Capítulo 29
Lauren's POV
Dos semanas después.
Dos semanas habían pasado desde la vez que volví a hacer el amor con Camila, dos semanas desde que la dejé en ese hospital y me fui como una cobarde nuevamente lo volví a hacer. Estas dos semanas me había alejado de ella y de todo lo que me recordaba de ella, dejé de ver a mis amigas, las amigas que compartimos. Matt siempre me busca para planear su boda que sería la semana que viene, pero simplemente no me sentía bien para estar cerca de él, no sabiendo que él haría una vida feliz con la morena, la mujer que aún amo. Halsey se había alejado de mi, pues le confesé que me había acostado con Camila, ella no lo soporto y se fue, ahora estaba sola en mi casa y sola en el local, ya que ella renunció, no tenía a más nadie para que me ayudara a llevar mi estudio de arte, debía conseguír a alguien. Le di un sorbo largo a mi botella de cerveza que me estaba bebiendo en un bar, estaba sentada en el taburete que estaba en la barra, últimamente volví a estos caminos, el alcohol y las drogas eran mis mejores amigos. Estaba feliz por Camila, pues ella soñaba con tener a una familia y también soñaba con tener un bebé y ahora lo tiene, lo que me duele es que ese bebé no será mío, sino que de ella y de Matt. Él siempre que estábamos juntos me decía que él añoraba un bebé, él quería con ganas tener un hijo y me alegro por él.
La chica de la barra me entregó otra botella de cerveza, era la quinta o quizá la sexta, no sabía con exactitud, pues llevaba tres horas acá sentado y bebiendo. Las chicas estaban bailando, hacían el show de todas las noches, era su trabajo ellas buscaban a tipos con mucho dinero para poder obtener buenas propinas. Algunas chicas se acercaban a la barra y me bailaban, tratando de llamar mi atención pero no estaba en el estado para poder tener diversión con ellas. El destino nuevamente se estaba encargando en hacerme mierda, era un presio que debía pagar por haber hecho lo que hoy en día me arrepiento demasiado. Le di un sorbo más largo a mi botella, mi celular vibro, lo cogí y era una llamada, lo peor que me podía pasar, era Matt.
—Hola, ¿Lauren?. —trate de tranquilizarme y de hablar correctamente.
—Si, Matt, ¿que pasa?.
—¿Hablo en mal momento? —se escuchaba muy arrepentido.
—No, todo bien, ¿que se te ofrece?
—Es qué quería verte para planear lo que te hable. —era la fiesta que él estaba organizando, después de la boda.
—Si, lo recuerdo. —bebí de mi botella y la deje nuevamente en la barra. —. Pero creo que hoy no nos podemos ver.
—¿Y mañana?.
—Si, mañana en la tarde estaría bien, dime en que lugar. —a través del teléfono podía escuchar la voz de la morena, ella estaba riendo.
—Si, nos encontraremos en la misma cafetería y de ahí saldremos al lugar —se notaba feliz ya que estaba hablando también con la morena. —, te lo quiero mostrar.
—Bien, mañana a las tres de la tarde, bye.
No deje que respondiera y termine la llamada. Me levante del taburete, camine tambaleándome hacia una chica que estaba bailando a cerca de la mesa de un hombre, la tomé de el brazo y la llevé fuera del bar, si ella se divertía yo también tenía derecho. Salimos del local y llegamos a un callejón donde la bese y la haría mía, quería dejar de pensar un momento en la morena y en el bebé que tendría, la besaba con intensidad y mucha pasión, ella intentaba tocarme pero no la dejé, la única que me podía tocar era Camila. Metí mi mano bajo su falda y luego bajé sus bragas y la penetre con dos de mis dedos, ella se retorcía entre mis brazos, gemia muy alto, la callaba con unos besos profundos y muy apasionados. Mientras la hacía mía pensaba en Camila, en Camila y su cuerpo hermoso, en Camila y sus besos, los de esta chica no se compara con los de ella, luego de hacerla mía la deje y me aleje del callejón, no podía conducir así, pues estaba muy ebria, necesitaba un taxi, con dificultad pedí uno y me fui, no sabía que dirección le había dado pero ya estaba en marcha, me estaba quedando dormida en los asientos de atrás, hasta que el hombre me despertó.
—Llegamos señorita.
Abrí mis ojos y salí del taxi, camine a la entrada y me di cuenta donde estaba. Era la casa de Ally, vaya mierda, toque el timbre y esperé a que me abrieran, luego de un tiempo me abrieron y era Troy, me miraba con ojos de burla.
—Pero estas echa un asco, deja que te vea Ally. —se hizo a un lado y entre, casi me tropiezo con la pequeña grada de la entrada.
—¿Pero que mierda...? —Ally apareció de la cocina con un plato de comida, lo dejo en la mesa y se acerco a mi. —. Lauren, te había dicho millones de veces...
—Si, si mamá Ally... —ella me cogío del brazo muy fuerte y me llevó arriba, a su habitación o al baño seguramente.
Entramos sin más y ella me dejó sentada en el bater, si, estábamos en la habitación del baño, me quede sentada ahí, mi cabeza me daba muchas vueltas, estaba muy ebria la verdad, comencé a reír, pues me di cuenta que mi dedo estaba en mi nariz, estaba revisando si mi mucosidad estaba en su lugar, reír más al darme cuenta de lo que hablaba, Ally estaba en la tina, no sabía que haría, luego pensé en la morena. ¿Ella le revisará las fosas nasales a Matt para saber si su mucosidad esta en su lugar?, reír más fuerte al darme cuenta en lo que pasaba y luego sin más comencé a llorar muy fuerte.
