Bienvenidos a Konapus
A las 6:30 am del día Jueves, a Jungkook y a su hermano los trasladaron a un autobús, esposados de manos.
En el mismo iban cinco sujetos más, de muy mal aspecto, todos vestían un uniforme de color gris y zapatos negros.
Al llegar a prisión, después de dos horas y media de camino, todos los reos bajaron en fila y mientras iban saliendo uno de los ocho guardias que esperaban afuera les iban haciendo entrega a cada uno de su otra muda de ropa, como también de unas sábanas y mantas.
Al estar todos formados en una línea recta, dos guardias, uno de ellos parecía ser el jefe y el otro era el guardia encargado de decirles en qué celda iría cada quien, se pasearon frente a ellos observándolos a cada uno con hostilidad y desprecio.
-Ustedes, malditas escorias, saben muy bien por qué están acá -Habló el primer guardia mientras caminaba con parsimonia frente a ellos, de izquierda a derecha, con sus manos en la espalda. -Les advierto desde este instante que cualquier indicio de mal comportamiento será severamente castigado. No habrá compasión, no habrá favoritismos, no habrá ninguna pizca de piedad por ustedes ya que no lo valen. Así que, bienvenidos a Konapus, pedazos de mierda! -Culminó con una sonrisa llena de maldad y satisfacción.
-Ya escucharon, ahora caminen mientras se les dice el número de celda -Gritó el otro de los guardias haciendo a los reos caminar, el que habló primero le hizo señas a otro que parecía ser extranjero y este a medida que iban pasando los reclusos, le fue diciendo su respectivo número y justo cuando llegó a donde estaba Jungkook soltó un bufido y habló.
-Tienes suerte mocoso, tú y tu hermano estarán en la misma celda. Ya tienes quien te cuide ese culito -Sonrió ladino mientras lo miraba fijo, haciendo que el castaño apretara sus puños con fuerza.
-A diferencia de ti, viejo imbécil, sé defenderme solo -Gruñó el de cabellos oscuros.
El guardia chasqueo su lengua y le dio una fuerte bofetada, Namjoon estuvo a punto de partirle la cara a ese maldito viejo. ¡Joder no iba a permitir que nadie tocara a su hermano. Le cortaría las bolas a cualquiera! Pero el otro guardia a su lado vio las intenciones del reo y lo detuvo antes de que intentara algo estúpido el primer día.
Jungkook sonrió por la bofetada, le hizo gracia ver cómo ese estúpido viejo se cabreó por una simple palabra, pero en fin, así eran todos.
Los reos se adentraron en la prisión mientras unos guardias dentro le quitaban las esposas y así cada quien se fue caminando a su celda.
Los hermanos Jeon buscaban la número 0748 que quedaba en el ala Oeste, los convictos que aguardaban en sus celdas gritaban eufóricos al ver llegar carne fresca.
Siempre era lo mismo, cada vez que nuevos reclusos llegaban al lugar fichaban al que sería su próxima puta en la cama. Jungkook no pudo escapar de la mirada de muchos pues era el más joven, los demás que venían en el autobús ya estaban algo mayores y no eran para nada atractivos, pero algún provecho se les podría sacar; y Namjoon bueno, con él habría que pensarlo.
Ese fue el otro que no escapó de la mirada de los reos, portaba una cicatriz en su cara que le daba un aire amenazante y peligroso, sobretodo porque tenía una mirada de pocos amigos que daba a entender que podría medio matar a cualquiera de un solo golpe.
El simple hecho de que Namjoon tuviera ese porte, era suficiente para ser odiado hasta por los mismos guardias y sobre todo por aquellos reos que decían ser los «amos y señores» de aquella cárcel, así que ese odio le traería como consecuencia muchos rivales e infinitos problemas.
Una vez que ambos entraron a su celda y se instalaron, al igual que
los otros reos que llegaron, sonó un pequeño timbre y las puertas de todas las celdas se abrieron, dejando salir a cada uno de esos
convictos.
¡Mierda, vivir allí iba a ser de lo peor!
Varios reos se paseaban frente a la celda de los Jeon y algunos hasta se quedaban de pie frente a esta, recostados de los barrotes, pero no pasaban mucho tiempo ya que Namjoon los alejaba con su mirada fría y hostil.
