Capitulo II Mi musa de media noche...


"...Mi musa..., una diosa..., una voz...y una sombra..."


Mientras tanto...

Un par de maletas eran llenadas con ropa femenina de diferentes temporadas, desde artículos personales hasta pequeños obsequios, ser, una joven de ojos azules profundos ordenaba con gran concentración las valijas, procurando que nada se quedara fuera de lugar o evitar olvidar algo importante, un joven de cabello plateado se acercaba a donde se encontraba apoyándose en el lumbral de la puerta viendo en completo silencio el accionar de la joven

-te ves muy concentrada-comento con brazos cruzados dando un ligero suspiro, haciéndola sobresaltar volteando a verlo dedicándole una sonrisa

-¿te sientes reemplazado, Inuyasha?-pregunto con una pequeña sonrisa, formándose una vena en la cabeza del peli plateado

-keh! Hace tres horas estas guardando cosas en esas maletas, me aburre-dijo quejándose fingiendo estar molesto

-sabes que no quiero olvidar nada, además compre algunos regalos que le llevare a las chicas, se que les encantara-comento guardando una ultima cosa en el bolso, en tanto él se acercaba a un pequeño mueble donde había una fotografía de ella con dos jóvenes sentadas en una gran fuente

-esa chica...

-¿Qué cosa Inuyasha?-pregunto ella cerrando la maleta acercándose a su lado dándose cuenta la fotografía que sostenía en sus manos-ah! Ella es Sango y la de acá es Rin..., conoces a Sango ¿recuerdas?

-si...¿no salió con Miroku un par de veces?-comento tratando de recordar

-si ella misma-afirmo la joven

-oye Kagome, acaso esa chica llamada Rin, no es la que es...

-si-contesto interrumpiéndolo- quiero ir a verla con lo que sucedió en la boda de tu hermano me he retrasado y le prometí visitarla seguido-dijo la joven

-te preocupas mucho por ella ¿verdad?-comento él mientras que ella asistía con la cabeza -¿Cómo puede hacer su vida si ella...

-hay ya Inuyasha, ¿tu también?

-no es que no te crea es solo que, yo creo que moriría si estuviera en sus zapatos de verdad ella es admirable-confeso con sinceridad

-si..., ella es un ejemplo, es una gran persona, espero que ustedes se conozcan pronto, me encantaría que la conocieras, se llevarían muy bien-dijo Kagome

-no lo se Kagome, aun no sabemos donde esta el paradero de ese tonto, mis padres están muy preocupados por él-suspiro

-no le digas tonto, aunque no lo conozco en persona, era de esperarse, lo que le sucedió es muy triste

-y yo no pude hacer nada para impedirlo-contesto el joven dejando la fotografía en el mueble- hubiera leído la invitación antes...

-no te lamentes Inuyasha...-le abrazo ella conteniéndolo-tal vez es mas ciego es que no quiere ver, le hubieras advertido pero ¿él te hubiera creído?

-Kagome..., pero...-ella le interrumpió dándole un casto beso en los labios

-lo importante es que encontremos a tu hermano, además aunque suene cruel, fue en el momento justo antes de casarse con ella..., me has dicho que él es fuerte, va a superarlo, con tu ayuda y la de tu familia, ya lo veras...


Recuerdos

Una invitación se deslizo por debajo de la puerta, era esos días como cualquier otro, en la casa de Inuyasha Taisho, levantándose con algo de molestia por el amanecer luego de una fiesta de la noche pasada, miro de reojo el hermoso sobre en el piso en tanto él tomaba la taza de café, lo recogió leyendo su nombre en el remitente, ignorándola por completo dejándola olvidada en algún rincón de la casa

Pasaron un par de meses, cuando su novia Kagome llego a visitarlo a la casa en que él vivía, en el cual habían planeado hacer una hermosa cena para los dos, fue cuando la joven de ojos azulados fue a buscar algunos platos dejando caer de unos de los muebles la pequeña carta olvidada captando su total atención

-¿Inuyasha?-pregunto extrañada al ver su nombre en el sobre

-dime, ¿Qué sucede?

-esta carta...

-si...esa carta no se de donde es, nunca la abrí no me importa-contesto con simpleza buscando cosas para cocinar

-es una invitación...-la curiosidad llego a ella abriendo la carta sin importarle lo que le diría su novio, al fin y al cabo no le importaba, encontrándose con una bella invitación decorada de dorado y letras hermosas-es una boda...-leyó silenciosamente- vaya...tu hermano se va a casar...

