Capítulo 34
Me desperté por un ruido que seguramente había hecho el gato. Me levante y note que la morena aún dormía, ella estaba en mi cama a un lado, me quedé observándola un rato, se miraba tan hermosa y tan tierna. Me levante y vi la hora en mi reloj de la pared y eran apenas las dos de la madrugada. Camine hacia afuera de la habitación y fui directo a la cosina por un poco de agua, mientras la bebía escuche que un teléfono sonaba, fui hacia la sala y era mi teléfono. Lo revise y era una llamada de Matt, pero ¿a esta hora?.
—Laur—me dijo muy preocupado —¿Haz visto a Camila?
—Emm... Si acá está.
—Manos mal —se escuchaba más tranquilo. —, es que le estado llamando y no contestaba y me preocupe.
—Si pues fui por ella a la fiesta y la traje acá...
—Gracias, ella no puede estar sola. Nuevamente gracias por cuidarla mientras no estoy, no se que haríamos sin ti. —lo decía muy agradecido, Matt confiaba en mi y eso me dejaba mal, ya que no era tan sincera con él.
—Si, por eso me la traje acá. Ella está durmiendo ahora.
—Ya faltan unas horas para dejar de ser soltero —me dice con mucha felicidad. —. ¿Irás verdad?, quiero que estés ahí.
—Si, iré Matt tranquilo.
—Bien gracias, bueno te dejo seguiré durmiendo un poco bye.
Corto la llamada y yo deje el teléfono en la mesa y me senté en el sofá. Solo a unas horas que Camila estaría casada con Matt y ya no sería una chica libre, me dolía recordar eso. Luego de un tiempo me estaba quedando dormida pero escuché un ruido extraño viniendo de arriba, Camila, dije y corrí hacia la habitación al llegar cerca la escuchaba quejándose entre y note que ella estaba sentada en la cama.
—¿Estas bien?.
—No, tengo... —le dio una arcada.
La tome de el brazo con cuidado y la lleve hacia el baño, ella comenzó a vomitar, en serio que terrible era estar embarazada que siempre tenias que vomitar. Le daba cortos y suaves caricias en su espalda mientras ella lo hacía. Luego de varios minutos o quizá una media hora la morena se puso de pie con mi ayuda, ella camino hacia el lavado y se limpio los labios, se quedo en un largo silencio.
—¿Estas mejor? —ella tenía su cabeza baja. No entendía nada. —¿Camila? —acaricie su espalda.
—Yo... Lo siento —ella me dio una mirada fugaz y luego bajó su cabeza.
—¿Por qué?.
—Eso fue asqueroso y tú lo viste, lo siento.—me acerque a ella y levante su rostro, le di una sonrisa.
—Camz, no te preocupes —ella me miraba muy apena y tímida. —, no es asqueroso, estas embarazada y es normal. —acaricie su mejilla. Ella estaba muy tímida. —Camz, es normal. Vamos, debes descansar.
La cogi de la mano y caminamos nuevamente hacia la habitación donde le indique que se acostara en la cama, lo hizo y me senté en la cama, mi espalda estaba recostada en la cabecera de la cama, ella se volvió a recostar en mi regazo. Acaricie su cabello y ella estaba en un silencio rotundo, estaba muy tímida por lo que había pasado antes en el baño.
—Camz todo esta bien, debes dormir un poco, falta poco...
—¿Que crees que sea? —le di una mirada, esta confundida no entendía a lo que se refiere. —¿niña o niño?.
—Pues no lo sé.
