Inicia
¡Buenas!
Antes que nada gracias por el apoyo que eh estado recibiendo se los agradezco desde lo mas profundo de mi negro corazón, ahora el detalle es que leí por ahí que wattpad esta borrando obras así como cuentas de aquellos que tienen historias con contenido yaoi u homoerótico, así que por si es verdad o es mentira ya guarde los capítulos de está historia.
Conoceremos el pasado de papá Rogers y los engranes del enemigo comienzan a girar.
Me disculpo por las faltas de ortografía que se lleguen a presentar y sobre todo por que al momento de guardar me percate que de hecho tengo algunos capítulos super cortos ahora entiendo por que muchas decían que estaba cortito, como no me daba cuenta estaba con cara de pero si es largo pero ya vi que no, así que me disculpo por eso.
Sin más espero que les guste la actualización de hoy :3
¡Feliz Lectura!
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Strange y Tony tan enfrascados estaban en su conversación que no se percataron de la presencia del rubio mayor, hasta que el sutil aroma del alfa llego hasta las fosas nasales de ambos. Strange hizo una pequeña reverencia y sin más se fue del lugar dándoles la privacidad necesaria para que mantuvieran su charla, estaría cerca lo suficiente para saber cuando el castaño corriera peligro.
-Buenos días, papá Rogers.
Stark intento reincorporarse para hacer el típico saludo entre mandas, pero el mayor le impidió hacerlo al levantar la mano en señal de que no era necesaria, tanta formalidad y sin meditarlo mucho se sentó acompañando a su hijo.
-Buenos días, hijo ¿Alguna novedad?
Retiro a los empleados después de que le sirvieran la taza de café junto con un ligero desayuno muy similar al que tomara momentos antes el pequeño omega.
-Estoy esperando a recibir la llamada de mi contacto para ver si me tiene alguna novedad, Hydra se a mantenido bastante tranquilo por el momento, se que es algo que debería tranquilizarme pero al contrario, me tiene de los nervios que no hagan ningún movimiento más que los negocios que no están involucrados con la venta de droga.
-Red Skull es un hombre bastante peligroso, por nada del mundo debemos bajar la guardia. Se que teniendo la más mínima oportunidad lo tendremos encima.
-Red tiene un gran territorio bajo su control, el hambre de poder es muy grande si se está arriesgando demasiado para intentar atacar al clan y derrumbarte.
-Si yo aun estuviera al frente no me preocuparía para nada el que lo intentará, pero en estos momentos es mi hijo quien está al frente... lamentablemente se la vive más pendiente de estar bajo los pantalones de ese omega que de lo que pasa con el clan.
-¿Es correcto mantener todo tipo de información escondido de él?
-Pensaras que estoy loco pero no confió ni un poco en quien es su pareja, tiene algo que no me convence del todo, prefiero guiarme por mis instintos que tener que pagar un alto precio por confiar en la persona errónea.
El pequeño omega asintió ante lo dicho por su padre dando un sorbo a su taza de café, el silencio que en pequeños lapsos los envolvía no era para nada incomodo. Rogers miraba fijamente a su pequeño hijo, buscando la mejor manera de preguntar aquel motivo por el cual le estuvo buscando de manera casi desesperada.
-Escuche que tuviste una visita bastante interesante...
Tony se encontraba sosteniendo el cuchillo y tenedor cortando un pedazo de su hotcake tarea que se vio detenida por unos cuantos minutos para continuar con la labor, cuando el mayor intento terminar lo que deseaba preguntar fue interrumpido por el castaño.
-Papá... prometiste no volver a preguntar por él.
-Lo se... se que lo prometí... pero entiéndeme no puedo vivir sin saber ¿como está? ¿Es feliz? ¿lo trata bien?
La mirada miel se encontró con la azul y no le gusto para nada ver la desesperación como anhelo en ese dulce mirar, ¿Cómo decirle la verdad que estaba seguro le heriría? Suspiro de manera profunda, no era justo, jamás podría resistirse a esa mirada de cachorro triste por que no le dan lo que desea de manera desesperada.
-Si... si papá... él es bastante feliz...
