Capítulo 36


La vida se basa en hacerte sentir mal, pero siempre hay momentos cuando te da una nueva oportunidad para poder hacer todo bien, así es lo que la vida o más bien el destino le estaba preparando a Lauren, le había puesto en su camino a una chica muy interesante, la cual tenía gustos similares a la ojiverde. Lauren estaba en el local, mostrando nuevos cuadros a los clientes que llegaban a éste, últimamente el local se hacía popular y eso tenía que ver con los cuadros que estaban en la fiesta después de la boda. Algunos amigos de Matt llegaban al local a comprar y también a hacer pedidos. Simplemente era maravilloso para Lauren ya que estaba ahorrando para comprar el nuevo lugar donde seria un pequeña escuela de arte para niños y también para jóvenes. Ella quería ayudar con sus sueños a los jóvenes que apenas iban a el colegio, ella cuando era pequeña quería un lugar donde estudiar arte pero en ese tiempo no tenía el apoyo de su madre y tampoco tenía un lugar cerca.

Normani con Lauren hacían el inventario del local, tenían muchos documentos en el escritorio, cada día y semana era así, siempre estaban unos nuevos documentos en su escritorio. La vida de Lauren iría de maravilla pero siempre había algo que estaba mal, era el echo que Lauren no podía estar con Camila, solo como una amiga y conocida. La tarde pasó rápido para la ojiverde, Normani se despidió. Lauren se quedó unos minutos en su oficina, ella solo miraba hacia la entreda donde su amiga de piel oscura se había ido. Luego de un rato su teléfono vibró anunciando así un nuevo mensaje, ella sonrió al leer el nombre. Samantha, ellas se habían hecho buenas amigas, la chica tuvo que rogarle a la ojiverde para que le diera su número de teléfono pero al final lo consiguió. Lauren abrió el mensaje.
"De seguro estas en tu local y también estás con ese traje de persona importante, lo cual me lleva a imaginar lo hermosa que te ves." Lauren rió al leer esa parte del mensaje y no era tan fácil no hacerlo, esta chica tenía tantas ocurrencias en su cabeza que eso le agradaba de ella. Siguió leyendo.", quería invitarte a cenar por ahí, que dices, ¿quieres?.

Ella volvió a sonreír y mando su respuesta y eran una positiva. Habían quedado en el parque que estaba cerca de la cafetería Monet, eran amigas pero no sabían nada una de otra, así que Lauren no sabe donde se esta quedando Samantha. Ordenó los documentos en su maletín y luego salió del local. Lauren estaba segura que si se enfocaba en algo más podría dejar de pensar en la chica de ojos marrones la cual ya estaba fuera de su alcance, no se estaba dando por vencida, solo dejaba ser feliz con Matt. Subió a su auto y se fue directo a su destino, no tenía tiempo para pasar a su casa y darse una ducha ya que en menos de cinco minutos debía estar en el lugar estipulado. Al llegar se estacione frente al parque y se bajó del auto, se recostó en éste y cruzo sus brazos esperando la llegada de su acompañante, a los lejos podía ver la figura de la ojiazul, mientras ella se acercaba no pudo evitar verla de arriba a abajo. Estaba muy hermosa, vestía un vestido negro muy pegado a su cuerpo o eso pensaba Lauren. Al llegar Samantha se atrevió a darle un beso en su mejilla en forma de saludo.

—Buenas noches, hermosa ángel —Samantha nunca desaprovechaba la oportunidad de coquetear con la ojiverde, ésta sonrió y negó con su cabeza.

—Buenas noches, atrevida mujer —ambas se echaron a reír al escuchar esto.

—Te ves hermosa con ese traje —Lauren había olvidado que andaba vestida con su traje de trabajo. Una falda corta y su camisa formal de color blanco. —. Como me lo imagine. Pero nunca imagine que vinieras así para verme, gracias.

—Ya quisieras chica. —Samantha no dejaba de ver los ojos de Lauren, simplemente le encantaban mucho, desde la vez que los tuve tan cerca. —, bien chica atrevida, ¿donde quieres ir?

—Estaba pensando en ir a un lugar que te gustará.

—Si apenas me conoces, ¿como lo sabes? —la ojiazul tenía un sonrisa en su rostro, era cierto que no estaba segura de que si le gustara pero debía arriesgarse.

—Tú solo sigue mi instrucciones y llegaremos al lugar.

Samantha sonrió y Lauren acepto. Entraron al auto y se pusieron en marcha, Lauren estaba ansiosa por saber donde la estaba llevando esta chica que solo conocía su nombre y que era amiga de la familia de Matt. En la vida hay que probar cosas nuevas y eso era algo que la ojiverde pensaba mientras iban conduciendo, Samantha llevaba una sonrisa en su rostro. Por momentos miraba a Lauren y suspiraba al ver el perfil de ésta, simplemente era perfecta y hermosa para su vista. Samantha era un chica muy reservada, tal vez era primera vez que llevaba a este lugar a una chica que apenas había conocido, pero el que no arriesga no gana, esas palabras pasaban por su mente mientras sonreía y no dejaba de ver a Lauren.

