21 ♡
Me di la vuelta en la cama moviéndome lentamente para no despertar a Shotaro, aunque dudaba mucho que incluso un huracán lograse que el tipo se moviese, su boca se abrió de par en par soltando ronquidos y un poco de baba goteaba de su comisura izquierda. Gemí estresado, enterrando mi cabeza debajo de la almohada en un intento por evitar el ruido, cerré los ojos con fuerza y arrugué la cara mientras intentaba dormir pero mis sentidos estaban demasiado alertas y mi mente demasiado activa como para lograrlo.
Ya eran más de las dos de la mañana y la luna brillaba en el cielo, Shotaro murmuraba cosas sobre nutrias bailarinas de chocolate y su mano sacudía la manta para rascarse su estómago desnudo. Girando mi cuerpo inquieto de nuevo, miré a mi mejor amigo con envidia pues éste estaba felizmente dormido, su boca ahora cerrada con una sonrisa mientras sus ojos revoloteaban debajo de sus párpados. Segundos después, Shotaro refunfuñaba algo sobre las nutrias derritiéndose y rodó sobre su costado para darme la espalda.
Acurruqué mi cabeza más arriba en mi almohada, mis ojos parpadearon mientras miraba la espalda de Shotaro... sus hombros eran anchos pero su complexión era un poco más delgada que la de Anton, su camisa se subió por su torso exponiendo su espalda baja y el elástico de sus bóxers, él se estremeció un poco y tiró de la tela sobre su piel expuesta. Cuando la piel expuesta desapareció debajo de la manta me di cuenta de que mirar a Shotaro no era un problema, ver su piel desnuda no causaba absolutamente nada en mí... no como pasaba con Anton.
Tragué saliva entretanto seguía mirando la espalda de Shotaro, imaginando la del chico tatuado que saqué de mis recuerdos, el cabello platinado de Shotaro comenzó a transformarse lentamente en mechones largos, castaños y lacios, y los brazos delgados sobre la manta se hincharon en músculos y se cubrieron de tatuajes oscuros. Sentí que mi boca se humedecía cuando el japonés se giró sobre su estómago, la manta se deslizó de su torso nuevamente para revelar su área abdominal una vez más, y en lugar de ver el abdomen plano de Shotaro, sólo pude recordar el abdomen duro de Anton y la sensación de esos músculos debajo de mis dedos... mis manos temblaron cuando me encontré extendiéndome hacia adelante.
—Maldita sea. —maldije, saliendo ágilmente de la cama, mis movimientos fueron rápidos y la cama sólo tembló ligeramente, Shotaro se dio la vuelta y su boca se abrió de nuevo, un ronquido largo y profundo gorgoteó en el fondo de su garganta. Solté un suspiro frustrado antes de tomar mis lentes de la mesilla de noche y colocarlos sobre mi puente nasal, desconecté mi teléfono de su cargador y deslicé mis brazos a través de mi sudadera azul con cremallera. Metiendo mis pies en mis sandalias negras sin pensar demasiado en mi atuendo a esta hora de la noche, agarré un juego de llaves de la casa y me dirigí silenciosamente afuera para tratar de calmar a mi corazón inquieto.
El aire nocturno era fresco y me estremecí cuando la brisa atravesó mis delgadas capas de ropa, traté de mantener mi mente tan despejada como el cielo nocturno mientras caminaba hacia la playa, toda el área estaba silenciosa a excepción del choque de las olas y el susurro de las ramas de los árboles. Logré estabilizar mi respiración cuando divisé la extensión de la playa a lo lejos de las palmeras, quitándome las sandalias para enterrar los dedos en la arena y lo que una vez había sido ardiente al tacto durante el día se había enfriado hasta convertirse en una cálida sensación, mis pies estaban felizmente hundiéndose en el suelo movedizo.
Caminando hacia la zona rocosa de la playa, me subí a una roca corta y me senté, dejando escapar un suspiro de satisfacción cuando mis pies se sumergieron en el agua fría justo debajo de mí. Luego me apoyé en otras rocas detrás de mí y comencé a mirar mi teléfono, deteniéndome en la conversación inacabada que tuve con Anton esta tarde.
- Anton - 3:15 pm
Tú debes extrañarme, Bin.
—Engreído. —murmuré en voz baja y serena.
Las palabras de Anton me incomodaron y esa sensación de picazón regresó a mi estómago. Había estado reflexionando sobre aquellas simples palabras durante todo el día... éstas se colaban en mi mente entre las olas, mientras cenaba, mientras me duchaba, sólo aparecían sin preocuparse ni un poco por mi cordura y arrasaban con cualquier pensamiento mundano que ocupara mi conciencia. Los pensamientos sobre Anton eran muy parecidos al mismo; contundente, implacable y absolutamente irritante.
