En el comedor
Una vez que los hermanos Jeon llegaron al comedor, hicieron
la fila como todos los demás esperando su turno para recibir su plato de comida, al cabo de unos minutos, tres reos llegaron pasando entre todos, quienes no dudaron en apartarse.
Eran el rey con Yoongi y La pelirroja, estos ya tenían preferencia en pasar primero obviamente.
Cuando les dieron sus platos, caminaron hasta una de las
tantas mesas en el comedor, misma que estaba estrictamente prohibida para los demás pues era la única donde el rey y los otros dos comían, así que nadie tenía permitido usarla.
Hyung Sik estaba sentado en otra mesa más lejos junto con varios reos y cuando vio pasar a Namjoon no dudó en llamarlo, pero los que estaban sentados allí se pusieron de pie yéndose a otro lugar, no querían estar junto al nuevo reo pues eso seguramente les iba a significar problemas ya que este tuvo un primer encuentro no muy agradable con el mandamás.
—Oye Suga —llamó Taoki a su amigo mientras este comía.
—¿Si?
—Te tengo una trabajo para mañana.
—¿Qué trabajo? —Preguntó con la boca llena de comida.
—Necesito que hables con algún reo para que inicie una pelea con el tal Namjoon a la hora del almuerzo, necesito que hagan que los guardias envíen a ese imbécil a el Hueco.
—¿A el Hueco? ¿Y eso para qué? —Preguntó extrañado, dejando de comer.
—Para que se arrepienta de lo que hizo y de una vez por todas entienda que este es mi puto reino y se hace lo que yo diga y así no le queden ganas de volver a retarme —Respondió con cierta sonrisa maliciosa de auto suficiencia en su rostro.
Hoseok al escucharle casi se atraganta con la comida. ¡Joder!
¿en serio haría qué lo mandaran a el hueco? Eso era un poco excesivo, ese lugar era horrible.
—Bebé, ¿no crees qué estas exagerando? —Preguntó.
—Exagerando mis bolas, pelirroja estúpida —Espetó Taehyung.
—Que agradezca que no lo maté cuando pude. Además, en ese tiempo aprovecharé para probar el culito del otro mocoso —Dijo soltando una risa burlona. Hoseok al escucharle solo lo miró de reojo, así qué para eso quería meter a Namjoon en el hueco ¿para poder follarse a ese jodido idiota?
¡Al carajo! Si él no podía follar con alguien más, Taehyung tampoco lo haría. Que coño se estaba creyendo este jodido idiota! Y no solo eso, la curiosidad que tenía por conocer mejor a ese otro recluso y ¿por qué no? Dicho sea de paso meterse en su cama; era grande, así que debía ganarse su confianza y cariño, por lo tanto, algo tenía que hacer algo para empezar con su objetivo.
—Te recuerdo que sigo aquí, Taehyung —le reclamó mientras paraba de comer, ya que de escuchar sus planes sentía que había perdido el apetito por completo.
—Al menos respétame la cara.
-—Miren quién se puso celoso —respondió juguetón haciendo que
Jung se cruzara de brazos.
—Solo bromeo, tonta.
—Y yo solo quiero que me folles a mí exclusivamente y no que andes planeando tirarte a ese idiota de la otra mesa.
—Oigan, sigo acá y estoy comiendo. No me hagan vomitar
mi pobre comida, ¡maldita sea! —Se quejó Yoongi.
—Y bueno, creo que sé con quien hablar para que arme una disputa con el tal Namjoon, no te preocupes, aunque pensándolo bien, dudo mucho que acepte.
—Asegúrate de que lo haga, no importa lo que tengas que hacer para lograrlo —Culminó el rey de la prisión.
Vieron como Namjoon, Jungkook y Hyung Sik se pusieron de pie al terminar de comer para irse a quién sabe dónde. La pelirroja, observó de reojo con ojos de deseo a Nam quien salió caminando del comedor; sería esta la oportunidad perfecta para hablar con él, así que también se puso de pie dispuesto a irse detrás suyo.
—¿A dónde vas? —Preguntó Taoki un tanto curioso.
—Iré a las duchas. Quiero darme un baño para refrescarme.
