"...Una nota...una sinfonía...una canción...una melodía..."

La brisa fresca primaveral entraba por las ventanilla de un auto modelo del año, negro, con vidrios polarizados, en ellos se dejaba ver un joven atractivo de cabellera plateada, un rostro tallado por los mismos ángeles celestiales, unos ojos de incomparable color dorado, podían hacer caer a cualquier chica caer a sus pies, pero al manejar y recibir aquellos suspiros que solo alimentarían su ego, no les prestaba importancia, solo pasaban como si ni siquiera mirarlas, detrás de él, avanzaba un gran camión de mudanzas, siguiéndolo por todas las calles de una nueva ciudad que le ofrecían solo una cosa, una nueva vida...

Se estaciono a la puerta de un gran y elegante edificio, descendiendo con suma tranquilidad, mientras que los asistentes y personas encargadas de la mudanza cargaban las cosas, hasta el piso 30 del rascacielos, mientras se instalaban sus cosas solo se limitaba a mirar por el balcón, no era nada diferente a las demás ciudades o en la cual él se marcho, pero le servía en cierto modo, solo suspiraba, era lo único que le quedaba, así fue hasta muy tarde que termino todo el traslado de sus cosas, por su parte les entrego una gran suma como propina a los trabajadores, para cerrar la puerta y solo quedo el silencio...

Se sentó en un enorme sofá frente a un televisor apagado, cerraba sus ojos tratando de quitarse las imágenes que aparecían sin piedad en su mente, aquellas que parecían fotografías, que solo quería quemar de su alma, y que quedaran inexistentes de su vida

-una nueva vida...-suspiro sintiéndose estúpido, poniéndose de pie, para solo tomar una copa de cristal agregándole vino de hace 30 años, no alcanzo ni aposarle en sus labios cuando este la tiro son piedad contra la pared del departamento nuevo, dejando una mancha color carmesí entre la pared blanca y la alfombra gris, frunció el ceño presionando sus puños con fuerza, lavando sus manos en el lavadero, para luego dirigirse a su habitación recostándose mirando el techo de la sala, volviendo a cerrar los ojos y una vez mas regresaba su pasado en su mente

-maldición!-decía con un sobresalto -me vieron la cara de imbécil..., pero esto no se quedara así-se decía a si mismo decidido lleno de odio y rencor, mirando las sabanas en las cuales estaba recostado, eran blancas, como aquella vez..., aquel día que él hubiera deseado no haber vivido nunca...

Meses antes...

-listo!, esto es un gran negocio señor Sesshomaru, su empresa obtendrá grandes beneficios-dijo un hombre gordo vestido elegantemente de negocios, con anteojos, cabello castaño, un accionista en el escritorio del joven quien tenia al frente como único cliente de una gran oferta laboral, un negocio que le traería mas que solo beneficios, sino influencias y fortuna

-bien

-solo tengo que agregarle un cosa a este contrato

-hmp! ¿Qué cosa?-pregunto el joven curioso

-usted tiene que estar casado señor, ¿es casado?

-en un par de semanas me casare, pero ¿Por qué me lo pregunta? ¿es relevante?

-bueno...a decir verdad, si, es relevante, mis jefes, son muy tradicionales y para ellos una persona que tiene un matrimonio, es una persona responsable y confiable

-es ridículo, no le veo la diferencia entre estar casado o no, seré el mismo

-yo también lo creo, pero son así, pero no creo que usted tenga problemas, usted me dijo que contraerá matrimonio dentro de un par de semanas ¿no es asi?

-si, somos novios de la universidad

-ah...entonces, es una novia que lleva mucho tiempo, ¿me puede decir el nombre de la afortunada?-pregunto con rostro pícaro, no cayéndole muy bien al joven peli plateado, y con un suspiro respondió

-Kikyo...