La sonrisa de alivio mezclada con tristeza le toco de manera profunda, conocía el pasado de ambos y por mas que deseaba no tomar partido por ningún era difícil por un lado estaba su hermano, mientras que por el otro estaba su padre a quien más admiraba. Error tras error fue lo que alejo a su padre del corazón de su hermano. Dolía ver al menos al mayor sumido en la tristeza y la soledad a la cual inútilmente se sometía como si con esto el resultado fuese a ser diferente.
-Me... me alegra saberlo...
-Deja el pasado donde esta, no te lastimes más ya mucho sufrieron. Tanto tú como él han seguido con sus vidas...
Tony deseaba seguir consolando a su padre pero en esos momentos la llamada que estuviese esperando por fin se anunciaba, con pena miro a su padre disculpándose para atender la llamada.
Rogers con un suave movimiento de su mano le concedió el permiso para que fuera a atender.
El trinar de los gorriones armonizaba el lugar, la suave brisa que se sentía fresca en la piel que era otorgada por la sombra de aquellos enormes árboles. Los recuerdos de aquel tiempo en el que fue feliz llegaron a su mente abrumándolo, recuerdos que le hicieron sonreír pero que a medida que avanzaban desvanecían la sonrisa.
Sintió un fuerte golpe directo en el pecho que le saco el aire por algunos momentos, su mirada azul bebía la elegante y delgada figura de aquel ser que tenía frente si. La bocanada de aire que de manera discreta dio le ayudo para regular su respiración, en ningún momento aparto la mirada de aquel dulce chico. Cabello negro que resaltaba esa hermosa piel tan blanca como la porcelana, sus enormes ojos se encontraban ocultos bajo unas gafas que no le quedaban para nada, era difícil distinguir el color de aquellos ojos. Se percato de como su cuerpo temblaba cada vez que alguien se acercaba para conversar, sus mejillas se tornaban de un suave sonrojo evitando mirar a su interlocutor, lindo y dulce fue lo primero que pensó.
Deseaba acercarse para darse a conocer, desde que su amada esposa falleciera nadie volvió a captar su interés hasta en ese momento. Nunca en su vida alguna vez pensó que le fueran los chicos pero por él bien podría hacer una excepción a la regla, su alfa le animaba a acercarse más al joven. Su oportunidad llego cuando al fin el hombre que estaba anclado a su lado se marcho. Con cuidado de no asustar al joven se acerco lo suficiente, carraspeo un poco para llamar la atención y se encontró de lleno con aquellos hermosos ojos grises.
El habla se le fue por varios minutos.
-¿Se le ofrece algo?
La suave voz le cautivo por completo, deseaba seguir escuchándole hablar.
La boca se abría y se cerraba incapaz de articular sonido algo, sonrojándose al ver que solo estaba haciendo el ridículo ¿Como era posible que un alfa como él, fuese el hazme reír?
El de ojos grises río suavemente para no llamar la atención de la demás gente sobre su persona.
-Bueno en lo que regresa su habla me presentaré, soy Bruce Banner, mucho gusto.
-Soy Joseph Rogers, el gusto es mío.
Y fue en ese momento en que sus vidas se vieron entrelazadas de una manera tan profunda que ni ellos mismos la imaginaban.
Joseph y Bruce congeniaron bastante bien, compartían los mismos gustos por la lectura como música y entretenimiento así que las interminables batallas por el control de la televisión nunca sucedían. La timidez como la clara inocencia que el omega pelinegro poseía lo volvía completamente loco pues para un alfa era imposible creer que un omega conservara tanta dulzura y se mantuviera intacto al menos no en el mundo que se manejaban, por ello estaba encantado con la inocencia de su gatito.
Estaban viviendo juntos después de tanta insistencia por parte del mayor pues ansiaba más que nunca levantarse por las mañanas con ese tierno omega en sus brazos.
-Cariño, el desayuno ya esta listo, levanta o llegaras tarde.
Ese era el maravilloso despertar que tenía por todas las mañanas y al bajar por las escaleras su mente gravaba en sus recuerdos la imagen del dulce chico con delantal con volantes, en alguien más ese delantal se vería ridículo pero a Bruce le sentaba de maravilla, ojala tuvieran oportunidad de hacer un delantal al desnudo.
