Capítulo 25

Después de que ambas chicas desaparecieron empezaron a arreglar todo, varios alumnos terminaron amontonados en la enfermería para tratar algunas heridas menores, nadie salió realmente herido, algún moretón, raspón o rasguño, nada más.

Towntrap, Eak y Cami se disculparon con todos ellos por los problemas que causaron, Owyn simplemente dijo que no era su intención lastimar a tantas persona, solo quería que Freddy se disculpara por lo pasado en su escuela anterior.

En ese momento salió Fred diciendo que Freddy no tenía porqué disculparse cuando lo que pasó aquella ocasión, robarle el protagonismo y humillar públicamente al de larga trenza, había sido culpa suya, pidió disculpas a regañadientes y después los cuatro chicos ofrecieron su ayuda para reparar los daños, además de que aceptaron recibir el castigo que impusieran los directivos, aunque las autoridades de la escuela no sabían que era lo que había sucedido.

Los organizadores del evento lo cancelaron, pero la insistencia e inconformidad de los alumnos fue demasiada, así que lo reprogramaron para  una semana después, esta vez, esperaban que no hubiera sorpresas de por medio.

Los alumnos estuvieron satisfechos y luego de haber limpiado y arreglado un poco el lugar cada uno regresó a sus hogares, sin saber qué había sucedido realmente.

.
.
.

—Ya no hay deuda que pagar, pueden intentar ganar limpiamente —dijo la albina a Golden y a Foxy cuando iban de regreso a su casa junto con Spring.

—Bueno, ya se verá, no les tendremos compasión ahora —dijo el pelirrojo con cierto tono retador.

—Ni así nos podrán ganar, rojo —dijo la albina sonriendo confiada.

—¡Ja! Golden los acabará en un segundo —presumió el más alto cruzándose de brazos.

—No presumas de lo que no es tuyo Fox —dijo el de cabello mostaza que los iba acompañando, pues el nuevo chico, Fred, se había negado a dejar que el rapero los acompañara a casa.

—¡Pero si es mío! —dijo el pelirrojo arrepintiéndose de inmediato al ver a su hermanita confundida y a su novio rojo de vergüenza, haciéndolo avergonzar a él también —¡De nuestra banda! ¡Él es nuestro cantante! —trató de corregirse el más alto ante la pícara mirada de su Bro.

—Oh~ claro —habló el rapero divertido —Así que todo tuyo ¿Hm? Vaya, que celoso.

—¡No es eso Spring! —gritó casi de inmediato el pelirrojo avergonzado mientras el peli-dorado ni siquiera quería levantar la mirada del muy interesante piso, sentía sus mejillas arder y seguro estaba sonrojado hasta las orejas.

—¿Ya son novios ustedes dos? —dijo el rubio mostaza con una sonrisa sugerente y un tono divertido.

—¡No me refiero a eso! —volvió  a hablar el pelirrojo ignorando la pregunta de su brother algo que no paso desapercibido para el rapero.

—No dijiste que no~

—¿De qué estás hablando apestoso? —preguntó Meg aún confundida y sin entender el hilo de la conversación que llevaban Springtrap y Foxy.

—¡Oww! ¿Fox no te dijo? —dijo burlón el rapero mirando con diversión al nervioso pelirrojo.

—¿Qué cosa? ¿Ahora que me escondes idiota? —preguntó la albina empezando a irritarse.

—¡Nada nada! ¡Está chiflado! —dijo el pelirrojo haciendo exagerados ademanes con las manos.

—¿Golden? —la albina miró al de cabellos dorados que desviaba la mirada para evitar que vieran su prominente sonrojo —¿Que esconden ustedes dos?

—¡Na-nada! —dijo de inmediato el peli-dorado, sin despegar la mirada del suelo.

—¿Qué es eso de novios? —preguntó la albina formulando una rápida estrategia en su mente para hacerlos hablar.

—N-no es nada —dijo Golden tratando de calmar sus nervios.

