8 ♡
Todo volvió a mi mente en una explosión terrible y dolorosa. Con Anton sobre mí de una manera tan similar a cuando me había follado hace una semana, mi cuerpo reaccionó antes de que mi cerebro pudiese incluso registrar lo que estaba sucediendo.
De repente, sentí un dolor punzante en mis nudillos cuando inconscientemente le propiné un fuerte golpe en su mandíbula. La cabeza de Anton se giró hacia un lado debido a la fuerza aplicada, sus ojos se oscurecieron por el contacto y su cuerpo tropezó con el mío. Me levanté de su cama con los ojos muy abiertos mientras mi mano temblaba, Anton por su lado me miró molesto y sus labios se encogieron en un gruñido cuando presionó su mano contra su ahora palpitante mandíbula. Por la fuerza que ejercí, definitivamente le estaría doliendo en este momento.
—Oh Dios mío... —susurré, dando un paso tentativo hacia atrás con las manos extendidas. —Lo siento mucho, sólo... quiero decir... yo no quise... joder... ¡Lo siento, de verdad! —exclamé nervioso, Anton abrió la boca para decir algo pero sus palabras se perdieron cuando yo me fui corriendo de su habitación en una ráfaga.
Parecía estar acostumbrado a salir corriendo de la habitación de Anton Lee en pánico.
Me dirigí a la cocina y agarrando mi mochila del piso, salí de esa casa corriendo con una velocidad que rivalizaba con cualquier miembro del equipo de atletismo. Saqué mis llaves rápidamente, maldiciéndome por las manchas rojas en mis nudillos, abrí rápidamente la puerta y corrí a través de ella. Sin darme cuenta, pisé algo suave que gritó de forma aguda y luego una mano me golpeó la cabeza.
—¿Qué demonios, Bin? ¡Me pisaste el pie, idiota! —Karina se quejó cuando di un paso hacia atrás, frotándome la nariz cuando ella se cruzó de brazos mientras golpeaba su pie adolorido contra el piso con frustración, no fue hasta que me miró correctamente que su postura se relajó y una pequeña sonrisa surcó su rostro. —Te ves tan nervioso como la semana pasada, ¿a dónde fuiste? —preguntó con mofa, su sonrisa se ensanchó cuando mis mejillas se sonrojaron. Le di una mirada fulminante que desvió con el movimiento de su mano. —¿Dónde estabas Bin? ¿Qué viste? O más bien... ¿a quién?
—Vete a la mierda Karina, estaba trabajando en un proyecto de biología, ¿de acuerdo? —respondí bruscamente, mi hermana se rió mientras me hacía una llave con mi cabeza y mi cuerpo se sacudía de molestia.
—Lo sé, hermanito. —resopló, soltándome y rodando los ojos aunque todavía tenía una amplia sonrisa en su rostro. —Sólo jugaba contigo. Tus reacciones son demasiado buenas.
—Te odio. —escupí y ella sólo me revolvió el cabello antes de desaparecer por la cocina y yo subir por las escaleras.
Una vez en mi habitación, me dejé caer sobre mi cama y me froté la piel rojiza de mis nudillos. Todavía me palpitaba la mano y yo sólo podía imaginar cuánto podía doler la mandíbula de Anton justo ahora.
—Estoy tan jodidamente muerto. —dije débilmente cubriéndome los ojos con mi antebrazo.
Esto es de lo peor.
🐰♡🦕
—¡Bin!
Miré a mi alrededor y el corazón se me hinchó un poco cuando vi a Winter saludándome desde un grupo de asientos del vagón, Ningning y Eunseok estaban a su lado, éste último con uno de sus pies apoyado en un asiento libre.
