23- Entrega Absoluta (+18)

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Al separarse del beso por falta de aire, tanto Bucky como Crystal entraron al Complejo ya que comenzaba a hacer frío en el ambiente y el hombre a toda costa quería cuidar de la chica.

-¿Quieres bailar?- pregunta la castaña al ex soldado al llegar a la sala. 

-Debería ser yo quien te pidiera eso, encanto- la mira con una sonrisa.

-Los tiempos han cambiado Sargento Barnes- sonríe y este la toma de la cintura.

-Por supuesto que quiero bailar con mi novia- sonríe y en eso comienza a sonar una canción suave mientras comenzaban a moverse lentamente sin dejar de verse a los ojos.

-Gracias por reparar el dije de esmeralda, significa mucho para mi- sonríe apegando su cuerpo al suyo.

-¿Podría saber porqué, mi amor?- pregunta rozando su nariz con la suya.

-Es el único recuerdo que tengo de mi mamá, antes de morir junto con mi padre, ella mandó hacer dos gargantillas de esmeraldas, una para Medusa y otra para mi, desde bebé lo traigo en el cuello. Cuando creí que lo había perdido... Yo me sentía sin rumbo, y cada que lo llevo puesto, de algún modo me siento protegida- lo mira triste dejando caer una lágrima- nunca los pude conocer, cuando yo tenia apenas un año ellos ya habían muerto- Bucky la abraza fuerte y luego se separan para el hombre secar la lágrima y darle un pequeño beso.

-Muñeca, ellos siempre estarán contigo... Y si ellos me lo permiten, me gustaría protegerte también, quiero compartir contigo todo, sentirme vivo, sentirme un héroe de verdad... Quiero cuidarte, estar para ti, de alguna manera compensarte por lo mal que empezamos al conocernos tu y yo- Crystal acaricia su mejilla.

-Bucky, eso quedó atrás, ya nos perdonamos eso, sólo queda olvidarlo, solo importa el hoy, el ahora y el que sepas siempre a partir de hoy que yo te amo, mucho- sonríe feliz.

-Yo también te amo, princesa. Te amo demasiado-la comienza a besar.

...

Ambos entran a la habitación de la castaña besándose con ardor y pasión que quemaba... La chica cierra la puerta con seguro y este se detiene para mirarla.

-¿Qué pasó, Bucky?- pregunta preocupada.

-¿Te sientes bien para hacerlo?. No quiero ser un bruto y lastimarte, hace rato te desmayaste y todavía sigues pálida- la chica sonríe y lo besa.

-Estoy bien, me has cuidado bien James, a tu lado nada me va a pasar- el ex soldado la carga y la acuesta en la cama delicadamente y se coloca a su lado.

-Si no te sientes bien, por favor dímelo y me detendré ¿Si?- la chica asiente.

-Está bien Bucky, solo hazme el amor, confío en ti- ambos se miran a los ojos y este acorta la distancia para volver a besarla por enésima vez.

Ambos lentamente entre besos y caricias comenzaron a desnudarse, la chica lo miraba embelesada.

-Háblame sucio mientras me haces tuya, Buck...- sonríe.

El hombre besando su cuello y barbilla murmura ronco a su oído -Te haré mía tan duro y rico que mañana no podrás caminar- la besa con pasión.

-Eso me gusta, papi- el hombre comienza a reír juguetón bajando con besos hasta su clavícula excitándola cada vez más.

-Tu papi te hará venir tan rico que solo desearás más y más- la chica sonríe y cuando iba a tocarse él la detiene- No mi niña, ese es mi trabajo, tu disfruta princesa... Abre las piernas para papi- el hombre se levanta desnudo para apagar la luz principal para dejar toda la habitación a oscuras y con solo las luces de los jardines del complejo tras las cortinas iluminando de manera casi nula la habitación haciendo mojar más a la castaña ante la expectativa de lo que su novio haría.

Segundos después sintió besos y caricias por sus piernas subiendo lentamente hasta la parte interna de los muslos de la chica, que a estas alturas era toda gemidos.

-¿Te da miedo la oscuridad, amor?- pregunta curioso sobre la piel de sus muslos mientras la castaña solo gemía.

-No, y menos ahora que estás aquí conmigo a mi lado. Aunque no puedo verte casi sé que eres tú de todas maneras- sonríe mientras retoma su labor.

-Esa es la idea, cielo. Quiero que sientas miles de sensaciones placenteras mientras no puedas verme ni yo a ti- comienza a masajear su feminidad ya mojada despacio y sin prisa haciéndola gemir- estás empapada preciosa, permíteme- abre sus labios con sus dedos de metal y comienza a penetrarla con la lengua.

-Joder!, Bucky! ¡Ah, no pares!- gime extasiada del placer que el hombre le proporcionaba con su boca.

