Capítulo 23

—T-tú... —habló el de melena anaranjada poniéndose en postura de defensa, con una notable expresión de miedo.

—Tsk... —el moreno tronó la lengua y frunció el ceño a más no poder, estaban en serios problemas.

—He... —rió el de cabello morado con una sonrisa maliciosa y una mirada demasiado aterradora, provocando que el silencio gobernara en el lugar y todos estuvieran tensos.

Eak se movió de inmediato y se puso frente a Towntrap quien se quedó agazapado detrás del moreno

—¿Saben qué es lo que están haciendo? —preguntó el hombre, tenía un porte elegante y caminó con tranquilidad hacia ellos, algunos lo reconocieron como el ayudante del campamento, uno de los jueces de ese evento.

—Lo correcto —respondió a la defensiva el moreno mirándolo con desafío.

—Oh... Espero que valga la pena entonces —habló el peli-morado sonriendo con fingida amabilidad.

—¿Qué piensas hacer? —retó el moreno —Tu perro lame botas ya no te sirve —dijo aún en ese tono desafiante, Town se aferró a su playera para que dejara de hablar.

—¿Él? —dijo mirando al de larga trenza que estaba asustado de la mirada tétrica de su "jefe" —Solo es una pieza más del tablero, un peón fácilmente desechable —dijo riendo suavemente y provocando un escalofrío en los presentes —Todo lo que ustedes saben, lo que conocen, es gracias a mí, porque yo lo he permitido, yo mismo les enseñé muchas cosas, pero hubo otras que no les enseñé —dijo ampliando su terrorífica sonrisa, levantó su mano y chasqueo los dedos, entonces todos se desmayaron.

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La oscuridad reinó y después de poder enfocar la vista observó que estaba en un lugar de completa oscuridad, además de que todos estaban ahí, inconscientes... Entonces escuchó esa voz de nuevo.

—Hm~ pero si es el pequeño prisionero —dijo un rubio vestido de traje y sonriendo con sorna, ojos vacíos y oscuros, de piel grisácea que flotaba en toda esa oscuridad.

—No de nuevo... —murmuró Golden asustado, todavía seguía en el piso viendo a esa figura tan rara que conoció después de su pelea con la banda.

—¿Me echaste de menos cariño? —preguntó el rubio burlón acercándose mucho al menor e inclinándose para quedar cara a cara.

—¡Déjalo en paz! —habló el pelirrojo que recién estaba siendo consciente de su alrededor, se levantó como pudo y se acercó al peli-dorado, sin notar que una figura se formaba a cerca suyo.

—Pero si es el niño —habló el nuevo ser, era alto, al igual que la sombra de Golden, sus ojos eran vacíos y oscuros, su cabello parecía flotar hacia arriba y era de color negro, piel grisácea y líneas negras que adornaban su piel.

—¿Disculpa? ¿Quieres que te dé una lección acaso? —dijo el mayor levantando su puño cerrado en señal de amenaza.

—¿Tú? ¡Ja! Quisiera que lo intentes —dijo la imagen oscura de Foxy, sonriendo con sorna.

—¿Qué rayos? —el castaño estaba hincado viendo a sus amigos que estaban a cierta distancia —Fred... ¡¿Fred?! —buscó con la mirada al azabache y lo vio a unos pasos de él, se puso de pie y se acercó a su lado con pasos temblorosos —¡Fred!

—Ugh... —el pelinegro abrió los ojos despacio, lo primero que su vista pudo enfocar fueron esos ojos azules que lo miraban con la preocupación reflejada en ellos —¿Freddy...? —el de ojos oscuros se sentó tratando de ubicarse, hasta que se dio cuenta de que estaban en la nada, otra vez —¡No puede ser! ¡No llevaba ni 10 minutos con mi cuerpo! —se quejó jalando sus cabellos con desesperación, el castaño soltó una leve risita, Fred no cambiaría nunca —¡No te rías! ¿Qué mierda hacemos aquí? Ya habíamos salido —dijo echando un rápido vistazo alrededor, viendo a los demás amigos de Freddy algo alejados de ellos.