Jungkook suspiró hastiado y terminó subiendo a la cama de arriba de la litera para recostarse un rato, lo que menos quería era ver a un montón de presos a las ocho de la mañana. Estaba en el peor lugar del mundo y tenía que compartir celda con su jodido hermano.
¿Algo podía ser peor? Sí. Las cosas se iban a poner mucho peor. Solo que él aún no lo sabía.
Al subirse, se tumbó en la cama y se giró viendo hacia la pared.
Namjoon quería hablarle pero seguramente este no deseaba siquiera cruzar media palabra con él. ¡Carajo, qué situación tan malditamente incómoda!
Se sentó en su cama soltando un suspiro. Jodida madre, necesitaba un cigarrillo y no tenía ni uno solo.
En ese momento recordo las palabras de Jin cuando le decía que «el cigarro da cáncer» y una sonrisa llena de nostalgia se le dibujó en el rostro. No ha pasado ni una semana desde la última vez que vio a ese tonto y ya lo extrañaba como loco, definitivamente pasarían muchos años para que pudiera olvidar a ese, su único amor.
Estaba tan inmerso en sus pensamientos que ni cuenta se dio cuando un reo de cabello corto, ojos negros, tés blanca, un tanto mayor y con una altura de unos 1,80 se acercó a la celda y se recostó en la reja, con un cigarrillo en la boca, mientras lo observaba fijamente, estudiando su semblante y tratando de leer tal vez sus pensamientos.
-¿Extrañando a alguien? -Preguntó con voz suave en un desgastado pero fluido satoori de Busán, llamando la atención de Namjoon quien giró su rostro al fin escuchando a alguien hablar en su dialecto, aquello se sentía ciertamente refrescante.
-¿Tú quien eres? -preguntó desde su lugar.
-Oye, oye. Tranquilo. Solo intento ser amable -Dijo sonriendo.
-Pasar el primer día acá no
es nada fácil y más cuando has dejado a las personas que quieres atrás -Comentó mientras se acercaba tan solo un poco hacia Namjoon quien no respondió ni una palabra.
-Ten -Extendió su brazo con un cigarro en mano y un mechero, -un pequeño regalo de mi parte, se nota que lo necesitas -habló dejando un poco extrañado a Nam pues no entendía el por qué ese hombre intentaba ser amable con él.
-Gracias -Musitó extendiendo su mano para coger el cigarro.
-Me llamo Park Hyung Sik -Se presentó el reo con una leve reverencia a la vez que le daba una calada a su cigarro, también era de su natal Busán y eso era un alivio.
-Jeon Namjoon y el de arriba es mi hermano Jungkook.
-Oh, vaya... Tu hermano también está acá -Dijo con sorpresa. ¿Qué cosa horrible pudieron hacer ese par para estar metidos en el peor lugar del mundo?
-Así es.
-¿Y qué hicieron? Digo, algo horrible habrán cometido ambos, ¿no? -Preguntó curioso.
-Ese no es tu asunto, viejo -Espetó Jungkook desde su lugar mientras se incorporaba en la cama. Obviamente estaba escuchando todo lo que esos dos hablaban.
-No metas tus narices donde no te incumbe -dijo bajando de un salto de la cama.
-Solo era curiosidad. Pero tienes razón, no es mi asunto -le respondió con una ligera sonrisa en el rostro.
-Como sea -Bufó mientras caminaba hacia la salida, con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón deportivo color gris.
-¿A dónde vas, Kook? -Preguntó con el ceño fruncido.
-A cualquier lado lejos de ti -Respondió tajante.
-Oye, no te recomiendo que vayas por ahí como si nada -Advirtió Hyung Sik. -Eres nuevo así que es peligroso para ti.
-No he pedido tu opinión, imbécil -Gruñó viéndolo con hastío. -No necesito que nadie me defienda, puedo solo.
-Él tiene razón -Comentó Namjoon. -No vayas solo. Iré contigo.
-Oye, «Hyung» -Dijo al girarse para fijar su mirada en los ojos de Namjoon mientras hacía una señal de comillas en el aire con sus dedos.
-No sé por quién me tomas, no soy ningún maldito niño débil que necesite ser cuidado. Todos estos años lo he hecho por mi cuenta, así que no quieras venir ahora con tus aires de hermano protector porque no lo necesito. ¿Quedó claro?
