Ayúdame a Olvidarlo


La mirada chocolate se perdía en las hermosas y grandes constelaciones de estrellas que se vislumbraban en el cielo oscuro.

El suspiro que escapo de sus labios carnosos pondrían triste a cualquiera que lo escuchara, era un suspiro tan lleno de tristeza que conmovía los corazones ajenos, claro si alguien estuviera cerca para escucharlo.

En sus fuertes manos yacía el celular encendido con una foto que le provocaba dulces y amargos recuerdos, con su dedo delineo suavemente el atractivo rostro de aquel a quien en el pasado tuvo el gusto de llamar su alfa.

Una lágrima traicionera escapo de sus ojos chocolate y cayo justo en la mejilla del rubio.

Trago el nudo de su garganta para perderse nuevamente en las constelaciones.

Era duro, muy duro seguir adelante como si nada, como si lo vivido ahora no significaran nada.

Recordar el trágico día donde todos sus sueños e ilusiones se derrumbaron le dejaban un sabor amargo.

La tristeza que inundaba su alma al saber que su alfa no lo había amado jamás, recordar lo iluso que fue al vivir todo un engaño, se soñó en el altar con Joseph, soñó demasiado alto y la caída fue por más dolorosa.

Recordó aquella tarde donde la verdad salió a la luz, al llegar a la mansión el sentimiento de querer morir mientras caía de rodillas llorando como un niño, sin tener consuelo, preguntando al cielo por que lo castigaba de tal manera. ¿Qué era lo que había hecho mal para que le pagará así? Lo amaba, le entrego todo cuanto pudo de si. Deseaba desesperadamente rogar por su cariño, por que todo volviera a ser como antes, pero no era lo correcto tenía que aprender a aceptarlo aunque no pudiera más.

Era tan duro saber que le seguía amando con todos y cada uno de los pedacitos, mientras que el seguro que ni lo pensaba, simplemente el ya no le amaba.

Joseph no merecía que le siguiera entregando su alma.

Deseaba poder olvidarlo solo, sin la necesidad de tener a alguien que le ayudara a salir del hoyo en el que se encontraba. Debió haber previsto que algo como esto sucedería, después de todo ¿Quién amaría a un omega tan poco atractivo como él?

El botón de eliminar nunca fue tan tentador.

Pero su amor resulto vencedor por lo que al menos esta noche no borraría la foto de ellos dos juntos que decoraba el papel tapiz de su celular.

¿Cómo olvidar aquel rostro tan atractivo y serio? ¿Cómo olvidar aquellas caricias tan tiernas, que con tanto amor le brindaba?

Pero tuvo que tener la mala suerte de adorar con un amor tan lindo y tan puro, con el sentimiento sincero que puede otorgar el primer amor a un alfa sin corazón.

No podía olvidar, ni sacar de su mente todos aquellos momentos de pasión, donde al culminar tan deliciosa actividad caía de manera pesada y sin energías en el fuerte pecho del rubio mayor, ladrón de sus suspiros mientras ambos se miraban fijamente perdiéndose en sus miradas.

Sentía estar sin vida, lo sentía así por que de alguna manera Jospeh se llevo una parte de si, la más importante.

Ahora entendía que Jospeh no era el alfa que le iba a hacer feliz, no, ahora las cosas eran totalmente diferentes.

Enfoco su chocolate mirar en aquella vieja fotografía que tenía su celular y sin ningún arrepentimiento la elimino.

La dulce sonrisa que surco su rostro al sentir un brazo rodearle por los hombros, alegro su fría noche.

Dirigió su vista para toparse con aquellos hermosos ojos grises que le miraban con amor.

Recargo su cabeza en el hombro de aquel sexy alfa, llevo su diestra a la mejilla de su compañero para acariciarle suavemente.

-¿Esperaste mucho? - Pregunto suavemente tomando con su mano la del omega y deposito un suave beso en ella.

-Por ti esperaría esto y más...-susurro suavemente depositando un dulce beso en sus labios.

-¿Que hacías?

-Recordaba los errores del pasado.

-¿Todo bien, cariño?

-Ahora que estás conmigo si, todo esta más que bien.

Ambos se sumieron un silencio para nada incomodo, al contrario para ellos no era necesario tener infinitas conversaciones para sentirse en sintonía, muchas de las veces el silencio decía mucho más de lo que las palabras podrían hacerlo.

Agradecía todos los días al cielo por que le mandara a un compañero como su amado Clint.

Ese alfa que con su determinación, dedicación y tiempo se tomo la tarea de conquistar su esquivo y desconfiado corazón.

La primera vez que se conocieron el encuentro fue demasiado intenso por parte del rubio caoba.

