Reconciliación
Advertencia: este capítulo contiene escenas de sexo explícito. +18
Una hora antes, en las duchas de la prisión
La pelirroja al salir del comedor pudo localizar a Jungkook y Namjoon cuando estos entraban a las duchas, así que rápidamente caminó por el largo pasillo para llegar al sitio y hablarles de cierto asunto.
Una vez que entró al lugar, vio a Nam quitarse la camisa y bajar su pantalón, dejando a la vista ese condenado cuerpo que se carga y un pronunciado bulto entre sus piernas que era marcado por el bóxer, no pudo evitar relamerse los labios de manera pervertida, al devorar con su mirada a aquél divino hombre, imaginandose siendo follado por el dueño de ese tremendo paquetote.
Pocos eran los que se hallaban en el lugar, cosa que agradeció, caminó hasta donde estaba Namjoon y se quedó de pie a un metro y medio de distancia.
—¿Se te ofrece algo? —Preguntó Namjoon al notar a cierto hombre parado frente a él, quien no apartaba la vista de su marcada entre pierna.
—Ah... No, no —respondió Hoseok al volver en sí de su ensimismamiento
—¿Eres Jeon Namjoon, cierto?
—¿Qué quieres?
—Vine a conversar contigo sobre algo —Namjoon fruncio el ceño confundido.
—¿Qué querría hablar conmigo el amante de Kim Taehyung?
—Así que ya me conoces —Respondió el pelirrojo con una sonrisa dibujada en su rostro.
—Se quien eres solamente, no te conozco, no me interesa, ni quiero conocerte —Espetó Nam con seriedad.
—Solo te vi en la mañana con él
—Oh, ya veo... Pues deberías conocerme, soy una buena persona y puedo demostrártelo. He venido hasta acá para advertirte una cosa, mañana ten cuidado cuando estés en el comedor a la hora del almuerzo. ¿Vale?
—¿Por qué debería hacerte caso?
—Solo hazme caso. Es más como un... aviso. No quiero que algo malo te pase
—Ya veo... ¿Tú no quieres que algo malo me pase? —preguntó soltando después una estruendosa risa y se cruzó de brazos acercándose mas a La pelirroja.
—Sé cuidarme solo, así que no necesito de personas como tú para que me adviertan de nada. Y menos viniendo de alguien que se la pasa revolcándose con Kim.
—Está bien Namjoon —Respondió viéndolo fijamente a los ojos.
—Pero no te olvides de que vine hasta acá para prevenirte y que lo hago con buena intención.
Dio una última mirada al tan marcado bulto de Nam y luego de hacerle un coqueto guiño con su ojo derecho, le dio la espalda y camino hasta llegar a la salida de los baños.
Jungkook se quedó extrañado por la charla de ese par al verlos desde lejos. ¿Qué coño estarían hablando?
Sentía curiosidad más no le iba a preguntar a su hermano, obviamente, así que ni modo... se quedaría sin saber el chisme.
Namjoon vio a Hoseok irse del lugar y rodó sus ojos. ¿Qué putas fue eso? El amante de Taehyung «advirtiéndole» que tuviera cuidado mañana. ¡Sí, claro! ¿Para qué coño lo iba a poner alerta?
A él. Al mismo reo que le partió la cara a su rey en el primer día de su estancia en Konapus. No le daría más vueltas al asunto, así que terminó de meterse en la ducha para darse un buen baño.
Mientras tanto, La pelirroja se fue hasta su celda donde se encontraba un Taehyung muy caliente con inmensas ganas de fornicar, que al verlo pasar, se sentó en el borde de la cama, observando con algo de picardía y cariño, esos hermosos ojos marrones.
—Qué bueno que llegaste, pelirroja tonta —Dijo el rey tomándolo de la muñeca y halándolo hacia él para sentarlo a horcajadas sobre su regazo.
—Cualquiera diría que me extrañaste —Respondió sentándose en sus piernas, quedando cara a cara frente a Tae, quien no dudó ni un segundo en llevar de inmediato sus manos hasta su pomposo trasero para apretujarlo morbosamente.
—Puede ser —Susurro antes de unir sus labios y darle un demandante beso que detuvo minutos después cuando ya ambos necesitaban respirar.
—¿Pero sabes quién te extraño más que yo?
—No, no lo se.