Nam no pudo pronunciar ni una sola palabra, se quedó helado ante la forma tan fría en que su hermano le dijo aquello. ¿Ese era su pequeño Kookie? ¿Dónde quedó ese tierno niño juguetón que tanto adoraba cuando era pequeño?
En parte tenía razón, todos estos años se mantuvo vivo sin ayuda de él y además, era un integrante de la mafia, por lo tanto sabía defenderse por su cuenta, sin embargo, Namjoon
lo veía como a ese pequeño niño de ocho años que le arrebataron durante tanto tiempo.
Hyung Sik se quedó inerte en su sitio, había sido realmente incómoda aquella situación. ¿En verdad esos dos eran hermanos? Porque no lo parecía, algo sucedió para que ese chico escupiera aquellas palabras, ¿cierto?
Jungkook después de decir aquello se devolvió hasta la salida y salió de la celda, Hyung Sik lo miró de reojo mientras se alejaba y soltó un suspiro, en verdad, no tenía que ir por allí solo.
-Oye, será mejor que vayas tras él.
-Estará bien.
-Sé por qué te lo digo, vigilalo al menos desde lejos -le recomendó, llamando su atención.
-No lo tomes a mal pero, es un chico bastante... Atractivo.
-¿Y eso qué? -Espetó frunciendo el ceño.
-Que acá, amigo mío, tenemos años sin follar con alguna chica y hombres en este lugar hay de sobra, así que cuando ven a un hermoso culito virgen, como el de él, todos harán hasta lo imposible por follarlo -Contestó Hyung Sik al cruzarse de brazos.
¡Carajo! ese hombre tenía razón!
Era más que obvio que a Jungkook lo acosarían y más si caminaba solo por aquellos pasillos de la prisión.
-Cierto -respondió al fin.
-Es solo una advertencia -Aclaró.
-Y no creas que yo haré algo como lo que te dije. No, no, no, a mi me siguen llendo más las vaginas, simplemente supongo que quieres cuidarlo aunque... -Hizo una pausa haciendo que Namjoon no apartara la mirada de él.
-¿Aunque?
-Parece que no se llevan bien.
-Algo así. Por ahora no quiero hablar del tema -Dijo poniéndose de pie para ir tras su hermano.
-Nos vemos luego. Gracias por el cigarro -Culminó mientras le entregaba el encendedor, salió de su celda en compañia de Hyung Sik quien caminó en otra dirección, ya habrían otras oportunidades para hablar con el nuevo reo.
Namjoon iba de paso por aquel pasillo esperando encontrar a su hermano pero no había alguna señal de que él anduviera por allí, solo estaban reos que lo observaban de reojo al verlo pasar, él como no pudo localizar a Jungkook por esos lares, se dirigió al patio de la cárcel para seguir buscándolo. No pensaba esconderse ¿o sí?
Minutos antes en otra celda de la prisión
-¿Oye Taoki no le darás la bienvenida a los nuevos? -Preguntó Min Yoongi desde la entrada de la celda a un adormilado sujeto que tenía por apodo «Taoki»
-Cállate Min, estoy durmiendo -se quejó removiendose en su cama, haciendo que su «pareja», que estaba acostado a un lado de él, se despertara.
-¡Joder, Suga! Me hiciste despertar -Contestó Jung Hoseok mientras bostezaba y se incorporaba en la cama rascando su ojo derecho con el dorso de su mano.
-Ay, ya dejen de dormir -Reclamó Yoongi.
-Ven, Taoki. Te va a gustar el nuevo ganado que llegó.
-¿De qué hablas? Maldito fastidioso -Preguntó el rey mientras se sentaba en el borde de la cama con cara de pocos amigos.
¡Joder!, odiaba que lo despertaran, pero si su mejor amigo estaba tan insistente debía ser por algo.
-¿Por qué no miras con tus propios ojos al nuevo par que llegó? Muchos están hablando de ellos -Contestó Suga, despertando la curiosidad de Taehyung quien se puso de pie colocándose su camisilla blanca encima del hombro.
Kim Taehyung, es el despiadado rey de aquella prisión. Tiene por apodo «Taoki» y es el que pone las reglas en ese lugar, nadie se atreve a llevarle la contraria pues saben perfectamente que él acabaría de inmediato con cualquiera que se atreva a retarlo o desobedecer alguna de sus ordenes.
También es el líder de una peligrosa banda que tiene por nombre D'tul y es famoso por la cantidad de homicidios que cometió fuera y dentro de la prisión y por cómo escapó de la policía innumerables veces.