Mi dedo índice golpeó el costado de mi teléfono con molestia, las palabras de Anton todavía intactas en mi pantalla. Ya había estado en esta posición varias veces en la tarde pero cada que escribía algo, lo borraba inmediatamente porque sentía que ninguna de aquellas palabras estaba del todo bien. Ahora era demasiado tarde para responder a su mensaje aunque me picaban los dedos por hacerlo, me inquietaba pero mi deseo de responder fue frustrado por mi indecisión sobre qué debía decir.
Escribía y retrocedía suspirando pesadamente después de cada mensaje que intentaba formular, sin embargo, mis dedos se detuvieron antes de escribir otra respuesta de forma lenta y laboriosa como si estuvieran siendo arrastrados a través de alquitrán.
"Bzzz- Bzzz- Bzzz- Bzzz- Bzzz-"
—¡Qué mierda! —grité, mi teléfono tembló violentamente en mi mano y mi pantalla de mensajes se transformó en una pantalla de recepción de llamadas. Cuando vi el identificador, me atraganté.
Anton Lee.
—Oh Dios mío, ¿acaso es psíquico o qué? —hablé ahogado con las manos temblorosas mientras sostenía la pantalla contra mi cara y con el pulgar sobre el botón de respuesta.
Mi dedo se deslizó por la pantalla y coloqué el teléfono en mi oreja, tratando de no respirar demasiado fuerte, mi pecho se apretó cuando cerré los ojos e inhalé profundo.
—¿A-Anton? —susurré con mi voz un poco temblorosa para mi gusto aunque esperaba que por el teléfono sonara más firme, mi pierna tembló cuando Anton se rió en el receptor.
—Así que estás despierto. ¿Pensando en mí? —bromeó y yo balbuceé, agarrando mi rodilla con la mano mientras me inclinaba salpicando los pies.
—Demonios no, engreído. —espeté a lo que él resopló, aclarándome la garganta para continuar. —Yo sólo... no puedo dormir. Shotaro ronca como una jodida aspiradora.
—¿Está contigo? —preguntó seguido por el chirrido de unas ruedas y un freno de mano, se escuchó el sonido de la radio de fondo aunque era demasiado silencioso como para distinguir la canción que sonaba, frunciendo el ceño me pregunté dónde estaría Anton.
—¿Estás conduciendo ahora? —cuestioné y él contestó con un breve "sí", su voz sonaba un poco distraída. —Eso no es seguro, no hables por teléfono mientras conduces, idiota.
—¿Por qué está Shotaro contigo? —inquirió ignorando mi preocupación, mi ceño se profundizó cuando noté la voz de Anton extrañamente seria.
—¿Por qué eso importa? —refuté genuinamente confundido mientras Anton permanecía en silencio. Cuando no dijo nada más, el silencio se volvió demasiado ensordecedor y me hizo suspirar. —Mi papá... está atrapado en el trabajo por lo que no pudo venir, hubiera sido un desperdicio de la casa de playa con una persona menos así que Shotaro nos acompañó.
—¿Y ustedes están durmiendo juntos? —soltó directo haciéndome casi dejar caer mi teléfono, un ruido estrangulado escapó de mi boca. La forma en la que Anton lo dijo... su voz peligrosamente baja y un poco áspera alrededor de las sílabas hizo que pareciera que no estaba preguntando sobre compartir una cama en general, sino sobre compartir muchas otras cosas en una cama.
—¿Qué? —repliqué con voz chirriante. —Dios no, sólo estamos compartiendo una cama para dormir y nada más pero no como juntos juntos, es decir que es mejor que duerma conmigo que con mi hermana o mi madre. Oh Dios mío, eso no es lo que yo... —tartamudeé con los pensamientos acelerados al recordar el torso expuesto de Shotaro y cómo había imaginado que sería el de Anton. —Nadie se acuesta con nadie.
Anton guardó silencio mientras yo divagaba y comenzaba a ponerme nervioso.
—Anton, en serio... yo no estoy-
La risa del susodicho me interrumpió y de cierta forma el ruido me tranquilizó, a pesar de mi estómago retorcido.
—Sólo estaba bromeando, Bin. —dijo con su voz sin aliento al mismo tiempo que se reía aunque sus palabras parecían un poco tensas. —Te pones nervioso con facilidad, sinceramente no te favorece.