El inesperado interés que mostro en su persona lo cohibió de tal manera que reacciono de la manera que jamás pensó que sucedería. Al ver el entusiasmo del rubio caoba así como el bombardeo de preguntas que le realizo, provocaron que saliera corriendo despavorido de la reunión con rumbo a su sagrado refugio, su habitación.

Aun recordaba como su madre Park reñía al mayor por haberlo asustado de tal manera.

La risa escapo de sus labios cuando el recuerdo paso por su mente, llamando la atención de su pareja que le miraba interesado, esperando a que compartiera con él.

-Recordé aquel día en que mamá te amenazo.

El cuerpo grande del rubio al estremecer le saco una carcajada.

-No me lo recuerdes, cariño, en serio temí mucho cuando vino a mi con ese porte.

-¡Oh! Vamos, mamá no es tan mala.

-Claro cariño, eso lo dices tú por que no fue a ti a quien amenazo con cortarte los testículos en caso de que te hiciera llorar.

-Bueno se que no lo haría, de haberlo hecho sin duda no tendría a sus amados nietos.

-Humm... me alegro que ella solo lo dejara como amenaza, pero la paliza que me dio tu otra madre cuando se entero de nuestra relación aun me hace temblar.

Bruce asintió ante lo dicho por Clint, la verdad es que ese día en realidad temió por perder a su amado.




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-Mami...

-¿Que hiciste esta vez? -interrogo cierta pelinegra quien cruzaba sus brazos en dirección al pelinegro.

-¡No he hecho nada!

-Aja, solo me dices mami cuando realmente has hecho algo bastante malo, así que ¿Qué fue lo que hiciste?

Bruce se movía nervioso por tener que enfrentar a la pelinegra quien mantenía los brazos cruzados esperando.

-Ya eres un adulto y ¿No puedes responderme la pregunta realizada?

La incomodidad del omega le hizo dejar escapar un suspiro.

-¿Donde esta?

El pelinegro enfoco toda su atención en la omega mirándole sin realmente comprender a que se refería.

-Tu compañero ¿Dónde está?

Bruce trago con dificultar y alarmado, su madre ya sabia de su relación con Clint ¿Pero como?

Un ruido llamo la atención de la pelinegra cambiando su dirección al arbusto que estaba detrás del pelinegro.

-Serías tan amable de salir, no me obligues a ir por ti y créeme no querrás que yo vaya por ti.

El movimiento del arbusto dejo ver a un alfa alto de cabello rubio caoba que se acercaba realmente apenado por ser descubierto, aunque se sorprendió de ver a la omega pelinegra en dirección a su escondite pero mantenía sus ojos cerrados, se preguntaba si la madre de su pareja era ciega.

-Así que tu eres el compañero de mi bebé.

Clint asintió, aunque rápidamente contesto al percatarse de que la mujer no podía ver o al menos eso es lo que el pensaba.

-Si.

-Si, Bruce te a escogido confiare en su juicio así que de mi parte no tienen ningún problema, pero cielo no vuelvas a ocultarme nada ¿Ok? Recuerdo darte la confianza como para que te acercaras a mi sin temor.

-Gracias, mami.

La pelinegra asintió dándole la espalda a ambos hombres, por lo que el pelinegro inmediatamente se acerco al lado de su alfa para tomarlo de la mano regalándole una muy linda sonrisa.

Los pasos de la omega se detuvieron a unos metros lejos de la pareja y sin voltearse.

-Solo que si lo haces llorar personalmente me encargare de cortarte los testículos, así que lleva esta advertencia en tu mente cada vez que intentes fallarle a mi cachorro.

Clint se puso rígido en su lugar respondiendo con un fuerte ENTENDIDO SEÑORA.

-Invítalo a cenar en él próximo fin de semana, ya que en estos momentos estoy algo ocupada.

-Así será.

Y ante lo ultimo dicho la pelinegra retomo su andar para perderse en la enorme mansión que poseía sus tierras.

-Me alegra que aceptara nuestra relación...- animo un contento Bruce por la aceptación de su pareja.

-No se si me a aceptado, todo a sido demasiado raro....

-¿Raro?

-Si, me refiero a bastante extraño....imagine demasiados escenarios pero ninguno tan peculiar como este...

La risa cantarina del omega pelinegro le tranquilizo.

-Bueno prácticamente mamá te a dado su aprobación, debes conocerla muy bien para saber leer su comportamiento como su hablar.

-Por cierto, amor... ¿Tú mamá es ciega?