Es un hombre de hermosos y curiosos ojos color café, cabello negro, tiene una estatura Aproximadamente de 1,79 cm, tés canela y con un cuerpo bien marcado. La edad muchos la desconocen, a veces dice tener 30 otras veces 20 así que probablemente su edad oscila entre los 25 o 27 años.
Su mejor amigo se llama Min Yoongi, es un poco más bajo de estatura; unos 1,75 cm tal vez. De cabello color rubio platinado, ojos color avellana, de tés pálida,
con un par de tatuajes en su cuerpo perfectamente trabajado. Tiene 29 años de edad y conoció a Taoki hace 4 años, allí en la prisión.
La amistad de ambos a principio fue algo extraña pues Yoongi, cuando llegó nuevo a la cárcel, en la hora del almuerzo casi se ahoga al tragarse quién sabe qué de la comida y a Tae, quien estaba casi a un lado de este, le causó tanta risa la expresión de dolor y asfixia de ese pobre idiota que terminó dándole unas fuertes palmadas por la espalda hasta que escupiera la porquería que se tragó.
Nunca antes había ayudado a nadie en la cárcel y menos para «salvarle la vida» ¡Al contrario! Él mismo disfrutaba matando reos con sus propias manos.
Así que después de que ayudó a ese tonto se quedó extrañado consigo mismo y decidió que él sería alguien con quien forjaría una amistad en aquella prisión.
La «pareja» del rey es Jung Hoseok, un delgado chico de 28 años, cabello rojizo, de tés canela y lindos labios algo carnosos color rosa.
De 1,77 cm de estatura, ojos marrones y de facciones delicadas.
Llegó a ser la pareja de Taehyung prácticamente desde que tocó el suelo de la prisión, es decir, hace tres años.
Hoseok sabía muy bien que en aquél lugar esos malditos reos pervertidos lo violarían hasta destrozarlo, así que su primer y único propósito al llegar fue buscar protección. ¿Y cómo? Fácil, seduciendo al que se haga llamar líder en la prisión pues así no lo molestarían ni se atreverían a mirarlo por que es la puta del rey.
No tardó mucho en encontrar a Taehyung y rápidamente se convirtió en su pareja. Taoki, al principio, solo veía a Hoseok como alguien con quien follar por las noches.
Lo que no se esperó es que ese chico se quedara pegado a él como un mismísimo chicle, muchas veces intentó alejarlo, pero había algo por lo que no lo dejaba ir por completo; y era que ese chico hacía el mejor sexo oral del mundo. Su lengua era experta en ese arte.
Por ende, no iba a permitir que le hiciera esas divinas mamadas a otros, ¡no señor! Mataría a cualquiera que tocara a su pelirroja o intentara robárselo.
Además, Yoongi ya se había hecho amigo también de él así que, ni modo. Lo tendría como «pareja», pero solo para follar.
Sin embargo, Hoseok sí sentía algo por Taehyung. Sin querer se llegó a enamorar de ese hombre a pesar que solo lo buscó por protección, sabía bien que Tae no lo veía como su pareja y mucho menos sentía algo por él, pero esas veces en que Taoki se cabreaba cuando un reo se le insinuaba habían sido motivo suficiente para que se hiciera ilusiones.
En fin, se había enamorado solo, pero las cosas cambiarían dentro de muy poco.
Tae salió de su celda hasta llegar a los barrotes del pasillo, en ese momento un reo, que iba de paso, se topó al rey e inmediatamente le hizo una reverencia como disculpa para después retirarse, pero antes de
que pudiera dar un paso mas este lo detuvo.
-Oye -Llamó haciendo que el reo se detuviera.
-¿S-Sí? -Contestó un tanto nervioso.
-¿Dónde están los nuevos?
-E-En el patio, con los demás.
-Bien, lárgate -dijo haciendo que aquél saliera corriendo como alma que lleva el diablo.
A los pocos minutos salieron Jung y Min de la celda mientras conversaban, Suga se había quedado unos segundos a hablar con «La pelirroja» como ya todos en la prisión solían llamarle.
-¿Están en el patio, no?
-Preguntó Yoongi al rey mientras se acercaba.
-Si. Iré a ver -Contestó mientras se ponía su camisilla.
