D O S
Alexis Pov
En mi vida, tuve toda las cosas que muchos desearon, dinero, amigos, fama, etc. Para ser mas específico nada me faltó. Todo estaba a mi alcance, pero por supuesto, como todos yo ocultaba secretos.
Y son esos de los cuales no revelabas porque sabes que te tratarán diferente. Porque vamos, las personas te tratan bien al principio pero, cuando descubren que estás enfermo su trato hacia ti cambia completamente.
Nadie sabe que me oculto bajo esa fachada de mujeriego. No tengo porque decirlo. Sólo hay tres personas que conocen mi horrible pasado:
Mis abuelos y mi mejor amigo.
Mis abuelos eran mi única familia, después de que mis padres murieran ellos siempre estuvieron a mi lado.
Cuando una persona me conoce, tal vez piense cosas muy malas de mi, sin embargo no soy como demuestro ser. Es verdad que he roto corazones, y si soy sincero, no me importa eso. El problema soy yo, no la persona. Al no sentir lástima o pena, no puedo comprender. Muchos dicen que no tengo sentimientos, pero no saben que de verdad no los tengo.
Cuando ocurrió el accidente perdí la capacidad de reconocer algunos sentimientos; entre ellos: miedo, dolor físico, culpa, tristeza, y lo más importante; amor.
En pocas palabras no tengo sentimientos, una máquina andante.
En los ojos de cualquiera sería un monstruo, la verdad es que es así.
Alguien entra a mi habitación y cierra la puerta. Me levanto y enciendo las luces. Mi habitación estaba muy a oscuras antes. Vizualizo a una niña a una esquina de la pared. Creo que es la hija de una de las señoras de la limpieza.
La observo curiosamente preguntandome que hace en mi habitación. Nunca dejaba entrar a nadie. La niña pareció notarme por lo que se paró rápidamente.
- y-o...., lo si-ento- tartamudea- no sabía que era su habitación- dice la pequeña tratando de irse.
- alto- digo- ven aquí- ordeno. la pequeña se acerca hasta mi y le acaricio el cabello. No puedo negar que hoy estoy de buen humor, sin ninguna razón.
- ¿como te llamas?- le pregunto suavemente.
- soy Eli- tiembla, parece que ya le habian advertido de mi actitud.
- bien, Eli...- empiezo- no tienes porque temerme, no muerdo- digo- pero, ¿que haces aqui?-
- me escondo de mamá- dice mientras me acomodo en el sillón.
- acercate- le digo y obedece. la siento en mis piernas y miro sus enormes ojos azules- ¿que te han dicho de mi?- pregunto.
- me dijeron que si me ofendias no debia sentirme mal- dice- aunque no entendí- noto la confusión en su rostro lo que me hace reír un poco.
- ¿sabes guardar secretos?- asiente. veo la curiosidad en su pequeño rostro- bien, te dire uno- tomo una pausa- algunos de mis sentimientos no estan-
- ¿que significa eso?-
- significa que no puedo sentir-
- ¿no puedes sentir?- pregunta triste y asiento- Mamá dice que los sentimientos definen como eres- dice sonriendo.
- he vivido mucho tiempo así. Pero, ¿sabes algo?, yo puedo sentir felicidad- digo y sonrió- estoy muy feliz de conocerte Eli-
- yo creo que si tienes sentimientos- me sorprende que piense así- sólo están bien ocultos- ríe.
Sus palabras no suenan para nada ilogicas; sin embargo no es posible que sienta. ¿Saben lo que es no poder saborear la comida?, ¿y el no poder sentir hambre?
- Eli- se escucha un grito por el pasillo y la pequeña se sobresalta.
- mamá me va a regañar, me advirtió no venir aquí- dice y baja la cabeza.
- tranquila- la bajo de mi regazo poniéndome de pie.
Abro la puerta para ver a esmeralda- la que es su madre- parada mirando hacía varios lados.
