Capitulo 2
Jinx cumplía sus catorce años, en todo este tiempo su relación con Silco iba ascendiendo mientras que sus bombas se volvían cada vez más fuertes, al principio solo podía hacer bombas de humo pero con la ayuda de Viktor pudo escalar cada vez más.
Sus bombas se usaban en as misiones de la distribución de Shimmer, y cada que conseguía un invento más Viktor la felicitaba con palabras dulces.
Le daba igual la razón por la que usaban sus bombas, solo quería escuchar la palabras de orgullo de Viktor.
Este año Viktor cumplirá dieciocho años, se volverá un adulto y eso le pone incomoda.
Se mira todos los días en el espejo y solo ve signo infantiles en sus rasgos, apenas su cuerpo de desarrollaba.
Quería crecer a la par de Viktor, odiaba esos cuatro años de diferencia, odiaba que solo la viera como una niña pequeña. Odia esta impotencia.
Lo único que notaba en desarrollo era su pelo, crecía sin parar. Le molestaba todo el tiempo, quiere cortarlo.
Agarró una navaja y se sentó delante de su espejo y se preparó para cortarlo.
- Pasó algo pequeña -. Jinx odiaba ese mote, odiaba ser 'pequeña' -. ¿Te vas a cortar el pelo? -. Agarro la navaja y la dejo en la mesa -. Me gusta tu pelo largo.
- Es molesto -. Dijo.
Sonrió dulcemente y empezó hacerle trenzas, Jinx de nuevo sentía mariposas en su estómago, quería ser perfecta.
Cuando Viktor termina de hacerle las trenzas le sonrió.
- Así ya no te molestaran -. Jinx se miraba fascinada, no porque le guste el peinado, sino porque lo hizo él.
- Nunca me quitaré estas trenzas.
Viktor empezó a reír.
- No digas eso, debes quitártelas para asearte.
- Pero me gustan mucho -. Hablaba con un leve sonrojo, adoraba verlo así de cómodo y solo era así con ella.
- Entonces te haré trenzas todos los días.
De nuevo la acarició la cabeza con delicadeza.
- Será mejor que me vaya yendo -. Agarro su mochila que dejo en suelo para hacerle las trenzas a Jinx -. Vine a despedirme como cada mañana.
Viktor consiguió un puesto en la academia Piltover, estaría estudiando como discípulo de uno de los genios mas brillantes y su compañero Jayce, aunque claro solo está ahí como espía.
Su compañero de trabajo tiene muchas amigas con gran poder político.
- Regresarás pronto -. Habló con deprisa -. Hoy haré yo la comida -. Viktor le sonrió don dulzura.
Adoraba a Jinx, cada vez que veía su sonrisa solo podía sentir que así era tener una hermana pequeña, una familia.
- Me temo que no pequeña -. Otra vez ese nombre -. Pero no comerás sola, Sevika estará a tu lado.
Con esas palabras se marcho, estaba enojada.
No es que odie a Sevika, se llevan bastante bien pero no es lo mismo. Aunque sabe que Sevika le tiene cariño a su manera, no es lo mismo que con Silco o Viktor.
Estaba inventando bombas que muerden, pensó quesería perfecto. Se aferraran tanto al sitio o persona donde se lance que no podrán escapar. Él problema es que su agarre no tiene tan fuerza como para que se mantengan con su objetivo.
Agarró su capucha y se preparó para irse al lugar mágico de la basura, donde siempre puede encontrar algo.
Se miro en el espejo y se sintió bonita, las trenzas le llegaban por la cintura.
Jinx no se daba cuenta pero estaba cambiando, pero a una identidad sino a lo que creé que a Viktor le gustará.
Cuando llegó al basurero se volvió a encontrar con Ekko, desde ese día empezaron a verse más hablaban como amigos pero siempre con un linea invisible que ninguno de los dos quiere pasar.
- Te quedan bien las nuevas trenzas -. Hablo Ekko.