-¿Por qué tanto interés por los nuevos? Han de ser igual o peor que los patéticos reclusos que han llegado hace poco a la cárcel. Nada interesante en realidad -Bufo Hoseok cruzándose de brazos.
-Cállate y camina, estúpida pelirroja -Espetó Suga dándole una nalgada haciendo que este diera un pequeño brinco.
-¡Oye! -Se quejó a la vez que le daba un golpe con su puño en el brazo mientras este se reía bajito.
-Ustedes me dan nauseas -Dijo Taoki rodando sus ojos mientras se iba caminando por el pasillo rápidamente dejando atrás a los otros.
-¡Espéranos, pedazo de mierda! -Gritó Yoongi tratando de alcanzar el paso del rey junto con la pelirroja.
Después de caminar el largo pasillo y haber bajado al primer piso, los tres reos llegaron al patio de la prisión ganándose la mirada de la gran mayoría de los demás.
«La pelirroja» estaba al lado de Taehyung mientras le rodeaba el brazo derecho con el suyo, sujetándolo con propiedad; y Yoongi estaba al lado izquierdo, un poco más atrás que este.
El mandamás de la prisión, paseó su mirada por cada uno de los reos buscando a los nuevos. Localizó a tres a lo lejos en una esquina, dos sentados en unas de las pequeñas gradas de madera y a uno de espaldas hablando con otro convicto que ya llevaba tiempo allí. Esté último llamó su atención, tal vez por su cabello, tal vez por sus ademanes, tal vez porque no se veían muchos chicos como él en una prisión, tal vez por algo que ni él mismo sabía en ese momento. ¿Sería él el reo del que todos murmuraban?
Pero, ¿en dónde estaba el otro? Porque dudaba mucho que fuera alguno de los otros. Como sea, iba a averiguar quién era el nuevo.
Con mucha parsimonia se acercó hasta él, Jungkook estaba de espaldas, de modo que este no pudo verlo pero sí supo que alguien estaba tras él pues el reo, con quien hablaba en ese momento, se quedó helado y retrocedió unos pasos, su cara reflejaba un profundo temor.
Se quedó extrañado así que se dio la vuelta, encontrándose con un hombre de casi su misma estatura, con un cuerpo de infarto y una profunda mirada, Jungkook era de los que no se dejan, ni se han dejado intimidar por nadie, y esta no seria la excepción.
-¿Qué coño quieres? -Preguntó él al verlo de pies a cabeza, haciendo que este arquee una ceja. ¿Acaso ese mocoso no sabía a quién le estaba hablando así? Pero esa pregunta y la manera en la que el la hizo, solo logró que el mandamás soltara una risotada en lugar de molestarse.
-¿Querer de ti? Muchas cosas, tal vez -respondió sonriendo ladino.
-No me digas -Dijo cruzándose de brazos.
-No tengo tiempo para perderla contigo. Así que adiós -respondió hastiado mientras pasaba caminando a un lado de este para largarse del lugar, sin embargo, Taoki lo sujetó con fuerza por el brazo y lo jaloneó hacia él dándole la vuelta.
-Escúchame bien, niño bonito, voy a pasarte esta porque se nota que no tienes ni puta idea de quién soy -Contestó el rey apretando con fuerza el brazo del menor.
-Así que he decidido que me voy a divertir contigo, mocoso.
-Me importa una reverenda mierda quién seas -Gruñó Jungkook mientras le sujetaba la mano para zafarse de su agarre, lo que fue una completa sorpresa para Taoki, que ese chico se atreviera a contestarle de ese modo, pero en vez de
molestarse, cierto interés morboso y curioso empezó a sentir al ver esos ojos marrones tan llenos de rabia y obstinación, y Jungkook sin darse cuenta acababa de convertirse en un reto para el rey de Konapus.
-Si me vuelves a tocar te voy a rebanar las bolas -halo con fuerza su brazo y se soltó del agarre de Taehyung, quien chasqueo su lengua en desaprobación, iba a sujetarlo nuevamente pero otro reo de cabello gris venía llegando con cara de pocos amigos.
De inmediato el rey de la prisión supo que ese era el otro nuevo convicto, ahora entendía el por qué todos murmuraban por la llegada de ese par.
Uno porque era demasiado
provocativo y el otro porque tenía aires de ser el líder de alguna banda de matones.
-¿Pasa algo Kook? -Preguntó Namjoon a espaldas de su hermano, este al escucharle se giró un poco para verlo.