- oh, Alexis- viene hacía mí- por casualidad, ¿viste a mi hija por aquí?-
- si, está aquí- digo y Eli se pone a mi lado.
- señorita, ¿que te he dicho?. No debes venir aquí- la regaña.
- tranquila- le hablo- yo mismo la llamé- digo.
- ¿que?- está demasiado sorprendida.
- si, quería conocerla. Ella es muy amable, usted está haciéndolo muy bien-
- ah, yo..., no sabía- balbucea- pero me alegra escuchar eso. Eli, ya debemos irnos - dice mirando a su hija.
- ¿por que mamá?-
- mi turno terminó. Vámonos cariño- la sostiene cargandola y llevándola lejos.
Cierro la puerta de mi habitación y me acuesto mirando el techo.
¿Quien querría a una persona sin sentimientos?
Esa pregunta llegaba a mi mente cada noche. Agarré el collar de mi cuello levantándolo y observandolo. Mi padre me lo dio el día de mi cumpleaños, nuestro último cumpleaños juntos; el día en qué todo cambió para mi.
Me levanto y me quito la camiseta dejando mi pecho al descubierto. Después de unos minutos mirando por la ventana decido acostarme pero como siempre me cuesta demasiado dormir. Logró conciliar el sueños una hora después.
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Escucho muchas voces. No puedo hablar, abrir los ojos o moverme. Todos los días los escucho; tengo mucho miedo. Quiero despertar del sueño en el que estoy.
Cada día es más largo, me siento vacío. Ya he dejado de sentir miedo; me siento tranquilo, aunque no sé porque es.
No sé porque no puedo despertar, dejé de preocuparme por eso, y empecé a pensar en mis padres. ¿cómo estaban ellos?.
No he escuchado sus voces desde que estoy en este sueño, tal vez están durmiendo a mi lado, o solo tal vez esperan pacientemente hasta que despierte y están reservando su voz. Mamá siempre fue callada, decía que no tenía que hablar mucho para demostrar su amor a las personas; que ni siquiera había palabras para describir todo el amor que sentía.
Pero ha pasado mucho tiempo desde que estoy en este sueño, ya no siento, tampoco soy el mismo. Antes me dolía mucho estar así, y ahora no. No sé que me está pasando, sólo sé que todo cambiará si llego a despertar.
***
Me levanto de un salto, estoy sudado.
Se que sólo era una pesadilla, pero no paraba de tenerla en las últimas dos semanas.
Camino de un lado a otro por la habitación para después detenerme y ver la hora. Hoy es lunes, lo que significaba que tocaba ir a la preparatoria. Entro al baño tomando una ducha de agua bien fría para animarme. Al terminar salgo con una toalla envuelta en la cintura. Me seco el pelo algo molesto.
No puedo seguir viendo este sueño una y otra vez...
No quiero
Mi teléfono suena en la mesita de noche.
- me pregunto quien llama a estás horas- hablo sólo- hola- es un número desconocido.
- hola, soy Carla- dice, es una voz algo chillona y me irrita un poco. Me rasco la cabeza tratando de recordar quien es esa tal "Carla".
A menos que sea...
No puede ser. Niego con cara de espanto.
- no te conozco- cuelgo; no estoy de humor para molestias hoy. El teléfono vuelve a sonar. De verdad ella era una chica insistente.
- eres grosero- dice- pero eres diferente en la cama- agrega y empiezo a recordar su voz.
- tu eres...- sin duda era Carla, la chica popular de la preparatoria.
- si, nos acostamos hace unas semanas- dice.
- aja, ¿que quieres?- pregunto en un tono molesto.
- que salgamos- responde simple.
- yo no salgo con nadie- voy a colgar otra vez pero se da cuenta.
- espera...- insiste- yo que tu lo pensaría bien. A mi no me suele gustar nadie y tu llamaste mi atención-
- mira, fue un error, yo no estaba sobrio. ¿Entiendes?-
- Alexis, no fue un error, fue lo mejor que pude sentir- dice- pero debes estar ocupado. Hablamos en clase- cuelga. Esa chica no me cae nada bien, no se en qué rayos pensaba al acostarme con ella.