Nos quedamos en silencio, ella quería saber el sexo del bebé, ya había leído sobre eso, pero teniendola así de cerca se me hacía muy difícil recordar eso. Ella se levantó un poco y me dio una mirada, acaricio mi mejilla y luego sonrió muy tímidamente y me beso, fue uno corto ya que se volvió a tumbar, me acomode mejor y la bese nuevamente, ella me seguía el beso, era uno suave y lento sin prisa, solo disfrutábamos este momento, el único momento que quizá tengamos. Ella se coloco lentamente encima mio y luego me beso, acaricie su mejilla, todo lo hacíamos con tanta lentitud que sentí morir ahí mismo. Lo que estaba sintiendo en estos momentos con sus labios pegados a los míos era algo único, ella me besaba muy tiernamente, luego de un rato de besos, nos dejamos de besar, ella aún estaba encima mío. Entre caricias y cortos besos en su cabello ella se termino durmiendo como una hermosa princesa, no había duda que de verdad la amo. Cerré mis ojos y me quede dormida.
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Día de la boda.
Había llegado el día más esperado de todos lo cercanos a los novios, día que yo no lo esperaba. Había despertado muy temprano, deje a Camila en su casa donde estaba su madre ella se miraba molesta al verme con su hija. Luego de dejarla me fui hacia el lugar donde sería la fiesta después de la boda. Me subí a la camioneta que aún no regresaba, en ésta llevaba los cuadros que colocaríamos en las maderas que sostenían el techo similado. Cuando llegue todos estaban ordenando y poniendo todo en su orden. Mientras yo camine hacia la orilla de la playa y mire hacia el horizonte, extrañaría los días con Camila, esos días que pasábamos solas o los días que ella se escapaba para estar a mi lado, la amo, la sigo amando y solo Dios sabe cuando la dejaré de amar. Pero como la amo debo dejarla ir y dejarla ser feliz con alguien que la ame más que yo, alguien que la cuide y la quiera bien, ese alguien es Matt, se notaba que él la amaba más que a él mismo y ese amor siempre florecerá.
Mientras miraba hacia en frente podía analizar todo lo que habíamos pasado, esos años que ella no recuerda, los días en los cuales eran pocos pero lo disfrute demasiado. Luego de un largo tiempo de ver el mar un chico se acerco a mi, me dijo que ya comenzarían a montar todo y hasta los cuadros, fui hacia la camioneta y sacó con su ayuda los quince cuadros del rostro de la morena, lo llevamos hacía el lugar y comenzamos a ponerlos en los lugares estipulados. No podía pensar en otra cosa que no fuera la morena y su enorme sonrisa al ver este hermoso lugar y también los cuadros, a ella le gustara seguramente.
Matt llegó a los pocos minutos, pero no hablamos mucho solo vino a ver todo si estaba listo, él estaba vestido con su traje negro, estaba muy elegante y también se notaba muy feliz, él se fue no sin antes decirme que me quería ver ahí, solo recibo mi asentimiento y un 'buena suerte'. Subí a la camioneta y la lleve a su dueño, era uno de mis empleados en el local, ya faltaba poco para la boda, subí a mi habitación y me vestí con algo formal, una camisa blanca, unos pantalones negros y mi chaqueta, ellos sabían que no me gustaban los vestidos. Salí de mi casa y me subí a mi auto, conduje hacía la iglesia la cual está a unos metros de acá.
Al llegar note que todos estaban ya dentro así que corrí y entre, aún no habían llegado los novios, me encontré a Vero y a las demás chicas, Dinah no me miraba. Ally estaba sentada al lado de Troy, me acerque a ellos y me senté. Ally acaricio mi espalda y me dijo un 'es lo mejor, todo estará bien'. No, no creo que estar bien. A las pocas horas llagaron ellos y comenzó la tortura, ver entrar a Camila vestida de blanco me llenaba de orgullo y también de alegría, ella se notaba tan nerviosa pero a la vez se notaba tan feliz por ese día, eso me gustaba, sabía que ella estaba contenta con lo que haría. Comenzó la ceremonia y todos escuchábamos con atención, pero mi atención estaba en otra cosa, esta vez no era en la morena ni en Matt, sino mi atención estaba en la pared del frente, no podía ver a los novios, simplemente me dolía pero sabía que ella están feliz y que ellos serían felices me conformo con eso.