-No molestes, ¿Ya se te olvidó lo que te dije hace poco?
-Por supuesto que no. Pero
aunque no te guste, soy tu
hermano -respondió y a Jungkook no le quedó de otra más que morderse la lengua, aunque se quedo con las ganas de partirle la cara.
-No dejaré que ningún maldito imbécil te ponga un dedo encima.
-Oye, hijo de puta. ¿Quién te crees para..?
-Déjalo Yoongi -Interrumpió Taoki a su mejor amigo.
-Acá hay que dejar las cosas muy claras de una vez por todas, mi nombre es Kim Taehyung, para que lo sepan, y soy el maldito rey en esta prisión -Dijo con soberbia, sin embargo, Jungkook ni se inmutó ante sus palabras.
-Si yo digo que contigo me voy a divertir -dijo sin apartar la mirada del castaño. -Es porque me voy a divertir, quieras o no.
El rey dio aquella sentencia lo que causó un estallido de risa por parte de Jungkook, cosa que obviamente lo irritó pero también lo provocó. Estaba decidido, iba a enseñarle a ese tonto en la cama quién mandaba y lo haría gemir su nombre implorando por más.
Nadie se reía de él sin recibir un merecido castigo.
-¿En serio eres el rey de esta pútrida prisión? -Preguntó Jungkook después de haber secado unas mínimas lágrimas de risa que escaparon de sus ojo.
-Me hiciste reír.
-Escúchame bien, mocoso de mierda -gruño Taehyung sujetando con fuerza el cuello de la camisa de Jungkook halándolo hacia él.
-No te creas tan...
En ese justo momento, Namjoon apartó a Jungkook empujándolo con fuerza hacia un lado liberándolo del agarre de Taoki y
estampándole a este un violento golpe en el rostro con su puño, haciéndolo tambalearse.
Un pequeño hilo de sangre brotaba del labio inferior del rey, Nam si que le dio un buen golpe.
Taehyung, al sentir esa gota deslizarse por su labio, pasó su lengua y saboreó esa sensación metálica característica de la sangre.
-Esto te costará muy caro, -musitó el mandamás.
-Si vuelves a colocarle un dedo encima, te mataré -sentenció Namjoon sin apartar su mirada de aquellos ojos, para luego darse la vuelta y tomar a su hermano por el brazo, arrastrándolo casi en contra de su voluntad hacia dentro de la prisión para ir a su celda.
-¡No podrás evitar que me folle ese culo! -Gritó Taehyung con una sonrisa en su rostro mientras veía a ese par alejarse.
Los reclusos alrededor estaban boquiabiertos por lo que acababan de presenciar.
¡Nunca antes unos reos recién llegados habían hecho tal cosa como lo que sucedió hoy!
Se le enfrentaron a Kim Taehyung y hasta lo golpearon, ¡carajo! Aquello era digno de haber sido grabado, lástima que nadie poseía algo para hacerlo.
-¿Por qué dejaste que te hicieran eso? -Dijo quejumbroso Suga. En verdad no entendía por que no respondió igual o peor a ese golpe que acababa de recibir.
-Solo lo estaba probando -fue lo único que contesto.
-¿Probando? A qué putas te refieres con eso? -Preguntó extrañado y un tanto molesto pero no recibió mas respuestas del rey.
-Bebé, ¿te duele mucho? -Preguntó La pelirroja mientras se posicionaba en frente de él llevando su mano al mentón del mandamás, pero este lo apartó de un manotazo aventándolo hacia un lado para poder pasar.
-Quitate Hoseok, no molestes -respondió hastiado al pasar,
dejandolo con la boca entreabierta mientras se acariciaba la mejilla para alivianar el dolor, Taehyung nunca antes le había llamado por su nombre.
Mientras tanto, en los pasillos de aquella enorme prisión, un enojado Namjoon llevaba a rastras a su hermano para la celda, este trataba en lo posible de zafarse pero él no lo dejaba y la pequeña escena solo hacia que los otros reos alrededor murmuraran al verlos, cosa que a Jungkook le irritaba aún mas.
-¡Suéltame de una puta vez! -Gruño el menor segundos antes de llegar a la celda y que su hermano lo aventara dentro de esta.
-¿Quién jodida madre te crees para hacerme esto?! Hijo de puta! -Dijo al estar ya adentro, mirándolo con toda la rabia que sentía en ese momento.
