Cambios
Taehyung al salir de la celda de Jungkook, se dirigió a la suya, en donde un impaciente Hoseok, lo esperaba sentado en su cama.
—Al fin regresas, bebé —saludó poniéndose de pie para recibirlo, sin embargo Tae lo ignoro y pasó de largo hasta llegar a la mesita de noche ubicada al lado de la cama para abrir el primer cajón de esta y sacar una bolsita transparente que contenía un polvo blanco para luego volver a dirigirse a la salida.
—Joder, ¿y ahora a dónde se supone que vas? —Preguntó de forma quejumbrosa al sentirse ignorado por su hombre.
—Iré a hacer una diligencia, a partir de mañana habrán cambios importantes en la prisión.
—¿Cambios? ¿Qué clase de cambios? —
—Escucha Hoseok —Oh no, lo llamo por su nombre esto era grave, detuvo el paso y lo miro un instante antes de continuar hablando. —Serás cambiado de celda, igual que otros reos, ya no estarás aquí conmigo.
—¿Quééééé?! ¿Cómo dices que dijiste? ¿P-Pero por qué?! ¿A dónde iré? —habló exaltado.
¿Lo iban a cambiar de celda? ¿Por qué puta razón iba a pasar eso?
—Tranquilo, estarás en una celda solo.
—¿Y quién estará acá?
—El nuevo reo.
—Me estás jodiendo, ¿cierto Kim? —Inquirió totalmente cabreado. ¿Para eso es que lo cambiarían? Para qué el pudiera follar feliz con el tal Jungkook.
¡A la mierda!
—¿Quieres decir que me vas a sacar de la celda solo para follar con ese imbécil? ¡Eres un hijo de las re mil putas! ¡Me niego! —Gritó enfurecido, el rey sujetó el puente de su nariz un tanto hastiado, ya se imaginaba que algo así sucedería.
—Recuerda quién da las ordenes aquí, Jung Hoseok —hablo soltando un profundo suspiro.
—Si digo que te vas, te vas y se acabó, punto final, no estoy pidiendo tu permiso.
—Tú no puedes hacerme esto, ¡joder! ¡Vete a la mierda, Kim Taehyung —Gritó de nuevo cada vez mas furioso, recibiendo una fuerte bofetada en la mejilla por parte de Taoki quien ya había perdido la poca paciencia que le quedaba.
—Mide tus palabras y tu tono cuando me hables, pelirroja estúpida. Yo soy el rey de esta maldita prisión, no soy tu jodido novio, ni hago lo que se te de la gana ¿quedó claro? —le gritó mientras lo sujetaba de los cabellos para que lo viera a los ojos, mientras los del pelirrojo
se humedecían con el llanto que había comenzado a derramar.
—Si me da la puta gana de follar
con todos los reos lo haré y tú no tienes por qué opinar, ahora, que sea la última vez que me alzas la
voz y me llevas la contraria, si no quieres terminar con la boca llena de gusanos, yo no soy de tu maldita propiedad que no se te olvide —Culminó soltando el agarre de aquellos cabellos rojos mientras este lo miraba, cada vez con mas lágrimas en los ojos.
—Taoki... —susurro en un hilo de voz acercándose a él de forma un tanto desesperada.
—Bebé... Y-Yo solo quiero que seas mío, no puedo soportar saber que andas con ese tal Jungkook... No me hagas esto por favor —se acercó a los labios de este para besarlo sin embargo el rey ni se inmutó ante el contacto de sus labios.
—Joder, pelirroja tonta —Dijo entre dientes y lo sujetó de la muñeca para tumbarlo en la cama.
Una vez que cayó de espalda al colchón, Taehyung se posicionó encima de este y comenzó a subirle la camisa hasta quitársela, Hoseok no se opuso, más bien estaba deseoso de fornicar con su hombre para lograr convencerlo con sexo que no lo cambiara de celda.
—Date la vuelta —Exigió el rey con su voz profunda y ronca por la excitación, le bajó el pantalón y el bóxer con algo de brusquedad, flexionó sus piernas para que este quedara en una posición fácil para ser penetrado, posó ambas manos en sus blancos y tersos glúteos y separó los mismos, dejando a la vista esa pequeña entrada color rosa que pronto profanaría, lúbrico la misma escupiéndole una buena cantidad de saliva, después de aquello, Taehyung se puso de rodillas en la cama posicionándose justo entre las nalgas de Hoseok a la vez que se bajaba el pantalón y el bóxer para luego sujetarse el miembro con la mano y colocarlo en su entrada.
En seguida lo penetró con rapidez, arrancando de la garganta de este un alarido de dolor que lo hizo sonreir, le encantaba ser brusco en el sexo, comenzó a sacar y meter su pene con rapidez, haciendo sonidos obscenos cada que su pelvis chocaba contra las nalgas del otro.