Ya tengo el dicho de mujeriego, ¿pero el de estúpido?, sin duda alguna no pensaba en nada cuando nos acostamos. Normalmente suelo pensar las cosas, aunque esté ebrio.
Me dedico a vestirme luego de unos segundos de meditación.
Salgo de mi habitación caminando por el enorme pasillo, uno que en el que me perdía cuando era chico.
Bajo las escaleras hasta la mitad para encontrarme con una escena que no me esperaba.
Ella está parada al lado de mi abuela mientras hablan al final de las escaleras. Termino de bajar para observarlas. Que se haya atrevido a venir a mi casa es algo que ni me hubiese pasado por la cabeza.
¿donde quedó su dignidad?, ¿de verdad la siguió?
- oh, Alexis- dice mi abuela al notarme.
- abuela, ¿que hace ella aquí?-
- Alexis, ella es la hija de uno de nuestros socios- no me está gustando el rumbo que está tomando esta conversacion- me dijo que están juntos. Eso es genial- expresa con felicidad. Yo siempre he respetado a mi abuela, así que decirle que es mentira sería como ofenderla. Pienso en algo mientras miro a la chica de cabellera rubia muy fríamente.
- lamento el malentendido abuela, pero yo salgo con alguien más-
- pero si dijiste-
- todos mentimos- la interrumpo. Camino hacía la salida, aún pensando en mis pesadillas, lo que no me deja tiempo para preocuparme por Carla.
El aire matutino hace que mi humor mejore por lo que respiro profundo caminando hacía el enorme garaje. Presiono el botón para abrirlo.
Ya en la camioneta, la enciendo.
Carla se sube en el asiento del copiloto y yo sólo la ignoro. Hay que admitir, está chica es como una ex tóxica.
Maldito alcohol.
Al llegar al Instituto, después de un incomodo viaje donde ella hablaba tonterias apago el motor y abro la puerta para salir, pero Carla sostiene mi mano.
- espera-
- te traje al instituto en contra de mi voluntad, ¿qué más necesitas?- mi amabilidad está flaqueando.
- no creo que de verdad tengas novia, tu mismo me dijiste que no salías con nadie-
- vamos a ver si entendí- respiro- vienes a mi casa diciendo que tu padre es nuestro socio. ¿acaso pensaste en los sentimientos de mi familia?, Además, dices que somos pareja si sólo nos acostamos una vez, cosa que fue un error- salgo de ahí. Ella sale atrás de mi. Presiono el botón automático para cerrar la camioneta.
- a todos nos conviene que seamos pareja, eso ayudaría mucho de verdad- dice. Esta chica no se rinde, por Dios.
- salgo con otra chica- aclaro- así que te lo diré una vez, no me importa lo que pasó- me marcho antes de que pueda decir algo más.
Aveces era malo no sentir, pude ver que se sintió mal, pero aún así me persiguió, como si lo que le dije no le importara para nada.
- ¿quien es?- pregunta; me detengo en seco- ¿está en este instituto?- sigue.
No había pensado que nombre diría. Tenía que ser alguien con la que no me pusiera en prueba, era complicado encontrar alguien así.
Vi como ella estaba al frente de mi. Su cabello negro en una coleta y muy concentrada en un libro.
La había visto un par de veces, era sexy, pero nunca me había acostado con ella, y no porque no quisiera. Ella es alguien muy complicada.
Con esa mirada fría me hace querer ver a través de ella, saber como se siente, pero con ese semblante tan intimidante no puedo decifrarla.
Me alejo caminando y como es de esperarse las miradas no tardan en posarse en nosotros.
Paro de golpe y ella choca con mi espalda.
- ¿no me dirás quien es?, oh..., ¿será que es mentira?-
- es Alma Stell- suelto.
¿que acabo de decir?
Estoy muerto.