Desde que almorzamos con Winter y sus amigos el lunes pasado, Shotaro y yo nos habíamos vuelto mucho más cercanos a ellos y descubrí que todos, excepto Seunghan (que tenía entrenamiento de fútbol temprano por la mañana) tomaban el mismo tren que yo por las mañanas. Ahora todos viajábamos juntos a la escuela y descubrimos que tener a alguien con quien sentarse en el tren era agradable, a pesar del ruido que solía hacer Eunseok y que a menudo atraía la atención no deseada a nuestro grupo.
Eunseok ahora estaba hablando sobre un videojuego que había comprado el fin de semana, el cual era la razón de sus ojeras y cabello desordenado. Winter lo había regañado por eso, dándome una mirada de disculpa mientras la voz naturalmente alta de Eunseok continuaba charlando. Ningning en cambio, se sentó al lado de la ventana, leyendo en silencio algunas notas de repaso para el examen de química que tenía en la mañana con el ceño fruncido mientras mordisqueaba la parte posterior de su marcador.
—¿Hiciste algo divertido el fin de semana, Bin? —Winter me preguntó y yo la miré, ignorando a Eunseok que hizo un mohín por la falta de atención a su parloteo. Su pregunta me hizo pensar inmediatamente en el suceso del sábado, Anton a horcajadas sobre mí, yo a horcajadas sobre él también y mis nudillos magullados.
—N-No. —tartamudeé, abofeteándome mentalmente cuando la voz temblorosa salió de mi boca. —Fue bastante aburrido. Sólo estuve estudiando.
Estudiando con Anton biología.
—Uff, lo mismo por aquí. —resopló la chica, inclinándose pesadamente en su asiento antes de alegrarse. —Oh pero tus notas fueron honestamente un salvavidas. Pasé ese tema mucho más rápido gracias a ellas. Eres mi héroe. —Winter fingió desmayarse y Eunseok pateó mi pierna mientras movía las cejas de arriba abajo. Winter sonrió con sus mejillas teñidas de un rosa claro y yo sólo miraba tímidamente, sus manos jugueteando con el extremo de su cola de caballo.
—Oh miren, es nuestra parada. —espeté poniéndome de pie antes de que el tren comenzara a detenerse. Me sonrojé un poco cuando Eunseok me dio una sonrisa de complicidad, Winter se puso de pie también y luego todos salimos rápidamente del vagón. Eunseok y Ningning nos siguieron por detrás y Winter gimió un poco avergonzada cuando observó a Eunseok susurrarle algo a Ningning y cómo sus ojos inmediatamente se movieron hacia nosotros.
—Ignóralos. —suspiró ella, dándome una pequeña sonrisa mientras caminábamos hacia la escuela.
—Es un poco difícil cuando me miran así por la espalda. —dije mirando con cautela detrás de mí para toparme a Eunseok moviendo las cejas y Ningning con una amplia y radiante sonrisa en su rostro.
—Siempre son así. —rodó los ojos. —Bueno, sólo Eunseok realmente pero Ningning siempre está de acuerdo con todo lo que él dice y hace.
—¿Son así siempre? —pregunté y ella asintió. —¿Entonces tienes muchos "héroes"? —Me reí un poco cuando Winter se puso roja y me golpeó el brazo con algo de vergüenza. Estuvo callada por un momento antes de hablar suavemente.
—Eres el único. —susurró, las palabras sonaron demasiado suaves como para que yo las entendiera. Mi cabeza giró hacia ella, sólo para ver el lado de su rostro oculto por su cabello. Aunque su rostro estaba oscurecido, las puntas de sus orejas que se asomaban por detrás de su cabello estaban rosadas y sonreí un poco.
Ella era adorable, a diferencia de ese maldito bastardo... grande, fuerte y tatuado.
Winter y yo seguíamos callados cuando entramos a la escuela, ella pronto se detuvo cuando llegamos al punto donde nos separábamos para ir hacia nuestros casilleros. La chica se movió nerviosamente sobre sus pies por un momento, mirándome con timidez.
—Um bueno, diviértete en clase. —dijo, su voz un poco rígida y yo asentí con los labios curvados.
