Capítulo 6

Después de seis horas de tortura, la hora de salida por fin llegó.

—¿Qué pasaría con _______? —le preguntó Bruno a John, mientras miraba el asiento vacío

—Ni idea, ¿crees que me importa?

—¿Estará enferma?

—¿Desde cuándo tú te preocupas por los demás?

—No lo sé, quiero molestarla

—Ujum —su amigo levantó las cejas

—Te estoy diciendo la verdad

—Sí claro, Bruno, y yo algún día seré un alfa

—Vámonos ya, no quiero ver su asiento vacío

—¿Qué asiento vacío? —preguntó Jamareo haciendo sobresaltar a ambos chicos—. ¡Oh, el de _______! ¿No me digas que te gusta, Bruno? ¡Te gusta! ¡Te gusta!

—No me gusta, Jam, es absurdo, la conocí ayer. Sólo que me preocupa, es mi amiga, es como ahora también estoy preocupado por cómo esté Phred

—Ya están bien ambos —dijo Dwayne mostrándoles su celular, en el cual había una foto subida a Instagram en la cuenta de Phredley; Kameron y él estaban en ella sonriendo y levantando su dedo pulgar

—Mejor. Ahora vámonos lobitos míos

Caminaron por el pasillo y cuando salieron afuera, todos se despidieron para tomar un rumbo diferente.

Había mucha gente en la calle, y eso desesperaba a Bruno, odiaba que la gente saliera a pasear a paso de tortuga mientras él tenía prisa. Decidió trepar una muralla y andar por los techos de las casas. Sonrió debido a su brillante idea. En medio camino, escuchó el llanto de una chica, se detuvo y agudizó su oído para escuchar mejor. Siguió el sonido, hasta que le llevó a una enorme casa con un montón de lujos, tres autos ultimo modelo y un montón de adornos por todo el patio, eran tantas cosas caras que Bruno llegó a sentirse incómodo de estar andando en el techo de aquella lujosa casa, él no tenía tantas riquezas, era pobre y solo tenía un departamento que compartía con sus hermanos y su padre. Siguió caminando, hasta que llegó a una ventana, asomó lentamente su cabeza y espió. Había una chica sentada en la cama, no podía ver su rostro, porque estaba de espaldas, lo único que alcanzó a ver fue que se encontraba llorando. La chica tomó su almohada y la abrazó fuertemente, mientras limpiaba sus lágrimas con ella. Bruno ni siquiera sabía por qué estaba espiando a una completa desconocida, tal vez era por ese delicioso aroma a fresas que había olido hace unos segundos.

Un momento... ¿aroma a fresas?

La chica giró y Bruno rápidamente se alejó de la ventana para esconderse. Sacó sus ojos para observar, no podía creer lo que estaba viendo.

Aquella chica era _______.

¿Por qué rayos estaba llorando?

¿Y si toco su ventana y le pregunto que por qué llora? Pensó Bruno.

Decidió no hacerlo, pensaba que ________ querría algo de privacidad, así que la dejaría sola y al día siguiente le preguntaría, a pesar de que se moría de curiosidad por preguntárselo. Descendió lentamente hacia el suelo, pero para su mala suerte, el techo estaba mojado, por lo que resbaló y cayó al suelo. Tomó su trasero y se quejó de dolor.

—¡Auch! —chilló

Había caído desde el segundo piso, de seguro tenía algún hueso roto, pero por suerte era un hombre lobo y podía curarse rápidamente.

Soltó un suspiro y escuchó la puerta abrirse, intentó levantarse y salir corriendo, pero fue inútil, ya que su pierna adolorida -y posiblemente rota- no le dejó.

Miró a quien abrió la puerta, era nada más y nada menos que la hermosa de ______, claro que se vería más hermosa si no estuviera con la nariz roja debido al llanto.

—¿Bruno? —sorbió su nariz—. ¿Qué haces aquí?

—Ah... yo... es que... me pareció ver un lindo gatito

—¡Oh Dios mío, tu pierna!

—Tranquila, estoy bien. ¿Cómo estás?

—Masomenos

—¿Por qué lloras?

—Nada importante

—¿Quieres contármelo?

—En realidad, no quiero hablar de eso

—¿Segura? —ella asintió intentando contener un sollozo, por lo que Bruno se conmovió y, cojeando, caminó hacia ella para envolverla en sus brazos

No se contuvo más y lloró en el pecho de Bruno.