Y ante esta pregunta la fuerte carcajada que inundo el jardín animo a los empleados del lugar quienes estaban realmente contentos por que el joven sonriera de nuevo. Mientras unos celebraban las buenas noticias, Clint mantenía una cara de no entender por que su amor reía con grandes carcajadas, no es que le molestara al contrario jamás había escuchado una carcajada tan tierna como la de su pareja. Supo que su pregunta quedaría sin responder cuando su omega solo seco sus lagrimillas y le sonrió.

El fin de semana llego y Clint compartía una deliciosa cena en compañía de la familia de su amado Bruce todo iba relativamente bien, una buena charla, excelentes bebidas como ambiente musical y ni que hablar de la deliciosa cena que se encontraban por demás degustando.

La noche pasaba sin ningún percance para alegría de los dos enamorados, quienes se encontraban un poco apartados de los demás compartiendo tiempo de calidad.

Risas cómplices y pequeños besos robados hacían de la noche por mas perfecta, pero claramente lo bueno nunca dura para siempre.

El rubio caoba fue apartado bruscamente del lado del pelinegro quien desorientado enfoco sus ojos chocolates en la alfa que tenía frente si, sujetando por la camisa del cuello a su amado.

-¡Madre, suéltalo!

Pero la omega de ojos rojos como la sangre no prestaba atención a lo que su cachorro pedía.

Los gruñidos por demás agresivos que dejaba escapar de entre sus colmillos y dientes que tenía fuertemente apretados, síntoma de lo cabreada que realmente se encontraba.

Sin mucho preámbulo lanzo al alfa al otro extremo del lugar, espero pacientemente a que el alfa se levantara, para asestarle un golpe que volvió a mandarlo al suelo.

Bruce tenía que hacer algo y rápido o su madre mataría a su compañero.

El sonido de los golpes resonaba por todo el lugar colocándolo más nervioso y con unas ganas inmensas de ponerse a llorar. Veía con completo dolor como el rostro de su amado mostraba hinchazones en las áreas golpeadas.

Miro con horror el certero golpe que mandaría a la inconciencia o a la muerte a su rubio loco y se sintió morir.

Pero el golpe jamás llego a su destino pues antes de que este diera de lleno se vio obstaculizado por la mano de la omega pelinegra quien negaba.

-Basta...-susurro trayendo la atención de la omega pelirroja.

-Nada de basta, este hijo de puta esta saliendo con nuestro cachorro ¿Es que acaso ya se te olvido lo que paso aquella vez?

-No, no lo he olvidado...pero él es el compañero de nuestro cachorro, que por cierto esta a punto de entrar en shock como no dejes tranquilo a su compañero.

-¿Como es que puedes aceptarlo así? Me niego a dejar que vuelva a ser lastimado.

-No va a salir lastimado.

-Eso no lo sabes.

-Por favor cariño ¿Con quien crees que estas hablando?

La pelirroja chasqueo la lengua, dejo al pobre alfa alejándose a una distancia lo suficientemente prudente permitiendo que su cachorro se acercara al alfa herido.

Ambos pelinegros se dedicaron en curar las heridas del alfa, gracias al botiquín que una de las empleadas trajo con prisa al percatarse de la situación.

Bruce permaneció al lado de Clint cubriendo con sus brazos y parte de su cuerpo, el cuerpo magullado del alfa. Miraba a la omega pelirroja con lágrimas corriendo por sus mejillas.

-El es mi compañero....no espero que lo aceptes, pero por favor nunca mas en tu vida vuelvas a hacer algo como esto...si no estas de acuerdo, lo entiendo y como tal ambos nos marcharemos del lugar, pero no te vuelvas a acercar nunca a él.

-No, no lo acepto eso es un hecho...no deseo que vuelvan a lastimarte y que no este ahí para protegerte...por ello no deseo que te vayas de este lugar....si tanto te complace me mantendré al margen y a una distancia prudente....

Y ante lo dicho la pelirroja se marcho del lugar siendo seguida de su compañero alfa quien inmediatamente se acerco a ella, no la abrazo pues sabia que era lo ultimo que su compañera deseaba pero si estuvo lo suficientemente cerca de ella para que percibiera su apoyo, así ambos dejaron la estancia ante un mudo silencio que dejaron tras de si.

Clint alzo su mano para quitar las lágrimas que corrían por las mejillas de su dulce omega, amaba por completo a ese hombre, enfrento a su madre por él ¿Qué mas demostración de amor que esa?

-Bien, tus heridas sanaran pronto lo que es un alivio.

Ambos enfocaron la mirada en la pelinegra, acaricio los suaves cabellos pelinegros y rubios.

-Tranquilo todo va a salir bien.

-Madre no a aceptado a mi pareja ¿Cómo va a salir bien todo?