—Mi verga, que necesita ya, que traigas esa deliciosa boquita tuya y me hagas una rica mamada —Dijo mientras sonreía ladino y dirigía la mano de Hoseok hasta su miembro para que se diera cuenta de lo empalmado que ya estaba, sus palabras hicieron sonrojar a el pelirrojo como si en lugar de un criminal que purgaba una condena por hurto agravado, complicidad en un asesinato y estafa, tan solo fuese una virginal quinceañera.
Aun después de tres años seguía sonrojándose cuando Taehyung le hablaba con tanto desparpajo y de esa manera tan sucia y provocativa, y estaba completamente seguro que de ser en realidad una mujer ya la tendría con las bragas húmedas, pero como en cambio, él era hombre, siempre lo ponía duro como roca de tan solo escucharle esas sucias palabras.
—Quiero que me lo mames ahorita, como solo tú lo sabes hacer.
—Como mandes, tus deseos son mis ordenes mi diablito —le dio un último beso en los labios para luego posicionarse en medio de las piernas de su hombre, las mismas que separó un poco, segundos antes, se puso de rodillas entre ellas y llevó su mano hasta la cintura del pantalón de Taoki para bajarlo a la vez que él le ayudaba alzando un poco sus caderas y también bajándose su bóxer.
La pelirroja se relamió los labios por el deseo y la anticipación, excitado al posar su mirada en ese enorme y grueso falo que engulliría completamente gustoso en unos minutos hasta ahogarse con el.
Acarició con su mano derecha la pierna izquierda del mandamás de Konapus hasta llegar a su miembro viril y comenzó a masturbarlo con movimientos lentos, causando cierta tortura en el hombre que suspiraba de ansiedad, queriendo tener ya su pene dentro de la boca de Jung.
Poco a poco fue acelerando dichos movimientos, arrancando de la garganta del rey leves y
prolongados jadeos de placer que duró así por unos minutos hasta que no pudo contenerse más y le pidió en un grito que se lo metiera de una puta vez por todas en su boca o iba a castigarlo hasta que su culo quedara tan rojo por las nalgadas que no podría ponerse un pantalón para cubrirse por semanas, cosa que Hoseok no dudaba ni por un instante que fuera capaz de hacer, pero de todas maneras verlo así lo hizo sonreír pues le encantaba ver esa expresión de desesperación y deseo en en la cara de su amante.
El mandamás se quitó la camisa lanzando la misma al piso y provocando que Hoseok se deleitara al observar ese condenado cuerpo delgado pero tan perfectamente marcado y trabajado que tanto le encantaba.
Luego de torturarlo por otro rato mas, decidió que ya era suficiente y se dispuso al fin a complacerlo y comenzar a pasar su lengua con desesperante lentitud por toda la extensión de ese gran miembro erecto fascinado por los pequeños suspiros jadeantes que salían de los labios de el mandamás de Konapus, posó su mano libre en los testículos de este para también estimularlos un poco y aumentar así su placer, mientras continuaba la mágica danza que bailaba su lengua lamiendo en todas direcciones toda la extensión de su virilidad como en un baile erótico y pasional, lleno de deseo y profunda lujuria, daba pequeños besos a la punta del pene succionando apenas lo suficiente para estimularlo y posteriormente recorrer con su lengua una y otra vez, toda la extensión de aquel fascinante miembro, logrando que de los labios de Taehyung salieran toda clase de jadeos de satisfacción, haciéndolo sucumbir lentamente en un paraíso de placer, éxtasis y sexo libidinoso.
—J-Joder.. Deja de jugar y chúpamela de una vez... me estas matando... —Pidió el rey con su voz ronca y entre cortada producto del alto grado de excitación y las múltiples sensaciones que albergaban en su cuerpo en ese momento.
La pelirroja sonrió ladino al escucharle, así que no tardó más y se dispuso por fin a engullir completamente el falo de su amante en su boca, sin apartar su mirada de aquellos profundos y hermosos ojos del rey, abrió bien la boca e introdujo aquél largo y grueso miembro en su cavidad bucal todo lo que pudo hasta sentir que rozaba su garganta, después comenzó con los movimientos de arriba hacia abajo que en un principio fueron lentos, pero que poco a poco incrementaron el ritmo aumentando la velocidad, cosa que estaba por enloquecer al hombre quien no dejaba de suspirar, gemir y jadear del puro placer.
Hoseok continuó sacando y metiendo ese gran miembro casi por completo en su boca a la vez que continuaba estimulándole los testículos muy delicadamente, Taehyung se encontraba al borde de la locura al sentir cómo su pene era engullido por esa boca tan cálida y deliciosa, tan profundo que podía tocar la campanilla de su garganta.