—Te espero en la celda, tengo ganas de sexo, así que no tardes en traerme ese culo oliendo a flores.
—Estaré allí en menos de lo que canta un gallo —Habló y posteriormente se inclino hasta unir sus labios a los de este y dejarle un corto beso que no pretendía ser mas que una leve despedida pero que fue alargado ya que el mandamás lo sujetó por el cuello de la camisa y literalmente comenzó a devorarle los labios en un beso mas sucio apasionado y demandante, pareciese que le succionaba los labios, la lengua y hasta las amígdalas mientras que lo besaba, de la fuerza con la que estaba introduciendo su lengua dentro de la cavidad bucal de Hoseok, de una manera tan sucia que hasta era desagradable de observar y apenas si podía seguirle el paso sintiendo que pronto se ahogaría por la falta de aire.
—Hagan eso después, ¡con un demonio! —Gruñó Yoongi haciendo que ambos detuvieran el beso, no entendía cómo Taehyung podía tener el descaro de decir que solo veía a la pelirroja como a alguien para tener una buena follada, cuando a leguas se veía que no solo era sexo lo que ese par tenían. Allí había algo más, solo que ninguno de los dos quería admitirlo.
—Bueno, iré a la celda después como te dije —se despidió y se alejo caminando hacia la al salida del comedor.
Yoongi mientras terminaba de comer su almuerzo junto con Taoki, sintió el peso de cierta mirada sobre sus hombros, así que no pudo evitar subir sus ojos y buscar la dirección en la que ese alguien que lo veía.
Al subir su rostro, sus ojos se cruzaron con los de un rubio.
Era nada mas y nada menos que Park Jimin quien lo veía, un chico de tés blanca, mejillas regordetas, ojitos pequeñitos que lo hacían ver muy coqueto y adorable y labios gruesos. No muy alto, de unos 1,74 cm tal vez, tenía un delgado y lindo cuerpo.
No era ninguna sorpresa para Suga que ese rubio lo mirara, ya habían follado un par de veces anteriormente, no, en realidad fueron muchas veces por no decir demasiadas, tantas como para conocerse cada recoveco del cuerpo de Jimin de memoria.
Ese chico llegó a Konapus el mismo día en que llego Hoseok y, después de varios meses, Yoongi lo buscó para tener sexo.
Al principio este creía que Jimin lo había aceptado solo para tener protección pues él era el mejor amigo del rey y el segundo al mando en aquel lugar, pero luego se dio cuenta que no era así.
La razón era simple, a ese chico le atraía él pero este no sentía interés por él, «supuestamente»
—¡Demonios! —Bufo llamando la atención de Taoki.
—¿Qué pasa? —le preguntó con el ceño fruncido.
—Nada —respondió volviendo su mirada y su atención a su plato.
Taoki se dio la vuelta y también se topó con la mirada del rubio quien al chocar con sus ojos los esquivó y le hizo creer que hablaba con el reo que estaba sentado a su lado derecho.
—Oh, es la rubia. ¿Pasó algo entre ustedes dos?
—¿Ustedes dos? —Repitió enarcando una ceja.
—No hay, ni habrá ningún «ustedes dos»
—¿Ah no? Entonces qué bueno que me lo aclaras, así podré follarmelo también con toda tranquilidad —Dijo Taehyung solo para provocarlo, logrando su cometido con todo éxito, era realmente divertido ver la cara de poker que ponía Yoongi con solo imaginarse a otro poniendo las manos en Jimin.
—Oye, ni se te ocurra ponerle una mano encima —lo amenazó fulminándolo con la mirada mientras le apuntaba con el tenedor.
—Jajajajajajaja Tranquilo, Suga. Solo estoy bromeando, sé de sobra que ese culito rubio es todo tuyo —respondió entre risas muy divertido al ver su reacción, es que era tan fácil provocarlo, no se cansaría nunca de la sana diversión de poner celoso a su mejor amigo.
—Aunque te digo, si no te apuras a concretarlo puede que alguien mas te coma el mandado.