Bruce era un omega tan entregado y leal como ningún otro, lo cuidaba con tanto amor como con cariño, algunas noches no llegaba a dormir debido al trabajo que mantenía en el clan arreglando hasta el más mínimo detalle para llegar a casa completamente cansado y con estrés. Pero era solo verlo y sus ánimos se renovaban, su corazón se estremecía de amor al verle esperarlo despierto en la sala, lo recibía con un beso y un abrazo, para sacarle de encima el saco dándole un suave masaje en los hombros y espaldas disfrutando las atenciones que su pareja le entregaba.
La suerte estaba de su lado al tener un omega tan comprensivo, no era nada caprichoso, menos aun mimado con cualquier cosa por más chuchería que fuera, lo agradecía como si fuera el diamante mas grande del mundo que se le daba. La burbuja de miel lamentablemente se fracturo cuando la verdad del omega pelinegro llego al alfa mayor.
Bruce era un omega eso no se negaba, ni se dudaba, un omega saludable que sin duda podría tener cachorros sin ningún problema, solo tenía un "defecto" el hermoso omega era humano, no tenia ni un porcentaje en su ser que fuera hombre lobo. Sin linaje de cual estar orgulloso o que pudiera heredar a su primogénito pesaba por más que Joseph se negara a reconocerlo. Eso implicaba tratar al hombre con una delicadeza que claramente el no poseía, disfrutaba de hacer el amor como todo buen alfa que desea darle siempre lo mejor a su pareja, pero al fin y al cabo animales con fuertes instintos de aparearse con fuerza. Pronto la inexperiencia de Bruce que en un inicio fuera tan atrayente, ahora comenzaba a aburrirle sobre manera.
Bruce movía la cabeza de movimiento ascendente a descendente sobre el falo erecto de su amado alfa, usaba su lengua rodeando la longitud disfrutando del fuerte sabor que de este emanaba. Consiente de su falta de experiencia en lo que a sexo se refería deseaba que su alfa lo guiara en cada uno de los pasos para complacerlo. La mirada azul le veía con completo aburrimiento, era malo, más que malo era bastante pésimo en el sexo oral, el rugido de su lobo descontento por no estar montando al dulce omega, lo hizo enojar pues en esos momentos donde estaba por entrar en celo el deseo de sexo duro y crudo pesaba más que no tenía ni ánimos de ser "suave" con su pareja.
-Aparta...
El pelinegro parpadeo desorientado al haberse visto ser empujado por su pareja, levanto la mirada confundido percatándose de la mirada aburrida que este le dirigía.
-¿Te lastimé? Lo siento, fue sin querer.
-No es que me lastimaras, simplemente eres tan malo en esto que en lugar de provocarme placer, no has logrado siquiera que tenga una erección... vístete se me fueron las ganas de hacerlo.
Bruce rápidamente cubrió su cuerpo no logrando entender la reacción de su amado, últimamente llegaba de bastante mal humor y para su desgracia el era el desahogo de su alfa y no en el sentido romántico o sexual, no, todo lo que hacía le molestaba demasiado, ya tenía miedo de respirar pues hasta eso podría provocar el enojo de su compañero, sinceramente esperaba que pronto las cosas mejoraran entre ellos. Ingenuamente pensó que las cosas mejorarían.
Las cosas empeoraban cada vez más para tristeza del omega que día a día se esforzaba por recuperar la enorme distancia que su Jospeh le auto impuso, los besos de despedida junto con los de bienvenida brillaban por su ausencia, los hermosos despertares en los fuertes brazos eran ahora remplazados por la soledad y ausencia del cuerpo amado, las risas cómplices como los pequeños regalos hacía meses que dejaron de llegar. Pero eso no importaba para Bruce, quien solo se conformaba con las pequeñas migajas que su amor le otorgaba ¿Mientras no le dijera que todo había terminado estaba bien, verdad? Lo que Bruce no sabía es que ellos no terminan, ellos desechan.
