Prólogo
Ja'far se encontraba en el suelo aturdido y con la vista borrosa. Lograba apenas ver cómo muchas personas se encontraban corriendo de manera despavorida.
Él no notaba que se encontraba al borde de una pequeña isla flotante en el cielo. Se levantó rápidamente para evitar caer al vacío y dudoso se acercó a la orilla para apreciar su entorno.
Resulta que no solo era esa isla que estaba suspendida sobre los cielos, si no que muchas más lo hacían e inclusive el mundo había cambiado. El mar había alterado la Tierra inundando ciudades e incluso borrando montañas gigantes que se veían imposibles de escalar.
— ¿Dónde estoy? — se preguntó.
Su mirada observaba a las personas que se encontraban sorprendidas y asustadas por los acontecimientos.
Ja'far ni siquiera sabía en dónde se encontraba, lo último que recordaba era que se encontraba en su oficina y de pronto apareció en ese lugar tan extraño.
Estando ya cuerdo, miraba que sus amigos también estaban ahí, resultando extrañado Ja'far. El ruido de las personas y gritos de desesperación por encontrar a sus familias llamo la atención del peliblanco. Decidido se acercó a un hombre que se encontraba cerca para hacerle preguntas.
— ¿Señor que sucedi.....?.
De inmediato el hombre lo tomo de los hombros y comenzó a mover a Ja'far frenéticamente siendo una clara respuesta que el hombre era presa del pánico.
— ¡¡Por favor, ayúdeme a encontrar a mi familia!! — exclamaba el hombre.
— Señor tranquilícese, las personas se asustarán si lo ven así — agrego el joven.
El hombre se puso de rodillas y entre lágrimas sujeto las ropas de Ja'far con fuerza.
— No sé dónde estoy, lo único que me preocupa es mi familia. Mi pequeña estaba sola en casa y mi esposa estaba en el mercado.
Ja'far no podía preguntarle nada al hombre pues era claro que cualquier cosa podría alterarlo. Él se puso de rodillas estando a la misma altura que el contrario y tomo su hombro.
— No se preocupe, encontraremos a su familia pero necesito que me ayude también a mí.
Las personas de inmediato comenzaron a ayudarme, con la promesa de que los ayudaría a encontras a todas las personas que habían desaparecido.
Una enorme lista de nombres fue lo que comenzó a recolectar, cada persona que había en esa isla había perdido a más de un integrante de su familia.
Con el tiempo de la tarde toda la gente alzó un pequeño campamento para refugiarse del frío de la noche que se aproximaba con rapidez.
Al parecer la preocupación se alejaba del corazón de las personas y la calma comenzaba. Hasta que al anochecer un par de mujeres encontraron a un herido en las demás islas que se encontraba cerca, después de eso se tuvo que encontrar un modo de llevar a los heridos al campamento.
Ja'far quien estaba al mando de todos se encontraba administrando la comida para darle a quienes llegaban y anotarlos en otras listas más grandes.
— Me siento muy agotado.
— ¿Interrumpo algo? — dijo una voz femenina entrando a la tienda de Ja'far.
— Yamuraiha ¿Que haces aquí?.
— Las personas me encontraron en una de las islas y me trajeron aquí.
— Ok, me alegra mucho que estés bien — dijo llevándose una mano a la frente — ¿Has visto a los demás?.
— Ví a Sharrkan a lo lejos pero el decidió mejor irse no se a donde.
— Bueno, me hace feliz oír eso. No sé si podrías ayudar a los heridos...que estoy demaciado ocupado con todo esto.
— Entiendo, es mejor que te deje solo ya que siempre te ha gustado el silencio.
— Si que me conoces bien Yamuraiha, gracias por ayudarme.
La chica se despidió con una cálida sonrisa y salió de la tienda del peliblanco. Después de unas horas, mientras que él estaba anotando algo en el papel un joven de cabellos azules se encontraba afuera de la tienda.
Era Alladin, había buscado a Ja'far por todos lados.
El muchacho se encontraba nervioso por entrar, pues no encontraba el valor para hablar de frente con Ja'far.
Jugando con sus ropas, tomo la tela de la entrada y asomó su cabeza.
— ¡Hola señor Ja'far! — exclamo.
El mencionado lo miro rápidamente, dejo todo lo que estaba haciendo. Soltó la pluma con la que escribía y se levantó de su asiento para acercarse hacía Alladin.
— ¡Alladin, que bueno que estás bien! — pronunció Ja'far con un gran abrazo para el contrario.
— También me alegra verlo bien.
— Pensaba que les había pasado algo o que jamás regresarían. Pero ya estás aquí.