Hoseok jadeaba abrumado por las sensaciones entre el placer y el dolor pues a él también le gustaba el sexo rudo y Taehyung lo sabía, por ende no se molestaba en tratarlo con delicadeza cada que se follaban como animales.
Sujetó con su mano izquierda el cabello rojo de Hoseok, halándolo hacia atrás con fuerza a la vez que este arqueaba un poco su espalda y empinaba más su trasero, no paraba sus movimientos, el vaivén de sus caderas aumentaba en intensidad llendo forma rápida y violenta a la vez que le daba una que otra nalgada, volviendo todo cada vez mas obsceno y que este gimiera y se excitara en demasía.
Después de unos minutos, el glande del mandamás comenzó a rozar el punto dulce de la pelirroja, de modo que este soltó fuertes gemidos mientras su respiración se agitaba cada vez más, soltó su cabello para posar ambas manos en sus estrechas caderas y sujetarlo con mayor firmeza mientras aceleraba las penetraciones, aumentando las estocadas directas a su próstata.
Esta sería, tal vez, la última vez que follaba con Hoseok ya que quería probar carne fresca, es decir, a un divino Jungkook.
Después de unos minutos más Hoseok no pudo aguantar más y llegó al orgasmo entre jadeos de placer, manchando las sábanas y su abdomen con su esencia.
Taehyung gruñó al sentir su pene apretado por las contracciones anales del interior de Hoseok, era realmente placentera esa cálida y húmeda sensación en su pene de modo que después de unas tres embestidas más se corrió en el interior de este, llenándolo con sus tibios y espesos fluidos, sacó su miembro del interior de La pelirroja, y este cayó rendido en la cama aún con la respiración acelerada, pero satisfecho de haber sido llenado por su rey.
Taehyung soltó un profundo suspiro para luego subir sus prendas y vestirse mientras se colocaba de pie, no se molestó siquiera en mirar a aquél desnudo y exhausto cuerpo tendido en la cama, simplemente salió de la celda y se fue a hacer «la diligencia» que tenía pendiente, esa de la que habló hace un rato con Hoseok.
La pelirroja, media hora después, despertó y se sentó en el borde de la cama un tanto cabizbajo, conocía bien a Taehyung y sabía bien que a pesar de haberse dejado follar por él, este no iba a dar su brazo a torcer... Maldito Jungkook... Por su culpa lo sacarían de la celda
Rápidamente se puso de pie y subió sus pantalones, tomó su camisa que estaba a un lado en la cama para ponersela y luego salir de la celda, estaba furioso pues SU TAOKI nunca antes lo había cambiado de lugar y menos para tener a otro reo con quien follar.
¡Al carajo! Ese estúpido no le quitaría a su hombre.
Caminó por el largo pasillo de la prisión, haciendo a un lado a todo aquel que se interponía en su camino, de un minuto a otro entró a la celda de Jungkook y encontró a este recostado en la cama de abajo, el castaño giró su rostro en dirección al hombre que acababa de entrar con cara de pocos amigos a su celda.
¡Carajo! Acaso todos en esa cloaca se creían con derecho de entrar a su jodida celda, así sin mas, sin al menos preguntar si se podía pasar.
—¿Tú quién eres? —Preguntó observandolo de forma despectiva.
—Maldito hijo de perra, te voy a matar —gruño Hoseok.
—¿Me quieres matar? Adelante, ponte en la fila y acomodate a esperar tu turno —le respondió sarcástico en tono de burla, misma que a Hoseok para nada le hizo gracia.
—Ni creas que me quitarás a Taoki, maldita perra. Ese hombre es mío. ¿Te queda claro?
Jungkook no pronunció palabra alguna, solo soltó un bufido levantándose de la cama y caminaba hasta donde estaba parado el visitante para encararlo y aclararle unas cuantas cosas.
—Oye, primero que nada no estoy interesado en «quitarte» a TU TAOKI ¿vale? Él me importa una mierda y media, y segundo, si vuelves a entrar a mí celda gritando como lo acabas de hacer, te romperé el cuello de un solo golpe, ¿entendiste? Ahora saca tu asqueroso culo de aquí antes que lo patee, maldito imbécil —sentenció.
Si antes Hoseok estaba furioso ahora estaba encolerizado, ¿cómo osaba ese cabrón hablarle de esa forma? Apretó sus puños con fuerza y pensó por un segundo en partirle la cara, él no era manco y se sabia defender bastante bien, sin embargo se contuvo, no era lo mas prudente en ese momento pues probablemente le iría con el chisme a Taoki y eso en lugar de ayudarlo lo perjudicaría aun mas, ya encontraría una mejor manera de hacerlo sufrir hasta que se arrepintiera de su impertinencia.