-Eso es nena, gime para papi- la chica se aferra a las sábanas- Tengo una idea- lame sus pliegues y se levanta- siéntate en mi cara, princesa, de espaldas a mí- se acuesta a su lado.

-Creo saber lo que sugieres y si, también lo quiero, papi- lo besa con pasión para la chica levantarse y se coloca a espaldas del hombre para sentarse sobre su sexo para rozar su feminidad húmeda sobre el miembro erecto del hombre.

-Oh nena, si que sabes sorprenderme... Oh si, princesa hermosa- gime acariciando la espalda desnuda de la castaña.

-Me encanta esto, papi- sonríe extasiada y se inclina para sorprenderlo con la lengua en su glande.

-Oh mierda... Vamos nena siéntate en mi cara- la mujer sin soltar la lengua del miembro del soldado coloca la pelvis sobre el rostro del hombre para que este volviera a devorar su feminidad con vigor, ambos gemian sin parar mientras daban placer al otro. Bucky intentó soportar las ganas de llegar al clímax pero fue imposible, derramando todo su ser sobre la boca de la chica que seguia sin soltar su miembro viril para luego tragárselo.

Al acabar, la chica se levantó para sentarse nuevamente en la cara del Sargento que seguía dándole placer a su feminidad con la boca mientras la chica lo masturbaba lentamente.

-Bucky... Papi, voy a llegar- en eso lanzó un grito mientras llegaba a la cima del placer, en eso, el hombre comenzó a succionar la feminidad de la princesa para no desperdiciar de ninguna manera su orgasmo haciéndola gemir extasiada y extendiendo por más tiempo su éxtasis.

La chica cayó a su lado minutos después y acarició el rostro de su amado mientras recuperaba la respiración que aún era un lío al igual que el de él.

-Estuviste... brutal- murmura a duras penas la chica.

-Tú no te quedas atrás, nena- se acerca para besarla apasionadamente mientras recuperaban la respiración -Ahora es tu turno de decidir en qué seguir, mi amor- baja a besar su cuello y acariciar sus senos.

-Tómame en cuatro- lo mira- después hazme el amor despacio- gime sintiendo los labios del hombre sobre sus pezones volviendo a hacerla gemir.

-Oh nena, será como tu digas- el hombre se levanta y la chica se coloca de 4 para recibirlo y el hombre la toca ahí y se sorprende-sigues empapada...joderrr... - la castaña abre las piernas y el aprovecha para darle unas nalgadas- Eso es nena, ábrete para papi- de una poderosa estocada comienza a embestirla de manera voraz haciendo que la castaña gimiera de manera descontrolada y por la sorpresa. En ese momento, agradeció que el Complejo estuviera sin nadie, solo ellos dos, porque de oírlos habría un escándalo. Crystal se inclinó para morder una almohada para aminorar los gemidos descontrolados que le provocaban las poderosas estocadas de Bucky, que estaba hecha una bestia, y eso la encendía más.

-Ya no aguanto, ya no puedo- murmura casi inaudible la chica- Oh Dios...- muerde la almohada para volver a gemir.

-Vente conmigo... Hermosa-Bucky la levanta y la apega a él sin dejar de embestirla a gran velocidad- Ahhhh- murmura contra su cuello y ambos gritan llegando a la cima del placer el nombre del otro.

Segundos después ambos caen en la cama, él encima de ella y cuando los espasmos cesaron del todo, él la abraza por detrás mientras aún recupera la respiración.

-¿Estás bien, mi amor?- pregunta besando su hombro y acariciando lentamente uno de sus pezones.

-Mejor que nunca, Bucky- él sale de ella para encender el velador para poder observarla, se coloca a su lado para mirarla y sonríe al igual que ella.

-Te amo, Crystal- acaricia con su brazo de metal su barbilla haciéndola reír.

-Yo también te amo mi soldado- ella lo besa tiernamente y él se coloca encima de ella sin aplastarla y cubrir a ambos con una sábana- Hazme el amor otra vez, por favor- lo mira- quiero volver a entregarme a ti- el hombre la besa por enésima vez y la apega a él.

-Sus deseos son órdenes mi princesa hermosa, mi sexy novia- la vuelve a besar y el hombre procede hacer suya a la castaña de manera suave y tierna, la beso incontables veces, se fundió en su calor, en su cuerpo, en su piel, la miró a los ojos y le dijo que la amaba con locura y la volvió a besar. Al hacerla llegar a su placer y al llegar al suyo, arropó a la chica con las sábanas contra su pecho, la abrazó y la besó antes de que Morfeo y el cansancio hagan mella en sus cuerpos cansados.

El pelinegro despertó varias veces en la noche observando dormir a la castaña con tranquilidad y se juró a sí mismo que a aquella mujer la cuidaría para siempre y nunca la dejaría ir.

Aunque alguien desde muy lejos, en algún punto del espacio una amenaza comenzara a surgir en silencio y de forma cautelosa.

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