—Ya callate, Dios mío —decía Ally mientras seguía con la tina.
—Camila le revisa la mucosidad a Matt —llore más y más, era sin sentido lo se pero me daba tristeza.
—¿Pero que mierda dices? —se acerco y me levanto sin cuidado—, ven aquí estúpida.
Lo último que sentí fue que ella me tiro a la tina la cual tenía agua muy fría, grite y llore más fuerte, el agua caía de arriba, el grifo estaba encendido. Llore por mucho tiempo y Ally solo me miraba con ojos de enojo y también de desesperación.
—Estas echa un asco Lauren. —decía mientras se cruzaba de brazos. —, y de paso eres una tonta infantil.
—Ella... Ella me debe revisar a mi... —lo decía mientras lloraba y sentía que el agua pasaba por mi cuerpo, seguramente mi teléfono este arruinado, estaba en mi chaqueta, llore más al saber eso. —. Mi teléfono... Aaaahhh, mierda.
—¿Todo bien? —preguntó Troy al entrar a la habitación.
—Si, solo que esta llorando y dices cosas sin sentido.
—Iré a preparar café —sin más se fue.
Ally se acerco a mi y apago el grifo, ya le había calmado ya no lloraba como antes, solo se escuchaban sollozos con un poco de temblor en mi voz, estaba tiritando por el frío que sentía. Ally comenzó a quitarme la chaqueta y luego la camisa y siguió con el botón del pantalón.
—Oye enana... —la detuve y ella arqueo un ceja. —, primero debemos cenar y luego si quieres nos acostamos. No te creía así monja Ally.
—Callate idiota, lo único que me das es asco, venga dejate.
Ella me dio un golpe muy fuerte en mi cabeza y luego logró quitarme el pantalón, con su ayuda me levante de la tina y salí de ésta, caminamos hacia la habitación de ella seguramente, ella me llevaba a jalones y no lo hacía con cuidado, cuando llegamos me quito la toalla que en algún momento me puso en la habitación del baño lo cual no recuerdo, ella me hizo que me sentara en su cama, luego observé que ella buscaba ropa en su armario. Me dio una camisa muy larga, seguramente era de Troy, por que su ropa no me quedaría, reír al pensar en esa tontería, me dio también un short y sin más salió de la habitación, me levante y ya no me sentía tan mareada solo era un poco, la ducha fría me ayudo mucho. Me levante y me comencé a vestir me puse el short y luego la Camisa, Ally entró tiempo después a la habitación.
—Haber cuando vienes a mi casa estando sobria —ella cogio la toalla del piso, se notaba muy molesta.
—Ally, lo siento.
—Callate —me miro de golpe, su expresión era de molestia, mucha molestia. —¿Hasta cuando harás caso? —ella me señalaba —, no siempre estaré cerca para cuidarte entiende estúpida, Dios, Lauren, te amo, pero esto me esta desquiciando.
Me senté en la cama y escondí mi rostro con mis manos, era verdad, Ally siempre era la que sufría por mis tontos vicios, solo ella lo hacía, lágrimas salían nuevamente de mis ojos, y esta vez si que tenían sentido, era por que me sentía mal, muy mal por Ally y también lo que pasaba con la morena. Sentí que ella se sentó a mi lado, no me abrazo solo se quedo a mi lado, no decía nada solo esperaba a que me calmara y dejará de llorar, a los minutos lo logré, deje de llorar.
—Te amo Laur, pero creo que no es la mejor forma de llevar tu vida —ella decía en forma sincera. —, sé que te pasa algo, pues te pones a beber cuando estas mal, pero te aseguro que no es la mejor opción para conllevar lo malo que te pasa.
—Yo... Trato y trato te lo juro pero no puedo —ella me dio algo para limpiar mis ojos y lo hice, luego continúe —. Todo esto es difícil, creo que con el alcohol olvidaré mis problemas pero no es así, al final solo termino dañandome más.
—Me enteré lo de Camila —le di una mirada y ella hizo un mueca, ella quería sonreír pero no lo logró. —. Sé que eso te puso mal, lo sé y lo entiendo. Pero debes saber que ella es feliz. —agache mi cabeza, tenía razón, ella lo es —. Debes dejarla ser feliz Laur, es difícil lo sé, pero debes dejarla serlo, ella tiene derecho, quizá más adelante ella te recuerde.
—No quiero que recuerde, Ally. —unas lágrimas se escaparon de mi ojo.
—. Tengo miedo, miedo a que ella me llegue a odiar por hacer lo que le hice.
—Te entiendo, pero debes saber que ella en cualquier momento lo recordará y deberás vivir con eso, ella puede que te perdoné —dijo ella y puso su mano en mi hombro y me dio un apretón suave. —, o puede que te odie. Pero es algo que el destino y ella deberán de decir —Ally siempre tenia razón y por eso siempre venia hacía ella. —Pero debes vivir y dejar vivir, Lauren.
Me quede un momento analizando lo que había dicho Ally, era cierto, debía dejar vivir a Camila con su nueva vida, y más ahora que tendrá a su bebé, debo dejarla ir, esta vez si lo tengo que hacer. Ally me dio una sonrisa y me dijo que bajará, cuando bajamos Troy estaba viendo la televisión, Ally me dio una taza con café. Ella me dijo que me podía quedar esta noche en el sofá, aún estaba enojada, lo sabía bien. Desde ahora me propongo dejarla en paz y dejarla que sea feliz, aunque duela, pero es mi realidad, es su realidad. Me será difícil, pero trataré de hacerle frente.
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