Capitulo IV Sin prejuicios...(parte 1)


"...Todo lo que necesitas esta en tu corazón..., no son tus ojos..., no es tu cuerpo...solamente los sentimientos que llevas dentro..."


El joven peli plateado la observaba de cerca, como deseaba en su interior estar a su lado, pero aun no asimilaba que sus sentimientos a aquella azabache eran mucho mas que admiración, su corazón latía fuerte, y sus ojos eran solo dirigidos a ella, -¿Qué esta pasándome?- pensó-no es lastima lo que siento por ella, pero tampoco puedo negar que cautiva con solo verla, me cela cada vez que esta con ese imbécil ¿acaso esto es amor? ¿obsesión? ¿cariño? ¿deseo? ¿o todas? Ella me provoca con solo verla todas emociones que se confabulan en una sola-pensaba mirando hacia el balcón de al frente con los puños cerrados confundido, quería hacer algo por ella que supiera que le interesaba y que al menos supiera que contaba con su apoyo

La figura femenina aun seguía limitándose a sollozar, o al menos notaba el joven desde el balcón, paradójicamente contaba con buena vista, así que podía ver claramente cada movimiento de la joven azabache, regreso al interior de su departamento molesto y angustiado, odiaba tener aquella sensación de impotencia que yacía en todo su ser, no era la primera vez que se sentía de esa forma, como aquella vez que lo engaño su novia el día de su boda, en aquel momento se sentía con odio e ira, al menos pudo hacer algo a tiempo y no cometer el gran error de su vida, sin embargo en esta ocasión, su corazón no soportaría si no hiciera nada, por más que pensaba en una posible solución, todas parecían completamente inútiles, -¿Qué hacer? ¿ir hasta su edificio? ¿Cómo? con suerte se su primer nombre-se repetía una y otra vez buscando alguna posibilidad de que ella dejara de llorar o que al menos supiera que no se encontraba sola, en ese instante, tropezó por mera casualidad, con uno de sus muebles haciendo caer algunos CD de música clásica, le gustaba mucho, a pesar de que todos hasta su madre le fastidiaba que era aburrido, lo que él nunca le importo su opinión materna

-basura...-musito molesto al ver el desorden de CD esparcidos por la sala, lo tomo entre sus manos revisándolos uno a uno, ocurriéndose una idea mirando el balcón, tomo una radio con un parlante, ubicándola en un lugar que se pudiera escuchar de la mejor forma, colocando el artefacto en el aparato sonoro, apareciendo una hermosa melodía de un violín, acompañados por un piano y un arpa, en dirección a la joven del otro edificio

Al pasar los minutos, el joven de cabello oscuro levanto la cabeza, parecía sorprendida, cerrando los ojos disfrutando la música, volteo una vista hacia la dirección del edificio de Sesshomaru, poniéndose de pie lentamente para caminar como en trance hacia su propio balcón, apoyando su manos en la baranda, la mirada dorada del peli plateado estaban puestos en ella, solamente ella, mientras la melodía se escuchaba como un hermoso compas entre ellos, Rin aunque no podía verlo, sus ojos se abrieron revelando sus bellos ojos chocolates, y una sonrisa apareció en su rostro, secándose las lagrimas restantes en su rostro para sonreír de manera mas amplia

-Rin...-susurro él de manera inconsciente, no sabia si tal vez pudiera escucharlo o no, pero pronuncio su nombre con la esperanza que tal vez supiera que existe, ella poso ambas manos sobre su pecho cerrando sus ojos nuevamente dibujando una sonrisa, cuando aquella música había terminado

-gracias...-musito en el aire siendo escuchado por él, hacia recibido su respuesta, Rin comprendió su mensaje, haciéndola regresar paulatinamente hacia el interior de su departamento para prepararse a dormir, mientras que Sesshomaru se quedo mas tiempo allí, en el balcón, quizás fue una hora o tal vez todo el resto de la noche, lo que si sabia es que tenia que tiene que verla nuevamente...

Aun así pasaron algunos días y el animo de la joven volvió a decaer, su realidad de " no ver" en este ultimo periodo se hacia mas y mas presente en su cabeza, antes no le había prestado importancia, ya que desde muy pequeña había visto solo sombras en su vida, la diferencia es que ahora quiere conocer el mundo como es, los colores que recuerda, ver el sol y las estrellas, algo tan simple como un atardecer


...tu no puedes verlo Rin...