—Te arrepentirás por esto, tenlo por seguro —Dijo para luego darse la vuelta y salir del lugar.
Jungkook frunció el ceño y rodó los ojos al ver a ese chiflado salir de la celda. ¿Qué carajos le pasaba? ¿Estaba loco? ¿Por qué putas creía que le iba a quitar a «SU TAOKI»? Eso ni hablar, ni que le gustara el idiota ese.
Volvió a ir hasta la cama y se recostó soltando un suspiro.
Qué cagada es estar en prisión, maldita sea el momento en el que el pendejo de su hermano dejo que los atraparan por salvar a Seokjin, el amor era una mierda que solo trae problemas definitivamente.
Hoseok al salir de la celda de Jungkook, caminó con pasos rápidos hasta la de Yoongi encontrándoselo muy acaramelado junto a Jimin.
—Yoongi —Gritó completamente histérico una vez que entró a la celda.
—¡Necesito hablar contigo, ahora!
—¿Qué te pasa? ¿No ves que estoy ocupado?
—Me importa una mierda —respondió furioso.
—Y tú, lárgate de aquí —le dijo a Jimin, quien no hizo más que verlo un tanto sorprendido.
—Oye Hoseok, cambia el tonito de la voz ¿quieres? Tú no vas a sacar a nadie de mi celda porque se te de la gana y menos a él, así que cierra la boca y lárgate —Dijo Yoongi un tanto molesto, Jimin al ver su reacción le sujeto con suavidad el brazo para calmarlo.
—Tranquilo Yoonie, igual iba a salir ahorita para darme un baño —le dijo con una pequeña sonrisa. —Quédense ustedes aquí hablando.
—No, Minnie, tú no...
—Ya, ya cariño, no pasa nada en serio, volveré más tarde, no te preocupes — se acercó a los labios de este dejándole un corto beso.
—Nos vemos después mi amor —se despidió con ese beso y se levantó de la cama para luego salir de la celda, Hoseok agradeció para sus adentros que ese reo saliera, iba a explotar si no hablaba ya mismo con Yoongi.
—¿Qué coño quieres, pelirroja estúpida? Más te vale que sea algo importante o te cortaré las bolas.
—¡Cállate! Estoy cabreado. Necesito... Necesito que me ayudes a acabar con el imbécil de Jungkook. Por culpa de ese reo Taehyung me sacará de la celda para poder estar con él! ¡NO LO ACEPTO! —Gritó irritado. —A caso... ¿A caso tú sabías algo al respecto?
—¿Qué coño iba a saber yo acerca de los planes de Taehyung? ¿Eres estúpido? —Bufó molesto cruzandose de brazos. —Será mejor que dejes de chillar, idiota. Si Taoki te dijo que te sacará de la celda lo hará y sabes que no habrá nada ni nadie que se lo impida.
—No quiero. Con un demonio, Suga... Tienes que hacer algo para convencerlo —Dijo mientras se sentaba en el borde de la cama a un lado del castaño, colocando ambas manos en su rostro con unas enormes ganas de soltar el llanto que venía reprimiendo.
—No quiero que... Taehyung me deje.
—¡Joder!;—Yoongi soltó un suspiro un tanto hastiado.
—Está bien, hablaré con él pero no te prometo nada, ¿vale?
—¿E-En serio hablarás con él? —Preguntó emocionado girandose para verlo a los ojos.
—Si, sí. Ahora vete, pedazo de mierda fastidiosa.
—Qué alivio... Espero puedas hacer algo, maldito inútil —Dijo bromeo poniéndose de pie y arrancó a correr.
—¡Hey! Te ayudará tu puta madre, cabrón. —Hoseok soltó una carcajada al salir de la celda pero poco a poco su semblante de alegría cambiaba a uno de tristeza, en verdad no quería ser cambiado de celda, no iba a soportar ver a su Taoki con otro reo... Si seguía pensando en eso enloquecería, quería olvidar todo aunque sea por un rato... Pero ¿qué podía hacer? ¿Dormir? Sí como no.
¿Entonces qué?
Se dirigió nuevamente hasta su celda un tanto ansioso, ya sabía qué podría relajarlo, al llegar abrió el primer cajón de la mesita de noche y sacó de allí un pedazo de papel doblado a la mitad, colocó el mismo en la mesa y lo desdobló, luego sacó una bolsita transparente con un polvo blanco dentro.
Era cocaína de la mas pura calidad, vertió con cuidado una buena cantidad de la droga en el papel y acercó su nariz para esnifar, por una de las entradas de sus fosas nasales, aquél polvo color blanco sin dejar una pizca.
Guardó todo como estaba, de nuevo en el cajón y tras cerrarlo, se recostó en la cama soltando un profundo suspiro, poco a poco la droga comenzó a hacer su efecto, dejandolo atontado, sus pupilas estaban completamente dilatadas y sentía estar volando por los aires.
