Capitulo 9

Narrador.

Subió los escalones para llegar con la diosa, pensando en la anterior platica que tuvo con el pisciano.  Una brisa había llegado al santuario, refrescando la por momentos. 

-La brisa es muy agradable, ¿Puedo salir señorita? Estar dentro de esta mochila vieja empieza a marearme.

Al parecer la eidolon necesitaba un poco de aire libre.

-Claro, pero no bajes ninguna casa, quédate cerca del templo, ¿Vale?

Su voz sonaba apagada, el día anterior fueron demasiadas emociones las cuales experimento, intentaba alegrarse así misma un poco pero los intentos eran inútiles.

Zalera notaba los malestares de su ama, quería ayudarla pero no sabría con que. Natt coloco a Zalera en el suelo, aun teniendo su forma de piedra.

-Con cuidado Zalera, iré a avisarle a Atenea que estarás libre.

La blanca emprendió camino al templo de la diosa, Zalera regreso a su forma "humana". Eso de tomar un poco de aire fresco era mentira. Saldría del santuario en busca del responsable que mando a Nerea  a atacara el santuario, y el causante del ataque que sufrió su ama la anterior noche, su deber era proteger a la blanca cueste lo que cueste.

Narra Natt.

Me sentía devastada... sin ganas de seguir adelante pero primero tendría que pagar mi cuenta pendiente. No tenia mucho aquí y el paisaje empezó a pintarse de tristeza, algo en mi empezó a fallar aunque no le diera mucha importancia, odio demasiado mis cambios de humor.

Entre al templo de la diosa y empezó a buscarla, pero ningún rastro de ella.

-Si buscas a la diosa no esta, se dirigió al olimpo por unos asuntos.

Era el patriarca, ese tipo nunca me dio buena espina,  y al parecer yo tampoco a el.

-Vale... queria avisarle que deje a Zalera que paseara por este templo- ni siquiera dejo que terminara cuando me interrumpió.

-Espero que no provoque mas problemas de los que ya tenemos, gracias a tus "amigas" y a ti tenemos los suficientes, ve con Shion necesito que lo ayudes con algo.

"Cálmate" repetía esas palabras en mi cabeza para calmarme. ¿Soy un estrobo? ¿Eso soy? Si tanto lo soy ¿Por qué me están cuidando?.

Narrador.

Como bien dijo su viejo amigo de hechizos, por desgracia Natt terminaría con ella misma sin poder evitarlo, sin el apoyo incondicional de alguien las cosas se acelerarían.

Con pasos flojos se dirigía a la casa de Aries, su mirada permanecía abajo todo el tiempo, no saludaba a los caballeros con los cuales se encontraba en el camino, la timida bruja que llego al santuario comenzaba a desaparecer poco a poco.

-Hey Natt!

Alguien grito su nombre, levanto la vista y pudo darse cuenta que era Shion, quien la saludaba con una mano, solo se limito a devolverle el gesto.

-Creo que el patriarca te dijo ¿no?

-Si te refieres en algo de ayudarte... si.

-Perfecto, ¿Ves esas canastas?- Shion le dijo mientras señalaba unas canastas llenas de ropa y comida- Son algunos artículos que recibimos de un pueblo, nuestra misión es ir a dejarlas al pueblo.

-¿No seria suficiente llevar todo eso con dos de ustedes?

La idea la extraño un poco.

-Si pero, aunque seamos caballeros dorados tenemos limites, aunque no se note las canastas pesan mil y un demonios, con este problema se le ocurrió al patriarca pedirte ayuda, ¿Habra algo que puedas hacer para que no sean tan pesadas? 

Magia, obvio. Sus labios pronunciaron una palabra usando una lengua diferente a la suya.

Los objetos brillaron por un momento, desprendiendo pequeñas chispas.

-Intenta cargar alguna.

El peli verde obedeció y cargo una, todo resulto salir bien, para evitar hacer doble viaje cargo dos.