-es un bonito nombre, bien eso era todo, le diré a mis jefes que no hay problemas, esta todo listo, bienvenido a nuestro negocio, joven Sesshomaru Taisho,-extendiendo su mano para estrecharla, sellando el trato, para marcharse por la puerta principal, en tanto él regreso a su escritorio, abriendo un pequeño cajón sacando una foto de su novia en la playa, sonriendo levemente para guardarla nuevamente en ese lugar

Habían pasado varias semanas desde aquel contrato, los preparativos para la boda marchaban a la perfección, y a toda prisa, Sesshomaru se preparaba para la despedida de soltero era organizada por su amigo de infancia Naraku, un joven de cabello oscuro, ojos rojizos y atractivo, abogado de la familia y de gran confianza, ya era tarde, a la mañana siguiente ser realizaría la ceremonia y aun el ni se prenunciaba

-¿Por qué esta tardando tanto?-se pregunto el peli plateado, dando vueltas en su departamento, donde lo utilizaba de vez en cuando para realizar negocios ya que la mayor parte del tiempo, se dirigía a su casa en un lugar mas alejado del bullicio de la capital y evitar ser visitado de sus divorciados padres, hasta que se escucho el timbre de su hogar, no dudo en abrir la puerta encontrándose con no solo él sino con una gran cantidad de personas y bailarinas exóticas

-feliz fiesta de soltero!!!-dijeron todos entrando a la casa, dejando al peli plateado con ojos bien abiertos, mientras lo veía ingresar al departamento, detrás de todas aquellas personas que la mitad conocía, entro su gran amigo, Naraku, dando un abrazo fuerte con un par de palmadas en la espalda

-¿Qué significa esto?-pregunto extrañado y molesto

-tu fiesta de soltero, felicidades-contesto con una sonrisa divertida

-hay personas que ni si quiera conozco, Naraku-dijo mirando todo su departamento repleto de gente que tal vez vio una sola vez en su vida

-hay, no te hagas, mejor disfrútalo, es la ultima vez que veras a una mujer desnuda cerca de ti, antes de convertirte a la triste lista de casados-le contesto sarcásticamente posando una mano en el hombro del peli plateado

-hmp!

La fiesta comenzó, Sesshomaru la disfruto con algo de incomodidad, lo que podía expresar, era un hombre reservado en todos los aspectos posibles, muy por el contrario era Naraku su mejor amigo, confianza al borde la ceguera en él, un amador de mujeres, con nada de novias pero muchas amantes, ninguna era una buena candidata para el peli negro, prometiéndose a si mismo que nunca se enamoraría u obsesionaría por el sexo opuesto

A la mañana siguiente, un tornado era poco para lo que había quedado en su departamento, Naraku y las visitas ya no estaban, ni si quiera las bailarinas exóticas, suspiro viendo el desastre que había quedado después de la gran fiesta, para su suerte tenia un par de asesoras de hogar quienes vieron espantadas lo que había quedado en el ordenado y pulcro Sesshomaru Taisho

Habían pasado un par de horas y ya se la ceremonia, se alisto con sus atuendos para su matrimonio, mirándose al espejo sonriendo de lado, una vez listo, decidió darle una sorpresa a su futura esposa, dirigiéndose a verla, deseaba verla antes de la boda, no creía en aquellas tradiciones que consideraba "estúpidas", de NO ver a la novia antes de la boda, así que con un gran ramo de rosas, tomo su auto para emprender el rumbo a ir en su búsqueda- debe estar maquillándose o realizando su peinado-pensaba mientras se abría camino por las calles, hasta llegar a un pequeño hotel que se hospedaría días antes de casarse, entro por la recepción, que ni si quiera le pidieron identificación por lo bien que lo conocían, subiendo por el ascensor ansioso, caminado por los pasillos disimuladamente rápido llegando a su puerta, fue allí cuando giro la cerradura cuidadosamente encontrando el lugar extrañamente vacío

Pov Sesshomaru

¿Kikyo?-susurre encontrando el departamento vacío, ¿Dónde están las estilistas? ¿las peluqueras? ¿no se suponía que tendría que estar arreglándose para la boda que es en tan solo un par de horas?, no muy a lo lejos se podían escuchar risas en una de las habitaciones, ¿será allí donde están?-vaya las mujeres si que necesitan privacidad-pensé llegando a la puerta encontrándola entre abierta, encontrándome a Naraku con ella revueltos en la cama, solo podían pensar en una cosa-traición- un fuego intenso emergió de mi, dejando caer el estúpido ramo de rosas que había comprado para ella, me sentía el rey de los estúpidos, pero nadie se burlara de mi, no en esta vida, abrí la puerta fuertemente

-vaya, vaya, Kikyo ¿acaso no te ibas a maquillar para mi?-pregunte, con los puños segados por la ira, estaba punto de cometer una locura, solo volteo con rostro pálido igual que el imbécil de Naraku, esperando quizás que cosa

-Sesshomaru, no es lo que tu crees!-dijo Kikyo de manera estúpida

-¿Qué? ¿acaso estoy no se llama ser infiel, zorra?