—Uff, qué bueno, porque una amiga me pidió que los presentara, dice que le pareces muy lindo, en serio quiere salir contigo en una cita y-

—No, ni lo pienses —interrumpió el pelirrojo serio, tomó a Golden por la cintura y lo pegó a su cuerpo.

—¿Entonces sí están saliendo? —dijo la albina fingiendo sorpresa.

—¡Sí! Así que dile a esa amiga tuya que él no puede, que tiene pareja y que-

—¡Ajá! Sabía que eres un celoso de lo peor —dijo la albina divertida por la estupidez de su hermano.

—¿Eh?

—Ugh, no hay ninguna chica que se interese en Golden... Bueno, si las hay muchas, pero no son mis amigas y no pienso ayudarlas a presentarse y conseguir una cita con él.

—¡¿Y por qué dijiste eso entonces?! —se quejó el pelirrojo molesto haciendo que la albina lo mirara como si fuera el ser más estúpido del planeta.

—¿Para qué crees rojo? —dijo el rubio opaco rodando los ojos con una sonrisa —Para que sacarás la sopa.

El pelirrojo miró confundido al rapero por unos segundos hasta que entendió todo y le cambio completamente la cara a una de vergüenza y el rubio solo lo miró con un puchero completamente apenado por las miradas divertidas de los otros dos.

—Y... ¿Cuánto llevan saliendo? —preguntó la albina expectante.

—Eh... Un día quizás —dijo el pelirrojo haciendo cuentas.

—Dios, solo un día y ya se los dijiste —dijo Golden cubriendo su rostro con vergüenza.

—¡¿Un día?! ¡¿Y no me habías dicho nada?! —preguntó la de ojo ámbar indignada haciendo sobresaltar al pelirrojo.

—¡Iba a hacerlo! —replicó el pelirrojo casi de inmediato —Pero estaba pensando cómo...

—¡¿Pues qué pensabas?! —preguntó la albina indignada de la desconfianza de su hermano mayor.

—¡No sé! Solo quería esperar antes de decirte algo —dijo con un puchero el mayor.

—Te estás metiendo en problemas de una manera muy estúpida, rojo —habló el rapero burlón por la creciente ira de la más bajita del grupo.

—¡Debiste decirme en cuando pasó! Aunque era obvio que terminarían juntos —dijo Mangle con una sonrisa burlona.

—¡Querías que te dijera al instante tú! —se quejó el pelirrojo —No es posible que todos se hayan dado cuenta menos nosotros Golden —dijo el mayor con un puchero viendo a su avergonzada y silenciosa pareja que no había hablado desde hacía un rato.

—¿Éramos tan obvios? —preguntó el rubio cubriendo su rostro con ambas manos aún avergonzado.

—Más de lo que te imaginas doradito —habló el rubio mostaza dándole una sonrisa divertida al peli-dorado.

—Se les notaba a kilómetros —se burló la albina entre risas divertidas.

—Ugh... Qué vergüenza —dijo el rubio cubriendo su rostro completamente rojo de la vergüenza, sintiendo como su pareja le daba un beso en la mejilla aún manteniendo el agarre en su cintura.

—Bueno, el punto es que ya estamos saliendo, ¿No? —dijo Fox mirando a sus hermanos, aún pegando al rubio a su costado, Golden todavía avergonzado se dejó hacer y recargó suavemente su cabeza en el costado del mayor.

—Se ven muy lindos juntos —admitió la albina sonriendo con cariño al ver lo tiernos que se veían.

—Uh... ¿Gracias? —dijo Golden avergonzado tratando de esconderse en el pecho del mayor que solo soltó una sonora risa.

—Haces que se avergüence —dijo el pelirrojo enternecido de la reacción de su novio.

—¡N-no es cierto! —refutó el rubio de inmediato.

—No importa si lo niegas, todos lo vemos doradito —habló el rapero divertido.

—No le digas así estropajo —se quejó el pelirrojo con un puchero.

—¿Hasta de eso tienes celos Fox? —preguntó la peli-blanca divertida.