—Oh, cállate. —gruñí, salpicando mis pies en el agua para disipar algo de la tensión en mi cuerpo pero no funcionó. —D-De todos modos... ¿Por qué conduces tan tarde? ¿Dónde estás?
¿En casa de una chica?
Anton se tomó unos minutos para responder y mis nervios se intensificaron, sabía que no debería importarme tanto dónde estaba o con quién pero algo sobre estar tan lejos de él y no saber lo que estaba pasando me puso ansioso, sabía que nuestra relación había cambiado... que yo había cambiado. Disfrutaba de la compañía de Anton y cada vez quería más y más, hablar con él se había vuelto tan fácil y nunca rehuía sus toques íntimos o sus hambrientos besos. Anton completaba mis días de todas las formas posibles pero temía no ser lo mismo para él... sabía que no era lo mismo para él.
Quiero decir, ¿quién era yo para Anton Lee? Él tenía a todas las chicas cayendo a sus pies y Dios sabe cuántas de ellas le habían abierto las piernas en la cama, la cama con las sábanas que olían a él y el colchón que se hundía en el medio con su forma.
Y luego estaba yo, sólo yo.
El chico que bebió demasiado un día y tropezó con la habitación correcta y en el momento adecuado, sin embargo, dos segundos más tarde pudo haber sido otro chico tropezando allí, pudo haber sido otro chico en el asiento de copiloto del auto de Anton, otro chico besándolo en su casa vacía, cumpliendo su curiosidad por acostarse con un hombre... podría haber sido cualquiera, yo no era único ni especial.
Pero sabía que para mí, Anton no podía ser cualquiera.
—¿Bin? —Anton preguntó, sacándome de mis pensamientos.
—¿S-Sí? —tartamudeé y él suspiró.
—¿Te quedaste dormido conmigo? —inquirió jadeando con falsa ofensa, me las arreglé para reír un poco por su pobre actuación pero pude percibir la sonrisa de Anton en su voz.
—Todavía estoy aquí. —le tranquilicé. —¿Qué estabas diciendo?
—Me preguntaste que dónde estoy. —siguió riéndose. —En este momento estoy del lado de la autopista camino a casa.
"A las 2 de la mañana" pensé, preguntándome de quién era la casa que acababa de dejar en medio de la noche, no importaba quién, el pensamiento me irritaba en todas las direcciones.
—¿Dónde estabas? —Logré preguntar, esperando que mi voz sonara algo normal. Anton no pareció captar nada mientras respondía en un tono un poco aburrido, el ruido de fondo de su coche indicaba qué había tenido que conducir de nuevo. —Oye, no hables mientras conduces Anton.
—¿Preocupado por mí? —insinuó, su sonrisa entrelazada en sus palabras.
—En lo absoluto. —mentí con rapidez aunque mi corazón se calmó cuando escuché a Anton detenerse nuevamente. —Yo sólo... pienso que sería una forma estúpida por la que murieras.
—Así que estás preocupado por mí. —concluyó con voz engreída y yo no me molesté en disuadirlo, decidiéndome a suspirar audiblemente.
—Entonces, ¿dónde estuviste toda la noche? —interrogué, tratando de no mostrar mi desesperación por saber dicho dato e ignorando la risa contraria ante mi exasperación.
—Trabajo. —fue su respuesta simple, haciéndome desplegar mis manos apretadas con alivio, no me había dado cuenta de que las había cerrado con tanta fuerza.
—¿Trabajo? —repetí a lo que él tarareó en confirmación. —¿Tú trabajas?
—No suenes tan sorprendido, Bin. —se rió. —Bell se retiró y su pensión no es realmente suficiente para nosotros dos así que tengo que soportar mi propio peso, un peso por el cual los salarios son una mierda, además de que no hay mucho que puedas hacer cuando todavía estás en el colegio.
—¿Dónde trabajas?
—Trabajo en un bar de la ciudad. —respondió sin más y yo parpadeé sorprendido.
—¿Un bar? ¿No eres demasiado joven para-
—Tengo 18 años. —me recordó y yo me sentí como un idiota por haber olvidado que Anton era un año mayor que yo porque había reprobado la escuela el año pasado.
—Pero aún así. —repliqué, balanceando las piernas a la vez que cambiaba el teléfono a mi otra oreja, cerrando los ojos para tratar de captar los débiles sonidos de las respiraciones de Anton mientras lo escuchaba. —¿No es... difícil? Ya sabes, con la escuela y todo eso.
—Hay una razón por la que suelo llegar tarde a la escuela o me quedo dormido durante las clases. —comentó divertido. —Aunque igual llegaría tarde, incluso si no trabajara.