—Pero qué coñ... —No pudo terminar lo que tenía para decir ya que el rey se puso de pie para irse a su celda dejándolo hablando solo, se mordió la lengua al oír las palabras de este, aunque a ciencia cierta sabia bien que en buena parte Taoki tenía razón. Alguien podría robarle a ese tonto rubio pero... ¡Qué rayos importaba eso! ¿No? Porque, él no sentía nada por Jimin, ¿cierto?.
¡Maldita sea! el solo pensar que alguien más pudiera follar con él lo cabreaba sobremanera.
Así que no pudo contenerse y terminó por levantarse de la silla e ir hasta la mesa en donde se hallaba él.
—Ve a mi celda —le ordenó una vez que llegó hasta su mesa, dándole luego la espalda con total frialdad para retirarse.
Jimin frunció el ceño extrañado, ¿para qué coño quería que fuese a su celda? ¿No fue él mismo quien hace más de una semana le ordenó que se alejara y que no soportaba más sus insinuaciones?
¡Al carajo!
Le salió bipolar el hombre.
—¡Vete a la mierda, Min Yoongi! —Escupió aquellas palabras con desprecio, haciendo que Suga quien aun estaba a una distancia propicia para escucharlo, se detuviera de sopetón. ¿A caso había escuchado bien?
—¿Disculpa? —Dijo al girarse, viéndolo con una mirada asesina.
—Dije que te vayas a la mierda, Min Yoongi —le repitió sin acobardarse ni apartar la mirada de sus ojos, este enarco una ceja y paso la lengua por sus labios humedeciendolos, dirigió sus pasos hasta Jimin para sujetarlo con fuerza y propiedad de la muñeca.
—¡Oye, suéltame! ¡Dije que me sueltes, maldito hijo de puta!
—Se quejó el más pequeño mientras era arrastrado por un muy enojado Yoongi, fuera del comedor, pasando por los pasillos y llegando hasta su celda, al entrar en esta lo aventó hacia la cama con excesiva fuerza, haciendo que este casi cayera de culo al suelo.
—¡Joder, Yoongi ¿Qué puta mierda te pasa?!
—Te dije que vinieras por las buenas y me respondiste de forma muy grosera, así que ni te quejes, agradece que no te empalé en frente de todos —Dijo con cierta sonrisa chulesca en sus labios cruzándose de brazos.
—¿Y por qué putas tengo qué hacer yo lo que a ti se te de la gana, cuando lo ordenes? Muy claro me dijiste hace unos días que me alejara de ti y sabes lo mal que lo pasé, ¿ahora quieres arrastrarme de nuevo? ¡Qué te follen, cabrón! —Gruñó furioso mientras intentaba pasar a un lado de este para salir de la celda, cosa que no ocurrió ya que Yoongi lo sujetó del brazo, lo pegó contra la pared y luego llevó su mano a la altura de su mentón para alzarlo levemente.
—Te quiero conmigo, idiota ¿Qué parte de eso no entiendes?—habló justo antes de aprisionar sus labios contra los de Jimin, en un beso suave pero demandante, apegando su fornido cuerpo contra el de este, haciéndolo estremecer, al sentir su notable erección bajo sus pantalones.
Yoongi no tardó mucho en introducir su lengua en la cavidad oral del otro para rozarla contra la de este, haciendo así el beso aún más húmedo y arrebatador, mismo que se prolongo durante un par de minutos hasta que se separaron por la falta de oxigeno.
—No dejaré que nadie mas te toque, ¿quedó claro? Primero incendio esta maldita prisión con todos adentro.
—Y-Ya basta Yoonie —suplicó en un hilo de voz agachando la mirada.
—Siempre me dices eso y después terminas mandándome a la mierda. No merezco esto —Culminó mordiendo el interior de su mejilla para evitar soltar el llanto que hace tanto tiempo tenia reprimido.
En verdad le gustaba ese idiota, y le jodía demasiado la cabeza que este solo lo buscara para follar, le prometiera que sería solo de él y que luego lo ignorara como si no lo conociera y que incluso le dijera que se alejara. Era una mierda todo eso, Yoongi soltó un suspiro al escucharle pues sabia de sobra que él tenía razón.