—No tengo la menor idea, pero, será mejor que salgamos de aquí otra vez —dijo el castaño viendo con miedo a todas esas figuras oscuras que flotaban y molestaban a sus amigos —Son como tú —dijo Freddy observando a esos seres fantasmales.

—¡Por supuesto que no! No compares a esta perfección con esas cosas —se quejó el pelinegro prepotente haciendo que el de ojos azules rodara los ojos.

—Los demás aún no despiertan — dijo mirando a los que quedaban en el aparente suelo, varios de ellos no los conocía, pero al parecer, los únicos que estaban despiertos eran ellos cinco.

—No te separes de mí, buscaré una salida —habló el pelinegro poniéndose serio de repente.

—Buscaremos —le corrigió el castaño poniéndose de pie —Andando Fred.

—Sí, sí —dijo poniéndose de pie y tratando de flotar como siempre hacía, sin lograrlo —¿Y ahora qué? —dijo Fred irritado luego de varios intentos fallidos por alzarse.

—Ahora tienes cuerpo propio, quizá sea por eso —argumentó el castaño al ver que el más alto se desesperaba, porque sí, para desgracia de Freddy, el desgraciado de Fred era unos desgraciados centímetros más alto que él... Desgraciadamente.

—Pff, bueno, será una práctica supongo —dijo empezando a avanzar hacia Freddy y tomando su muñeca —¿Y ahora hacia adónde? —preguntó sin detener su avance.

—¿Crees que debamos ayudarlos? —preguntó el castaño mirando a sus amigos que parecían discutir con sus sombras.

—No creo que podamos hacer mucho —dijo el pelinegro viendo como los fantasmas se burlaban de los chicos que estaban ahí, tal como él lo hubo hecho con Freddy.

La culpa recorrió su cuerpo y miró al chico a su lado, siempre discutían por las idioteces que él llegaba a hacer usando su cuerpo a la fuerza...

—Freddy...

—¿Qué pasa? —dijo centrando su vista en el pelinegro, la voz de Fred sonaba decaída de repente.

—Lo siento... —murmuró muy bajito el de ojos oscuros, evitando los ojos azules del más bajo.

—¿Hm? ¿Por qué dices eso Fred? —preguntó el castaño confundido.

—Bueno... Ya sabes... —habló Fred aún sin querer mirar al otro, pero luego de un debate interno centró su vista en el otro —Por... Por todo lo que te hice antes.

—Ah... —el menor miró sorprendido al azabache, luego soltó unas risitas.

—¡¿De qué te ríes ahora?! —preguntó exaltado el mayor mirando al castaño con el ceño fruncido y un leve rubor en las mejillas de la vergüenza.

—De nada, de nada —dijo aún con la risa bailando en la voz —Eso ya pasó Fred, después de todo, yo también lo siento —le dijo sonriendo con cierta pena.

—Je, te ves bonito con las mejillas rosas, osito —habló el mayor mirando con cariño al de menor estatura.

—¡¿Eh?! ¡C-cállate! —dijo el otro avergonzado y volteando el rostro al sentir que sus mejillas se calentaban.

—No seas tan tímido osito~ —habló el otro pasando un brazo por los hombros del castaño y acercándose más de lo debido a su rostro, oh dios, como había querido avergonzar a Freddy desde hace tiempo.

—¡Aléjate idiota! ¡Y deja de decirme osito! —reclamó el castaño queriendo quitarse de encima al molesto azabache mientras la vergüenza lo dominaba.

—¿Prefieres que te diga pasiva? —preguntó el azabache divertido, hace tanto que quería abrazar así al castaño y ni siquiera lo notó.

—¡No empieces tú también! —dijo el menor mirando con un puchero a Fred.

—¡Bien bien! Tranquilo Freddy —dijo separándose entre risas —Entonces ¿Qué es lo que-

El azabache no pudo seguir hablando cuando ambos empezaron a desaparecer, esta vez no entraron en pánico, se miraron un momento, Freddy se apegó al azabache y tomó su mano con fuerza.

—En serio, no me sueltes Freddy —pidió el mayor serio, sabiendo que lo que encontrarían al volver no sería nada bueno.

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—¡Ya no es lo mismo! —dijo el rubio desesperado, discutiendo con su contraparte.