- no puede ser...- dice mi mejor amigo Julio apareciendo de la nada- novio de Alma, la chica más popular y de corazón de hielo- grita- no lo puedo creer bro-
- baja la voz idiota- le digo, no sé de dónde rayos salió este tipo.
- parece que alguien amaneció con el pie izquierdo- ríe- Carlaaaa- se abrazan fuertemente.
- Hola jul- lo llama con el apodo que yo le puse- bien, si de verdad es ella, pruébalo- me reta.
- está bien, si te lo demuestro me dejaras en paz- digo y ríe.
- bien- nos damos la mano- trato hecho- mira a jul- ¿quieres que te cuente?-
- claro que no, yo escuché todo- No se que como el hacía para siempre saber todo.
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Ha llegado el momento de probar algo que es falso y soy una persona insistente así que de verdad encontraré un forma de probarlo. Alma se levanta de unos de los asientos de la cafetería y me acerco a ella, no parece estar feliz.
Nunca había visto una mirada así, una con tanto, ¿Dolor?, como sea, ya olvidé como se siente.
Y no hay nadie que me recuerde lo que es sentir eso en el pecho, eso que te vuelve débil y que te hace llorar.
- Steel, necesito tu ayuda- la tomo de las manos. Intenta alejarse- por favor, ayúdame en esto, se que me conoces. Te deberé un favor- oculto la desesperación- ¿me ayudaras?- espero que si lo haga, ya que no tengo otro plan.
- ¿Qué quieres?- pregunta, si que es brusca.
- solo sígueme el juego, ¿si?-
- esta bien- dice y sin más junto sus labios con los míos. ¿Que esperaba al besarla?, no sentir nada, ya que no podía. sin embargo eso fue muy diferente, me sentia muy extraño a su tacto por lo que me aparte y hablé.
Mis labios temblaban, y a pesar de haberme alejado, aun sentía sus labios
- se que estás confundida, pero por favor solo sigueme el juego, de verdad haré todo lo que digas después-
- esto te saldrá caro jones- dice mirando alrededor. Al parecer busca algo.
- ¿lo haces por ella?- pregunta. Sé que se refiere a Carla. Alma no es para nada idiota, creo que entendió todo muy rápido.
- eso no importa ahora- hace algo que no esperaba. junta nuestros labios y puedo sentir lo suaves que son, algo en mi se remueve y llego a pensar que tengo problemas en el corazón, si embargo al no poder sentir dolor se me dificulta saber.
Tengo que visitar al doctor hoy, algo me está pasando, y la tristeza que siento cuando se aparta me lo comprueba. Quiero que siga basándome y no puedo creer que quiera eso.
- como te atreves a besar a mi novio- dice una Carla furiosa. no puedo creerlo, el trato era yo demostrárselo y ella olvidarse de mi, pero no parece haberlo captado bien. Sostengo la mano de Alma.
- Carla, no lo hagas más difícil, ya te dije que Alma es mi novia-
- no te metas- dice mirándome- de verdad quieres quedarte con todo- dice. Alma de rie.
Ellas charlan cosas de las cuales no les doy mucho importancia. Después de unos minutos salimos de la cafetería.
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- no creo que te lo deba explicar aquí, es un poco largo- se que la estoy y irritando, pero no puedo evitarlo.
- bien, ¿entonces cuando me lo dirás?- está ansiosa por la respuesta.
- bueno, tendrás que esperar- sonrio, todo esto me está causando gracia
- ¿esperar?- rio- ¡tu eres el que me besó!- grita.
- bien, señorita carácter- le resto importancia y empiezo a alejarme.
- no lo hare- me volteo al escucharla.
- pues entonces quédate con la duda- me despido con la mano.
No tenía ánimos de estar en la escuela por lo que escapé, era muy ágil en ese tipo de cosas. Además, tenía que ver al doctor.
¿Y Si estaba muriendo?
Sacudí la cabeza frente a esos pensamientos tan malos y me dirigí hacía el hospital en mi camioneta.
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