Alladin correspondió el abrazo del mayor. Se sentía nervioso por hablar con él ya que no sabía cómo iba a reaccionar Ja'far.
El muchacho alejo al contrario y lo miro a los ojos.
— Señor Ja'far, quiero hablar con usted. Pero...siento que aquí no es bastante privado.
— Entiendo, vamos a un lugar más alejado.
Ambos salieron de la tienda y se fueron a la orilla de la isla. Puede que a Ja'far no le guste estar tan cerca de ahí pero no había otro lugar pus había gente caminando por los alrededores.
— Supongo que este lugar está bien. Es alejado y podemos hablar tranquilamente — dijo Alladin.
— Bueno, ¿Sobre qué querías hablar? — pregunto Ja'far.
— Si....pues....quería estar seguro de que usted lo tomara con calma y sin precipitaciones. Así que espero que se mantenga calmado con lo que le diré.
— Me comienzas a asustar, vamos dímelo no creo que sea tan malo — dijo con una sonrisa el peliblanco.
Alladin desvío la mirada con una sonrisa nerviosa, no se sentía seguro con las palabras de Ja'far.
Alladin comenzó relatando acerca de su aventura con Alibaba al entrar al Palacio Sagrado y sobre su reencuentro con Sinbad.
Ja'far estaba atento a cada palabra que decía el joven a su lado y todo lo tomaba de manera tranquila hasta que Alladin hablo sobre la locura del más querido amigo de Ja'far.
— El señor Sinbad había perdido por completo la cordura, pero gracias a que Alibaba y todos los demás estábamos ahí él decidió frenar todo plan que el había creado y después.... — guardó silencio — desapareció.
— ¿Dices que Sin desapareció?.
— Si.
— Pero....¿Como se supiste que el había hecho todo esto?.
— Él confesó que había planeado todo después que se volvió el hombre más poderoso del mundo y que no quería quedarse conforme como sus demás compañeros, incluyendolo a usted.
— ¿Cómo puede ser posible que Sin dijera eso de nosotros? — dijo pensativo Ja'far — siempre que contaba todo incluso sus ideas tan alocadas pero esto jamás me lo dijo.
— Entiendo que se sienta confundido pero estoy seguro que....
— ¿Y no te dijo nada?¿Acerca que volvería o algún lugar en dónde lo podríamos encontrar?.
— Lo siento, no sé nada sobre eso. Alibaba estaba más cerca de él antes de desaparecer.
— ¿Sabes dónde está Alibaba? — preguntó.
— Si, está con el señor Hinahoho en otra isla — respondió Alladin.
— Entonces, iré a buscarlo y hablaré con él.
Alladin en ese momento freno a Ja'far sujetándolo de la ropa.
— Es mejor dejar descansar a todos. Ellos se enfrentaron contra Sinbad, usted más que nadie conoce su poder y lo que puede causar.
— Tienes razón — pronunció en un susurro — pero sigo sin creer que el haya Sido capaz de hacer tal cosa. Me siento mal de haber sido tan ciego con su actitud.
— ¿Usted había notado algo raro con él? — pregunto confuso el más chico.
— Sin se había comportado extraño los últimos días. Sin embargo logré ver a la señorita Arba con el en ocasiones.
— ¿¡¡ARBA DICES!!? — exclamo Alladin.
— Si.
— ¿Esa mujer estuvo con él?.
— Si, se comportaba extraño cuando yo entraba a su oficina. Me solía mirar con detenimiento pero no decía nada, era visible que mentía cada vez que hablaba con Sin.
— Esa mujer fue la principal culpable. Ella fue quien hizo todo esto fue un error dejar que estuviera con Sinbad por mucho tiempo.
— Si lo sé. Pero pensaba que había algo más detrás de todo. Me siento inútil.
— Señor Ja'far, usted hizo mucho y gracias a usted llegamos hasta aquí y entiendo que se sienta así pero debe de tener determinación.
Yo perdí a un gran amigo y se que jamás lo podré volver a ver, pero se que él estará siempre cuidando de todos nosotros.
— ¿Te refieres a Ugo?.
— Exactamente. Logré verlo estando el en Palacio Sagrado y me alegra el verlo una última vez.
— Lamento mucho eso.
— No se preocupe señor. Se que volveremos a ver al tío Sinbad — dijo con una sonrisa — puede que sea posible que mañana logre reunirse con Alibaba para hacerle preguntas. Aún así lo llevaré con él.
— Si muchas gracias Alladin, me gustaría también ver a mi amigo Hinahoho me haría bien ver a una cara familiar.
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