Era una sensación maravillosa, soltaba pequeñas risas mientras sus párpados se iban cerrando lentamente, de un minuto a otro, cayó rendido en el lugar, logrando así lo que más deseaba en ese momento: olvidar todo por un largo rato.
Mientras tanto en la oficina del alcaide.
—¿Qué te hace creer que haré eso, Kim? —Preguntó el viejo gordo a un Taehyung esposado de manos y de pie en la oficina del director de la prisión.
—Porque tengo lo que te gusta,
jefe.
—¿Ah sí? —Preguntó con curiosidad. —Muéstrame.
—Dile a tus hombres que me suelten primero —ordenó con seriedad haciendo que este chasqueara su lengua, pero al final accedió, le dijo en ruso a uno de los dos guardias que se hallaba en el lugar que le quitara las esposas, inmediatamente este obedeció y las retiró de las muñecas del rey de Konapus.
—Acá hay 50 gramos —sacó del bolsillo delantero de su pantalón la bolsita con la droga y la aventó al escritorio.
—Con eso es mas que suficiente.
—Me alegraste el día, diablito —respondió el viejo panzón con una enorme sonrisa en su rostro sosteniendo en su mano derecha la cocaína.
—Mañana en la mañana haré los cambios.
—Bien. Y otra cosa —Taehyung lo miro fijamente a los ojos de forma amenazante. —La próxima vez que uno de tus malditos perros se quiera pasar de listo cuando llegue mi mercancía no solo le cortare
los dedos de las manos, sino que
lo castraré y le haré comer su propia mierda. ¿Quedó claro? Me importa un bledo pasar 3 semanas en el Hueco otra vez. Así que con mi mercancía no se metan. —Sentenció haciendo que el viejo tragara grueso al ver esa mirada hostil y ser consciente de que Taehyung cumpliría a cabalidad con la amenaza latente que acababa de hacer.
—No me hables en ese tono, Taoki —Replicó el director de la prisión. —Pero está bien, hablaré con mis muchachos, ahora lárgate de aquí
A Taehyung se le dibujó media sonrisa en los labios al escucharle, era más que obvio que tenía el dominio y el control absoluto de todos en esa prisión, hasta del puto alcaide.
Se dio la vuelta y caminó hasta la puerta de la oficina, viendo de reojo a los guardias que estaban custodiándola, al salir de allí, se adentró en la prisión, caminando por los largos pasillos de esta.
Los reos que se encontraba en el camino se hacían a un lado, un tanto temerosos, para dejarlo pasar, de momento, se encontró a Yoongi quien al parecer lo esperaba para hablar.
—¿Dónde andabas? —Preguntó el castaño al ver al rey caminar por el pasillo.
—En la oficina del alcaide. ¿Por qué? —le respondió y se detuvo frente a este.
—Ah, por nada. Solo preguntaba por curiosidad, oye, ¿es cierto que cambiarás a la pelirroja de celda?
—Ya te fue con el chisme.
—Algo asi —Dijo Yoongi soltando una pequeña risa.
—Está algo desesperado
—¿Y crees qué me importa?
—Joder Tae, ese tonto es un perro fiel y lo dejas para follarte al tal Jungkook.
—¿Y? —Respondió con frialdad.
—Nada. Solo digo que no deberías tratarlo así, ya sabes cómo se pone ese idiota.
—¿Desde cuándo te importa tanto Hoseok? Hasta parece que te gusta —Comentó Taehyung en forma jocosa de modo que Suga chasqueó su lengua.
—¡Claro que no, idiota! Solo... Le
tengo aprecio que es diferente.
—Ajá. Como sea. De igual forma mañana lo cambiarán de celda y supongo que a otros reos también, así que tendrá que acostumbrarse —Culminó y siguió caminando. Yoongi no podía hacer nada más, si el rey así lo decidió no había vuelta atrás, en esa prisión se hacía lo que el mandara.
Taehyung continuó su camino y Yoongi le siguió, iban conversando de otras cosas hasta que llegaron a la celda de este encontrándose a un muy drogado Hoseok acostado en la cama de Tae, este lo observó y le tocó el hombro más sin embargo aquél no reaccionó, solo se removió un poco en su sitio.
Volvió a moverlo y además abrió uno de sus ojos para ver si en verdad estaba dormido, para su sorpresa se encontró con unas pupilas bien dilatadas, cosa que lo hizo enojar, detestaba ver a Hoseok drogado, era inaguantable y hacía cualquier clase de locura para luego caer en una maldita depresión.
Lo bueno era que ahorita estaba dormido, cosa que parecía extraño pero lo agradecía porque si no ya le habría dado una bofetada, salió de la celda y se fue junto a Yoongi hasta el patio de la prisión pasando allí la tarde.
Continuará...
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