Una mañana decidió salir para comprar los ingredientes que usaría para la comida pues el horario indicaba que ese día su alfa llegaba a comer temprano, por que emocionado y con la idea de recuperar un poco todo lo perdido, tarareaba una canción mientras regresaba al departamento que compartía con su alfa. Joseph se había negado a marcarlo recién cuando se fueron a vivir juntos, su relación era a escondidas pues alegaba que no deseaba ponerlo en peligro cuando sus enemigos supieran quien era su omega y simplemente acepto, algún día las cosas mejorarían y entonces se enlazarían para toda la vida, soñaba con que ese día llegará.
Al entrar al departamento se sorprendió de ver a algunos hombres de su alfa que no le dejaron pasar más de la puerta, varías maletas se encontraban al pie de la puerta y el miraba todo completamente confundido, las suaves risas provenientes del sofá frente a él llamaron su atención. La mirada azul y gris se encontraron, Bruce estaba desconcertado más cuando vio a aquella mujer sentada muy cerca de su alfa, estaba abrazada a él apoyando su cabeza en el pecho del hombre como si le perteneciera.
-Jospeh, cariño ¿Pasa algo? ¿Saldremos de viaje?
Pero el rubio se negó a contestarle, ni si quiera volvió a darle una segunda mirada, Bruce intentó acercarse para saber que estaba pasando pero fue, fuertemente sujetado por su brazo y arrastrado hacia la salida.
-¡Jospeh! ¿Amor, que esta pasando? Diles que me suelten...- el pelinegro trataba de soltarse sin dejar de llamar a su amor, para ser ignorado como si no existiera. Su fuerza era nada comparado con la fuerza de los hombres de Joseph, así que fue sacado del departamento con todo y maletas, para ser empujado a un auto con brusquedad del cual le impidieron salir.
El auto cada vez se alejaba más y más del que el consideraba su hogar, con miedo saco su celular intentando localizar a su alfa, necesitaba que le explicaran que estaba sucediendo ¿Los enemigos de su pareja por fin sabían quien era él y lo habían amenazado? ¿Cuanto tiempo debería permanecer donde quiera que estos hombres lo llevaban? El timbre sonaba y sonaba más el dueño ni una sola vez se dedico a contestarle.
"¡Amor! ¿Que está sucediendo?"
"¿Tus enemigos saben quien soy? ¿Te han amenazado?"
"¿A donde me están llevando? ¿Cuanto tiempo durare ahí?"
"¿Amor? ¿Iras por mi cuando todo esto termine, verdad?"
"¿Cariño? ¿Por que no me contestas? ¿Estás bien?"
El celular vibraba tras cada mensaje, pero el dueño de dicho aparato no se tomo la molestia de leerlos, no mientras tuviera a esa hermosa omega mujer lobo meneándose sobre su falo como si no hubiera un mañana, los sonidos húmedos y las nalgadas que el hombre otorgaba al cuerpo de la mujer llenaban la habitación, mordió, chupo, lamió y embistió el cuerpo de esa omega tan duro y fuerte como su instinto le pedía, nada como follarse a una omega que resistiera su libido salvaje. Lejos de su mente quedaron los recuerdos de aquel bello omega que ciegamente seguía confiando en él. Creyendo que algún día su alfa volvería a por él.
Los minutos se volvieron horas, las horas en días, los días en meses, pero no importaba el tiempo que pasará, cierto omega pelinegro esperaba aguardando pacientemente el día en que su amado alfa regresara, estaba preocupado pues nadie le daba respuesta a sus interrogantes. Fue devuelto al clan del cual salió, los hombres no le dijeron absolutamente nada, y por lo que veía las cosas en su clan estaban bastante tranquilas en ese caso ¿Que estaba pasando? ¿Por que el no regresaba?
Día a día mandaba sus mensajes de buenos días y buenas noches con notas dulces llenas de amor para con su Jospeh, donde le decía lo mucho que lo extrañaba y que contaba los días para reunirse de nuevo. La respuesta a su interrogante llego cuando menos se la esperaba.
