La primera interrupción viene por parte de Mash.

La espalda de Finn esta por tocar los cojines del sillón en la sala de la habitación 302 mientras finge que se está resistiendo a los avances de Rayne, el cual ya se ha subido casi por completo al inmueble y se encuentra totalmente dispuesto a restringir los movimientos de Finn en cualquier momento, acercando su rostro al de su hermano menor, totalmente consciente de que la falta de oxígeno mediante un beso sería más que suficiente para que aceptara que utilizaran el tiempo a favor más rápido que simplemente desperdiciarlo... Solo para que la puerta de madera sea rota por accidente.

La segunda interrupción viene por parte del trio faltante en la habitación: Lance, Dot y Lemon llegan prácticamente al mismo tiempo.

Mash se entretiene en la cocina mientras Finn muestra sus conocimientos más reciente en bricolaje reparando la puerta, lo que sigue siendo un momento a solas dado que el inconsciente cocinero se mantiene totalmente ignorante de sus actividades mientras es feliz horneando sus amados panecillos, un momento que aprovechan para acercarse nuevamente y, aunque saben que no van a llegar tan lejos, el roce de los labios es casi tan palpable... Hasta que la puerta se abre de un portazo y saludan de inmediato al revoltoso trio.

La tercera interrupción la provoca Kaldo Gehena.

El vaso de la paciencia de Rayne está por desbordarse mientras considera seriamente en llevarse a Finn a su habitación, es verdad que los conejos también son unos distractores de primera en cuanto a sus intentos de tener unos minutos a solas con su hermano, pero aun así eran más respetuosos y se quedaban tranquilos en su propio espacio cuando ellos simplemente se retiraban al cuarto del que no saldrían en unas horas. Con decisión, se levantó de su lugar para caminar, una vez más, hacia Finn, al cual abrazo por la espalda en necesidad de cercanía aprovechando que cada loco en el lugar se encontraba en su mundo, por lo que tomo esos pocos segundos de oro para manipular la forma en que sus miradas se encontraban y se acercó un poco más, dispuesto a conseguir un beso para dejar en claro su intención de que salieran de ahí... Antes de que Kaldo se les acercara de repente, apareciendo literalmente de la nada y empujando una botella de miel contra su mejilla.

Y esa fue la gota que rebaso el vaso de la paciencia de Rayne, el cual ni siquiera lo pensó cuando un incontable número de Partisan apareció en todo el lugar y ataco a los presentes a diestro y siniestro, sin soltar a su hermano menor mientras a lo lejos simplemente se escuchaban los gritos molestos de los otros adolescentes y las risas de Kaldo mientras esquivaba las armas sin ningún problema, ignorando por completo los balbuceos de Finn que, además de intentar liberarse de su fuerte agarre, miraba asustado a todas las espadas que iban y venían contra la gente del lugar, la señal más clara de lo molesto que se encontraba su hermano mayor.

—¡No era necesario que hicieras eso! —exclamo realmente enojado mientras era arrastrado por el pasillo de la escuela por un mucho más enojado Rayne.

—Ellos solo estaban interrumpiendo nuestro tiempo a solas. —respondió lo más rápido posible sin siquiera detenerse a mirar a su hermano, seguro de que Kaldo no los seguiría a pesar de que parecía tener un gran gusto por interferir entre ellos en algunos momentos, algo sobre sentir un poco de envidia a pesar de defender el romance juvenil.

—Hermano... —aprieta los labios con vergüenza mientras cierra los ojos, dejándose arrastrar a la habitación donde seria mimado mucho más que un esponjoso conejo.

Esta iba a ser una tarde muy larga.