¡Mierda y re contra mierda! en verdad le encantaba y lo volvía loco cómo ese tonto le practicaba el sexo oral, era el mejor y su lengua era una experta en ese arte.
La pelirroja se sentía tan excitado al oír los jadeos del rey que dejó de estimularle los testículos para meter su mano dentro de su propio pantalón y bóxer y comenzar a masturbar su propio miembro con rápidos movimientos ascendentes, Tae al sentir que estaba a punto de correrse, comenzó a arquear un poco sus caderas hacia adelante para así introducir su falo hasta llegar a lo más profundo de la garganta de su amante quien como todo un profesional respiraba fuertemente por la nariz para evitar que le dieran arcadas y estaba concentrado en abrir bien su boca aunque sentía como si su mandíbula fuese a desencajarse de lo mucho que se estaba presionando para abrir la boca hasta mas allá de su capacidad, y también estaba ocupado en atender su propio pene buscando obtener su propio orgasmo.
Después de unos cuantos minutos más, el rey pudo al fin llegar al tan anhelado clímax, soltando un ronco gemido de satisfacción, segundos antes de correrse por completo en la boca de Hoseok, que se trago toda su corrida sin rechistar, este pudo sentir cómo la deliciosa esencia de su amante corría dentro de su boca y se deslizaba en su garganta, y no dejó escapar ni una sola gota, segundos después, él también llegó a su propio orgasmo, manchando su mano con su cálido semen.
La pelirroja sacó el miembro del rey de su boca y respiró exhausto, poniendo una divina expresión de placer en sus bonitas facciones al correrse, cosa que a Taehyung no se le pasó por alto observar y sonrió complacido.
Hoseok se relamió los labios y una pequeña sonrisa se le dibujó en el rostro al ponerse de pie, llevó sus labios hasta los del rey para plantarle un apasionado beso que fue interrumpido minutos después por la falta de aire, se sentó una vez mas en las piernas de este, apegándose al fornido cuerpo de su hombre a la vez que un ligero rubor aparecía en sus pequeñas mejillas tras sentir su mirada penetrante y lujuriosa del rey sobre su rostro.
—Eres el mejor haciendo mamadas, ¿sabías eso? —Dijo en tono juguetón haciendo reír al hombre sobre sus piernas.
—Lo sé, lo sé —Respondió este orgulloso y presumido, de modo que Taehyung lo sujetó de la cintura para tumbarlo en la cama y posicionarse encima suyo.
—Espero por tu propio bien que solo hagas esto conmigo, o te irá mal —sentenció segundos antes de morderle el cuello, dejándole una profunda, notoria y dolorosa marca que le arrancó de la garganta un leve gemido.
—Ya sé, idiota —Respondió a la vez que el rey se levantaba de la cama para subir y acomodar sus
prendas de vestir.
—¿A dónde vas?
—Iré a hacer pesas un rato. Vuelvo después —salió de la celda sin camisa, caminando por el pasillo muy animado pues acababa de recibir un muy buen sexo oral. Ahora, iría hasta el lugar donde se hallaban las pesas y así tonificar sus músculos.
Hoseok se quedó en la cama y abrazó la almohada de Taehyung que todavía conservaba su aroma, soltando un suspiro y poco a poco sus ojos se fueron cerrando hasta que cayó en un profundo sueño.
El rey antes de ir a hacer pesas, fue hasta la celda de Yoongi y encontró a este medio dormido.
—Despiértate, pedazo de mierda —Llamó al rubio mientras le daba una patada al colchón, despertándolo y este al abrir los ojos dio un pequeño brinco.
—Joder, Taoki. ¿Qué coño quieres ahora? —Dijo un tanto exaltado y enojado haciendo que el mandamás soltara una risotada.
—Nada, bella durmiente —Dijo entre risas.
—Solo te llamaba para ir a hacer pesas. Te vas a poner obesa si sigues durmiendo como un oso.
—Cállate, cabrón —Gruñó sentándose en el borde de la cama.
—Aunque te arda, tengo mejor cuerpo que tú.
—Ya quisieras Hyung —respondió recostándose en la pared.
—Ya levántate y deja de lloriquear.
—Sí, sí —Dijo quejumbroso mientras se ponía de pie y caminaba hacia Taoki.
—Ya ni dormir tranquilo se puede en este maldito lugar.
—Si serás nena —Dijo entre risas mientras le rodeaba el cuello con su brazo, caminando hasta la salida de la celda.
—Oye, ¿hablaste con la rubia?