-pero

-oye Sesshomaru! Espera!-decía Naraku tratando de levantarse, al parecer esta muy enredado en las sabanas para hacerlo

-espero que te gusten las sobras Naraku-voltee para marcharme sin mirar atrás, podía escuchar los gritos de Kikyo tras de mi, cerré la puerta con fuerza, llegando a mi auto para manejar a gran velocidad, a mi departamento, una vez allí, las empleadas solo se limitaron a verme el rostro y temblar, y con una sola señal les dije

-largo!-ellas simplemente asistieron y salieron los mas rápido posible de mi departamento, una vez solo, destruí todo lo que se podía a mi paso, platos, copas, muebles, no me importaba y escribí una carta, haciéndola llegar al recepcionista del edificio, que la enviara lo mas rápido posible a mi padre, sin mas tome ambos anillos que se utilizarían en nuestra boda, eran de cristales y rubíes, arrojándolos por la ventana

Quería olvidar todo, olvidar que tenia un amor, olvidar que tenia una vida, desearía no ver nunca para quitarme estas imágenes que me atormentaran por el resto de mi vida...

Fin de recuerdos (fin pov Sesshomaru)

Allí se encontraba, sentado en la cama, tomando con ambas manos su rostro, sentía odio, ira y frustración, una mezcla peligrosa que podía llegar a cometer una locura, habían herido su orgullo, un corazón que ya no podía amar, el ultimo tiempo solo utilizaba a las mujeres para divertirse y nada mas, sus oscuros deseos oscuros salían de vez en cuando al momento de encontrarse con una mujer hermosa, quien solo reflejaba el rostro de la traición, habían recibido mas de 30 correos electrónicos de su familia, tratando de dar con él, pero solo se limitaba a mirarlos y nada mas que guardarlos en la bandeja de entrada, sin leerlos, esta vez no era diferente, otro correo al abrir su computador personal, solo suspiro cerrándolo nuevamente quedando en la oscuridad de la noche

-hubiera deseado no haber visto aquella infidelidad...-suspiro, en medio de las sombras de la noche, sin darse cuenta, el reloj de su mesa de noche comenzó a sonar, indicando que era media noche, no había logrado descansar, y se encontraba mas despierto que nunca, tomándolo entre sus manos con molestia hasta que una tenue melodía llegaba a su oídos, -¿una melodía? -pensó con incredulidad, mirando hacia todos lados, era tan suave, intenso que lograba captar toda su atención,-¿un piano?- cerro los ojos a las notas que cada vez se volvían mas intensas en su mente, un repertorio fino y delicado, obligándolo sutilmente a cerrar los ojos de manera lenta, escuchando una hermosa voz cargada de energía y vitalidad, a la vez la sentía tan pura y terciopelada, haciendo erizar su piel, haciéndole repercutir cada frase en su cabeza

....tu me necesitaras...-se puso de pie siguiendo la hermosa melodía y otra frase-...de la misma forma que...-deteniéndose al escuchar un suspiro en la canción-...yo a ti también....-asi continuo toda la dulce melodía, en la cabeza del peli plateado, se sentía por un instante libre de rencores y sentimientos de odio y frustración, la vez se sentía en un paraíso terrenal, como su alma flotara por un instante-¿Quién será la dueña de esa voz?-se preguntó, en su mente hasta que-hmp! -abrió sus ojos ampliamente, al escuchar que termino la canción, abriendo la puerta de su departamento únicamente para buscarla ¿será una vecina? ¿estaré paranoico? ¿un fantasma tal vez? ¿Quién eres?... Musa de media noche...

cancion: Un hecho obvio (Laura pausini)

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holaaa espero que les guste, este primer capitulo, muchas gracias por todo y que sea de su agrado, perdon las faltas de ortografia, besos enormes, y abrazos!!!

cualquier duda o pregunta me dicen siempre que sea con respeto, gracias!!!

proximamente....................................................................Capitulo II Mi musa desconocida...