Las calles estaban muy vacías para ser un martes por la noche, pues la mayoría de la personas a esta hora regresaban de su trabajo a casa. Lauren se dio cuenta que iban entrando a una avenida de casas muy hermosas no tan lujosas pero eran lo necesario para vivir a gusto. Seguía la dirección que Samantha le daba, al poco tiempo del camino la chica le indico que se estacionara, Lauren analizó el lugar, era un tipo restaurante que tenía el nombre en la parte de arriba en un cartel "the cute sweet", así se llamaba el lugar. Salieron del auto y se quedaron fuera del local por unos minutos.

—¿Y esto? —preguntó Lauren, pues el lugar se notaba que estaba cerrado.

—Tú tranquila y yo nerviosa. Entremos.

Samantha dejó que Lauren entrará primero y así fue, ambas entraron. El lugar estaba solo, era un restaurante muy hermosa, las mesas mostraban lo elegante que llegaba a ser antes los ojos del ser humano. Los manteles eran blancos y cada pared estaba pintada de un café un poco claro. Samantha la guió hacia una mesa que estaba ya preparada para ellas. Le indico que se sentara y que esperará un poco ahí sentada, se alejo no sin antes dejarle una copa de vino tinto en la mesa. Mientras ella se iba Lauren observaba su alrededor, el lugar era muy hermosa, no podía creer que nunca había visto este lugar.

Lauren le daba cortos sorbos a la copa mientras esperaba a Samantha, algo le decía que en este lugar ella trabajaba como mesera o algo así. A los pocos minutos ella llegó con una bandeja la cual dejó en la mesa, Lauren observó el plato que estaba frente suyo y se quedó pasmada con el olor y también por la pinta que tenía.

—Es chuleta con salsa dulce y con unas verduras a un lado —dijo mientras se sentaba dejando a un lado la bandeja, ella observaba a Lauren. —Come.

—Bien... —cogió los cubiertos y comenzó a cortar un trozo de la carne y luego se llevó en tenedor a la boca, un gemido salió de sus labios, Samantha sonreía al verla. —Esta delicioso... —se limpio los labios con una servilleta que Samantha le regalo.

—Gracias...

—¿Trabajas acá? —preguntó Lauren mientras le daba otro mordisco a la carne.

—Se puede decir —Lauren la miró con interrogante aún. No entendía esa respuesta. —, este restaurante es mío.

Lauren se quedó asombrada, pues nunca pensó en la posibilidad de que ella fuera chef o algo por el estilo, pero sabiendo esto la admiro más. Samantha se levantó y fue a la cocina, luego regresó con un plato de postre para Lauren. Samantha quería presumir de su habilidad en la cocina. Se sentó nuevamente y espero a que Lauren probara su postre el cual era un pastel de chocolate como a ella le gustaba, lo sabía ya que Matt le hablaba de Lauren, si, el chico le había hablado de la ojiverde. Samantha por su cuenta había investigado más sobre la chica que estaba frente suyo. Luego dio una probada al postre y sintió morir ahí mismo estaba muy delicioso. Samantha estaba muy orgullosa de su esfuerzo que puso para esa cena y para pasar tiempo con Lauren, tenía planeado conocerla más.

Al otro lado de la ciudad de Miami, estaba un hotel cerca de la playa, las personas estaban ya en sus habitaciones cenando otros viendo televisión y otros disfrutando de sus vacaciones. Pero había una habitación especial donde se estaban quedando Matt y Camila. Camila estaba ya dormida y Matt la observaba mientras esta dormía, Matt no dejaba de observar a la hermosa mujer que había pasado de ser su novia a ser su esposa, le encantaba pensar eso que ahora la hermosa morena que en su tiempo fue muy difícil para enamorar pero al final, ahora era su esposa. Matt sabía que fue difícil enamorarla, pero al final valió la pena la espera.

Se levantó del sofá y le dejó un beso a su esposa en la frente y salió hacia la playa. Quería caminar y pensar un poco sobre lo que estaba pasando en su vida en estos momentos, no eran cosas malas, pero algunas si lo llegaban a ser. Estaba caminando por la arena de la playa, observaba las olas venir e irse, la luna estaba llena y se miraba tan hermosa como siempre. A los minutos su teléfono sonó, lo cogió y era una llamada, una mueca de disgusto se formó en su rostro al leer el nombre del dueño de la llamada. Contestó.

—¿Matt? —preguntó la voz al otro lado de la línea. —Soy el doctor Richard.

Si, ¿Que pasó?, le dije que estaba en mi luna de miel.

—Debes verme ya tengo los resultados de los exámenes.

Matt suspiro y se quedo en silencio un rato, sabía bien de que se trataba esos resultados y no quería saberlos, no en estos momentos que todo iba bien. Como dije en un principio, la vida te puede dar lo mejor que alguna vez tuviste, para después llegar y dejarte caer sin más desde arriba. La vida es tan predecible que cuando te da algo bueno siempre tienes la duda de que si esto durará para siempre y es así pero eso pasa por un tiempo por que después vienen las pruebas que este mismo te pone.




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