es algo importante. La invitación dice que solo las personas más influyentes serán bienvenidas. Debería considerarlo.
—Cuéntame más — dijo, mostrando un interés repentino — ¿Qué detalles trae la invitación? ¿Dónde se llevará a cabo el baile y quiénes son las personas que asistirán? Estoy curioso por saber si realmente vale la pena.
—Aquí dice que solo personas importantes, así que debe ser cierto — habló Carola, intentando convencerlo — si lo invitan, es porque reconocen su influencia en el mundo. No puedes dejar pasar esta oportunidad.
—¿Habrá omegas jóvenes? — preguntó rápidamente, con un tono de curiosidad que no podía ocultar — eso podría cambiar las cosas, ¿no crees?
—Lamentablemente, en la invitación no dice nada sobre eso, señor — respondió con un tono conciliador— solo menciona que es un baile en pareja. Así que necesitará llevar al señor Sergio con usted.
—¿Llevar a Sergio? — dijo riendo, con una expresión de incredulidad — prefiero ir solo. No estoy seguro de que él sea la compañía adecuada para un evento así.
—Pero, señor — habló la mujer, intentando contener las ganas de soltarle un golpe a su jefe — la gente hablará si no lo lleva. Recuerde el problema que hubo hace días. No creo que quiera ser el centro de rumores en la fiesta.
—Cierto — habló, dándole la razón — tienes un buen punto. Dile a Sergio que iremos. No quiero que hablen de mí en la fiesta.
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