-Deja de ladrar -Respondió el mayor de los hermanos con hastío.
-Solo evitaba que sucediera algo más.
-Me importa un pito. Lo digo en serio Namjoon, deja de estar vigilándome todo el tiempo, no te necesito y nunca lo haré, lo que me suceda es mi puto problema, no el tuyo.
-¿Entonces quieres qué cualquier sujeto como ese te amenace y luego te viole como a una perra? ¿Eso es lo qué quieres?
-¿Quién dijo qué eso sucedería?
-Ya te lo dije, no soy ningún maldito niño débil. Puedo defenderme solo.
-Acá no tienes armas con qué defenderte Jungkook. Esto no es igual que estar allá afuera con la mafia, donde tienes cualquier tipo de protección.
-¿Y por qué necesito armas? Yo puedo simplemente defenderme con los golpes.
-No seas iluso -Bufó dándose la vuelta para darle la espalda a su hermano menor.
-Puedo defenderme con los golpes, sí como no.
-Hijo de perra -Musitó Jungkook cada vez más enojado.
-Solo te digo una cosa Kook, te guste o no, estaré al pendiente de ti y no podrás evitarlo. Fin de la discusión -sentenció el más alto mientras caminaba hacia la salida de la celda.
-¿Q-Qué? ¡Serás cabrón! -Gritó enfurecido cerrando su puño con fuerza y abalanzándose por la espalda de su hermano para darle un golpe, pero este rápidamente se giró y lo detuvo en su mano, apretando con fuerza el agarre mientras lo empujaba hacia atrás.
-¡Te quedarás aquí! -Gruño Nam aventándolo dentro de la celda para luego caminar hasta la salida y cerrar la misma. Jungkook se quedó con la boca entreabierta y más enojado que nunca.
Estaba enojado con ese idiota y enojado consigo mismo pues cómo podía decir que podía defenderse por su cuenta cuando ni siquiera pudo darle un golpe a su hermano.
Luego de haberle gritado mil insultos se subió a su cama echando humo por la boca, pudo haber salido pero estaba tan furioso que ni se molestó en abrir la reja de la celda.
Namjoon, al cerrarla, se fue caminando por el largo pasillo de aquella prisión sin darse cuenta que en el ala Este pasaba el rey de la cárcel, ninguno de los dos notó que cada quien pasaban por allí, sin embargo, un curioso y lindo Hoseok no pudo evitar despegar la mirada de ese hombre que transitaba por la otra ala, aquél que minutos antes le había dado un fuerte golpe a Taehyung sin problema alguno.
Ese hombre, despertó un interés en La pelirroja desde que se enfrentó al mandamás, le daba curiosidad saber quién era este y de dónde venía, sobretodo, curiosidad en ver qué había debajo de esa camisa que tapaba todo su provocativo torso y debajo de ese pantalón gris.
La pelirroja había estado todo este tiempo follando solamente con el rey y le encantaba el cuerpo de este, pero ahora este nuevo reo era tan osado y también se le notaba que poseía un cuerpo de infarto.
Esos brazos tan marcados lo provocaban en demasía, así que, de una u otra manera se acercaría a él. Pero, había un problema: Kim Taehyung.
Si él se enteraba que La pelirroja intentaba coquetear con otro reo y sobretodo con ese tal Namjoon tal vez le desollara vivo, así que debía ser en extremo cuidadoso.
Namjoon fue hasta el patio y se encontró con Hyung Sik, quien no tardó en acercarse a él y hablarle.
-Bonita manera de empezar el primer día acá. -Comentó jocoso mientras le ofrecía otro cigarrillo y el mechero.
-Gracias -puso el cigarro en su boca y lo encendió para darle una profunda calada.
-Pensé que sería peor.
-Pudo ser muchísimo peor -respondió guardando su encendedor en el bolsillo.
-No sé cómo el rey no te rebanó la garganta en ese momento. Créeme, lo pudo haber hecho, ha hecho cosas peores por menos.
-No lo dudo. Y estoy seguro que algo entre manos se traerá, así que debo estar atento.
-Así es. También vigila a tu hermano, ese chiquillo sí que se trae problemas -Comentó Hyung Sik.
-Por cierto, ¿puedo saber qué pasó entre ustedes? Claro, si no te molesta.
-El cuento es largo.