—Oh vamos, tú mejor que nadie sabes que te están usando, tu abuelo está esperando para volver a hacerte trabajar como antes, y antes de que te des cuenta esos a los que llamas "amigos" te dejarán completamente solo —habló mientras daba vueltas alrededor del rubio, divertido por la desesperación de Golden.

—¡Te dije que lo dejaras en paz! —reclamó el pelirrojo que ya se había acercado y ahora tomaba a su novio de la muñeca para ponerlo detrás suyo.

—Nadie le haría caso a alguien como tú, tan infantil y tan estúpido —dijo esta vez la contraparte del pelirrojo soltando unas ruidosas carcajadas acompañadas de las risas del otro fantasma. El de ojos ámbar se tensó y quiso brincar sobre esa cosa oscura para romperle la cara a golpes, pero el rubio estaba sujetado a uno de sus brazos con fuerza y no quería separarse de él.

—¿Qué sucede, niño? —preguntó la sombra de Golden burlona al ver al pelirrojo enfurecido —¿Y tú? ¿Qué acaso no puedes defenderte solo? —preguntó mirando al rubio que estaba tratando de esconderse detrás del pelirrojo.

—Hm, ¿Por qué alguien como tú, está con alguien como él? —preguntó la sombra del más alto, rodeando a los chicos y observando al rubio.

—¿Qué? —preguntó el rubio confundido y sin darse cuenta, ese ser apareció justo detrás de él, asustando al rubio.

—Es decir, ese tipo es un niño que olvida todas las promesas que hace, es un inmaduro, ¿No es así, Foxy? —habló el fantasma divertido, tomando a Golden de los hombros y separándolo rápidamente del más alto, pasando un brazo sobre sus hombros para mantenerlo quieto y pegado a su cuerpo —Ese niño no te conviene para nada —habló acercándose en demasía al rostro del menor.

—Hm, tiene razón —habló la contraparte del rubio acercándose de frente al rubio, empujando a Foxy para mantenerlo alejado —Además, solo míralo, ¿Crees que entre tu trabajo y el encierro tendrás tiempo de aguantar a alguien tan infantil como él? —preguntó el ser extraño tan parecido a Golden tomando la barbilla del rubio para obligarlo a ver al pelirrojo que solo apretaba los dientes y los puños escuchando a ese par de imbéciles.

—¡No saben nada de él! —habló el rubio queriendo escapar del agarre de ambos y poner espacio al ver el obvio enojo de su pareja, pero las sombras no le dejaron moverse.

—¡Lo conozco aun mejor que tú! —dijo divertido la sombra del pelirrojo —Él es incapaz de cumplir promesas, es débil, un niño que no sabe hacer absolutamente nada más que usar la fuerza bruta —dijo mirando con diversión la creciente ira del pelirrojo; soltó los hombros del rubio y puso su mano alrededor de su cadera —Nada bueno para ti, un niño rico que puede tener a cualquier persona a sus pies con todo el dinero que se carga —dijo mirándolo con una sonrisa de burla, el rubio lo empujó y apesar de tambalede que la sombra se tambaleó no se safo del agarre por completo, el pelirrojo se acercó a pasos agigantados y tomó a Golden de la mano, pegándolo a su costado con firmeza.

—No se acerquen —exigió Foxy con seriedad, Golden sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar su voz.

—¿O qué? Somos parte de ustedes, todo lo que decimos les molesta porque saben que es verdad —habló la sombra del rubio sonriendo, flotando alrededor de ambos.

—Jamas pensé que en verdad el gran "the Golden boy" aceptaría a alguien como tú, ¿No has pensado que es solo lástima? —se burló la sombra de mayor estatura flotando alrededor del pelirrojo, centró su atención en el rubio que lo miraba con el ceño fruncido —Solo míralo, no mereces a alguien como él —habló pegándose al costado libre de Golden, sacando su lengua y pasándola por la mejilla del rubio, el menor se sobresalto y de inmediato se cubrió la zona con una sensación de asco, pegándose al costado de su novio, aunque solo duró unos segundos, pues el pelirrojo se abalanzó sobre su contraparte para golpearlo lo más que pudo.

—¡Foxy! —el rubio no quería acercarse porque ambos estaban rodando en el suelo, repartiendo golpes a diestra y siniestra sin ningún miramiento.