A las horas todo terminó, cuando el padre dijo 'Los declaró marido y mujer, pueden besarse', ahí me destruí más, no dejaba que nadie notase mi dolor al verlos juntos, estaba feliz, si que lo estaba pero dolía, dolía como una mierda. Verla con otra persona era algo horrible, saber que no tengo oportunidad de estar a su lado o de formar una familia con ella como lo había soñado antes, eso dolía demasiado, si que lo hacía, solo la dejaré ser feliz.
Todos estábamos en la fiesta, Camila sonrío demasiado al verlo todo como había quedado, Matt no tuvo que decirle sobre los cuadros que eran míos, al entrar ella lo supo. Estaba con una copa de vino en mi mano y estaba sentada en una mesa que solo estaba yo, nadie más, estaba sola como la estúpida e idiota que merezco estar, lo merezco. Le di un sorbo a mi copa, Matt estaba en la pista de baile con su ahora esposa y yo solo los miraba desde mi asiento, todo era una mierda. Una chica se sentó a mi lado, no la conocía nunca la había visto, ella estaba con su vestido negro y con una copa de vino en su mano, ella no decía nada solo miraba a los novios. Pero luego habló.
—Se ven muy felices, ¿no crees? —ella se dirigió a mi, le di una mirada. Era una chica muy linda, sus ojos color azules como el mar se metían en tu alma.—,soy Samantha, amiga de la familia Hussey. —dijo y me extendió la mano en forma de saludo, la acepte. —. Lauren Jauregui, no debes presentarte, eres una famosa artista, admiro tú trabajo.
—Gracias —ella frunció el ceño y tenía una sonrisa burlona.
—Vaya, chica de pocas palabras —dijo y le dio un sorbo a su copa. —, las chicas así de tímidas siempre guardan secretos y también son más interesantes, ¿sabes?.
Ella estaba coqueteando conmigo si que lo hacía, le di un sorbo a mi copa y me quedé viendo a Matt y Camila ellos estaban felices y también bailando. La chica que estaba a mi lado no se iba, solo se quedaba viéndome con psicópata. Le di un mirada en forma interrogante y ella sonrió aún más.
—Eres muy hermosa —frunci el ceño, pero esta chica es súper directa. —. Me encanta apreciar la belleza femenina y creeme que tú belleza es increíble.
—Eres muy directa ¿sabías? —ella se echo a reír, dejo la copa vacía en la mesa.
—Si, me lo han dicho. Pero me encanta ser así, pues no me gusta andar con rodeos pasados de moda —me miraba sin descaro, me di la vuelta y la mire también. —. Es mejor salir de lo común, quisiera conocerte más.
—Vaya, te dices ser mi fan y no sabes nada de mi, que nuevo —ella sonreía, no miento si dijo que su sonrisa era hermosa, pues lo es.
—Si, sé mucho de ti, pero solo sé datos de tu fama. Quiero saber más sobre tus secretos, tu lado oscuro.
Me quedé viendo sus ojos, ella era muy directo, pero había algo que me gustaba de ella y era que no le tenía miedo al fracaso. Negué y sonreí.
—Eres todo un caso, señorita Samantha.
—Lo sé —ella acerco su asiento al mío, su pierna tocaba la mía. Ella sonreí muy hermosamente. —. No se que haces conmigo pero me acerque sin más y ahora no me quiero alejar de ti.
—Seguramente se lo dices a todas —deje de verla y me di cuenta que la morena no dejaba de vernos desde la mesa de enfrente, tenía una media sonrisa.
—Solo a las chicas hermosas de ojos verdes, y creeme que son pocas las que conozco.
Samantha era una chica interesante y también atrevida, su mano estaba en mi pierna, ella sonreía con cualquier cosa que salía de mis labios. Me agradaba, quizá me ayudaría mucho ella en un futuro. Nos quedamos hablando, más bien ella hablaba sobre cosas que le gustaban de las chicas. Me di cuenta que ella no dejaba de coquetear conmigo, simplemente era un caso único esta hermosa ojiazul.
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