—Ajá —Respondió sin ganas de profundizar en el tema mientras caminaban por el pasillo.
—¿Solo vas a decirme «ajá»? —preguntó frunciendo el ceño.
—Si... Carajo, es que en realidad no sé qué hacer con él.
—Explícate, idiota, que no soy adivino, ni te puedo leer la mente.
—Sabes que él me... atrae
—Te gusta —Rectificó el rey.
—Como sea, y siendo sincero, la idea de tenerlo como pareja no me...
—Ya sé por donde vas —le interrumpió rodando sus ojos y apartándose de él, ya conocía de sobra la historia, se lo había dicho tantas veces que ya era un puto fastidio, siempre con el mismo sonsonete.
—Escucha Suga Hyung, dudo mucho que ese rubio haga una tontería como la que hizo tu antiguo novio, ya te lo he dicho antes. El te gusta, tú le gustas, sean pareja y listo, no te compliques tanto, total, si hace una estupidez puedes mandarlo al otro mundo si así lo quieres.
—Es que ese es el problema, Taoki. No quiero... Ya sabes, «enamorarme» totalmente de él, si algo sucede, no sé cómo lo podría tomar, no tanto por destruirlo, sino que, conociéndome, me...
—Te vas a encerrar como una ostra —Volvió Taehyung a interrumpir.
—¡Carajo, déjame terminar mis frases! —Gruño molesto haciendo reír al rey de Konapus.
—Es que ya te conozco tan bien que de sobra se lo que vas a decir y ese miedo que tienes es el que te impide avanzar. Pero, no sé, creo que puedes estar tranquilo, ese chico se nota que esta babeando por ti, así que decídete a ir por él ya.
Yoongi rodó sus ojos al escuchar las últimas palabras de su mejor amigo, pero sabía que tenía razón, además, ya han pasado muchos años, es tiempo de darse una nueva oportunidad.
Ese mocoso le había demostrado ser distinto, así que ¿por qué no arriesgarse?
Una vez que llegaron al «gym», Taehyung apartó a unos reos que estaban con las pesas y estos se fueron sin reclamar a pesar de molestarse.
Yoongi cogió una de las medianas y empezó a usarla para tonificar sus bíceps mientras se sentaba en uno de los bancos de metal ubicado cerca de las otras pesas más grandes. Después de un largo rato, cierto reo un tanto bajito, delgado y de ojos claros, se le acercó con parsimonia observando con cierto deseo morboso cómo aquél hacía sus ejercicios.
—Te ves muy bien alzando pesas —Comentó coqueto, llamando su atención.
—¿Ah sí? —Respondió este siguiéndole el juego pero sin mirarlo.
—Por supuesto —Dijo acercándose un poco mas a este.
—Siempre me han gustado los hombres así, como tú —lo sujetó del brazo con delicadeza, haciendo que detuviera el ejercicio con la pesa y mirara a ese reo tan «lanzado».
—Tienes unos divinos bíceps
—Ajá. Ahora, ¿será qué te pierdes de aquí antes qué te parta la maldita cara? —Dijo Suga ya molesto.
—Pero bebé... Solo estoy elogiándote. ¿A caso tiene algo de malo? —Respondió haciendo un puchero y apegando más su cuerpo al de Yoongi quien se quedó extrañado por su atrevimiento.
—Me estás fastidiando, maldita sea —Musitó.
—¿No quieres qué... Vayamos a un lugar más privado? —Hizo la invitación susurrándole al oído, Suga enarcó una ceja y bufó.
¿A caso era idiota? No quería follar con él.
—Oye, estoy hablando en serio. Será mejor que te largues —trataba de apartarse a aquel ensimoso reo y quitárselo de encima pues ya era tan pegajoso que parecía un chicle, en ese momento alzó la mirada y se encontró con un furioso rubio que lo veía desde lejos.
¿Desde cuándo estaba allí?
Esperen, ahora por culpa de este tonto reo él seguro estaba mal interpretando las cosas. ¡Carajo, maldita sea su suerte!
Jimin chasqueó su lengua molesto y salió del lugar haciendo que Yoongi se desesperara.
—Vaya Hyung. Ahora sí que estás en un lío —Dijo burlón el rey soltando una carcajada.
Había visto la escena mientras alzaba las pesas y no pudo aguantar la risa al ver la expresión de su amigo cuando vio al rubio enojarse e irse.