- Lo sé -. Dijo Jinx con cierta arrogancia, a Ekko le encantaba ese lado suyo -. Me las hizo Viktor -. Y de nuevo el mismo tema.
Su amiga no hablaba nada más que él, y hasta empezó a cambiar por él.
Ya no usaba ropas de color azul, es su lugar llevaba ropas más oscuras.
- Jinx -. Dijo aunque aun le costaba llamarla con ese nombre, ella lo miró -. ¿Por qué él?
- ¿Que quieres decir? -. Ella sabía bien su pregunta pero no la responderá, sabe que hay algo oscuro en su forma de ver a Viktor y prefiere ignorar eso, como si solo fuera estúpideces.
- Sabes de que habló -. Ekko dejo su bolsa y se acercó a ella -. Sabes perfectamente lo que siento y aun así me haces estó.
Ekko le insinuaba su amor todos los días, ella solo se quedaba callada. Llevaban con esta dinámica tres años, pero él ya está harto.
Agarro su rostro entre sus manos, se notaba apenas la diferencia de altura Ekko estaba creciendo pero aun no era muy notorio entre ellos dos.
- Yo también existo.
Ekko se preguntaba una y otra vez, que era lo que él hacía mal. ¿Por qué ese amor no iba para él?, odiaba sentirse así.
- Yo estuve desde antes que él -. Su rostro se acercaba al de Jinx, y ella notaba a donde iba a ir todo eso.
Lo empujo con fuerza, estaba con el corazón a mil por hora y su cara parecía arder.
No es lo que crees.
"Miarala sonrojada por Ekko"
No es verdad
"No que para ti solo es Viktor"
Si es solo él, solo me puse nerviosa porque sería mi primer beso. No siento nada por Ekko.
"Si tu lo dices"
Ekko veía como su amiga peleaba con sus voces internos, una parte de él se siente satisfecho. Cuando ella reacciona así, cuando su cara esta roja es cuando sabe que aun tiene oportunidad.
Se levanto del suelo y camino hacía Jinx, aun tenía la cara roja.
- Toma -. Dijo después de poner en su mano una llave -. Vi que la que usas ya está muy gastada, encontré esta en perfecto estado cuando no estabas aquí y pensé en dártela.
Mentía, en realidad ahorro para comprarla para ella.
Después de eso Ekko se marcho silbando de felicidad, Jinx se enojo otra vez. Odia saber que solo él puede ponerla así, que ni siquiera Viktor ha echo que su corazón lata tan rápido.
Al llegar a su casa, uno de los secuaces le informo que Sevika le esperaba para comer. Ella asintió y dejo su bolso en el suelo y aquella llave en la mesa.
Mientras ella comía Viktor se adentro a la guarida de Jinx, la razón por la que iba a llegar tarde era porque iba a comprar para Jinx una nueva llave de plata, su sorpresa fue grande cuando vio una llave de plata también pero pintada con pintura de oro para parecer más caro.
Sabía quien se lo había dado, aquel chico de pelo blanco la lleva persiguiendo desde que ella era una niña, y él aprueba esa relación. Investigo al chico y le agrada lo que hace, un refugió para todos los que buscan un hogar.
- ¡Viktor! -. Escucho la voz de Jinx en su espalda -. ¿Al final comerás con nosotros? -. Ella le agarro del brazo, se fijo en la llave que tenía Viktor -. ¿Qué es eso?
- Esto es un regaló para ti pero veo que ya tienes uno.
- Igual quiero el tuyo.
- ¿Tirarás el otro? -. Dijo señalando la llave de color oro, sabía su respuesta pero con estas pequeñas cosas cree que puede ayudar acelerar la relación de esos dos.
- No -. Dijo mientras agarraba la llave que le dio Ekko -. Puedo usar ambos, es mejor dos que uno... ¿no?
Necesitaba la aprobación de Viktor, si el decía que lo tirará ella lo haría.
- Tienes razón -. Dijo sonriendo -. Es mejor dos que uno, venga vamos a comer pequeña.
Ella le siguió en silenció.
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