-¿Qué? ¿Sesshomaru se va a casar?-se pregunto dirigiéndose a su novia y a la invitación

-¿tu hermano?-pregunto ella incrédula-no lo he visto nunca

-si, es que no tenemos muy buena relación, no lo he visto en años-comento tomando la invitación leyéndola con determinación abriendo sus ojos ampliamente al detenerse en los nombres de los novios, su rostro se volvió pálido y sorprendido

-¿que pasa?

-no puede ser...Kikyo

-¿Kikyo? ¿acaso no fue tu ex novia?-pregunto ella

-si..., no puede ser!

-¿Qué?

-ellos no pueden casarse

-¿Cómo? ¿acaso estas celoso?

-tonta! Le voy a advertir la clase de arpía que es, ella me engaño a la primera oportunidad, siempre hace eso con los hombres, ¿Cuándo es la boda?-pregunto alterado

-bueno...aquí dice...hoy

-¿Qué?

-si hoy

-debo advertirle

-espera Inuyasha! ¿y crees que te crea?

-me da igual, al menos no estará en mi conciencia, voy

-espera!

-¿Qué? Kagome tu debes ir de viaje, ¿no ibas a ver a Rin por una temporada?

-si...pero ella la llamare y entenderá, además tiene a Sango, lo se ella entenderá

-bien, vamos-ambos se dirigieron al auto manejándolo a gran velocidad, tratando de llegar a tiempo antes de la boda, Kagome buscaba la dirección desde su celular y GPS, se encontraban nerviosos, querían advertirle, ella sabia en el fondo de su corazón que a Inuyasha le afecto mucho el engaño de Kikyo, y quería evitar a toda costa hacer pasar por el mismo dolor a su hermano mayor, el trafico y los semáforos en luz roja se hicieron presentes en su camino, desesperándolos hasta que 2 minutos antes de la ceremonia habían logrado llegar a la iglesia encontrándolas en medio de un gran alboroto extrañando a los jóvenes quienes descendían del auto con cautela

-¿Qué sucedió?-se preguntaron ambos, en ese momento el padre del joven peli plateado llego a abrazarlo fuertemente

-gracias a dios que estas aquí

-padre, ¿Qué paso?-pregunto confuso

-tu hermano, dejo todo, novia ceremonia todo-explico el padre dejando a los jóvenes boquiabierta, mientras el padre miraba los atuendos de su hijo y su novia-veo que ustedes no venían a la ceremonia

-padre debo hablar contigo-hablo seriamente Inuyasha-debes saber quien era realmente Kikyo...

-Inuyasha...-susurro Kagome

Después de todo el alboroto, Inuyasha le explico todo a su padre, diciendo que quizás Sesshomaru la había dejado en el altar por otro motivo, fue en aquel momento cuando llego un cartero con un sobre en sus manos, era de su mismo hijo mayor, que con una sola palabra definía todo lo que había sucedido

....Traición....

Pasando varios meses después, arreglando el prestigio de su hijo frente a los medios, y buscando su actual hogar, enviando varios correos electrónicos pero que ninguno respondió, no sabiendo nada de él en mucho tiempo

Fin de recuerdos...


-Kagome...

-dime Inuyasha

-gracias, por ayudarme, te amo

-y yo a ti...


Por otro lado...

Habían trascurrido tres meses desde que Sesshomaru había llegado a aquel departamento, tres meses en que la duda de que aquella música que escuchaba todos los días a media noche era real o no, eso ocupaba la mayor parte de sus pensamientos, comenzó a convivir con mas personas, ha hacer una persona mas sociable de lo que estaba acostumbrado, saludando al ver un vecino o quizás a pedir un favor innecesario, con el fin de encontrar quien era la dueña de esa voz, y de esas hermosas canciones que calmaban su corazón al marcar las doce, e incluso le pregunto al conserje del turno nocturno del edificio, pero el hombre solo lo miraba extrañado diciendo que jamás había escuchado un piano o alguien que cantara lo suficientemente fuerte para oírla

Llego a un punto en que creyó que ya se había vuelto totalmente loco y delirante, creyendo que tal vez es un fantasma que no haya encontrado el descanso eterno, a pesar de todo, esperaba cada noche que el reloj le indicara las doce para escuchar la canción