-Tu madre es una omega cascarrabias que te ama mucho, dale un poco de tiempo, verás como en menos de lo que te imaginas habrá aceptado a Clint.

-Quisiera estar tan seguro de ello.

-Tiempo al tiempo, cariño, tiempo al tiempo.

-Está muy segura de ello...-susurro el rubio provocando la sonrisa en la pelinegra.

-Claro que lo estoy y eso es por que nunca me equivoco en mis predicciones.

-Gracias, mami, por estar con nosotros y de nuestro lado.

-Solo quiero que sean felices mis cachorros y si para ello tengo que enfrentarme a tu madre, lo haré.

-Por cierto....

Atrajo la atención de los dos pelinegros.

-¿Como es que dos omegas tuvieron cachorros? El rubio que acompaño a tu madre ¿No era su alfa?

Bruce quedo pensando en como podría responder la pregunta sin confundirlo demasiado.

-No te comas tanto la cabeza, no es que las dos nos acostáramos para tener cachorros. Simplemente somos amigas desde hace años. Bloodriver es la líder de este clan y yo soy su mano derecha. Es por ello que tomamos a Bruce como a Tony como nuestros cachorros.

-Gracias, ahora todo está mas claro.

-Bien, Bruce cariño, lleva a Clint a la habitación y si, si puedes pasar la noche en su compañía pero solo cuidándolo, no quiero darle mas motivos a tu madre para que le mate.

Bruce con cuidado ayudo a su alfa a ponerse de pie para ambos dirigirse a la habitación y así paso la noche, cuidando a su amado.





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-Me alegra mucho que mami estuviera de nuestro lado.

-Si y quien diría que lo que dijo se cumpliría ¿Eh?

-Ella tiene unas habilidades que aun me hacen estremecer de miedo por preguntar. Con ella entendí que muchas de las veces es mejor no preguntar nada relacionado con sus habilidades.

-Nadie me sacara de la cabeza que es vidente.

-Si, quizás lo sea.

-Hay que regresar a casa, seguro los niños ya estarán preocupados por nuestra ausencia.

-Y volviendo loca a sus abuelos y abuelas.

-Sabes que los adoran tanto como nosotros.

-Tengo suerte de tener a un omega tan hermoso, que me a dado no solo unos hijos maravillosos si no que también me dio la mejor familia que eh podido desear.

-¿Quien se habría imaginado que tanto tu como Stpehen se volverían en hijos de ellas?

-Me tomo por sorpresa que nos adoptaran como sus "cachorros"

-Basta recordar aquella reunión donde dos betas intentaban ligarlos, basto ver la expresión seria de madre y la sonrisa psicópata de mami para hacerlas salir corriendo.

-Admito que fue bastante divertido.

La pareja se puso de pie y tomándose de la mano tomaron rumbo a la enorme mansión. Aquella donde sus cachorros estaban esperándoles en la comodidad y calidez de sus miembros.

Bruce se sentía realmente feliz y realizado, no podía pedirle más a la vida, tenía a un compañero al cual amaba locamente, dos mellizos y una nena que ponían la mansión de cabeza, unas madres como padres sobreprotectores que los cuidaban y celaban de todo aquel que deseaba hacerles daños y ni que decir de los miembros como empleados del lugar que les tomaron cariño. Su futuro pintaba a ser de un color totalmente negro por la fallida primera relación, pero ahora todo se tornaba de hermosos colores que llenaban de calidez y dicha el corazón.

Por su parte Clint fue huérfano de familia y su clan no era ni la cuarta parte de grande como el de su esposo. Estaba realmente agradecido con el clan Bloodriver de que le aceptara como parte de la familia y por ende parte del clan, ahora contaba con una extensa familia que día a día les mostraban su apoyo en todos sus decisiones como proyectos. Tenía al omega más hermoso de todo el mundo, a unos hijos e hija maravillosos aunque fueran todos unos diablillos y dos madres como padres que los adoraban. La vida pintaba para ser de muchos colores, y eso definitivamente le gustaba.







FIN.





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¡Bien!

Ahora si doy por finalizado y terminada está historia.

Perdonen las faltas de ortografía que se llegaron a presentar.

Gracias por el apoyo que le dieron a esta historia como a mi historia anterior Hogar y claro que a mis otras dos historias que aun siguen pendientes de actualizar.

Espero para mañana poder subir los dos capítulos correspondientes.

Ósea que habrá actualización de Novios Cruzados y Son un idiota.

¡Mil gracias por todo el apoyo que me dieron y espero verlas en las siguientes historias!

Les mando un abrazo enorme.

¡Hasta la próxima!






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