Aquella palabra de Kohaku, se hizo muy presente en su cabeza, aquel hombre desconocido sin rostro que le hablo, su voz, su forma de dirigirse hacia ella, no eran como todos los demás, se sentía que era una chica normal, sin problemas..., sin el bastón... y le dolía no haber tenido algunos segundos mas para poder charlar con él,- al menos saber su nombre...-pensaba, se refugio entre sus sabanas una vez mas, ya era medio día, su contestadora y teléfono celular, yacían mas de 200 mensajes de voz y de texto no leídos o contestados

Hasta que la cerradura del departamento giro de manera imperceptible, una melena oscura se asomaba por el lumbral de la puerta, viendo el desastre que había dentro del hogar, dándole cuentas que no lo había limpiado en varios días, entro de manera pausada buscando el vestigio de su amiga, encontrándola envuelta como un ovillo en su cama, sabia que era ella podía divisar un par de cabellos oscuros salir de las sabanas ya que estaba envuelta de pies a cabeza, además todo a su alrededor estaba completamente apagado, las cortinas cerradas a pesar de que el sol brillaba con todo sus esplendor afuera, suspiro pesadamente al verla en ese instante, posando ambas manos en sus cintura

-Rin, no viaje 16 horas en clase turista en un avión con un gordinflón a mi lado para verte de esa manera -le regaño su amiga con reclamo haciéndola sobresaltar totlamente asustada

-Kagome! ¿Qué haces..

-hola Rin!-saludo abrazándola con fuerza, correspondiendo de inmediato lo necesitaba, quería un abrazo de una amiga y sentir su apoyo- me entere lo que sucedió con Kohaku...lo siento...-dijo separándose lentamente

-si...-suspiro tristemente bajando la mirada

-me llamo Sango... dijo que Kohaku esta muy afectado, y que lo lamenta...-menciono tratando de contener la situación

- ¿y por que no me llamo él? ¿Por qué no enfrenta las cosas? ¿Por qué me ve como un objeto de lastima y decirme las cosas de frente?- pronuncio molesta arrugando las sabanas envolviéndolas con su puño

-Rin...

-que sea ciega no significa que no tenga corazón, esta mal ese dicho que dice "...ojos que no ven corazón que no siente...", porque si siento y ahora siento...siento...decepción...-en ese momento siente como la envuelven un par de brazos frágiles, su amiga la abrazaba con tanta fuerza que la contenía por completo

-puedo entender como te sientes..., nadie debe ser objeto de lastimas..., creo que Kohaku, no siente lastima por ti...solo quiere protegerte...

-dijo que era una mala persona Kagome...-susurro sin pensar, captando mucha mas atención de su amiga con el fin de entenderla

-¿Qué? ¿Quién Rin?-pregunto, en ese momento el timbre de la puerta se dejo escuchar, haciéndola sobresaltar a ambas jóvenes, Kagome por su parte quiso cambiar de tema, sonriéndole tomando sus hombros para animarla

-como te dije, no viaje para que estés triste además traje muchos regalos en mi maleta todos para ti-comento con una sonrisa, fue allí cuando se escucho un segundo llamado-voy a abrir ¿de acuerdo?, mientras que la joven solo limito a sentir con la cabeza, una vez que se marcho a ver la puerta, Rin se animo así misma, Kagome siempre tan reflexiva con los demás haciéndola ver todos los puntos de vista, lo cierto era que ella tarde o temprano tenia que hablar con su amigo, se puso de pie, abriendo las cortinas de su habitación dejando entrar los rayos del sol iluminando todo el lugar, aun tenia la pijama y a la vez le dio un poco de vergüenza al ver como ella lucia a esa hora del día, cuando de pronto escucho un griot de emoción proveniente de los labios de Kagome

-ah!!!!- los gritos se dirigían a su dirección, su amiga entro abriendo la puerta de par en par con un objeto en sus manos, a pesar de todo sabia que era, rosas y eran muchas, porque su fragancia trascurrió en toda la sala -mira son rosas-dijo entusiasmada-rosas rojas que bellas y tienen una nota, no sabia que tenias un admirador

-¿un admirador?-se pregunto extrañada-¿Quién será?

-a ver a ver, -hizo una pausa preocupante a su amiga-¿Qué sucede Kagome? ¿es una nota de disculpa de Kohaku?

-ehm..., no la puedo leer...

-¿Por qué?

-porque esta en braille... 


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holaaa les agradesco mucho la paciencia y sus bellos comentarios, asi que les queria hacer un pequeño regalo con esta primera parte de este capitulo ya que han sido muy pacientes conmigo y han echado de menos esta historia, tratare de actualizar seguido aunque no tengo mucho tiempo, pero muchas gracias por leer mis historias y dedicarle tiempo en hacerlo, perdon las faltas de ortografia, enormes abrazos!!!

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