—¡No son celos! —se defendió el pelirrojo de inmediato.

—Ni tú te crees esa bro —habló el rubio de sudadera verde olivo —Pobre de Golden, la que te espera enano —dijo aún risueño.

—No sabía que eras celoso —dijo el rubio sonriendo de lado, se le hacía lindo eso de él.

—¡No lo soy! Bu-bueno... No mucho —dijo desviando la mirada y rascando su nuca avergonzado.

—¡No le creas Golden! ¡Es una trampa! —dijo Springtrap señalando a su brother de inmediato, Golden rió al ver la cara de amargado de su novio.

—No son celos, solo lo quiero cuidar —aclaro el más alto entre pucheros.

—¿Cuidarlo de qué? No le hace daño que le diga doradito, o conocer a una linda chica qu-

—No, no, no, lo cuido de que me lo roben —dijo el pelirrojo afirmando su agarre en las caderas de Golden.

—Claro, lo que tú digas —dijo la única mujer presente, rodando los ojos.

El camino a casa estuvo lleno de bromas dichas con la intención de hacer avergonzar a la recién descubierta pareja, a pesar de que los molestaran, Mangle y Springtrap querían lo mejor para esos dos, se merecían permanecer juntos y muy felices.

Al llegar a casa el estropajo se despidió, diciendo que debía alimentar a Bestia o destruiría su casa, no querían pensar en las cosas raras que habían pasado, todo terminó y lo mejor que podían hacer era tratar de olvidarlo para que ese suceso no afectara lo que llegara a pasar en un futuro.

.
.
.

El chico azabache ahora caminaba a la par de Freddy hacia su casa, estaba nervioso; justo ahora iba camino a tener su primer encuentro cara a cara con la mamá del castaño.

Quizá podría decir que también era su mamá, pero era más que obvio que esa mujer le tenía cierto miedo y odio, no la culpaba, pero tenía miedo de lo que pudiera decir ahora que tenía un cuerpo propio y pudiera reconocerlo como "el parásito que atormentaba a su hijo".

—¿Qué tienes? Es raro que estés callado —habló el castaño tocando el hombro de Fred con cierta preocupación.

—... Bueno es que... No creo que tu madre esté muy feliz de verme —dijo rascándose la nuca con risas nerviosas —Además, no podemos explicar que pasó, todo fue tan raro, aún no entiendo cómo es que ahora estoy aquí...

—Eso no importa, mamá nunca te vió, así que no sabrá quién eres, serás otro de mis amigos a quien invite a comer y dormir en casa, luego veremos dónde te puedes quedar, ¿De acuerdo?

—¿No me dejarás quedarme contigo? —dijo abrazando por los hombros al castaño y acercando su rostro al del menor.

—No te va a dejar mamá —habló el castaño nervioso desviando la mirada.

—Ouh tan acostumbrado que estaba a tu cuarto —se quejó el pelinegro aún sobre del castaño con un puchero.

—Vamos, no es tan malo, quizá te puedas quedar con Spring.

—Ni de chiste —bufó el pelinegro —Me quedaré con quién sea menos con él —sentenció Fred con un bufido.

—¿Por qué no? No entiendo porqué no te agrada —dijo el castaño rodando los ojos.

—¡Porque no! La perfección no se puede quedar con alguien, como él —dijo en tono presumido a lo que el menor rió.

—Como digas, ya veremos qué hacer entonces, pero dónde sea que te quedes, te tienes que comportar —dijo a modo de advertencia el de ojos azules, no quería que Fred se fuera a meter en problemas en casa ajena.

—Sí, sí, lo que digas —dijo el más alto restándole importancia.

Siguieron caminando en un cómodo silencio, el pelinegro no soltó a Freddy del abrazo, ni siquiera cuando llegaron a casa del menor, al estar frente a su casa el castaño sintió como el pelinegro tensó su agarre, lo miró de reojo y vio lo nervioso que estaba, le dedicó una sonrisa para calmarlo un poco y Fred sintió un vuelco en el estómago, ¿Ahora qué estaba pasando con él? ¿Tan rápido se había enfermado?

