Comida favorita

-¿Todo bien Tomioka?

El aludió lo escucho y trato de mantener un semblante natural. Pero nada esta bien en este momento ¡¿Cómo podía estar bien en un momento como este?!

-Si, todo bien - mintió descaradamente.

-Te ves algo distraído.

-El trabajo suele ser agotador.

-Si, se a lo que te refieres.

Tomioka a penas podía procesar que hace unos minutos había llegado con Shinobu a su casa y poco después de los saludos fue invitado a pasar a la residencia Kochō para comer en compañía de Shinobu y su padre Kaito.

El azabache de ojos azules miro brevemente a la joven que comía frente a él.

-¿Cómo puede estar tan tranquila? 

-¿Dónde esta mamá? A esta hora ya debería estar aquí - Hablo Shinobu quien hasta este momento había estado "relajada" en silencio.

-Tú madre estará haciendo algunas horas extras en el trabajo por eso no ha llegado.

Tomioka término su comida y tan pronto le dijo a Kaito que era hora de marcharse el patriarca de la familia lo acompañó hasta la entrada.

-Muchas gracias por la comida estuvo deliciosa.

-Fue una sorpresa verte de nuevo Tomioka, y gracias por traer a mi hija a casa - agradeció él y a sus espaldas Shinobu le había guiñado el ojo a su sensei - espero que no se vuelva un hábito.

Giyū se retiro a su casa aún con las palabras de Kaito Kochō haciendo eco en su cabeza ¿En que sentido podría haberlo dicho Kaito? ¿Acaso era una advertencia? ¿Una amenaza? ¿Habría notado algo? 

Hizo sus deberse del hogar para distraer su mente y evitar torturarse con las palabras de Kaito y después del agotamiento se dio una ducha y después pudo ir a su habitación para por fin dormir. 

Por la mañana la rutina en la vida de Giyū volvía a comenzar levantarse, desayunar y demás antes de salir reviso un mensaje que le había llegado recién.

[Tendremos que mantener distancia unos días] 

El número no estaba registrado pero de todas formas ya sabía de quien se trataba y de porque le pedía espacio.

-Fingiremos no ser lo que somos.

El hecho de que no se vieran por uno o varios días era incluso favorable para ellos, así nadie sabrá lo que pasa con Giyū y Shinobu nadie notara aquello que es prohibido y entre menos se sepa mejor para ambos.

Los días no fueron difíciles, al menos no para su relación ya  que cada uno se concentraba en su vida, Shinobu debía mantener sus notas altas y sus otras actividades al corriente y Giyū debía cumplir con su trabajo (aunque se acostara con Shinobu) y con sus obligaciones fuera del trabajo. Afortunadamente o desafortunadamente aquellos días en los que no se habían hablado más allá de lo necesario como profesor y alumna se habían alargado más de lo esperado a veces una situación aparecía de último minuto o a veces simplemente sus vidas no se lo permitían.

...

Camino perezosamente hasta su casa con una sola idea en la cabeza.

-Odio los lunes.

A penas iniciaba la semana pero Giyū ya deseaba que termina, saco sus llaves pero tan pronto las puso y giro notó algo, no había seguro en la puerta, abrió con cuidado de no hacer ruido y se escabulló para averiguar si alguien estaba adentro lo siguiente también lo sorprendió pues pudo oler un aroma magnífico y que casi comenzaba a salivar, parara finalizar encontró la bella silueta de Shinobu en la cocina preparándole su comida favorita. 

Ahora más calmado se acerco hasta abrazarla por la espalda y depositar un beso en su mejilla a lo que ella respondió.

-Bienvenido a casa - se giro para verlo y se puso de puntillas para depositarle un beso.

-No deberías estar aquí, mis vecinos son algo.

-Curiosos.

-Molestos.

-Pues esos vecinos molestos han sido muy amables conmigo.

-Sabes que no me gusta que hables mucho con ellos, si descubren que eres mi estudiante.

-Ya lo sé, pero también eres un poco duro ellos y creó que por eso no les agradas mucho.

Tomioka desvío la mirada ya que sabía bien que Él no era "Don popularidad" en el condominio. Pero a diferencia de otros vecinos al menos él si respetaba la vida privada de los demás.

-Huele maravilloso.

-Gracias, espero que te guste pero aun falta para que este lista la comida.

Tomioka la volvió la abrazar por la espalda y comenzó a besarle el cuello a la par que se dejaba atraer por el aroma ya no de la comida sino de Shinobu.

-No me refería solo a la comida.

Shinobu solo se sonrojaba ante el tacto de él y se dejaba acariciar - Parece que alguien me extraño mucho - respondió la joven, pero no se referiría tanto al propio Tomioka sino a lo que estaba comenzando a sentir detrás de ella - solo fueron 2 semanas sin vernos.

-Pero se sintió como una eternidad.

Giyū casi no podía soportarlo y solo se limitaba a frotar su erección contra el cuerpo de Shinobu, quería tomarla pero si lo hacia temía que ella lo viera como un desesperado.

-¿Ya tienes hambre Tomioka? - preguntó en tono seductor.

-Quiero comer ahora.

Dejo de importarle si ella lo veía como un despertado la volvería a hacer suya aquí y ahora.

Puso sus manos en el lindo y firme trasero de Shinobu y la levanto para devorarla a besos y ahí supo que no era el único con hambre. 

Si deseaban devorarse entonces necesitaban de un lugar adecuado.

La depósito sobre la mesa y volvió a besarla mientras acariciaba sus pechos mientras que Kochō comenzaba a quitarle la ropa, en segundos ambos ya estaban desnudos, Shinobu daba mordidas en el pecho de Tomioka dejando evidentes marcas en lo que ella podría decir que era su propiedad.

Unieron sus labios esta vez de manera más calmada, ahora era turno de Giyū de probar algo nuevo para él. Se puso inclino y delicadeza separó las piernas de Shinobu, ella se sonrojo ante el acto, atónita por ver lo que estaba por pasar. Giyū comenzó a besar los muslos de la chica hasta llegar al centró, esta sería la primera vez él le diera sexo oral a ella. 

Shinobu no pudo hablar y cuando quiso hacerlo una sensación placentera la detuvo seguida de un gemido, ella se recostó en la mesa de la cosina disfrutado del momento.

Tomioka no podía ver nada pero para asegurarse de estar haciendo un buen trabajo ponía atención a los gemidos y movimientos de ella hacia. La joven de mirada amatista miro entre sus piernas viendo una melena negra que le devoraba el sexo como si esta fuera la comida más exquisita del mundo. 

Durante unos muntos más el placer siguió y con ello también el orgasmo. Shinobu grito del placer curvando su espalada y con la mente perdida en el éxtasis solo tomo el rostro de su amado y lo apegó más a ella para que no se atreviera a salir. El esfuerzo de Giyū había dado resultado, su cara estaba mojada y el pecho de Shinobu bajaba y subía como si hubiera corrido sin descanso.

Aquella tarde la inusual pareja disfrutó mucho de una buena comida más el postre.












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