—Será mejor que vayas tras él y le expliques la situación
—¡Cállate! Ya lo sé —Gruñó a la vez que empujaba al otro reo hacia un lado para apartarlo de su camino mientras salía corriendo tras Jimin esperando poder alcanzarlo, pudo verlo ir con pasos rápidos hasta el patio de la prisión de modo que fue tras él hasta alcanzarlo.
—Joder Minnie, espera un momento —Dijo tomándolo por la muñeca.
—¡Quítame tus sucias manos de encima! —Gruñó mientras se zafaba de su agarre.
—Eres una mierda Min.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué dices eso? ¿Yo que hice de malo?
—Y tienes el descaro de preguntar.
—Oye, yo no hice nada
—¡Lo sé! Obvio que no hiciste nada para despegarte a ese reo que estaba encima de ti como una maldita sanguijuela!
—Joder Mimi deja el drama —Dijo soltando un suspiro, una de las cosas que más odiaba eran las escenas de celos.
—Las cosas no son así. Él vino y empezó a insinuarse, yo no quería...
—Ay, cállate —Le interrumpió.
—Me tienes enfermo con toda tu mierda, vete con él y déjame en paz —Culminó dándole la espalda para no hablarle más, haciendo que Yoongi rodara sus ojos un tanto molesto por el berrinche que estaba haciendo, chasqueó su lengua hastiado, no iba a permitir que ese tonto le hablara de esa manera, no señor.
Le iba a enseñar quién mandaba en esa relación, así que lo sujetó con fuerza del brazo y lo cargó, subiéndolo a su hombro sin problema alguno para llevarlo hasta su celda.
Jimin maldijo a horrores mientras se retorcía y pataleaba, mientras Yoongi caminaba a pasos largos por el pasillo de la prisión.
Casi todos los reos se quedaron viendo la escenita y se reían para sus adentros.
Jimin le golpeaba la espalda e intentaba bajarse por todos los medios, pero todo era inútil pues no tenía la suficiente fuerza y además Yoongi lo tenía bien agarrado.
Una vez que llegaron a la celda, lo tumbó en su cama y este enseguida intentó ponerse de pie pero no lo logró ya que Yoongi se posicionó encima de él.
—¡Joder, maldito bastardo, déjame ir! —Exigió un furioso Jimin.
—Será mejor que dejes de ladrar —Dijo mientras lo sujetaba del mentón para luego unir sus labios contra los de él.
—Carajo, que me sueltes —Le mordió con furia el labio inferior haciendo que este se apartara y pasara su lengua justo donde Jimin le había mordido, notando cómo le lastimó el labio y probando ese sabor a metal característico de la sangre.
—¿Por qué estás tan molesto? No lo entiendo —Preguntó viéndolo fijo a los ojos.
—No lo estoy
—¿No?! —cuestionó soltando una pequeña risa.
—¿Entonces a que se debe el drama?
—¡No es drama!
—¿Ah, no? Entonces qué es?
—Me dices que si me ves con alguien lo matarías y luego a mi, pero mira lo que estabas haciendo. Andabas con ese maldito imbécil y no...
—Ya te dije que no es así —Le interrumpió con voz firme.
—Yo estaba tranquilo haciendo ejercicio y él llegó y se me insinuó, intenté apartarlo pero en ese momento supongo que fue cuando llegaste, deja ya de malinterpretar las cosas —Dijo mientras pasaba el dorso de su mano por la mejilla del rubio dejándole una suave caricia.
—Entiende de una vez que yo solo puedo verte a ti.
—Si, claro —Bufó apartándole la mano del rostro.
—¿No me crees? —Enarcó una ceja.
—Carajo Jimin... Solo puedo pensar en estar contigo, no me interesa nadie más —confesó un tanto cohibido, cosa que hizo sonrojar al otro.
—Quiero decirte algo mas, idiota —agregó apartándose de él y sentándose en el borde de la cama.
—¿Qué cosa?!—Preguntó Jimin curioso viéndolo extrañado.
—Quiero que seas mi pareja oficial ¿Está bien? —habló entre dientes y un tanto nervioso.
¡Al fin se había decidido a dar el paso!
—¿Hablas en serio? —Preguntó sin poder creer lo que escuchaba, eso era lo que siempre había esperado, Yoongi asintió con la cabeza y Jimin sintió acelerarse fuertemente los latidos de su corazón, pasaron como 3 minutos para que procesara la información y luego no pudo evitar abalanzarse encima de Suga, abrazándolo por la espalda y recostando su mejilla en el hombro del hombre que ahora era su pareja.