No tuvo tiempo para responder cuando el menor ya había abierto la puerta e ingresado a su casa, el azabache se quedó quieto, así que el castaño regresó sobre sus pasos y lo tomó de la mano para jalarlo con él, lo que provocó un ligero hormigueo en ambos, sintieron sus mejillas calientes por ese pequeño contacto entre sus manos.

Entraron a casa del menor y pronto la voz de una mujer llegó hasta ellos.

—¿Freddy? Cariño, prepárate para cenar —dijo la señora desde la cocina al escuchar la puerta.

—Mamá, un amigo viene a cenar —avisó el castaño llevando de la mano a Fred hasta dónde estaba la mujer.

—¿Mm? ¿Quién? —la señora volteó hacia los chicos y los vio tomados de la mano entrando a la cocina, aunque el chico pelinegro se le hacía familiar no le dio importancia y mostró una amable sonrisa.

—Es un amigo, ¿Puede quedarse a dormir esta noche? —preguntó el castaño sin soltar la mano de Fred al notar lo nervioso que estaba.

—Buenas tardes, un gusto —habló el pelinegro nervioso, tratando de pensar en cómo se supone que debía tratar con la mamá de Freddy.

—Oh, hola, el gusto es mío —la mujer mantuvo su amable sonrisa en los labios —¿Cómo te llamas?

—Mi... Mi nombre es Fred —dijo aún nervioso apretando la mano de Freddy ligeramente, el castaño devolvió el apretón suavemente.

—Bien, Fred, Freddy vayan a lavarse las manos para cenar, y por supuesto que te puedes quedar a dormir —dijo la señora sonriendo, los chicos sonrieron emocionados y aliviados.

—Gracias mamá —el castaño se llevó a Fred al baño para cumplir la orden de la mujer, y hasta entonces se soltaron —¿Ves? No fue tan malo después de todo —el castaño sonrió amable, Fred le regresó una suave sonrisa que avergonzó un poco al de ojos azules.

—Tenías razón, supongo —dijo lavándose las manos y Freddy segundos después hizo lo mismo —Pensé que me reconocería —dijo aliviado mientras secaba sus manos en la toalla del baño, conocía esa casa a la perfección así que no necesitaba que el castaño le indicará dónde estaba cada cosa.

—¿Miedo? —se burló el castaño con diversión.

—Ni un poco —contestó el más alto orgulloso.

—Mentiroso, apretaste mucho mi mano —se quejó el menor entre pequeñas risas.

—Pero no porque tuviera miedo.

—Ajá.

—¡En serio! —replicó de inmediato el azabache al reconocer la incredulidad en el tono de Freddy.

—Eres muy orgulloso Fred —dijo el más bajito entre pequeñas risas mientras el azabache se hacía el indignado.

—¡Bueno, siendo la perfección en persona era obvio que debo tener mi orgullo intacto! —se defendió el más alto con dignidad —Además, tus manos son muy suaves y me gusta tomarlas —sentenció cruzándose de brazos con un puchero mientras Freddy secaba sus manos.

—¿Eh?... ¿Mis manos que...? —el castaño estalló en colores ante la declaración del más alto, y este simplemente se congeló al darse cuenta de lo que dijo.

—Ah..... Qué estás equivocado y que no tenía miedo y-

—Tambien me gusta tomar tu mano, Fred —el castaño, con mucha vergüenza y un enorme sonrojo le dedicó una sincera sonrisa al azabache que simplemente se tornó de un color rojo muy notorio por su pálida piel.

—E-eso es obvio, yo soy perfecto, y mis manos también lo son —dijo Fred desviando la mirada para no ver lo jodidamente adorable que era el castaño, quería quitarse el impulso de abrazarlo y besarlo de su estúpida cabeza ¿Qué haría Freddy si se entera de los pensamientos que tiene? No quiere ni imaginarlo.

[Editado: 17/02/2021]

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top