—Sí, nos vemos en el almuerzo. —le contesté, la cara de Winter se iluminó de inmediato ante mis palabras.
—¡O-Ok! Hasta luego, Bin. —se despidió con los ojos arrugados mientras sonreía para luego unir sus brazos con los de Ningning e irse. Eunseok sólo dejó escapar un silbido cuando pasó junto a mí, haciéndome fulminarlo con la mirada.
Una vez que todos se fueron, me di la vuelta lentamente para ir a mi casillero. Sin Winter y los demás a mi alrededor, el miedo comenzó a apoderarse de mi sistema nuevamente, mi dolorida mano de repente palpitó un poco más fuerte. Había permanecido despierto en vela toda la noche temiendo venir a la escuela porque Anton definitivamente me iba a matar y enterrar mi cuerpo en los arbustos de alguna zona.
Definitivamente lo haría.
Eché un vistazo cauteloso alrededor de los pasillos, buscando el cabello castaño y tatuajes de Anton pero no lo podía ver por ninguna parte. Soltando un suspiro que liberó parte de la tensión de mis hombros, me acerqué a mi casillero y giré mi código en su cerradura. Salté y maldije audiblemente al sentir unas manos caer sobre mis hombros.
—¡Woah, Wonbinnie! Cálmate. —se rió Shotaro divertido. —Jesús, ¿por qué estás tan nervioso hoy?
—Alguien que se acerque sigilosamente a ti provoca eso, ¿sabes? —respondí secamente, el japonés se encogió de hombros y abrió su casillero a mi lado.
—Te vi entrar con Winter. —comentó de repente, mirándome con una sonrisa socarrona y yo me atraganté con mi propia saliva. —Ohhh sí, lo vi todo. La chica era básicamente un charco en el piso y tú... —Shotaro no pudo contener más su risa cuando se dobló, casi llorando. Le siseé para que se detuviera, pellizcando la parte posterior de su cuello mientras se quejaba. —B-Bien, Wonbinnie. Es que es tan... gracioso... no puedo manejarlo. —jadeó cuando volvió a poner su mano sobre mi hombro, dándome una mirada seria que sólo fue interrumpida por sus labios temblorosos que intentaban no sonreír. —Sólo... recuerda usar protección, ¿de acuerdo?
—Jódete imbécil. —gruñí sacudiendo mi cabeza cuando Shotaro sonrió de alegría por mi incomodidad. Éste abrió la boca para decir algo pero sus ojos se movieron detrás de mi espalda y soltó un silbido.
—Demonios, eso parece que duele. —murmuró frotándose la barbilla. Maldije silenciosamente al darme la vuelta, sintiéndome enfermo cuando contemplé la figura de Anton por el pasillo. Su cabello estaba desordenadamente recogido de su frente, sus cejas oscuras arrugadas mientras miraba a través de la multitud. Había un moretón oscuro que se extendía a lo largo del lado izquierdo de su mandíbula y había un corte en su labio que se había cubierto. Su boca estaba fruncida aunque no disuadió a algunas chicas de acercarse a él con el pecho extendido y las caderas inclinadas hacia un lado. Anton sólo las miraba con desinterés y las ignoraba mientras pasaba de lejos, sus ojos devolviéndose a su entorno en busca de alguien.
"Que no sea yo, que no sea yo, que no sea yo", rogaba en mi mente, apretando fuertemente los libros entre mis manos.
Los ojos de Anton se movieron por el pasillo, deteniéndose una vez que me encontraron. Sus pasos se aceleraron para dirigirse a donde yo estaba mientras sus ojos se enfocaban en mí. La multitud de estudiantes que estaban en el pasillo se separó como el Mar Rojo y con ojos curiosos.
"Se metió en otra pelea, ¡mírale la cara!" Una voz susurró detrás de mí, luego de unas risitas. "Aún está caliente".