Aun le quedaban horas antes de la media noche, decidió salir a refrescar su mente, para dejar de pensar por algún minuto que no fuera esa música, recorrió la ciudad en su auto descendiendo en los estacionamientos de un pequeño restorán, en la cual se dio el pequeño lujo de comer algo que ni si quiera le satisfacía, podía ver a las personas compartiendo con otras ¿desde cuando él se había vuelto tan antisocial? Mas de lo que era ¿Cómo podía cambiar su vida? ¿o era su destino vivir en la soledad? No confiaba en las personas es un hecho, pero también las personas necesitan a otras por lo menos para platicar algo trivial ¿llamar a su familia? No..., lo inundarían de preguntas de lo que hizo, suspiro mirando el local del frente, una fuente de soda con Karaoke, parecía personas muy animadas allí dentro captando su atención, se levanto de la mesa pagando la cuenta dirigiéndose hacia el frente

Se sentó en una de las mesitas que estaban disponibles, busco la del fondo y en el lugar mas oscuro del local, las personas cantaban frente al Karaoke, unos mejores que otros, hasta el animador del pequeño evento presentaba a un nuevo talento Sesshomaru por su parte no le presto el mas mínimo de atención, tomando su celular para ver algo que le interesaba en el internet, hasta que las notas de un piano de entrada llamaron toda su atención, levantando la mirada encontrándose con una hermosa joven, menuda, frágil, encantadora, de larga cabellera oscura, tez blanca, labios rosa, pero sus ojos..., no pudo verlos claramente ya que se encontraban cerrados mientras tocaba las teclas del instrumento y comenzaba a cantar

Su pecho se inflo a escuchar la música, lo llenaba de vida y vitalidad, hipnotizado por las frases de la joven, deseaba estar cerca, e incluso sentado a su lado mientras ella tocara aquellas notas, y a la vez estúpido al elegir la mesa mas lejana del escenario, y a la vez molesto, quería que solo él pudiera escucharla, ser el único en oír su voz, el único en que ella le dedicara esas canciones, estos tres meses había dudado, si era real, tangible, ya no habían dudas, su musa estaba al frente a él, su musa de media noche...


Pov Sesshomaru

No puedo creerlo, allí esta frente a mi, es la mujer que había buscado estos tres meses, creyendo que no era real, ahora que esta alli, en ese escenario junto con el piano, tocando aquella música, a pesar de que su melodía me tranquilizaba, estaba ansioso porque terminara, me sentía estúpido ya que me había entado en la mesa mas lejana del escenario, debo admitir que es una hermosa mujer, su cabello oscuro como la noche, una tez blanca, delicada y frágil, no puedo ver el color de sus ojos, ya que están cerrados al momento de que toca el piano, es increíble, quiero que termine para ir con ella, es la primera vez que quiero hacer algo tan repentino, pero ya aguarde tres meses sin saber quien es, ¿Cuál es su nombre? ¿a que se dedica? No lo se cualquier cosa, al terminar la canción, los aplausos se dejaron sentir, al verla ponerse de pie, le ayudaron un poco a bajar del escenario con mucho cuidado, quizás mas de lo normal, yo también me levante de la mesa y dirigirme hasta donde ella se encontraba, estaba seguro que si conversaba con esa chica tendría una respuesta segura, podía verla de espaldas hacia mi, me acerque lo suficiente para no hacerla sentir invadida, volteando levemente dejando ver unos hermosos ojos de color chocolate, pero lucían extraños aun así eran muy bellos, y regreso a su posición original

-hola-le dije con simpleza y casual, pero no me presto mayor atención, ¿Qué extraño? , es difícil que una mujer no me preste atención, me acerque mas e insistí-hola -y se sobresalto

-¿eh? Hola- dijo rápidamente, podía notar sus mejillas tornadas de rojo, tal vez es muy tímida, porque trata de cubrir su rostro con su cabello

-¿Cómo te llamas?...-pregunte con interés

-yo..

-RIN!-la llamo un chico moreno de cabello largo pero atado acercándose a ella, ignorándome completamente-¿te deje sola mucho tiempo?-pregunto abrazando mientras ella negaba la cabeza-ten...-le paso un bastón, ¿un bastón? ¿para que quería un bastón? Acaso es...

-vámonos Rin, te acompañare hasta el taxi, para que no te pierdas ¿de acuerdo?-dijo ese chico, abrazándola llevándosela lejos de mi, solo asintió con la cabeza desapareciendo poco a poco de mi vista, aunque pude ver como volteaba cerrando los ojos para luego abrirlos, y pude escuchar en un susurro en el aire

-adios...señor...


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holaaa muchas gracias por el cariño a esta nueva historia, espero que les guste este capitulo, perdon las faltas de ortografias, cualquier duda o pregunta me avisan siempre que sea con respeto, gracias, besos enormes!!!

proximamente.........................................................Capitulo III El hombre sin rostro...

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