Al parecer la actual omega del alfa cansada de los constantes mensajes de acoso del ex de su pareja la tenían harta, se tomo la libertad de leer los mensajes que el hombre le mandaba riéndose divertida de las absurdas declaraciones de amor que profesaba. Al parecer aquel omega era tonto y no captaba que fue desechado por quien fuera su alfa, era hora de tomar cartas en el asunto, no pensaba compartir a un excelente amante en la cama como los millones de dolares que este poseía y mucho menos a los costosos regalos con los que el alfa la complacía. Sabía que su pareja recientemente tenía un fetiche por grabarse mientras lo hacía, deslizo la lengua por sus labios por el mero placer que le daba el mandar uno de los tantos vídeos a aquel omega, era hora que dejara de acosar a su alfa.
Bruce salto de inmediato para tomar su celular al escuchar el sonido del mensaje recién llegado, entusiasmado con la idea de que fuese por fin una respuesta afirmativa para él lo abrió percatándose de que era un vídeo, no se distinguía mucho lo abrió creyendo que era un vídeo grabado de su alfa notificándole cuando volvería por él. Los escandalosos gemidos, gruñidos y rechinar de la cama por los movimientos bruscos lleno la habitación del pelinegro, quien observaba sin creer aquel vídeo. Ahí estaba el dueño de sus desvelos montándose a aquella mujer que viera la ultima vez que estuvo en su departamento. Cerro el reproductor tirando el celular a la cama. Ríos de lagrimas corrían por sus mejillas al comprender por fin lo que tanto se le había negado.
Su amado Joseph lo había desechado cual basura como si no mereciera ni un poco de consideración por aquellos viejos tiempos donde fueron pareja. No entendía que fue lo que hizo mal para ser castigado de está manera, ahora entendía las negativas a sus llamadas y mensajes. Todo estaba claro ahora, no era más necesario y como tal fue suplantado por una omega mucho más hermosa y atractiva. Era una mujer que daba gusto presentar y presumir ante la sociedad, no como él que daba vergüenza con esos lentes que usaba, no vestía a la moda pues jamás sintió la necesidad de llamar la atención de nadie que no fuera su alfa.
En el interior de su habitación se consolaba diciéndose a si mismo que al menos no estaba marcado y que en alguna parte alguien quisiera a un omega desechado.
-Y en mi soledad comprendo que el karma es una jodida perra.
Murmuro el hombre con ríos de lágrimas corriendo por sus mejillas, recordar todo lo que le había hecho a su amado Bruce le dolía, vaya que le dolía y más cuando se entero que el estuvo esperando pacientemente a que volviera. Cuando por fin entendió que aquella mujer no era lo que el deseaba para formar una familia, ya era demasiado tarde. Bruce se había casado con otro alfa. Un alfa que pudo ver en ese hermoso omega lo que el no, alguien que ahora formaba una familia, futuros cachorros de ojos grises llenarían a esos jóvenes esposos. Y él, solo sería el espectador de aquello que pudo tener pero que por imbécil dejo ir. Steve pasaría por lo mismo que él pero eso ya nadie podría evitarlo.
Los pasos resonaban por los pasillos del lujoso hotel y estos se detuvieron hasta que por fin llegaron a la puerta del open house.
Toc... Toc...
-Adelante.
La puerta se abrió dejando entrar al hombre cuyo sobre sostenía en sus manos y se acerco lo suficiente a la enorme cama de la habitación para entregarlo personalmente a las manos de su señor. Con una sutil reverencia dejo el lugar cerrando la puerta tras de si.
El hombre sostuvo el sobre y lo abrió dejando caer de este varias fotografías que le hicieron sonreír lamiendo sus labios bastante complacido con lo que veía. A su lado el cuerpo de otro hombre se retorcía por los movimientos que su compañero hiciera.
-Bucky, cariño, despierta es hora de poner manos a la obra.
-humm... pero aun es temprano... quiero descansar un poco más.
-Eso es imposible, tengo algo que seguro te va a encantar.
Esto llamo la atención del omega quien se giro mirando con completa atención a su pareja que le paso las fotografías que llegaron. Las repaso una por una fijando su mirada en la de su compañero quien estaba realmente complacido.
-Es hora de que vayas a sembrar la discordia en el clan Rogers, querido.
-Así será.
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Aquí por fin la actualización >w<
Las cosas se empiezan a mover.
¿Que pasará de ahora en adelante?
Pronto lo sabrán.
¡Hasta la próxima actualización!
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