-En serio gracias, sin ti esto se complicaría demasiado,gracias por llegar aquí.

Sus palabras eran sinceras, un gesto de cariño era lo que necesitaba la joven para alegrarse un poco, un poco de amor no le hace mal a nadie. Una sonrisa se formo en su rostro, miro cual de las canasta era mas pequeña, la localizo y la cargo. Con canasta en mano alcanzo al caballero que había avanzado unos cuantos metros.

-De paso te compraremos algo de ropa, ya me harte de verte con esos trapos sucios.

-¿Compraremos?

Si su memoria no le falla, la misión solo era con Shion.

-Si, otro caballero nos alcanzara en el pueblo.

En el camino al pueblo, una charla comenzó entre ellos. Shion notaba cierta tristeza en su rostro, su color de piel ya no era como la leche, era un blanco enfermizo. Grandes ojeras podían notarse, sus ojos ya no detonaban esa pureza como la primera vez que los vio, a pesar de todo eso siempre mantuvo su sonrisa ante el.

Toda la gente saludaba a Shion, unos le regalaban cosas y otros solo lo saludaban. Llegaron al lugar de la entrega y dejaron el cargamento.

-Lo que falta, un caballero mas tarde vendrá dejarlo.

Shion dialogaba con el vendedor, en el mismo tiempo Natt se encontraba fuera del negocio, veía pasar a la gente. Todos parecían felices, felices de verdad;  no sonrisas forzadas y palabras hipócritas, solo felicidad.

Natt empezaba a desesperarse un poco, Shion se estaba tardando mas de lo normal.

Sintió como una persona se puso cerca de ella, no le presto atención hasta que...

-Cuanto tiempo Natt...

-Mayari ¿Que te traía por aquí? Espero que no vengas a matarme, que ayer tuve suficiente con Nerea.

Unas risas salieron de ambas chicas.

-Hahaha, no como crees querida, yo odio lastimara gente que lo no merece, aprendiste a camuflajearte bien. Quien diría que estarías bajo la protección de una diosa.

-Ni yo pude creerlo, aun no lo asimilo del todo pero es una gran ventaja.

-¿Porque estas con ellos? Me gustaría platicar mas sobre como has tesado estos meses pero... ¿Porque no buscaste a alguien de nosotros?

-Pensé que todos habían muerto esa noche... debido al shock que sufrí por una extraña razón olvide muchos hechizos que aprendí, decidí ocultarme entre las sombras para evitar llamar la atención...

-Siempre dando buenas excusas para todo...no has cambiado en nada.

-Tu sigues teniendo ese corazón de pollito, eso te traerá malos resultados con el tiempo.

Mayari era la mas noble entre su grupo, se preocupaba mucho por los demás, fácilmente se dejaba llevar por sus sentimientos, poniéndolos en primera opción sobre todo.

Natt agradecía al dios que fuera, tener una platica tranquila con Mayari la relajo bastante, necesitaba hablar con alguien de confianza. No todo era color de rosas, si Mayari sabia del ataque de Nerea... ella también estaba involucrada con la misma persona que lo ordeno.

-Eso lo se, pero bueno nunca cambiare y me gustaría morir siendo yo misma.

-Tonta! No pienses en morir tan pronto, tienes mucho por delante-

-Mucho por delante que no quiero continuar si no están ustedes conmigo- las palabras de la rubia sorprendieron a la castaña- Puede que sea muy fuerte, pero eso no es nada si no las tengo conmigo... Necesito a la Natt miedosa cuando se trata de aventuras... Necesito al Leon que era el líder, el que nos daba tanta seguridad con sus palabras...  Necesito a la Nerea que con una sonrisa te alegraba el día... Necesito a Niobe... nuestra copito de nieve... Extraño mi vida... la vida la cual me fue destruida... 

De la rubia no salieron mas palabras, sus lagrimas se lo impedía. Esas palabras provocaron que algunos recuerdos vinieran a su mente. Se acerco a la rubia, le brindo un abrazo.