—Eso es... no me lo esperaba. —admití. —¿Trabajas todos los días?
—La mayoría de los días, normalmente trabajo los viernes y fines de semana, ocasionalmente los miércoles o jueves, y según la semana, los lunes y martes suelen ser mis noches libres.
—¿Entonces trabajas los domingos? —pregunté. —Pero espera... últimamente has venido a la escuela los lunes por la mañana. ¿No estarías, ya sabes, muy cansado?
—Alguien ha estado tomando notas, ¿verdad? —señaló con voz burlona y mis mejillas se calentaron. —Me halaga.
—No lo hagas. —refuté fríamente y Anton sólo se rió.
—Sin embargo, tienes razón. —continuó, la música de fondo de la radio se apagó seguido de algunos chirridos cuando Anton se movió en el asiento del conductor.
—¿Sí?
—He estado yendo a la escuela con más frecuencia. —Sus palabras se sintieron incompletas, como si hubiera algo unido al final que aún estaba sumergido. Sacando mis pies del agua, apoyé la barbilla sobre mis rodillas dobladas y me concentré en la voz de Anton en la línea de la llamada.
—¿Hay alguna razón para eso? —volví a preguntar en voz baja.
—Sí, la hay. —Podía sentir la sonrisa de Anton a través del teléfono, mis ojos se cerraron y mi estómago se retorció.
—¿En serio... ? ¿Qué es?
—No es tanto un 'qué', sino más bien un 'quién'... —recalcó la última palabra con un tono de voz dulce, sentí mi corazón apretarse cuando una sonrisa comenzó a tirar de las comisuras de mi boca.
—Oh... ¿Conozco a esa persona?
—Podrías. —respondió, riendo ligeramente. —Es un poco flaco, de ojos marrones y brillantes como un par de bobas, un poco nerd y también solía tener un tinte rubio muy malo. ¿Te suena familiar?
—No, en lo más mínimo. —gruñí con la sonrisa cayendo de mi rostro cuando Anton resopló.
—Hmm, es una pena. —lamentó, haciendo una corta pausa antes de hablar de nuevo. —En realidad es un buen chico, y uno muy lindo por cierto.
Las palabras de Anton se hincharon dentro de mí y me tapé la boca con la mano para reprimir el chillido emocionado que casi salió.
—¿Lo es? —cuestioné, mi voz bajando a un susurro.
—Lo es. —contestó con una voz tan firme como las olas chocando contra las rocas. —Bueno, la mayoría de las veces también es muy deshonesto y terco, lo cual me molesta.
Resoplé ante sus palabras pero sonreí de todos modos.
—Suena como un gran chico. —afirmé con un bostezo mientras hablaba.
—Sí, sin embargo, ya es un poco más allá de su hora de dormir y probablemente debería irse a la cama. —Las palabras de Anton me hicieron sentir cálido y un poco triste, mi teléfono estaba presionado fuertemente contra mi oído queriendo escuchar cada tono dulce que saliera de la boca de Anton pero otro bostezo capturó mi boca y los ojos se me humedecieron un poco mientras los frotaba.
—Creo que él también debería hacerlo.
Pero él no quiere dormirse, todavía no.
—Buenas noches, bonito. —se despidió, dirigiéndose a mí directamente con una voz suave que me hizo doler, habían tantas cosas en la punta de mi lengua que sólo esperaban desplegarse pero las tragué dolorosamente.
—Buenas noches Tonnie, conduce con cuidado. —fue todo lo que pude decir, haciéndolo reír.
—Lo haré. —La línea telefónica dejó de sonar cuando Anton colgó la llamada y mi teléfono cayó a mi lado.
—Te extraño. —murmuré un poco frustrado, esperando que las olas llevaran las palabras hasta Anton pero sabiendo que eso nunca pasaría.
Me quedé en esa playa unos minutos más antes de que mis ojos comenzaran a ponerse pesados y mis bostezos se volvieran más frecuentes, no tardé mucho en volver a la cama y quedarme dormido. Mi último pensamiento fue el deseo de que la figura que estaba a mi lado fuera la de alguien más.
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Hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado!! ♡
El Wonton me llena el corazoncito de felicidad, ¿a ustedes no? 💓😭 Este cap me emociona mucho porque ya ambos van demostrando lo que verdaderamente sienten por el otro.
Pd: Si a alguien no le cargó o no pudieron ver los 2 gifs que hice para mostrar los mensajes que Wonbin escribía me avisan para ver qué puedo hacer. TT
En fin, si ven algún error no duden en comentar o escribirme. Besitos. ♡
Key ♡
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