—Ya —acarició lentamente su cabello—. No me gusta que llores

—Perdón —se deshizo del agarre del hombre lobo y regresó a la puerta—. Quiero estar sola, Bruno, por favor —dicho esto cerró la puerta

Se quedó parado mirando la gran puerta de madera. Estaba preocupado por ella. Quería entrar a su casa e ir a abrazarla y consolarla, dejar que llorara en su pecho hasta que se quedara profundamente dormida en sus brazos. Sacudió su cabeza y se dijo a sí mismo: no pienses tonterías Bruno, eso solo pasa en las novelas de amor.

Dio media vuelta y decidió caminar en tres patas ya que no caminaría tantas calles cojeando.

Llegó a su casa y subió a su habitación sin saludar a nadie, solo quería ir a su cuarto y dormir un poco.

----------------Al día siguiente-----------------

—¡Bruno! —el fuerte grito de su padre lo hizo despertar de golpe

—¿Qué?

—¿Te dormiste con el uniforme?

—¿Ah? ¿Qué? —miró su cuerpo—. Eh... sí —su padre rodó los ojos

—Baja a desayunar, tienes que ir al colegio

—Voy —se desperezó y caminó hacia el comedor, en el camino se dio cuenta de que ya podía caminar perfectamente

—Y aquí señoras y señores, podemos observar al hombre lobo que ha dormido más horas que nadie en un día —dijo su hermana Tiara mientras lo señalaba

—Ah, cállate Tiara

Desayunó y salió corriendo rumbo al colegio.

Corrió a su salón y entró en él, llegando justo a tiempo. Otra vez el asiento de _______ estaba vacío. Hizo una mueca de desacuerdo y se sentó en su asiento.

—No vino de nuevo —susurró y el profesor comenzó a hablar: su nombre, su materia, el horario de esta y los materiales que iban a utilizar, un clásico

El profesor hablaba y hablaba: reacciones químicas, orígenes del universo, tantos temas que aburrían a Bruno. No podía concentrarse, pensaba y pensaba en _______. ¿Por qué lloraba el día anterior? ¿Por qué faltó dos días?

En medio de sus pensamientos, escuchó a varias personas hablar, por lo que cerró sus ojos para escuchar mejor.

—Sé fuerte mi amor, yo sé que es duro, pero debes ir —era la voz de una mujer de unos 40 años aproximadamente

—No puedo mamá —Bruno saltó en su asiento debido a que escuchó la voz de _______

—¿Qué te pasa? —le susurró Phil y el moreno negó con la cabeza

—Te quiero mi amor. Ya no llores —supuso que aquella señora era la madre de _______

—Lo intentaré mamá

Escuchó unos pasos, seguidos de unos ligeros golpes en la puerta. El profesor caminó hacia ella y la abrió, dejando ver a una _______ con la cabeza gacha.

—¿Puedo pasar? —preguntó con un pequeñísimo hilo de voz que solo los lobos pudieron escuchar

—Claro, ¿eres nueva? —la chica asintió—. Preséntate, no te conozco

—Ok —hizo una mueca, se paró en medio y todos se callaron—. Me llamo _______ Tate, tengo 16 años y... —cada vez que la chica hablaba se le quebraba más la voz, mientras que Bruno la miraba preocupado—, vengo... del colegio...

Sin pensarlo, la chica soltó un fuerte sollozo y rompió en llanto, Bruno se levantó de golpe de su asiento corrió hacia ella para abrazarla.

—Bruno, llévala al baño —el chico asintió y, sin dejar de abrazarla, salió junto a ella directo al baño

—Hey, calma no llores —limpió sus lágrimas con sus pulgares y volvió a abrazarla—. ¿Quieres contármelo? —ella negó con la cabeza

Estuvieron abrazados por varios minutos, _______ no podía dejar de llorar y eso preocupaba mucho a Bruno.

—Calma pequeña, calma. Hey, escúchame —la miró a los ojos—. Eres muy linda, no deberías llorar, se daña tu maquillaje —ella rió por el tono gracioso que utilizó Bruno para hablar, el moreno tomó un pedazo de papel higiénico y limpió sus lágrimas y parte de su maquillaje corrido—. Mírate, estás muy guapa —ella sonrió durante un segundo y su vista se clavó en el suelo—. No me gusta verte triste

Le mataba la curiosidad, quería saber qué rayos le pasaba a esta chica, pero lastimosamente ella no se lo quería contar.

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