—Entonces, ¿Qué dices? —preguntó un tanto cohibido, girándose un poco para verlo directo a los ojos, observando ese brillo tan particular que tenía en su mirada.
—Digo que sí, claro que si, siempre diría que si —Respondió un muy feliz Jimin con una ligera sonrisa en sus labios.
—Pero te advierto que si vuelvo a verte con otro reo no tendré sexo contigo por un mes —Sentenció.
Yoongi no pudo evitar reírse. Quedarse sin sexo por un mes, ¿A caso estaba loco? Se equivocaba si pensaba que él podría aguantar semejante tortura.
—Tonto —Dijo entre risas a la vez que lo tomaba del mentón y le daba en los labios un profundo beso mientras que poco a poco lo inclinaba hacia atrás para tumbarlo en la cama y continuar besando a ese divino rubio.
En el pecho de Jimin no cabía tanta emoción y felicidad, en verdad había esperado mucho tiempo para escuchar esas palabras. Ahora, él era su pareja oficial, nadie más podía tocar a ese tonto, solo él.
Cada beso que le daba despertaba su libido, cosa que Yoongi podía notar perfectamente en su ya despierta erección, la respiración de Jimin se aceleraba cada vez más y las ansias de ser tomado por ese hombre eran inaguantables.
Yoongi pasó de besar sus labios a lamerle el cuello muy lentamente y propinarle una profunda mordida que dolió, pero era un dolor diferente, uno muy placentero que hizo suspirar a Jimin mientras este con desesperación trataba de quitarle la camisa.
El mismo decidió sacársela y aventarla al suelo, dejando a la vista esos divinos y bien tonificados pectorales y oblicuos que tantos dolores de cabeza le daban al más pequeño, este no pudo evitar relamerse los labios al ver ese exquisito cuerpo tan bien trabajado y sonrió ladino al ver la expresión de deseo en Jimin que no dejaba de devorarlo con la mirada, de modo que llevó sus manos hasta el pantalón de este para bajarlo junto con el bóxer donde una pervertida erección se asomó haciendo sonreír al mayor.
—Hazme tuyo —Pidió excitado antes de morder suavemente su labio inferior.
—Eso haré, pequeño tonto —Dijo Yoongi a la vez que se bajaba el pantalón y bóxer de un solo tirón hasta quitárselos, le separó las piernas y se posicionó en medio de ellas para luego pegar su cuerpo al suyo y besarle con gula y sin reservas los labios, explorando con su lengua cada rincón de aquella excitante cavidad bucal, se separaron después de unos minutos por la falta de oxigeno, así que se llevó tres de sus dedos a la boca para humedecerlos y luego posarlos en la estrecha entrada de Jimin quien suspiró gustoso al sentir un dedo empezar a introducirse lentamente en su interior, haciendo movimientos circulares para ensancharlo un poco y luego poder meter un segundo dedo que arrancó de su garganta un jadeo de placer cuando empezó a hacer tijeras para estirarlo.
Yoongi comenzó a sacarlos y meterlos variando la velocidad con que los movía, cosa que hizo estremecer a Jimin, que cada segundo arrancó de su garganta un jadeo de placer cuando empezó a hacer tijeras para estirarlo, a sacarlos y meterlos variando la velocidad con que los movía, cosa que hizo estremecer al menor, que cada segundo que pasaba se sentía mas y mas deseoso de sentir en su interior más que solo unos dedos dentro suyo.
Los jadeos de este eran música para los oídos de Yoongi quien ya estaba por enloquecer al ver en sus facciones, esas expresiones tan provocativas que daba su pequeño Minnie, después de unos minutos más, introdujo un tercer dedo para así culminar dilatándole bien la entrada hasta dejarlo bien preparado para recibirlo.
Una vez ya listo, sacó sus dígitos y se sujetó con la mano, el miembro más que erecto posicionándolo en la entrada de su novio, poco a poco comenzó a introducirlo mientras se deleitaba con los gemidos de placer que salían de los labios de su amante.
Posó sus labios nuevamente en los ajenos para besarlos y después de un breve momento en que estuvo seguro de no lastimarlo, comenzó a mover sus caderas lentamente aumentando el ritmo hasta que empezó a embestirlo con fuerza y más velocidad, de modo que Jimin no se limito solo a gemir de placer, sino que empezó a gritar, haciendo que Yoongi sonriera pervertido.