Ambos se fueron caminando hasta las gradas de madera y se sentaron en estas para charlar.
Nam comenzó a contarle la historia y todo lo que pasó, en realidad se estaba desahogando y Hyung Sik lo escuchaba muy atentamente, sintió pena por él ya que pasó por muchas cosas, pero lo que más le sorprendió y que casi no logra evitar dar un grito al cielo, fue cuando este le dijo que pertenecía a la mafia Ctzu.
-¡¿Quééé?! -Gritó bajito
-¡¿Trabajas para la mafia de los Ctzu?!
-Cállate -Dijo Namjoon haciendo que aquel mirara a su alrededor para cerciorarse de que nadie lo estuviese escuchando.
-Es que.. Es que... ¡Es una puta locura! Mataste al jefe de la mafia ¿sabes lo que significa eso? ¡Eres el puto amo!
-No digas tonterías -Dijo Nam mientras llevaba su cigarro a la boca, exhalando el humo por sus fosas nasales.
-No son tonterías, tú ahora mismo, en este instante, deberías ser el líder de la mafia Ctzu, es más, lo eres.
-Eso ni de broma. No quiero saber de nuevo sobre esa mierda.
-¿Cómo que no?! Joder, no seas tonto. ¿Quién quedó a cargo?
-No lo sé.
-Pero fíjate que, por lo que me contaste, el viejo líder no tenía hijos, por lo tanto al morir, prácticamente quedas como el jefe, ¡el puto jefe, carajo!
-¿Y eso qué? Ya te dije que no quiero saber nada de esa mafia.
-¿Cómo qué «y eso qué»? -Dijo un tanto exaltado y con el ceño fruncido.
-Oye, ¿si estás muy interesado en esto por qué no te quedas como líder? Te cedo el puesto.
-Pedazo de idiota, no lo digo porque me interese eso. ¿Acaso no entiendes qué siendo el líder de la mafia puedes salir de acá?
-Hace años conocí bien a la mafia Ctzu y sé sobre sus movimientos y esas cosas, así que si te contactas con alguno de ellos como sea te sacarán de este jodido infierno. Es lo mejor que te ha podido pasar. No lo desaproveches.
-No -Respondió tajante.
-¿No? ¿Cómo que no? O sea... ¿Me estás queriendo decir que prefieres podrirte toda tu vida acá? -Preguntó sin apartar la mirada de Namjoon quien se quedó en silencio por unos minutos.
¿En verdad prefería quedarse allí hasta que muera? ¿No sería mejor intentar hacer lo que Hyung Sik le dijo?
Pero eso significaba tener que estar de nuevo en la mafia, necesitaba tiempo para pensar, se puso de pie sin decir nada y bajó las gradas.
Hyung Sik estuvo a punto de ir tras él pero prefirió no hacerlo, seguramente iba a pensar mejor las cosas, así que no molestarlo sería la mejor opción.
Nam se fue hasta su celda, encontrándose a su hermano en el mismo lugar, es decir, en su cama, no dijo nada al entrar, simplemente se recostó en el colchón soltando un suspiro.
Definitivamente pensaría las cosas, la almohada siempre era la mejor consejera, según dicen.
Al pasar las horas, llegó el momento de ir a almorzar, sonó una alarma indicando que todos debían ir pasando al comedor y Namjoon, quien se había quedado medio dormido, despertó de sopetón al escuchar aquel estruendoso timbre.
Jungkook iba bajando de la cama y sus miradas se cruzaron, el menor terminó de bajar y caminó hacia la salida de la celda abriendo la reja, pero se le hizo un poco extraño que su hermano ni se moviera.
-¿No vienes? Preguntó él antes de salir, sin embargo, aquél no respondió, estaba inmerso en sus pensamientos y por ende no le escuchó.
-Hey, ¿me estás oyendo?
-¿Ah? -Dijo volviendo en sí.
-Que si no vienes -Repitió.
-¿Estas dormido o qué?
-Ah. Si, si. Vamos.
Se levantó y caminó hasta la reja, donde se hallaba Jungkook para ir hasta el comedor, muchos reos iban de paso, pero al verlos, se hacían a un lado ya que no querían meterse con ese reo que se atrevió a estamparle un puño en la cara al rey.
Si fue capaz de hacerle eso a Taehyung, ni hablar de lo que podría hacerle a cualquier otro.
Continuará...
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