Lo que pasaba era que... Necesitaba un poco mas de tiempo para asimilar todo, era un completo fracaso en reconocer sus sentimientos y además esa porqueriza en la que estaban recluidos no era precisamente el sitio mas romántico del mundo como para tener una historia de amor.
—Lo sé —Respondió al fin con su peculiar voz ronca.
—Solo, déjame pensar un poco mejor las cosas.
—Entonces no me busques ni me molestes hasta que tengas claro lo que sientes por mi y qué es lo que quieres conmigo Min Yoongi —sentenció Jimin.
—¿Seguro quieres qué «no te moleste mas»? —le pregunto acercándose al cuello de este para darle una lamida para provocarlo, Jimin no pudo evitar soltar un gemido por la excitación que le producía esa rasposa lengua sobre su piel. iNo podía resistirse ante los besos y caricias de ese tonto aprovechado! bien que conocía a la perfección su cuerpo, y sabía cuales eran sus puntos débiles y donde presionar exactamente para llevarlo a la locura.
—Y-Yoonie —Musitó tembloroso al sentir una pequeña mordida en su cuello.
¡Jodido infierno! Si continuaba así iba a perder el poco auto control que aun le quedaba.
—Está bien Minnie —Dijo Yoongi al separarse.
—Te daré el espacio que me pides. Pero te advierto una cosa, si tan solo veo que miras a cualquier otro reo o me entero que te acostaste con alguien más, lo mataré a él y luego te torturare y le harás compañía en el infierno —Sentenció antes de darse la vuelta para sentarse en su cama.
Jimin ni escuchó aquella amenaza, él solo quería seguir siendo besado por ese idiota, incluso se le pasó por la mente un instante, lanzársele encima para que lo hiciera suyo. Pero... por otro lado pensaba que debía conservar su auto control, ya que si no lo hacia volvería a caer en el mismo juego y solo se repetiría una vez mas el ciclo, salió rápido de aquella celda, mientras que Yoongi al verlo partir soltó un profundo suspiro recostandose en la cama.
¡Carajo! se sentía frustrado y con ganas de follar. ¿Qué coño haría con ese tonto? ¿Lo convertiría en su «pareja oficial»?
Esas simples palabras le causaban repelús y le hacían revolver el hígado. Siempre fue un asco en las relaciones sentimentales, su último novio fue un chico que conoció tres años antes de ir a la cárcel y con quien se mantuvo por casi dos años y al final, meses antes de caer preso, se enteró por sus propios ojos y de la peor manera posible que su amante lo engañaba con un supuesto amigo.
Los consiguió a ambos en su casa y en su propia cama teniendo sexo, ¡en su jodida cama! En el mismo lugar donde se suponía que solo ellos unían sus cuerpos para expresarse de las mil y un maneras posibles todo lo que sentían el uno por el otro, en ese mismo lugar en donde innumerables veces las sábanas terminaban llenas de sudor y semen producto de las horas
de placer que se daban y que ahora eran testigos silenciosos de la vil traición.
Fue tanta la decepción y la ira que sintió al verlos que sin detenerse un segundo a pensárselo mejor, sacó un arma que siempre guardaba en la mesa de noche al lado de la cama, y terminó disparándoles y acabando con la vida de ambos.
Descargó todas las balas del arma sobre ese par de malditos cerdos infieles en un ráfaga de incontrolable ira y dolor.
Es por ello que terminó en prisión, encarcelado por doble homicidio pasional y condenado a 36 años, y es también por esta misma razón que Yoongi se rehusaba a volver a tener una pareja. Y además, ¿Cómo la tendría si pasaría casi toda la vida encerrado en la cárcel?
No le agradaba la idea de tener solo un amante para follar en prisión, pero... Ese rubio idiota le arruinó sus planes con esa carita de ángel y ese divino cuerpo que lo hacía delirar.
¡Estúpido y sensual Jimin! Solo había llegado a su vida para complicársela aun mas.
Yoongi tenía que tomar una decisión pronto, debía decidir qué era lo que quería porque si, no iba a perderlo y...
No quería eso ¿cierto?
En fin, dentro de poco le daría una respuesta, primero tenía que consultarlo con la almohada.
Continuará.......
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