Le excitaba la certeza de que en cada rincón de la prisión se escucharan los gritos de placer de Jimin y adoraba en demasía esa sensación tan cálida y húmeda en su miembro que le daban sus paredes anales, así que comenzó a aumentar las embestidas disfrutando mucho de ver y escuchar la respiración acelerada del otro, junto con la adorable imagen de sus mejillas totalmente pintadas de un color rojo carmesí.
Poco a poco la punta del pene del Yoongi encontró ese punto lleno de nervios en el interior de Jimin , que al rozarlo repetidamente lo hizo gemir extasiado en un tono aun mas alto. Su glande le estaba tocando su punto dulce y no pudo evitar sonreír satisfecho.
—¡Y-Yoo-nnie! ¡Si! ¡Dame ahí, d-dame más! —Gritó el excitado mientras se aferraba a las sábanas y arqueaba su espalda, gimiendo del sumo placer que le provocaba el sentir la punta del miembro de Yoongi rozarle la próstata.
¡En cualquier momento iba a enloquecer! Eso era seguro.
Yoongi no detuvo las fuertes y profundas estocadas que le propinaba y duraron de ese modo por un largo rato hasta que sintió que estaba a punto de correrse, por lo que le dio una mordida al enrojecido cuello de Jimin para luego erguirse y sujetarle firmemente, con una mano, la cadera y con la otra el miembro que no había atendido, así que comenzó masturbarlo con el objetivo de poder correrse juntos, era una delicia ver ese pálido cuerpo cubierto por sudor mientras lo embestía y mordía con fiereza sus labios para intentar no dejar escapar sus jadeos, cada rincón de esa celda estaba siendo llenada por los profundos gemidos de esas dos almas lujuriosas, a la vez que las paredes retumbaban por el sonido de la cama que se movía al ritmo de sus fuertes movimientos.
Otros reos del penal no pudieron evitar masturbarse con frenesí en sus celdas al escuchar a esos dos teniendo sexo, se hacían la idea de que eran ellos lo que se follaban el provocativo culito de Jimin, pero que sabían ni en un millón de años lo lograrían pues Yoongi antes le arrancaría el pito a cualquiera que osara tocar a su chico.
Finalmente, llegó al tan anhelado orgasmo en un estrepitoso gemido de placer, dejando la mano de Yoongi llena de su esencia, mientras que este se corrió dentro de él, después de unas cuantas embestidas más, entre jadeos de placer y satisfacción.
Se sentía tan jodidamente bien haber llenado por completo todo el cálido interior de ese tonto al que había reclamado como suyo.
Después de aquello Yoongi relamió sus dedos saboreando el esperma de su chico y sacó poco a poco su pene del interior de este para luego tumbarse a su lado en la cama, un tanto exhausto.
Jimin que yacía junto a él, se dio un poco la vuelta quedando casi que de costado y rodeó con sus delgados brazos su pecho para luego plantarle un corto beso justo en la separación que hay entre el cuello y la clavícula, para después recorrer el pálido cuello de este rozándolo con la yema de sus dedos, con mucha suavidad desde la punta de su nariz hasta llegar al lóbulo de la oreja, la que mordió levemente.
—Me encantas —Dijo susurrándole al oído, mientras entrecerraba sus ojos por el cansancio.
—Lo sé, tonto —Respondió confiado, rodeándolo con su brazo, viendo cómo aquél poco a poco se quedaba profundamente dormido, a él también le encantaba ese chico, estaba realmente convencido de que no volvería a interesarse por alguien más, pero Jimin le puso el mundo de cabeza y para que seguirse engañando eso le encantaba.
Muchas eran las cosas que
le gustaban de él, Jimin era comprensivo y tierno, le gustaba ayudar a los demás, era divino en la cama, mejor dicho para él era mas que perfecto, así que aún no entendía cómo era posible que ese lindo ángel pudiera estar en la cárcel. «El mundo carcelario no era para alguien como él»
Después de un rato, Yoongi sin hacer mucho ruido para no despertarlo, se sentó en el borde de la cama y luego se levantó para colocarse su pantalón, necesitaba darse un refrescante baño, así que salió de la celda para ir a las duchas.
MIENTRAS TANTO EN LA CELDA DE JUNGKOOK Y NAMJOON
—Es muy extraño, algo se traen entre manos —Comentó Hyung Sik al escuchar lo que Namjoon le había dicho minutos antes.
—Da igual, no creo una palabra que venga de ese tipo.
—Aun así, deberías estar atento mañana, tal vez La pelirroja te lo esté advirtiendo en serio. ¿Qué opinas tú, Jungkook? —Preguntó.