-Tonta no llores, te lo juro... esos bellos días volverán... donde eramos felices, solo espérame... ¿Si?

Las  palabras de Natt venían cargadas de sentimientos y sueños por los cuales cumplir.

-Por favor Natt... -tomo la cara de la castaña- Liberanos... 

-Mayari...

¿Liberarlos de que? Otra incógnita se sumo a la cabeza de la bruja.

Veía como la figura de Mayari comenzaba a desvanecerse enfrente de ella, su cuerpo desprendía un leve brillo azul, una sonrisa se formo en el rostro de Mayari antes de desaparecer.

Se desperto agitadamente, al parecer solo fue un sueño o eso es lo que creía. Su rostro estaba mojado por algunas lagrimas que escaparon de sus ojos, las seco rápidamente cuando vio que Shion salia del negocio.

-Disculpa por la demora, ¿Lista para tu nueva ropa?

Una risa salio de los labios de la chica.

-Solo es ropa, pero si estoy lista. Vamos antes de que se haga tarde, déjame decirte que solo necesitare unos zapatos y mallas.

-¿Y lo demás que?- la miro con un poco de duda.

-Alguien me regalo un vestido muy lindo, que por uno que otra no he podido usar.- una sonrisa apareció en su rostro cuando recordó el obsequio de la niña.

Se dirigieron a cierta parte del pueblo donde se compara ropa, no paso mucho tiempo para encontrar unos zapatos perfectos, tenían un pequeño tacón, eran negros con algunos bordados. Al igual que con los zapatos, no tardaron en encontrar las mallas, decidió escogerlas de color negro para que combinara con los zapatos y el  vestido.

-Wow, la primera mujer que no se tarda años en comprar ropa

Natt le lanzo una mirada un poco ofendida.

-YO solo vengo a comprar lo que necesito no a perder el tiempo.

Regresaron al santuario, poco a poco Shion se ganaba la confianza y el cariño de Natt, por su parte Natt dejo de sentirse sola.

Llegaron a la casa de Aries, en ese lugar tendrían que despedirse pero...

-Debería de subir pero no tengo ganas- se dejo caer en el suelo- ¿El señor  me permitiría acostarme en el suelo de su casa? 

Una risa salio de Shion.

-Claro, solo no lo maltrates tanto- dijo en un tono burlón.

La noche llegaba al lugar, las pequeñas estrellas comenzaban a hacer su aparición. Abrió su mochila y saco el vestido que le fue obsequiado, lo junto con los zapatos y las mallas. Con ayuda de un poco de magia, se puso al instante aquellas prendas, le quedaban justo a su medida.

-Eso era lo que necesitabas, te ves bien- creyó por un momento que era Shion, pero se equivoco.

-¿Que haces fuera de tu casa Albafica?- aunque estaban un poco lejos del otro, sus corazones se emocionaron al verse de nuevo.

-Solo venia a distraerme un poco.

-Solo por esta vez te creeré- cada que lo veía o pensaba en el, inconscientemente una sonrisa aparecía en su rostro.

-¿Y como has estado? A veces me das miedo, ayer estabas tan triste y agobiada, ahora pareces alguien completamente diferente. ¿Sueles tener cambios de humor muy repentinos o que?

-*suspiro* Por desgracia si...- la expresión burlona de Albafica cambio a una seria- Desde pequeña soy así, cuando suelo bajo mucho presión... exploto, algo así como ayer en la noche.

-Perdona en serio no era mi intención- un tono de culpa podía notarse.

-Tranquilo... no es nada.

Sus ojos se volvieron a encontrar, recreando la mágica conexión de la madrugada anterior; ella se perdió en el cielo de sus ojos y el en el mar de los de ella.

No duro por mucho aquel momento mágico, una pequeña luz venia hacia ellos. Eran aldeanos con antorchas, por lo visto habían atrapado a una bruja, cuando esto sucedía todos los caballeros se dirigían a la primera casa, poco a poco fueron llegando junto con su diosa.




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