"Me pregunto a quién habrá golpeado esta vez" se rió una voz masculina y palidecí. "Debe verse mucho peor que él".
Bueno, mi trasero está peor al menos.
—Se ve enojado. —comentó Shotaro con diversión. —Quien sea con quien esté enojado está tan jodido.
Si no estuviese en mi lugar aterrorizado, habría golpeado a Shotaro en la cabeza. A medida que Anton se acercaba, el japonés comenzaba a ponerse un poco más tenso detrás de mí, sus ojos miraban a su alrededor y no había nadie más que nosotros dos. La mayoría de las personas se alejaban del camino de Anton, dejando una línea recta hacia nosotros.
—¿Qué carajos? ¿Está caminando hacia aquí? —susurró Shotaro nervioso.
Anton dio dos largos pasos hasta quedar delante de mí con sus ojos fijos en los míos, parpadeando con el ceño fruncido. Tenía la mandíbula apretada y tensa, su rostro parecía querer decir algo mientras yo lo miraba perplejo, los pelos de mi nuca estaban erguidos. Sus ojos dejaron los míos por un breve momento, dándole a Shotaro una mirada fría antes de volverse hacia mí. Sentí a mi amigo temblar un poco detrás de mí.
—Tú... —Anton comenzó con su voz baja. Mirando alrededor del pasillo y dándose cuenta de que todos los ojos estaban puestos sobre nosotros, cosa que lo hizo chasquear la lengua con molestia antes de suspirar. —Te veo luego.
—S-Sí, nos vemos. —tartamudeé. Anton se giró sobre sus talones, caminó de regreso por donde entró y salió de la escuela con el encendedor y el cigarrillo en la mano. Un escalofrío se apoderó de mí cuando la gente me miró con curiosidad, tragando saliva mientras cerraba mi casillero, el fuerte ruido hizo que todos volvieran a sus propios asuntos.
—¿Qué demonios fue eso, Wonbin? —demandó Shotaro, luciendo conmocionado. —¿Por qué te está hablando? ¿Por qué se ve tan enojado? ¿Cuándo demonios empezaste a hablar con Anton Lee? ¿Qué mierda?
1. Me está hablando porque follamos.
2. Está enojado porque lo golpeé en la mandíbula.
3. Empezamos a hablar en esa jodida fiesta a la que tú me obligaste a ir.
—Somos compañeros de biología. —respondí sin más, la verdad turbia es más fácil de decir que la verdad más clara.
—¡Todavía no me dices por qué Anton Lee te está hablando! Incluso si son compañeros de biología, él no habla con nadie. Ni siquiera tiene amigos en la escuela, después de todo se graduaba el año pasado y no se ha esforzado en lo más mínimo por hacer amistades pero ¿ahora está hablando contigo? —habló consternado y con los ojos cada vez más abiertos.
—¿Supongo que soy un muy buen compañero? —contesté riéndome de una forma patética cuando Shotaro me miró brevemente.
—Está bien, eso definitivamente suena a una vil y aquerosa mentira pero estoy volviéndome loco así que lo dejaré así por ahora. —refutó resignado y le di una mirada agradecida. —Pero en serio Park Wonbin, si Anton quiere matarte... por favor no me arrastres contigo. —me miró suplicante justo cuando sonó el timbre.
—Vaya, eres un gran amigo Shotaro. —expresé con sarcasmo pero logré sonreír un poco cuando el contrario se despidió de mí antes de irse a su clase.
Suspiré cansado porque habían algunos rezagados que todavía me miraban con curiosidad mientras me dirigía a mi clase con la cabeza baja.
Este iba a ser un largo día.
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Hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado!! ♡
Me tardé un poquitín en actualizar por culpa de la Universidad pero aquí lo tienen finalmente, veré si puedo subir el próximo en estos días. jiji 😼
Si ven algún error no duden en comentar o escribirme. Besitos. ♡
Key♡
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