—Opino que te vayas muy a la mierda —Espetó el menor desde su lugar, haciendo que este se riera.
—Está bien, está bien, entendí —Dijo entre risas.
—Bueno, me iré a mi celda. Nos vemos luego Nam.
—Vale —Respondió el mencionado despidiéndose.
El mayor de los hermanos Jeon, estaba sentado en su cama y se puso de pie para luego recostarse en la pared y cruzarse de brazos, observando a su hermano quien se hallaba de espaldas a él.
—Deja de mirarme así —se quejó el hermano menor dándose la vuelta para fijar sus ojos en los de Namjoon, sin embargo este no dijo nada, simplemente se quedó observándolo por un par de minutos, haciendo que se incomodara con su mirada.
—¿Qué? ¿A caso tengo monos en el rostro? —Dijo con el ceño fruncido y un tanto hastiado de la actitud de su hermano mayor.
—Te hace falta una dieta, ya se te están notando esos kilitos de mas —Dijo soltando una risa de burla, haciendo que el menor se irritara aun mas.
—¡Y a ti te hace falta cojer! Hijo de puta y así no se te nota tanto el verano en el que te tenia ese tal Jin —Gruñó mientras se sentaba en la cama.
—Tal vez —Dijo riéndose aun mas fuerte.
—Claro, no puedes ocultar que extrañas el culo de tu amado Seokjin —le dijo dándole media sonrisa al ver la expresión de nostalgia que reflejo en su rostro su hermano cuando escuchó el nombre de u novio.
¡Carajo! él tratando de no pensar en ese tonto y el idiota de Jungkook que se lo nombra cada dos por tres. «gracias por el detalle hermanito».
—Tal vez —Volvió a repetir, pero esta vez en un tono mas serio.
—¿Cómo es qué terminaste enamorándote de ese sujeto? —Preguntó enarcando una ceja y disfrutando del semblante que mostraba su Hyung «y dale con que no paraba de nombrárselo»
—No me enamoré de él.
—Si eso fuera cierto, no habrías ido a buscarlo aquella vez que estuvo secuestrado y por él fue que mataste a Sergei, te capturaron, y de paso me arrastraste y terminamos en este moridero. ¿A caso crees qué soy tonto como para creer que no hiciste todo eso por amor?
—Sí, lo creo, y además no inventes, estás delirando —Dijo mientras se acostaba en la cama y cruzaba sus brazos tras su cuello.
—Claro, claro, ¿Ahora sí tienes ganas de hablar? —preguntó desde su lugar.
—Solo era curiosidad, «hy-ung» —Dijo al recostarse nuevamente en su cama.
Namjoon chasqueó su lengua y Jungkook soltó una pequeña risa, en verdad había logrado provocarlo, ya sabía cuál era su punto débil y ahora lo disfrutaría.
En las duchas de la prisión....
Yoongi entró al cuarto de duchas y unos reos al verlo salieron del lugar, solo un par se quedaron y justo allí entre ellos se encontraba el sujeto con el que quería hablar.
—Qué bueno encontrarte, Ji-Ho —Dijo acercándose al reo japones quien se enjabonaba el cuerpo en una de las duchas.
—¿Qué quieres Suga? —Preguntó dándose la vuelta sin vergüenza alguna de mostrar su desnudez.
—Tengo un pequeño trabajo para ti y espero que lo cumplas
—Depende de que obtenga a cambio.
—Ya lo sabes, lo que tanto te gusta, 30 gramos de coca de la mejor calidad, eso es suficiente como pago.
—Vaya —Dijo entusiasmado.
—¿Y qué se supone que tengo que hacer?
—Mañana a la hora del almuerzo debes empezar una disputa con Jeon Namjoon, el nuevo reo.
—¿Estás de coña, cierto?
—Debes hacerlo Ji, son ordenes de Taoki y la pelea tiene que ser un desastre, debes lograr que lo envíen a El Hueco.
—Carajo, ¿sabes lo qué eso significa? —Se quejó a la vez que se cruzaba de brazos.
—Lo sé, Ji-Ho, por eso te lo estoy pidiendo a ti, estoy seguro de qué podrás cumplir la orden del rey. ¿Qué dices?
—¡Mierda! Siendo ordenes de Taoki, está bien —Rodó sus ojos pero aceptando el trato.
Yoongi sonrió victorioso mientras el otro reo se daba la vuelta para enjuagarse el jabón del cuerpo, se alejó del lugar y se fue hasta otra de las duchas para por fin darse el baño que tanto quería.
Continuará...
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