—¿De verdad te estás arriesgando a estar con alguien como él? —preguntó la sombra del rubio —Alguien tan violento, cuando tú eres tan débil, no quiero imaginar qué nos pasaría.

—Él no es violento —defendió Golden molesto.

—¿Qué acaso no lo estás viendo? —dijo el fantasma con fingido desdén —En cuanto se moleste y explote te irá muy mal.

—Dejalo en paz, ni siquiera lo conoces —habló aún mirando atento a su novio y buscando algún momento para intervenir.

—Pero claro que sí, yo soy tú —habló abrazando al rubio por los hombros y pegándolo a él —Solo que soy la versión mejorada.

—Ya cállate —exigió Golden empujando a su fantasma para soltarse del agarre, pero el fantasma no se alejó.

—Oh vamos —apretó el algarre y luego acercó su rostro peligrosamente al contrario —Deberías dejar de resistirte a mí —habló prácticamente al oído del cantante para luego morder su mandíbula, el rubio se molestó y le soltó un fuerte puñetazo en la mejilla, haciendo que su fantasma retrocediera.

—¡Dije que te calles! —gritó el rubio enojado y rojo de la rabia y asco.

—¡¿Tú también maldito?! —el pelirrojo no tardó nada en volver a acercarse dónde estaban Golden y Gold, aún furioso por todas las emociones que se le estaban juntando al más alto, tomó al rubio por la cintura y lo alejó de su sombra —¡Te voy a...

—Fox, ya déjalos —habló el rubio tratando de calmarse y calmar a su pareja.

—¡Pero Golden!

—¡Ja! Al niño bonito ya le entró miedo~ —dijo Fix yendo donde estaba la sombra del rubio, solo para asegurarse que aún tuviera cara después del puñetazo del rubio, además, aprovechaba para descansar de ese repentino ataque, en su corta existencia jamás había sentido dolor, así que esto era demasiado extraño para él.

—No importa qué estupidez digan, él y yo sabemos que todo eso es mentira, y no vamos a creer lo que ustedes vengan a decir —dijo el rubio dándoles una mirada despectiva, el pelirrojo lo miró orgulloso de tener a un novio como él, tan adorable y terrorífico, simplemente perfecto.

—¡Ja! Solo espera y verás, tarde o temprano nosotros tomaremos el control la única manera de deshacerse de nosotros es acabar con sus miedos e inseguridades, y eso, es mucho más difícil que sólo unas palabras bonitas —dijo Fix con una mueca de dolor pero manteniendo una burlona sonrisa.

—Sea como sea, aún tengo miedo a estar solo, pero no quiere decir que estoy resignado a vivir bajo mis inseguridades, tengo a mis amigos y a Foxy, todo tiene solución —volvió a hablar el rubio con determinación, tomando la mano de su pareja y entrelazando sus dedos.

—No dejaré que él vuelva a sufrir ese miedo, yo estoy aquí para acompañarlo y cuidarlo —habló el pelirrojo con firmeza, las sombras simplemente fruncieron el ceño al ver que esos dos no se rendían.

—Nunca has cumplido una sola de tus promesas —se burló Fix —Lo que digas no cambiará nada ahora.

—Sí lo hará —contradijo de inmediato el rubio —Él no es como piensan, y quizás no sé de su pasado, pero confío en que él puede superarlo, es la persona más fuerte que he conocido —habló un poco apenado, mirando de reojo al mayor.

—Gracias —dijo el pelirrojo sonriente con pequeñas risitas —Ya no podrán controlarnos si no nos dejamos llevar por el miedo, no podrán tomar el control nunca más —habló el pelirrojo sin soltar a su novio.

Entonces el pelirrojo y el rubio se miraron con una sonrisa, luego sintieron esa extraña sensación de un vuelco en el estómago, volvieron a mirarse, los dos empezaban a desvanecerse.

—No me sueltes Golden —pidió el pelirrojo apretando el agarre de sus manos, el rubio solo asintió aferrándose con fuerza al cálido agarre de su pareja, ignorando los gritos y quejas de las dos sombras que dejaban atrás.

[Editado: 15/02/2021]

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