Nota: Este capitulo lo escribiré en tercera persona, espero que les guste. /n\

Esa noche seria una inolvidable; no por los actos sino por las palabras, palabras que quedaran para siempre en la memoria de aquellos seres que se encontraban sentados un poco alejados del otro.

La noche teñía el santuario con miles de luces pequeñas que a la vez parecían grandes, el caballero solitario y una bruja intentaban empezar una conversación donde resolverían las dudas que tenían, por el momento algo los conectaba indirectamente; Lugonis, era casi un padre para Albafica, lo recogió era tan solo un bebe, el cual habían abandonado en unos rosales venenosos,  fue cuando Lugonis lo adopto y lo convirtió en su alumno.

 Para la joven bruja fue un ángel que llego a su vida en esos entonces, el único que la ayudo a encontrar a su madre cuando se perdió en el pueblo de Rodorio, mientras que los aldeanos la miraban con asco y temor, Lugonis vio a pequeña niña perdida, solamente una pequeña niña.

El silencio incomodaba cada vez mas a estos jóvenes, hasta que la bruja decidió hablar

-¿Como te enteraste de esto? ¿Eras alguien cercano a el? Si es así, ¿Que ha sido de el? ¿Sigue vivo?- las preguntas bombardearon al caballero, poco a poco intentaba asimilar las preguntas y encontrar la respuesta.

-*suspiro* El era mi maestro casi un padre para mi, el me entreno para convertirme en un caballero... un día el me contó que vinieron algunas brujas al pueblo y quería ir para asegurarse de que los aldeanos no se alteraran y actuaran por instinto, entonces te encontró...- las lagrima comenzaron a invadir el rostro de ambos, Albafica aun le dolía hablar sobre su maestro aunque fueran momentos agradables los cuales relatara, su corazón aun no superaba la muerte de su maestro. Natt al escuchar "Era" sin dudarlo determino que el ya estaba muerto.

- Dijo que había encontrado una pequeña niña perdida en el pueblo, su piel tan blanca como la leche que hasta pensó que estaba pálida por alguna razón, sus ojos reflejaban un hermoso mar debido a su color pero un enorme temor debido a su expresión de aquellos, la ayudo a encontrar a su madre y desde entonces... esa niña iba a velo cada día y el le regalaba una rosa ¿Eras tu verdad? Eres la única persona en la que puedo ver la mirada que describió mi maestro.

Albafica dudaba en voltear a verla, tenia un poco de miedo o mas bien pena al haberse equivocado de persona pero era imposible, algo dentro de el le decía que ella era esa pequeña niña que su maestro ayudo. pocas veces lograba verla cuando se iba del santuario después de  haber visitado a su maestro.

-Wow, este día esta lleno de muchas sorpresas... - con trabajo pudo decir las palabras, ese relato había perforado justo en los recuerdos que tenia de aquel caballero, cuando llego ahí tenia vagas esperanzas de lo que lo pudiera ver o simplemente escuchar que el se había retirado, una gran duda surgió en Natt.

-¿Porque murió?- dijo cortante Natt, sin rodeos quería la respuesta y haría lo que fuera por conseguirla, su interior comenzó a volverse un abismo de emociones.

El peli celeste no estaba seguro de dar la respuesta, y mas si el responsable de la muerte de Lugonis haya sido su culpa, imprudentemente su culpa.

Esa noche hablaron hasta el amanecer, Albafica le explico que cada día realizaban un ritual llamado "Lazos rojos". es el ritual que hacia un Santo de Piscis con su pupilo donde intercambiaban sangre por medio de una herida hecha en la punta de un dedo, la finalidad de esto era encontrar al caballero con mas resistencia al veneno, Lugonis murió en un ritual, donde la sangre del aprendiz supero la del maestro.

Al termino de la platica, ambos notaron que el amanecer había llegado, el sol comenzaba a salir detrás de las montañas anunciando un nuevo día. 

-Gracias por hablar- dijo Natt, una gran sonrisa se formaba en su rostro, pero no logro disimular esas señales de que había llorado- Que tengas un buen día- se levanto y se marcho hacia al templo de Atenea.

-Gracias... igualmente- se sentía extraño muy extraño, esa noche ocurrió algo mágico, una conexión entre ellos que ninguno notaria hasta mas tarde, dependería de ellos querer seguir con esa conexión, la cual no se hizo por magia sino por simples emociones de empatía entre ambos.

En el fondo eran parecidos, seres que por circunstancias tenían que vivir en la soledad, aunque aceptaran ese destino, deseaban sentir lo que era vivir como alguien normal. 

El caballero se dirigió a su casa, se alistaba para el día que le esperaba, en su mente no dejaba de girar la imagen de la bruja siendo una persona "normal", sin pociones ni hechizo, sin una escoba en la cual podía volar, incluso los mas crueles y fríos seres podían tan humanos como cualquier otro.

-¿En serio crees que lo haga?- unas personas admiraron el encuentro desde lejos.

-Es cuestión de tiempo, ella no podrá contenerse otra vez. Vamonos Mayari, Niobe, tenemos cosas que hacer antes la noche azul.

-Leon... ¿Estas seguro de esto? Quizá podemos hablar con ella y expli-Mayari, otra de las brujas que nacio con ese don, entre los cinco era las bondadosa y odiaba dañar a la gente que no lo merecía, fue interrumpido por el peli azul.

-Claro que lo estoy... es nuestra única opción, no cuestiones otra vez mis ordenes- se notaba el cortante tono en la voz de Leon, el mismo Leon que Natt creía muerto tras la caza, el mismo que ahora buscaba acabar con su vida fuera el costo. 

*Hola *-*

Queria agradecer a las pocas personas que aun el fic, se que algunos capítulos suelen estar un poco flojos o muy largos, es la primera vez que escribo un fic... asi que es de entenderse xD

 Con el tiempo mejorare e intentare traerles mas variedad. :)

Gracias. :D*